1. ¿CÓMO PUEDE EL SER HUMANO CONSEGUIR LA PAZ, LA
FELICIDAD Y EL AMOR, EN UNA SOCIEDAD SIN VALORES?
Pues ahora el paraíso, ha sido recuperado por Cristo resucitado,
él mismo es la puerta y el paso obligado para llegar a Dios.
Por eso dijo: “yo he venido para que tengan vida y la tengan en
abundancia” (Jn. 6:10).
Y esta vida abundante, que Jesús resucitado nos ofrece significa
derribar las murallas de nuestros miedos, de nuestras
comodidades defendidas a capa y espada, de nuestros egoísmos
que prefieren ser servidos que servir; significa abrir la puerta,
pasar por Jesús, es decir, entrar a participar con él de su vida
divina, que es amor, libertad, comunión, fraternidad y vida en
espíritu.
Todo es nuevo después de la resurrección de Cristo, por ello se
proclama como puerta a la felicidad y a la libertad plena en la
obediencia a la voluntad de Dios.
2. Ven Señor a abrir nuestras puertas selladas, haz que salten por
los aires nuestras certezas y denuncia nuestros hábitos. Con el
soplo de tu Espíritu escudriña nuestro corazón: sé la brecha que
nos permita salir de nuestros atolladeros, la puerta que abre
sobre la libertad y la vida.
Ahora, la persona que en la paciencia y en la oración trate de
imitar los rasgos del divino Rostro, ése oirá cómo se le dice: Hace
mucho que estoy contigo; desde siempre eres como Dios, eres su
hijo para siempre.
Este es el cambio, la novedad. Una nueva vida en una criatura
diferente, las cosas viejas pasaron y todas las cosas son hechas
nuevas. El corazón de piedra se ha convertido en un corazón de
carne y de verdad.
Y ahora, nuestra forma moral, es decir nuestra forma de actuar,
consiste en afirmar que pertenecemos a Cristo y que nada nos
arrancará de su mano.
3. Jesús abrió el camino de salvación y nos ha conducido a la
Morada de Dios. Pero es preciso escuchar su voz y obedecerla.
Que te alaben todos los pueblos, Señor, todos los pueblos.
Dijo Jesús: “yo he venido al mundo como luz, y así el que cree en
mí no quedará en tinieblas” Juan 12:45.
Jesús, que se había llamado a sí mismo agua, pan, puerta,
camino, verdad, vida, ahora se proclama “luz”.
Quien tiene fe en él, lo bebe, lo come, entra por él, lo sigue, etc.,
exigiendo al que lo sigue una decisión: con él o contra él. Jesús
ha venido a salvar a las ovejas perdidas, a los enfermos que
ocupan un médico. El que no lo acepta él mismo se excluye de la
vida.
Cristo como luz sigue dividiendo a la humanidad a través de
grupos de personas que han elegido seguir su camino y sus
enseñanzas. Cristo predica y habla de un Dios de vivos,
asimismo también un refugio y sustento para el necesitado.
4. También ahora hay quien prefiere la oscuridad o la media luz; y
es que la luz siempre compromete, pone en evidencia lo que hay,
su injusticia y mediocridad, tanto lo bueno como lo malo.
Pero Jesús como la luz, nos invita a dejarnos iluminar por su
palabra de gracia, para que su luz penetre a los más tenebrosos
recovecos y acabe con aquella oscuridad que nos condenaba y
era por eso, que por andar en las tinieblas no podíamos encontrar
la paz, el amor y la felicidad.
Cristo como luz nos ofrece su transparencia, nos ofrece
transfigurar nuestro corazón, pero antes nos manda a cambiar
todo cuanto entorpece nuestra vida: el egoísmo, la soberbia, las
inseguridades, el miedo y las necesidades inútiles que cada
día inventamos, todos esos sentimientos negativos impiden
nuestra relación con él.
¿Por qué debemos cambiar nuestra conducta y nuestros
hábitos inapropiados y negativos? Esto es necesario ya que
los pensamientos negativos y los sentimientos de rencor, ira y
5. decepción, producen en las personas sentimientos de rechazo y
frustración, y con estos sentimientos es difícil disfrutar de las
cosas hermosas que ofrece este planeta tierra.
Pero reconozcamos, que no hay rincón en donde él no pueda
entrar, ni pequeñez que no pueda hacer crecer, ni empañado que
pueda hacer relucir; aun cuando nuestros pasos en la fe sigan
siendo vacilantes, su luz nos permite avanzar en la claridad hacia
el camino de Dios.
Ser hijos de la Luz, significa caminar en la verdad, sin trampas.
Significa caminar en el amor, sin odios o rencores “quien ama a
su hermano permanece en la luz (1 Juan 2).
Las tinieblas es tanto dejarnos manipular por el error, como
encerrarnos en nuestro egoísmo y no amar. Querer continuar
viviendo con los viejos patrones de conducta inapropiados, que
solo traen amargura, infelicidad, desgaste físico y psicológico.
6. Si realmente queremos ser hijos de la Luz, debemos de
transformar todas aquellas regiones y áreas en donde exista
oscuridad o tinieblas, ocasionada por los miedos y la cobardía, el
único camino son las buenas nuevas, las que nos conducen a la
Luz de Cristo Jesús, y él nos ayuda a cambiar todo sentimiento y
pensamiento negativo por sentimientos de amor, paz, alegría y
felicidad.
Dijo Jesús: Les aseguro, que el criado no es más que su amo ni
el enviado más que el que lo envía. Puesto que saben esto,
dichosos ustedes si lo ponen en práctica (Juan 13:16-17).
La gran mayoría de las personas, actualmente cuando escuchan
hablar de Jesús, consideran sus relatos como una historia más,
que las diferentes culturas se han encargado de construir y que
se van pasando de generación en generación hasta nuestros
días.
7. Sin embargo, para comprender y sentir su vida y su obra, es
necesario que escuchemos desde de lo más profundo de nuestro
corazón. Pero sobre todo abrir nuestro corazón.
Para comprender, las buenas nuevas es necesario deponer el
intelecto y la razón, ya que los misterios del Reino de Dios no
funcionan desde la lógica y el pensamiento analítico y reflexivo,
que usa la ciencia en las investigaciones científicas.
Porque el intelecto cuestiona y siempre pide hechos concretos y
pruebas fehacientes sobre el tema de investigación. Por lo tanto,
para entender y comprender el evangelio se requiere de la
sensibilidad y un corazón libre de teorías y de filosofías. Pero
sobre todo del cultivo de la fe.
Un factor muy importante, que nos permite la comprensión de los
misterios del reino de Dios, es el amor, pero no el amor que está
lleno de condiciones, de deseos de ser correspondido e
interesado, sino el amor genuino y desinteresado, el ágape.
8. Solamente aquella persona que es capaz de abandonar todo y
comenzar de nuevo, sin ese lastre que no le permitía avanzar y
desarrollarse espiritualmente. Sabe que la Gracia de Dios, está
en contacto directo con todos sus hijos. De modo que sabe y
siente que en todos estos intentos de amar, se alza la victoria del
Amor.
El amor todo lo puede, ya que va mas allá de la fe, es un
compromiso de vivir como Dios lo ha establecido en sus
preceptos y leyes, sin otra seguridad que el Espíritu de Dios.
Jesús dijo: Yo soy la vida, significa que confesamos que Jesús es
Señor y Dios de la vida, que asume nuestras muertes diarias
cuando luchamos por eliminar las violencias, las injusticias y
barbaridades que se cometen en el mundo.
Y que junto con nosotros, va depositando la semilla de una vida
en una felicidad sin fin.
9. Por lo tanto, debemos clamar diariamente lo siguiente: Padre
nuestro damos por favor, tu Espíritu de Verdad, para que nos
infunda el ánimo suficiente para seguir a tu Hijo amado: él
nos hará acceder al mundo nuevo para siempre.
Dijo Jesús: Yo soy la vid, ustedes los sarmientos, el que
permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante (Juan 15:1-
8).
Pertenecer a esta Vid no nos asegura ganancias y ventajas a
quienes participamos y formamos parte de ella, porque los frutos
que hay que producir, son para otras personas.
Es decir, cualquiera tiene derecho de exigir y pedir de nosotros
frutos buenos. Pero además, nadie es libre para hacer lo que le
dé la gana; es el Señor mismo quien establece rigurosamente las
condiciones para dar fruto: permanecer en él.
Por lo tanto, se trata de una convivencia profunda, de una
comunión intima, de un intercambio vital. “Sin mí, no podéis
hacer nada”: expresión que denuncia el fracaso de todo esfuerzo
10. humano, desenganchándolo de la oración, de la adoración, de la
interioridad, de la acogida de la Palabra.
Ni siquiera se habla de resultados modestos para quien se coloca
fuera del “Tronco” divino, no se concede nada.
La otra condición es: aceptar la poda. También el bueno tiene que
ser podado, para que pueda dar más fruto; además esta poda no
la decidimos nosotros, nos la realizan los demás: a través de las
pruebas, las persecuciones, los obstáculos, todas estas
situaciones nosotros no las elegimos.
Ni llegan cuando las prevemos, ni la manera como nosotros
consideramos más fácil para confrontar tales situaciones, ni de
donde las esperábamos.
Te damos las gracias, Dios y padre nuestro, porque tu hijo Jesús
ha puesto sus ojos en nosotros, que andábamos en la oscuridad
y en las tinieblas, y ahora gracias a la Luz, vemos la vida con un
color más brillante y hermoso, y sabemos que has puesto en
nuestras vidas las semillas de vida eterna.
11. Te pedimos por todas aquellas personas que aún no le conocen,
que por favor a través de tu Gracia y misericordia de apiades de
ellos, dales una oportunidad, así como no las diste a nosotros.
Por todas aquellas personas, que sufren y viven en la oscuridad,
y que las circunstancias de la vida se han convertido en piedras
pesadas y los días y las noches solo producen jugo amargo, que
están asfixiando cada día su alma y su espíritu.
Permíteles Padre Santo, para que puedan descubrir y aceptar en
su corazón el camino que ofrece Jesús, el camino en donde hay
lugar y morada para todos.
Por los que buscan la verdad, la fe y la esperanza, permíteles
encontrar tu reino, para que a través del evangelio se den cuenta,
que es como una llama que da vida y sostiene a todas las
personas cansadas y abatidas por las desilusiones y los fracasos
de sus proyectos y sueños que nunca han alcanzado.
12. Por los que trabajan en el mundo a tu servicio, para que su
testimonio se haga transparente mediante la fe y la verdad de sus
obras.
Por nuestros hermanos que padecen persecución para que
reconozcan la presencia de Jesús a su lado, en el dolor y en las
pruebas.
Para cada uno de nosotros, para que descubramos la ansiada
noticia de que el amor lo es todo, pero para ello se requiere de la
fidelidad y de un compromiso profundo y desinteresado.
Pero es necesario comprender y aceptar, que debemos de confiar
en Jehová con todo nuestro corazón, y no debemos poner
nuestra confianza en nuestra experiencia o sabiduría; debemos
reconocerlo en todas nuestras actividades y caminos, ya que
Jehová enderezará nuestras sendas, y nos permitirá llegar
siempre a donde él sabe que es necesario llegar, ya que en
ciertos momentos él sabe, sobre que experiencias son necesarias
que pasemos para aprender a vivir (proverbios 3:5-6)