Jesús cuenta la parábola del trigo y la cizaña para explicar que el reino de los cielos es como un campo donde un hombre plantó trigo bueno, pero su enemigo vino de noche y sembró cizaña entre el trigo. Los siervos querían arrancar la cizaña pero el dueño les dijo que dejaran crecer el trigo y la cizaña juntos hasta la cosecha, momento en que se separarán.