1. Actividad 1 Eje 4 Lectura y escritura exploratoria.
Unidad 1. Leer y escribir en contextos académicos.
“Bonos de carbono: Pagar para seguir contaminando”.
En este texto me dispongo a comentar sobre los bonos de carbono, lo que en mi opinión significan,
si realmente resuelven el problema ambiental o es un permiso para contaminar.
Los bonos de carbono, o certificaciones de reducción de emisiones (CER) son un proyecto
internacional, surgido en el protocolo de Kioto en 1997, que invita a reducir las emisiones de
bióxido de carbono (CO2) y demás gases efecto invernadero (GEI) al ambiente, por parte de las
empresas, y asegura incentivos económicos para quien participe y contribuya con el ejercicio.
Estos bonos de carbono se venden y compran dependiendo de las reducciones de emisiones de
gases de efecto invernadero (GEI) por empresa, o producirse a través de mecanismos de “captura
de carbono”, como plantar un bosque o reducir emisiones contaminantes, cambiando su método de
producción.
Sin embargo, esta venta de bonos de carbono no cambia nada. No hay grandes cambios en las
políticas medio ambientales, no hay una concientización de la población.
Además, no es necesario pagar por estos bonos, pues, el gobierno se los regala a las empresas
contaminantes.
Por lo tanto, las empresas que actualmente producen miles de toneladas de CO2, reciben éstos
bonos y cuando reducen sus emisiones, pueden vender estos bonos, obteniendo de esta forma
ganancias, por ser justamente estas empresas las que han generado el problema.
Adicionalmente a lo anterior, promover el negocio de la compra y venta de bonos de carbono, sería
como cobrar o pagar por el derecho a emitir excedentes de contaminantes; o el juego de cobrar por
el trabajo que hace el bosque.
En conclusión:
Considero que de esta manera no se logra proteger a la tierra, si no, de continuar con su
destrucción para ganar dinero.
Reflexión:
Finalmente, aceptar que el gobierno venda nuestros bosques a empresas de países altamente
contaminantes, es como ser cómplices de nuestra propia destrucción; pues en vez de rechazar
que esto suceda, recibimos unos billetes por nuestro silencio.
Por eso es que reitero que no estoy de acuerdo en que se le venda nuestros bosques a empresas
que pagan por el “derecho a seguir contaminando”.
Wendy Gisely Ancona Villanueva. Página 1