Este poema expresa la desolación del poeta al pudrirse en un nicho en Madrid junto a millones de cadáveres, gimiendo y preguntándole a Dios por qué debe sufrir esta situación y por qué Dios mantiene su silencio ante tanto dolor. El poeta describe su insomnio y sufrimiento, y le pregunta a Dios cuál es el sentido de mantener este sufrimiento y qué temor le induce a no responder.