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Elbio Aparisi Nielsen   La noche del infante




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  La noche del infante
                        Elbio Aparisi Nielsen




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Elbio Aparisi Nielsen                           La noche del infante




   Aparisi Nielsen, Elbio
   Fundido en tres partes.

   Vizcaya, España, 2009.
   175 págs. 21x15cm.

   ISBN 978-987-02-3646-7
   1. Narrativa CDD 863




Hecho el depósito que prevé la ley 11.273
2009 Copyright todos los derechos reservados.
ISBN 978-967-02-3656-7




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                            ó
Cada uno elige su película anterior, integra los fragmentos
desordenados en una realidad cautiva por el recuerdo, así
capturamos las sensaciones que creíamos perdidas y
anclamos nuestra barca.

¿Qué diferencias hay entre la realidad y el instante en qué se
representa la realidad en nuestro registro continuo?

Podremos leer las reflexiones simples de un niño que alterna
la vida del día y los juegos con la nocturnidad de la búsqueda
y apreciación de las primeras experiencias con la vida real y la
muerte.

La historia de un niño, relatada por él mismo en la que
podremos encontrarnos con su lenguaje, pensamientos, y
verdades, allí en dónde ninguna regla lo detiene o contiene.

La noche del infante tiene el calor de sus días y la brisa de
sus noches, contiene el barrio y la soledad, las mentiras y los
abusos, los extremismos de los cuales estamos hechos
todos... es el miedo y el abrazo a sus padres, el suspiro y la
ternura, el amor y las desgracias de un mundo repleto de
futuros infortunios desordenados.


                                Elbio Aparisi Nielsen, Mayo del 2009.



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                        que no se pierda en los preceptos inútiles de los adultos.




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Mi papá está en el trabajo, me dijo que escriba lo que
se me ocurra en este cuaderno hasta que vuelva, mi
mamá habla con un amigo de mi papá en la calle, estoy
aburrido, hoy vi la tele, pero solo un rato, no me dejan
ver más que una hora, miro el canal siete, lo arreglaron
hace dos días, estuvo rota mucho tiempo, pero ahora
está de vuelta bien. Tiene colores, la música y las
historias, mi papá me dijo que escriba en este cuaderno
mi primer libro, hace un rato le dibujé la tapa, en la tele
dieron una serie que me gusta mucho de un
extraterrestre... hoy es... 3 de enero de 1988, yo le dije a
mi papá antes de que se vaya que quería escribir desde
que era chiquito y me dijo que empiece ahora, luego
cuando sea más grande voy a poder escribir mucho
sobre eso. Mis hermanos no están, hoy mi hermana está
con mi abuela, y mi hermano más grande se fue con sus
amigos, los mellizos están comiendo a esta hora, mi
mamá me da de comer cuando vemos los almuerzos de
Mirta Legrand. El otro día festejamos el fin de año, la
pasamos muy bien, estuvimos todos, mis tíos, los dos
que son hermanos de mi papá y mis tres tías y un tío que
son hermanos de mi mamá. Mi mamá se llama Susana,
y mi papá Octavio, no creo que se enoje si acá, en este

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Elbio Aparisi Nielsen                    La noche del infante


cuaderno hablo de ellos por sus nombres, me molesta
mucho tener que estar todo el día diciendo mamá esto...
mamá lo otro, papá ¡papá!... dicen que mi primer palabra
fue pannnnnnnnn así, con todas las letras ene juntas a
ver pannnnnnnnn, si así.
Tengo calor, estoy descalzo, mi mamá, Susana me reta
dice que me voy a cortar los pies o que me voy a
enfermar, siempre me dice algo, grita de vez en cuando
pero no es nada, no me molesta, yo me voy con mis
amigos a jugar todas las tardes, en un rato voy a ir al
terreno baldío, hicimos una puerta con la herramienta de
mi papá, corté los alambres y pasamos todos por la
enredadera, hicimos como una casa con troncos, no
tiene techo ni nada pero, cuando llueve no podemos
estar porque nos embarramos todos, mi mamá no me
dice nada cuando me mojo, a mi me encanta, hay veces
que voy al patio de casa y me tiro en el suelo para que
me moje la lluvia, es que se forma como una piletita y
salto y me mojo un montón, me encanta.

-Mamá, ¿puedo ir a jugar ya?
-Germán metete en casa que hace calor, ahora no podés
jugar, no, hace mucho calor, la gente duerme a esta
hora, dejame hablar tranquila.
-Pero...- el señor me mira, tiene camisa roja, no me
gusta.- Dale ¡dale! quiero irme a jugar, los mellizos y
David están esperándome.
-No hijo, todavía no, podes ir en un rato, dale Germán
metete en casa, ¿qué te dijo papá?
-Pero no tengo ganas má, ¿por qué te querés quedar


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hablando?
-¡Germán! andá adentro y jugá un rato, en media hora te
dejo salir, pero si no volvés a molestar.
-¡En media hora vuelvo o me escapo!-el señor se ríe, no
sé quién es, no me gusta cómo me mira, si es un
asesino que nos quiere matar puede entrar ahora, me da
miedo.

Estoy sentado en la cama, al lado de la ventana, el año
pasado pusieron una reja, sigue roja, le pusieron
antióxido, así dijo el albañil cuando la puso. Ayer
escuché a mis papás discutir, en la otra habitación,
dormimos al lado de ellos, Andrés, Celeste y yo. Me
acuerdo un montón de veces cuando le di los besos en
la boca a la nena de enfrente, siempre me acuerdo de
ella, nos dimos un beso largo en la terraza de la casa de
Maxi. Vivimos desde que nací en la calle Don Orione
1018, mi barrio se llama Remedios de Escalada, este
cuaderno lo puede leer alguien del futuro en cien años,
quiero que sepa dónde está Escalada.

Me estoy atando los cordones de las zapatillas, Octavio
me regaló una remera del Subte, ahí trabaja desde hace
mucho tiempo, me gusta mucho el subterráneo de
Buenos Aires, me dijo que me va a llevar a andar en
subte la semana que viene, tengo muchas ganas, me
acuerdo cuando era chiquitito y él me hablaba de las
líneas y las combinaciones, me gustan mucho las
combinaciones. Salto, golpeo los marcos de las fotos en
la biblioteca, me gusta mucho el living, tenemos la tele,


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un sillón marrón, la ventana al patio, la mesa para mirar
la tele mientras tomamos el matecocido con pan, no
tenemos mucha plata, nadie, bueno David si tiene plata,
la madre creo que tiene mucha plata. Nosotros no
tenemos y eso que mi papá trabaja todo el día, escuché
decirle a mi papá el otro día cuando comíamos en el
parque del sur que se venía una dura, mi papá se pone
serio cuando habla de política, se lo toma muy a pecho
todo lo que dicen en la televisión, le molesta mucho. A mi
me dijeron que no puedo hablar en la mesa cosas de
adultos, que me calle y escuche, para aprender, mi
hermano si pudo hablar siempre con mis papás, no
escucho mucho, me gusta jugar con el puré de papas,
hacer cuadrados, las formas de los juegos que me
gustan.




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-Dale abrí, abrí más fuerte... ahora vamos a poder pasar
mejor, tapa con la enredadera, dale que viene gente,
hacé que jugas,Germán... saca la pelotita de ahí y tirala.
-¡Acá la tengo!, ¡pasamela!, ¡David!
-¡Tomá!, ahora vos, ajajaja, pones siempre cara de tonto
cuando la tiras.
-Vos tenés cara de tonto, ¿y Martín?, vamos a tocarle la
puerta así juntamos ramitas, le dije ayer que le diga a su
hermana que le preste la linterna así nos quedamos
hasta más tarde.
-Siempre lo dejan jugar hasta cualquier hora, a mi no me
dejan más de las ocho de la noche, pero en verano, en
invierno hasta las siete.
-Tú mamá te cuida mucho, a mi me dejan tranquilo, entro
a casa y salgo cuando quiero.
-Tú mamá es más buena, la mía me reta a la noche
cuando viene tarde, dice que salí más tonto que mi
hermano y que miro mucha tele.
-¡A mi también me gusta mirar la tele David!, somos dos
tontos.
-¡Sí!
-¿Tú hermano vive con ustedes?
-Mi hermano murió hace mucho, no me preguntes por mi
hermano ¡no quiero hablar de Darío!

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-Perdoname, dale vamos a buscar a Martín, así nos
quedamos toda la noche, total vos podes pasar por la
pared del patio de tu casa, te metes a las ocho y ocho y
media volvés con nosotros al terreno.
-Mi abuela me vigila.
-¡Pero si se duerme a las nueve de la noche!
-Puedo esperar hasta que me salude y volver.
-Dale ¡sí!, mejor así podemos contar historias de miedo,
quiero que contemos esas de...
-¿Le decimos al negro?
-No le digas negro.
-¿Y qué color tiene?
-Negro, pero no le digas así, que no te escuche, mejor
no, le decimos a Matías el de la esquina.
-Ese es un tarado, no quiero jugar con ese Germán, la
mamá nos molesta siempre que vamos, es re pesada.
-Está bien, no le decimos nada, toca la puerta vos.
-¡Tocá vos!
-¡David! ¡dale! tocá la puerta, mejor gritale.
-¡Sí! ¡Martín!... ¡Marrrrrtínnn!
-Más fuerte.
-¡Los dos!
-Hola chicos, mi vieja no está, se fue a lo de mi hermano,
me dijo que no puedo salir a ningún lado, mis hermanas
tampoco están, estoy re aburrido.
-¿Y por qué no salís?
-¡Porque mi vieja me dijo que no salga!
-¡Dale maricón! ¡salí! sos más grande que nosotros.
-Pendejos de mierda, yo tengo un año más que ustedes.
Yo los cumplo el 6 de octubre.


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-Yo el 2 julio.
-Y yo el 7 de noviembre, yo soy el del medio.
-¿Vos sos del 82 David?
-Sí, y vos del ochenta y uno Martín.
-Yo nací el 7 de noviembre de 1981, soy de Escorpio.
-A mi me llevás más, casi dos años.
-¡Soy más grande que ustedes dos pendejitos!
-Dale salí, nos seas boludo, ¿le pediste la linterna a tu
hermana?
-¡Uh!, me olvidé, me dijo que no le diga nada a mi vieja,
creo que se la iba a robar de un cajón de la pieza, a ver...
esperen.
-Mira como tiene la cocina Germán, está todo sucio, mi
mamá dice que no limpia nada, y que las hermanas son
unas vagas de mierda que están todo el día en la calle,
que no estudian.
-Yo tampoco tengo plata, mi mamá limpia, a veces se le
olvida, vos tampoco ayudas a tu mamá.
-No, pero viene la señora a limpiar.
-¡Callate boludo!, sos más mentiroso que la mierda,
siempre igual.
-No miento Germán, no miento, lo de los boy scouts era
verdad, te dije que vinieras y no vinistes.
-Mi papá no tiene plata para que vaya, me dijo que el
año que viene si me porto bien.
-¡Acá está!, tomá Germán pero no la golpees, que
siempre rompes todo, mejor no, tomá David, guardala en
el garage de tu casa, abajo del coche de tu abuelo, a la
noche te toco el timbre y nos metemos. Ahora me voy
que si viene me caga a pedos, yo los veo desde la


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ventana, si viene alguien les chiflo.
-Bueno dale, pero a que hora venís.
-A las ocho y media.
-No puedo Martín a esa hora mi... no puedo, mejor que
te espere Germán en el garage escondido y se meten,
yo me meto después por la pared del patio.
-Está bien, yo les chiflo si veo que viene gente.
-Chau Martín, guardá galletitas para la noche.
-¡Chau Germancito!
-Hijo de... no me llames así el otro día cagué a piñas a
Juan Manuel con una manguera.
-¡Andá mentiroso! ¡vos no le pegas ni a una mosca!
-De verdad Martín yo estaba.
-La mamá me cagó a pedos, no me dejan ir a primero de
mayo.
-Nunca te dejan ir a primero de mayo.
-Vamos David.
-¡Chau Germancito!
-Chau, te espero a las ocho y media.




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-Germán tenés que hacer caso hijo, no me haces caso
nunca, siempre me haces renegar._ espera que le diga
algo.
-Quiero ver la tele tranquilo má, no me digas nada._ no
la miro.
-Tenés que juntar los juguetes que tenés tirados por la
cocina, el otro día casi me mato, es muy peligroso
Germán, ¡se pueden caer las ollas con agua caliente!
¿qué hago si se caen las ollas?, las quemaduras quedan
para toda la vida hijo, haceme caso, ¿sí?_ que pesada
que es, no me deja tranquilo nunca, a mi hermano no le
dice nada nunca, quiero ser grande para eso.
-Bueno, ¿Cuando viene Celeste?_ capaz que si viene ya
me deja de molestar un poco a mí.
-Está con la abuela, fueron a lo de la tía Norma, viene en
unos días, ¿la extrañas mi amor?_ a veces no me deja
un minuto solo.
-Dejame tranquilo má, quiero ver la tele, dale, ¡salí!_ se
sentó, que bueno.
-Andrés viene a la noche, hoy van a ver a un amigo que
toca la guitarra._ me encantan las guitarras, serán
famosos seguro.
-¿Sí?, ¿puedo ir má?_ siempre es un no de respuesta.


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-No hijo, no podés, si sabés que te voy a decir que no,
sos muy chico para estar todo el día ahí.
-¿Y cuándo empiezo la pileta?_ quiero hacer algo.
-La semana que viene, después de reyes._ falta menos.
-Faltan tres días._ es poquito.
-Sí hijo._ me gustaría un buen regalo para la pileta.
-¿Qué me vas a regalar?_ le pregunto, pero mejor me
gustaría una estación de servicio.
-¡Es sorpresa!_ odio que no me digan las cosas.
-Le pregunto a papá cuando vuelva.
-No, es sorpresa, igual papá no viene hasta mañana,
están trabajando mucho, tienen que cuidar el trabajo que
este año hijito vas a estar un poco duro todo.
-¿Qué pasa má?
-No hay plata, bueno sí hay siempre hay, ¡se la roban!
-¿Quién roba plata?
-Los políticos, siempre hacen lo mismo, así estamos
siempre, salimos de una y nos metemos en otra, estoy
cansada de ver siempre lo mismo, son una manga de
ladrones de mierda.
-No digas malas palabras má.
-Tenés razón, me haces reír enano, ¡estás más grande
ahora eh!, te noto más alto, a ver medite conmigo, ¿te
acordás cuando te ponías abajo de la pollera larga de
mamá?, corrías desnudo y te escondías entre mis
piernas, eras más bonito, sos precioso hijo.
-Soltame má, no me acuerdo, la abuela siempre me dice
que yo le decía eso de que si ella no iba yo me quedaba,
pero tampoco me acuerdo. Del abuelo si me acuerdo, el
abuelo Joaquín sí, de los azulejos de la casa, de la


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Elbio Aparisi Nielsen                    La noche del infante


cocina, era re chiquitito má.
-No sé como te podés acordar de esas cosas.
-Las sueño y me las acuerdo, un montón de cosas me
acuerdo, cuando hacía bolitas de barro con Fátima, las
dejábamos secar al sol para que se endurecieran, me re
acuerdo.
-Sí, de eso si me acuerdo, Celeste era chiquitita tenía
cuatro años, más o menos.

Están tocando la puerta, Susana se va a hablar a la
calle, tengo calor, ¿qué juguetes me van a regalar?
quiero que me regalen una estación de servicio para
poner coches y lavarlos, David tiene la colección de
Himan y los masteres del universo.




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Estaba re rico, comí las milanesas con puré rapidísimo,
le dije a Martín que iba a estar a las ocho y media en el
garaje de David, en el reloj rojo y blanco de la cocina que
usa mi mamá para cocinar dice que son las ocho y
veintiún minutos. El otro día le pregunté a mi tío que era
una ecuación y no me dijo nada, siguió tocando la
guitarra me río mucho con él, es abogado. No me gusta
matemáticas le tengo miedo a las cuentas, no me gusta
estar mucho tiempo sentado, siempre estoy en la calle
corriendo, andando en bicicleta.

-¿Ya comiste todo? ¡más despacio! ¡te dije mil veces que
comas más despacio Germán, sos igual que tu abuelo
Joaquín! te metes todo de un bocado.
-Es que está rico má, tengo que irme a lo de David, le
dije que a las ocho y media voy para allá.
-Vas a ir pero si están en la casa.
-Sí má, quedate tranquila, vamos a jugar en el patio, nos
cuida la abuela que vive adelante de la casa de David.
Tiene un montón de juguetes, tiene una estación de
servicio para lavar los cochecitos, ¡tiene un walkman
amarillo que le regaló un tío!
-Tienen plata Germán, nosotros no podemos comprarte
eso hijo, tenés de todo para jugar, tenés la televisión, los

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Elbio Aparisi Nielsen                      La noche del infante


libros que te regaló papá.
-Estás linda hoy má, bueno me voy, ¿papá a que hora
vuelve?
-Te dije que mañana.
-Chau.
-Cuidado al cruzar la calle, no andes por la calle porque
si me entero no salís más en todo el verano y nada de
pileta después de reyes. ¡Hacé caso, Germán!
-Sí, te dije má que en el patio...
-Te quiero en la cama a las once, así que diez y media te
volvés si o si, no me hagas que te vaya a buscar.
-¡Chau!

Es de día, me gusta golpear la puertita de madera
pintada blanca del pasillito de mi casa, hace unos meses
cambiaron la puerta, estaba podrida y despintada esta
nueva tiene dos cerraduras y para mirar quien toca la
puerta, pero no tenemos timbre como David. Plantamos
un arbolito en el jardín de la vereda y creció un montón
está verde, lo cortó un señor que pasaba por la calle con
una carretilla mi mamá le dió unos billetes, no me quiso
decir cuanto le dió, yo le dije que quería cortarlo y que
me pague a mí, pero no me dejó. Un falcón rojo medio
destartalado casi me pisa, si se entera mi mamá se va a
poner a llorar como una loca, me acuerdo cuando era
muy chiquito que lloró un montón cuando crucé a la casa
de Facundo y un Torino frenó al lado de mi cabeza, me
acuerdo verme en el paragolpes, era de un loco que le
gustaba correr con coches y motos, mi mamá gritaba
¡cuidado con el loco de las motos un día va a atropellar a


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Elbio Aparisi Nielsen                       La noche del infante


alguien! se juntaba con otras señoras y charlaban de
eso, se quejaban, hoy no me dijo nada del loco y casi me
vuelven a atropellar. No se ve que nosotros nos
metemos por la enredadera al terreno, lo hicimos re bien,
tapamos con las hojas y ramas de la enredadera nuestra
entrada, la usamos como las cortinas de las puertas,
esas que son un montón de bolitas colgando y haciendo
ruidos. El terreno está al lado de la casa de David, el
alambre que pusieron está lleno de la enredadera parece
toda un pared verde, atrás hay un árbol gigante y las
ramas del árbol salen a la vereda, cortaron algunas
ramas como en mi vereda para que no moleste a la
gente cuando camina.

-Germán, acá estoy._ me dice pero no lo veo bien.
-¿Qué haces ahí escondido boludo?_ es raro.
-La abuela salió a mirar por la cortina, callate, que no te
escuche porque sino no lo van a dejar salir a David.
-¿La linterna?_ le pregunto, así nos metemos rápido.
-La agarré hace un rato, hace un montón que estoy
sentado acá.
-Pero te dije que iba a venir a las ocho y media.
-Está bien, pero me peleé con mi mamá y mis hermanas,
las mandé a la mierda porque son insoportables, les dije
que no quería limpiar y se pusieron como locas, me
dijeron vago, y les tiré los platos al suelo y me fui
corriendo.
-Estás re loco, no podés tirar los platos, ¡se rompen
Martín!
-¿Qué querés que haga?, son re pesadas todo el día me


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Elbio Aparisi Nielsen                       La noche del infante


dicen que haga la tarea, que lea, que no mire tele, que
no salga a la calle, que no hay plata... ahora que estoy
de vacaciones me quieren hacer limpiar todo.
-Tenés que ayudar a tu mamá.
-¡Sí vos no ayudas nada tampoco que te hacés!
-¡Sí que la ayudo!
-¡Dejá de mentir! ¡no ayudas nada!
-Callate boludo, no grites que te va a a escuchar la vieja.
-¡Sí está re sorda Germán! no escucha nada.
-Vamos, fijate si viene alguien de la esquina.
-No, no viene nadie, dama la linterna, me meto yo
primero y después vos.
-Dale, que te haces el que no tenés miedo.
-Bueno andá vos primero Martín, estás re hincha pelotas
hoy. ¿Trajiste las galletitas?
-No, me fui, ya te dije, podés traer vos también.
-Yo no tengo en casa, y pan tampoco quedó hoy.
-Tenés menos plata que yo, mi mamá nos compra Coca-
cola para comer.
-Nosotros una vez al mes compramos jamón y queso
para hacer sanguchitos con pan nactal.
-Mi mamá limpia casas, trae cosas de las casas que
limpia, yo no le digo nada, las pone en una bolsa del
almacén, pero yo sé que las roba de las casas, soy igual
que vos.
-Dale boludo entrá y yo miro que no venga nadie, no te
vayas a cortar con los fierritos.
-Ya sé entrar, vos te rompiste la remera, yo paso mejor
que vos, y eso que vos sos re flaco, patas de tero, jajaja.
-¿Y vos? mirate los brazos que tenés. Mi mamá dice que


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voy a ser alto, que mi abuelo es alto y que yo también
voy a ser alto.
-Vos te crees todo, mi mamá me dice que soy como mi
papá... a veces creo que no me quiere mucho, antes de
dormir ni me saluda, a mis hermanas las trata rebien, se
van a la estación a comprar juntas y yo me quedo
siempre solo.
-Entrá dale, dejá de hablar Martín, uh mirá tu vieja
prendió la luz de la pieza, dale entrá a ver si mira por la
ventana.
-No pasa nada, si nos ve la vieja de enfrente, la del
baldío esa es una bruja, para mí mata las gallinas ella
sola.
-Dejá de mentir Martín... ¿te raspaste?
-No, no me hice nada, ahora pasa vos.
-Uy, otra vez, me lastimé el dedo.
-Que boludo, dale pasa.
-¡Mirá! me duele el dedo.
-No tenés nada maricón, es un rasponcito.
-Pero me duele.
-Se te va a curar solo.
-Mi mamá me pone azucar para que se haga la crostita.
-Sos re maricón, no se te a hacer ni crosta, si no tenés ni
sangre en la mano.
-Alumbrame el dedo.
-¿Ves? no tenés nada. David dice que a la noche este
terreno es rarísimo, ¿escuchas? ¡escucha, boludo! hay
ranas... ¿agarramos una?
-Ni loco, no me gustan las ranas Martín, mirá las nubes,
¿va a llover?


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Las ranas no me gustan nada, mi papá me contó que las
pescaban en los charcos que se hacían cuando todo era
campo, me contó que los ejércitos pasaron cerca, que
había caminos y esas cosas. Quiero que me lleve al
trabajo así me siento con el conductor del tren, me
gustan los túneles, tengo un poco de frío.

-No va a llover, mirá ahí salta David... mirá... es re lento,
yo lo salto eso rapidísimo.
-Vos sos re exagerado, siempre hacés todo mejor que
nosotros, sos más grande pero yo también tengo fuerza,
pero tengo miedo a las ranas, sino te mostraría como
salto más rápido que vos boludo.
-Callate vos no saltas eso ni loco, sos re flaco, con las
piernas de tero que tenés si saltas se rompen jajaja.
-¿Qué te hacés Martín?, mira la nariz que tenés, sos re
narigón y nadie te dice nada, cuando sea más grande
voy a ser re grande y te voy a cagar a piñas.
-¿Vos me vas a cagar a piñas boludo? ¡pata de tero!
-¡Sí, yo! sos re agrandado, te la re crees...
-¡Shh! Chicos no griten que mi abuela se va a levantar y
si no me ve llama a mi vieja.
-Pero Martín me está jodiendo, está re loco, con razón te
echan, sos re pesado.

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-¡Callate Germancito! a mi no me echan, mi mamá me
quiere mucho, pero mis hermanas a veces parece que
no, no digas que me echan de casa, no tengo otra
casa... no quiero irme nunca de mi casa, mi mamá me
necesita.
-Tu mamá está esperando a que trabajes para no
aguantarte Martín, no le digas Germancito, ¡no le gusta y
lo sabés!, no nos vamos a pelear nosotros que somos
amigos, y no griten más, sino no podemos volver a jugar
acá, ¿eh?, son dos pendejos, che.
-Bueno, perdoná Germán, no quiero que me des con una
manguera en la cabeza.
-Jajaja, si sabés que vos me podes cagar a piñas, yo soy
re flaco, tenés razón.
-Ahora que somos amigos los tres ¿qué hacemos? la
linterna está media media, ya no tiene pilas, se te va a
apagar en cualquier momento.
-Apagala, total las luces de la calle iluminan el terreno.
-Pero acá está oscuro Martincho.
-¿Martincho? jajaja, mejor decime tincho.
-Está bien, está oscuro acá ¡Tincho! jajaja, rulincho,
tenés un rulos de nena.
-Y vos tenés patas de palo de piernas jajaja.
-¡Basta! otra vez lo mismo, chicos vamos a contar
historias de terror.
-¡Dale! ¿saben la del colectivo que chocó y a las doce de
la noche se escuchan los gritos en la calle?
-Ya la contaste jajaja, esa es como la de la mancha de
café Germán, tus historia son re truchas.
-Pará, antes de dormir, cuando estoy medio dormido,


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Elbio Aparisi Nielsen                      La noche del infante


viste que no soñás pero estás por dormirte, bueno a mi
me aparece un mono y me golpea en el pecho y me
quedo sin aire, me ahogo, a veces me pongo a llorar el
miedo, prendo la luz y duermo con la luz prendida hasta
que me olvido, porque mis hermanos me cagan a pedos,
porque no se pueden dormir con luz, a mi me da igual.
-Dejá de mentir.
-No miente Martín, que no te haya pasado a vos es otra
cosa.
-Bueno calmate David, no sos nuestro papá.
-Chicos no se enojen, si que es verdad, no miento, no
sean boludos, me pasa de verdad pero no se lo quiero
contar a mis viejos porque me van a tomar de loco, pero
es verdad, no se lo conté a nadie, no miento Martín, te lo
juro por lo que quieras, ¡por mi vida!
-No se jura, mi vieja dice que vas al infierno.
-Eso sí es mentira Martín, yo soy ateo y te digo que tu
mamá te miente.
-¿Y vos qué sabés? mi vieja y mis hermanas creen en
Dios.
-Yo no.
-Dios nos está mirando ahora, nos está escuchando, y
nos cuida siempre, todos los días de nuestras vidas, mi
vieja siempre reza, y a mi me gusta rezar. Dios nos va a
cuidar cuando seamos grandes.
-¿Y por qué mató a mi hermano?

David está llorando, yo estoy llorando y Martín se fue,
creo que se cortó con el alambre, le avisé a la tarde pero
ahora se fue rápido y no se dio cuenta. Yo quiero creer


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Elbio Aparisi Nielsen                      La noche del infante


en Dios, ¿existís Dios de verdad?, quiero que grites
desde el cielo, si existís de verdad tenés que
demostrarmelo, tengo miedo, si es verdad, uh... si es
verdad tengo miedo. ¿Existís Dios? mi tío también murió,
s fue a tu tierra, a acompañarte como Olmedo, me
acuerdo el día ese, estaba con Facundo jugando en el
garaje y vino la chica de al lado y nos dijo que Olmedo
se tiró de un balcón, lo primero que me imaginé fue el
cuerpo como quedó... no puedo olvidarme esa imagen.
David está llorando y yo ya no lloro, porque me acordé
de Olmedo, de las boludeces que hacía, yo me reía un
montón, todo el mundo lloró por Olmedo, cómo lloraron
cuando ganaron hace un tiempo la copa del mundo,
fuaaaa eso estuvo buenísimo, fuimos al obelisco a
festejar, en el quiosco de María comimos caramelos
gratis, estuvo buenísimo.

-¿Estás bien David?
-Perdonalo, él no sabe nada de tu hermano, yo tampoco
se mucho, nunca me contaste de él.
-Es que no quiero hablar Germán, siempre me acuerdo
de él, cuando me voy a dormir lo saludo como siempre, y
el no me contesta, siempre pienso en él, Germán... mi
abuela siempre dice que era el mejor en todo, hay días
que me quiero ir a la mierda, solo, no sé... viajar por el
mundo, desde que se fue me va mal en el colegio, mi
mamá me reta más, mi abuela me recalca que hago todo
mal, no aguanto más Germán, quiero irme.
-No, no seas boludo, no digas boludeces, yo no te voy a
dejar nunca, somos amigos, no quiero que te pase nada


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Elbio Aparisi Nielsen                     La noche del infante


malo, vas a ver que se van a calmar, en unos años va a
cambiar todo.
-Yo que sé, mi mamá llora siempre, se hace la tonta para
que no me de cuenta, pero llora siempre.

Es tarde y mi mamá me va a buscar a los gritos, me da
vergüenza, mejor vuelvo, pero David ahora se va a
quedar triste, no quiero perder a mi hermanos, será re
feo, me tengo que ir. Se está trepando de la pared, no
me saludó, ni nada, está enojado, estoy sentado solo en
el tronco abajo del árbol y tengo miedo. Dios si de
verdad existís quiero que lo ayudes a David, está muy
solo, quiero que le des un nuevo hermanito, ayudalo a
que no esté triste, yo mañana bien temprano le voy a
tocar el timbre, y lo voy a invitar a jugar a mi casa,
siempre me invita él. Las ranas estás haciendo ruido, mi
mamá está buscándome, ya la escucho venir, si me ve
salir de acá me va a retar, mejor no hago ruido y la dejo
que pase hasta la esquina, cuando doble salgo y voy a
buscarla, se va a asustar, va a exagerar como siempre.




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No ve que estoy atrás de ella, mira enfrente en la fábrica
de cemento, la puerta del galpón está abierta, como está
oscuro igual se está haciendo la película que estoy
metido ahí con los chicos. Siempre piensa lo peor,
seguro imagina que me raptaron para hacer carne de
niño conmigo, no sé para alimentar ballenas que comen
niños. Siempre exagera con todo, que si los vecinos me
escuchan gritar cuando juego o si me van a disparar
policías si me ven corriendo en la calle con un arma de
juguete. Mañana me voy a levantar muy muy temprano
con mi hermano Andrés, lo voy a levantar a las cinco y
media, voy a poner el reloj despertador del gato, se va a
poner contento.

-Mamá, ¿qué hacés? ¡acá estoy!
-¡Hijo! ¿dónde te había metido? creía que estabas
jugando con los chicos ahí dentro, ¿no se habrán metido
antes, no?, a ver mostrame las manos para que las
vea... en la luz, vení acá.
-No má, estábamos con David y Martín en el patio, tenés
que tocar timbre, está en esa pared, atrás del coche,
¿ves la puerta de rejas blancas? metes la mano y está el
timbre.

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Elbio Aparisi Nielsen                       La noche del infante


-Es que no se ve nada desde acá afuera, a ver si creen
que soy una ladrona o algo, papá quiere que te leas un
libro, lo fui a llamar al teléfono público.
-¿Cuál leo má?
-No sé Germán, el que quieras, pero tenés que leer algo,
estás todo el día jugando y no hacés nada en casa,
tenés que ayudarme con el jardincito, viste que puse
algunas flores, bueno podés ayudarme a plantar mañana
algunas.
-¿Puedo invitar a David a qué nos ayude?
-Si querés si.
-Quiero invitarlo porque está triste, su hermano.
-Ya sé mi amor, ya lo sé todo, no me cuentes, quedate
tranquilo, lo invitas, preparo matecocido con leche y
compran algunas galletitas en el quiosco de María.
-Gracias má, ¿puedo ver las estrellas en el techo má?
-No amor, es muy tarde ya para hacer esas cosas, te
podés caer.
-Pero si me encanta estar en el techo todo el día, dale,
por favor, me voy a portar bien, no voy a hacer ruido ni
nada, dale, ¿sí?
-Pero solo un rato, hasta que llegue Andrés, luego se
duermen juntos, charlan y juegan un rato.
-¿Puedo abrir yo la puerta?
-Tomá las llaves, fuerte que pesa mucho, la de chapa ¿te
acordás? estaba toda picada pero era más livianita.
-¡Sí!, cuando llovía entraba el agua por el pasillo, ahora
no.

Agarro una campera, un libro y la linterna chiquitita de mi


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hermano, mi mamá se va a leer en la cama, pongo la
escalera de madera en el borde del techo del cuartito de
las cosas viejas y subo. David estará solo y aburrido, si
tuviéramos radios para llamarnos estaría re bueno, casi
me caigo de la escalera, me olvidé del escalón roto, por
suerte mi mamá no escucha tanto. Hay un gato subido a
la parecita de la terraza de la casa de los vecinos, está
parado mirándome en el fierro del tanque de agua.

-Vení, gatito, vení.

Estoy en el techo de chapa, tengo que pisar en los
clavos que salen, porque por ahí me dijo mi papá que
están los tirantes, sino las chapas se rompen y me caigo
al suelo y me muero. Lo mismo con la membrana, estoy
subiendo la parecita chiquitita, me dijo que ruede o me
arrastre pero que no pise con las zapatillas, por eso me
estoy sacando las zapatillas, para no romper nada. Me
las até fuerte, me acuerdo cuando Leonel me enseñó en
el jardín a atármelas, desde ese día lo hago como me
dijo él, no me acuerdo del cumpleaños nunca. Me
encanta estar descalzo, así no rajo la membrana porque
es muy caro y no tenemos plata que nos sobre para
gastar, y aparte me gusta tener los pies sin nada, me
dejo las medias porque está fresco. No hay nubes, se
despejó todo, antes parecía que iba a llover y ahora
nada. Me gusta la noche en el techo, me gustaría
hacerme una casita acá para ver las estrellas siempre,
me encantan las estrellas, me dijeron que las estrellas
que vemos son mucho más viejas de lo que creemos.


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Todos mis amigos quieren ser astronautas de grandes, a
todos les gusta viajar, pero a mi me gusta mirar las
estrellas mucho tiempo, si aguanto tres horas puedo
despertar a Andrés y hacer mate para ver cómo sale el
sol. Siempre me levanto bien temprano, pero una vez
sola vi el sol cómo sale de la estación de Escalada,
despacito y muy brillante, me tuve que subir al tanque de
agua, al fierro que lo sostiene, para poder ver bien,
cerraba los ojos y los abría un rato después para ver si
se movía y era rápido, sale rápido.

Yo quiero mucho a mi hermano, no quiero que le pase
nada Dios, si existís no le hagas nada, ni a mi papá, ni a
mi mamá, mi hermana, mi abuela, a nadie que conozca y
sea amiga mía, porque me pongo triste y no me gusta.
Estoy comiendo un poquito de pan, me agarró hambre,
siempre como algo, bueno fue mi primer palabra,
siempre como pan, me encanta, mojarlo en el
matecocido, con mucha azúcar en el pan. Ver los
dibujitos animados, mi abuela me hace unos
matecocidos riquísimos, pero no le pongo pan, es tan
rico que no me gusta ponerle nada, siempre charlo con
mi abuela y veo la televisión, la de ella es más chiquita,
pero veo poco, me gusta dormir la siesta, en casa nunca
duermo la siesta pero en la de mi abuela si, y a la tarde
juego en el terreno, que tiene una pared enredadera y un
banano, el año pasado comí bananas del banano, tienen
otro gusto, pero no volví a comer, ahora ya no está, lo
cortaron, solo quedó la pared enredadera. Hay estrellas
que tienen luces que se mueven, parecen como soles


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chiquititos, están las tres marías, pero no sé otros
nombres, hay otro gato en la punta del techo, me gusta
estar entre ellos, siento que me cuidan, no puede
pasarme nada malo entre los gatos, mi mamá dice que
no quiere animales en casa, pero yo quiero gatitos.
Cuando éramos muy chicos tuvimos un conejo, pero lo
llevaron a otra casa porque mi mamá enfermó y no podía
tener animales en casa, creo que fue por eso, y nunca
más tuve ninguno, mis amigos tienen perros y yo nada.
Un compañero de la primaria me contó que en los
edificios de la estación de trenes, en la plaza había
muchos gatos sueltos y que los revoleaba de la cola a la
calle para que los pisaran, me daba miedo, ahora se fue,
lo echaron por golpear a un compañero con los anteojos
puestos, no es malo pero hace cosas malas, no lo volví a
ver.

Voy a bajar a despertar a mi hermano, me dormí un
ratito, no me di cuenta, pero me dormí, hoy no me golpeó
el mono en el pecho. No me voy a poner las zapatillas,
total es bajar y subir con Andrés, si no se enoja que lo
despierte sin avisarle. Mi mamá no me dijo nada de que
me quedé hasta tan tarde, me parece que se durmió,
estará soñando con mi papá trabajando.




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Me muevo muy despacio para no hacer ningún ruido y
me suenan a rotos los huesos del pie y de la pierna,
siempre que no quiero hacer ruido hago más, o me
parece que es más porque nadie habla, ni la tele está
prendida, ni la gente camina por mi calle y los coches
escupen mucho humo. Hace unos días encontró mi papá
una rata muy grande escondida arriba de la alacena que
está al lado de la puerta del baño. Mi hermana subida en
la silla gritando y mi mamá con ella en la otra nos volvió
locos a mi y a mi hermano, pero mi papá la sacó,
después tiraron un líquido, ya no es más la alacena,
ahora está vacío, estoy abriendo la puerta, y hago
mucho más ruido, Andrés ronca como una marmota.

-Andrés, che... Andrés, soy yo, Germán..._ se da vuelta,
lo estoy sacudiendo un poco más, está re dormido.
-¿Quién es? ¿qué querés, Germán? ¿qué hora es?_ se
está sentando y se frota los ojos, está dormidísimo.
-Son las... esperá que me fijo, son las cinco y cuarto._
me va a matar o a gritar.
-¿Qué? estás loco, ¿qué querés hacer a esta hora?... no
tengo ganas de jugar... andá a dormir, sos un pesado._
insisto un poco más como siempre.
-Dale, quiero que veamos el sol salir de atrás de la

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estación, después dormís más, estás de vacaciones vos
también.
-Bueno dale, vamos, pero poné el agua para los mates
vos, y me esperás, no subas solo, te podés caer, que las
chapas, ya sabes lo que dijo papá de que subas solo..._
ni se dio cuenta que no estaba durmiendo, se habrá
metido a la cama con la luz apagada para no
despertarme.
-Sí, no te hagas problemas, yo hago los mates y todo,
pero apurate.
-Esperame en la cocina, ahora voy al baño a lavarme la
cara y a hacer pis, me estoy re meando.

Mi mamá ronca como Andrés, puedo escucharla porque
hay una puerta entre las dos habitaciones, a veces deja
abierta la puerta por si nos levantamos con pesadillas o
dolores. Yo a veces me levanto llorando y no digo nada
para que no se despierte, me quedo con los ojos abiertos
en la oscuridad, esperando a los fantasmas de la casa, a
que aparezcan para saber que existen de verdad, esta
casa me da un poco de miedo, a veces, hay días que se
me erizan todos los pelos de los brazo, siento en la nuca
como si me tocaran con los dedos fríos. Pero quiero ver
si existen de verdad, porque tengo tanto miedo que
mejor verlos y sentirme seguro a que no sean nada y
sentir que no hay nada después de morir, espero que sí,
mi tío está con ellos desde el accidente, mis primas lo
extrañan muchísimo, lloran mucho por él, mi tía está
enojada, pero lo sigue amando, siempre va a estar
enamorada de él, hace poco fuimos al cementerio, le


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doblamos la bandera de Italia, le cambiamos las flores, y
nos callamos un montón de tiempo, mi tía nos llevó a mi
y a mi hermana, yo no quiero volver a ir, no me gustan
los nichos, todos esos cajones llenos de muertos, no
quiero estar ahí nunca.

-¿Ya está el agua?_ se puso unos pantalones cortos,
jajaja tiene los pelos todos parados y está descalzo,
como yo, somos dos indios, nos encanta estar descalzos
en verano.
-Sí, pero tenemos que subir la pava hasta el techo, puse
la yerba en el mate y azúcar en el agua._ prende la luz y
se sienta, nuestra cocina está despintada, las sillas son
viejas, somos pobres y no me importa, me encanta jugar
con mi hermano, siempre, cómo cuando nos metimos en
el ascensor del supermercado de la estación de
escalada a subir y bajar por el ascensor, estuvo
buenísimo, la pasamos re bien, después nos dieron
arriba un paquete de chocolatada para hacer con la
leche, mi mamá nos manda a veces porque la regalan.
-Vos quedate tranquilo lolín que vamos a ver el sol
cuando sale, ¿querés llevar la radio para escuchar cosas
mientras esperamos?_ mi hermano me llama lolo, lolín,
lolito, mi familia siempre me llamó así.
-¡Sí! dale así escuchamos a la policía, a ver si descubren
algún robo...
-Shh, callate que se va a levantar mamá, voy a buscar
eso, esperame, no hagas nada, la pava la llevo yo, vos si
querés subís el mate._ me gustan los gatos, David ahora
estará durmiendo, soñando con su hermano y yo con el


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mío, jugando, tengo miedo que le pase lo mismo a
Andrés, no quiero que nadie le haga nada malo, lo quiero
mucho, Dios por favor no le hagas nada, si el diablo
quiere hacerle algo matalo así salvás a mi hermano.
-Ya está, tiene las pilas nuevas, justo se las cambié el
otro día... ahora despacito Germán, ¿me escuchas?
despacito vamos a subir, no olvides que está rota la
escalera... ¿qué hace la escalera en la pared?
-No sé, la habrá dejado papá, no sép.
-Puede ser mamá también que limpió acá afuera y la
movió, pero que raro, mamá siempre tiene miedo que
entren a casa por la escalera, la guarda siempre._ está
medio dormido, no se da cuenta.
-No sép.
-Subí vos primero, que yo estoy atrás tuyo así vas
tranquilo._ no sabe que ya subí, siempre subo solo, me
encanta subir, siempre quiero saltar a los otros techos y
ver las otras casas como son.
-Por los clavos Germán, acordate de las chapas.
-Sí, sí, me acuerdo.
-Pisá entonces por los clavos, saltá la parecita y yo te tiro
el coso este, así paso con la pava y el mate.
-Tené cuidado, por los clavos andá Andrés.
-Jajaja, dale callate, dejá de repetir lo que yo te digo.
-Bueno, no te enojes.
-Tomá, agarrá la pava y apoyala despacito pero en el
borde que no tiene membrana, y tomá el mate, dame la
mano así subo... ¿y esas zapatillas?
-¿Qué?_ uh, me había olvidado de las zapatillas.
-No te hagas el boludo Germán, te dijo papá que no


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subas y vos subís, sos chico para estar de noche solo ¡y
en el techo!
-Pero me gusta ver las estrellas, no te enojes, me
acuerdo siempre de pisar en los clavos y del escalón roto
de la escalera de madera de papá.
-Nunca hacés caso.
-Pero no subo mucho, me gusta subir ahora de
vacaciones.
-¡Sí vas a la tarde a la primaria! ¡seguro te subís hasta
en invierno y no nos damos cuenta!, le voy a decir a
mamá.
-No, no porfa, no le digas nada, se va a enojar y no me
va a dejar salir más, mañana voy a invitar a David a jugar
en el patio.
-¿Y estamos a esta hora acá? tenés que dormir Germán.
-Duermo la siesta y listo, dale hacé mate así esperamos
al sol.
-Vos no podés tomar mate, sos chiquito, pero bueno, es
de noche, así no tenemos tanto sueño, tomá un poquito,
unos mates y listo ¡eh!
-Sí, sí.

Hay un viento que no es muy viento, pero me gusta, me
estoy despertando mejor, tenía un poco de sueño,
Andrés está probando con la radio buscar enganchar
una conversación de policías o de teléfonos de casas.
Voy a ir a buscar a mis amigos de la primaria cuando me
despierte de la siesta, a Pablo y a Fernando, así vamos
al terreno de Pablo.



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-Escuchá, ¿escuchás?
-Más o menos, subilo un poco.
-Ni loco, vení, acercate más boludo, dale, son dos
hablando, dicen algo de un incendio..._ suena un sirena
de bomberos.
-¡La sirena!
-Shh, no grites boludo que vamos a despertar a todo el
mundo, dice que es un incendio en la fábrica de cerca
del club.
-Fuaa que bueno.
-No Germán, la gente va a perder los trabajos, pensá en
el dueño y en los que trabajan ahí. Pensá en eso y no en
el fuego, siempre te divertís con todo, no es así la vida,
¿eh? mirame cuando te hablo, tenés que pensar por los
demás, ellos van a perder muchas cosas, y encima lo
que hacen en la fábrica tampoco se va a vender y la
gente se queda sin eso.
-Perdón, no te enojes.
-Mirá el sol lolo, está saliendo, mirá que lindo que se ve
con el humo.
-¡Sí, me encanta!, vení, podemos subirnos al fierro del
tanque de agua para ver mejor.
-Tené cuidado eh, ¿siempre hacés esto Germán?
-A veces, cuando me despierto solo en la noche y con
miedo, acá me gusta más, a nadie se le ocurre subir a
los techos, y los fantasmas acá no hacen nada.
-Callate, dejá de decir boludeces, tenés que avisar
cuando vas a subir, porque es peligroso, imaginate que
un día te caes y nadie sabe donde estás, te podés morir
acá solo, y eso es muy feo.


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Elbio Aparisi Nielsen                    La noche del infante


-¡Cómo los soldados en la guerra!
-Que feo, no pienses en eso, mirá el sol con el humo que
está buenísimo.

Andrés me ayuda a subir, veo a los dos gatos escapar
con la luz.




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Abrió las ventanas y ya está cantando canciones de
Quiroga, tengo mucho sueño, se me pegan los ojos,
Andrés no está, se fue y mi hermana todavía no volvió
de lo de mi abuela.

-Lolito despertate que tenés que tomar el matecocido
con pan y buscar a tu amiguito para ayudarme con el
jardín.
-Tengo sueño má, ¿y Andrés?
-Se fue hace un rato, ¿a qué hora te acostaste anoche?
-Eh, temprano má, pero me costó dormirme porque tuve
pesadillas.
-Los nenes no tienen que estar despiertos hasta tan
tarde, tenés que leer a la tarde algún cuento, porque
estás todo el día jugando y no es así, tenés que leer. Tu
papá quiere que leas y yo también, la televisión no hace
más que enseñarte cosas malas, no me gusta que veas
los dibujos animados, jugá con David un rato y después
a comer y leer. Ahora hacé la cama y limpia el patio que
está hecho un asco, barré un poco y tirá un balde para
que se limpie un poco.
-Tengo sueño má.
-Nada de sueño, a baldear el patio, tu amigo te espera.
-Pero si no sabe que voy a ir a buscarlo, no le dije nada,

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es una sorpresa.
-No seas malo Germán, tenés que hacerlo, no podés
quedarte durmiendo como una marmota, aprovechá que
es verano, ya están los reyes en la puerta casi, eh.

Quiero que me regalen la estación de servicio, la tiene
David, Pablo no la tiene y yo tampoco, ah, sí, Fernando
sí la tiene, quiero una para mí solo. Poner los cochecitos,
subir y estacionarlos, limpiarlos.

-Tirá la basura en esta bolsa y a la calle para que el
basurero la quite en un rato, no te olvides de ordenar un
poco, mira como tenés todos tus juguetes en el mueble
este.
-Pero papá tiene más desorden que yo, mirá las
herramientas como están tiradas ahí.
-Pero el trabaja y vos no, no te pases de vivo, eh, que
sos muy chiquito, dale limpia así tomás la leche y vas a
buscar a David.
-¡Terminé de barrer má! poné el agua para el matecocido
que termino rapidísimo, vas a ver cuando pongas la taza
ya terminé.
-¡A ver si llegas! mmm no creo que llegues, vas muy
lento.
-Mirá, voy rápido, ¡quité los juguetes y todo, eh!
-Faltan, diez, nueve, ocho, ocho menos uno, ocho menos
dos, siete, seis, seis menos uno, menos dos, cinco...
-¡Ya está! ¡terminé! ¿y vos?
-¡Justo! ¡a la vez!, ahora te tomás la leche tranquilo,
nada de apuros que te cae mal y vomitas, hacés dos


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minutos de digestión y vas a buscar a David.
-¿Puede venir Martín también?
-Sí, pero nada de gritar mucho y romper las plantas, me
las regaló tu abuela para que las plante, no las rompas.
-Yo nunca rompo las plantas.
-Son esos gatos que están en el techo, ya vi a dos y hoy
a otro más.
-¿Sí má?
-¿Los viste vos también?
-No, no, nunca vi a ninguno, los gatos me gustan un
poco.
-Tené cuidado que te pueden contagiar algo malo, no los
toques, esos animales están todo el día en la calle dando
vueltas sucios y llenos de golpes.
-No, no toco nada.
-Muy bien, ahora tenés que esperar a que hagas la
digestión unos minutitos.

Un amigo de mi hermano compró una jeringa, mezcló
cosas del padre que tenía en un cajón y con mi hermano
buscaron un gato, lo acariciaron mucho hasta que el gato
ronroneó y se dejó subir en los brazos, lo llevaron a un
patio y le inyectaron lo que encontraron, el gatito murió
solo, como los soldados.

Estoy corriendo, cruzando, mirando a los costados, me
saluda la abuela de Horacio, uh Horacio hace una
semana que no le toco el timbre, desde que fui a comer
fideos con tuco y me enojé.



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Estoy en la vereda de la casa con el jardín más lindo de
la cuadra, estoy viendo el arbusto que tiene rosas rosas
chiquititas, a veces cuando vamos a los de mi bis abuela
y abuela les corto unas rosas para que se pongan
contentas.

-¡Germán!, ¿qué hacés ahí? ¡vení!_ es Martín, me vio
justo.
-Te venía a buscar a vos y a David para que me ayuden
a mi y a mi mamá con el jardincito del patio, así jugamos
un rato.
-No puedo, mi mamá se fue al hospital, mi prima... le
pasó algo, no sé, no me quieren decir y me tengo que
quedar hasta que vuelvan. Estaban enojadas, se fueron
re temprano, por suerte no somos nosotros.
-No digas boludeces, es tu prima, a nadie tiene que
pasarle nada malo, a veces decís cualquier cosa, no
tenés que hacerte el valiente conmigo, somos amigos
Martín.
-¿Yo valiente? dejate de joder, no te enojes...
-Mi tío murió en un accidente y no me gusta que pasen
cosas malas en las familias, tenés que ser bueno.
-No sabía nada, no me contaste, perdona Germán , no
sabía nada, yo soy medio boludo, perdoname.

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-Voy a buscar a David, esperá y no te vayas.
-Me matan si me voy, ¡chau!
-Mirá los dibujitos, chau.

No se ve la puerta que le hicimos al terreno, está tapada
por la enredadera, yo se donde están los cortes que le
hicimos al alambrado, por ahí pasamos siempre. Hoy es
cinco de enero, mañana es reyes pero no tengo ganas
de que me regalen nada, seguro no es la estación de
servicio que quiero, otra cosa no quiero, no me gustan
las medias, pantalones o remeras, siempre es lo mismo.
Tengo ganas de estar en el techo de casa jugando con
mis soldaditos de plástico y los cochecitos, pero si me ve
mi mamá me mata y no sabe nada de que sigo subiendo
a la noche.

-Hola, ¿está David?_ me atiende la abuela, toco el
timbre de David pero ella mira por su cortina y abre la
puerta, siempre me termina haciendo pasar por su casa,
tiene olor a viejo.
-Se fue con la madre, fueron con el coche a hacer unas
compras, seguro que es por reyes.
-¿Cuándo vuelve?
-No sé hijo, le digo que viniste, sos Germán ¿no? el de la
otra cuadra.
-Sí, dígale que si quiere cuando llegue que vaya a mi
casa.
-Está bien, pero no creo que vuelva hasta la noche, chau
chiquitín.
-Chau.


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Hay mucho sol hoy, tengo ganas de estar jugando solo
en el techo con mis soldaditos de plástico, mi mamá no
me lleva a ningún lugar a elegir el regalo de reyes, ya sé
que no son de verdad, pero siempre me quiere seguir
haciendo la sorpresa. Lo que me gusta son mis
cumpleaños o los de cualquiera de nosotros, nos
levantamos temprano, hacemos la leche y compramos
facturas y vamos a despertar al cumpleañero a la cama,
me encanta despertarme bien temprano para hacer todo,
a mi papá cuando cumple le compro también el diario
Clarín.

-¿Y tu amigos?_ me dice mi mamá, estoy enojado y no le
digo nada, estoy moviendo la tierra y tirando al suelo
fuera del cantero, quiero regalos lindos, quiero subirme
al techo a estar jugar solo.-¿Que pasa mi amor?_ sigo
jugando, hago que no la escucho, me abraza con los
guantes amarillos puestos.
-Nada, no van a venir, a la prima de Martín le pasó algo
feo y David se fue con su mamá a comprar lo regalos de
Reyes._ mi tío está metido en un lugar frío, no me gustan
los nichos, las paredes de muertos con flores y nombres
colgados.
-¿Pensás en algo feo?, no pienses cosas feas, mirá que
lindo jardín tenemos para jugar nosotros dos solos, eh,
mirá la lombriz como se mete en la tierra, ella se mete
ahí porque es su lugar pero vos tenés el aire que es lo
más bonito que existe, respirá y no pienses en nada feo,
las cosas feas vienen solas y no las queremos cerca.


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-¿Puedo subir al techo?
-No, ¿qué querés hacer en el techo solo?
-Jugar, me gusta jugar ahí.
-Siempre con el techo, te encanta estar ahí, me acuerdo
cuando me hiciste subir con la escalera de papá cuando
estaba embarazada de tu hermanita, que disgusto pasé
ese día, estaba sola y vos parado en el techo del
cuartito, ahí mismo, ¿ves? y gritabas que eras un súper,
y te ibas a tirar, me subí corriendo, pero del miedo casi
me caigo y con tu hermanita en la panza, no me lo olvido
más, siempre mirando todo desde ahí arriba.
-Me encanta estar ahí, ahora que hay sol me gusta el
calor del techo para estar sentado ahí.
-Bueno, podés subir con algunos juguetes, pero no
hagas ninguna locura, no te pases a los techos de los
vecinos, se van a enojar mucho, de verdad te lo digo
Germán, no se te ocurra pasar al otro lado, y nada de
mirar a la calle desde el techo, si querés jugar jugá pero
sentadito y tranquilo, y avisame a cada rato que estás
bien, saludame así yo sé que estás tranquilo. ¿Sí amor?
¿extrañas a tu hermana?
-Sí, ¿puedo subir ahora má?
-Dale andá.
-¡Gracias má! voy a llevar la radio, tenela encima, en vez
de gritarte te hablo por ahí, dejala prendida.
-Muy bien, buena idea.
-¡Chau!
-Ojo con los clavos de la chapa, pisá en la línea, ¿me
estás escuchando Germán?
-Sí má, sí má, sí má, quedate tranquila.


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Cuando se duerme no se preocupa por nada, está mejor
durmiendo, soñando con sus cosas, mi papá mañana va
a estar en casa seguro. Le dejé la radio en la mesa de la
cocina, al lado tiene el reloj rojo y blanco para cocinar, el
mantel a cuadros está todo manchado por mí, seguro va
a aprovechar a cocinar y después a ordenar el jardín,
está todo despejado, hay mucho sol, hace calor, pero no
tanto, es de mañana. Estoy subiendo los escalones, veo
desde abajo mientras subo donde está el escalón roto,
así no me equivoco, de ve bien el escalón. Estoy en el
techo del cuartito, miro como miraba ese día que me dijo
mi mamá, me imagino a ella gritando loca que no haga
nada, a mi me encantaría saber volar, tener alas y volar,
sueño un montón de veces en volar y me da miedo.
Hace calor, estoy descalzo y me quema un poco la
membrana, hay piedritas sueltas, algunos broches de
ropa de colores y unos fierros tirado con maderitas rotas.
Tiro de a uno cada soldadito, uno se cayó en la chapa y
volvió a caer en el patio al lado de la escalera, no quiero
bajar, tiré el último soldadito y ahora me subo a la
parecita, voy a pasar al otro techo de membrana por la
parecita, para no pisar los clavos y la chapa, pero tengo
que hacer equilibrio, tengo miedo, tengo un montón de
ganas de hacer equilibrio como en los circos. La radio
está agarrada entre el elástico de mi pantalón corto y mi
calzoncillo, me acuerdo el día ese, el año pasado me
hizo un mago un truco de magia, me puso parado y me
sacó un montón te de las de colores de mi calzoncillo, la
gente se rió mucho ese día, pero no sé dónde era. Ya


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está, me gusta saltar así, me da cosita en la panza, pero
me gusta, veo el quiosko de María al lado de la fábrica,
hace calor, me saqué la remera y la tengo en el cuello
como un ninja. ¿Los mellizos? voy a ir a buscarlos, me
gusta jugar en la casa, en el garaje tiene un montón de
cosas para jugar.

Estoy sentado en el borde de la parecita con los ojos
cerrados, hay viento, pienso en el viento, en que pare,
que no sea más viento, pienso en que va a venir mucho
viento de golpe, el árbol de la esquina suena mucho,
viene el viento, vino el viento, ahora que pare, quiero que
pare el viento, siento mucho calor en mis mejillas, tengo
mucho calor en el pecho, me estoy quemando, quiero
viento, respiro, ahí viene el viento, sí, más viento, ahora
que se pare de golpe y nada de viento, el árbol me avisa
viene de vuelta, me encanta jugar con el viento.

¿Qué me van a regalar para reyes? es mañana,
¡mañana es reyes! sí, sí... quiero una estación de
servicio.




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-¡Haber si los reyes trajeron regalos!_ el año pasado me
quedé a la noche para verlos meter los regalos abajo de
la cama. Tengo mucho sueño, ayer me quedé en casa
todo el día en el techo, mi mamá me subió por la
escalera la leche y el pan a la tarde, después vi la
televisión, me quedé mirando Brigada A y después el
inspector ardilla.
-Tengo sueño, despertate Celeste, despertate vos,
¡dale!_ me tapa mi papá con la sábana y me callo, me
encanta sentir la sábana y el olor al jabón, ayer chupé el
jabón de lavar la ropa de la sábana recién colgada, mi
mamá me reta si me ve, pero ayer no me vio, estuve un
montón chupando la sábana y escupiendo, no trago,
porque me va a hacer mal.
-Germán, tu hermana ya abrió el regalito, Andrés
también, ahora te toca a vos._ no sé que es, tengo
muchas ganas de ver que es, que sea la estación de
servicio, quiero lavar el cochecito.
-¿Qué es?_ mi papá está sentado en la cama y me
apreta las piernas, me rasca la espalda, también me
encanta.
-No sé, no sé, tenés que mirar vos, te va a gustar._ mi
mamá me habla como a un tarado, yo no soy tarado, mi
papá me sigue rascando la espalda, me da sueño, ¿y si

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no es la estación de servicio?, quiero que sea la estación
de servicio. No es, si es.
-Dale Germán, que se enfría la leche... ¡hay facturas!_
me quito las sábanas.
-¿Facturas? ¡sí! ¡sí!... ¡quiero facturas!_ salto a la
espalda de mi papá, estoy colgado en la espalda, mi
papá es gordo, re grandote, no se mueve, por más que
haga toda la fuerza del mundo.
-Mirá la caja que tiene tu papá en la mano._le agarro las
orejas a mi papá.
-Haber pá, dame la caja, dale, quiero la caja, pá.
-Ahora no papa, te hiciste el que no te importa, ahora me
la quedo yo, no te la doy nada.
-Daleee, dame la caja, ¡dame la caja!
-Tomá, pero no te quejes.
-¡No!..._ la caja no es tan grande, una estación de
servicio grande no es, seguro no es, mis papás me
miran, mi hermana juega con su muñeca gigante, y mi
hermano con sus cd´s y una remera negra.-Es un
camión ¡con lanza cohetes! ¡Sí! mirá tiene como cuatro
para tirar, gracias...
-A los reyes magos decile gracias, a la tarde van a pasar
con el camión de los bomberos en el centro.
-¡Van a tirar caramelos!_ grita mi hermana saltando en la
cama.
-¡Sí! _salto yo a la cama de mi hermana, mi mamá nos
grita para que bajemos.
-¡Mamá ya está la leche caliente!_ dice mi hermano en la
puerta riéndose de nosotros dos saltando.
-Bueno, ya escucharon a Andrés, tienen que hacerle


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caso Andrés que es el hermano mayor, ¡eh! ¿qué dije?
¡vamos a tomar la leche!_ se está enojando de verdad,
mi papá la mira, se ríe, salto arriba de mi papá, pero no
lo tiro a la cama, es re pesado.
-Ya está Germán, dale que Andrés hizo la leche, se
despertó para que todos tomemos la leche juntos._ me
dice mi papá, me da la mano.
-Vayan a darle un beso al hermano, portense bien. Y
tomen despacito la leche que se van a quemar.

Nos sentamos en la mesa, los grandes hablan de cosas
de grandes y nunca me dejan meterme, dicen que no
voy a entender, me molesto, me enojo y juego con el
puré, hago dibujitos que me gustan. Me encantaría ser
astronauta, el otro día estaba con unos chicos que
conocí hace poco, fuimos caminando a la estación de
trenes a jugar, había un señor tirado abajo del puente,
me corté con un fierrito que había ahí y uno me dijo que
me lave que me puedo contagiar sida, tengo miedo, pero
tengo que esperar ocho meses para saber si tengo de
verdad, si no me salen ronchas ni nada es que está bien.

-¿Te gusta hasta el fondo tomar?_ le pregunto a Celeste,
a mi no me gusta tomar hasta el fondo porque tiene
pedacitos de yerba y cositas.
-Sí, me gusta, está rico.
-¿Sí? ¿te gusta hermosa?... lo hice para rico para que
les guste, ahora tenemos que andar un rato en bicicleta
así aprendés, ¿vamos lolo?
-¡Sí!, pero quiero otra medialuna con dulce de leche.


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-Bueno vamos en un rato.
-Tienen que hacer un rato de digestión y después van_
nos dice mi mi mamá y mi hermano y mi papá hablan de
vuelta de cosas que no entiendo del trabajo.
-Yo cuando tenía tu edad vendía libros, y me robaba
discos.
-¡Octavio!
-¿Qué? es verdad, ¡pero eso está mal chicos!, no tiene
que hacerlo nunca._ nos dice a mi y a mi hermana, ellos
se ríen juntos.
-¿Papá es ladrón?_ le pregunta mi hermana a mi mamá.
-No Celeste, no es ladrón, es mentira, es un juego, a tu
papá le gusta mucho jugar.
-Ah, porque está mal robar.
-Sí Celeste está muy mal robar.

Terminé la leche y dejé un poquito, siempre hago lo
mismo con el café, mi mamá lo prepara con una tela que
usa de filtro y la ollita sin mango que agarra con un
guante de la cocina que tiene. Casi siempre se quema y
se hace una marca, tiene como tres que se le están
secando. Estoy sentado en mi cama, la semana pasada
dormí muy mal, mi tía me dijo que haga dibujos de mis
pesadillas, el otro día dibujé una sala, un hospital, gente,
pero no dibujo más, creo que ellos, los fantasmas me
están mirando, me dan ideas. No me gusta la noche a
veces, tengo suerte de que volvieron mis hermanos,
porque sino dormiría todos los días en el techo. Me
gustaría aprender los nombres de las estrellas, pero no
sé ninguno, el único que me acuerdo... las tres marías.


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Elbio Aparisi Nielsen                    La noche del infante




-¿Qué te pasa Germán?_ mi hermano se sienta
conmigo, me tira contra él, hunda un montón el colchón,
no tanto como mi papá.
-Nada, no pasa nada._ nos callamos y pasa una bicicleta
tocando la campanita en la calle, están las ventanas
abiertas, hace calor hoy también, pero entra un vientito
fresco en la espalda.
-Dale, no seas bolas, decime, estás re callado,
¿escuchamos música juntos?_ pienso en los gatos del
techo que me cuidan.
-Sí, ¿qué vas a poner en el equipo?
-No sé, ah los cd´s que me regalaron, el de los
violadores.
-¿Quienes son?
-Personas que se quejan de lo que ven, que no les gusta
vivir como viven, les molesta mucho cosas malas que
hace la gente, ¿entendés?
-Sí, como robar o matar a un gato.
-¿Y eso por qué lo decís?
-Por nada, por nada, se me ocurrió.
-No, eso lo preguntar por algo, decime, ¿por qué me
preguntas eso?
-¡Por nada Andrés!, poné la música, el cd está girando y
no ponés nada, apretá en play.
-Ya sé como es, yo sé lo que me querés decir pero no
me querés decir, yo no maté al gato, no le metí nada, es
mentira, no sé quién te lo contó, pero yo no soy malo.
-Tengo un compañero de la escuela que metió cohetes
en las coas de los gatos y que explotaron.


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-Eso no puede ser, es un hijo de puta, ¿no le dijiste nada
a la señorita?
-¿A la seño? no no, ni loco, me mata, es muy grandote y
más grande, tiene tres años más que nosotros, repitió
dos veces.
-Pero tienen que decirle si o si Germán, yo este año que
viene no estoy para cuidarte.
-No importa.
-¿Cómo qué no importa? no te gustan los gatos, ¿no
querés a los animales?
-Sí, pero me da miedo él, golpeó a unos compañeros...
ahora cuando empiece ya no va a estar con nosotros.
-¡Ah! ¿por qué no me dijiste?, es un pelotudo ese, vos no
tenés que juntarte con gente mala, siempre tenés que
hacer cosas buenas.
-¿Qué pasa acá? ¿dé qué están hablando tanto? ¡es
reyes!
-De nuestras cosas pá, cosas de chicos._ le digo y se
ríen mi hermano y él.
-¿Eso es?_ me dice mi hermano.
-¡Estás celoso boludo!_me dice mi papá.
-No, no estoy celoso, nunca me dejan hablar._ estoy
mirando el piso y muevo los pies, me gustan las maderas
del piso, mi mamá siempre dice que los pisos son
buenísimos, que es una madera muy buena.
-Germán, hay cosas que no podemos hablar con vos
porque no te van a gustar o pueden hacerte mal, vos
tenés que jugar, jugar mucho, cuando seas más grande
vas a ver todo diferente, y mientras más crezcas lo vas a
ver todo mucho más diferente, y así hasta que seas


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Elbio Aparisi Nielsen                       La noche del infante


viejito, la experiencia es la base de la sabiduría hijo. No
te enojes con tu hermano, él es más grande y él puede
hablar con vos y darte consejos, es más grande que vos,
¿está bien? no te enojes hombre araña.
-Jajaja, no soy el hombre araña, me gustaría trepar
paredes, yo puedo subir por las paredes del pasillito con
las pies y las manos hasta el techito de la puerta de
entrada.
-Ya sé, si todas las paredes tienen tus huellas.
-Ensuciás todo._ me dice mi hermano y mi tira contra la
cama, puso los violadores, canta y yo lo imito.

No tengo mi estación de servicio, pero tengo mi tanque
lanza misiles.




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Elbio Aparisi Nielsen   La noche del infante




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-Hola ¿está Horacio?_ la abuela ya sabe que soy yo,
desde la puerta me ve, pero me da vergüenza no
preguntar.
-Pasá, que yo le aviso que viniste, quedate jugando con
las perras, mirá como mueven la cola... ¿a qué sí
chiquititas?, ahora vuelvo.
-Sí, gracias._ la abuela entre que sube y baja las
escaleras tarde un montón, las perritas son muy
molestas, ahora que no me ve pateo una, son
insoportables, son esas perras chiguagua creo, bueno no
sé que raza son, pero son muy pesadas.
-Germán, subí, mi abuela te dejó abajo, te dije que subas
directo.
-¿Qué querés? me da vergüenza subir solo, tu abuela
siempre sube.
-Ya le dije mil veces que te diga que subas, pero se le
olvida, desde mi abuelo se fue está peor, subí, mi
hermana se fue y mis viejos no están, tenemos toda la
casa para jugar, me compraron muñequitos de la guerra
de las galaxias, con la nave y todo, estoy re contento, ¿a
vos qué te regalaron?_ no quiero ni decírselo, siempre a
él le compran cosas re caras como a David, el papá
trabaja en el aeropuerto de Ezeiza, en una torre, o algo
así, me duele un poco la cabeza.

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Elbio Aparisi Nielsen                       La noche del infante


-A mi me regalaron una estación de servicio re grande,
está buenísima, con cochecitos, y unos playmovil._
siempre le miento, para que no se crea que soy muy
pobre.
-Yo tengo esa, ¿más grande qué esa es la tuya?_ la miro
y es gigante la suya, quiero una como la de él y no me la
pueden comprar, estará re cara, en lo de pochita la
venden más chiquitita.
-No, igual que la tuya más o menos, está nueva.
-¿Querés chocolate? también me trajeron chocolatadas
en botellitas de vidrio.
-Sí, me encanta la chocolatada en botella, tus papás son
re buenos, te traen de todo siempre.
-A mi hermana no le traen mucho, a mi sí, de todo.
-Pero tu hermana es re chiquitita._ me da la botellita fría,
me encanta.
-¿A dónde fueron tus papás?_ le pregunto para que
hable, quiero tomarme toda la chocolatada ya.
-A hacer las compras del mes, dicen que están subiendo
los precios, que no va a parar, tienen miedo por el
trabajo de mi vieja, está re jodido, dicen siempre cuando
hablan entre ellos que se va el país a la mierda, que
siempre es lo mismo.
-¿Así hablan entre ellos?_ le pregunto.
-Sí, yo me acuerdo de todo, porque soy re inteligente, el
otro día escribí todo lo que dijeron para acordarme bien,
esperá... acá está, dijeron que va a haber inflación,
también hablaron de crisis económica, y que son
comunistas o algo así._ me dice siempre lo mismo, para
mí no es muy inteligente, pero sabe hablar re bien.


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Elbio Aparisi Nielsen                       La noche del infante


-Yo eso sí lo escuché en mi casa también, pero no se
muy bien porque dicen eso siempre, a mi papá le gusta
ver a Neustad, pero lo odia, no lo entiendo.
-El mío también mira eso, y lee un diario raro, no sé
cómo se llama, pero está siempre leyendo eso._ me
dice.

Se fue al baño, estoy sentado en su cama, a mi me
gusta mucho venir a su cuarto, porque está hecho por el
padre, es como una casita en un árbol, hay una
escalerita de la cocina, el piso es de madera, lo hizo todo
el padre. Tiene de todo, más juguetes que David, tengo
ganas de llevarme un muñequito del robot ese, de
circuito, tiene a todos, pero no me gusta robar, se va a
dar cuenta seguro, los tendrá contados.

-Ya está, tenía ganas de hacer pis hace un montón, andá
si querés, siempre tenés vergüenza de todo, no hay
nadie.
-¿Te dejan solo?
-Sí, obvio, a mi hermanita no, pero a mi si, ¿a vos?
-A veces, pero no muchas veces, mi mamá está siempre
en casa.
-¿No trabaja?
-Ella nos cuida, hace todo en casa, mi papá si trabaja.
-Ya sé boludo, mi mamá trabaja como mi papá, mi
abuela nos cuida casi siempre.¿Estabas enojado
conmigo? te vi desde la ventana que ibas para la otra
cuadra, desde la ventanita de la pieza de mis viejos te vi
ir a la casa de David.


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Elbio Aparisi Nielsen                    La noche del infante


-No, pasa que me dijeron que vaya, el otro día me quedé
en casa y ayer fue reyes, nos fuimos a ver el camión de
lo bomberos a la noche, me traje un montón de
caramelos.

Ahora estoy más tranquilo, me encanta la casa de
Horacio.




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Estoy sentado callado, me suena el oído, me duele un
poquito, recién me lastimé abajo del pie, porque pisé en
uno de los clavos del techo de chapa, me duele un poco,
pero no grité porque sino mi mamá me iba a retar, ahora
estoy mejor, sentado, bien calladito para que no me
hagan bajar, están los dos gatos amigos míos, mis
hermanos están durmiendo en las camas y mis papás
están soñando seguramente, siempre sueñan, a veces
los escucho hablar bajo, la otra noche era más tarde que
ahora y los escuché que se despertaron, prendieron la
luz, porque desde el techo puedo ver cuando prenden
las luces, porque veo la forma de la ventana en la
vereda, la pieza de ellos también da a la calle, como la
de mis hermanos y mía. Hicieron ruidos raros, y después
se volvieron a dormir. Están mis gatos mirándome, los
dos, uno arriba del tanque, el otro en la parecita del
techo de la señora de al lado. Hoy me desperté con el
cuerpo duro, no podía moverlo, me dio miedo, después
escuché algo, como ruido a puerta, y también como unas
voces, siempre sueño con personas que jugaban a las
cartas acá, en el comedor, recién me dio mucho miedo,
sentí frío en la espalda. Creo que hay muchas personas
en esta casa, no me gusta mucho, ahora que no tengo
tanto sueño como cuando voy a la primaria no me

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Elbio Aparisi Nielsen                       La noche del infante


duermo mucho, ahora acá estoy bien, mis gatos me
miran, ellos no me dan miedo, me cuidan siempre y no
me preguntan nada, no me hablan, ni gruñen, ni
ronronean, solo están ahí cuidándome.

Me acuerdo de un amigo que tenía cuando era más
chiquitito, se murió ahogado en el baño de su casa, mi
mamá siempre se acuerda de él, yo también, pero nunca
se lo digo a nadie, como el día que le di un beso en la
boca a un nene, tenía como cuatro años y me acuerdo
siempre, eso me dio mucho miedo. Mis papás creo que
están preocupados porque no hay plata, y los escuché
hablar de que se viene muy mal todo, yo no sé eso, yo
quiero que todos estén bien, que falte nada, no quiero
que mis papás se peleen.

Escuché un ruidito, ¿los gatos suspiran?, otra vez, tengo
miedo, ¿y si me quieren tirar al piso para matarme?
tengo miedo, no veo nada, no hay nadie, ¡otra vez! el
suspiro, ¿quién es? ¿y si es la vecina?, le va a decir a mi
mamá, bueno mejor, si le dice a mi papá se va a enojar
mucho.

-Hola_ digo bien bajito para que me escuchen acá pero
no abajo, aparte si se despierta un vecino y se cree que
soy un ladrón me pueden tirar un tiro, me puedo morir.
-¿Estás solo?_ me dicen desde la oscuridad, atrás de la
terraza de mi vecina, en el techo viejo de la verdulería,
tengo mucho miedo, pero menos, no es una persona
mayor, tiene voz de chico.


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Elbio Aparisi Nielsen                      La noche del infante


-¿Quién es? ¿hola?_ me tiemblan las piernas.
-Soy Francisco... ¿puedo ir?, no estoy solo._ estoy
temblando mucho.
-Yo soy... Germán, estoy solo..._ me quiero bajar ya.
-Me dicen Paco, vengo con mis dos gatos, tenés uno
atrás tuyo._ miro atrás y hay otro gato, creo que lo había
visto antes, pero no me acuerdo... se está acercando
pero no lo veo, sigue en la oscuridad.
-Yo también tengo dos gatos, el del tanque y el de la
parecita de atrás mío, adelante del tuyo._ me estoy
olvidando del miedo, nunca creía poder ver a alguien en
un techo a la noche como yo.
-No hables tan alto, que te van a escuchar los grandes._
tiene la voz parecida a alguien, pero no me acuerdo.
-¿Siempre venís al techo solo?_ hablo más bajo, no sé si
me está escuchando.
-Yo siempre estoy acá, nunca te vi, ni te escuché,
siempre pienso en mis cosas, ¿puedo pasar?_ no lo veo
todavía las ramas de los árboles lo tapan, tiene las
manos en la luz, son más grandes que las mías, las
estoy mirando y son más grandes.
-Me tengo que ir, perdón, pero seguro mi mamá me está
buscando, y si no me ve en la cama durmiendo me va a
venir a buscar, chau Paco._ tengo miedo, ¿y si es un
ladrón? ¿si me quiere matar? seguro me quiere tirar del
techo.
-No te vayas, no soy malo, estoy solo, no te vayás
Germán, yo... no..._ ya estoy parado y en el borde de la
parecita para bajar al techo de chapa, me duele el pie un
poco.


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-No, no, me quiero ir a dormir, mi mamá va a venir y me
va a retar, me voy... perdón, otro día...
-Otra noche no sé si te voy a ver, es la primera vez que
veo a un chico, creía que era yo solo pero ahora...
-Yo también, pero no sé, no hago ruido por eso... no
siempre subo, bueno casi siempre._ estoy sentado en el
borde me voy a bajar, que no me duela el pie, que no
salte la pared, si salto yo la chapa se va a romper y me
puedo romper todos los huesos.
-Pero es raro, ¿y si hay muchos más cómo nosotros?, es
raro Germán, no te vayas, quiero saber que está
pasando..._ quiere pasarse de la pared, yo me voy ya.
-Me voy, no es raro, mi hermano subió conmigo y no nos
escuchaste... me voy, no pases a mi techo o grito...
-Pero si no los escuché ¿por qué ahora si? nunca dejo
de subir, todos los días, hasta cuando estoy enfermo,
tengo miedo Germán, tengo catorce años, llevo mucho
tiempo subiendo, tengo miedo Germán, no te bajes..._
doy el saltito y me tiro en el techo del cuartito, miro atrás
y no hay nadie, mi gato del tanque baja al fierro que los
sostiene, me está mirando, como si me estuviese
diciendo que me baje ya... estoy bajando... me duele el
pecho, tengo tos, estoy tosiendo un poco... estoy en la
cocina, salgo al patio con el techo de chapa que me
clavé. No hay nadie, no escucho ruidos... un gato grita,
se pelea, escucho como se pelea... ¡ah!

-¿Quién es?, ¿quién es?_ escucho pasos.
-Soy yo hijo, mamá ¿qué hacés despierto a esta hora?
¿qué te dije Germán? no puede ser que siempre estés


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Elbio Aparisi Nielsen                       La noche del infante


haciendo cualquier cosa, todo el día haciendo lo que
querés, nunca hacés caso, pero..._ la abrazo, estoy
temblando, mi mamá me abraza y se arrodilla.
-No mamá, no me digas nada, por favor no me retes, no
quiero hacer todo mal, no quería irme... mamá perdón,
tengo miedo.
-Pero ¿qué pasó mi amor? ¿qué te pasa?, ¿no habrás
estado en el techo?... te dije que no...
-Por favor no me retes mamá, no me retes, tengo miedo,
no quise...
-¿Pero qué te pasa? ¿qué hiciste?
-Estuve en el techo... pero un ratito._ estoy llorando pero
si le digo la verdad no me va a dejar ir a la colonia de
vacaciones, ni me va a dejar ir a jugar con los chicos.
-¿Y yo qué te dije Germán?_ se está enojando más... no
puedo decir nada.
-Nada má, pero fui un ratito... tengo sueño, me voy a
dormir.




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¿Cómo es el chico del techo?, es raro pero tiene gatos
como yo que lo cuidan, es muy raro, ahora me siento
mejor, es de día, mi hermana recién se levanta, está en
el baño con mi mamá que la está ayudando, mi hermano
está haciendo la leche, el matecocido. Tengo un poco de
sueño... ¿qué soñé?... si, que estaba colgado del borde
del techo y que me caía, y cuando tocaba el suelo me
despertaba y era de noche todavía y gritaba hasta
despertarme, pero no sé si fue el último sueño o... no me
acuerdo.

-¿¡Germán!?, te estoy llamando hace media hora, vení a
ayudarme con las tazas_ me dice Andrés un poco
enojado.
-No te escuché Andrés perdoname... me gustaría comer
facturas._ mi hermano es alto, me gustaría ser como él,
y tener su cuerpo, yo soy flaquito, tengo piernas muy
flacas, me dan vergüenza.
-Dale y te llevo la leche a la cama... lo de siempre vamos
a desayunar, aparte es rico, no te quejes que hay chicos
que no pueden comer ni esto, yo tengo amigos de la villa
que no comen nada por días... no te quejes que siempre
hay gente que come menos que vos, gana menos, vive

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menos, y también que come más, vive más... así es
todo._ mi hermano siempre me enseña algo, lo quiero
mucho, pero lo veo poco.
-¿Qué tazas pongo? tenemos un montón, usemos la
amarillas..._ le grito saltando a mi hermano.
-Bueno, ¿ves? hay alguien que tiene menos tazas que
nosotros... eso sí que no nos falta._ está sirviendo el
matecocido, tira yerba en el mantel, me río y me mira, la
leche está muy caliente, la espuma cae en la cocina, hay
olor a leche quemada, le estoy haciendo señas.
-¡Mira! ¡mira!, ¡la leche!_ ahora hay olor a leche
quemada, me gusta, cuando era más chiquitito comía
leche en polvo de a cucharadas, y antes manteca, y soy
re flaco.
-¿Qué lío están haciendo?_ nos reímos juntos, hasta mi
mamá se está riendo, y ahora Celeste que nos mira
gritando.

Me terminé la leche, estaba riquísima, le pongo azúcar
en el pan y más adentro del matecocido, me encanta, me
lo tome todo y me acorde después de reírme un montón
del chico que anoche. Se me hizo mariposas en la panza
y sentí el miedo, le vi las manos, eran más grandes que
las mías, pero ahora que lo pienso ¿y si quería hablar
conmigo de algo especial? me dijo que no entendía por
qué cuando subí con mi hermano no nos escuchó, tenía
miedo él también... yo me fui por que tuve miedo, y
ahora me arrepiento, quiero volver a subir, ¿pero si es
malo? no quiero que me mate. Mi hermano pone música
fuerte, no me deja pensar bien, mi hermana se fue con


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mi mamá a comprar al almacén del gallego... estoy en la
calle sentado en mi pasillo, tengo un poco de calor, tengo
una piedrita, la tiro, rebota y se queda quieta, la hormiga
pasa por arriba, me quito las hojotas, me gusta estar
descalzo, ahí vienen mi hermana y mi mamá caminando
con bolsas blancas, mi hermana trae una casi vacía, se
ríe todo el tiempo, siempre la veo feliz, gritando,
pataleando, caminando, le gusta hacer de todo, me
gusta llevarla de la mano, a veces tiro una bolita en el
piso y le digo que la busque y nunca la encuentra, me
divierto un montón.

-¿Me trajeron galletitas?_ le digo a Celeste.
-No, yo traigo un paquete de arroz, ella trae otras cosas,
¿qué hacés solo acá Germán?_ Celeste tiene una voz
muy finita, como si fuera más chiquitita.
-Estaba jugando con las piedritas y mi amigo, ¿no lo
ves?_ le digo jugando, se lo cree todo.
-¿Tenés un amigo con vos? no lo veo Germán, ¿dónde
está?_ suelta la bolsa y la agarra mi mamá, ella se sienta
conmigo.
-¿No lo escuchás?
-¡No!, pero si yo estoy sentada dónde está tu amigo, ¿lo
aplasté?_ se para y me mira.
-¡Uh! ¡lo mataste!_ le grito haciéndome el enojado.
-¡No lo maté! ¡no lo maté! ¡mentiroso! ¿mamá?_ se pone
a llorar como siempre, llora por todo, no la soporto.
-¡Germán! ¿qué te dije? siempre molestando a Celeste,
es chiquitita, no le mientas que después sueña cosas
feas, no seas tonto, sos grande no le mientas._ ¿y mis


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pesadillas? lo mío es de verdad y no le digo nada,
¿estará hoy a la noche arriba? me da miedo pensarlo, ¿y
si es un monstruo? no eso no, pero ¿por qué está ahí?,
no voy a subir, mejor no.
-Pero yo no... no lo hice a propósito, siempre me retas a
mí, a ella no le decís nada.
-Ella es chiquitita, dale levantate y ayudame, no te hagas
el tonto, no me olvido de lo que hiciste, así que ayudame
ahora mismo y callate, dale un beso a tu hermanita, mirá
como llora, dale.




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Estoy sin remera y sin hojotas, me quité todo porque no
me gusta el calor, estoy sentado en el cantero, hay una
plantita, la cadena grande colgada en los ladrillos medios
rotos, la pared del pasillo está despintada, el otro día la
prendí fuego, tiré alcohol y prendí para ver todo el fuego,
me encantó, pero no me animo más, mi mamá habló con
María la del quiosco para que no me venda nada,
después con el gallego, a la otra almacén sabe que no
voy porque no me gusta, tiene rejas, no me gusta estar
encerrado en un lugar, lo odio.

-¿Aburrido?... yo cuando tenía tu edad hacía lo mismo,
pero jugaba a tirar chapitas contra la pared, practicaba
siempre con la bolita, no tenía la televisión como vos...
tienen suerte ustedes._ se sienta al lado mío, mueve la
cadena, quiero que se haga de noche, falta un rato, son
las siete, y en verano cambia el sol, porque sale más
tarde la luna.
-No me aburro nunca, a mi me gusta jugar todo el día..._
es la mejor manera de pensar, jugar siempre, mi
hermano mira la cadena, parece triste.
-¿A vos qué te pasa?_ el otro día se enojó conmigo
porque le pegué en la cara jugando.
-Nada ¿por?... yo estoy bien, ¿tengo cara de algo?_ me

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Elbio Aparisi Nielsen                       La noche del infante


sonríe y viene a mí.
-De tonto, tenés cara de tonto..._ me agarra y me sube a
la cadena, tiene mucha fuerza, yo estoy muy flaco, tengo
miedo de que cuando sea grande me ponga más flaco,
me van a cargar todo el día por mis piernas flacas, no
quiero crecer.
-Y vos sos un tontito, el otro día ¿te acordás? cuando
bajamos prendí la radio en la cocina y escuché que
habían asesinado a alguien, fui para ver quién era...
¿Germán, me escuchás?_ no quiero crecer.
-¿Qué?... sí, ¿qué pasó?_ me baja de la cadena.
-Te dije que el otro día me quedé escuchando con la
radio en la cocina y dieron un aviso de asesinato a una
cuadra de la abuela, en Uriarte..._ estoy con mi boca
tapada, yo no lo escuché.
-¿De verdad?_ le estoy preguntando pero me sigo
tapando, me babeo un poco, estoy chupando mi saliva.
-Sí, de verdad, pero no le digas nada a nadie... sino no te
sigo contando, ¿eh?, tenés que prometerlo por mí y por
la abuela, de verdad no digas nada, ni a los chicos, a
nadie, fui caminando, fue a las seis de la mañana, no
tenía sueño y no tenía nada que hacer, estaba aburrido
como vos y fui.
-¿Y qué pasó?, dale contame... dale._ no me gustan los
muertos.
-Vi a un muerto, era un señor grande, tenía la panza
cortada, escuché que habían agarrado al asesino pero
después el policía dijo que era un drogadicto... me metí
por un terreno de al lado a la casa y me robé esto... pero
no se lo digas a nadie, por favor._ tiene en la mano una


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cadenita, con una cruz, no me gustan las cruces, mi tío,
la bandera y los cuadrados llenos de muertos, estoy
viendo el árbol con cajones y adentro muertos, todos
llenos menos uno, uno para mí solo.
-No tenés que robarle a los muertos Andrés, si te ve
papá te mata, el espíritu no quiere que le roben, tenés
que devolverlo a la casa, porque sino va a venir a
buscarlo._ no quiero que vengan más personas a vivir
con nosotros, no me gusta dormir en casa, en el
comedor están los que juegan cartas, pero en la cocina
también los otros, los que se esconden, tengo miedo,
¿cuándo se hace de noche?
-¿Estás loco? no devuelvo esto ni en pedo, vos sos
medio loco, no tenés que pensar así, es una cadenita, no
le hace mal a nadie, y a los muertos no les gusta perder
el tiempo, ¡están muertos! no hay nada abajo de la tierra,
los gusanos se los comen._ quiero que se haga de
noche, quiero que se haga de noche, quiero ir al techo
solo, quiero que se duerman, quiero irme al techo, quiero
irme al techo.
-Me voy a la calle un rato, chau._ estoy en el pasillo, la
pelota roja tirada y un muñequito, agarro la pelotita roja,
pica mucho, me gusta hacerla picar, mi mamá me dice
que voy a terminar como mi primo haciendo con la mano
todo el día el gesto de estar picando un pelota de basket.
-Ni se te ocurra decir nada, te mato... es un secreto
nuestro, a la mañana voy a ir un rato a la casa a
investigar a ver si encuentro algo, me parece que lo mató
un señor de enfrente, lo vi mirar todo el día por la
ventana, no fue a trabajar ni nada, todo el día mirando


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por la ventana, ni se dio cuenta que yo lo estaba
mirando._ falta poco, falta poco, fal-ta po-co.
-No digo nada, me voy afuera a jugar con la pelotita. Yo
que vos no iría más, no te metas en esas cosas, ¿querés
ser policía o algo así?, yo tengo miedo a la gente mala.
-Vos sos un miedoso, voy a investigar mucho, quiero
saber quién es, siempre me gusta mirar a la gente, ver
como caminan, me gustan los secretos de la gente, pero
nadie los cuenta, ese es el problema, nadie cuenta nada,
no me gusta eso y voy a ver que pasa, no te asustes
¿eh?, no se te ocurra decir nada. ¡De verdad!_ me
agarra del brazo un poco fuerte.
-¡No! no me importa eso, yo no le digo nunca nada a
mamá, y a papá menos, el otro día encontré las revistas
de esas chicas y no dije nada... dejame que quiero irme
a jugar afuera._ falta poco para la noche, no hay gatos
en la calle, nunca veo gatos de día, no hay ni uno, todos
tienen perros, estoy picando la pelotita, más fuerte, pica
mucho.
-Hola Germán_ más alto que antes.
-Ah hola Facu._ es más chiquitito que yo, tiene el
flequillo en los ojos, tiene un montón de pelo.
-¿Qué hacés solo?, te toqué la puerta hoy y no atendió
nadie, grité por la ventana y nadie dijo nada, me fui a lo
de mi abuela toda la tarde, quería invitarte a la pileta que
puso mi papá allá.
-Uh que bueno, pero si estuve todo el día... no sé, que
raro._ se tira el flequillo para atrás y se le cae en la cara,
tiene el pelo re lacio.
-Pero grité un montón... y nada... me re aburrí._ pico la


                                                               88
Elbio Aparisi Nielsen                       La noche del infante


pelotita de vuelta.
-Estuve todo el día... ¿cómo estás de la panza? a mi me
dolió todo el día, jajaja nos comimos todas las ciruelas...
-Estaban re calientes, jajaja, mi vieja se re calentó, y no
me dejó salir por dos días, siempre me reta, no me deja
caminar por el comedor sin los patines, está todo el día
limpiando._ se prendieron las luces, ¡es de noche!
-Tu mamá es igual que la mía, yo no la aguanto
tampoco, siempre me dice que me abrigue, que cruce
bien la calle, que no hable con nadie que no conozca,
que haga la cama, que me lave los dientes y el pito...
jajaja, ¿a vos te dicen qué te laves ahí?_ tengo hambre,
Facu se agacha a atarse los cordones, no los ata como
yo.
-A mi no me dicen nunca nada de eso, yo me lavo todos
los días... mi abuela si me dice esas cosas._ mi abuela
me prepara un matecocido riquísimo.
-Me voy adentro Facu, ¿mañana jugás? te voy a tocar el
timbre después de tomar la leche.
-Pero no toques muchas veces, me retan después, tocá
una vez, a las once y media, así no hay nadie... mejor,
que la llevan a mi hermana a un lugar, podemos jugar en
el garaje._ me contó mi hermano que le vio las tetas a la
chica de al lado de la casa de Facundo, pero me dijo que
no tenía nada.

En un rato voy a comer, mi papá llega más tarde seguro,
son las nueve de la noche, estoy sentado en mi cama,
está oscuro, la luz del farol de la calle me está dando en
la espalda, parece una estrella gigante en mi ventana.


                                                             89
Elbio Aparisi Nielsen   La noche del infante




                                         90
Elbio Aparisi Nielsen                      La noche del infante




                         15

Me gustan los colores, el rojo es el que siempre elijo,
sigo solo esperando en el techo, no hay nadie en la calle,
ni un alma. Subí despacito y sin hacer nada de ruido, la
primera vez que nadie se entera de mí, mis gatos me
cuidan, no tienen nombre, no me gusta, son gatos. Hace
dos meses que murió el hermano de Natalia, se cayó de
una hamaca y se golpeó la cabeza por salvar a su
hermanita de que se golpeara ella, estuvimos todos en la
calle, hicimos filas y vimos pasar el coche negro que
lleva a la gente que no camina a los nichos, cajones que
odio ver en mis pesadillas. ¿Por qué no quiere
aparecer?, ¿se habrá asustado?... pero si el que se
asustó fui yo, él era más grande, tenía las manos más
peludas que las mías, yo casi no tengo pelo en ningún
lado... tengo miedo de que nunca me salgan pelos, no
quiero ser pelado, no voy a ser pelado y gordo... todos
los grandes son así, trabajan todo el día y tienen un día
para dormir sin saludar a nadie, ¿qué le habrá pasado?,
la noche está fresca, tengo un poco de frío, es raro que
haga frío hoy, mi hermano está loco, desde lo de mi tío
siempre me cuenta historias de muertos, yo no le creo,
seguro que es mentira. Giro por el techo, me encanta
sentir las piedritas que pinchen mientras giro, me mareo
un poco, choco con el borde... hay un hombre que

                                                            91
Elbio Aparisi Nielsen                       La noche del infante


camina por la calle, patea una botella, se escucha el
vidrio como se rompe hasta acá, no me ve y yo a él sí,
es alto, está sentado en el cordón de la vereda, mira al
suelo pero no se le ve la cara, la luz es muy suave, tiene
una camisa media desabrochada y un pantalón, no sé
cual. El viento está tirando florcitas del árbol que da la
oscuridad de la esquina, justo dónde Paco me habló
ayer, seguro que no es su casa, ni nada, porque puede
trepar y caminar por los techos hasta ahí, no sé, yo
nunca me movería a los demás techos, si me agarran
pueden matarme... escuché que hay gente que espera a
la noche para salir a las calles buscando gente para
vender sus órganos, me lo dijo un amigo de la escuela y
mi mamá. Sigue quieto, no hace nada, prenden la luz de
la casa, chiflan desde adentro, no se va, seguro viene la
policía... bueno seguro que no, en la villa hacen más
líos... se escucha una sirena de lejos, como la de los
bomberos... ¿otro incendio más?, no viene, tengo sueño,
mañana voy a ir a jugar un rato a lo de David, pero solo,
no tengo ganas de ver a Martín.

-¿Hola?_ es una voz desde el techo, el hombre me mira,
sabe que estoy acá.
-Shh, shh, no lo mires a la cara, no lo mires, vení rápido,
no lo mires, siempre hace lo mismo, sabe trepar rápido,
si lo mirás a la cara sube a buscarnos y nos va a llevar a
los dos juntos._ puedo verlo pero no lo conozco, es un
chico como yo, flaquito pero con anteojos y está pelado,
tiene cicatrices en la cabeza. Está con dos gatos, uno
con el mío en la parecita y el otro mirando a la calle.


                                                             92
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La Noche Del Infante

  • 1. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 1
  • 2. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 2
  • 3. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante La noche del infante 3
  • 4. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 4
  • 5. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 5
  • 6. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 6
  • 7. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante La noche del infante Elbio Aparisi Nielsen 7
  • 8. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante Aparisi Nielsen, Elbio Fundido en tres partes. Vizcaya, España, 2009. 175 págs. 21x15cm. ISBN 978-987-02-3646-7 1. Narrativa CDD 863 Hecho el depósito que prevé la ley 11.273 2009 Copyright todos los derechos reservados. ISBN 978-967-02-3656-7 8
  • 9. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante ó Cada uno elige su película anterior, integra los fragmentos desordenados en una realidad cautiva por el recuerdo, así capturamos las sensaciones que creíamos perdidas y anclamos nuestra barca. ¿Qué diferencias hay entre la realidad y el instante en qué se representa la realidad en nuestro registro continuo? Podremos leer las reflexiones simples de un niño que alterna la vida del día y los juegos con la nocturnidad de la búsqueda y apreciación de las primeras experiencias con la vida real y la muerte. La historia de un niño, relatada por él mismo en la que podremos encontrarnos con su lenguaje, pensamientos, y verdades, allí en dónde ninguna regla lo detiene o contiene. La noche del infante tiene el calor de sus días y la brisa de sus noches, contiene el barrio y la soledad, las mentiras y los abusos, los extremismos de los cuales estamos hechos todos... es el miedo y el abrazo a sus padres, el suspiro y la ternura, el amor y las desgracias de un mundo repleto de futuros infortunios desordenados. Elbio Aparisi Nielsen, Mayo del 2009. 9
  • 10. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 10
  • 11. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante A la infancia, que no se pierda en los preceptos inútiles de los adultos. 11
  • 12. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 12
  • 13. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante La noche del infante 13
  • 14. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 14
  • 15. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 1 Mi papá está en el trabajo, me dijo que escriba lo que se me ocurra en este cuaderno hasta que vuelva, mi mamá habla con un amigo de mi papá en la calle, estoy aburrido, hoy vi la tele, pero solo un rato, no me dejan ver más que una hora, miro el canal siete, lo arreglaron hace dos días, estuvo rota mucho tiempo, pero ahora está de vuelta bien. Tiene colores, la música y las historias, mi papá me dijo que escriba en este cuaderno mi primer libro, hace un rato le dibujé la tapa, en la tele dieron una serie que me gusta mucho de un extraterrestre... hoy es... 3 de enero de 1988, yo le dije a mi papá antes de que se vaya que quería escribir desde que era chiquito y me dijo que empiece ahora, luego cuando sea más grande voy a poder escribir mucho sobre eso. Mis hermanos no están, hoy mi hermana está con mi abuela, y mi hermano más grande se fue con sus amigos, los mellizos están comiendo a esta hora, mi mamá me da de comer cuando vemos los almuerzos de Mirta Legrand. El otro día festejamos el fin de año, la pasamos muy bien, estuvimos todos, mis tíos, los dos que son hermanos de mi papá y mis tres tías y un tío que son hermanos de mi mamá. Mi mamá se llama Susana, y mi papá Octavio, no creo que se enoje si acá, en este 15
  • 16. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante cuaderno hablo de ellos por sus nombres, me molesta mucho tener que estar todo el día diciendo mamá esto... mamá lo otro, papá ¡papá!... dicen que mi primer palabra fue pannnnnnnnn así, con todas las letras ene juntas a ver pannnnnnnnn, si así. Tengo calor, estoy descalzo, mi mamá, Susana me reta dice que me voy a cortar los pies o que me voy a enfermar, siempre me dice algo, grita de vez en cuando pero no es nada, no me molesta, yo me voy con mis amigos a jugar todas las tardes, en un rato voy a ir al terreno baldío, hicimos una puerta con la herramienta de mi papá, corté los alambres y pasamos todos por la enredadera, hicimos como una casa con troncos, no tiene techo ni nada pero, cuando llueve no podemos estar porque nos embarramos todos, mi mamá no me dice nada cuando me mojo, a mi me encanta, hay veces que voy al patio de casa y me tiro en el suelo para que me moje la lluvia, es que se forma como una piletita y salto y me mojo un montón, me encanta. -Mamá, ¿puedo ir a jugar ya? -Germán metete en casa que hace calor, ahora no podés jugar, no, hace mucho calor, la gente duerme a esta hora, dejame hablar tranquila. -Pero...- el señor me mira, tiene camisa roja, no me gusta.- Dale ¡dale! quiero irme a jugar, los mellizos y David están esperándome. -No hijo, todavía no, podes ir en un rato, dale Germán metete en casa, ¿qué te dijo papá? -Pero no tengo ganas má, ¿por qué te querés quedar 16
  • 17. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante hablando? -¡Germán! andá adentro y jugá un rato, en media hora te dejo salir, pero si no volvés a molestar. -¡En media hora vuelvo o me escapo!-el señor se ríe, no sé quién es, no me gusta cómo me mira, si es un asesino que nos quiere matar puede entrar ahora, me da miedo. Estoy sentado en la cama, al lado de la ventana, el año pasado pusieron una reja, sigue roja, le pusieron antióxido, así dijo el albañil cuando la puso. Ayer escuché a mis papás discutir, en la otra habitación, dormimos al lado de ellos, Andrés, Celeste y yo. Me acuerdo un montón de veces cuando le di los besos en la boca a la nena de enfrente, siempre me acuerdo de ella, nos dimos un beso largo en la terraza de la casa de Maxi. Vivimos desde que nací en la calle Don Orione 1018, mi barrio se llama Remedios de Escalada, este cuaderno lo puede leer alguien del futuro en cien años, quiero que sepa dónde está Escalada. Me estoy atando los cordones de las zapatillas, Octavio me regaló una remera del Subte, ahí trabaja desde hace mucho tiempo, me gusta mucho el subterráneo de Buenos Aires, me dijo que me va a llevar a andar en subte la semana que viene, tengo muchas ganas, me acuerdo cuando era chiquitito y él me hablaba de las líneas y las combinaciones, me gustan mucho las combinaciones. Salto, golpeo los marcos de las fotos en la biblioteca, me gusta mucho el living, tenemos la tele, 17
  • 18. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante un sillón marrón, la ventana al patio, la mesa para mirar la tele mientras tomamos el matecocido con pan, no tenemos mucha plata, nadie, bueno David si tiene plata, la madre creo que tiene mucha plata. Nosotros no tenemos y eso que mi papá trabaja todo el día, escuché decirle a mi papá el otro día cuando comíamos en el parque del sur que se venía una dura, mi papá se pone serio cuando habla de política, se lo toma muy a pecho todo lo que dicen en la televisión, le molesta mucho. A mi me dijeron que no puedo hablar en la mesa cosas de adultos, que me calle y escuche, para aprender, mi hermano si pudo hablar siempre con mis papás, no escucho mucho, me gusta jugar con el puré de papas, hacer cuadrados, las formas de los juegos que me gustan. 18
  • 19. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 2 -Dale abrí, abrí más fuerte... ahora vamos a poder pasar mejor, tapa con la enredadera, dale que viene gente, hacé que jugas,Germán... saca la pelotita de ahí y tirala. -¡Acá la tengo!, ¡pasamela!, ¡David! -¡Tomá!, ahora vos, ajajaja, pones siempre cara de tonto cuando la tiras. -Vos tenés cara de tonto, ¿y Martín?, vamos a tocarle la puerta así juntamos ramitas, le dije ayer que le diga a su hermana que le preste la linterna así nos quedamos hasta más tarde. -Siempre lo dejan jugar hasta cualquier hora, a mi no me dejan más de las ocho de la noche, pero en verano, en invierno hasta las siete. -Tú mamá te cuida mucho, a mi me dejan tranquilo, entro a casa y salgo cuando quiero. -Tú mamá es más buena, la mía me reta a la noche cuando viene tarde, dice que salí más tonto que mi hermano y que miro mucha tele. -¡A mi también me gusta mirar la tele David!, somos dos tontos. -¡Sí! -¿Tú hermano vive con ustedes? -Mi hermano murió hace mucho, no me preguntes por mi hermano ¡no quiero hablar de Darío! 19
  • 20. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -Perdoname, dale vamos a buscar a Martín, así nos quedamos toda la noche, total vos podes pasar por la pared del patio de tu casa, te metes a las ocho y ocho y media volvés con nosotros al terreno. -Mi abuela me vigila. -¡Pero si se duerme a las nueve de la noche! -Puedo esperar hasta que me salude y volver. -Dale ¡sí!, mejor así podemos contar historias de miedo, quiero que contemos esas de... -¿Le decimos al negro? -No le digas negro. -¿Y qué color tiene? -Negro, pero no le digas así, que no te escuche, mejor no, le decimos a Matías el de la esquina. -Ese es un tarado, no quiero jugar con ese Germán, la mamá nos molesta siempre que vamos, es re pesada. -Está bien, no le decimos nada, toca la puerta vos. -¡Tocá vos! -¡David! ¡dale! tocá la puerta, mejor gritale. -¡Sí! ¡Martín!... ¡Marrrrrtínnn! -Más fuerte. -¡Los dos! -Hola chicos, mi vieja no está, se fue a lo de mi hermano, me dijo que no puedo salir a ningún lado, mis hermanas tampoco están, estoy re aburrido. -¿Y por qué no salís? -¡Porque mi vieja me dijo que no salga! -¡Dale maricón! ¡salí! sos más grande que nosotros. -Pendejos de mierda, yo tengo un año más que ustedes. Yo los cumplo el 6 de octubre. 20
  • 21. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -Yo el 2 julio. -Y yo el 7 de noviembre, yo soy el del medio. -¿Vos sos del 82 David? -Sí, y vos del ochenta y uno Martín. -Yo nací el 7 de noviembre de 1981, soy de Escorpio. -A mi me llevás más, casi dos años. -¡Soy más grande que ustedes dos pendejitos! -Dale salí, nos seas boludo, ¿le pediste la linterna a tu hermana? -¡Uh!, me olvidé, me dijo que no le diga nada a mi vieja, creo que se la iba a robar de un cajón de la pieza, a ver... esperen. -Mira como tiene la cocina Germán, está todo sucio, mi mamá dice que no limpia nada, y que las hermanas son unas vagas de mierda que están todo el día en la calle, que no estudian. -Yo tampoco tengo plata, mi mamá limpia, a veces se le olvida, vos tampoco ayudas a tu mamá. -No, pero viene la señora a limpiar. -¡Callate boludo!, sos más mentiroso que la mierda, siempre igual. -No miento Germán, no miento, lo de los boy scouts era verdad, te dije que vinieras y no vinistes. -Mi papá no tiene plata para que vaya, me dijo que el año que viene si me porto bien. -¡Acá está!, tomá Germán pero no la golpees, que siempre rompes todo, mejor no, tomá David, guardala en el garage de tu casa, abajo del coche de tu abuelo, a la noche te toco el timbre y nos metemos. Ahora me voy que si viene me caga a pedos, yo los veo desde la 21
  • 22. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante ventana, si viene alguien les chiflo. -Bueno dale, pero a que hora venís. -A las ocho y media. -No puedo Martín a esa hora mi... no puedo, mejor que te espere Germán en el garage escondido y se meten, yo me meto después por la pared del patio. -Está bien, yo les chiflo si veo que viene gente. -Chau Martín, guardá galletitas para la noche. -¡Chau Germancito! -Hijo de... no me llames así el otro día cagué a piñas a Juan Manuel con una manguera. -¡Andá mentiroso! ¡vos no le pegas ni a una mosca! -De verdad Martín yo estaba. -La mamá me cagó a pedos, no me dejan ir a primero de mayo. -Nunca te dejan ir a primero de mayo. -Vamos David. -¡Chau Germancito! -Chau, te espero a las ocho y media. 22
  • 23. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 3 -Germán tenés que hacer caso hijo, no me haces caso nunca, siempre me haces renegar._ espera que le diga algo. -Quiero ver la tele tranquilo má, no me digas nada._ no la miro. -Tenés que juntar los juguetes que tenés tirados por la cocina, el otro día casi me mato, es muy peligroso Germán, ¡se pueden caer las ollas con agua caliente! ¿qué hago si se caen las ollas?, las quemaduras quedan para toda la vida hijo, haceme caso, ¿sí?_ que pesada que es, no me deja tranquilo nunca, a mi hermano no le dice nada nunca, quiero ser grande para eso. -Bueno, ¿Cuando viene Celeste?_ capaz que si viene ya me deja de molestar un poco a mí. -Está con la abuela, fueron a lo de la tía Norma, viene en unos días, ¿la extrañas mi amor?_ a veces no me deja un minuto solo. -Dejame tranquilo má, quiero ver la tele, dale, ¡salí!_ se sentó, que bueno. -Andrés viene a la noche, hoy van a ver a un amigo que toca la guitarra._ me encantan las guitarras, serán famosos seguro. -¿Sí?, ¿puedo ir má?_ siempre es un no de respuesta. 23
  • 24. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -No hijo, no podés, si sabés que te voy a decir que no, sos muy chico para estar todo el día ahí. -¿Y cuándo empiezo la pileta?_ quiero hacer algo. -La semana que viene, después de reyes._ falta menos. -Faltan tres días._ es poquito. -Sí hijo._ me gustaría un buen regalo para la pileta. -¿Qué me vas a regalar?_ le pregunto, pero mejor me gustaría una estación de servicio. -¡Es sorpresa!_ odio que no me digan las cosas. -Le pregunto a papá cuando vuelva. -No, es sorpresa, igual papá no viene hasta mañana, están trabajando mucho, tienen que cuidar el trabajo que este año hijito vas a estar un poco duro todo. -¿Qué pasa má? -No hay plata, bueno sí hay siempre hay, ¡se la roban! -¿Quién roba plata? -Los políticos, siempre hacen lo mismo, así estamos siempre, salimos de una y nos metemos en otra, estoy cansada de ver siempre lo mismo, son una manga de ladrones de mierda. -No digas malas palabras má. -Tenés razón, me haces reír enano, ¡estás más grande ahora eh!, te noto más alto, a ver medite conmigo, ¿te acordás cuando te ponías abajo de la pollera larga de mamá?, corrías desnudo y te escondías entre mis piernas, eras más bonito, sos precioso hijo. -Soltame má, no me acuerdo, la abuela siempre me dice que yo le decía eso de que si ella no iba yo me quedaba, pero tampoco me acuerdo. Del abuelo si me acuerdo, el abuelo Joaquín sí, de los azulejos de la casa, de la 24
  • 25. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante cocina, era re chiquitito má. -No sé como te podés acordar de esas cosas. -Las sueño y me las acuerdo, un montón de cosas me acuerdo, cuando hacía bolitas de barro con Fátima, las dejábamos secar al sol para que se endurecieran, me re acuerdo. -Sí, de eso si me acuerdo, Celeste era chiquitita tenía cuatro años, más o menos. Están tocando la puerta, Susana se va a hablar a la calle, tengo calor, ¿qué juguetes me van a regalar? quiero que me regalen una estación de servicio para poner coches y lavarlos, David tiene la colección de Himan y los masteres del universo. 25
  • 26. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 26
  • 27. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 4 Estaba re rico, comí las milanesas con puré rapidísimo, le dije a Martín que iba a estar a las ocho y media en el garaje de David, en el reloj rojo y blanco de la cocina que usa mi mamá para cocinar dice que son las ocho y veintiún minutos. El otro día le pregunté a mi tío que era una ecuación y no me dijo nada, siguió tocando la guitarra me río mucho con él, es abogado. No me gusta matemáticas le tengo miedo a las cuentas, no me gusta estar mucho tiempo sentado, siempre estoy en la calle corriendo, andando en bicicleta. -¿Ya comiste todo? ¡más despacio! ¡te dije mil veces que comas más despacio Germán, sos igual que tu abuelo Joaquín! te metes todo de un bocado. -Es que está rico má, tengo que irme a lo de David, le dije que a las ocho y media voy para allá. -Vas a ir pero si están en la casa. -Sí má, quedate tranquila, vamos a jugar en el patio, nos cuida la abuela que vive adelante de la casa de David. Tiene un montón de juguetes, tiene una estación de servicio para lavar los cochecitos, ¡tiene un walkman amarillo que le regaló un tío! -Tienen plata Germán, nosotros no podemos comprarte eso hijo, tenés de todo para jugar, tenés la televisión, los 27
  • 28. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante libros que te regaló papá. -Estás linda hoy má, bueno me voy, ¿papá a que hora vuelve? -Te dije que mañana. -Chau. -Cuidado al cruzar la calle, no andes por la calle porque si me entero no salís más en todo el verano y nada de pileta después de reyes. ¡Hacé caso, Germán! -Sí, te dije má que en el patio... -Te quiero en la cama a las once, así que diez y media te volvés si o si, no me hagas que te vaya a buscar. -¡Chau! Es de día, me gusta golpear la puertita de madera pintada blanca del pasillito de mi casa, hace unos meses cambiaron la puerta, estaba podrida y despintada esta nueva tiene dos cerraduras y para mirar quien toca la puerta, pero no tenemos timbre como David. Plantamos un arbolito en el jardín de la vereda y creció un montón está verde, lo cortó un señor que pasaba por la calle con una carretilla mi mamá le dió unos billetes, no me quiso decir cuanto le dió, yo le dije que quería cortarlo y que me pague a mí, pero no me dejó. Un falcón rojo medio destartalado casi me pisa, si se entera mi mamá se va a poner a llorar como una loca, me acuerdo cuando era muy chiquito que lloró un montón cuando crucé a la casa de Facundo y un Torino frenó al lado de mi cabeza, me acuerdo verme en el paragolpes, era de un loco que le gustaba correr con coches y motos, mi mamá gritaba ¡cuidado con el loco de las motos un día va a atropellar a 28
  • 29. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante alguien! se juntaba con otras señoras y charlaban de eso, se quejaban, hoy no me dijo nada del loco y casi me vuelven a atropellar. No se ve que nosotros nos metemos por la enredadera al terreno, lo hicimos re bien, tapamos con las hojas y ramas de la enredadera nuestra entrada, la usamos como las cortinas de las puertas, esas que son un montón de bolitas colgando y haciendo ruidos. El terreno está al lado de la casa de David, el alambre que pusieron está lleno de la enredadera parece toda un pared verde, atrás hay un árbol gigante y las ramas del árbol salen a la vereda, cortaron algunas ramas como en mi vereda para que no moleste a la gente cuando camina. -Germán, acá estoy._ me dice pero no lo veo bien. -¿Qué haces ahí escondido boludo?_ es raro. -La abuela salió a mirar por la cortina, callate, que no te escuche porque sino no lo van a dejar salir a David. -¿La linterna?_ le pregunto, así nos metemos rápido. -La agarré hace un rato, hace un montón que estoy sentado acá. -Pero te dije que iba a venir a las ocho y media. -Está bien, pero me peleé con mi mamá y mis hermanas, las mandé a la mierda porque son insoportables, les dije que no quería limpiar y se pusieron como locas, me dijeron vago, y les tiré los platos al suelo y me fui corriendo. -Estás re loco, no podés tirar los platos, ¡se rompen Martín! -¿Qué querés que haga?, son re pesadas todo el día me 29
  • 30. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante dicen que haga la tarea, que lea, que no mire tele, que no salga a la calle, que no hay plata... ahora que estoy de vacaciones me quieren hacer limpiar todo. -Tenés que ayudar a tu mamá. -¡Sí vos no ayudas nada tampoco que te hacés! -¡Sí que la ayudo! -¡Dejá de mentir! ¡no ayudas nada! -Callate boludo, no grites que te va a a escuchar la vieja. -¡Sí está re sorda Germán! no escucha nada. -Vamos, fijate si viene alguien de la esquina. -No, no viene nadie, dama la linterna, me meto yo primero y después vos. -Dale, que te haces el que no tenés miedo. -Bueno andá vos primero Martín, estás re hincha pelotas hoy. ¿Trajiste las galletitas? -No, me fui, ya te dije, podés traer vos también. -Yo no tengo en casa, y pan tampoco quedó hoy. -Tenés menos plata que yo, mi mamá nos compra Coca- cola para comer. -Nosotros una vez al mes compramos jamón y queso para hacer sanguchitos con pan nactal. -Mi mamá limpia casas, trae cosas de las casas que limpia, yo no le digo nada, las pone en una bolsa del almacén, pero yo sé que las roba de las casas, soy igual que vos. -Dale boludo entrá y yo miro que no venga nadie, no te vayas a cortar con los fierritos. -Ya sé entrar, vos te rompiste la remera, yo paso mejor que vos, y eso que vos sos re flaco, patas de tero, jajaja. -¿Y vos? mirate los brazos que tenés. Mi mamá dice que 30
  • 31. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante voy a ser alto, que mi abuelo es alto y que yo también voy a ser alto. -Vos te crees todo, mi mamá me dice que soy como mi papá... a veces creo que no me quiere mucho, antes de dormir ni me saluda, a mis hermanas las trata rebien, se van a la estación a comprar juntas y yo me quedo siempre solo. -Entrá dale, dejá de hablar Martín, uh mirá tu vieja prendió la luz de la pieza, dale entrá a ver si mira por la ventana. -No pasa nada, si nos ve la vieja de enfrente, la del baldío esa es una bruja, para mí mata las gallinas ella sola. -Dejá de mentir Martín... ¿te raspaste? -No, no me hice nada, ahora pasa vos. -Uy, otra vez, me lastimé el dedo. -Que boludo, dale pasa. -¡Mirá! me duele el dedo. -No tenés nada maricón, es un rasponcito. -Pero me duele. -Se te va a curar solo. -Mi mamá me pone azucar para que se haga la crostita. -Sos re maricón, no se te a hacer ni crosta, si no tenés ni sangre en la mano. -Alumbrame el dedo. -¿Ves? no tenés nada. David dice que a la noche este terreno es rarísimo, ¿escuchas? ¡escucha, boludo! hay ranas... ¿agarramos una? -Ni loco, no me gustan las ranas Martín, mirá las nubes, ¿va a llover? 31
  • 32. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 32
  • 33. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 5 Las ranas no me gustan nada, mi papá me contó que las pescaban en los charcos que se hacían cuando todo era campo, me contó que los ejércitos pasaron cerca, que había caminos y esas cosas. Quiero que me lleve al trabajo así me siento con el conductor del tren, me gustan los túneles, tengo un poco de frío. -No va a llover, mirá ahí salta David... mirá... es re lento, yo lo salto eso rapidísimo. -Vos sos re exagerado, siempre hacés todo mejor que nosotros, sos más grande pero yo también tengo fuerza, pero tengo miedo a las ranas, sino te mostraría como salto más rápido que vos boludo. -Callate vos no saltas eso ni loco, sos re flaco, con las piernas de tero que tenés si saltas se rompen jajaja. -¿Qué te hacés Martín?, mira la nariz que tenés, sos re narigón y nadie te dice nada, cuando sea más grande voy a ser re grande y te voy a cagar a piñas. -¿Vos me vas a cagar a piñas boludo? ¡pata de tero! -¡Sí, yo! sos re agrandado, te la re crees... -¡Shh! Chicos no griten que mi abuela se va a levantar y si no me ve llama a mi vieja. -Pero Martín me está jodiendo, está re loco, con razón te echan, sos re pesado. 33
  • 34. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -¡Callate Germancito! a mi no me echan, mi mamá me quiere mucho, pero mis hermanas a veces parece que no, no digas que me echan de casa, no tengo otra casa... no quiero irme nunca de mi casa, mi mamá me necesita. -Tu mamá está esperando a que trabajes para no aguantarte Martín, no le digas Germancito, ¡no le gusta y lo sabés!, no nos vamos a pelear nosotros que somos amigos, y no griten más, sino no podemos volver a jugar acá, ¿eh?, son dos pendejos, che. -Bueno, perdoná Germán, no quiero que me des con una manguera en la cabeza. -Jajaja, si sabés que vos me podes cagar a piñas, yo soy re flaco, tenés razón. -Ahora que somos amigos los tres ¿qué hacemos? la linterna está media media, ya no tiene pilas, se te va a apagar en cualquier momento. -Apagala, total las luces de la calle iluminan el terreno. -Pero acá está oscuro Martincho. -¿Martincho? jajaja, mejor decime tincho. -Está bien, está oscuro acá ¡Tincho! jajaja, rulincho, tenés un rulos de nena. -Y vos tenés patas de palo de piernas jajaja. -¡Basta! otra vez lo mismo, chicos vamos a contar historias de terror. -¡Dale! ¿saben la del colectivo que chocó y a las doce de la noche se escuchan los gritos en la calle? -Ya la contaste jajaja, esa es como la de la mancha de café Germán, tus historia son re truchas. -Pará, antes de dormir, cuando estoy medio dormido, 34
  • 35. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante viste que no soñás pero estás por dormirte, bueno a mi me aparece un mono y me golpea en el pecho y me quedo sin aire, me ahogo, a veces me pongo a llorar el miedo, prendo la luz y duermo con la luz prendida hasta que me olvido, porque mis hermanos me cagan a pedos, porque no se pueden dormir con luz, a mi me da igual. -Dejá de mentir. -No miente Martín, que no te haya pasado a vos es otra cosa. -Bueno calmate David, no sos nuestro papá. -Chicos no se enojen, si que es verdad, no miento, no sean boludos, me pasa de verdad pero no se lo quiero contar a mis viejos porque me van a tomar de loco, pero es verdad, no se lo conté a nadie, no miento Martín, te lo juro por lo que quieras, ¡por mi vida! -No se jura, mi vieja dice que vas al infierno. -Eso sí es mentira Martín, yo soy ateo y te digo que tu mamá te miente. -¿Y vos qué sabés? mi vieja y mis hermanas creen en Dios. -Yo no. -Dios nos está mirando ahora, nos está escuchando, y nos cuida siempre, todos los días de nuestras vidas, mi vieja siempre reza, y a mi me gusta rezar. Dios nos va a cuidar cuando seamos grandes. -¿Y por qué mató a mi hermano? David está llorando, yo estoy llorando y Martín se fue, creo que se cortó con el alambre, le avisé a la tarde pero ahora se fue rápido y no se dio cuenta. Yo quiero creer 35
  • 36. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante en Dios, ¿existís Dios de verdad?, quiero que grites desde el cielo, si existís de verdad tenés que demostrarmelo, tengo miedo, si es verdad, uh... si es verdad tengo miedo. ¿Existís Dios? mi tío también murió, s fue a tu tierra, a acompañarte como Olmedo, me acuerdo el día ese, estaba con Facundo jugando en el garaje y vino la chica de al lado y nos dijo que Olmedo se tiró de un balcón, lo primero que me imaginé fue el cuerpo como quedó... no puedo olvidarme esa imagen. David está llorando y yo ya no lloro, porque me acordé de Olmedo, de las boludeces que hacía, yo me reía un montón, todo el mundo lloró por Olmedo, cómo lloraron cuando ganaron hace un tiempo la copa del mundo, fuaaaa eso estuvo buenísimo, fuimos al obelisco a festejar, en el quiosco de María comimos caramelos gratis, estuvo buenísimo. -¿Estás bien David? -Perdonalo, él no sabe nada de tu hermano, yo tampoco se mucho, nunca me contaste de él. -Es que no quiero hablar Germán, siempre me acuerdo de él, cuando me voy a dormir lo saludo como siempre, y el no me contesta, siempre pienso en él, Germán... mi abuela siempre dice que era el mejor en todo, hay días que me quiero ir a la mierda, solo, no sé... viajar por el mundo, desde que se fue me va mal en el colegio, mi mamá me reta más, mi abuela me recalca que hago todo mal, no aguanto más Germán, quiero irme. -No, no seas boludo, no digas boludeces, yo no te voy a dejar nunca, somos amigos, no quiero que te pase nada 36
  • 37. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante malo, vas a ver que se van a calmar, en unos años va a cambiar todo. -Yo que sé, mi mamá llora siempre, se hace la tonta para que no me de cuenta, pero llora siempre. Es tarde y mi mamá me va a buscar a los gritos, me da vergüenza, mejor vuelvo, pero David ahora se va a quedar triste, no quiero perder a mi hermanos, será re feo, me tengo que ir. Se está trepando de la pared, no me saludó, ni nada, está enojado, estoy sentado solo en el tronco abajo del árbol y tengo miedo. Dios si de verdad existís quiero que lo ayudes a David, está muy solo, quiero que le des un nuevo hermanito, ayudalo a que no esté triste, yo mañana bien temprano le voy a tocar el timbre, y lo voy a invitar a jugar a mi casa, siempre me invita él. Las ranas estás haciendo ruido, mi mamá está buscándome, ya la escucho venir, si me ve salir de acá me va a retar, mejor no hago ruido y la dejo que pase hasta la esquina, cuando doble salgo y voy a buscarla, se va a asustar, va a exagerar como siempre. 37
  • 38. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 38
  • 39. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 6 No ve que estoy atrás de ella, mira enfrente en la fábrica de cemento, la puerta del galpón está abierta, como está oscuro igual se está haciendo la película que estoy metido ahí con los chicos. Siempre piensa lo peor, seguro imagina que me raptaron para hacer carne de niño conmigo, no sé para alimentar ballenas que comen niños. Siempre exagera con todo, que si los vecinos me escuchan gritar cuando juego o si me van a disparar policías si me ven corriendo en la calle con un arma de juguete. Mañana me voy a levantar muy muy temprano con mi hermano Andrés, lo voy a levantar a las cinco y media, voy a poner el reloj despertador del gato, se va a poner contento. -Mamá, ¿qué hacés? ¡acá estoy! -¡Hijo! ¿dónde te había metido? creía que estabas jugando con los chicos ahí dentro, ¿no se habrán metido antes, no?, a ver mostrame las manos para que las vea... en la luz, vení acá. -No má, estábamos con David y Martín en el patio, tenés que tocar timbre, está en esa pared, atrás del coche, ¿ves la puerta de rejas blancas? metes la mano y está el timbre. 39
  • 40. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -Es que no se ve nada desde acá afuera, a ver si creen que soy una ladrona o algo, papá quiere que te leas un libro, lo fui a llamar al teléfono público. -¿Cuál leo má? -No sé Germán, el que quieras, pero tenés que leer algo, estás todo el día jugando y no hacés nada en casa, tenés que ayudarme con el jardincito, viste que puse algunas flores, bueno podés ayudarme a plantar mañana algunas. -¿Puedo invitar a David a qué nos ayude? -Si querés si. -Quiero invitarlo porque está triste, su hermano. -Ya sé mi amor, ya lo sé todo, no me cuentes, quedate tranquilo, lo invitas, preparo matecocido con leche y compran algunas galletitas en el quiosco de María. -Gracias má, ¿puedo ver las estrellas en el techo má? -No amor, es muy tarde ya para hacer esas cosas, te podés caer. -Pero si me encanta estar en el techo todo el día, dale, por favor, me voy a portar bien, no voy a hacer ruido ni nada, dale, ¿sí? -Pero solo un rato, hasta que llegue Andrés, luego se duermen juntos, charlan y juegan un rato. -¿Puedo abrir yo la puerta? -Tomá las llaves, fuerte que pesa mucho, la de chapa ¿te acordás? estaba toda picada pero era más livianita. -¡Sí!, cuando llovía entraba el agua por el pasillo, ahora no. Agarro una campera, un libro y la linterna chiquitita de mi 40
  • 41. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante hermano, mi mamá se va a leer en la cama, pongo la escalera de madera en el borde del techo del cuartito de las cosas viejas y subo. David estará solo y aburrido, si tuviéramos radios para llamarnos estaría re bueno, casi me caigo de la escalera, me olvidé del escalón roto, por suerte mi mamá no escucha tanto. Hay un gato subido a la parecita de la terraza de la casa de los vecinos, está parado mirándome en el fierro del tanque de agua. -Vení, gatito, vení. Estoy en el techo de chapa, tengo que pisar en los clavos que salen, porque por ahí me dijo mi papá que están los tirantes, sino las chapas se rompen y me caigo al suelo y me muero. Lo mismo con la membrana, estoy subiendo la parecita chiquitita, me dijo que ruede o me arrastre pero que no pise con las zapatillas, por eso me estoy sacando las zapatillas, para no romper nada. Me las até fuerte, me acuerdo cuando Leonel me enseñó en el jardín a atármelas, desde ese día lo hago como me dijo él, no me acuerdo del cumpleaños nunca. Me encanta estar descalzo, así no rajo la membrana porque es muy caro y no tenemos plata que nos sobre para gastar, y aparte me gusta tener los pies sin nada, me dejo las medias porque está fresco. No hay nubes, se despejó todo, antes parecía que iba a llover y ahora nada. Me gusta la noche en el techo, me gustaría hacerme una casita acá para ver las estrellas siempre, me encantan las estrellas, me dijeron que las estrellas que vemos son mucho más viejas de lo que creemos. 41
  • 42. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante Todos mis amigos quieren ser astronautas de grandes, a todos les gusta viajar, pero a mi me gusta mirar las estrellas mucho tiempo, si aguanto tres horas puedo despertar a Andrés y hacer mate para ver cómo sale el sol. Siempre me levanto bien temprano, pero una vez sola vi el sol cómo sale de la estación de Escalada, despacito y muy brillante, me tuve que subir al tanque de agua, al fierro que lo sostiene, para poder ver bien, cerraba los ojos y los abría un rato después para ver si se movía y era rápido, sale rápido. Yo quiero mucho a mi hermano, no quiero que le pase nada Dios, si existís no le hagas nada, ni a mi papá, ni a mi mamá, mi hermana, mi abuela, a nadie que conozca y sea amiga mía, porque me pongo triste y no me gusta. Estoy comiendo un poquito de pan, me agarró hambre, siempre como algo, bueno fue mi primer palabra, siempre como pan, me encanta, mojarlo en el matecocido, con mucha azúcar en el pan. Ver los dibujitos animados, mi abuela me hace unos matecocidos riquísimos, pero no le pongo pan, es tan rico que no me gusta ponerle nada, siempre charlo con mi abuela y veo la televisión, la de ella es más chiquita, pero veo poco, me gusta dormir la siesta, en casa nunca duermo la siesta pero en la de mi abuela si, y a la tarde juego en el terreno, que tiene una pared enredadera y un banano, el año pasado comí bananas del banano, tienen otro gusto, pero no volví a comer, ahora ya no está, lo cortaron, solo quedó la pared enredadera. Hay estrellas que tienen luces que se mueven, parecen como soles 42
  • 43. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante chiquititos, están las tres marías, pero no sé otros nombres, hay otro gato en la punta del techo, me gusta estar entre ellos, siento que me cuidan, no puede pasarme nada malo entre los gatos, mi mamá dice que no quiere animales en casa, pero yo quiero gatitos. Cuando éramos muy chicos tuvimos un conejo, pero lo llevaron a otra casa porque mi mamá enfermó y no podía tener animales en casa, creo que fue por eso, y nunca más tuve ninguno, mis amigos tienen perros y yo nada. Un compañero de la primaria me contó que en los edificios de la estación de trenes, en la plaza había muchos gatos sueltos y que los revoleaba de la cola a la calle para que los pisaran, me daba miedo, ahora se fue, lo echaron por golpear a un compañero con los anteojos puestos, no es malo pero hace cosas malas, no lo volví a ver. Voy a bajar a despertar a mi hermano, me dormí un ratito, no me di cuenta, pero me dormí, hoy no me golpeó el mono en el pecho. No me voy a poner las zapatillas, total es bajar y subir con Andrés, si no se enoja que lo despierte sin avisarle. Mi mamá no me dijo nada de que me quedé hasta tan tarde, me parece que se durmió, estará soñando con mi papá trabajando. 43
  • 44. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 44
  • 45. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 7 Me muevo muy despacio para no hacer ningún ruido y me suenan a rotos los huesos del pie y de la pierna, siempre que no quiero hacer ruido hago más, o me parece que es más porque nadie habla, ni la tele está prendida, ni la gente camina por mi calle y los coches escupen mucho humo. Hace unos días encontró mi papá una rata muy grande escondida arriba de la alacena que está al lado de la puerta del baño. Mi hermana subida en la silla gritando y mi mamá con ella en la otra nos volvió locos a mi y a mi hermano, pero mi papá la sacó, después tiraron un líquido, ya no es más la alacena, ahora está vacío, estoy abriendo la puerta, y hago mucho más ruido, Andrés ronca como una marmota. -Andrés, che... Andrés, soy yo, Germán..._ se da vuelta, lo estoy sacudiendo un poco más, está re dormido. -¿Quién es? ¿qué querés, Germán? ¿qué hora es?_ se está sentando y se frota los ojos, está dormidísimo. -Son las... esperá que me fijo, son las cinco y cuarto._ me va a matar o a gritar. -¿Qué? estás loco, ¿qué querés hacer a esta hora?... no tengo ganas de jugar... andá a dormir, sos un pesado._ insisto un poco más como siempre. -Dale, quiero que veamos el sol salir de atrás de la 45
  • 46. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante estación, después dormís más, estás de vacaciones vos también. -Bueno dale, vamos, pero poné el agua para los mates vos, y me esperás, no subas solo, te podés caer, que las chapas, ya sabes lo que dijo papá de que subas solo..._ ni se dio cuenta que no estaba durmiendo, se habrá metido a la cama con la luz apagada para no despertarme. -Sí, no te hagas problemas, yo hago los mates y todo, pero apurate. -Esperame en la cocina, ahora voy al baño a lavarme la cara y a hacer pis, me estoy re meando. Mi mamá ronca como Andrés, puedo escucharla porque hay una puerta entre las dos habitaciones, a veces deja abierta la puerta por si nos levantamos con pesadillas o dolores. Yo a veces me levanto llorando y no digo nada para que no se despierte, me quedo con los ojos abiertos en la oscuridad, esperando a los fantasmas de la casa, a que aparezcan para saber que existen de verdad, esta casa me da un poco de miedo, a veces, hay días que se me erizan todos los pelos de los brazo, siento en la nuca como si me tocaran con los dedos fríos. Pero quiero ver si existen de verdad, porque tengo tanto miedo que mejor verlos y sentirme seguro a que no sean nada y sentir que no hay nada después de morir, espero que sí, mi tío está con ellos desde el accidente, mis primas lo extrañan muchísimo, lloran mucho por él, mi tía está enojada, pero lo sigue amando, siempre va a estar enamorada de él, hace poco fuimos al cementerio, le 46
  • 47. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante doblamos la bandera de Italia, le cambiamos las flores, y nos callamos un montón de tiempo, mi tía nos llevó a mi y a mi hermana, yo no quiero volver a ir, no me gustan los nichos, todos esos cajones llenos de muertos, no quiero estar ahí nunca. -¿Ya está el agua?_ se puso unos pantalones cortos, jajaja tiene los pelos todos parados y está descalzo, como yo, somos dos indios, nos encanta estar descalzos en verano. -Sí, pero tenemos que subir la pava hasta el techo, puse la yerba en el mate y azúcar en el agua._ prende la luz y se sienta, nuestra cocina está despintada, las sillas son viejas, somos pobres y no me importa, me encanta jugar con mi hermano, siempre, cómo cuando nos metimos en el ascensor del supermercado de la estación de escalada a subir y bajar por el ascensor, estuvo buenísimo, la pasamos re bien, después nos dieron arriba un paquete de chocolatada para hacer con la leche, mi mamá nos manda a veces porque la regalan. -Vos quedate tranquilo lolín que vamos a ver el sol cuando sale, ¿querés llevar la radio para escuchar cosas mientras esperamos?_ mi hermano me llama lolo, lolín, lolito, mi familia siempre me llamó así. -¡Sí! dale así escuchamos a la policía, a ver si descubren algún robo... -Shh, callate que se va a levantar mamá, voy a buscar eso, esperame, no hagas nada, la pava la llevo yo, vos si querés subís el mate._ me gustan los gatos, David ahora estará durmiendo, soñando con su hermano y yo con el 47
  • 48. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante mío, jugando, tengo miedo que le pase lo mismo a Andrés, no quiero que nadie le haga nada malo, lo quiero mucho, Dios por favor no le hagas nada, si el diablo quiere hacerle algo matalo así salvás a mi hermano. -Ya está, tiene las pilas nuevas, justo se las cambié el otro día... ahora despacito Germán, ¿me escuchas? despacito vamos a subir, no olvides que está rota la escalera... ¿qué hace la escalera en la pared? -No sé, la habrá dejado papá, no sép. -Puede ser mamá también que limpió acá afuera y la movió, pero que raro, mamá siempre tiene miedo que entren a casa por la escalera, la guarda siempre._ está medio dormido, no se da cuenta. -No sép. -Subí vos primero, que yo estoy atrás tuyo así vas tranquilo._ no sabe que ya subí, siempre subo solo, me encanta subir, siempre quiero saltar a los otros techos y ver las otras casas como son. -Por los clavos Germán, acordate de las chapas. -Sí, sí, me acuerdo. -Pisá entonces por los clavos, saltá la parecita y yo te tiro el coso este, así paso con la pava y el mate. -Tené cuidado, por los clavos andá Andrés. -Jajaja, dale callate, dejá de repetir lo que yo te digo. -Bueno, no te enojes. -Tomá, agarrá la pava y apoyala despacito pero en el borde que no tiene membrana, y tomá el mate, dame la mano así subo... ¿y esas zapatillas? -¿Qué?_ uh, me había olvidado de las zapatillas. -No te hagas el boludo Germán, te dijo papá que no 48
  • 49. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante subas y vos subís, sos chico para estar de noche solo ¡y en el techo! -Pero me gusta ver las estrellas, no te enojes, me acuerdo siempre de pisar en los clavos y del escalón roto de la escalera de madera de papá. -Nunca hacés caso. -Pero no subo mucho, me gusta subir ahora de vacaciones. -¡Sí vas a la tarde a la primaria! ¡seguro te subís hasta en invierno y no nos damos cuenta!, le voy a decir a mamá. -No, no porfa, no le digas nada, se va a enojar y no me va a dejar salir más, mañana voy a invitar a David a jugar en el patio. -¿Y estamos a esta hora acá? tenés que dormir Germán. -Duermo la siesta y listo, dale hacé mate así esperamos al sol. -Vos no podés tomar mate, sos chiquito, pero bueno, es de noche, así no tenemos tanto sueño, tomá un poquito, unos mates y listo ¡eh! -Sí, sí. Hay un viento que no es muy viento, pero me gusta, me estoy despertando mejor, tenía un poco de sueño, Andrés está probando con la radio buscar enganchar una conversación de policías o de teléfonos de casas. Voy a ir a buscar a mis amigos de la primaria cuando me despierte de la siesta, a Pablo y a Fernando, así vamos al terreno de Pablo. 49
  • 50. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -Escuchá, ¿escuchás? -Más o menos, subilo un poco. -Ni loco, vení, acercate más boludo, dale, son dos hablando, dicen algo de un incendio..._ suena un sirena de bomberos. -¡La sirena! -Shh, no grites boludo que vamos a despertar a todo el mundo, dice que es un incendio en la fábrica de cerca del club. -Fuaa que bueno. -No Germán, la gente va a perder los trabajos, pensá en el dueño y en los que trabajan ahí. Pensá en eso y no en el fuego, siempre te divertís con todo, no es así la vida, ¿eh? mirame cuando te hablo, tenés que pensar por los demás, ellos van a perder muchas cosas, y encima lo que hacen en la fábrica tampoco se va a vender y la gente se queda sin eso. -Perdón, no te enojes. -Mirá el sol lolo, está saliendo, mirá que lindo que se ve con el humo. -¡Sí, me encanta!, vení, podemos subirnos al fierro del tanque de agua para ver mejor. -Tené cuidado eh, ¿siempre hacés esto Germán? -A veces, cuando me despierto solo en la noche y con miedo, acá me gusta más, a nadie se le ocurre subir a los techos, y los fantasmas acá no hacen nada. -Callate, dejá de decir boludeces, tenés que avisar cuando vas a subir, porque es peligroso, imaginate que un día te caes y nadie sabe donde estás, te podés morir acá solo, y eso es muy feo. 50
  • 51. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -¡Cómo los soldados en la guerra! -Que feo, no pienses en eso, mirá el sol con el humo que está buenísimo. Andrés me ayuda a subir, veo a los dos gatos escapar con la luz. 51
  • 52. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 52
  • 53. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 8 Abrió las ventanas y ya está cantando canciones de Quiroga, tengo mucho sueño, se me pegan los ojos, Andrés no está, se fue y mi hermana todavía no volvió de lo de mi abuela. -Lolito despertate que tenés que tomar el matecocido con pan y buscar a tu amiguito para ayudarme con el jardín. -Tengo sueño má, ¿y Andrés? -Se fue hace un rato, ¿a qué hora te acostaste anoche? -Eh, temprano má, pero me costó dormirme porque tuve pesadillas. -Los nenes no tienen que estar despiertos hasta tan tarde, tenés que leer a la tarde algún cuento, porque estás todo el día jugando y no es así, tenés que leer. Tu papá quiere que leas y yo también, la televisión no hace más que enseñarte cosas malas, no me gusta que veas los dibujos animados, jugá con David un rato y después a comer y leer. Ahora hacé la cama y limpia el patio que está hecho un asco, barré un poco y tirá un balde para que se limpie un poco. -Tengo sueño má. -Nada de sueño, a baldear el patio, tu amigo te espera. -Pero si no sabe que voy a ir a buscarlo, no le dije nada, 53
  • 54. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante es una sorpresa. -No seas malo Germán, tenés que hacerlo, no podés quedarte durmiendo como una marmota, aprovechá que es verano, ya están los reyes en la puerta casi, eh. Quiero que me regalen la estación de servicio, la tiene David, Pablo no la tiene y yo tampoco, ah, sí, Fernando sí la tiene, quiero una para mí solo. Poner los cochecitos, subir y estacionarlos, limpiarlos. -Tirá la basura en esta bolsa y a la calle para que el basurero la quite en un rato, no te olvides de ordenar un poco, mira como tenés todos tus juguetes en el mueble este. -Pero papá tiene más desorden que yo, mirá las herramientas como están tiradas ahí. -Pero el trabaja y vos no, no te pases de vivo, eh, que sos muy chiquito, dale limpia así tomás la leche y vas a buscar a David. -¡Terminé de barrer má! poné el agua para el matecocido que termino rapidísimo, vas a ver cuando pongas la taza ya terminé. -¡A ver si llegas! mmm no creo que llegues, vas muy lento. -Mirá, voy rápido, ¡quité los juguetes y todo, eh! -Faltan, diez, nueve, ocho, ocho menos uno, ocho menos dos, siete, seis, seis menos uno, menos dos, cinco... -¡Ya está! ¡terminé! ¿y vos? -¡Justo! ¡a la vez!, ahora te tomás la leche tranquilo, nada de apuros que te cae mal y vomitas, hacés dos 54
  • 55. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante minutos de digestión y vas a buscar a David. -¿Puede venir Martín también? -Sí, pero nada de gritar mucho y romper las plantas, me las regaló tu abuela para que las plante, no las rompas. -Yo nunca rompo las plantas. -Son esos gatos que están en el techo, ya vi a dos y hoy a otro más. -¿Sí má? -¿Los viste vos también? -No, no, nunca vi a ninguno, los gatos me gustan un poco. -Tené cuidado que te pueden contagiar algo malo, no los toques, esos animales están todo el día en la calle dando vueltas sucios y llenos de golpes. -No, no toco nada. -Muy bien, ahora tenés que esperar a que hagas la digestión unos minutitos. Un amigo de mi hermano compró una jeringa, mezcló cosas del padre que tenía en un cajón y con mi hermano buscaron un gato, lo acariciaron mucho hasta que el gato ronroneó y se dejó subir en los brazos, lo llevaron a un patio y le inyectaron lo que encontraron, el gatito murió solo, como los soldados. Estoy corriendo, cruzando, mirando a los costados, me saluda la abuela de Horacio, uh Horacio hace una semana que no le toco el timbre, desde que fui a comer fideos con tuco y me enojé. 55
  • 56. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 56
  • 57. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 9 Estoy en la vereda de la casa con el jardín más lindo de la cuadra, estoy viendo el arbusto que tiene rosas rosas chiquititas, a veces cuando vamos a los de mi bis abuela y abuela les corto unas rosas para que se pongan contentas. -¡Germán!, ¿qué hacés ahí? ¡vení!_ es Martín, me vio justo. -Te venía a buscar a vos y a David para que me ayuden a mi y a mi mamá con el jardincito del patio, así jugamos un rato. -No puedo, mi mamá se fue al hospital, mi prima... le pasó algo, no sé, no me quieren decir y me tengo que quedar hasta que vuelvan. Estaban enojadas, se fueron re temprano, por suerte no somos nosotros. -No digas boludeces, es tu prima, a nadie tiene que pasarle nada malo, a veces decís cualquier cosa, no tenés que hacerte el valiente conmigo, somos amigos Martín. -¿Yo valiente? dejate de joder, no te enojes... -Mi tío murió en un accidente y no me gusta que pasen cosas malas en las familias, tenés que ser bueno. -No sabía nada, no me contaste, perdona Germán , no sabía nada, yo soy medio boludo, perdoname. 57
  • 58. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -Voy a buscar a David, esperá y no te vayas. -Me matan si me voy, ¡chau! -Mirá los dibujitos, chau. No se ve la puerta que le hicimos al terreno, está tapada por la enredadera, yo se donde están los cortes que le hicimos al alambrado, por ahí pasamos siempre. Hoy es cinco de enero, mañana es reyes pero no tengo ganas de que me regalen nada, seguro no es la estación de servicio que quiero, otra cosa no quiero, no me gustan las medias, pantalones o remeras, siempre es lo mismo. Tengo ganas de estar en el techo de casa jugando con mis soldaditos de plástico y los cochecitos, pero si me ve mi mamá me mata y no sabe nada de que sigo subiendo a la noche. -Hola, ¿está David?_ me atiende la abuela, toco el timbre de David pero ella mira por su cortina y abre la puerta, siempre me termina haciendo pasar por su casa, tiene olor a viejo. -Se fue con la madre, fueron con el coche a hacer unas compras, seguro que es por reyes. -¿Cuándo vuelve? -No sé hijo, le digo que viniste, sos Germán ¿no? el de la otra cuadra. -Sí, dígale que si quiere cuando llegue que vaya a mi casa. -Está bien, pero no creo que vuelva hasta la noche, chau chiquitín. -Chau. 58
  • 59. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante Hay mucho sol hoy, tengo ganas de estar jugando solo en el techo con mis soldaditos de plástico, mi mamá no me lleva a ningún lugar a elegir el regalo de reyes, ya sé que no son de verdad, pero siempre me quiere seguir haciendo la sorpresa. Lo que me gusta son mis cumpleaños o los de cualquiera de nosotros, nos levantamos temprano, hacemos la leche y compramos facturas y vamos a despertar al cumpleañero a la cama, me encanta despertarme bien temprano para hacer todo, a mi papá cuando cumple le compro también el diario Clarín. -¿Y tu amigos?_ me dice mi mamá, estoy enojado y no le digo nada, estoy moviendo la tierra y tirando al suelo fuera del cantero, quiero regalos lindos, quiero subirme al techo a estar jugar solo.-¿Que pasa mi amor?_ sigo jugando, hago que no la escucho, me abraza con los guantes amarillos puestos. -Nada, no van a venir, a la prima de Martín le pasó algo feo y David se fue con su mamá a comprar lo regalos de Reyes._ mi tío está metido en un lugar frío, no me gustan los nichos, las paredes de muertos con flores y nombres colgados. -¿Pensás en algo feo?, no pienses cosas feas, mirá que lindo jardín tenemos para jugar nosotros dos solos, eh, mirá la lombriz como se mete en la tierra, ella se mete ahí porque es su lugar pero vos tenés el aire que es lo más bonito que existe, respirá y no pienses en nada feo, las cosas feas vienen solas y no las queremos cerca. 59
  • 60. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -¿Puedo subir al techo? -No, ¿qué querés hacer en el techo solo? -Jugar, me gusta jugar ahí. -Siempre con el techo, te encanta estar ahí, me acuerdo cuando me hiciste subir con la escalera de papá cuando estaba embarazada de tu hermanita, que disgusto pasé ese día, estaba sola y vos parado en el techo del cuartito, ahí mismo, ¿ves? y gritabas que eras un súper, y te ibas a tirar, me subí corriendo, pero del miedo casi me caigo y con tu hermanita en la panza, no me lo olvido más, siempre mirando todo desde ahí arriba. -Me encanta estar ahí, ahora que hay sol me gusta el calor del techo para estar sentado ahí. -Bueno, podés subir con algunos juguetes, pero no hagas ninguna locura, no te pases a los techos de los vecinos, se van a enojar mucho, de verdad te lo digo Germán, no se te ocurra pasar al otro lado, y nada de mirar a la calle desde el techo, si querés jugar jugá pero sentadito y tranquilo, y avisame a cada rato que estás bien, saludame así yo sé que estás tranquilo. ¿Sí amor? ¿extrañas a tu hermana? -Sí, ¿puedo subir ahora má? -Dale andá. -¡Gracias má! voy a llevar la radio, tenela encima, en vez de gritarte te hablo por ahí, dejala prendida. -Muy bien, buena idea. -¡Chau! -Ojo con los clavos de la chapa, pisá en la línea, ¿me estás escuchando Germán? -Sí má, sí má, sí má, quedate tranquila. 60
  • 61. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante Cuando se duerme no se preocupa por nada, está mejor durmiendo, soñando con sus cosas, mi papá mañana va a estar en casa seguro. Le dejé la radio en la mesa de la cocina, al lado tiene el reloj rojo y blanco para cocinar, el mantel a cuadros está todo manchado por mí, seguro va a aprovechar a cocinar y después a ordenar el jardín, está todo despejado, hay mucho sol, hace calor, pero no tanto, es de mañana. Estoy subiendo los escalones, veo desde abajo mientras subo donde está el escalón roto, así no me equivoco, de ve bien el escalón. Estoy en el techo del cuartito, miro como miraba ese día que me dijo mi mamá, me imagino a ella gritando loca que no haga nada, a mi me encantaría saber volar, tener alas y volar, sueño un montón de veces en volar y me da miedo. Hace calor, estoy descalzo y me quema un poco la membrana, hay piedritas sueltas, algunos broches de ropa de colores y unos fierros tirado con maderitas rotas. Tiro de a uno cada soldadito, uno se cayó en la chapa y volvió a caer en el patio al lado de la escalera, no quiero bajar, tiré el último soldadito y ahora me subo a la parecita, voy a pasar al otro techo de membrana por la parecita, para no pisar los clavos y la chapa, pero tengo que hacer equilibrio, tengo miedo, tengo un montón de ganas de hacer equilibrio como en los circos. La radio está agarrada entre el elástico de mi pantalón corto y mi calzoncillo, me acuerdo el día ese, el año pasado me hizo un mago un truco de magia, me puso parado y me sacó un montón te de las de colores de mi calzoncillo, la gente se rió mucho ese día, pero no sé dónde era. Ya 61
  • 62. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante está, me gusta saltar así, me da cosita en la panza, pero me gusta, veo el quiosko de María al lado de la fábrica, hace calor, me saqué la remera y la tengo en el cuello como un ninja. ¿Los mellizos? voy a ir a buscarlos, me gusta jugar en la casa, en el garaje tiene un montón de cosas para jugar. Estoy sentado en el borde de la parecita con los ojos cerrados, hay viento, pienso en el viento, en que pare, que no sea más viento, pienso en que va a venir mucho viento de golpe, el árbol de la esquina suena mucho, viene el viento, vino el viento, ahora que pare, quiero que pare el viento, siento mucho calor en mis mejillas, tengo mucho calor en el pecho, me estoy quemando, quiero viento, respiro, ahí viene el viento, sí, más viento, ahora que se pare de golpe y nada de viento, el árbol me avisa viene de vuelta, me encanta jugar con el viento. ¿Qué me van a regalar para reyes? es mañana, ¡mañana es reyes! sí, sí... quiero una estación de servicio. 62
  • 63. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 10 -¡Haber si los reyes trajeron regalos!_ el año pasado me quedé a la noche para verlos meter los regalos abajo de la cama. Tengo mucho sueño, ayer me quedé en casa todo el día en el techo, mi mamá me subió por la escalera la leche y el pan a la tarde, después vi la televisión, me quedé mirando Brigada A y después el inspector ardilla. -Tengo sueño, despertate Celeste, despertate vos, ¡dale!_ me tapa mi papá con la sábana y me callo, me encanta sentir la sábana y el olor al jabón, ayer chupé el jabón de lavar la ropa de la sábana recién colgada, mi mamá me reta si me ve, pero ayer no me vio, estuve un montón chupando la sábana y escupiendo, no trago, porque me va a hacer mal. -Germán, tu hermana ya abrió el regalito, Andrés también, ahora te toca a vos._ no sé que es, tengo muchas ganas de ver que es, que sea la estación de servicio, quiero lavar el cochecito. -¿Qué es?_ mi papá está sentado en la cama y me apreta las piernas, me rasca la espalda, también me encanta. -No sé, no sé, tenés que mirar vos, te va a gustar._ mi mamá me habla como a un tarado, yo no soy tarado, mi papá me sigue rascando la espalda, me da sueño, ¿y si 63
  • 64. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante no es la estación de servicio?, quiero que sea la estación de servicio. No es, si es. -Dale Germán, que se enfría la leche... ¡hay facturas!_ me quito las sábanas. -¿Facturas? ¡sí! ¡sí!... ¡quiero facturas!_ salto a la espalda de mi papá, estoy colgado en la espalda, mi papá es gordo, re grandote, no se mueve, por más que haga toda la fuerza del mundo. -Mirá la caja que tiene tu papá en la mano._le agarro las orejas a mi papá. -Haber pá, dame la caja, dale, quiero la caja, pá. -Ahora no papa, te hiciste el que no te importa, ahora me la quedo yo, no te la doy nada. -Daleee, dame la caja, ¡dame la caja! -Tomá, pero no te quejes. -¡No!..._ la caja no es tan grande, una estación de servicio grande no es, seguro no es, mis papás me miran, mi hermana juega con su muñeca gigante, y mi hermano con sus cd´s y una remera negra.-Es un camión ¡con lanza cohetes! ¡Sí! mirá tiene como cuatro para tirar, gracias... -A los reyes magos decile gracias, a la tarde van a pasar con el camión de los bomberos en el centro. -¡Van a tirar caramelos!_ grita mi hermana saltando en la cama. -¡Sí! _salto yo a la cama de mi hermana, mi mamá nos grita para que bajemos. -¡Mamá ya está la leche caliente!_ dice mi hermano en la puerta riéndose de nosotros dos saltando. -Bueno, ya escucharon a Andrés, tienen que hacerle 64
  • 65. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante caso Andrés que es el hermano mayor, ¡eh! ¿qué dije? ¡vamos a tomar la leche!_ se está enojando de verdad, mi papá la mira, se ríe, salto arriba de mi papá, pero no lo tiro a la cama, es re pesado. -Ya está Germán, dale que Andrés hizo la leche, se despertó para que todos tomemos la leche juntos._ me dice mi papá, me da la mano. -Vayan a darle un beso al hermano, portense bien. Y tomen despacito la leche que se van a quemar. Nos sentamos en la mesa, los grandes hablan de cosas de grandes y nunca me dejan meterme, dicen que no voy a entender, me molesto, me enojo y juego con el puré, hago dibujitos que me gustan. Me encantaría ser astronauta, el otro día estaba con unos chicos que conocí hace poco, fuimos caminando a la estación de trenes a jugar, había un señor tirado abajo del puente, me corté con un fierrito que había ahí y uno me dijo que me lave que me puedo contagiar sida, tengo miedo, pero tengo que esperar ocho meses para saber si tengo de verdad, si no me salen ronchas ni nada es que está bien. -¿Te gusta hasta el fondo tomar?_ le pregunto a Celeste, a mi no me gusta tomar hasta el fondo porque tiene pedacitos de yerba y cositas. -Sí, me gusta, está rico. -¿Sí? ¿te gusta hermosa?... lo hice para rico para que les guste, ahora tenemos que andar un rato en bicicleta así aprendés, ¿vamos lolo? -¡Sí!, pero quiero otra medialuna con dulce de leche. 65
  • 66. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -Bueno vamos en un rato. -Tienen que hacer un rato de digestión y después van_ nos dice mi mi mamá y mi hermano y mi papá hablan de vuelta de cosas que no entiendo del trabajo. -Yo cuando tenía tu edad vendía libros, y me robaba discos. -¡Octavio! -¿Qué? es verdad, ¡pero eso está mal chicos!, no tiene que hacerlo nunca._ nos dice a mi y a mi hermana, ellos se ríen juntos. -¿Papá es ladrón?_ le pregunta mi hermana a mi mamá. -No Celeste, no es ladrón, es mentira, es un juego, a tu papá le gusta mucho jugar. -Ah, porque está mal robar. -Sí Celeste está muy mal robar. Terminé la leche y dejé un poquito, siempre hago lo mismo con el café, mi mamá lo prepara con una tela que usa de filtro y la ollita sin mango que agarra con un guante de la cocina que tiene. Casi siempre se quema y se hace una marca, tiene como tres que se le están secando. Estoy sentado en mi cama, la semana pasada dormí muy mal, mi tía me dijo que haga dibujos de mis pesadillas, el otro día dibujé una sala, un hospital, gente, pero no dibujo más, creo que ellos, los fantasmas me están mirando, me dan ideas. No me gusta la noche a veces, tengo suerte de que volvieron mis hermanos, porque sino dormiría todos los días en el techo. Me gustaría aprender los nombres de las estrellas, pero no sé ninguno, el único que me acuerdo... las tres marías. 66
  • 67. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -¿Qué te pasa Germán?_ mi hermano se sienta conmigo, me tira contra él, hunda un montón el colchón, no tanto como mi papá. -Nada, no pasa nada._ nos callamos y pasa una bicicleta tocando la campanita en la calle, están las ventanas abiertas, hace calor hoy también, pero entra un vientito fresco en la espalda. -Dale, no seas bolas, decime, estás re callado, ¿escuchamos música juntos?_ pienso en los gatos del techo que me cuidan. -Sí, ¿qué vas a poner en el equipo? -No sé, ah los cd´s que me regalaron, el de los violadores. -¿Quienes son? -Personas que se quejan de lo que ven, que no les gusta vivir como viven, les molesta mucho cosas malas que hace la gente, ¿entendés? -Sí, como robar o matar a un gato. -¿Y eso por qué lo decís? -Por nada, por nada, se me ocurrió. -No, eso lo preguntar por algo, decime, ¿por qué me preguntas eso? -¡Por nada Andrés!, poné la música, el cd está girando y no ponés nada, apretá en play. -Ya sé como es, yo sé lo que me querés decir pero no me querés decir, yo no maté al gato, no le metí nada, es mentira, no sé quién te lo contó, pero yo no soy malo. -Tengo un compañero de la escuela que metió cohetes en las coas de los gatos y que explotaron. 67
  • 68. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -Eso no puede ser, es un hijo de puta, ¿no le dijiste nada a la señorita? -¿A la seño? no no, ni loco, me mata, es muy grandote y más grande, tiene tres años más que nosotros, repitió dos veces. -Pero tienen que decirle si o si Germán, yo este año que viene no estoy para cuidarte. -No importa. -¿Cómo qué no importa? no te gustan los gatos, ¿no querés a los animales? -Sí, pero me da miedo él, golpeó a unos compañeros... ahora cuando empiece ya no va a estar con nosotros. -¡Ah! ¿por qué no me dijiste?, es un pelotudo ese, vos no tenés que juntarte con gente mala, siempre tenés que hacer cosas buenas. -¿Qué pasa acá? ¿dé qué están hablando tanto? ¡es reyes! -De nuestras cosas pá, cosas de chicos._ le digo y se ríen mi hermano y él. -¿Eso es?_ me dice mi hermano. -¡Estás celoso boludo!_me dice mi papá. -No, no estoy celoso, nunca me dejan hablar._ estoy mirando el piso y muevo los pies, me gustan las maderas del piso, mi mamá siempre dice que los pisos son buenísimos, que es una madera muy buena. -Germán, hay cosas que no podemos hablar con vos porque no te van a gustar o pueden hacerte mal, vos tenés que jugar, jugar mucho, cuando seas más grande vas a ver todo diferente, y mientras más crezcas lo vas a ver todo mucho más diferente, y así hasta que seas 68
  • 69. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante viejito, la experiencia es la base de la sabiduría hijo. No te enojes con tu hermano, él es más grande y él puede hablar con vos y darte consejos, es más grande que vos, ¿está bien? no te enojes hombre araña. -Jajaja, no soy el hombre araña, me gustaría trepar paredes, yo puedo subir por las paredes del pasillito con las pies y las manos hasta el techito de la puerta de entrada. -Ya sé, si todas las paredes tienen tus huellas. -Ensuciás todo._ me dice mi hermano y mi tira contra la cama, puso los violadores, canta y yo lo imito. No tengo mi estación de servicio, pero tengo mi tanque lanza misiles. 69
  • 70. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 70
  • 71. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 11 -Hola ¿está Horacio?_ la abuela ya sabe que soy yo, desde la puerta me ve, pero me da vergüenza no preguntar. -Pasá, que yo le aviso que viniste, quedate jugando con las perras, mirá como mueven la cola... ¿a qué sí chiquititas?, ahora vuelvo. -Sí, gracias._ la abuela entre que sube y baja las escaleras tarde un montón, las perritas son muy molestas, ahora que no me ve pateo una, son insoportables, son esas perras chiguagua creo, bueno no sé que raza son, pero son muy pesadas. -Germán, subí, mi abuela te dejó abajo, te dije que subas directo. -¿Qué querés? me da vergüenza subir solo, tu abuela siempre sube. -Ya le dije mil veces que te diga que subas, pero se le olvida, desde mi abuelo se fue está peor, subí, mi hermana se fue y mis viejos no están, tenemos toda la casa para jugar, me compraron muñequitos de la guerra de las galaxias, con la nave y todo, estoy re contento, ¿a vos qué te regalaron?_ no quiero ni decírselo, siempre a él le compran cosas re caras como a David, el papá trabaja en el aeropuerto de Ezeiza, en una torre, o algo así, me duele un poco la cabeza. 71
  • 72. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -A mi me regalaron una estación de servicio re grande, está buenísima, con cochecitos, y unos playmovil._ siempre le miento, para que no se crea que soy muy pobre. -Yo tengo esa, ¿más grande qué esa es la tuya?_ la miro y es gigante la suya, quiero una como la de él y no me la pueden comprar, estará re cara, en lo de pochita la venden más chiquitita. -No, igual que la tuya más o menos, está nueva. -¿Querés chocolate? también me trajeron chocolatadas en botellitas de vidrio. -Sí, me encanta la chocolatada en botella, tus papás son re buenos, te traen de todo siempre. -A mi hermana no le traen mucho, a mi sí, de todo. -Pero tu hermana es re chiquitita._ me da la botellita fría, me encanta. -¿A dónde fueron tus papás?_ le pregunto para que hable, quiero tomarme toda la chocolatada ya. -A hacer las compras del mes, dicen que están subiendo los precios, que no va a parar, tienen miedo por el trabajo de mi vieja, está re jodido, dicen siempre cuando hablan entre ellos que se va el país a la mierda, que siempre es lo mismo. -¿Así hablan entre ellos?_ le pregunto. -Sí, yo me acuerdo de todo, porque soy re inteligente, el otro día escribí todo lo que dijeron para acordarme bien, esperá... acá está, dijeron que va a haber inflación, también hablaron de crisis económica, y que son comunistas o algo así._ me dice siempre lo mismo, para mí no es muy inteligente, pero sabe hablar re bien. 72
  • 73. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -Yo eso sí lo escuché en mi casa también, pero no se muy bien porque dicen eso siempre, a mi papá le gusta ver a Neustad, pero lo odia, no lo entiendo. -El mío también mira eso, y lee un diario raro, no sé cómo se llama, pero está siempre leyendo eso._ me dice. Se fue al baño, estoy sentado en su cama, a mi me gusta mucho venir a su cuarto, porque está hecho por el padre, es como una casita en un árbol, hay una escalerita de la cocina, el piso es de madera, lo hizo todo el padre. Tiene de todo, más juguetes que David, tengo ganas de llevarme un muñequito del robot ese, de circuito, tiene a todos, pero no me gusta robar, se va a dar cuenta seguro, los tendrá contados. -Ya está, tenía ganas de hacer pis hace un montón, andá si querés, siempre tenés vergüenza de todo, no hay nadie. -¿Te dejan solo? -Sí, obvio, a mi hermanita no, pero a mi si, ¿a vos? -A veces, pero no muchas veces, mi mamá está siempre en casa. -¿No trabaja? -Ella nos cuida, hace todo en casa, mi papá si trabaja. -Ya sé boludo, mi mamá trabaja como mi papá, mi abuela nos cuida casi siempre.¿Estabas enojado conmigo? te vi desde la ventana que ibas para la otra cuadra, desde la ventanita de la pieza de mis viejos te vi ir a la casa de David. 73
  • 74. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -No, pasa que me dijeron que vaya, el otro día me quedé en casa y ayer fue reyes, nos fuimos a ver el camión de lo bomberos a la noche, me traje un montón de caramelos. Ahora estoy más tranquilo, me encanta la casa de Horacio. 74
  • 75. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 12 Estoy sentado callado, me suena el oído, me duele un poquito, recién me lastimé abajo del pie, porque pisé en uno de los clavos del techo de chapa, me duele un poco, pero no grité porque sino mi mamá me iba a retar, ahora estoy mejor, sentado, bien calladito para que no me hagan bajar, están los dos gatos amigos míos, mis hermanos están durmiendo en las camas y mis papás están soñando seguramente, siempre sueñan, a veces los escucho hablar bajo, la otra noche era más tarde que ahora y los escuché que se despertaron, prendieron la luz, porque desde el techo puedo ver cuando prenden las luces, porque veo la forma de la ventana en la vereda, la pieza de ellos también da a la calle, como la de mis hermanos y mía. Hicieron ruidos raros, y después se volvieron a dormir. Están mis gatos mirándome, los dos, uno arriba del tanque, el otro en la parecita del techo de la señora de al lado. Hoy me desperté con el cuerpo duro, no podía moverlo, me dio miedo, después escuché algo, como ruido a puerta, y también como unas voces, siempre sueño con personas que jugaban a las cartas acá, en el comedor, recién me dio mucho miedo, sentí frío en la espalda. Creo que hay muchas personas en esta casa, no me gusta mucho, ahora que no tengo tanto sueño como cuando voy a la primaria no me 75
  • 76. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante duermo mucho, ahora acá estoy bien, mis gatos me miran, ellos no me dan miedo, me cuidan siempre y no me preguntan nada, no me hablan, ni gruñen, ni ronronean, solo están ahí cuidándome. Me acuerdo de un amigo que tenía cuando era más chiquitito, se murió ahogado en el baño de su casa, mi mamá siempre se acuerda de él, yo también, pero nunca se lo digo a nadie, como el día que le di un beso en la boca a un nene, tenía como cuatro años y me acuerdo siempre, eso me dio mucho miedo. Mis papás creo que están preocupados porque no hay plata, y los escuché hablar de que se viene muy mal todo, yo no sé eso, yo quiero que todos estén bien, que falte nada, no quiero que mis papás se peleen. Escuché un ruidito, ¿los gatos suspiran?, otra vez, tengo miedo, ¿y si me quieren tirar al piso para matarme? tengo miedo, no veo nada, no hay nadie, ¡otra vez! el suspiro, ¿quién es? ¿y si es la vecina?, le va a decir a mi mamá, bueno mejor, si le dice a mi papá se va a enojar mucho. -Hola_ digo bien bajito para que me escuchen acá pero no abajo, aparte si se despierta un vecino y se cree que soy un ladrón me pueden tirar un tiro, me puedo morir. -¿Estás solo?_ me dicen desde la oscuridad, atrás de la terraza de mi vecina, en el techo viejo de la verdulería, tengo mucho miedo, pero menos, no es una persona mayor, tiene voz de chico. 76
  • 77. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -¿Quién es? ¿hola?_ me tiemblan las piernas. -Soy Francisco... ¿puedo ir?, no estoy solo._ estoy temblando mucho. -Yo soy... Germán, estoy solo..._ me quiero bajar ya. -Me dicen Paco, vengo con mis dos gatos, tenés uno atrás tuyo._ miro atrás y hay otro gato, creo que lo había visto antes, pero no me acuerdo... se está acercando pero no lo veo, sigue en la oscuridad. -Yo también tengo dos gatos, el del tanque y el de la parecita de atrás mío, adelante del tuyo._ me estoy olvidando del miedo, nunca creía poder ver a alguien en un techo a la noche como yo. -No hables tan alto, que te van a escuchar los grandes._ tiene la voz parecida a alguien, pero no me acuerdo. -¿Siempre venís al techo solo?_ hablo más bajo, no sé si me está escuchando. -Yo siempre estoy acá, nunca te vi, ni te escuché, siempre pienso en mis cosas, ¿puedo pasar?_ no lo veo todavía las ramas de los árboles lo tapan, tiene las manos en la luz, son más grandes que las mías, las estoy mirando y son más grandes. -Me tengo que ir, perdón, pero seguro mi mamá me está buscando, y si no me ve en la cama durmiendo me va a venir a buscar, chau Paco._ tengo miedo, ¿y si es un ladrón? ¿si me quiere matar? seguro me quiere tirar del techo. -No te vayas, no soy malo, estoy solo, no te vayás Germán, yo... no..._ ya estoy parado y en el borde de la parecita para bajar al techo de chapa, me duele el pie un poco. 77
  • 78. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante -No, no, me quiero ir a dormir, mi mamá va a venir y me va a retar, me voy... perdón, otro día... -Otra noche no sé si te voy a ver, es la primera vez que veo a un chico, creía que era yo solo pero ahora... -Yo también, pero no sé, no hago ruido por eso... no siempre subo, bueno casi siempre._ estoy sentado en el borde me voy a bajar, que no me duela el pie, que no salte la pared, si salto yo la chapa se va a romper y me puedo romper todos los huesos. -Pero es raro, ¿y si hay muchos más cómo nosotros?, es raro Germán, no te vayas, quiero saber que está pasando..._ quiere pasarse de la pared, yo me voy ya. -Me voy, no es raro, mi hermano subió conmigo y no nos escuchaste... me voy, no pases a mi techo o grito... -Pero si no los escuché ¿por qué ahora si? nunca dejo de subir, todos los días, hasta cuando estoy enfermo, tengo miedo Germán, tengo catorce años, llevo mucho tiempo subiendo, tengo miedo Germán, no te bajes..._ doy el saltito y me tiro en el techo del cuartito, miro atrás y no hay nadie, mi gato del tanque baja al fierro que los sostiene, me está mirando, como si me estuviese diciendo que me baje ya... estoy bajando... me duele el pecho, tengo tos, estoy tosiendo un poco... estoy en la cocina, salgo al patio con el techo de chapa que me clavé. No hay nadie, no escucho ruidos... un gato grita, se pelea, escucho como se pelea... ¡ah! -¿Quién es?, ¿quién es?_ escucho pasos. -Soy yo hijo, mamá ¿qué hacés despierto a esta hora? ¿qué te dije Germán? no puede ser que siempre estés 78
  • 79. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante haciendo cualquier cosa, todo el día haciendo lo que querés, nunca hacés caso, pero..._ la abrazo, estoy temblando, mi mamá me abraza y se arrodilla. -No mamá, no me digas nada, por favor no me retes, no quiero hacer todo mal, no quería irme... mamá perdón, tengo miedo. -Pero ¿qué pasó mi amor? ¿qué te pasa?, ¿no habrás estado en el techo?... te dije que no... -Por favor no me retes mamá, no me retes, tengo miedo, no quise... -¿Pero qué te pasa? ¿qué hiciste? -Estuve en el techo... pero un ratito._ estoy llorando pero si le digo la verdad no me va a dejar ir a la colonia de vacaciones, ni me va a dejar ir a jugar con los chicos. -¿Y yo qué te dije Germán?_ se está enojando más... no puedo decir nada. -Nada má, pero fui un ratito... tengo sueño, me voy a dormir. 79
  • 80. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 80
  • 81. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 13 ¿Cómo es el chico del techo?, es raro pero tiene gatos como yo que lo cuidan, es muy raro, ahora me siento mejor, es de día, mi hermana recién se levanta, está en el baño con mi mamá que la está ayudando, mi hermano está haciendo la leche, el matecocido. Tengo un poco de sueño... ¿qué soñé?... si, que estaba colgado del borde del techo y que me caía, y cuando tocaba el suelo me despertaba y era de noche todavía y gritaba hasta despertarme, pero no sé si fue el último sueño o... no me acuerdo. -¿¡Germán!?, te estoy llamando hace media hora, vení a ayudarme con las tazas_ me dice Andrés un poco enojado. -No te escuché Andrés perdoname... me gustaría comer facturas._ mi hermano es alto, me gustaría ser como él, y tener su cuerpo, yo soy flaquito, tengo piernas muy flacas, me dan vergüenza. -Dale y te llevo la leche a la cama... lo de siempre vamos a desayunar, aparte es rico, no te quejes que hay chicos que no pueden comer ni esto, yo tengo amigos de la villa que no comen nada por días... no te quejes que siempre hay gente que come menos que vos, gana menos, vive 81
  • 82. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante menos, y también que come más, vive más... así es todo._ mi hermano siempre me enseña algo, lo quiero mucho, pero lo veo poco. -¿Qué tazas pongo? tenemos un montón, usemos la amarillas..._ le grito saltando a mi hermano. -Bueno, ¿ves? hay alguien que tiene menos tazas que nosotros... eso sí que no nos falta._ está sirviendo el matecocido, tira yerba en el mantel, me río y me mira, la leche está muy caliente, la espuma cae en la cocina, hay olor a leche quemada, le estoy haciendo señas. -¡Mira! ¡mira!, ¡la leche!_ ahora hay olor a leche quemada, me gusta, cuando era más chiquitito comía leche en polvo de a cucharadas, y antes manteca, y soy re flaco. -¿Qué lío están haciendo?_ nos reímos juntos, hasta mi mamá se está riendo, y ahora Celeste que nos mira gritando. Me terminé la leche, estaba riquísima, le pongo azúcar en el pan y más adentro del matecocido, me encanta, me lo tome todo y me acorde después de reírme un montón del chico que anoche. Se me hizo mariposas en la panza y sentí el miedo, le vi las manos, eran más grandes que las mías, pero ahora que lo pienso ¿y si quería hablar conmigo de algo especial? me dijo que no entendía por qué cuando subí con mi hermano no nos escuchó, tenía miedo él también... yo me fui por que tuve miedo, y ahora me arrepiento, quiero volver a subir, ¿pero si es malo? no quiero que me mate. Mi hermano pone música fuerte, no me deja pensar bien, mi hermana se fue con 82
  • 83. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante mi mamá a comprar al almacén del gallego... estoy en la calle sentado en mi pasillo, tengo un poco de calor, tengo una piedrita, la tiro, rebota y se queda quieta, la hormiga pasa por arriba, me quito las hojotas, me gusta estar descalzo, ahí vienen mi hermana y mi mamá caminando con bolsas blancas, mi hermana trae una casi vacía, se ríe todo el tiempo, siempre la veo feliz, gritando, pataleando, caminando, le gusta hacer de todo, me gusta llevarla de la mano, a veces tiro una bolita en el piso y le digo que la busque y nunca la encuentra, me divierto un montón. -¿Me trajeron galletitas?_ le digo a Celeste. -No, yo traigo un paquete de arroz, ella trae otras cosas, ¿qué hacés solo acá Germán?_ Celeste tiene una voz muy finita, como si fuera más chiquitita. -Estaba jugando con las piedritas y mi amigo, ¿no lo ves?_ le digo jugando, se lo cree todo. -¿Tenés un amigo con vos? no lo veo Germán, ¿dónde está?_ suelta la bolsa y la agarra mi mamá, ella se sienta conmigo. -¿No lo escuchás? -¡No!, pero si yo estoy sentada dónde está tu amigo, ¿lo aplasté?_ se para y me mira. -¡Uh! ¡lo mataste!_ le grito haciéndome el enojado. -¡No lo maté! ¡no lo maté! ¡mentiroso! ¿mamá?_ se pone a llorar como siempre, llora por todo, no la soporto. -¡Germán! ¿qué te dije? siempre molestando a Celeste, es chiquitita, no le mientas que después sueña cosas feas, no seas tonto, sos grande no le mientas._ ¿y mis 83
  • 84. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante pesadillas? lo mío es de verdad y no le digo nada, ¿estará hoy a la noche arriba? me da miedo pensarlo, ¿y si es un monstruo? no eso no, pero ¿por qué está ahí?, no voy a subir, mejor no. -Pero yo no... no lo hice a propósito, siempre me retas a mí, a ella no le decís nada. -Ella es chiquitita, dale levantate y ayudame, no te hagas el tonto, no me olvido de lo que hiciste, así que ayudame ahora mismo y callate, dale un beso a tu hermanita, mirá como llora, dale. 84
  • 85. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 14 Estoy sin remera y sin hojotas, me quité todo porque no me gusta el calor, estoy sentado en el cantero, hay una plantita, la cadena grande colgada en los ladrillos medios rotos, la pared del pasillo está despintada, el otro día la prendí fuego, tiré alcohol y prendí para ver todo el fuego, me encantó, pero no me animo más, mi mamá habló con María la del quiosco para que no me venda nada, después con el gallego, a la otra almacén sabe que no voy porque no me gusta, tiene rejas, no me gusta estar encerrado en un lugar, lo odio. -¿Aburrido?... yo cuando tenía tu edad hacía lo mismo, pero jugaba a tirar chapitas contra la pared, practicaba siempre con la bolita, no tenía la televisión como vos... tienen suerte ustedes._ se sienta al lado mío, mueve la cadena, quiero que se haga de noche, falta un rato, son las siete, y en verano cambia el sol, porque sale más tarde la luna. -No me aburro nunca, a mi me gusta jugar todo el día..._ es la mejor manera de pensar, jugar siempre, mi hermano mira la cadena, parece triste. -¿A vos qué te pasa?_ el otro día se enojó conmigo porque le pegué en la cara jugando. -Nada ¿por?... yo estoy bien, ¿tengo cara de algo?_ me 85
  • 86. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante sonríe y viene a mí. -De tonto, tenés cara de tonto..._ me agarra y me sube a la cadena, tiene mucha fuerza, yo estoy muy flaco, tengo miedo de que cuando sea grande me ponga más flaco, me van a cargar todo el día por mis piernas flacas, no quiero crecer. -Y vos sos un tontito, el otro día ¿te acordás? cuando bajamos prendí la radio en la cocina y escuché que habían asesinado a alguien, fui para ver quién era... ¿Germán, me escuchás?_ no quiero crecer. -¿Qué?... sí, ¿qué pasó?_ me baja de la cadena. -Te dije que el otro día me quedé escuchando con la radio en la cocina y dieron un aviso de asesinato a una cuadra de la abuela, en Uriarte..._ estoy con mi boca tapada, yo no lo escuché. -¿De verdad?_ le estoy preguntando pero me sigo tapando, me babeo un poco, estoy chupando mi saliva. -Sí, de verdad, pero no le digas nada a nadie... sino no te sigo contando, ¿eh?, tenés que prometerlo por mí y por la abuela, de verdad no digas nada, ni a los chicos, a nadie, fui caminando, fue a las seis de la mañana, no tenía sueño y no tenía nada que hacer, estaba aburrido como vos y fui. -¿Y qué pasó?, dale contame... dale._ no me gustan los muertos. -Vi a un muerto, era un señor grande, tenía la panza cortada, escuché que habían agarrado al asesino pero después el policía dijo que era un drogadicto... me metí por un terreno de al lado a la casa y me robé esto... pero no se lo digas a nadie, por favor._ tiene en la mano una 86
  • 87. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante cadenita, con una cruz, no me gustan las cruces, mi tío, la bandera y los cuadrados llenos de muertos, estoy viendo el árbol con cajones y adentro muertos, todos llenos menos uno, uno para mí solo. -No tenés que robarle a los muertos Andrés, si te ve papá te mata, el espíritu no quiere que le roben, tenés que devolverlo a la casa, porque sino va a venir a buscarlo._ no quiero que vengan más personas a vivir con nosotros, no me gusta dormir en casa, en el comedor están los que juegan cartas, pero en la cocina también los otros, los que se esconden, tengo miedo, ¿cuándo se hace de noche? -¿Estás loco? no devuelvo esto ni en pedo, vos sos medio loco, no tenés que pensar así, es una cadenita, no le hace mal a nadie, y a los muertos no les gusta perder el tiempo, ¡están muertos! no hay nada abajo de la tierra, los gusanos se los comen._ quiero que se haga de noche, quiero que se haga de noche, quiero ir al techo solo, quiero que se duerman, quiero irme al techo, quiero irme al techo. -Me voy a la calle un rato, chau._ estoy en el pasillo, la pelota roja tirada y un muñequito, agarro la pelotita roja, pica mucho, me gusta hacerla picar, mi mamá me dice que voy a terminar como mi primo haciendo con la mano todo el día el gesto de estar picando un pelota de basket. -Ni se te ocurra decir nada, te mato... es un secreto nuestro, a la mañana voy a ir un rato a la casa a investigar a ver si encuentro algo, me parece que lo mató un señor de enfrente, lo vi mirar todo el día por la ventana, no fue a trabajar ni nada, todo el día mirando 87
  • 88. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante por la ventana, ni se dio cuenta que yo lo estaba mirando._ falta poco, falta poco, fal-ta po-co. -No digo nada, me voy afuera a jugar con la pelotita. Yo que vos no iría más, no te metas en esas cosas, ¿querés ser policía o algo así?, yo tengo miedo a la gente mala. -Vos sos un miedoso, voy a investigar mucho, quiero saber quién es, siempre me gusta mirar a la gente, ver como caminan, me gustan los secretos de la gente, pero nadie los cuenta, ese es el problema, nadie cuenta nada, no me gusta eso y voy a ver que pasa, no te asustes ¿eh?, no se te ocurra decir nada. ¡De verdad!_ me agarra del brazo un poco fuerte. -¡No! no me importa eso, yo no le digo nunca nada a mamá, y a papá menos, el otro día encontré las revistas de esas chicas y no dije nada... dejame que quiero irme a jugar afuera._ falta poco para la noche, no hay gatos en la calle, nunca veo gatos de día, no hay ni uno, todos tienen perros, estoy picando la pelotita, más fuerte, pica mucho. -Hola Germán_ más alto que antes. -Ah hola Facu._ es más chiquitito que yo, tiene el flequillo en los ojos, tiene un montón de pelo. -¿Qué hacés solo?, te toqué la puerta hoy y no atendió nadie, grité por la ventana y nadie dijo nada, me fui a lo de mi abuela toda la tarde, quería invitarte a la pileta que puso mi papá allá. -Uh que bueno, pero si estuve todo el día... no sé, que raro._ se tira el flequillo para atrás y se le cae en la cara, tiene el pelo re lacio. -Pero grité un montón... y nada... me re aburrí._ pico la 88
  • 89. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante pelotita de vuelta. -Estuve todo el día... ¿cómo estás de la panza? a mi me dolió todo el día, jajaja nos comimos todas las ciruelas... -Estaban re calientes, jajaja, mi vieja se re calentó, y no me dejó salir por dos días, siempre me reta, no me deja caminar por el comedor sin los patines, está todo el día limpiando._ se prendieron las luces, ¡es de noche! -Tu mamá es igual que la mía, yo no la aguanto tampoco, siempre me dice que me abrigue, que cruce bien la calle, que no hable con nadie que no conozca, que haga la cama, que me lave los dientes y el pito... jajaja, ¿a vos te dicen qué te laves ahí?_ tengo hambre, Facu se agacha a atarse los cordones, no los ata como yo. -A mi no me dicen nunca nada de eso, yo me lavo todos los días... mi abuela si me dice esas cosas._ mi abuela me prepara un matecocido riquísimo. -Me voy adentro Facu, ¿mañana jugás? te voy a tocar el timbre después de tomar la leche. -Pero no toques muchas veces, me retan después, tocá una vez, a las once y media, así no hay nadie... mejor, que la llevan a mi hermana a un lugar, podemos jugar en el garaje._ me contó mi hermano que le vio las tetas a la chica de al lado de la casa de Facundo, pero me dijo que no tenía nada. En un rato voy a comer, mi papá llega más tarde seguro, son las nueve de la noche, estoy sentado en mi cama, está oscuro, la luz del farol de la calle me está dando en la espalda, parece una estrella gigante en mi ventana. 89
  • 90. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 90
  • 91. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante 15 Me gustan los colores, el rojo es el que siempre elijo, sigo solo esperando en el techo, no hay nadie en la calle, ni un alma. Subí despacito y sin hacer nada de ruido, la primera vez que nadie se entera de mí, mis gatos me cuidan, no tienen nombre, no me gusta, son gatos. Hace dos meses que murió el hermano de Natalia, se cayó de una hamaca y se golpeó la cabeza por salvar a su hermanita de que se golpeara ella, estuvimos todos en la calle, hicimos filas y vimos pasar el coche negro que lleva a la gente que no camina a los nichos, cajones que odio ver en mis pesadillas. ¿Por qué no quiere aparecer?, ¿se habrá asustado?... pero si el que se asustó fui yo, él era más grande, tenía las manos más peludas que las mías, yo casi no tengo pelo en ningún lado... tengo miedo de que nunca me salgan pelos, no quiero ser pelado, no voy a ser pelado y gordo... todos los grandes son así, trabajan todo el día y tienen un día para dormir sin saludar a nadie, ¿qué le habrá pasado?, la noche está fresca, tengo un poco de frío, es raro que haga frío hoy, mi hermano está loco, desde lo de mi tío siempre me cuenta historias de muertos, yo no le creo, seguro que es mentira. Giro por el techo, me encanta sentir las piedritas que pinchen mientras giro, me mareo un poco, choco con el borde... hay un hombre que 91
  • 92. Elbio Aparisi Nielsen La noche del infante camina por la calle, patea una botella, se escucha el vidrio como se rompe hasta acá, no me ve y yo a él sí, es alto, está sentado en el cordón de la vereda, mira al suelo pero no se le ve la cara, la luz es muy suave, tiene una camisa media desabrochada y un pantalón, no sé cual. El viento está tirando florcitas del árbol que da la oscuridad de la esquina, justo dónde Paco me habló ayer, seguro que no es su casa, ni nada, porque puede trepar y caminar por los techos hasta ahí, no sé, yo nunca me movería a los demás techos, si me agarran pueden matarme... escuché que hay gente que espera a la noche para salir a las calles buscando gente para vender sus órganos, me lo dijo un amigo de la escuela y mi mamá. Sigue quieto, no hace nada, prenden la luz de la casa, chiflan desde adentro, no se va, seguro viene la policía... bueno seguro que no, en la villa hacen más líos... se escucha una sirena de lejos, como la de los bomberos... ¿otro incendio más?, no viene, tengo sueño, mañana voy a ir a jugar un rato a lo de David, pero solo, no tengo ganas de ver a Martín. -¿Hola?_ es una voz desde el techo, el hombre me mira, sabe que estoy acá. -Shh, shh, no lo mires a la cara, no lo mires, vení rápido, no lo mires, siempre hace lo mismo, sabe trepar rápido, si lo mirás a la cara sube a buscarnos y nos va a llevar a los dos juntos._ puedo verlo pero no lo conozco, es un chico como yo, flaquito pero con anteojos y está pelado, tiene cicatrices en la cabeza. Está con dos gatos, uno con el mío en la parecita y el otro mirando a la calle. 92