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Biografía
Thomas Hobbes nació el 5 de abril de 1588 en Malmesbury, Inglaterra. Desde
muy pequeño mostró sus grandes dotes intelectuales. Aprendió con bastante
disciplina y rapidez el latín y el griego, hasta el punto de que antes de cumplir los
quince años ya era capaz de traducir a Eurípides del original griego a versos
latinos. Este amor por las lenguas clásicas fue una constante en él: la primera
obra de Hobbes que se imprimió fue una traducción de la Guerra del
Peloponeso de Tucídides, y la última, una traducción de los poemas de Homero.
Además, sus principales obras están escritas en latín con una prosa magnífica.
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Biografía
Hobbes cursó sus estudios superiores en la Universidad de Oxford, siendo un alumno
sobresaliente. Al terminar sus estudios, se ganó la vida como profesor particular, siendo
contratado por familias nobles bastante poderosas, al punto que llegó a ser preceptor del
futuro rey Carlos II, el cual, ya estando en el poder, le concedió una pensión a Hobbes
con la que pudo dedicarse exclusivamente a sus estudios. A final de cuentas, Hobbes
había sido su maestro y el ahora rey estaba agradecido. Sin embargo, los últimos años
de vida del filósofo se vieron amargados por las polémicas que suscitó su pensamiento
tan audaz y, sobre todo, por las acusaciones de ateísmo y herejía, de las que tuvo que
defenderse durante bastantes años. Murió a los 91 años, en diciembre de 1679.
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Su obra más notable es el Leviatán,
publicado en inglés en 1651, y en
latín en 1670. Fue esta obra la que le
aseguró su fama como pensador.
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Biografía
So obra más notable es el Leviatán, publicado en inglés en 1651, y en latín en
1670. Fue esta obra la que le aseguró su fama como pensador.
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Introducción
A lo largo de su vida académica, Hobbes se mostró decididamente contrario a
Aristóteles y más aún a la filosofía escolástica. En cambio, le entusiasmó la idea
cartesiana de tomar a las matemáticas, en particular la geometría de Euclides,
como el modelo metódico para hacer filosofía. Sin embargo, quizás el influjo
más poderoso fue el que ejerció Galileo con su física, hasta el punto de que en
diversos momentos de la obra de Hobbes se pone de manifiesto su intento de
convertirse en el Galileo de la filosofía, y en particular el «Galileo de la ciencia
política».
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Teoría del Estado
Para comprender de forma adecuada la nueva concepción política de Hobbes,
conviene recordar que constituye la inversión más radical de la postura
aristotélica clásica. El Estagirita, en efecto, sostenía que el hombre es un animal
político, constituido de un modo tal que por su misma naturaleza está hecho
para vivir junto con los demás en una sociedad políticamente estructurada.
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Teoría del Estado
Además, Aristóteles asimilaba el hecho de que el hombre fuese animal político
con el estado propio de otros animales, por ejemplo, las abejas y las hormigas,
que al desear cosas semejantes y dirigiendo sus acciones hacia fines
compartidos, forman agregados de manera espontánea. Hobbes discute con
mucha viveza la proposición aristotélica y la comparación correspondiente. Para
él, cada hombre es profundamente distinto de los demás hombres y en
consecuencia está separado de ellos (es un átomo de egoísmo).
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Teoría del Estado
Por lo tanto, cada hombre no se halla en absoluto ligado con los demás hombres por un
consenso espontáneo como el de los animales, que se basa en un apetito natural. En
efecto, a) en primer lugar, entre los hombres hay motivos de disputas, envidias, odios,
traiciones, que no existen entre los animales; b) en segundo lugar, el bien de los animales
individuales que viven en sociedad no difiere del bien común, mientras que en el hombre
el bien privado se distingue del bien público; c) en tercer lugar, los animales no
encuentran defectos en sus sociedades, mientras que el ser humano sí cae en la cuenta
de ellos y quiere introducir continuas novedades, que constituyen causas de discordias y
de guerras; d) en cuarto lugar, los animales no poseen el don de la palabra, que con
frecuencia en el hombre es un motivo de malentendidos y conflictos. En resumen: en los
animales existe un consenso natural, mientras que entre los hombres no es así.
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Teoría del Estado
El Estado, pues, no es algo natural sino artificial. Naturalmente, los hombres se
hallan en una condición de guerra de todos contra todos. Cada uno tiende a
apropiarse de todo lo que le sirve para su propia supervivencia y conservación.
Como todos tienen derecho sobre todo y la naturaleza no ha colocado ningún
límite, de aquí surge el inevitable predominio de unos sobre otros. Es en este
contexto donde Hobbes usa la famosa frase homo homini lupus, «el hombre es
un lobo para el hombre».
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Teoría del Estado
Hobbes nos dice que en el «estado de naturaleza», los individuos estaban
obligados a competir entre sí por la búsqueda de su supervivencia, lo cual los
llevaba a desarrollar un sentimiento de desconfianza entre sí. Por tanto, este
«estado de naturaleza» era de conflicto permanente; es decir, de guerra.
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Teoría del Estado
La igualdad de capacidades entre los hombres, según Hobbes, es la causa de
que éstos lleguen a enfrentarse, pues cada uno aprecia para sí las mismas
posibilidades de éxito en la obtención de un mismo bien deseado. Pero dado
que en diferentes circunstancias dos o más individuos pueden desear lo mismo,
mas no tenerlo simultáneamente, sucede que se convierten en enemigos:
«De esta igualdad en cuanto a la capacidad se deriva la igualdad de esperanza respecto
a la consecución de nuestros fines. Esta es la causa de que si dos hombres desean la
misma cosa, y en modo alguno pueden disfrutarla ambos, se vuelven enemigos, y en el
camino que conduce al fin (que es, principalmente, su propia conservación y a veces su
delectación tan sólo) tratan de aniquilarse o so juzgarse uno a otro».
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Teoría del Estado
Bajo las condiciones críticas del «estado de naturaleza» planteado por Hobbes,
es natural imaginar que los primeros hombres y mujeres vivieran en una
situación de miedo. Tales motivos fueron los que llevaron al fin del «estado de
naturaleza» y a la búsqueda de la autoconservación por medio de un nuevo
modelo de organización política en donde los individuos transfiriesen su derecho
natural a una nueva autoridad política.
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Teoría del Estado
Dice Hobbes:
«La causa final, fin o designio de los hombres (que naturalmente aman la libertad y el
dominio sobre los demás) al introducir esta restricción sobre sí mismos (en la que los
vemos vivir formando Estados) es el cuidado de su propia conservación y, por añadidura,
el logro de una vida más armónica; es decir, el deseo de abandonar esa miserable
condición de guerra que, tal como hemos manifestado, es consecuencia necesaria de las
pasiones naturales de los hombres, cuando no existe poder visible que los tenga a raya y
los sujete, por temor al castigo, a la realización de sus pactos y a la observancia de las
leyes de naturaleza».
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Teoría del Estado
Hobbes pensaba que la protección efectiva de la seguridad de una colectividad
exigía que los miembros que la conformaban cedieran su fuerza y poder a otro
agente. De esta manera, el Estado surge como resultado del acuerdo mutuo
entre los miembros de una colectividad, con el objetivo asegurar y preservar la
vida y el derecho a la propiedad privada.
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Teoría del Estado
«Esto es algo más que consentimiento o concordia; es una unidad real de todo ello en una y la
misma persona, instituida por pacto de cada hombre con los demás, en forma tal como si cada uno
dijera a todos: autorizo y transfiero a este hombre o asamblea de hombres mi derecho de
gobernarme a mí mismo, con la condición de que vosotros transferiréis a él vuestro derecho, y
autorizareis todos sus actos de la misma manera. Hecho esto, la multitud así unida en una persona
se denomina ESTADO, en latín, CIVITAS. […] Porque en virtud de esta autoridad que se le confiere
por cada hombre particular en el Estado, posee y utiliza tanto poder y fortaleza, que por el terror que
inspira es capaz de conformar las voluntades de todos ellos para la paz, en su propio país, y para la
mutua ayuda contra sus enemigos, en el extranjero. Y en ello consiste la esencia del Estado, que
podemos definir así: una persona de cuyos actos una gran multitud, por pactos mutuos, realizados
entre sí, ha sido instituida por cada uno como autor, al objeto de que pueda utilizar la fortaleza y
medios de todos, como lo juzgue oportuno, para asegurar la paz y defensa común. El titular de esta
persona se denomina SOBERANO. Y se dice que tiene poder soberano; cada uno de los que le
rodean es SÚBDITO suyo».
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Teoría del Estado
Dados, pues, los impulsos y las acciones destructoras a las que por naturaleza y
voluntad somos proclives, este sometimiento hacia la autoridad soberana es un
acto racional, debido a que significa el establecimiento de un orden sin el cual no
sería posible alcanzar la paz y la seguridad. Y es en este contexto en donde se
establecen para Hobbes las «leyes de naturaleza», que no son más que la
«racionalización del egoísmo»; es decir, las normas que permiten satisfacer el
instinto de autoconservación:
«Ley de naturaleza (lex naturalis) es un precepto o norma general, establecida por la
razón, en virtud de la cual se prohíbe a un hombre hacer lo que puede destruir su vida o
privarle de los medios de conservarla; o bien, omitir aquello mediante lo cual piensa que
pueda quedar su vida mejor preservada».
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Teoría del Estado
En el Leviatán Hobbes enumera un total de diecinueve leyes de naturaleza, pero
nosotros nos centraremos sólo en las tres primeras, que son las principales; y
que son la fuente a partir de la cual se derivan todas las demás.
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Teoría del Estado
El primer precepto o regla general de la razón establece que: «cada hombre debe
esforzarse por la paz, mientras tiene la esperanza de lograrla; y cuando no puede
obtenerla, debe buscar y utilizar todas las ayudas y ventajas de la guerra». El segundo
precepto de la ley natural prescribe «que uno acceda, si los demás consienten también, y
mientras se considere necesario para la paz y defensa de sí mismo, a renunciar este
derecho a todas las cosas y a satisfacerse con la misma libertad, frente a los demás
hombres, que les sea concedida a los demás con respecto a él mismo». La tercera ley
natural manda, una vez que se ha renunciado al derecho de hacer todo, a «que los
hombres cumplan los pactos que han establecido». Del cumplimiento o incumplimiento de
esta tercera ley de naturaleza, nace para Hobbes la justicia y la injusticia.
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Teoría del Estado
Sin embargo, estas leyes no son suficientes por sí mismas para constituir la
sociedad, ya que es preciso que también exista un poder que obligue a
respetarlas: los «pactos sin la espada que imponga que se respeten» no sirven
para lograr el objetivo deseado. Por eso, para Hobbes es preciso que todos los
hombres encarguen a un único hombre su representación.
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Teoría del Estado
Es importante tener en cuenta que el pacto social no lo establecen los súbditos
con su soberano, sino los súbditos entre sí. El soberano no entra en el pacto,
puesto que es necesario que posea todos los derechos a los que los ciudadanos
han renunciado para que pueda ejercer libre e ilimitadamente el poder y la
violencia cuando lo considere necesario para mantener el orden social. Todos
los poderes deben concentrarse en manos del soberano. La Iglesia misma debe
someterse a él. No debe haber ninguna clase de poder fuera de él. Por eso, el
Estado de Hobbes es un «Estado absolutista».
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Conclusión
En la Biblia, en el libro de Job (caps. 40-41) se describe al Leviatán (que
significa literalmente «cocodrilo») como un monstruo invencible. Hobbes utiliza
el nombre de «Leviatán» para designar al Estado y como título de la obra que
sintetiza todo su pensamiento.