2. TRANSTORNOS ALIMENTICIOS De las modas y los cánones de belleza impuestos por la cultura de la sociedad encontramos una nueva epidemia que son los trastornos alimenticios. En los países occidentales la importancia del físico y de la apariencia resulta un problema, ya que hace que muchas personas quieran sentirse de acuerdo con el modelo del físico perfecto impuesto. Esta imposición viene también en parte debido a los medios de comunicación, hablando tanto de televisión, como cine, libros, publicidad… Esto conlleva a miles de personas a padecer dos tipos de enfermedades:
3. LA ANOREXIA Se trata de una enfermedad tanto física como psicológica, siendo los 12 años aproximadamente la edad de inicio de riesgo de padecer esta enfermedad. Las personas más propensas a padecer esta enfermedad son las que tienen la falta de autoestima, son perfeccionistas, personas activas que practican deporte, y por lo general suelen ser inteligentes y buenos estudiantes. Creen que serían más felices y exitosos si estuvieran más delgadas. Es una enfermedad la cual no es fácil de reconocer, ya que la persona en cuestión esconde y niega su problema. Algunas de las características de estos pacientes es el miedo exagerado a engordar y el control continuo de las calorías de las comidas intentando evitarlas a toda costa. También se puede observar un cambio en la conducta presentando ansiedad, nerviosismo e irritabilidad junto con tristeza y depresión.
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5. La Bulimia Ésta también se trata de una enfermedad tanto física como psicológica, con la diferencia de que la paciente no trata de evitar la comida, si no que se da grandes atracones. Tras estos, la paciente siente culpabilidad y se provoca el vómito o realiza ejercicios excesivos como compensación a la comida ingerida. Al igual que en la anorexia, este comportamiento se esconde y se niega, por lo que su diagnóstico es complicado. También está relacionada con la anorexia ya que las pacientes que sufren esta última pueden acabar desarrollando bulimia. Además de la provocación del vómito o los ejercicios excesivos, también podemos encontrar otras actitudes como ingestión de laxantes, irritación crónica de la garganta, fatiga y dolores musculares e inexplicables problemas dentales.
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7. El canon de belleza, realidad variable Lo que hoy tiene éxito y se vende es un cuerpo delgado, ágil y esbelto que demuestre a los demás que puede consumir alimentos escogidos y tiene tiempo suficiente para ir al gimnasio o hacer deporte. Siempre ha habido motivos ocultos detrás de cada prototipo de belleza: si se quiere incrementar el índice de la natalidad el ideal de belleza se forma con caderas anchas y pechos grandes,si se quiere mostrar cuidado de la imagen, selección de alimentos, exaltación de la juventud, o cuerpos delgados, casi infantiles. El canon de belleza femenino tiene una fórmula clave: el culto a la imagen. Se trata de una figura esbelta, altura superior a la media, apariencia deportiva sin incurrir en lo atlético ni excesivamente musculoso, piel tersa y bronceada, ojos grandes, nariz pequeña, boca grande y labios gruesos, medidas publicitarias (90-60-90), senos firmes, simétricos y sólidos, vientre liso, pelo largo piernas largas y torneadas y, sobre todo, tener menos de treinta años. La eterna juventud se ha impuesto en la estética. Éste es el patrón del siglo XXI del que se beneficia el mercado
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9. A lo largo del tiempo... La Prehistoria (40.000-5.000a.C.) En la época prehistórica y mas concretamente en la Edad de Piedra ya existía un canon de belleza sobre las mujeres. Se escogían mujeres con los órganos reproductores muy marcados (pechos, vientre, caderas anchas…) para que a la hora del alumbramiento les resultase mas fácil y no muriesen durante el parto ni la mujer ni el niño.
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11. EGIPTO (2955 – 332 a.C.) Para los antiguos egipcios, el canon de belleza no era el mismo que tenemos en la actualidad. Para ellos la belleza consistía en armonía, perfección, frontalidad… El cuerpo humano debía estar armónicamente proporcionado, utilizaban el puño como unidad de medida, así codificaron la estatura perfecta de las personas en 18 puños: 2 para el rostro, 10 desde los hombros hasta las rodillas y los 6 restantes para las piernas y los pies. Según el canon de belleza egipcio una mujer debía ser delgada, con pequeños miembros pero de caderas anchas y pechos pequeños y torneados, solían ensalzar su belleza mediante joyas y bisutería.
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13. GRECIA (S. VIII – I a.C.) Las esculturas de las mujeres, aunque proporcionadas, representan a mujeres más bien robustas y sin sensualidad, los ojos eran grandes, la nariz afilada, boca y orejas ni grandes ni pequeñas, las mejillas y el mentón ovalados, pues daban un perfil triangular; el cabello ondulado detrás de la cabeza, y los senos pequeños y torneados. En cambio el ideal masculino estaba basado directamente y exclusivamente en los atletas y gimnastas, puesto que a los atletas y a los dioses se les atribuían cualidades comunes: equilibrio, voluntad, valor, control, belleza.
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15. EDAD MEDIA (S.V-XV) L a mujer medieval muestra blancura en la piel, cabellera rubia y larga pese a que el pelo suele estar recogido, rostro ovalado, ojos pequeños pero vivos y risueños, nariz pequeña y aguda, labios pequeños y rosados, torso delgado de complexión ósea como corresponde a las nórdicas (caderas estrechas, senos pequeños y firmes, y manos blancas y delgadas). La blancura de la piel era un símbolo de belleza muy importante ya que era un indicador de la pureza de la mujer y al mismo tiempo un símbolo de la procedencia del norte de Europa.
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17. EL RENACIMIENTO (S. XV – XVI) Las características femeninas son bien conocidas: piel blanca, sonrosada en las mejillas, cabello rubio y largo, frente despejada, ojos grandes y claros; hombros estrechos, como la cintura; caderas y estómagos redondeados; manos delgadas y pequeñas en señal de elegancia y delicadeza; los pies delgados y proporcionados; dedos largos y finos; cuello largo y delgado; cadera levemente marcada; senos pequeños, firmes y torneados; labios y mejillas rojos o sonrosados. En la época tan solo usaban maquillaje como el colorete y el carmín para esos tonos rosas de la cara.
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19. EL BARROCO (S. XVII – XVIII) Se pueden adivinar bajo los ropajes unos cuerpos más rellenitos que en épocas anteriores, pechos más prominentes resaltados por el uso de los corsés, caderas anchas y cinturas estrechas, hombros estrechos y brazos redondeados y carnosos, la piel blanca sigue siendo un referente de belleza. De los hombres destaca mucho el pelo (muchas veces con peluca), la piel muy blanca y las mejillas rosadas y, por encima de todo, unos trajes suntuosos de infinitas capas.
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21. Información Imágenes: Google Redacción: http://canonesbelleza.wordpress.com/2007/05/23/desde-la-prehistoria-al-s-xx/