La FAO anunció a las ganadoras de su concurso regional de relatos y experiencias de mujeres rurales y sus organizaciones. La historia ganadora en la categoría de relatos de vida cuenta cómo Remedios Pinto y su comunidad enfrentaron los efectos de la industrialización del cacao en Bolivia.
José Ignacio Calle, Nathalie Jacobs - eCommerce Day Chile 2024
La lucha de Remedios Pinto por preservar las tradiciones del cacao
1. Nuestra travesía, que no es solo mía o la de mi
familia, sino la de mi pueblo, viene desde muy atrás
y comienza con la historia oral que nos han dejado
nuestros ancestros y que es fielmente resguardada en
las familias generalmente por nosotras donde lo más
importante surge a partir del respeto: a nuestra cultura,
a la vida comunitaria y a la naturaleza.
Desde niña yo, Remedios Pinto, soñé con salir adelante
y con las enseñanzas de mi abuela, mi madre y las tías,
aquí estoy recuerdo el tiempo de recolectar cacao, coca
o cítricos con mis hermanas, yo sabía muy poco, aprendí
coneltiempoyasímehicepartedemíespacio,míyungas.
Para entonces el mejor remedio, el mejor desayuno y lo
más reconfortante durante el día era tomarse una taza
de chocolate con agua, calientito...
El tiempo pasó y la demanda de cacao hasta mediados
de 1980, se quedaba en la comunidad con el transcurso
de los años y la aparición de las grandes cooperativas
esa situación ha cambiado se aumentó la producción y
quedaba muy poco para el uso diario o para la pequeña
empresa.
Una de las más grandes cooperativas de la región ha
logrado adquirir y llevarse la totalidad de la producción,
los productores ahora están vetados de vender cacao a
pequeñas empresas a riesgo de perder el contrato con
la cooperativa tengo cuatro hermanas y cuatro hijas y
dadas las dificultades para mantener económicamente
a la familia, muchas de nosotras tuvimos que migrar a
las ciudades en esta aventura, yo escogí Cochabamba, al
principio fue un caos y sentí de cerca la discriminación,
fue difícil porque no conseguía un trabajo estable y
porque la gente no conocía a los afros.
Estaba sola con mis cuatros hijas y debía mantenerlas fue
entonces que hace como quince años fundamos con la
familia una microempresa de transformación de cacao
empezamos con poco porque teníamos que comprar el
cacao a escondidas de la cooperativa con el tiempo y el
duro trabajo nuestro chocolate Silverias, en memoria de
mi mamita, hemos llegado hasta una feria internacional.
Toda la familia trabaja: tías primas, sobrinas, hijas
y todas sabemos hacer de todo un poco, desde la
producción hasta la venta. Para lo primero recolectamos
de la comunidad pequeñas cantidades, producidas una
o dos veces al año, separamos las habas y realizamos
la fermentación, secado, tostado y molienda, todo está
hecho artesanalmente. Para la venta antes hacíamos
bolas, lo más tradicional, pero por la sensibilidad del
chocolate decidimos hacer tabletas empaquetadas en
hojas de plátano esto nos permite exportar el producto a
ciudades y ferias.
Empezar fue duro pero con el tiempo la venta se
incrementó: por su sabor y calidad, pero sobre todo
porquelaventaesunespaciodetruequedeaprendizajes:
el comprador aprende un poco de nuestra cultura y
yo aprendo y me empodero, sabiendo que cada mujer
puede crear la capacidad y la fortaleza de salir adelante
por sí misma, su familia, su comunidad y cuidando la
naturaleza.
Mi lucha es de cada día y cada mujer puede tener esta
oportunidad si busca sus raíces, que tal vez no se ven pero
se sienten y se huelen estas características únicas que me
permiten seguir adelante, no solo ante la discriminación
racial e histórica de nuestro pueblo, pero por todas las
mujeres. Ser mujer negra significa estar conectada con
tu espacio, tus raíces, tu tierra y con tu comunidad. Soy
orgullosa de ser afroboliviana.
Historias de #MujeresRurales
en América Latina y el Caribe
Concurso regional de relatos y experiencias
de mujeres rurales y sus organizaciones.
mujeres con derechos
CATEGORÍA RELATOS DE VIDA
Remedios Pinto y las rutas del cacao
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