La FAO anunció a las ganadoras de su concurso regional de relatos y experiencias de mujeres rurales y sus organizaciones. La historia ganadora en la categoría de experiencias de organizaciones cuenta cómo la Asociación de Productores las Palmeras (Asolpas) ha contribuido a recuperar la paz en Colombia.
Historia ganadora en la categoría de experiencias de organizaciones
1. Nuestra Asociación de Productores las Palmeras
(Asolpas), fue fundada en el año 1993 con 25
socios, siendo en su mayoría mujeres (17 mujeres
y 8 hombres), organizada con el propósito de generar
oportunidades a partir de proyectos productivos
enfocados en el trabajo de la tierra.
Desde nuestros inicios, los objetivos han sido los
siguientes:
• Mejoramiento de la calidad de vida de los
habitantes de la comunidad
• La defensa de nuestro territorio
• La defensa del medio ambiente
• La defensa y desarrollo de nuestra cultura
Al iniciar Asolpas nos encontramos con la apatía y en
algunos casos resistencia de integrantes de la comunidad
ante nuestro trabajo, principalmente porque en alguna
medida nos salíamos de sus esquemas. Nuestra actividad
como grupo cuestionó en la práctica el papel pasivo y
subordinado de las mujeres en la comunidad y también
en la propia familia.
Fuimos tratadas como personas sin oficio, se nos acusaba
de descuidar nuestros hogares y de estar perdiendo el
tiempo, hasta el punto de ser apodadas “Las Hermanas
Belemitas”, comparándonos con monjitas de la caridad
porque nos preocupaba la situación de la comunidad.
Cuando no era este reproche, debíamos escuchar de
parte de nuestro hijos y también hijas frases como
“Mamá, si a vos te pagaran por todas las reuniones a las
que vas, seríamos ricos”.
No nacimos como un grupo de mujeres, pero el hecho de
podernos juntar, salir de la casa, participar en eventos de
capacitación y tener intercambio con otros grupos, nos
abrió un mundo que hasta ahora había sido desconocido
para nosotras: Éramos seres pensantes, teníamos
derechos y la obligación de defenderlos. Esta perspectiva
se fue abriendo paso en la dinámica de la organización y
fue compartida con nuestros compañeros hombres, que
al trabajar hombro a hombro con nosotras por lograr el
objetivo de mejorar los ingresos y la calidad de vida de
nuestras familias, aprendieron rápidamente a valorarnos
como personas iguales a ellos.
La organización se convirtió en un espacio gratificante
y productivo. La energía positiva que nos deparaban
los pequeños logros y los aprendizajes profundos que
hicimos y seguimos haciendo nos sirvió para enfrentar
con éxito las múltiples dificultades y desafíos que hemos
tenido todos estos años.
Nuestra comunidad de apenas 270 familias ha
sido víctima de la ocupación militar de guerrillas y
paramilitares, hemos tenido que soportar una migración
irregular de casi 3000 personas, mineros que desviaron y
contaminaron el Rio Quinamayó, prostituyeron las niñas
y difundieron malos hábitos y la cultura del dinero fácil
en nuestros jóvenes, además de hacer colapsar todos los
servicios comunitarios.
Graciasanuestraorganizaciónfuimoscapacesdeexpulsar
con acciones de resistencia pacífica, las retroexcavadoras
quepretendieronmuchasvecesenhorasdelamadrugada
entrar a nuestra vereda y nosotras simplemente con
nuestra presencia masiva y decidida en las vías de acceso,
logramos hacerlos retroceder. Al igual que algunos de
nuestros compañeros, fuimos amenazadas a tal punto
que a varias personas de nuestra organización el estado
se vio obligado a ponerles guardaespaldas y sistemas de
protección.
Paralelamente persistimos en nuestros esfuerzos por
sacar adelante una serie de iniciativas productivas en las
cuales nos habíamos comprometido desde un inicio y a
fortalecer y desarrollar nuestras tradiciones culturales
y artísticas. Al escribir este recuento rápido percibimos
con claridad que este proceso de organización no
solamente ha valido la pena por los logros obtenidos
y las perspectivas que tenemos por delante, sobre
todo nos permitió valorarnos a nosotras mismas como
campesinas, como mujeres, como mujeres negras.
Historias de #MujeresRurales
en América Latina y el Caribe
Concurso regional de relatos y experiencias
de mujeres rurales y sus organizaciones.
mujeres con derechos
CATEGORÍA relatos de vida
La lucha de la Asociación de Productores las Palmeras
colombia
historia
ganadora
2. Nuestros logros
En lo productivo y empresarial:
• Después de tres años de creada Asolpas
logramos construir y poner en funcionamiento
un trapiche comunitario (empresa
transformadora de caña panelera a panela)
donde los socios aportamos mano de obra
y materiales para lo que hoy es la trapiche
comunitario La Palmereña, donde actualmente
tenemos la capacidad de producir 28 toneladas
de panela al mes.
• Tanto el cultivo como la transformación y la
comercialización de la panela es de nuestra
propiedad. El trapiche genera 11 empleos
directos y beneficia a 220 familias productoras.
• Exportamos panela granulada orgánica al
mercado justo europeo y nuestra marca “La
Palmereña”, está posicionada en las principales
cadenas de supermercados.
En lo étnico-cultural:
• Participamos e impulsamos la conformación de
consejos comunitarios en el norte del Cauca.
• Nuestro grupo cultural “Violines Caucanos”
que surgió de nuestra organización obtuvo
por 3 veces consecutivas primer puesto y fue
declarado fuera de concurso en el prestigioso
festival “Petronio Álvarez”.
En lo ambiental:
• Hemos logrado detener en parte el avance de la
minería ilegal, obtener un consenso mayoritario
en contra de estas prácticas y protegimos la
quebrada Agua Limpia, nuestra principal fuente
de agua.
Nuestros desafíos
• Neutralizar posibles brotes de violencia,
que se pueden generar por la presencia de
organizaciones armadas en el territorio que en
el inmediato pasado controlaron las FARC-EP.
• Detener el nuevo avance de la extracción ilegal
de oro, detrás de la cual también están los
grupos al margen de la ley.
• Desarrollar estrategias de adaptación al cambio
climático.
• Ampliar y profundizar el proceso de
diversificación en las fincas campesinas,
mejorando la productividad y la rentabilidad
de los diferentes renglones productivos tanto
agrícolas como pecuarios.
• Ampliar y consolidar nuestra presencia y
participación en nuestra organización regional
ARDECAN y en los espacios gubernamentales
tales como el CMDR (Comité Municipal de
Desarrollo Rural) y en las instancias previstas en
los planes de desarrollo con enfoque territorial
(PDET).
mujeres con derechos