Los paradigmas de la tecnociencia en el desarrollo del conocimiento en colombia
1. LOS PARADIGMAS DE LA TECNOCIENCIA EN EL DESARROLLO DEL
CONOCIMIENTO EN COLOMBIA.
Por: Alexander de Jesús Ríos Ariz.
El incremento vertiginoso del conocimiento científico y tecnológico que nos permite intervenir el
fenómeno de la vida, de la cual somos su consciencia, carece de aumento sapiencial para orientar
nuestras acciones libres a favor de la lógica de la vida y no en su contra, como está sucediendo” (Cely
Galindo, 2001).
Con el auge de las ciencias y las tecnologías a mediados del siglo XX y su paso de la
industria militar al uso civil, genero grandes cambios en el modo y la calidad de vida de
los seres humano. Con la corporativización de la ciencia los sectores productivos privados
y corporativos de los Estados Unidos, en el año de 1971 Ravetz lo denomino “proceso
de corporativización de la ciencia” y citado por Delgado, (2010). Catapulto a los Estados
Unidos de América como potencia política, económica y tecnocientífica del mundo. País
que realizó grandes inversiones en materia de macrociencia, donde se genero un trabajo
colaborativo entre todos los investigadores de entes publicos y privados, dando como
resultado los centros de investigación y desarrollo más conocidos como (I + D), centros
de innocación de las tcnociencias.
Toda acción humana se realiza para resolver problemas o para perfeccionar los procesos
reales de la sociedad en pro de mejorar la calidad de vida, con el nacimiento de la
tecnociencia, como mecanismo de aplicar los conocimientos de las ciencias a la vida
práctica, específicamente a las tecnologías de uso masivo por la población global, es así
que la tecnociencia es vista como un sistema de acciones humanas que impacta
directamente el sistema político, económico y social. Pero sin duda alguna el impacto es
más significativo es en la educación, convirtiéndola en la base piramidal de la sociedad
2. tecnocientífica en donde se genera la investigación e innovación. Para Cely Galindo,
(2001) la tecnociencias es más que eso:
El incremento vertiginoso del conocimiento científico y tecnológico que nos
permite intervenir el fenómeno de la vida, de la cual somos su consciencia, carece
de aumento sapiencial para orientar nuestras acciones libres a favor de la lógica
de la vida y no en su contra, como está sucediendo” (Cely Galindo, 2001).
Pero también podemos encontrar en la tecnociencia el camino perfecto para la
rehumanización de la sociedad del conocimiento y la información, resolviendo problemas
como:
El hambre en zonas más pobres del mundo, con la investigación y creación de
semillas resistentes a las sequias, a los suelos pobres en nutrientes y el control de
plagas.
La reducción emisiones de sustancias causante del efecto invernadero, con la
generación de tecnologías limpias o amigables con el medio ambientes, pero su
desarrollo de masificación a la población ha sido muy lento debido al poder
económico y corruptor que ejercen las grandes petroleras ha retrasado su ingreso
a la gran industria mundial.
Masificación de las TIC y la conectividad en el tercer mundo.
Podeos preguntarnos ¿si han sucedido grandes avances en materia de tecnociencia, por
que no ha resuelto los grandes problemas de la sociedad? Para muchos investigadores,
esto puede ser un problema ético, porque en muchos casos ésta no está al servicio de la
sociedad sino al servicio de las grandes corporación que financian las investigaciones y
sobre ponen sus intereses económicos al bien común. Para Restrepo Tamayo, (2014), es
3. una necesidad imperiosa de exigir un manejo ético de las investigaciones tecnocientíficas,
evitando que se conviertan en una amenaza para la sociedad:
Trazar unas prospectivas éticas se hace pertinente en tanto que las demandas de
poder de la tecnociencia se convierten en una amenaza, si no se posee un marco
ético de referencia a través de la prudencia responsable. El riesgo del cientificismo
está en ausentar la responsabilidad del campo investigativo y hacer separación
formal de toda referencia ética. (P, 87)
Pasar de un plano operativo a un plano ético, es un devenir de la tecnociencia, que se ha
masificado por el uso de la internet y la creación de las redes del conocimiento, pero estas
prácticas de la macrociencia, construye en la sociedad civil barreras y en muchos casos
conlleva a la pérdida de autoridad o aprobación de sus prácticas, para Alcibar, (2009), el
principal objetivo de la tecnociencia es obtener beneficios minimizando los riesgos y
maximizando la producción:
En definitiva, la tecnociencia se rige por unas normas colectivas que definen los
objetivos de la organización, depende de un flujo continuado de reclutamiento y
de recursos humanos, requiere de la infraestructura tecnológica para que la
productividad sea máxima, está estructurada por jerarquías de poder, actúa dentro
de los límites de una implacable lógica presupuestaria, funciona gracias a una
eficaz gestión administrativa, y mantiene un control permanente de la calidad del
trabajo efectuado. (P, 168).
Si el desarrollo de la tecnociencia en los países avanzado, fue el producto del trabajo
colaborativo entre los sectores públicos y privado, dirigidos por políticas claras, con
grandes inversiones de su producto interno bruto, para Oppenheimer ( 2011), paises como
los asiáticos donde la inversión es del 28%, en Europa del 30% y Estados Unidos del
4. 39%, donde los paises de América latina en conjunto solo llega al 2%. Eso sin mencionar
los indices de los PIB que se invierten en educación, “La manera de despegar es sintiendo
que estás quedándote atrás. El peligro es que, si la gente está satisfecha, no existe la
exigencia social de mejorar los estándares educativos” (Oppenheimer, 2011).
Para el caso de Colombia Oppenheimer, argumenta: Colombia se lanzó a competir en la
carrera internacional por la calidad educativa, a sabiendas de que está arrancando de muy
atrás. Ahora el nuevo gobierno del Presidente Santos buscará impulsar la formación
técnica, iniciando desde los dos últimos años del bachillerato. Además propone imponer
el bilingüismo desde la primaria y dotar a las escuelas con un “un computador por cada
pupitre”.
Esta apuesta del gobierno colombiano se sustenta en la búsqueda de políticas que
fomenten la inversión en ciencia y tecnologías. Con la promulgación del Documento
Conpes 3582 de 2009, para la Política nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación,
cuyos objetivos son:
Fomentar la innovación en el aparato productivo colombiano, mediante la
optimización renovación de los recursos tecnológicos y científicos presentes en
el país.
Fortalecer la institucionalidad del SNCTeI, que tiene como punto de partida la
aprobación de la ley 1286 de 2009 en la que se constituye el Fondo Francisco
José de Caldas para la financiación de ACTI y se convierte a Colciencias en
Departamento Administrativo.
Fortalecer el recurso humano para la investigación y la innovación. En esta
estrategia se destaca la ruptura de los bajos niveles de formación avanzada en el
5. país a través del proyecto de inversión “Capacitación de Recursos Humanos para
la Investigación” propuesto por Colciencias.
Promover la apropiación social del conocimiento, a través de su difusión en
medios de comunicación y formación de mediadores de CTeI, así como el apoyo
a entidades que cumplen con esta labor.
Focalizar la acción del Estado en el desarrollo de sectores estratégicos en el largo
plazo, que se caractericen por la producción de bienes y servicios de alto
contenido científico y tecnológico, y por ende, de alto valor agregado.
El Documento Conpes 3582 de 2009, Es claro que Colombia debe invertir y fomentar las
ciencias, la tecnología y la innovación, convirtiendo nuestro nación en un país
competitivo y así pueda afrontar los retos de este mundo globalizado y en el que nuestros
gobiernos han firmado Tratados de Libre Comercio (TLC), con otros países más
desarrollados, que están sumiendo en la pobreza e indigencia las masas populares y que
en última instancia están poniendo en riesgo la seguridad, social, alimentaría y económica
de nuestra querida Colombia.
Referencias Bibliográficas.
Alcibar, M. (2009). Comunicación pública de la tecnociencia: más allá de la difusión
del conocimiento. ZER. Vol 14 nº 27, 165-188.
Cely Galindo, G. (2001). El horizonte bioético de las ciencias. Bogotá: Ceja y 3R
Editores.
Consejo Nacional de Política Económica y Social, República de Colombia. (2009).
Documento CONPES 3582. Bogota D.C: Departamento Nacional de Planeación.
6. Delgado, G. C. (2010). Ciencia, tecnología y competitividad del aparato tecnocientífico
y productivo estadunidense. Revista Académica del CISAN-UNAM, 45-77.
Oppenheimer, A. (2011). ¡BASTA DE HISTORIAS! La obsesión latinoamericana con el
pasado y las 12 claves del futuro. México: Penguin Random House Grupo
Editorial México.
Restrepo Tamayo, J. (2014). Prospectivas éticas en el horizonte de la responsabilidad:
alcances y límites de la sugestiva visión de Hans Jonas. Revista Lasallista de
investigación Vol II nº 1, 86-96.