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Will Eisner y la novela gráfica
                               Daniel Gómez Salamanca
                          Facultat de Comunicació Blanquerna


Will Eisner (1917-2005), testigo privilegiado de la evolución del cómic a lo largo de su
historia, es uno de los autores que más ha insistido en la necesidad de reconocimiento
del cómic como arte. Tanto desde una perspectiva teórica (El cómic y el Arte
Secuencial yLa Narración gráfica) como práctica (Spirit, Contrato con Dios, El
soñador…), Will Eisner ha defendido siempre la calidad “literaria” del cómic. Suele
considerársele “el padre de la novela gráfica”. En este compendio de citas de Eisner
podéis encontrar un resumen de su perspectiva teórica comentadas por un servidor.



De artistas de vodevil a artistas a secas:

La tradicional (y difícilmente rebatible a pesar de los progresos) falta de reconocimiento
del cómic como medio o como arte, es uno de los pilares más importantes sobre los que
se sustenta la actual tendencia teórica hacia el término de la «novela gráfica». Explica
Eisner que, cuando se publicó Spirit por primera vez, en 1940, fue entrevistado por
el Baltimor Sun. Ya entonces intentó defender la tesis de que el cómic era un medio
artístico literario. Sin embargo, las reacciones que suscitaron sus afirmaciones dan
buena cuenta de que Eisner iba muy por delante de sus contemporáneos:

           “Y los tipos aquellos se me rieron a la cara diciéndome: „Qué intentas
           demostrar, Will? ¿Quién te crees que eres?‟ [El humorista gráfico] Rude
           Goldberg me dijo que eso que yo decía era una chorrada. „Joder, chico, eres
           un artista de vodevil. No olvides que esto es un vodevil.‟” (Eisner, 2006,
           p.163)

Pero no sólo las personas ajenas al cómic opinaban de ese modo. A juzgar por las
declaraciones de Eisner, a menudo, la baja consideración de la historieta tenía como raíz
a los propios autores. La mayoría de ellos no trabajaban en el cómic vocacionalmente
sino, simplemente, como una forma de ganar algún dinero mientras aspiraban a cosas
más “serias” y mejor pagadas como, por ejemplo, ilustrar el Saturday Evening
Post (Eisner, 2006, p.187-188).

           [Durante la década de 1940] Nadie en el medio, trabajando en el medio por
           entonces, hubiera pensado en él como medio. Nadie reconocía o aceptaba el
           hecho que esas ilustraciones, esa maravillosa combinación de palabras e
           imágenes presentadas en una secuencia inteligente, era realmente una forma
           de arte o, como me gusta decir, una forma literaria” (Eisner, 2004)

En la entrevista que mantuvieron Will Eisner y Frank Miller, Eisner comparaba la
situación de los creadores de cómic con los esclavos que deseaban estar en la colina
donde estaban los blancos (aunque no hace referencia tan solo a la mentalidad sino
también a los canales de distribución, de los que hablaremos más adelante) (Eisner,
2006, p.162) mientras que Miller lo llamaba la “enfermedad de la baja autoestima”
(Miller, 2006, p.168).

           “En aquel entonces, sostener que el cómic era una forma artística, o
           sencillamente tratar de defender su valor, pasaba por ser una presunción
           disparatada, tachada de ridícula. Ahora bien, con el paso de los años, el
           reconocimiento y la aceptación dieron su fruto, y el arte secuencial se
           encuentra a un paso de incorporarse a la cultura del sistema.” (Eisner, 1997,
           p.5)

Pese a todo, admite Eisner, aún queda mucho trabajo por hacer. El cómic, tanto en el
terreno de la literatura, como en el de la pintura, sigue sin ser considerado como se
merece.

           “En general, y por motivos que tienen mucho que ver con la costumbre y la
           temática, el Arte Secuencial ha sido desdeñado, considerándosele indigno de
           serio debate. Mientras que sus principales elementos integrantes; a saber, la
           concepción, el dibujo, la caricatura y la escritura, han recibido consideración
           académica por separado, la combinación de todos ellos ha obtenido un lugar
           insignificante en el mundo literario y en el artístico.” (Eisner, 1996, p.5)

           “Aún se nos considera un medio artístico inferior. Arriba del todo está el
           óleo, luego está el aguafuerte, luego el grabado en madera, luego la
           serigrafía, y al final los cómics” (Eisner, 2006, p.162)

El último escollo por superar, afirma Eisner, es el del reconocimiento académico.

           “El futuro del medio pende del soporte del mundo académico porque, para
           que el medio crezca y madure como hasta ahora necesita la atención y el
           interés de aquellas personas que, en el mundo académico, son capaces de
           disecarlo [¿?], discutirlo, reconocerlo y evaluarlo; [aquellas personas que]
           establecerán un estándar al que aspiren los jóvenes artistas del cómic.”
           (Eisner, 2004)

Partiendo de la base que el cómic debe ser reconocido como un medio de expresión
artística tan válido como cualquier otro, en mi opinión, el cómic no debe depender de
que dicho reconocimiento sea concedido por la academia literaria o artística sino que el
cómic debe contar con una crítica y una teoría propias.

El cómic es un medio en sí mismo, una forma artística que tiene un lenguaje propio que
va más allá del uso de la palabra y, por lo tanto, debe valorarse independientemente de
cualquier otra forma artística. Por supuesto, tanto a nivel creativo como teórico, siempre
habrá cierta porosidad entre medios eminentemente narrativos, especialmente cuando
comparten ciertas partes de su lenguaje. El cineasta D. W. Griffith, por ejemplo, se
inspiró en Dickens para crear el montaje en paralelo. Estos trasvases deben entenderse
como un diálogo entre iguales, no como una dependencia de la literatura.

El cómic como medio
Cuando, en 1940, Will Eisner emprendió la publicación de Spirit como suplemento
dominical, intentó dirigirse a un público más adulto del que solía leer cómics. En
consecuencia, trató de explicar historias que fueran más allá de la persecución y la
venganza típica de los superhéroes que poblaban los comic book. A nivel
narrativo,Spirit se convirtió en una plataforma ideal para la experimentación con el
lenguaje del cómic.

           “En retrospectiva, me doy cuenta de que estuve trabajando tan sólo en una
           idea central: que el medio, la disposición de palabras e imágenes en el arte
           secuencial, era una forma artística en sí. La historieta es un medio único en
           su género, con estructura y personalidad propias, que puede tratar cualquier
           tema, por intrincado que sea” (Eisner, 1996, p.5)

Para Eisner, el cómic book y las tiras de prensa son manifestaciones de lo que él
denomina “Arte Secuencial”. A su vez el Arte Secuencial se encuentra dentro de los
límites de la “narrativa gráfica”, espacio que comparte con el cine.

           El Arte secuencial es un “medio de expresión creativa, materia de estudio
           diferente, forma artística y literaria que trata de la disposición de dibujos o
           imágenes y palabras para contar una historia o escenificar una idea.”
           (Eisner, 1996, p.5)

           La narración gráfica es “descripción genérica de cualquier narrativa que se
           sirve de la imagen para transmitir una idea. Tanto el cine como el cómic
           recurren a la narración gráfica.” (Eisner, 1998, p.6)

Dicho de otro modo, en la “Narración Gráfica” pone el énfasis en la transmisión de una
historia mediante imágenes mientras que en el “Arte Secuencial” pone el énfasis en la
transmisión de una historia (o idea) mediante la combinación de palabra e imagen. A
juzgar por sus escritos, a menudo demasiado ambiguos en el uso de los términos, la idea
del cómic como medio queda en algún punto intermedio entre ambas.

           “Para mí, el medio trata de comunicar historias con imágenes, con una
           combinación inteligente de palabras e imágenes. Eso todos nosotros lo
           sabemos muy bien.” (Eisner, 2006, p.333)

           “Para mí, el cómic es una forma de contar una historia. Es una forma de
           escribir. Es un lenguaje. (Eisner, 2006, p.332)

En mi opinión, incluir el cómic y el cine bajo el gran paraguas de la narración gráfica es
un error, ya que no se tiene en cuenta la gran influencia que tiene la palabra en la
creación del sentido de la obra. Más acertada, aunque no suficiente, me parece la
perspectiva de Miguel Ángel Muro Munilla quien habla de los cómics como “textos
narrativos literario-icónicos” (Muro, 2004, p.63). Sin embargo, aunque la gran mayoría
de los cómics tienen carácter narrativo, sus posibilidades no acaban ahí. Además, no
debería confundirse el carácter verbal de una parte del lenguaje de los cómics con la
pertenencia a la literatura como arte. Por todo ello, yo optaría por definir el cómic como
un medio de expresión artística basado en un lenguaje icónico-verbal.
El delicado equilibrio entre palabras e imágenes.

Will Eisner afirma en varias ocasiones que el lenguaje del cómic se basa en la
transmisión de una historia mediante la combinación de palabras e imágenes. Según el
autor, de alguna manera, el interés por cada uno de dichos componentes es inversamente
proporcional al interés por el otro.

           “Cuando la pirotecnia visual y los trazos de alta tecnología dominan el
           cómic, el resultado suele ser una historia muy sencilla.”

           “Lo que ves ahora [en las editoriales pequeñas] son ideas sofisticadas con
           un dibujo básico, cuando yo empecé teníamos un dibujo sofisticado con
           ideas muy básicas.” (Eisner, 2006, p.192)

Para Eisner, la primacía del dibujo sobre la historia es tradicional en la industria del
cómic y es, además una de las causas de que el cómic haya sido considerado una
“amenaza contra la alfabetización” (Eisner, 1998, p.3) por algunos sectores
tradicionalistas de la cultura incapaces de entender la imagen como medio de
comunicación, como texto (en un sentido amplio) cuyo mensaje puede ser “leído”.

           “La primacía del dibujo en el formato de cómics tradicional hizo que se
           pusiera más énfasis en el grafismo que en su contenido literario.” (Eisner,
           1998, p.3)

           “(…) en la época en la que crecí el buen dibujo se consideraba la cumbre de
           nuestro trabajo. Si estaba bien dibujado, todo el mundo te decía que con eso
           bastaba. Ahora, las ideas son lo importante.” (Eisner, 2006, p.193)

           A un lector interesado en los efectos gráficos o el dibujo virtuoso, le basta
           con eso. En realidad, un argumento con mucha „densidad‟ puede llegar a ser
           un impedimento. Para obtener este resultado, el dibujante precisa del
           guionista un pequeño tema que se centre en un solo problema, como esos
           argumentos que se limitan a persecuciones o venganzas.” (Eisner, 1998,
           p.26)

Al contar con su propio lenguaje icónico-verbal, es un error valorar el cómic en función
de la imagen o de la palabra por separado. Por supuesto, ya lo era cuando se consideraba
que el dibujo es lo más importante pero también cuando se considera, como hacen
Ramón de España e Ignacio Vidal-Folch en El cánon de los cómics, (Vidal-Folch y de
España, 1996, p.11) que lo importante es exclusivamente el guión literario. En el cómic,
la palabra y la imagen construyen el sentido juntas por lo que no pueden separarse la
una de la otra.

La lectura del cómic:

No es de extrañar que Will Eisner hable de lectura del cómic ya que, por una parte, es
un medio al que considera literario y por otra se refiere a lectura en un sentido amplio
según el cual el cómic, mediante imágenes y palabras, forma un texto semiótico.
“Se espera de los jóvenes lectores una fácil comprensión de la combinación
           imagen-palabra y el tradicional desciframiento del texto. A los comics de les
           puede llamar „lectura‟ en un sentido más amplio del que se suele entender
           por esta palabra” (Eisner, 1996, p.7)

La lectura de un cómic es, debido a la naturaleza dual del lenguaje que lo conforma un
proceso complejo.

           “El comic book consiste en un montaje de palabra e imagen, y, por tanto
           exige del lector el ejercicio tanto de su facultad visual como verbal.”
           (Eisner, 1996, p.8)

Sin embargo, Eisner, que por una parte defendía que el texto pudiera ser entendido de la
manera más amplia posible, utiliza este argumento como demostración de la naturaleza
literaria del cómic.

           “El proceso de lectura en cómic es una extensión del texto. La lectura de un
           libro supone un proceso de lectura que convierte la palaba en imagen. Eso
           se acelera en el cómic, que ya proporciona la imagen. (…) Esta peregrina
           forma de lectura merece, de todas todas, ser considerada como literatura, ya
           que se sirve de imagen como si fuera un lenguaje. Puede apreciarse su
           relación con la iconografía y pictografía de la escritura oriental.” (Eisner,
           1998, p.5-6)

En semiótica un texto es considerado “un artificio sintáctico-semántico-pragmático cuya
interpretación está prevista en su propio proyecto generativo” (Eco citado en Muro,
2004, p.29). Los signos que lo forman no tienen por qué ser de naturaleza
exclusivamente verbal, por lo que en sentido amplio, un cómic entra, sin reparo posible,
en dicha definición. Menos acertado está Eisner a la hora de considerar este hecho como
prueba de la naturaleza literaria del cómic, al contrario, considerar al cómic como un
texto en el sentido semiótico, no pone al cómic por debajo de la literatura en lo que se
refiere a su capacidad para vehicular un sentido, lo pone al mismo nivel.

La escritura del cómic:

De la misma manera que hablamos de “lectura del cómic” podemos hablar de “escritura
del cómic”.

           “El cómic es un medio que emplea una sofisticada combinación de textos e
           imágenes. Cuando en un relato sólo existe el texto se puede alcanzar una
           gran profundidad, detalle y economía de espacio, pero las imágenes pueden
           aportar al lector una gran carga emocional” (Eisner; Vidal, 2002)

A pesar de la discutible distribución texto-profundo/imagen-emocional, Eisner apunta
que la combinación entre palabras e imágenes debe formar un todo homogéneo.
Palabras e imágenes trabajan juntas en la elaboración del sentido del «texto semiótico».
Eisner llega al extremo de defender la idea de un creador único para asegurar tanto el
texto como el dibujo estén al servicio de la idea original.
“Por lo general, la escritura se percibe como la manipulación de la palabras.
           Escribir una historieta es faena más compleja, pues se trata en principio de
           desarrollar un concepto, de describirlo y de construir la cadena narrativa que
           llevará de las palabras a las imágenes. El diálogo sostiene el dibujo, pues
           tanto uno como otro están al servicio de la historia. Ambos se combinan
           para formar un todo homogéneo. La escritura ideal sólo se da cuando el
           guionista y el dibujante son la misma persona. Ello conlleva la ventaja de
           reducir el tiempo entre la idea y su adaptación. Así, el producto se encuentra
           lo más cerca posible de la intención del creador.” (Eisner, 1998, p.111)

Para Eisner la letra impresa es un canal que no modifica la idea en su transmisión
mientras que la imagen sí lo hace.

           “Hay una diferencia esencial entre la escritura de un libro y la de una
           historieta: al contrario de las imágenes, la letra impresa no modifica la
           calidad de la historia, la letra impresa no influye en la narración, pero la
           imagen sí.” (Eisner, 1998, p.112)

Podemos entender, por tanto, que, para Eisner, la figura del creador se correspondería
con la del guionista mientras que el dibujante tendría la función de adaptar la idea en
imágenes. Este desequilibrio en las funciones de cada miembro del equipo también
apoya la concepción del cómic como medio literario. Sin embargo es un argumento que,
en función de lo dicho hasta ahora, cae por su propio peso.

Eisner, pionero de la “novela gráfica”

Will Eisner se considera a sí mismo creador de la “novela gráfica” o, al menos, de la
“novela gráfica” tal y como la conocemos hoy en día. Como él mismo explica a modo
de anécdota, cuando intentaba vender Contrato con Dios a una editorial literaria se
produjo la siguiente conversación:

           “Así que lo llamé y le dije „Hay algo que quisiera enseñarte, algo que creo
           que es muy interesante.‟

           Él dijo, „Sí, bueno, de qué se trata?‟

           Surgió un hombrecillo en mi cabeza y me dijo „Por el amor de Dios,
           estúpido, no le digas que es un cómic. Te colgará.‟ Por lo que le dije: „Es
           una novela gráfica.‟

           Él dijo: „Wow! Eso suena interesante. Ven a verme.‟” (Eisner, 2004)

Encontramos otros ejemplos de ello en la entrevista entre Frank Miller y Will Eisner
cuando Miller le dice que Contrato con Dios fue un punto de inflexión a partir del cual
los autores de cómic comenzaron a considerarse novelistas, Eisner contesta:

           “Bueno, yo lo intentaba, pero no era consciente de que estaba comenzando
           una revolución. Sabía que lo que estaba haciendo era algo diferente porque
mi intención era que fuese diferente, y porque estaba hablando a un lector
           completamente diferente.” (Eisner, 2006, p.44)

En otro momento Eisner afirma:

           “Lo que yo saco de todo esto es que aquí tenemos un medio que
           proporciona un vehículo para expresar ese tipo de cosas. Siempre ha tenido
           esa capacidad, pero ahora, gracias a gente como tú [Frank Miller] (gracias a
           Art Spiegelman, gracias a Scott McCloud, Chris Ware, a personas así) toda
           esta gente nueva ha tomado este medio como un vehículo para expresarse.
           Hubo ésta sensación en el aire antes… en 1935 cuando yo empecé, había
           gente por ahí con los mismos sentimientos, los mismos desengaños, la
           misma angustia (…). De hecho, lo único que me da envidia de todo esto es
           que yo bajé a este valle antes que nadie, y ahora todo el mundo viene al
           valle y construye cosas a mi alrededor. ” (Eisner, 2006, p.166)

Sin embargo, Eisner, cita dos corrientes anteriores que sirven de precedente directo. Por
un lado tenemos los libros ilustrados como, por ejemplo, El príncipe valiente de Harlord
Foster, del que Eisner dice lo siguiente:

           “Los libros ilustrados gozaban de más consideración que la historieta y esa
           técnica tenía la ventaja de conservar la integridad del texto. (…) El formato
           se inspiraba en el cómic, pero la narración se sustentaba esencialmente del
           texto” (Eisner, 1998, p.135)

Por el otro lado tenemos la narración gráfica de autores como Frans Masereel u Otto
Nücke (aquí Eisner no utiliza el término “narración gráfica” genéricamente sino como
formato concreto basado en la sucesión de imágenes y sin el uso de palabras). Will
Eisner sostiene, por ejemplo, que quedó profundamente impresionado por
el Frankentein de Lynd Ward y que sus “esfuerzos en el mundo del cómic son un
intento de expandir o extender la novedosa premisa de Ward.” (Eisner, 1997, p.5) Dicha
expansión consistiría en la aplicación del lenguaje del “Arte Secuancial” a las historias
enteramente gráficas.

           “La novela gráfica, tal como la conocemos hoy, consiste en una
           combinación de texto, ya sea de apoyo o diálogos (bocadillos) y de dibujo
           desplegado secuencialmente. Pero en sus principios, la narración gráfica
           prescindió totalmente de la palabra.” (Eisner, 1998, p.138)

           “Al considerar la novela gráfica se nota que la mayor parte de la narración
           corre a cargo del dibujo. La difusión de los comic books nos ha
           acostumbrado a una oposición texto-imagen en la narración de la historia.
           Tras el éxito que obtuvo, esa mezcla de géneros destronó rápidamente a la
           narración enteramente gráfica y dio nacimiento a la novela gráfica tal y
           como la conocemos hoy día” (Eisner, 1998, p.141)

Resulta curioso el hecho de que la denominada “novela gráfica” que, según Eisner, tiene
mucho de acercamiento del cómic a la literatura, tenga sus orígenes en un formato
completamente gráfico y que sea gracias a la influencia del cómic convencional que la
palabra es introducida.

La novela gráfica: entre el cómic y la literatura

Para Will Eisner, a lo largo de la historia del cómic se produce un acercamiento del
cómic a la literatura. Eisner afirma que la publicación de Spirit fue para él la
confirmación de la potencialidad literaria del medio.

           “En 1939, llevaba mucho tiempo convencido de que estaba liado con un
           medio que tenía un verdadero «potencial literario». (…) Publicar en los
           grandes periódicos de la nación iba a proporcionarme un público adulto y la
           oportunidad de escribir y dibujar historias mucho más sutiles” (Eisner,
           2002, p.7)

Según Eisner el underground fue el primer movimiento que empezó a hacer lo que él
consideraba literatura y, por tanto la demostración de que el potencial que había
predicho podía hacerse realidad.

           “No fue hasta que llegaron los cómics underground, en los setenta cuando la
           gente empezó a hacer lo que yo considero literatura. Eso fue lo que me trajo
           de vuelta al medio. (…) Lo que estaban haciendo era tratar sobre la temática
           social real, por primera vez. El dibujo era en muchos casos algo muy basto,
           y el guión muy ridículo, pero trataban problemas sociales en este medio. Lo
           utilizaban como un medio literario. Antes de eso, los cómics habían sido un
           medio de entretenimiento, que así era como se les había considerado
           siempre. Siempre habían sido un medio de entretenimiento. Creo que esos
           son unos grandes cambios.” (Eisner, 2006, p.183)

El movimiento underground animó a Eisner a regresar al mundo del cómic con una
nueva protesta, una tentativa de demostrar al mundo no sólo que el cómic era literatura
sino que podía ser tan bueno como cualquier novela: la novela gráfica.

           “La novela gráfica fue mi tentativa de demostrar que el cómic es una forma
           válida de literatura capaz de dirigir su contenido más allá de las simples
           historias de entretenimiento. El cómic, dentro de las limitaciones de su
           lenguaje, puede aspirar al mismo nivel literario que cualquier novela.”
           (Eisner; Vidal, 2002)

En realidad, cuando Eisner habla de acercamiento a la literatura, lo hace en función de
dos parámetros básicos: por una parte la calidad (que él denomina nivel literario) y por
otra la temática. Como decía en el post anterior, siendo el cómic un medio en sí mismo
es un error valorar un cómic en función de lo cerca o lejos que esté de la literatura
(incluso si hubiera realmente una forma de medir esa distancia). Por otro lado no puede
considerarse la literatura como un absoluto de calidad. Como en todas las industrias
culturales (dejando de lado el hecho que la literatura disponga de algunos siglos más de
bagaje en los que acumular clásicos y formar un canon) se publican obras que abarcan
todo el rango de calidades, temáticas y públicos imaginables. Demasiado a menudo se
confunde la literatura con el conjunto de obras que forman el canon literario y el canon
literario con algo útil.

Los temas propios de la novela gráfica:

Will Eisner asocia, por una parte, cómic y literatura y, por otra, literatura y «temas
serios». Para Eisner, una vez que el cómic ha dejado de ser novedad como medio, debe
dedicar sus esfuerzos a asumir un nivel intelectual superior.

           “Ya no somos algo novedoso así que, por lo tanto, lo que los nuevos
           guionistas tienen que hacer es, trabajando dentro de este medio, dar con
           historias que tengan más importancia intelectualmente.” (Eisner, 2006,
           p.183)

           “Creo que ahora mismo estamos en un momento de cambio. En un
           momento de cambio en la historia de este medio. (…) Habrá gente
           estupenda que llegará a este medio, gente que sabe escribir, que tiene algo
           que decir, y que no está interesada necesariamente en el entretenimiento; en
           hacer una aventura emocionante o una de policías y ladrones o lo que sea.
           Sino que esté interesados en contar algo serio.” (Eisner, 2006, p.347)

           “Es un debate interminable el de hasta dónde pueden llegar los cómics al
           tratar un „tema serio‟. Por suerte, el aumento del número de dibujantes y
           guionistas serios que han sido atraídos por los cómics es testimonio
           elocuente del potencial de este medio” (Eisner, 1998, p.4)

Dichas aspiraciones literarias que, según Will Eisner, comienzan con el movimiento
underground, suponen para él, la maduración del medio. Los temas serios a los que hace
referencia y que convierten al cómic en un medio para adultos tienen en común una
perspectiva realista.

           “Entre los años 1965 y 1990, los cómics se esforzaron por alcanzar un serio
           contenido literario. Todo empezó con el polémico movimiento underground
           de dibujantes y guionistas que trataron directamente con el mercado. (…)
           Significó el principio de la maduración del medio. Por fin el cómic buscaba
           vérselas con temas que hasta entonces habían sido considerados sólo
           propios del libro, el teatro o el cine. La autobiografía, las reivindicaciones
           sociales, las relaciones humanas y la historia eran temas por los que ahora se
           interesaban los cómics. Empezaron a proliferar novelas gráficas dirigidas a
           „los adultos‟. La edad media de los lectores fue en aumento. El mercado
           para la innovación y los temas adultos amplió sus fronteras.” (Eisner, 1998,
           p.4)

           Sobre Contrato con Dios, Eisner afirma: “En este libro, me he esforzado por
           conseguir una narrativa que trata temas personales. (…) Los protagonistas y
           acontecimientos de estos relatos son gente y hechos que me gustaría que se
           aceptaran como reales.” (Eisner, 1997, p.6)
Partiendo de la base de que el cómic es capaz de tratar cualquier temática, con cualquier
nivel de profundidad y para cualquier tipo de público, es lógico pensar que a lo largo de
la historia del medio, a medida que determinados géneros y enfoques acaparaban el
mercado, ha sido necesaria una reivindicación de dicho potencial. Dejando de lado el
debate de si hoy en día sigue siendo necesario insistir en la reivindicación de un cómic
dirigido a un público adulto, con lo que no puedo estar de acuerdo es con la asociación
entre literatura/tema serios/realidad. En primer lugar porque la literatura, como medio
de expresión artística, puede abarcar, y de hecho abarca, todas las temáticas posibles,
todo el rango de edades, todos los niveles de “seriedad” (si es que puede medirse la
seriedad de un texto). En segundo lugar porque el realismo no es garantía de
profundidad ni de seriedad y, mucho menos de calidad. En tercer lugar porque el cómic
merece ser valorado por lo que es y no en función de lo cerca o lejos que esté de la falsa
imagen de otro medio. Lo que presenciamos aquí, por tanto no es la reivindicación del
cómic como medio, sino un intento de imitar la imagen idealizada de otro medio y, por
tanto, una reafirmación del complejo de inferioridad del cómic.

Distribución y formato de la novela gráfica: acordes con la literalidad del medio.

Para Eisner, amparándose en los gustos del lector adulto y con la literatura como
horizonte del cómic, el formato de una novela gráfica debería ser el mismo que el de
una novela.

           “Al lector adulto no le gusta leer una novela gráfica de 18x26 porque es
           como un cómic. Pero le gusta ver una novela gráfica de 15x23 porque todas
           sus novelas están en 15x23” (Eisner, 2006, p.14)

Eisner afirma por una parte que el cambio de formato, especialmente el progresivo
aumento de espacio para explicar las historias a lo largo de la historia del cómic, supuso
el aumento de la sofisticación literaria.

           “A raíz de la recopilación de las tiras de prensa publicadas en los periódicos,
           el material de la recopilación de las tiras de prensa publicadas en los
           periódicos, el material del comic book no tardó en evolucionar hacia
           historias largas, hasta llegar a las novelas gráficas. Esta última variante ha
           pesado mucho sobre el dibujante y el guionista, exigiéndoles una mayor
           sofisticación literaria.” (Eisner, 1998, p.3)

Pero el progresivo aumento de páginas no es suficiente. Para Eisner, su trabajo
con Contrato con Dios fue decisivo en la aparición de la «novela gráfica» también por
haber roto con las límites de los formatos tradicionales.

           “Al contar esas historias, he querido adoptar una regla del realismo que
           quiere que la caricatura o exageración se ciña a los límites de la realidad.
           Para lograrlo tuve que desechar dos constricciones básicas que tan a menudo
           reprimen este medio: el espacio y el formato. Por consiguiente, escribí cada
           una de las historias sin tener en cuenta el espacio y, asimismo, cada cual
           desarrolló su propio formato.” (Eisner, 1997, p.6)
Más allá de la calidad literaria, donde sé juega un papel importante el formato es en la
distribución. Para Will Eisner el mercado de venta directa de cómics, es decir, las
tiendas especializadas, está muy por debajo del mercado de literatura en general. Eisner,
que considera que el cómic es literatura, defiende que pueda ser vendido en las tiendas
de libros no especializadas en cómics.

           “[lo comercial de verdad] está „más allá‟ del mercado directo; es como
           cuando los esclavos miraban a los blancos que estaban ahí, colina arriba.
           Por eso yo siempre digo que quiero estar con los blancos de la colina (…).
           Es un mercado diferente, totalmente diferente, y forma parte de una manera
           de vender totalmente distinta.” (Eisner, 2006, p.152)

Y llegamos por fin a lo que considero el verdadero quid de la cuestión. El verdadero
sentido de la novela gráfica es, en mi opinión, el acceso del cómic a las librerías no
especializadas. La novela gráfica, tal y como viene siendo definida no aporta
absolutamente nada que el cómic no fuera capaz de hacer, al menos potencialmente. Si
bien el cambio de formato era necesario para este cometido, toda la argumentación
sobre la literalidad, la madurez, la calidad de la novela gráfica me parece más una
(brillante, eso sí) estrategia de posicionamiento de producto orientado al usuario
(Olamendi, 2010, p.2) que una argumentación sólida en la que sustentar la teoría del
cómic.

Bibliografía:

EISNER, W. “Prefacio” en EISNER, W. Contrato con Dios. Norma Editorial, 1997
         (1978)

EISNER, W. El cómic y el arte secuencial. Barcelona, Norma editorial, 1996 (1985)

EISNER, W. La narración gráfica. Barcelona, Norma editorial, 1998 (1996)

EISNER, W. “The Spirit: cómo surgió” en EISNER, W. Los archivos de Spirit Vol.
          1.Norma Editorial, 2002 (2000)

EISNER, W.; VIDAL, J. “El cómic puede aspirar al mismo nivel literario que cualquier
          novela” [En línea] El País Digital. 25 de enero de 2002.
          <http://www.elpais.com/articulo/semana/EISNER/_WILL/comic/puede/as
          pirar/mismo/nivel/literario/cualquier/novela/elpepuculbab/20020126elpbab
          ese_1/Tes>. [Consulta 7 de Julio de 2010]

EISNER, W. “Keynote address from the 2002 „Will Eisner Symposium‟” [En
          línea]ImageTexT: Interdisciplinary Comic Studies. Num.1 Vol.1, 2004.
          <http://www.english.ufl.edu/imagetext/archives/v1_1/eisner/>. [Consulta 7
          de Julio de 2010]

EISNER, W.; MILLER, F. Eisner/Miller: Entrevista modernada por Charles
         Brownstein. Barcelona: Norma Editorial, 2006 (2005)
MURO MUNILLA, M. A. Análisis e interpretación del cómic. Ensayo de metodología
       semiótica. La Rioja: Universidad de la Rioja, 2004.

OLAMENDI,        G.       “Estrategias      de        posicionamiento”    [en
        línea]www.estoesmarketing.com 2010.http://www.estoesmarketing.com/Es
        trategias/Posicionamiento.pdf[Consulta 16 de Julio de 2010]

VIDAL-FOLCH, I; DE ESPAÑA, R. El cánon de los cómics. Barcelona: Glénat, 1996.

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Will Eisner y la novela gráfica

  • 1. Will Eisner y la novela gráfica Daniel Gómez Salamanca Facultat de Comunicació Blanquerna Will Eisner (1917-2005), testigo privilegiado de la evolución del cómic a lo largo de su historia, es uno de los autores que más ha insistido en la necesidad de reconocimiento del cómic como arte. Tanto desde una perspectiva teórica (El cómic y el Arte Secuencial yLa Narración gráfica) como práctica (Spirit, Contrato con Dios, El soñador…), Will Eisner ha defendido siempre la calidad “literaria” del cómic. Suele considerársele “el padre de la novela gráfica”. En este compendio de citas de Eisner podéis encontrar un resumen de su perspectiva teórica comentadas por un servidor. De artistas de vodevil a artistas a secas: La tradicional (y difícilmente rebatible a pesar de los progresos) falta de reconocimiento del cómic como medio o como arte, es uno de los pilares más importantes sobre los que se sustenta la actual tendencia teórica hacia el término de la «novela gráfica». Explica Eisner que, cuando se publicó Spirit por primera vez, en 1940, fue entrevistado por el Baltimor Sun. Ya entonces intentó defender la tesis de que el cómic era un medio artístico literario. Sin embargo, las reacciones que suscitaron sus afirmaciones dan buena cuenta de que Eisner iba muy por delante de sus contemporáneos: “Y los tipos aquellos se me rieron a la cara diciéndome: „Qué intentas demostrar, Will? ¿Quién te crees que eres?‟ [El humorista gráfico] Rude Goldberg me dijo que eso que yo decía era una chorrada. „Joder, chico, eres un artista de vodevil. No olvides que esto es un vodevil.‟” (Eisner, 2006, p.163) Pero no sólo las personas ajenas al cómic opinaban de ese modo. A juzgar por las declaraciones de Eisner, a menudo, la baja consideración de la historieta tenía como raíz a los propios autores. La mayoría de ellos no trabajaban en el cómic vocacionalmente sino, simplemente, como una forma de ganar algún dinero mientras aspiraban a cosas más “serias” y mejor pagadas como, por ejemplo, ilustrar el Saturday Evening Post (Eisner, 2006, p.187-188). [Durante la década de 1940] Nadie en el medio, trabajando en el medio por entonces, hubiera pensado en él como medio. Nadie reconocía o aceptaba el hecho que esas ilustraciones, esa maravillosa combinación de palabras e imágenes presentadas en una secuencia inteligente, era realmente una forma de arte o, como me gusta decir, una forma literaria” (Eisner, 2004) En la entrevista que mantuvieron Will Eisner y Frank Miller, Eisner comparaba la situación de los creadores de cómic con los esclavos que deseaban estar en la colina donde estaban los blancos (aunque no hace referencia tan solo a la mentalidad sino también a los canales de distribución, de los que hablaremos más adelante) (Eisner,
  • 2. 2006, p.162) mientras que Miller lo llamaba la “enfermedad de la baja autoestima” (Miller, 2006, p.168). “En aquel entonces, sostener que el cómic era una forma artística, o sencillamente tratar de defender su valor, pasaba por ser una presunción disparatada, tachada de ridícula. Ahora bien, con el paso de los años, el reconocimiento y la aceptación dieron su fruto, y el arte secuencial se encuentra a un paso de incorporarse a la cultura del sistema.” (Eisner, 1997, p.5) Pese a todo, admite Eisner, aún queda mucho trabajo por hacer. El cómic, tanto en el terreno de la literatura, como en el de la pintura, sigue sin ser considerado como se merece. “En general, y por motivos que tienen mucho que ver con la costumbre y la temática, el Arte Secuencial ha sido desdeñado, considerándosele indigno de serio debate. Mientras que sus principales elementos integrantes; a saber, la concepción, el dibujo, la caricatura y la escritura, han recibido consideración académica por separado, la combinación de todos ellos ha obtenido un lugar insignificante en el mundo literario y en el artístico.” (Eisner, 1996, p.5) “Aún se nos considera un medio artístico inferior. Arriba del todo está el óleo, luego está el aguafuerte, luego el grabado en madera, luego la serigrafía, y al final los cómics” (Eisner, 2006, p.162) El último escollo por superar, afirma Eisner, es el del reconocimiento académico. “El futuro del medio pende del soporte del mundo académico porque, para que el medio crezca y madure como hasta ahora necesita la atención y el interés de aquellas personas que, en el mundo académico, son capaces de disecarlo [¿?], discutirlo, reconocerlo y evaluarlo; [aquellas personas que] establecerán un estándar al que aspiren los jóvenes artistas del cómic.” (Eisner, 2004) Partiendo de la base que el cómic debe ser reconocido como un medio de expresión artística tan válido como cualquier otro, en mi opinión, el cómic no debe depender de que dicho reconocimiento sea concedido por la academia literaria o artística sino que el cómic debe contar con una crítica y una teoría propias. El cómic es un medio en sí mismo, una forma artística que tiene un lenguaje propio que va más allá del uso de la palabra y, por lo tanto, debe valorarse independientemente de cualquier otra forma artística. Por supuesto, tanto a nivel creativo como teórico, siempre habrá cierta porosidad entre medios eminentemente narrativos, especialmente cuando comparten ciertas partes de su lenguaje. El cineasta D. W. Griffith, por ejemplo, se inspiró en Dickens para crear el montaje en paralelo. Estos trasvases deben entenderse como un diálogo entre iguales, no como una dependencia de la literatura. El cómic como medio
  • 3. Cuando, en 1940, Will Eisner emprendió la publicación de Spirit como suplemento dominical, intentó dirigirse a un público más adulto del que solía leer cómics. En consecuencia, trató de explicar historias que fueran más allá de la persecución y la venganza típica de los superhéroes que poblaban los comic book. A nivel narrativo,Spirit se convirtió en una plataforma ideal para la experimentación con el lenguaje del cómic. “En retrospectiva, me doy cuenta de que estuve trabajando tan sólo en una idea central: que el medio, la disposición de palabras e imágenes en el arte secuencial, era una forma artística en sí. La historieta es un medio único en su género, con estructura y personalidad propias, que puede tratar cualquier tema, por intrincado que sea” (Eisner, 1996, p.5) Para Eisner, el cómic book y las tiras de prensa son manifestaciones de lo que él denomina “Arte Secuencial”. A su vez el Arte Secuencial se encuentra dentro de los límites de la “narrativa gráfica”, espacio que comparte con el cine. El Arte secuencial es un “medio de expresión creativa, materia de estudio diferente, forma artística y literaria que trata de la disposición de dibujos o imágenes y palabras para contar una historia o escenificar una idea.” (Eisner, 1996, p.5) La narración gráfica es “descripción genérica de cualquier narrativa que se sirve de la imagen para transmitir una idea. Tanto el cine como el cómic recurren a la narración gráfica.” (Eisner, 1998, p.6) Dicho de otro modo, en la “Narración Gráfica” pone el énfasis en la transmisión de una historia mediante imágenes mientras que en el “Arte Secuencial” pone el énfasis en la transmisión de una historia (o idea) mediante la combinación de palabra e imagen. A juzgar por sus escritos, a menudo demasiado ambiguos en el uso de los términos, la idea del cómic como medio queda en algún punto intermedio entre ambas. “Para mí, el medio trata de comunicar historias con imágenes, con una combinación inteligente de palabras e imágenes. Eso todos nosotros lo sabemos muy bien.” (Eisner, 2006, p.333) “Para mí, el cómic es una forma de contar una historia. Es una forma de escribir. Es un lenguaje. (Eisner, 2006, p.332) En mi opinión, incluir el cómic y el cine bajo el gran paraguas de la narración gráfica es un error, ya que no se tiene en cuenta la gran influencia que tiene la palabra en la creación del sentido de la obra. Más acertada, aunque no suficiente, me parece la perspectiva de Miguel Ángel Muro Munilla quien habla de los cómics como “textos narrativos literario-icónicos” (Muro, 2004, p.63). Sin embargo, aunque la gran mayoría de los cómics tienen carácter narrativo, sus posibilidades no acaban ahí. Además, no debería confundirse el carácter verbal de una parte del lenguaje de los cómics con la pertenencia a la literatura como arte. Por todo ello, yo optaría por definir el cómic como un medio de expresión artística basado en un lenguaje icónico-verbal.
  • 4. El delicado equilibrio entre palabras e imágenes. Will Eisner afirma en varias ocasiones que el lenguaje del cómic se basa en la transmisión de una historia mediante la combinación de palabras e imágenes. Según el autor, de alguna manera, el interés por cada uno de dichos componentes es inversamente proporcional al interés por el otro. “Cuando la pirotecnia visual y los trazos de alta tecnología dominan el cómic, el resultado suele ser una historia muy sencilla.” “Lo que ves ahora [en las editoriales pequeñas] son ideas sofisticadas con un dibujo básico, cuando yo empecé teníamos un dibujo sofisticado con ideas muy básicas.” (Eisner, 2006, p.192) Para Eisner, la primacía del dibujo sobre la historia es tradicional en la industria del cómic y es, además una de las causas de que el cómic haya sido considerado una “amenaza contra la alfabetización” (Eisner, 1998, p.3) por algunos sectores tradicionalistas de la cultura incapaces de entender la imagen como medio de comunicación, como texto (en un sentido amplio) cuyo mensaje puede ser “leído”. “La primacía del dibujo en el formato de cómics tradicional hizo que se pusiera más énfasis en el grafismo que en su contenido literario.” (Eisner, 1998, p.3) “(…) en la época en la que crecí el buen dibujo se consideraba la cumbre de nuestro trabajo. Si estaba bien dibujado, todo el mundo te decía que con eso bastaba. Ahora, las ideas son lo importante.” (Eisner, 2006, p.193) A un lector interesado en los efectos gráficos o el dibujo virtuoso, le basta con eso. En realidad, un argumento con mucha „densidad‟ puede llegar a ser un impedimento. Para obtener este resultado, el dibujante precisa del guionista un pequeño tema que se centre en un solo problema, como esos argumentos que se limitan a persecuciones o venganzas.” (Eisner, 1998, p.26) Al contar con su propio lenguaje icónico-verbal, es un error valorar el cómic en función de la imagen o de la palabra por separado. Por supuesto, ya lo era cuando se consideraba que el dibujo es lo más importante pero también cuando se considera, como hacen Ramón de España e Ignacio Vidal-Folch en El cánon de los cómics, (Vidal-Folch y de España, 1996, p.11) que lo importante es exclusivamente el guión literario. En el cómic, la palabra y la imagen construyen el sentido juntas por lo que no pueden separarse la una de la otra. La lectura del cómic: No es de extrañar que Will Eisner hable de lectura del cómic ya que, por una parte, es un medio al que considera literario y por otra se refiere a lectura en un sentido amplio según el cual el cómic, mediante imágenes y palabras, forma un texto semiótico.
  • 5. “Se espera de los jóvenes lectores una fácil comprensión de la combinación imagen-palabra y el tradicional desciframiento del texto. A los comics de les puede llamar „lectura‟ en un sentido más amplio del que se suele entender por esta palabra” (Eisner, 1996, p.7) La lectura de un cómic es, debido a la naturaleza dual del lenguaje que lo conforma un proceso complejo. “El comic book consiste en un montaje de palabra e imagen, y, por tanto exige del lector el ejercicio tanto de su facultad visual como verbal.” (Eisner, 1996, p.8) Sin embargo, Eisner, que por una parte defendía que el texto pudiera ser entendido de la manera más amplia posible, utiliza este argumento como demostración de la naturaleza literaria del cómic. “El proceso de lectura en cómic es una extensión del texto. La lectura de un libro supone un proceso de lectura que convierte la palaba en imagen. Eso se acelera en el cómic, que ya proporciona la imagen. (…) Esta peregrina forma de lectura merece, de todas todas, ser considerada como literatura, ya que se sirve de imagen como si fuera un lenguaje. Puede apreciarse su relación con la iconografía y pictografía de la escritura oriental.” (Eisner, 1998, p.5-6) En semiótica un texto es considerado “un artificio sintáctico-semántico-pragmático cuya interpretación está prevista en su propio proyecto generativo” (Eco citado en Muro, 2004, p.29). Los signos que lo forman no tienen por qué ser de naturaleza exclusivamente verbal, por lo que en sentido amplio, un cómic entra, sin reparo posible, en dicha definición. Menos acertado está Eisner a la hora de considerar este hecho como prueba de la naturaleza literaria del cómic, al contrario, considerar al cómic como un texto en el sentido semiótico, no pone al cómic por debajo de la literatura en lo que se refiere a su capacidad para vehicular un sentido, lo pone al mismo nivel. La escritura del cómic: De la misma manera que hablamos de “lectura del cómic” podemos hablar de “escritura del cómic”. “El cómic es un medio que emplea una sofisticada combinación de textos e imágenes. Cuando en un relato sólo existe el texto se puede alcanzar una gran profundidad, detalle y economía de espacio, pero las imágenes pueden aportar al lector una gran carga emocional” (Eisner; Vidal, 2002) A pesar de la discutible distribución texto-profundo/imagen-emocional, Eisner apunta que la combinación entre palabras e imágenes debe formar un todo homogéneo. Palabras e imágenes trabajan juntas en la elaboración del sentido del «texto semiótico». Eisner llega al extremo de defender la idea de un creador único para asegurar tanto el texto como el dibujo estén al servicio de la idea original.
  • 6. “Por lo general, la escritura se percibe como la manipulación de la palabras. Escribir una historieta es faena más compleja, pues se trata en principio de desarrollar un concepto, de describirlo y de construir la cadena narrativa que llevará de las palabras a las imágenes. El diálogo sostiene el dibujo, pues tanto uno como otro están al servicio de la historia. Ambos se combinan para formar un todo homogéneo. La escritura ideal sólo se da cuando el guionista y el dibujante son la misma persona. Ello conlleva la ventaja de reducir el tiempo entre la idea y su adaptación. Así, el producto se encuentra lo más cerca posible de la intención del creador.” (Eisner, 1998, p.111) Para Eisner la letra impresa es un canal que no modifica la idea en su transmisión mientras que la imagen sí lo hace. “Hay una diferencia esencial entre la escritura de un libro y la de una historieta: al contrario de las imágenes, la letra impresa no modifica la calidad de la historia, la letra impresa no influye en la narración, pero la imagen sí.” (Eisner, 1998, p.112) Podemos entender, por tanto, que, para Eisner, la figura del creador se correspondería con la del guionista mientras que el dibujante tendría la función de adaptar la idea en imágenes. Este desequilibrio en las funciones de cada miembro del equipo también apoya la concepción del cómic como medio literario. Sin embargo es un argumento que, en función de lo dicho hasta ahora, cae por su propio peso. Eisner, pionero de la “novela gráfica” Will Eisner se considera a sí mismo creador de la “novela gráfica” o, al menos, de la “novela gráfica” tal y como la conocemos hoy en día. Como él mismo explica a modo de anécdota, cuando intentaba vender Contrato con Dios a una editorial literaria se produjo la siguiente conversación: “Así que lo llamé y le dije „Hay algo que quisiera enseñarte, algo que creo que es muy interesante.‟ Él dijo, „Sí, bueno, de qué se trata?‟ Surgió un hombrecillo en mi cabeza y me dijo „Por el amor de Dios, estúpido, no le digas que es un cómic. Te colgará.‟ Por lo que le dije: „Es una novela gráfica.‟ Él dijo: „Wow! Eso suena interesante. Ven a verme.‟” (Eisner, 2004) Encontramos otros ejemplos de ello en la entrevista entre Frank Miller y Will Eisner cuando Miller le dice que Contrato con Dios fue un punto de inflexión a partir del cual los autores de cómic comenzaron a considerarse novelistas, Eisner contesta: “Bueno, yo lo intentaba, pero no era consciente de que estaba comenzando una revolución. Sabía que lo que estaba haciendo era algo diferente porque
  • 7. mi intención era que fuese diferente, y porque estaba hablando a un lector completamente diferente.” (Eisner, 2006, p.44) En otro momento Eisner afirma: “Lo que yo saco de todo esto es que aquí tenemos un medio que proporciona un vehículo para expresar ese tipo de cosas. Siempre ha tenido esa capacidad, pero ahora, gracias a gente como tú [Frank Miller] (gracias a Art Spiegelman, gracias a Scott McCloud, Chris Ware, a personas así) toda esta gente nueva ha tomado este medio como un vehículo para expresarse. Hubo ésta sensación en el aire antes… en 1935 cuando yo empecé, había gente por ahí con los mismos sentimientos, los mismos desengaños, la misma angustia (…). De hecho, lo único que me da envidia de todo esto es que yo bajé a este valle antes que nadie, y ahora todo el mundo viene al valle y construye cosas a mi alrededor. ” (Eisner, 2006, p.166) Sin embargo, Eisner, cita dos corrientes anteriores que sirven de precedente directo. Por un lado tenemos los libros ilustrados como, por ejemplo, El príncipe valiente de Harlord Foster, del que Eisner dice lo siguiente: “Los libros ilustrados gozaban de más consideración que la historieta y esa técnica tenía la ventaja de conservar la integridad del texto. (…) El formato se inspiraba en el cómic, pero la narración se sustentaba esencialmente del texto” (Eisner, 1998, p.135) Por el otro lado tenemos la narración gráfica de autores como Frans Masereel u Otto Nücke (aquí Eisner no utiliza el término “narración gráfica” genéricamente sino como formato concreto basado en la sucesión de imágenes y sin el uso de palabras). Will Eisner sostiene, por ejemplo, que quedó profundamente impresionado por el Frankentein de Lynd Ward y que sus “esfuerzos en el mundo del cómic son un intento de expandir o extender la novedosa premisa de Ward.” (Eisner, 1997, p.5) Dicha expansión consistiría en la aplicación del lenguaje del “Arte Secuancial” a las historias enteramente gráficas. “La novela gráfica, tal como la conocemos hoy, consiste en una combinación de texto, ya sea de apoyo o diálogos (bocadillos) y de dibujo desplegado secuencialmente. Pero en sus principios, la narración gráfica prescindió totalmente de la palabra.” (Eisner, 1998, p.138) “Al considerar la novela gráfica se nota que la mayor parte de la narración corre a cargo del dibujo. La difusión de los comic books nos ha acostumbrado a una oposición texto-imagen en la narración de la historia. Tras el éxito que obtuvo, esa mezcla de géneros destronó rápidamente a la narración enteramente gráfica y dio nacimiento a la novela gráfica tal y como la conocemos hoy día” (Eisner, 1998, p.141) Resulta curioso el hecho de que la denominada “novela gráfica” que, según Eisner, tiene mucho de acercamiento del cómic a la literatura, tenga sus orígenes en un formato
  • 8. completamente gráfico y que sea gracias a la influencia del cómic convencional que la palabra es introducida. La novela gráfica: entre el cómic y la literatura Para Will Eisner, a lo largo de la historia del cómic se produce un acercamiento del cómic a la literatura. Eisner afirma que la publicación de Spirit fue para él la confirmación de la potencialidad literaria del medio. “En 1939, llevaba mucho tiempo convencido de que estaba liado con un medio que tenía un verdadero «potencial literario». (…) Publicar en los grandes periódicos de la nación iba a proporcionarme un público adulto y la oportunidad de escribir y dibujar historias mucho más sutiles” (Eisner, 2002, p.7) Según Eisner el underground fue el primer movimiento que empezó a hacer lo que él consideraba literatura y, por tanto la demostración de que el potencial que había predicho podía hacerse realidad. “No fue hasta que llegaron los cómics underground, en los setenta cuando la gente empezó a hacer lo que yo considero literatura. Eso fue lo que me trajo de vuelta al medio. (…) Lo que estaban haciendo era tratar sobre la temática social real, por primera vez. El dibujo era en muchos casos algo muy basto, y el guión muy ridículo, pero trataban problemas sociales en este medio. Lo utilizaban como un medio literario. Antes de eso, los cómics habían sido un medio de entretenimiento, que así era como se les había considerado siempre. Siempre habían sido un medio de entretenimiento. Creo que esos son unos grandes cambios.” (Eisner, 2006, p.183) El movimiento underground animó a Eisner a regresar al mundo del cómic con una nueva protesta, una tentativa de demostrar al mundo no sólo que el cómic era literatura sino que podía ser tan bueno como cualquier novela: la novela gráfica. “La novela gráfica fue mi tentativa de demostrar que el cómic es una forma válida de literatura capaz de dirigir su contenido más allá de las simples historias de entretenimiento. El cómic, dentro de las limitaciones de su lenguaje, puede aspirar al mismo nivel literario que cualquier novela.” (Eisner; Vidal, 2002) En realidad, cuando Eisner habla de acercamiento a la literatura, lo hace en función de dos parámetros básicos: por una parte la calidad (que él denomina nivel literario) y por otra la temática. Como decía en el post anterior, siendo el cómic un medio en sí mismo es un error valorar un cómic en función de lo cerca o lejos que esté de la literatura (incluso si hubiera realmente una forma de medir esa distancia). Por otro lado no puede considerarse la literatura como un absoluto de calidad. Como en todas las industrias culturales (dejando de lado el hecho que la literatura disponga de algunos siglos más de bagaje en los que acumular clásicos y formar un canon) se publican obras que abarcan todo el rango de calidades, temáticas y públicos imaginables. Demasiado a menudo se
  • 9. confunde la literatura con el conjunto de obras que forman el canon literario y el canon literario con algo útil. Los temas propios de la novela gráfica: Will Eisner asocia, por una parte, cómic y literatura y, por otra, literatura y «temas serios». Para Eisner, una vez que el cómic ha dejado de ser novedad como medio, debe dedicar sus esfuerzos a asumir un nivel intelectual superior. “Ya no somos algo novedoso así que, por lo tanto, lo que los nuevos guionistas tienen que hacer es, trabajando dentro de este medio, dar con historias que tengan más importancia intelectualmente.” (Eisner, 2006, p.183) “Creo que ahora mismo estamos en un momento de cambio. En un momento de cambio en la historia de este medio. (…) Habrá gente estupenda que llegará a este medio, gente que sabe escribir, que tiene algo que decir, y que no está interesada necesariamente en el entretenimiento; en hacer una aventura emocionante o una de policías y ladrones o lo que sea. Sino que esté interesados en contar algo serio.” (Eisner, 2006, p.347) “Es un debate interminable el de hasta dónde pueden llegar los cómics al tratar un „tema serio‟. Por suerte, el aumento del número de dibujantes y guionistas serios que han sido atraídos por los cómics es testimonio elocuente del potencial de este medio” (Eisner, 1998, p.4) Dichas aspiraciones literarias que, según Will Eisner, comienzan con el movimiento underground, suponen para él, la maduración del medio. Los temas serios a los que hace referencia y que convierten al cómic en un medio para adultos tienen en común una perspectiva realista. “Entre los años 1965 y 1990, los cómics se esforzaron por alcanzar un serio contenido literario. Todo empezó con el polémico movimiento underground de dibujantes y guionistas que trataron directamente con el mercado. (…) Significó el principio de la maduración del medio. Por fin el cómic buscaba vérselas con temas que hasta entonces habían sido considerados sólo propios del libro, el teatro o el cine. La autobiografía, las reivindicaciones sociales, las relaciones humanas y la historia eran temas por los que ahora se interesaban los cómics. Empezaron a proliferar novelas gráficas dirigidas a „los adultos‟. La edad media de los lectores fue en aumento. El mercado para la innovación y los temas adultos amplió sus fronteras.” (Eisner, 1998, p.4) Sobre Contrato con Dios, Eisner afirma: “En este libro, me he esforzado por conseguir una narrativa que trata temas personales. (…) Los protagonistas y acontecimientos de estos relatos son gente y hechos que me gustaría que se aceptaran como reales.” (Eisner, 1997, p.6)
  • 10. Partiendo de la base de que el cómic es capaz de tratar cualquier temática, con cualquier nivel de profundidad y para cualquier tipo de público, es lógico pensar que a lo largo de la historia del medio, a medida que determinados géneros y enfoques acaparaban el mercado, ha sido necesaria una reivindicación de dicho potencial. Dejando de lado el debate de si hoy en día sigue siendo necesario insistir en la reivindicación de un cómic dirigido a un público adulto, con lo que no puedo estar de acuerdo es con la asociación entre literatura/tema serios/realidad. En primer lugar porque la literatura, como medio de expresión artística, puede abarcar, y de hecho abarca, todas las temáticas posibles, todo el rango de edades, todos los niveles de “seriedad” (si es que puede medirse la seriedad de un texto). En segundo lugar porque el realismo no es garantía de profundidad ni de seriedad y, mucho menos de calidad. En tercer lugar porque el cómic merece ser valorado por lo que es y no en función de lo cerca o lejos que esté de la falsa imagen de otro medio. Lo que presenciamos aquí, por tanto no es la reivindicación del cómic como medio, sino un intento de imitar la imagen idealizada de otro medio y, por tanto, una reafirmación del complejo de inferioridad del cómic. Distribución y formato de la novela gráfica: acordes con la literalidad del medio. Para Eisner, amparándose en los gustos del lector adulto y con la literatura como horizonte del cómic, el formato de una novela gráfica debería ser el mismo que el de una novela. “Al lector adulto no le gusta leer una novela gráfica de 18x26 porque es como un cómic. Pero le gusta ver una novela gráfica de 15x23 porque todas sus novelas están en 15x23” (Eisner, 2006, p.14) Eisner afirma por una parte que el cambio de formato, especialmente el progresivo aumento de espacio para explicar las historias a lo largo de la historia del cómic, supuso el aumento de la sofisticación literaria. “A raíz de la recopilación de las tiras de prensa publicadas en los periódicos, el material de la recopilación de las tiras de prensa publicadas en los periódicos, el material del comic book no tardó en evolucionar hacia historias largas, hasta llegar a las novelas gráficas. Esta última variante ha pesado mucho sobre el dibujante y el guionista, exigiéndoles una mayor sofisticación literaria.” (Eisner, 1998, p.3) Pero el progresivo aumento de páginas no es suficiente. Para Eisner, su trabajo con Contrato con Dios fue decisivo en la aparición de la «novela gráfica» también por haber roto con las límites de los formatos tradicionales. “Al contar esas historias, he querido adoptar una regla del realismo que quiere que la caricatura o exageración se ciña a los límites de la realidad. Para lograrlo tuve que desechar dos constricciones básicas que tan a menudo reprimen este medio: el espacio y el formato. Por consiguiente, escribí cada una de las historias sin tener en cuenta el espacio y, asimismo, cada cual desarrolló su propio formato.” (Eisner, 1997, p.6)
  • 11. Más allá de la calidad literaria, donde sé juega un papel importante el formato es en la distribución. Para Will Eisner el mercado de venta directa de cómics, es decir, las tiendas especializadas, está muy por debajo del mercado de literatura en general. Eisner, que considera que el cómic es literatura, defiende que pueda ser vendido en las tiendas de libros no especializadas en cómics. “[lo comercial de verdad] está „más allá‟ del mercado directo; es como cuando los esclavos miraban a los blancos que estaban ahí, colina arriba. Por eso yo siempre digo que quiero estar con los blancos de la colina (…). Es un mercado diferente, totalmente diferente, y forma parte de una manera de vender totalmente distinta.” (Eisner, 2006, p.152) Y llegamos por fin a lo que considero el verdadero quid de la cuestión. El verdadero sentido de la novela gráfica es, en mi opinión, el acceso del cómic a las librerías no especializadas. La novela gráfica, tal y como viene siendo definida no aporta absolutamente nada que el cómic no fuera capaz de hacer, al menos potencialmente. Si bien el cambio de formato era necesario para este cometido, toda la argumentación sobre la literalidad, la madurez, la calidad de la novela gráfica me parece más una (brillante, eso sí) estrategia de posicionamiento de producto orientado al usuario (Olamendi, 2010, p.2) que una argumentación sólida en la que sustentar la teoría del cómic. Bibliografía: EISNER, W. “Prefacio” en EISNER, W. Contrato con Dios. Norma Editorial, 1997 (1978) EISNER, W. El cómic y el arte secuencial. Barcelona, Norma editorial, 1996 (1985) EISNER, W. La narración gráfica. Barcelona, Norma editorial, 1998 (1996) EISNER, W. “The Spirit: cómo surgió” en EISNER, W. Los archivos de Spirit Vol. 1.Norma Editorial, 2002 (2000) EISNER, W.; VIDAL, J. “El cómic puede aspirar al mismo nivel literario que cualquier novela” [En línea] El País Digital. 25 de enero de 2002. <http://www.elpais.com/articulo/semana/EISNER/_WILL/comic/puede/as pirar/mismo/nivel/literario/cualquier/novela/elpepuculbab/20020126elpbab ese_1/Tes>. [Consulta 7 de Julio de 2010] EISNER, W. “Keynote address from the 2002 „Will Eisner Symposium‟” [En línea]ImageTexT: Interdisciplinary Comic Studies. Num.1 Vol.1, 2004. <http://www.english.ufl.edu/imagetext/archives/v1_1/eisner/>. [Consulta 7 de Julio de 2010] EISNER, W.; MILLER, F. Eisner/Miller: Entrevista modernada por Charles Brownstein. Barcelona: Norma Editorial, 2006 (2005)
  • 12. MURO MUNILLA, M. A. Análisis e interpretación del cómic. Ensayo de metodología semiótica. La Rioja: Universidad de la Rioja, 2004. OLAMENDI, G. “Estrategias de posicionamiento” [en línea]www.estoesmarketing.com 2010.http://www.estoesmarketing.com/Es trategias/Posicionamiento.pdf[Consulta 16 de Julio de 2010] VIDAL-FOLCH, I; DE ESPAÑA, R. El cánon de los cómics. Barcelona: Glénat, 1996.