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La epistemología histórica y axiológica
de Georges Canguilhem
Jesús Armando Haro
Seminario Epistemología aplicada al
campo de la salud. Sesión 10.
12 de febrero, 2021
"la historia de la ciencia es la historia de un
objeto - discurso - que es una historia y
tiene una historia, mientras que la ciencia es
la ciencia de un objeto que no es una
historia, que no tiene historia".
Contenido de la sesión
I. De Castelnaudary a París,
antecedentes vitales de reflexión y
acción: cómo se llega a ser lo que se
“es”.
II. Trayectoria intelectual: influencias
del kantismo y el vitalismo en la obra
de Canguilhem.
III. Principios de su epistemología
conceptual, histórica y praxeológica.
Georges Canguilhem (1904-1995) filósofo y médico
francés, especializado en epistemología e historia de la ciencia.
“…si hay algo que caracteriza su obra es el constante debate
que entabla entre filosofía y medicina como estrategia de
comprensión, no sólo de lo humano, sino de la vida en un
sentido amplio (…) Su trabajo se centra más bien en una crítica
filosófica, es un desarrollo epistemológico que pretende poner
en la mesa del debate y la reflexión los presupuestos filosóficos
tras las ideas de salud, de enfermedad, de técnica, de
terapéutica, de anomalía, conceptos que subyacen y anticipan
el discurso y la práctica médica y que hacen que, en ese mismo
nivel, se olvide la importancia y la centralidad de lo patológico
a la hora de determinar eso que llamamos vida y que la
medicina, supone, manipula y ordena” (…) la aventura puesta
en marcha por Canguilhem intenta dar respuesta a un
problema doble, a saber, el de la vida y el de la razón, es decir,
dar respuesta a dos interrogantes: ¿qué es la vida?, y
paralelamente, ¿cuáles son los límites del discurso médico al
intentar conocerla?...”
Bacarlett Pérez, María Luisa. 2006. Georges Canguilhem: Una filosofía de lo
biológicamente posible. Ludus Vitalis 14 (26): 69-91.
1932. La paix sans aucune réserve (con
Félicien Challaye).
1935. Le fascisme et les paysans.
1939 Traité de logique et de morale (con
Camille Planet)
1943. Essai sur quelques problèmes
concernant le normal et lo patologique
(tesis doctoral).
1952. La connaissance de la vie.
1955. La formation du concept de réflexe
aux XVIIe et XVIIIe siècles.
1958. « Qu'est-ce que la psychologie? »
1962. Du développement à l’évolution au
XIXe siècle (con Georges Lapassade, Jean
Piquerol, Jacques Ulmann).
1966. Le Normal et le pathologique.
1968. Études d'histoire et de philosophie
des sciences concernant les vivants et la
vie.
1976. Vie et Mort de Jean Cavaillès.
1977. Idéologie et rationalité dans l'histoire
les sciences de la vie.
1985 «Le statut épistémologique de la
médecine»
1988. La Santé, concept vulgaire et
question philosophique.
2002. Écrits sur la médecine.
“Canguilhem es un crítico mordaz de
los efectos del progreso industrial y
científico, de la racionalidad
instrumental y técnica que domina
casi todos los rubros del
conocimiento; piensa que las ciencias
de la vida son el último reducto en el
cual aún se puede resistir a la
tecnificación e instrumentalización
excesiva. Desde su perspectiva, la
vida, como fenómeno biológico,
siempre encuentra la manera de
resistirse a todo esfuerzo
reduccionista que trata de hacer de
ella una mera expresión mecánica de
componentes físicos y químicos (…) Lo
viviente, antes que dejarse reducir a
los esquemas explicativos de la física y
la química, reclama su propio espacio
de conocimiento”.
Bacarlett Pérez, María Luisa. 2011. La obra de
Georges Canguilhem, entre la medicina y la
filosofía. Ciencias (UNAM) 104: 4-11.
1904 Georges Jean Bernard Canguilhem nace en Castelnaudary
(Languedoc), hijo de un campesino que se hizo sastre y una
madre que heredó tierras, por lo que su destino parecía trazado
hacia la ruralidad agrícola, pero terminó siendo un formidable
producto del sistema escolar laico establecido por la Tercera
República.
1914-1918 Debido a movilizaciones de la Primera Guerra
Mundial, faltaban trabajadores agrícolas. El “Petit Cang” cimbra el
arado en la finca de Béziat (Aude), recuerdo del que se sentirá
orgulloso: “Un retrato emerge de Georges Canguilhem: el del
"filósofo labrador", de rústica y mala cabeza, que no es simple
metáfora: regresar cada verano a su casa "para pesados trabajos
de gavilla”, le hará permanecer pegado toda su vida a sus
orígenes rurales; así como será la coherencia y el coraje en sus
elecciones filosóficas y cívicas”, advierte tempranamente su
amigo Jean-Richard Bloch, quien escribió en 1927 a Elie Faure:
“Georges Canguilhem. Recuerda este nombre. Él marcará. Ya ha
marcado. Alma ardiente, mente singular, naturaleza elevada,
conciencia exigente e inconforme, inteligencia astuta, a quien no
le hacemos, ni tampoco nada le hace, perder el entusiasmo“.
Con un desempeño brillante en sus estudios en el Lycée de Castelnaudary,
rechaza una beca para Montpellier, empeñado en irse a Paris, donde
comienza a formarse en 1921 en la prestigiada khâgne del Lycée Henri IV.
Trebitsch Michel. 1996. L'intellectuel dans l'action. Lettres de Georges Canguilhem à
Jean-Richard Bloch (1927-1946). Vingtième Siècle, revue d'histoire 50 (avril-juin
Dossier: Nations, états-nations, nationalismes): 111-121).
1924 Logra ingresar en la École Normale Supérieure de París
(donde fue compañero de Jean-Paul Sartre, Raymond Aron,
Paul Nizan y Daniel Lagache en la rue d´Ulm), bajo la tutela de
Émile-Auguste Chartier (“Alain”, 1868-1945), quién le infundió
la ideología del pacifismo y una perspectiva filosófica idealista y
moral kantiana, derivada de Jules Lagneau (1851-1894) y de
Émile Boutroux (1845-1921).
Alain pregonaba un pacifismo extremo, de “fraternidad
universal”, heredado de Comte, que aplicaba el “principio de
Broussais” como guía política: considerar que hay solo una
continuidad entre los estados fisiológicos normales y
patológicos de un organismo, tanto humano como social, de
diferencia solo cuantitativa y de exterioridad. Según esta
perspectiva, Alain entendía las revoluciones y guerras como
“irritaciones” del cuerpo social, por lo que el papel de los
ciudadanos -y más aún de los intelectuales- debería ser ayudar
a la restauración del orden social. Con estas bases,
impregnadas además del neokantismo heredado de la
Wertphilosophie de la escuela de Baden (Windelband, Rickert),
Alain pretendía construir una “filosofía de la acción” fundada
en la concepción de la unidad de la experiencia. Canguilhem,
con el pseudónimo C.G. Bernard, escribió varios artículos en la
revista Libres Propos, que dirigía Alain, sobre pacifismo
(Keyserling, Paul-Boncour, Foch, Clemenaceau) e historia de la
filosofía (Platón, Descartes, Leibniz, Bayle, Kant).
En 1925 obtuvo un diploma de estudios
superiores con una tesis sobre
positivismo (La théorie de l´ordre et du
progès chez Auguste Comte) dirigida por
Célestin Bouglé. Aqui aborda varias
consideraciones que buscan aprehender
el significado lógico del positivismo
comteano, la coherencia entre el sentido
del orden (equilibrio, estabilidad) y el
progreso (movimiento, inestabilidad).
Hace amistad con Jean-Richard Bloch,
quien se adhirió más tarde al PCF.
1929 Comenzó su carrera magisterial en
el Lycée Chanzy de Charleville ("Escuela
secundaria letárgica”) y luego en Albi,
donde no le fue bien, dado que su
pedagogía era demasiado rigurosa,
prohibiendo la toma de apuntes y
exigiendo una exégesis argumentada.
En 1927 recibió su agrégation de philosophie e
hizo su servicio militar, culminando con el
grado de brigadier después de 6 meses extra,
por castigo; resultó ser una experiencia crucial
para la forja de un juicio propio, “para oponer
un no sereno y decidido" a poderes de todo
tipo, participando en movimientos contra la
ley militar Paul-Boncour, que pretendía
involucrar a los maestros normalistas.
En 1931 se toma un año sabático que dedica al
periodismo, editando la revista Europe, cuando se
casa con su colega Simone Anthériou, con quien
tuvo 3 hijos.
En 1932 retoma la docencia en el Lycée de Douai y
se une al Comité de Vigilance des Intellectuels
Antifascistes (CVIA). Publica un anexo en el libro de
Felicien Challaye, La paix sans aucune réserve.
En 1933 da clases de secundaria en Valenciennes.
Entre 1934 y 1936 ejerce como profesor de
filosofía y letras en el Lycée Henri-IV de Béziers
(Montpellier). Demasiado anarquista y apegado a
la primacía del individuo sobre el colectivo, se
desempeña como "compañero de viaje" de los
comunistas franceses impartiendo clases en la
Facultad de Trabajo de la CGT y liderando el Círculo
de estudios sociales del Hérault del PCF.
1935 Publica por encargo Le fascisme et les paysans, con el
objetivo de alertar a la militancia antifascista acerca de las
particularidades del ámito rural, señalando a las organizaciones
de izquierda la necesidad de renunciar a simplificaciones
conceptuales de la vulgata marxista, em um momento en que el
fascismo se extiende en el agro francés, con la fundación del
Parti Agraire et Paysan Français, el Front Paysan, la Croix de feu y
Jeunesses patriotes.
Canguilhem aprendió que el filósofo debía extraer el
material de su meditación a partir de disciplinas ajenas
a la pureza de los conceptos y los monumentos
filosóficos; de saberes concretos, asociados a la práctica
y a la experiencia. Uno de estos candidatos era la
sociología, pero la vocación imperialista de esta
disciplina en su molde durkheimiano, fuertemente
objetivista y determinista, amenazaba con introducir el
“dogmatismo sociológico en el mercado filosófico”,
desvirtuando su identidad. En esa dirección transitó
primero por la geografía de Vidal de la Blache y la
historiografía de Febvre y Marc Bloch, antes de
decantarse por la medicina
Georges Canguilhem. 1931. Sociologie. Les causes du suicide. suicide.
Revue de M. Halbwachs, Les causes du suicide. Libres Propos
(novembre): 525-530.
Lo que el filósofo de
Castelnaudary tomó de la
tradición del geógrafo Vidal
de la Blache [1845-1925] y
de los historiadores Lucien
Febvre [1878-1956] y Marc
Bloch [1886-1944 ] no es
sólo la crítica del
determinismo geográfico y
la apuesta por el
“posibilismo”, sino el
rechazo de la filosofía
especulativa de la historia.
Se advierte en la
importancia concedida a la
técnica y los procesos de
trabajo. Su concepción del
saber histórico y su
epistemología praxeológica
es directamente deudora de
los fundadores de Annales.
Es poco conocida en Canguilhem la influencia de la escuela de
los Annales, fundada en Estrasburgo en 1929: “si yo no hubiese
cursado medicina, es posible que me hubiese orientado hacia la
geografía agrícola, lo que hoy finalmente se denomina ‘ecología’”.
Su encuentro con la “Escuela de Estrasburgo” debe situarse
entre 1930 y 1936, cuando transitó de una filosofía del espíritu a
una fundamentada en la vida, mediante una “…etapa intermedia,
que podría calificarse como filosofía de la ´tierra´. La tierra, el
paisaje, no como una realidad inerte sino como un producto de la
acción humana, y en particular de la actividad técnica, una idea
encarnada en la noción de “géneros de vida” que remite al
conjunto de acciones por las que el hombre saca provecho de las
posibilidades ofrecidas por la naturaleza. La descalificación de la
conciencia de los protagonistas como clave de los sucesos y la
consideración del tiempo como un constructo, están en las bases
del proyecto de Annales. El estilo propio a la historia de las
ciencias y a la epistemología histórica forjada por Canguilhem,
que lo distingue de autores aparentemente próximos, como
Gaston Bachelard o Alexandre Koyré” deriva precisamente de esa
antigua vinculación con el equipo de Estrasburgo”.
Vázquez Ríos, Francisco. 2016. Senderos encontrados: Canguilhem y la
escuela de los Annales. Intelligere. Revista de História Intelectual (São
Paulo) 2 (1): 36-50.
1936 Canguilhem obtiene una plaza docente de
khâgne (segundo año de preparatoria literaria) en el
Lycée Pierre-de-Fermat en Toulouse.
Simultáneamente, comienza a estudiar medicina con
el fin de obtener bases empíricas (problemas
humanos concretos) para la reflexión filosófica.
También se interesa en las conexiones entre ciencia y
tecnología, lo normal y lo anormal. Aquí tiene
contacto con republicanos españoles en el exilio y
tiene lugar el encuentro con Jean Cavaillès (1903-
1944), epistemólogo de las matemáticas (Sur la
logique et la théorie de la science, 1947) y activista,
quien influirá en su viraje filosófico, que se separa del
intuicionismo kantiano -sin dejar algunos de sus
motivos inspiradores- y de la fenomenología
husserliana, para acercarse a una filosofía del
concepto; en su posición política, trashuma del
pacifismo a un involucramiento activo en el devenir.
Se constata una toma de partido por las fuerzas que
resisten a la muerte, una opción por la vida humana,
concretada en el compromiso médico y antifascista.
Le lleva a distanciarse de Alain, a quien reprocha su
hostilidad por la historia y su creencia en una
naturaleza humana eterna.
En 1937 presentó su primera comunicación científica
(“Descartes et la technique”) en el “Colóquio Descartes”, con
una postura sobre las relaciones entre teoria y técnica, que
contrasta con las lecturas usuales: “¿Es la actividad técnica
una simple extensión del conocimiento objetivo, como se ha
vuelto común pensar desde la filosofía positivista, o es la
expresión de un “poder” original, creativo en su trasfondo,
por el cual la ciencia elabora, a veces como un resultado, un
programa de desarrollo o un código de precauciones?”
(…) La ciencia procede de la técnica no en tanto que
la verdad sería una codificación de lo útil, un registro de
éxitos, sino por el contrario, porque el caos técnico, la falta
de éxito y el fracaso invitan al espíritu a interrogarse sobre la
naturaleza de las resistencias con que se topa el arte
humano, a concebir el obstáculo como objeto independiente
de los deseos humanos, y a buscar un conocimiento
verdadero. ¿Es en la técnica que la ciencia pretende en
adelante manejar, proponiéndole convertir conscientemente
las leyes en reglas, pero en cuyo impulso no contempla el
permiso del teórico, donde es necesario buscar la iniciativa?
Esa iniciativa no está en el entendimiento, incluso si el
entendimiento da al hombre informado el medio de exceder
‘el alcance ordinario de los artesanos’ (Descartes, 1965, p.
227). La iniciativa de la técnica está en las exigencias del
viviente…”
Canguilhem, G. 1937. Descartes et la technique. IN: OC-I, p. 494.
La primacía del error en la
construcción del
conocimiento ya se esboza
aquí. Canguilhem interpreta la
duda metódica como
elemento clave para una
epistemología de la
superación de obstáculos que
toma al error como lo primero
que surge, antes de la verdad
y la evidencia. A pesar de que
la precedencia de la técnica
sobre la teoría está
implícitamente ya presente en
el pensamiento de Descartes,
no advierte que no basta con
resaltar la originalidad de la
técnica para ser pensada en
todos sus efectos: por no
haber sabido plantear el
problema de la diversificación
técnica, la epistemología
cartesiana no permite una
filosofía de la creación.
Canguilhem propone la “originalidad
creadora y liberadora de la técnica”,
que concibe como producción de la
actividad pragmática vital de un ser
viviente concreto que busca
transformar sus condiciones de
existencia efectiva en su medio y no
el fruto de una actividad
contemplativa: “La ciencia procede de
la técnica, no en cuanto lo verdadero
sería una codificación de lo útil, un
registro de los logros, sino que, por el
contrario, en cuanto las dificultades,
fracasos y fallos técnicos invitan al
espíritu a interrogarse sobre la
naturaleza de las resistencias
encontradas por el arte humano,
concebir el obstáculo como objeto
independiente de los deseos
humanos y buscar un conocimiento
verdadero”
(Canguilhem, G. 2011. Écrits
philosophiques et politiques 1926-1939).
Canguilhem observa que en la
Dioptrique de Descartes el punto de
partida de la física teórica se
encuentra en la invención fortuita del
telescopio refractor, que hizo posible
posteriormente la explicación
matemática de las causas de su
eficacia. No es la teoría de la
refracción luminosa la que permitió la
elaboración del telescopio refractor,
haciendo de este una mera aplicación
de un saber ya constituido, sino que,
por el contrario, fue una invención
técnica fortuita e irreflexiva la que ha
suscitó la retrospectiva elaboración
teórica de los problemas presentados
en su construcción.
Otras invenciones técnicas han precedido
las elaboraciones teóricas, en la geometría
antigua, la astronomía medieval, a física y
biología modernas. “hipótesis sobre el
monopolio sensorial del instrumento”. “Un
instrumento, en la ciencia moderna, es
realmente un teorema”.
Si la ciencia procede de la técnica es
porque el pensamiento científico
comienza justamente donde la técnica
encuentra sus límites. En efecto, “el
desarrollo del pensamiento científico tiene
como condición el fracaso del
pensamiento técnico […] El error es, en
cuanto tal, creador”.
Heurística de la técnica y el
error
1939 Con su amigo Camille Planet (1892-1963)
publica el “anti-manual” Traité de logique et de
morale: “Tratado es un término que Planet y yo sabíamos que era
pretencioso, pero lo escogimos para destronar al Manual, título
dado a esos conglomerados de teorías que ofrecíamos a los
estudiantes de secundaria. Una vez comparamos las lecciones
mecanográficas que dabamos a nuestros estudiantes y decidimos
reunirlas luego de de una revisión sistemática (Lettre de
Canguilhem à Giuseppe Sertoli du 26 octobre 1984). En este
Traité, afirman: »La verdad no es el único valor al que
puede dedicarse la mente. Es por qué, en el Tratado,
la verdad de la ciencia se confronta con otras posibles
valores para juzgar, como valores estéticos y morales.
Y La filosofía, entendida como proyecto de
totalización, es precisamente el lugar de esta
confrontación” Su gran originalidad reside en el
intento de comunicar, a través de una síntesis crítica
de los problemas a los que la humanidad siempre se
ha enfrentado, una unidad que no descansa en el Ser
-dislocado en y por las ciencias, pero siempre en
actividad de renovación. Es la apuesta de una
"filosofía axiológica", que afirma "la primacía del
Valor hacia el Ser ”
Roth, Xavier. 2010. Georges Canguilhem et L‘Ecole Francaise de l'
Activite.Juger, Agir (1926-1939). Tesis doctoral en filosofía.
Montreal: Université de Québec).
En esta obra, Canguilhem y Planet
hablan del concepto como la ''
enunciación de un problema a
resolver”, “posiciones de espera ''
en el camino hacia un
conocimiento más preciso.
Sugieren que la identificación
conceptual y la clasificación de
experiencias no proceden de
forma arbitraria o aleatoria. El
Traité subraya de una manera
bastante bergsoniana que,
tomados como tales, "los
conceptos no pueden ser
verdades". Más bien, "sugieren
problemas“, marcan o designan
preguntas auténticas. Pueden
insinuar las primeras respuestas,
pero siempre estarán sujetas a un
examen y revisión posteriores.
Schmidgen, Henning. 2014. Concepts have a
life of their own: Biophilosophy, History and
Structure in Georges Canguilhem. Inflexions
7 (“Animating Biophilosophy”): 62-97.
En 1940 comienza la ocupación nazi y
Canguilhem dimite de su puesto de
profesor (“no estudié filosofía para
enseñar “Travail, Famille, Patrie”).
Prosigue sus estudios de medicina en
la Universidad de Estrasburgo, exiliada
en Clermont-Ferrand, mientras su
esposa aporta la manutención de su
hogar.
En 1941-2 toma cursos con el fisiólogo
Charles Kayser y el histólogo Marc
Klein – con quienes conoce los trabajos
de Kurt Goldstein- mientras reúne
documentación para su tesis médica. A
la vez, imparte seminarios de filosofía
general en Clermont Ferrand
("Carácter normativo del pensamiento
filosófico" y "Lo normal y el problema
de las mentalidades“) en sustitución de
Jean Cavaillès, quien es llamado por
Gastón Bachelard para enseñar en La
Sorbona, mientras refuerza el frente de
liberación norte.
A pesar de que Canguilhem dijo que leyó las
obras de Goldstein tardíamente y que se refirió
a ellas como "estímulo, no inspiración“, es
indudable que desarrolló varias ideas de este
neurólogo alemán, como la concepción
holística del organismo, la importancia del
punto de vista individual en la medicina o
incluso la crítica de la idea de determinación
objetiva de lo normal y lo patológico.
“El concepto canguilhemiano de
normatividad vital nos permite pensar no
solo en la salud biológica, sino también en
todas las actividades humanas, incluida la
científica, como actividades de creación de
nuevos estándares de vida. En este sentido, los
escritos de Goldstein también ayudan a
formular el problema de la relación del
conocimiento con la vida en términos
normativos”.
Moya Diez, Ivan. 2018. Canguilhem avec Goldstein: De la
normativité de la vie à la normativité de la connaissance.
Revue d'histoire des sciences 2 (71): 179-204.
1943 Se titula como médico con la
tesis Essai sur quelques problèmes
concernant le normal et lo
patologique. Examina la definición
de lo normal y lo patológico en
términos de homogeneidad,
continuidad y relación cuantitativa,
a partir de conceptos que
presidieron el nacimiento de la
medicina moderna, principalmente
a través de las obras de Auguste
Comte, Claude Bernard, René
Leriche y Kurt Goldstein, además de
Francis Glisson (1596-1677), William
Cullen (1712-1780), John Brown
(1735-1788) y los Elementa
Physiologiae de Albrecht von Haller
(1755-1766). La obra, junto con
“Nouvelles Réflexions sur le normal
et le pathologique”, se reeditará en
1966 con el título de Le Normal et le
Pathologique.
Para Canguilhem, una enfermedad no se
puede reducir a un aumento o disminución
de un parámetro fisiológico determinado. Tal
modificación cuantitativa puede ser un signo
de enfermedad, pero será patológica solo en
la medida en que refleje una alteración en el
organismo como un todo. “Por ejemplo, la
misma cantidad de glucosa en la sangre será
patológica para un individuo pero no por otro,
en función de otros parámetros que
interactúan con la glucemia. De ahí la
fórmula: lo que hace que un síntoma o un
mecanismo funcional sea patológico es su
"relación interna en la totalidad indivisible de
una conducta individual“. Por esto, Jean
Gayon señala: “There is no doubt that
Goldstein was Canguilhem's real master, that
is, his chosen master. Canguilhem took from
Goldstein both his major subjects of
investigation (health and illness, reflex), and a
number of fundamental theses”.
Gayon, Jean 1998. The Concept of Individuality in
Canguilhem's Philosophy of Biology. Journal of the History
of Biology 31 (3): 305-325.
Canguilhem critica a Comte por asumir y
generalizar el “principio de Broussais”, que
propone que hay una continuidad (“identidad”)
entre los fenómenos fisiológicos y patológicos,
una idea que también heredan Bichat y
Bernard. Para François-Joseph-Victor Broussais
(1772-1838), médico militar y frenólogo francés,
las enfermedades son sólo una respuesta
fisiológica exacerbada o deficiente en
comparación con lo normal. Su concepto central
es la excitación, “el hombre sólo existe en virtud
de la excitación que ejercen sobre sus órganos
los medio ambientes en los cuales está obligado
a vivir”. La patología debe estudiar de qué
manera “esta excitación puede desviarse del
estado normal y constituir un estado anormal o
enfermizo”, que conlleva a la irritación, que no
es más que “la excitación normal, transformada
por su exceso”. Por lo tanto, la diferencia entre
lo patológico y lo normal sería solamente
cuantitativa, siendo la fisiología la que tendría
que informar a la clínica médica. Comte,
extiende este fundamento a las ciencias de la
vida y asimismo a su ciencia social.
Claude Bernard (1813-1878), aunque admite la
particularidad de lo viviente, y se apoya en
experimentos, adscribe lo patológico a la exageración
de los parámetros normales. Canguilhem advierte que
“semánticamente, lo patológico es designado a partir
de lo normal no tanto como a o dis sino como hiper o
hipo”. Encuentra una solución intermedia al problema
de establecer una teoría de la enfermedad en los
trabajos de René Leriche (1879-1955), cirujano vascular
y fisiólogo francés, quien reconoce la realidad y validez
del diagnóstico anatómico-patológico, pero lo ubica en
una posición secundaria, es decir, como una desviación
del estado primario de salud. Leriche distingue entre
“enfermedad del enfermo” y “enfermedad del médico”
Canguilhem se pregunta: ¿reconocer
la continuidad entre la salud
y la enfermedad, no significa también
reconocer la continuidad entre la vida
y la muerte? Señala que lo que
procede es advertir que esta tesis es
falsa, que la diferencia entre lo
normal y lo patológico no es asunto
de la estadística ni de la fisiología,
sino de una clínica que considere el
aspecto subjetivo y axiológico que
subyace en la salud y la enfermedad.
Para él, es necesario acceder a una
explicación desde el punto de vista de
las causas y mecanismos, y no desde
la perspectiva de los efectos y
síntomas. La patología
sólo puede cumplir su objetivo
“cuando recibe de la clínica esa
noción de enfermedad cuyo origen
tiene que ser buscado en la
experiencia que los hombres tienen
de sus relaciones de
conjunto con el medio ambiente”
Realiza un examen crítico de los conceptos
de normal, anomalía y anormal. Del análisis
de las definiciones que ofrecen los
diccionarios (Dictionnaire de médicine de
Littré y Robin y Vocabulario técnico y crítico
de la filosofía de Lalande), señala su sentido
ambiguo, que adscriben lo “normal” a
normalis, de norma, regla, y otro sentido,
relativo a aquello que se mantiene en el
justo medio. Advierte que surgen dos
sentidos derivados: por un lado, es normal
aquello que es tal como debe ser y, por otro
(más usual), que refiere a la mayoría de los
casos de una especie determinada, es decir,
el promedio o un patrón de carácter
mensurable. Sustenta que hay ambigüedad
en la ciencia médica para distinguir entre
situaciones de valor y hecho. Una dificultad
que comporta un error epistemológico
significativo que alimenta ideológicamente
los procedimientos técnicos y las
intervenciones, que se hacen con base de
los conocimientos supuestamente
científicos que emplea la medicina.
El lado ontológico de la crítica de Canguilhem
a la concepción cuantitativa de la
enfermedad: ¿Cómo se establece lo normal en
biología y medicina?
Canguilhem abre la segunda parte
(¿Existen ciencias de lo normal y lo
patológico?) con un estudio etimológico
del vocablo “norma”. Afirma que su
concepto original es geométrico: la
escuadra, “aquello que no se inclina ni
hacia la derecha ni hacia la izquierda; por
lo tanto, lo que se mantiene en un justo
medio”
.“Medicine seemed to us and still seems to us like a
technique or art at the crossroads of several sciences,
rather than, strictly speaking, like one science”
Para Canguilhem, una enfermedad no se puede
reducir a un aumento o disminución de un
parámetro fisiológico determinado. Tal
modificación cuantitativa puede ser un signo de
enfermedad, pero será patológica solo en la
medida en que refleje una alteración en el
organismo como un todo: “Por ejemplo, la
misma cantidad de glucosa en la sangre será
patológica para un individuo pero no por otro,
en función de otros parámetros que interactúan
con la glucemia. De ahí la fórmula: lo que hace
que un síntoma o un mecanismo funcional sea
patológico es su ‘ relación interna en la totalidad
indivisible de una conducta individual’ "
Las enfermedades no son entes, pero afectan a
ciertos tipos de seres en un cierto nivel de
organización: estrictamente hablando, no son
las moléculas ni los tejidos ni siquiera los
órganos los que son normales o patológicos; es
el organismo individual como un todo, en un
ambiente dado.
Si bien la ciencia con la
ayuda de la estadística
puede “descubrir” que
es raro “anormal” y lo
que es común “normal”,
esta descripción no llega
a elucidar lo qué es lo
patológico. Es necesario
admitir un criterio de
valor, un criterio
convencional. La salud
es axiología.
Atendiendo a las palabras de René Leriche: si “la salud es la
vida en el silencio de los órganos”, sólo el ruido de la
enfermedad nos llama la atención sobre nuestra propia salud y
sobre la vida misma. Por lo tanto, lo que distingue a lo normal
de lo patológico no es un promedio, sino un valor biológico, un
valor de carácter negativo para el ser vivo que se expresa de
manera original.“... Lo normal no es un promedio correlativo
de un concepto social, no es un juicio de realidad, sino un
juicio de valor, una noción límite que define el máximo de
capacidad física o psíquica de un ser..”.
La originalidad de la tesis de Canguilhem no es solo
que afirma que lo normal y lo patológico constituyen
el resultado de un juicio médico portador de valores
externos a la ciencia, sino que muestra que estos son
el resultado de una evaluación del hombre sobre sus
propias condiciones de vida. Es el malestar concreto
vivido y explicitado por el paciente o su entorno
cercano lo que ha permitido inicialmente enunciar la
presencia de una enfermedad para luego desarrollar
un juicio y la práctica médica. A su vez, lo patológico
no es solo la ausencia de lo normal, sino una
alteración cualitativa, que no puede ser entendida
como una desviación respecto a una norma ni
independientemente del contexto. En ese sentido, la
medicina es incapaz de restituir una norma de
funcionamiento ideal que preceda al funcionamiento
patológico. Por el contrario, a través de la
intervención médica, el hombre busca superar la
enfermedad estableciendo un nuevo orden vital. La
técnica médica es la actividad pragmática propia de
un animal normativo, es decir, productor de sus
propias normas de vida, en un debate de valores con
su medio.
“Para Canguilhem, lo normal y la salud es la
capacidad del individuo para crear normas, es
decir, crear parámetros individuales de relación
con el medio (…) destacará que ningún viviente
es indiferente a las condiciones que le presenta
el medio en que se desarrolla; vivir significa
aceptar unas cosas y rechazar otras, eliminar
obstáculos, desechar lo que impide un desarrollo
pleno, pero, al mismo tiempo, aceptar y
acrecentar aquello que reafirma la posibilidad de
vivir. La vida significa, por tanto, ´polaridad
dinámica´ traducida en juicios de valor, en
normas. Lo normal es tratar de conservar la vida,
lo cual significa crear normas que permitan un
buen desempeño, una adaptación más o menos
exitosa al medio; entonces, la normalidad se
traduce en “normatividad biológica”. Pensar que
la salud es el único estado en el que existen
normas es completamente erróneo; la
enfermedad también crea normas, sólo que
éstas son diferentes y son experimentadas por el
individuo como disminución”.
Bacarlett Pérez, María Luisa y Amalia Lechuga de la Cruz. 2009.
Canguilhem y Foucault: de la normatividad a la normalización.
Ludus Vitalis 17 (31): 65-85.
Canguilhem entiende por normativo “aquello que
instituye normas”, eleva esta actividad a la
categoría universal de la vida. La normatividad
biológica es la capacidad que tiene el viviente, el
individuo particular, de darse a sí mismo una
norma biológica diversa en relación a las
diferentes condiciones del ambiente en el que
habita. Por ello sólo en relación al individuo es
que puede establecerse lo normal y lo patológico
o, en otros términos, la salud y la enfermedad.
Lo característico de la salud es la posibilidad de
superar la norma que define lo
momentáneamente normal, de tolerar
infracciones a la norma habitual e instituir normas
nuevas en situaciones nuevas. No significa el
abandono del concepto de patología, sino su
restitución a su originaria dimensión cualitativa.
Por patología debe entenderse incapacidad,
pérdida o reducción de la capacidad de ser
normativo de un ser viviente. Si la normalidad de
un organismo es su normatividad, su capacidad de
instituir normas, la patología es la reducción de tal
poder normativo. En este sentido normalidad y
patología son conceptos de valor no reducibles
cuantitativamente.
• Para Canguilhem, la enfermedad, sólo es
un predicado dominado por su aspecto
valorativo y convencional. Su definición de
enfermedad es el estado anormal
(patológico) que predispone al organismo
a un resultado adverso, dañino y
susceptible de ser tratado. No es lo mismo
decir que lo anormal (lo raro) es a la vez lo
patológico, ya que tal designio es un
criterio de valor.
• “Las anomalías no son en sí patológicas,
son sólo variantes que expresan otras
normas de vida; si esas normas son
inferiores, en cuanto a estabilidad,
fecundidad y variabilidad con respecto a
las normas consideradas
(convencionalmente) normales, entonces
se las denominará patológicas”.
• Lo patológico no implica ausencia de
normas sino normas vitales
inferiores.
En noviembre de 1943, Canguilhem abandonó la
universidad para unirse a la resistencia
reemplazando al periodista Jean Rochon a la cabeza
del movimiento. El "Doctor Lafont“ (pseudónimo
clandestino) organizó, con Paul Reiss, Louis Mallet,
Pierre Nugou y Anne Marie Menut, un servicio de
salud para los guerrilleros maquis. Unas semanas
más tarde, a principios de 1944, instaló una
enfermería clandestina en Maurines, pequeño
pueblo de Aubrac, donde tuvo la oportunidad de
practicar medicina y cirugía, a la vez que efectuó
tareas de organización política y militar. En el
hospital psiquiátrico de Saint-Alban, convertido en
asilo de perseguidos, artistas y luchadores de la
resistencia participó con François Tosquelles en
labores psicoterapéuticas con orientación lacaniana.
Participó en la batalla victoriosa de Mont Mouchet,
comenzada 4 días antes del desembarco aliado en
Normandia. Tras la liberación, regresó con su
esposa e hijos a Clermont-Ferrand a principios de
septiembre. Henry Ingrand, comisionado de la
República, le encargó que estableciera la autoridad
del gobierno provisional en Vichy. El 12 de
septiembre de 1944, André Diethelm, recién
nombrado ministro de Guerra en el gobierno de
Charles de Gaulle, le otorgó la Croix de Guerre.
Cavaillés no logró sobrevivir.
En 1945 retoma la docencia en Estrasburgo,
donde colabora con el Instituto de Fisiología.
Publica “La Théorie Cellulaire” en la revista
Mélanges (Strasbourg) su primer gran estudio
histórico epistemológico, donde muestra las
relaciones entre política y teoría científica,
presentando casos en los que “una filosofía
política domina a una teoría biológica”. Señala
que Claude Bernard efectuó una revolución
científica con su concepto de "entorno (milieu)
interior“, que, a contrapelo de Kant y de Comte,
supera una concepción estática sobre lo
humano y la vida, que supone una regulación
exterior. “Por eso hemos propuesto que las
teorías no surgen de los hechos que coordinan y
se supone que las plantearon. O, más
precisamente, los hechos plantean teorías, pero
no engendran los conceptos que los unifican
internamente, ni las intenciones intelectuales
que desarrollan. Estas intenciones vienen de
lejos, estos conceptos son pocos y, por eso, los
temas teóricos sobreviven a su aparente
destrucción que una polémica y una refutación
presumen de haber obtenido”.
“Desde que la biología se interesa por la constitución morfológica de los
cuerpos vivientes, el espíritu humano ha oscilado de una a otra de las
representaciones siguientes: una substancia plástica fundamental
continua, o una composición de partes, de átomos organizados o de
granos de vida” (Canguilhem, 1976, pág. 55).
Desde mediados de la
década de 1930
Canguilhem comienza
a elaborar una
epistemología
praxiológica que se
nutre tanto de la
historia de las ciencias
biológicas, del
neovitalismo de
ámbito alemán y de la
escuela de medicina
de Montpellier, así
como del intuicionismo
de Bergson, la filosofía
de Nietzche y de la
escuela historiográfica
de los Annales, en
oposición a visiones
intelectualistas y
marxistas ortodoxas.
Su práctica médica y la experiencia en la
resistencia le conducen a advertir la relevancia
que posee la acción junto a la reflexión, la
técnica y el error como fuente de avance para el
conocimiento, así como la primacía de los
valores. El paso siguiente en la forja de su
pensamiento consistirá en identificar las
“exigencias vitales” como raíz de un movimiento
de construcción y destrucción de ficciones, que
caracteriza a la historia de las ciencias
biológicas, para desbordar la voluntad de verdad
que viene dictada solo por el entendimiento. De
Bachelard, retoma varios motivos, relativos a las
discontinuidades en el quehacer científico,
“historia perimida y sancionada”, las rupturas y
obstáculos epistemológicos, la desvalorización
especulativa de la intuición, la primacía teórica
del error y una comprensión de lo real en la
medida misma en que la necesidad la organiza:
el pensamiento va a lo real pero no parte de él :
“Nada es espontáneo. Nada está dado. Todo se
construye” (Bachelard 1938). "
Henri-Louis Bergson (París, 1859-1941), filósofo y
escritor francés, de padre judío y madre irlandesa,
conocido por su enfoque vitalista, intuicionista y
espiritualista. Estudió matemáticas, literatura y filosofía, se
interesó por la mecánica, la geología y la biología y trabajó
como ingeniero ferroviarrio antes de dedicarse a la
docencia filosófica, recibiendo influencias del empirismo
(Hume), el evolucionismo (Spencer), el pragmatismo
(James), el misticismo español (San Juan de la Cruz y
Teresa de Ávila) y el espiritualismo francés (Maine de
Biran, Lachelier y Ravaison). Su filosofía dedica especial
atención al estudio de la experiencia, los datos y
fenómenos de la conciencia humana, para integrar dos
cosas aparentemente contradictorias: impulso vital (élan
vital) y estructura mecánica. Elabora el concepto clave de
duración real (durée réelle) que escapa a las ciencias
formales, para señalar como el tiempo transcurre de
manera diferencial para los seres vivos. Aborda la relación
mente-cuerpo para sustentar que la memoria trae los
recuerdos a la percepción (y a los sueños), de forma
substractiva, siendo el cerebro el instrumento que permite
traducirlos en asociaciones y movimientos, enlazar lo
psíquico con lo corporal. Muy crítico de la reducción
naturalista sobre lo humano del evolucionismo positivista,
planteó la importancia del impulso creador, como un
formato que integra instinto, inteligencia e intuición.
.
1889. Essai sur les données
inmédiates de la conscience.
1896. Matière et mémoire.
1899. La risa.
1903. Introduction à la
metaphysique.
1907. L'évolution créatrice.
1911. L´intuition philosofique.
1913. Le matérialisme actuel.
1919. L'Énergie spirituelle.
1922. Durée et Simultanéité. À
propos de la théorie d'Einstein.
1930. Le possible et le réel.
1932. Les deux sources de la
morale et de la religión.
1934. La Pensée et le Mouvant.
Para Canguilhem, la filosofía biológica de Bergson le sirve para incorporar
su visión acerca de las herramientas, las máquinas, las técnicas, como una
extensión de la función de los seres vivos (homo faber). Los ingenios
tecnológicos no solo preconizan la ciencia, sino que están emparentados
con la aventura, la capacidad de configurar ficciones y la creación artística.
Igualmente, advierte la necesidad de rescatar la “filosofía del impulso
vital” de sus interpretaciones místicas, fascistas o irracionales, para afirmar
el poder de la voluntad creadora en el devenir de los seres vivos.
Braunstein, Jean François. 2000. Canguilhem avant Canguilhem. Revue d’histoire des
sciences 53 (1): 9-26.
Hans Adolf Eduard Driesch
(1867-1941), filósofo y biólogo alemán,
estudió zoología, química y física,
alumno de Ernst Haeckel especializado
en embriología, principal
representante del neovitalismo. A
partir de sus experimentos con erizos
de mar, que evidenciaban la
importancia del contexto ambiental en
el desarrollo embrionario, elaboró los
conceptos de entelequia, causalidad
total, información posicional y
totalidad, enfrentando a los modelos
mecanicistas en biología. En 1907
abandonó la biología y se orientó hacia
los estudios filosóficos, abordando el
estudio de las manifestaciones
parapsicológicas, llegando a formular
su doctrina sobre la "trinidad" del ser
humano, que consistiría en lo que
llama él la "entelequia vital", el alma
inconsciente y el yo consciente
1894. Analytische Theorie der organischen
Entwicklung
1899. La localización de los acontecimientos
morfogenéticos, una prueba de sucesos
vitalistas.
1903. Die "Seele" als elementarer Naturfaktor.
1905. The History and Theory of Vitalism.
1911. Die Biologie als selbständige
Grundwissenschaft und das System der
Biologie.
1912. Teoría del orden.
1913. Logic as a Task.
1917. Teoría de la realidad.
1918-1919. Estudios lógicos sobre la
evolución.
1919. Filosofía de lo orgánico, El concepto de
forma orgánica.
1920. Das Problem der Freiheit.
1922. Philosophie in Selbstdarstellungen.
1926. Metafísica de la naturaleza.
1926. Grundprobleme der Psychologie.
1929. Relativitätstheorie und
Weltanschauung.
1930. Philosophische Forschungslehre.
1932. Parapsicología: la ciencia de los
fenómenos "ocultos“.
1932. Methodik und Theorie.
1933. Philosophische Gegenwartsfragen.
1935. La derrota del materialismo.
1938. Enigmas cotidianos de la vida psíquica.
1945. El hombre y el mundo.
Entre sus alumnos: Norbert Elias, Erich Fromm, Arnold
Gehlen, Ernst Jünger, Jacques Maritain, Helmuth Plessner,
Helmut Schelsky y Otto Stammer.
Jakob Johann von Uexküll (Estonia, 1864-
1944), biólogo y filósofo alemán báltico, precursor
de la etología, la biocibernética, el constructivismo y
la biosemántica, que propone una perspectiva NO
antropocéntrica en biología, al discernir una infinita
variedad de mundos perceptivos, todos igualmente
perfectos y conectados entre sí como en una
gigantesca partitura musical, pero incomunicados y
recíprocamente excluyentes. Su aporte más notable
es la noción de Umwelt “circun-mundo”,​ el mundo
perceptible en el que un organismo existe y actúa
como sujeto. A tenor de su estructura, cada
organismo posee anatómicamente un determinado
sistema "receptor" y "efector". Ningún organismo
podría sobrevivir sin la compleja cooperación de
ambos sistemas, eslabones de una cadena que
describe como "círculo funcional“, totalidad que
relaciona el "mundo interior" (Innenwelt) con el
"mundo exterior" (Auβenwelt ): todo ser vivo es
principal y absolutamente completo. La verdad es
una expresión subjetiva que cada ser construye a
partir de su percepción de la realidad; la
construcción es posible gracias a los signos.
1905. Leitfaden in das
Studium der experimentellen
Biologie der Wassertiere.
1909. Umwelt und Innenwelt
der Tiere.
1920. Cartas biológicas a
una dama.
1920. Staatsbiologie:
Anatomie-Physiologie-
Pathologie des Staates
(1920)
1920. Theoretische Biologie
(1920)
1922. Ideas para una
concepción biológica del
mundo.
1928. Natur und Leben.
1930. Teoría de la vida.
1934. Andanzas por los
mundos circundantes de los
animales y los hombres.
1936. Mundos nunca antes
vistos. Los entornos de mis
amigos.
1938. Der unsterbliche Geist
in der Natur (El espíritu
inmortal en la naturaleza).
1940. Bedeutungslehre
(Meditaciones biológicas.
Teoría de la significación)
1940. Der Stein von Werder
(1940)
1944. La eterna pregunta:
Biologische Variationen über
einen platonischen Dialog.
Kurt Goldstein (Katowice, 1878-Nueva York, 1965),
neuropsicólogo y psiquiatra prusiano, nacionalizado
estadounidense, coeditor del Journal of Humanistic
Psychology. Pionero de la neuropsicología y la terapia
Gestalt, aportó una teoría global sobre la biología
humana a partir del estudio de la patología derivada de
las lesiones traumáticas. A partir de observaciones
clínicas en lesiones cérébrales observó que en algunas
afasias post-traumáticas las manifestaciones no podían
explicarse por las lesiones locales, por lo que postuló que
además de las localizaciones funcionales hay un nivel de
organización cerebral superior. Influido por el
gestaltismo de Adhémar Gelb, Wolfgang Köhler y Kurt
Koffka, defendió la teoría de que el organismo funciona
como un todo y la enfermedad lo modifica en su
totalidad. Cada lesión cerebral provoca un trastorno
determinado y es la reacción general del organismo la
que permite comprender el síntoma. En su libro La
naturaleza humana a la luz de la psicopatología (1940),
distinguió entre las ciencias físicas, que pueden operar
con elementos particulares, y las ciencias biológicas, que
deben operar con individualidades. Aunque un
organismo conste de partes descomponibles, al
estudiarlo hay que referirlas siempre al todo.
1927 Über aphasie
1939. El organismo: un
enfoque holístico de la
biología derivado de
datos patológicos en el
hombre.
1940. Human Nature in
the Light of
Psychopathology.
1942. After effects of
brain injuries in war.
1948. Lenguaje y
trastornos del lenguaje:
complejos de síntomas
afásicos y su importancia
para la medicina y la
teoría del lenguaje.
“En virtud de este procedimiento de aislamiento y
desmembramiento, uno puede fácilmente
abstraer y distinguir de los fenómenos vivos esos
fenómenos en el 'plano' físico-químico. Pero el
intento de reintegrar los elementos así abstraídos,
de reorganizar estos segmentos escindidos en la
realidad de la naturaleza viva, está condenado al
fracaso. Este vano intento, sin embargo, se hace
una y otra vez, pasando por alto el hecho de que
es muy posible entender la parte sobre la base del
todo, pero no es posible comprender el todo
sobre la base de las partes ".
Goldstein, K. 1939. El organismo….
Contrariamente a la
opinión dominante en la
teoría de reflejos de que el
sistema nervioso está
parcialmente excitado y
solo responde al recibir
estímulos, Goldstein
postula que cada estímulo
produce cambios globales y
que el sistema se organiza
para responder a ellos. Por
tanto, el sistema nervioso
se encuentra en un estado
de excitación permanente y
responde a los estímulos en
su totalidad, de modo que
un estímulo produce un
cambio proximal que "se
acompaña
simultáneamente de una
modificación que se adapta
a él en el resto del sistema“
(
El método de investigación propuesto por Goldstein parte
del estudio de los datos patológicos. Los fenómenos
patológicos muestran con mayor claridad los procesos del
organismo que los del estado normal.
Ostachuk, Agustín. 2015. La vida como actividad normativa y auto-
realización: debate en torno al concepto de normatividad biológica
en Goldstein y Canguilhem. História, Ciências, Saúde –
Manguinhos 22 (4): 1199-1214.
Goldstein, al igual que
Driesch sostiene que la
biología como ciencia de la
vida no puede ser
comprendida como una
combinación de procesos
físico-químicos. La definición
de lo vital debe provenir del
estudio del desempeño
(Leistung) de los organismos.
La novedad de Canguilhem
ocurre en el deslizamiento
del concepto de normalidad
al de normatividad, que
coincide en Goldstein en el
deslizamiento de la vida
como preservación, a la vida
como auto-realización.
"Llamamos normal o sano a aquel en el que la tendencia a la
realización sale desde dentro y al que supera las
perturbaciones, que se derivan del choque con el mundo, no
por el miedo sino por la alegría de superación" (Goldstein,
1939).
“The statistical norm concept cannot do
justice to the individual” (Goldstein 1939)
“Desde esta nueva perspectiva, el acento no estaría puesto
en buscar las condiciones de salud de los individuos,
mediante la aplicación de ciertas prácticas fisiológicas y
físico-químicas que busquen la adecuación a ciertos
parámetros "normales", sino que su función sería buscar las
condiciones necesarias que deberían contener los medios
en que se mueven los individuos para que éstos, al
desenvolverse en ellos, puedan adquirir y desarrollar una
existencia saludable” (Ostachuk 2015).
Bacarlett Pérez, María Luisa. (2011). La obra de Georges
Canguilhem, entre la medicina y la filosofía. Ciencias
(UNAM) 104: 4-11.
Error. Categoría fundamental en el pensamiento
canguilhemiano, el error es característico de la vida
porque nada en ella está sujeto de manera
absoluta a una lógica determinista.
Totalidad. Frente al paradigma localizacionista que
reduce la enfermedad a una lesión ubicable en
algún punto material y visible del organismo,
Canguilhem piensa que no hay enfermedad que no
implique de una forma u otra al organismo en su
totalidad.
Individualidad: No hay dos vivientes que valoren
de la misma manera su relación con el entorno y la
precariedad del medio, no hay dos seres vivos que
alcancen el mismo equilibrio interno ni logren los
mismos procesos de autorregulación ante lo que
acontece a su alrededor.
Valor. Carácter valorativo del viviente. Vivir es
valorar; es decir, es ser selectivo y no
permanecer indiferente frente al medio
Precariedad. Ninguna adaptación es total y
plena, se vive siempre ante el peligro de ser
sucumbir a la muerte.
Plasticidad y regulación. El viviente puede
innovar pautas ante los cambios del entorno, la
regulación representa tanto aquello que
asegura un margen de autonomía del viviente,
con posibilidad de desplegar su creatividad
individual.
“Canguilhem concebía la vida y los fenómenos ligados a ella, una postura que bien podríamos llamar “vitalista”, un
vitalismo que se expresa como apuesta por defender la particularidad de lo viviente, su irreductibilidad a esquemas
mecánicos o deterministas, subrayando, por el contrario, su carácter regulativo, plástico y abierto a la innovación”.
“En la práctica médica actual es común la
localización de las enfermedades en
órganos, tejidos, células e incluso genes;
contrariamente a esto, Canguilhem
muestra en su análisis que tal concepción
tiene serias limitaciones, pues la
enfermedad no es algo que sólo afecte a
las partes: su relación se da con el todo
orgánico (…) Canguilhem apostará por la
originalidad de la enfermedad, es decir,
que lo patológico no es simple déficit o
exceso de los parámetros normales, sino
literalmente “otro ritmo vital
Bacarlett Pérez, María Luisa y Amalia Lechuga de la
Cruz. 2009. Canguilhem y Foucault: de la normatividad
a la normalización. Ludus Vitalis 17 (31): 65-85.
“… a mediados de la década de 1950, Canguilhem se acerca a
Bachelard y comienza a utilizar conceptos de su epistemología
histórica. Esto se abordará como préstamo para favorecer la
comprensión de los cambios históricos que tiene el concepto de
vida con el descubrimiento de la estructura hereditaria de los genes
(ADN) y la teoría genética que sucede. Al darse cuenta, hasta un
poco tarde (solo a mediados de la década 1960), del significado real
que este descubrimiento impuso al dominio de las ciencias de la
vida, Canguilhem deberá rectificar su propio concepto de vida, lo
que tendrá consecuencias para toda su filosofía biológica. Utilizará
herramientas conceptuales tomadas de Bachelard, como "ruptura
epistemológica", que permite designar este conjunto de cambios
como una Revolución genética. Sin embargo, los rastros de su
anterior filosofía axiológica, así como su vitalismo racionalista, serán
integrados al ámbito de una nueva filosofía biológica que reintegra
el concepto y la vida, al encontrar en la estructura genética una
especie de inscripción conceptual en el logos de los seres vivos”.
Teixeira Souto, Caio Augusto. 2019. Georges
Canguilhem. O devir de um pensamento. Tesis
doctoral en filosofia. São Carlos: Universidade
Federal de São Carlos.
Afirma Dominique Lecourt
(1970) “la epistemología
de Gastón Bacherlard era
histórica; la historia de las
ciencias de Georges
Canguilhem es
epistemológica.
1948 Es ascendido a Inspector General de
Instrucción Pública en filosofía, donde adquiere
fama de estricto con los profesores, mientras se
muestra afable con los alumnos. Este cargo de
alto funcionario le dejó en libertad para preparar
su tesis doctoral en filosofía: “¿No hay una
paradoja en intentar simplemente exponer un
problema filosófico? ¿No podríamos definir la
filosofía como una empresa sistemática de
complicación de la conciencia? (…) Para el
filósofo no se trata de buscar qué es la ciencia
para el científico o la técnica para el técnico, sino
qué son y qué valen para el hombre común,
quien no investiga”, declara en una conferencia
que dicta para la Union Rationaliste, en
Estrasburgo: “Personalmente, solo puedo llamar
filosofía a una exploración que no implica la
certeza de que hay una posada al costado de la
carretera”.
Durante este período dirige una encuesta de la
UNESCO para investigar el estado mundial de la
enseñanza de la filosofía.
“..la angustia existencial no es otra
cosa que este sentimiento de
responsabilidad; que nadie puede
elegir por nosotros. La
desesperación no es más que la
sensación de que nada puede elegir
por nosotros (…) la sensación de
que nada puede garantizar el éxito
de nuestra elección; que la ley es
una apuesta que hacemos, un
esfuerzo injustificadamente
legitimado para dominar el futuro
impredecible”.
G. Canguilhem, « Situation actuelle de la
philosophie française », conférence inédite,
Strasbourg, 17 mars 1948, Union rationaliste,
Archives Caphès, GC 24.9.5.
“…la distinción forjada a principios
del siglo xx entre medio geográfico
y medio de comportamiento por
Jakob von Uexküll, en el campo de
la psicología animal, es
fundamental para Canguilhem (…)
se servirá de ella para superar el
problema del sentido determinista
que trae consigo la formación del
concepto de medio en el campo
de las ciencias de la vida. Esta
distinción tiene sus orígenes en los
trabajos de Kurt Koffka en el
campo de la Gestalttheorie y es
retomada por Kurt Goldstein en
sus trabajos sobre patología
humana.
Espinoza Lolas, Ricardo, Iván Moya Diez
y Daniel Vilches Vilches. 2018. En torno
a la técnica y la vida. Conceptos
fundamentales de los pensamientos de
Georges Canguilhem y Xavier Zubiri.
Ideas y Valores (Bogotá) 67 (167 ():
127-147.
En 1952 publica La Connaissance de la
vie, su tesis secundaria, donde afirma:
"Hay que terminar con la acusación de
metafísica, por ende de fantasía, para no
decir más, que persigue a los biólogos
vitalistas del siglo XVIII. De hecho, (... ) el
vitalismo es la negación de dos
interpretaciones metafísicas de las
causas de los fenómenos orgánicos, el
animismo y el mecanicismo. Todos los
vitalistas del siglo XVIII son newtonianos,
hombres que rechazan las hipótesis
sobre la esencia de los fenómenos y que
sólo piensan que tienen que describir y
coordinar, directamente y sin prejuicios
los efectos tales como los perciben. El
vitalismo es el simple reconocimiento de
la originalidad del hecho vital“ (…) es la
expresión de la confianza de los que
viven en la vida, de la identidad de la
vida con uno mismo en el ser humano
vivo, consciente de vivir”.
“Cuando pensamos en el objeto de una ciencia,
pensamos en un objeto estable, idéntico a sí
mismo. La materia y el movimiento, gobernados
por la inercia, dan todas las garantías al respecto.
¿Pero así es la vida? ¿No es evolución, variación
de formas, invención del comportamiento? ¿No
es su estructura tan histórica como histológica?
La fisiología tenderá entonces a la historia que no
es una ciencia de la naturaleza”.
Canguilhem, G. 1997. Ideologie et Rationalité dans les
Sciences de la Vie. Paris: Vrin, p. 135.
Para Canguilhem el objeto de la ciencia
debe ser estable y objetivo, pero el cuerpo
establece sus propias normas, escapando a
una concepción estable, pues se reconoce
un margen de inventiva; sin embargo, la
vida es una variación de formas y obedece
a las exigencias del medio ambiente. Funda
su epistemología en el estudio de biología
y medicina, pero la subordina al proceso
propio de la vida, que depende, tanto a
nivel práctico como teórico, de
circunstancias complejas y cambiantes, por
lo que elude a una reducción simplista que
no considere la variabilidad biológica y sus
formas de adaptación a un entorno
dinámico. La vitalidad del viviente arraiga
en la capacidad de modificar la
normatividad que conserva mediante un
incesante ajuste de cuentas con el entorno.
Se diferencia del ser inerte por su
incapacidad de ser indiferente a las
novedades que emergen en su medio.
Siguiendo a Goldstein, Jakob von Uexküll y los
neovitalistas, Canguilhem argumenta que el
conocimiento (connaissance) es un “método
general para la resolución directa o indirecta
de tensiones entre el humano y el ambiente”
Canguilhem, G. 2008 [1952]. “Introduction: Thought and
the Living.” En Knowledge of Life. New York: Fordham, p.
xviii.
« ... la méthode expérimentale – comme
l’indique l’étymologie du mot méthode –
c’est aussi une sorte de route que
l’homme biologiste trace dans le monde
d’hérisson, de la grenouille, de la
drosophile, de la paramécie et du
streptocoque. Il est donc à la fois
inévitable et artificiel d’utiliser par
l’intelligence del’expérience qu’est pour
l’organisme sa vie propre de concepts,
des outils intellectuels forgés pour ce
vivant savant que c’est le biologiste. On
n’en conclura pas que l’expérimentation
en biologie est inutile ou impossible,
mais, retenant la formule de Claude
Bernard: la vie c’est la création, on dira
que la connaissance de la vie doit
s’accomplir par conversions
imprévisibles, s’efforçant de saisir un
devenir dont le sens ne se révèle jamais
si nettement à notre entendement que
lorsqu’il le déconcerte»
Canguilhem, Georges. 1992 [1952]. La
connaissance de la vie. Paris: Vrin, p. 39.
“... el método experimental - como lo
indica la etimología de la palabra
método- también es una especie de
camino que el biólogo traza en el mundo
del erizo, la rana, la drosophila, el
paramecio y el estreptococo. Entonces,
es inevitable e inútil utilizar para la
inteligencia de la experiencia aquello
que para el organismo es su propia vida
de conceptos, las herramientas
intelectuales forjadas por ese sabio
viviente que es el biólogo. No
concluiremos que la experimentación en
biología es inútil o imposible, pero,
retomando la fórmula de Claude
Bernard: la vida es la creación, diremos
que el conocimiento de la vida debe
producirse con transformaciones
imprevisibles, esforzándose por asir un
futuro cuyo sentido no se revela nunca
tan claramente a nuestro entendimiento
sino cuando nos sorprende”.
(propre traduction, avec l'aide de Yanín Lara).
Según Francisco Vázquez García:
“Foucault sostiene una ontología
vitalista, intermitente y no del todo
explícita (…) [que] coincide en
muchos aspectos con el vitalismo
no esencialista de Georges
Canguilhem”. En efecto: la vida para
Canguilhem se comprende como
un proceso indeterminado y
polarizado caracterizado por una
doble dinámica de
autoconservación (de la
normatividad biológica) y
autotrascendencia (creación de
nuevas normas).
Vázquez, F. (2015). Canguilhem, Foucault y la
ontología política del vitalismo. Logos. Anales del
seminario de metafísica 48: 165-187.
En 1955, presenta su tesis principal en filosofía
(historia de las ciencias) en la Sorbona, La
formation du concept de reflèxe au XVIIe et au
XVIIIe siècles. Este mismo año sucede a Bachelard
–su asesor de tesis- como profesor y también
como director en el Institut d´Histoire des Sciences
et de Techniques de la Universidad de Paris. La
dirección de Canguilhem “…representó un
momento excepcional. Bajo su liderazgo, el IHPST
se desarrolló como nunca antes. hecho antes, de
acuerdo con las dos dimensiones de la enseñanza
y la investigacion. Fué él quien, de hecho, inició el
IHPST en el camino de un centro de investigación
obteniendo la creación de un equipo CNRS ubicado
en IHPST (…) El período de Canguilhem, el más
largo, sin duda fue también en el que su Director
combinó una fuerte personalidad intelectual,
talento pedagógico excepcional, y cualidades de
administrador igualmente notables.
Intelectualmente, también estuvo marcada por la
brillantez que Canguilhem dio a la historia y
filosofía de la biología y la medicina”.
Gayon, Jean. 2016. L’institut d’histoire des sciences. Cahiers Gaston
Bachelard (Université de Bourgogne) ffhalshs-01286480f
Canguilhem toma el concepto de arco
reflejo para demostrar como
equivocada la suposición (en la
“historia recurrente”) de que Descartes
fue su precursor, olvidando que fue un
concepto al que se llegó mediante
intervenciones parciales y modestas de
autores olvidados, como Thomas Willis
(1621-1675), su real precursor. Desde
una teoría vitalista basada en las leyes
de la óptico (reflexión de la luz)
lograron asociar la definición y
observaciones pertinentes del reflejo
como manifestación periférica
(muscular) de una energía procedente
de los órganos de los sentidos; y no
como efecto periférico de un motor
central accionado desde la periferia
como en Descartes, quién no conocía
las funciones del cerebelo, la medula
espinal o el bulbo raquídeo.
Este mismo año, 1955, se publica su
tesis La formation du concept de réflexe
aux XVIIe et XVIIIe siècles, obra capital
cuya relevancia reside en la importancia
que otorga Canguilhem a los conceptos
como elementos clave en el quehacer
científico, la unidad más básica en la
integración epistemológica: “que, tanto
en su aparición como en su uso, están
estrechamente vinculados a las
prácticas tecnológicas, sin quedar
reducidos a meros instrumentos o
herramientas de investigación.
Canguilhem sugiere que los conceptos
no deben equipararse a teorías o verse
exclusivamente como vinculados a
teorías: “Distinguir un fenómeno no es
aún definir un concepto”.
Schmidgen, Henning. 2014. Concepts have a life of
their own: Biophilosophy, History and Structure in
Georges Canguilhem. Inflexions 7 (“Animating
Biophilosophy”): 62-97.
Jean Astruc (1684-1766), Robert Whytt (1714-
1766), Johann Unzer (1727-1799) y Julien
Legallois (1770-1814) demostraron que los
movimientos reflejos no solo podían localizarse
en el cerebelo, sino también en la médula
espinal e incluso en el tejido nervioso
paracentral. En particular, Georg Prochaska
(1749-1820) subordinó el mecanismo periférico
del reflejo a un instinto de autoconservación,
principio teleológico de utilidad orgánica, Surgió
la idea de un aparato neuromuscular que no era
solo un sistema, sino un sistema de sistemas,
que permite cierta independencia de los
automatismos parciales mientras asegura el
funcionamiento del organismo como un todo ''
El principal argumento de Canguilhem es que
el concepto de reflejo se formó bajo el signo
de "una negación del privilegio cerebral en el
ámbito de la senso-motricidad". Hasta finales
del siglo XVIII, las observaciones y
explicaciones sobre la fisiología de los
movimientos involuntarios se inscribieron en
una visión antropocéntrica del organismo.
Según describe, esta visión mostró algunas
similitudes sorprendentes con la cosmología
pre-copernicana y llevó más de 150 años
adscribir el concepto de reflejo a hechos
biológicos. La posición de Canguilhem frente al
mecanicismo resalta la necesidad de
reconocer que las ciencias de la vida, lejos
de constituirse con argumentos
absolutamente mecanicistas, se han
consolidado también al amparo de
argumentos vitalistas y de explicaciones que
hacen necesaria algún tipo de finalidad, de
telos e, inclusive, de capacidad valorativa
“… si todos los elementos lógicos que
conforman el concepto de reflejo están
completamente desarrollados para 1800,
solamente en la segunda mitad del siglo
XIX el concepto deviene “percepto”: ya
no consta sólo en los libros y los
laboratorios sino que es constatado en
los hospitales como parte de la
semiología médica de uso. Desde
entonces “el médico trata y en ocasiones
cura enfermedades del sistema nervioso
cuyo diagnóstico incluye a título de
síntomas los efectos de sus
perturbaciones [de los reflejos] o su
desaparición” (…) En 1850, el concepto
de reflejo se inscribe en los libros y el
laboratorio, en forma de aparatos de
exploración y demostración que se
ensamblan para él, que no estarían allí sin
él. El reflejo deja de ser un mero
concepto para convertirse en una
percepción. Existe porque da existencia a
los objetos que hace comprensibles”.
Canguilhem advierte acerca
de una práctica bastante
generalizada entre los
historiadores de las ciencias:
registrar palabras iguales o
similares que aparecen en
textos de la misma o de
distintas épocas,
presentándolas como
equivalencias conceptuales.
En consecuencia, la historia
de las ciencias:“mantendrá al
historiador alejado de la falsa
objetividad que consistiría en
hacer un inventario de todos
los textos en los que en un
período determinado, o en
períodos diferentes, aparece
la misma palabra, pareciendo
en las investigaciones que
son términos sustituibles. La
misma palabra no es el
mismo concepto ”.
A contrapelo de historiografías mecanicistas y de leyendas
establecidas, pone de manifiesto que dicho concepto no
surgió de una teoría mecanicista original y verdadera, sino de
una metáfora animista y vitalista que es científicamente falsa.
Canguilhem reconstruye la compleja historia de este concepto
en su propia duración, pasando por “su formulación, su
análisis experimental, su aplicación a la práctica médica, y su
vulgarización como categoría de la experiencia”
“Al escribir la historia de la formación del concepto reflejo para los siglos XVII y XVIII, quisimos contribuir a algo que,
con Bachelard, llamamos en referencia a la biología '' una historia recurrente, una historia iluminada por la finalidad
del presente” Canguilhem deriva esta "finalidad del presente" no solo del estado actual de la investigación
fisiológica, sino del contexto social del "ahora“ industrial. Observa que el concepto de reflejo se ha convertido en
parte de la lengua vernácula, un ''hecho de utilidad pública y conocimiento general’. “En la medida en que su trabajo
o su forma de vida dependa de él, hoy todo el mundo sabe o quiere saber si tiene buenos o malos reflejos.“ Su
epistemología histórica sugiere finalmente que el automatismo creciente del maquinismo industrial sacó a la luz la
resistencia del cuerpo del trabajador “al esfuerzo conjugado de ingenieros y psicotécnicos para adaptar, cada vez
más estrechamente, la velocidad y la uniformidad de sus movimientos, descompuestos en gestos elementales, al
funcionamiento de las máquinas y al rendimiento de las empresas”.
Canguilhem considera que existe una
estrecha relación entre conceptos y
fenómenos observados. Su posición es
más compleja que simplemente afirmar
que no existen hechos (neutrales) sin
teorías subyacentes, pues distingue entre
términos, conceptos y teorías. Para Gary
Gutting (1942-2019), filósofo de la
Universidad de Notre-Dame, la distinción
entre conceptos y teorías es la más
importante contribución de Canguilhem a
la epistemología.
Gutting, G. 2001. French philosophy in the
twentieth century. Cambridge: Cambridge
University Press.
Canguilhem insiste en la separación de
conceptos, que cualquier teoría puede
"usar“, pues no suelen estar incrustados en
teorías, ni derivan necesariamente de ellas
su significado. Los conceptos permiten
identificar datos de una manera
científicamente significativa y útil: las
teorías explican los datos y/o fenómenos
identificados, antes que explicar los
conceptos, los cuales permiten formular
preguntas científicas, cuyas respuestas
proceden de teorías. Los conceptos son las
unidades más elementales y "teóricamente
polivalentes" Así, pudo escribir la historia
del arco reflejo, un concepto que es
tomado por teorías bastante diferentes.
Esto no significa negar que un concepto
pueda reformularse y transformarse entre
teorías, pero aún si el concepto conserva
un contenido científico fundamental
subyacente, sigue siendo el mismo
concepto, no problematizado.
Cristina Chimisso, filósofa de
la ciencia (The Open
University) advierte la
superficialidad del enfoque
conceptual de Canguilhem
en su trabajo sobre el arco
reflejo, pues deja fuera de su
historia el contexto social y
cultural, con una
metodología similar a la de
Metzger y Koyré, quienes
establecen parentescos
entre los conceptos y los
sistemas de pensamiento.
Propone que las ideas
merecen ser estudiadas en
forma más amplia y
profunda, señalando que
Canguilhem no deja de ser
un “philosophical historian
of disembodied genealogies
of concepts”. Chimisso, C. 2003.
The tribunal of philosophy and its
norms: history and philosophy in
Georges Canguilhem’s historical
epistemology. Studies in History and
Philosophy of the Biological and
Biomedical Sciences 34: 297-327.
En el mismo tenor, el historiador de la biología Jonathan Hodge (University of
Leeds) argumenta que la preocupación de Canguilhem con los conceptos
confina seriamente su agenda como historiador de la ciencia al soslayar el
papel jugado por intereses e instituciones, la influencia de los predecesores y el
interés de los científicos en el progreso de la ciencia. Menciona que su método
es totalmente inadecuado para el objeto de studio, poniendo como ejemplo el
caso de la geología, inexplicable si solo se atiene al análisis conceptual. Hodge, J.
2000. Canguilhem and the history of biology- Revue d’histoire des sciences 53 (1): 65-81.
En contraste, Marjorie Grene (1910-2009), filósofa de la Universidad de
Virginia, señala que el énfasis de Canguilhem en la historicidad de los
conceptos le acerca mucho más a la práctica científica que los filósofos
positivistas de su tiempo. Grene, M. 2000. The philosophy of science of Georges Canguilhem. A
transatlantic view. Revue d’histoire des sciences 53: 47-64.
Hans-Jörg Rheinberger (Max Planck Institute) apunta que el enfoque
conceptual inaugurado por Canguilhem, por ejemplo, en su acercamiento al
milieu intérieur de Claude Bernard, lo conecta al desarrollo de un “nuevo
espacio de experimentación”, que contrasta con el trabajo de Koyré y otros
historiadores, “to a certain degree even antiexperimental”. Rheinberger, H.-J. 2005.
Reassessing the historical epistemology of Georges Canguilhem. En Continental philosophy of science,
editado por G. Gutting. London: Blackwell.
Pierre-Olivier Méthot incide: “…the dynamics of the formation of concepts is
always grounded in a set of experimental practices, itself embedded at
different levels of the social life. It was shown that the kind of historical
epistemology Canguilhem provided us with is one that is deeply grounded in
concrete and real science, where experimentation occupies a privileged place”.
Méthot, P. 2012. On the genealogy of concepts and experimental practices Rethinking Georges
Canguilhem’s historical epistemology.
En 1956 pronuncia la conferencia “¿Qué es la psicología”,
donde critica agudamente el enfoque adoptado por su
amigo Daniel Lagache, entonces decano de psicología
clínica, por instituir un programa docente indefinido y
ecléctico, que apuntala el carácter adaptativo de la
psicología de la época. Señala que la mezcla que opera en
psicología es de calidad inferior, una filosofía sin rigor,
porque es ecléctica con el pretexto de ser objetiva; una
ética sin exigencia porque asocia experiencias sin juicio
crítico, y una medicina sin control ,ya que funda sus
hipótesis en la observación de enfermedades que nunca
llegan a ser inteligibles: las enfermedades nerviosas.
Canguilhem denota que su ausencia de identidad
corresponde a una ausencia de objeto al estar siempre en
la en búsqueda de su imposible unidad, una síntesis
inhallable entre sus pretendidos campos de exploración:
psicología experimental, psicoanálisis, psicología clínica,
social y etnología. ¿Se puede hablar de una teoría general
de la conducta, mientras no se ha resuelto la cuestión de
saber si hay continuidad o ruptura entre el lenguaje o
sociedad humano y animal? Evitando la reflexión sobre su
propia práctica y sobre su carácter ideológico, la psicología
no es más que una tecnología de adaptación al medio
social: “El psicólogo sólo desea ser un instrumento sin
tratar de saber de quién o de qué es el instrumento”
Canguilhem, G. 2009 [1958] “¿Qué es la psicología?” En Estudios de historia
y de filosofía de las ciencias, editado por Horacio Pons, pp. 389-406. Buenos
Aires: Amorrortu.
“Cuando se sale de la Sorbona por la calle Saint-Jaques se
puede subir o bajar; si uno sube, se acerca al Panteón que es
el conservatorio de algunos grandes hombres, pero si baja
desemboca directamente en la Jefatura de Policía”
De 1958 a 1960 dirige la revista Thalès. Revue d'histoire
des sciences et de leurs applications. C´est un recueil
annuel des travaux de l'Institut d'histoire des sciences et
des techniques de l'Université de Paris
Según Canguilhem, el objeto de la historia
de la ciencia debe ser la historicidad del
discurso científico. La ciencia es un objeto
histórico, y su historia es el
laboratorio de la epistemología.
Sin embargo, dicha historicidad es negada
por el concepto de precursor: «Si
existiesen precursores la historia de la
ciencia perdería todo sentido, puesto que
la propia ciencia no tendría una
dimensión histórica más que en
apariencia» (Canguilhem 1983: 21). La
definición del precursor como alguien
que anticipa el futuro supone, de facto,
una negación de la dimensión histórica de
la ciencia, puesto que dicha definición
lleva implícita la idea de que le precursor
pertenece a dos tiempos históricos
diferentes: el pasado en el que vive y el
futuro que anticipa. Esta yuxtaposición
del pasado y del futuro es, en opinión de
Canguilhem, un obstáculo para el
conocimiento histórico.
Canguilhem deviene en crítico de la “historia
dogmática” que se hace sobre las ciencias,
que confunde los objetos científicos con los
de la experiencia sensible. A partir de sus
propias investigaciones históricas muestra el
carácter activo, productivo, de las
técnicas experimentales. Su historia es
“directa” y epistemológica, muestra que los
científicos no reciben datos, sino que los
producen. De ello son ejemplo las técnicas
de vivisección y ablación que permiten,
después de un proceso de elección y
homogeneización de la materia animal,
determinar el fenómeno de la función
glucogénica del hígado; o las técnicas
electrofisiológicas que posibilitan la
producción de fenómenos reflejos inéditos;
las técnicas de trasplantación y extirpación
empleadas para establecer la función de la
tiroides; las técnicas, en fin, teratogénicas,
que establecen anomalías y mutaciones
artificiales.
“La historia de la
ciencia no puede ser
una simple colección de
biografías y menos un
cuadro cronológico
decorado por
anécdotas. También
tiene que ser una
historia de formación,
deformación y
rectificación de
conceptos científicos”
Canguilhem, Georges. 2002
[1960]. “La constitution de la
physiologie comme science.” En
Etudes d’histoire et de
philosophie des sciences. Paris:
Vrin, p. 235.
En su conferencia “L´Objet de l´Histoire des Sciences”
(1966), empleando un término importado de la patología,
Canguilhem, utiliza la expresión “virus del precursor”
(112), para advertir como la historia dogmática de las
ciencias inventa falsos objetos históricos al definir
supuestos precursores de sus hallazgos. Algunos ejemplos
son Linneo como anticipador del concepto de “equilibrio
ecológico”, Bernard y Maupertuis como precursores de la
genética. Frente a la “crónica de los azares” y la “historia
biográfica del genio”, Canguilhem inserta el suceso
científico en un encuadre histórico donde cobra su
posibilidad, distinguiendo las distintas líneas que se
cruzan (campo lingüístico, ideológico, técnico, político,
científico) para desembocar en un hecho científico.
El perfil híbrido del filosofar de Canguilhem no se centra a partir de los
grandes autores de la tradición filosófica, sino del material suministrado
por saberes ajenos a la Historia de la Filosofía, con coincidencias entre
filosofía y medicina, en tanto trata, no de enunciar grandes leyes
explicativas, sino de diagnosticar, de evaluar condiciones siempre
singulares. En su epistemología distingue la singularidad del quehacer de
cada ciencia, sus heurísticas y contingencias que son siempre históricas,
pero también epistemológicas, y no necesariamente acumulativas, sino
sujetas a rupturas.
En 1966 se publica Lo normal y lo patológico, donde
Canguilhem socializa su tesis de medicina (1943),
añadiendo nuevas reflexiones en un anexo. La
diferencia entre la normatividad vital y la social
reside en cómo son experimentadas tales normas por
el sujeto: mientras en la primera las normas son algo
intrínseco al viviente, la segunda es establecida por un
agente externo. En el orden social las reglas tienen que
ser asimiladas y aplicadas, en el orden vital éstas son
inherentes. Por otra parte, en los seres vivos existe un
dispositivo intrínseco de regulación que asegura el
retorno a una constante que fue modificada por
variaciones en el medio; la sociedad, a diferencia del
organismo, crea órganos que ayudan a su regulación y
cuando uno de éstos no funciona, siempre será posible
crear uno nuevo que ayude al funcionamiento de la
colectividad. De esta forma, Canguilhem llega a la
conclusión de que las sociedades imitan a los
organismos en cuanto a la invención de normas y a la
correlación que existen entre éstas, pero al mismo
tiempo su función es similar a la de un mecanismo,
puesto que sus partes no son totalmente
interdependientes. Así, la homeostasis presente en los
organismos no es la misma que en las sociedades.
Dans l’itinéraire intellectuel de Canguilhem,
épistémologie historique et histoire des sciences sont
de survenue tardive et leur accentuation fut
étroitement liée à l’exercice de responsabilités
professorales, sans jamais devenir l’objet exclusif de
son attention. La redécouverte à l’été 2010 d’un
entretien de 1972, publié peu après son départ à la
retraite, mais oublié ou passé inaperçu, probablement
parce que paru dans une revue professionnelle pour
médecins rarement fréquentée par philosophes et
historiens, est venue conforter cette lecture de la
dynamique de la pensé canguilhemienne.
Canguilhem y déclare en effet: « Je ne suis pas
véritablement un historien des sciences, je suis en fait
un professeur de philosophie qui s’intéresse à un
certain nombre de questions, qui sont les rapports
entre la philosophie et la science et en particulier celle
de la fabrication, de la naissance, de l’importation et
de l’exportation d’un certain nombre deconcepts
interprétatifs de fonctions biologiques#
G.C. 1972. Entretien avec François Proust, «La médecine et
son histoire», Tonus.
“in some sense, epistemology has always been historical”
(Canguilhem [1977], p. 10).
"... el objeto de la historia de la ciencia no
tiene nada en común con el objeto de la
ciencia. El objeto científico, constituido por
el discurso metodológico, es secundario,
aunque no derivado del objeto natural
inicial ... La historia de la ciencia se aplica a
estos objetos culturales secundarios, no
naturales. Es un proyecto discursivo sobre
objetos científicos '. Pero también se
preocupa por "el progreso del proyecto
discursivo", un progreso que puede
"tropezar con accidentes, retrasarse o
desviar por obstáculos, o ser interrumpido
por crisis, eso es momentos de juicio y
verdad “.
Canguilhem, Georges. 1968. L’objet de l’histoire des sciences.
En Etudes d’histoire et de philosophie des sciences
concernant les vivants et la vie.
En 1969 ofrece la conferencia “Qu´est-ce qu´une
idéologie scientifique?” ante la Academia Polaca de
Ciencias, donde habla de su concepto de ideología
científica, de confesada inspiración althusseriana y
foucaultiana. Plantea que no debe confundirse con
superstición ni con falsa conciencia de clase, ni con falsa
ciencia, sino que pertenece a la categoría de pre-
ciencia: constituyen discursos con pretensión de
cientificidad, esto es, aspiran explícitamente a ser
ciencias. Según Canguilhem, las ideologías científicas
son la prehistoria de toda ciencia, y a la inversa, toda
ciencia (presente) es la prehistoria de alguna ideología
científica: “Una ideología siempre precede a una
ciencia en el campo en el que esta llegará a instituirse;
una ciencia siempre precede a una ideología, en un
campo lateral al que esta apunta indirectamente.”
Distingue ideologías científicas de ideologías de
científicos y de filósofos. Como ejemplos, cita el
atomismo de Demócrito, el evolucionismo en Spencer.
Los conceptos de naturaleza y experiencia en el siglo
XVIII, “son conceptos ideológicos de científicos; en
cambio, los de molécula orgánica (Buffon) o de escala
de los seres (Bonnet) son conceptos de ideología
científica en historia natural”.
“En el caso de Canguilhem (…) no logra
definir de manera clara la relación entre
ciencia e ideología. Sin embargo, indica
una dirección de respuesta, al
proporcionar claves prácticas para el
trabajo epistemológico: la tarea del
epistemólogo es hacer una historia, no
de los hechos de verdad (historia
ideológica de las ciencias, marcada por la
continuidad) sino de las normas de
verificación, cuya depuración instituye a
las ciencias y destituye a las ideologías.
Se trata aquí de defender una historia no
ideológica de las ciencias, que entienda la
separación ideología/ciencia como
ruptura epistemológica. Desde esta
perspectiva, la historia de las ciencias
analiza la historia de cada ciencia como la
“purificación elaborada de normas de
verificación” (Canguilhem, 2005: 58), lo
cual obliga a incluir las ideologías
científicas como problemática
epistemológica”.
Bolla, Luisina y Felipe Pereyra. 2014. Ideología y
discurso científico: Abordajes materialistas en torno a
la relación ideología/ciencia. Ponencia en las VIII
Jornadas de Sociología de la UNLP, Ensenada,
Argentina.
Canguilhem se retiró en 1971, aunque
continuó escribiendo hasta entrada la década
de 1980. Murió el 11 de septiembre, 1995, a
los 91 años.
“No pertenecía plenamente al mundo universitario
que, sin embargo, le concedía todos los signos de su
reconocimiento y por el que asumió todos los
cometidos. Quienes evocan su memoria hablan de
su voz grave y acento, que había el efecto de hacerle
parecer siempre enojado, y la mirada de reojo junto
con una sonrisa irónica que acompañaba sus
severos juicios sobre el mundo académico. Este fue
sin duda el efecto de una diferencia cultural: fue el
producto de la tradición de una región donde, como
atestiguan la vibración de la voz o la severidad de la
expresión, el cuerpo siempre está involucrado y en
juego en el habla. Esto difícilmente se presta a
participar en los juegos inútiles del pensamiento
irresponsable con los que la filosofía es identificada
por algunos, o en el entusiasmo místico-literario por
la exaltación existencial del pensamiento Holderlino-
Heideggeriano que encanta a los poeta-
pensadores”.
“Me dijo, sin duda porque era
Que luego lo descubrió, lo difícil
que había sido para él adaptarse a
la escuela mundo (por ejemplo,
cuando llegó como un joven
huésped en el Lycee de
Castelnaudary y no sabía para qué
eran los baños). Me pareció que
fue consciente por primera vez de
lo que lo separaba de sus amigos
de la Ecole Normale, Sartre o Aron
(que jugaba tenis a un nivel muy
alto, mientras que él
jugaba al rugby) y que tal vez,
aunque el poder integrador de la
escuela republicana le hubiera
llevado a olvidarlo o reprimirlo,
fue fundamentalmente ese tipo
de ira que parecía estar siempre
dentro de él, debajo de un
exterior de la más cálida civilidad,
y que a veces se abrió paso ante
ciertas formas de arrogante
incompetencia”.
Bourdieu, Pierre. 1998. Georges
Canguilhem: an obituary notice,
Economy and Society 27 (2-3): 190-192.
El conocimiento, argumentó,
era hijo de miedo, pero es una
herramienta que puede
dominar y organizar la
existencia humana, un
elemento vital en la libertad
de vida.
Tuvo como alumnos notables,
entre muchos otros, a Gilbert
Simondon, Pierre Bourdieu,
Gilles Deleuze, Gérard Lebrun,
Camille Limoges, Dominique
Lecourt, François Dagognet,
Claude Debru, Suzanne
Bachelard, Claire Salomon-
Bayet, Mirko Grmek, Francois
Delaporte, and Christiane
Sinding Donna Haraway,
François Delaporte y Michel
Foucault, de quien fue lector
de tesis doctoral.
Su influencia se denota en los
conceptos, métodos y
posiciones metodológicas de
filósofos, como Louis
Althusser, Etiene Balibar (La
proposition de l'égaliberté),
Pierre Macherey (Hegel ou
Spinoza), Michel Fichant
(L'Invention métaphysique),
Michel Pécheux (Sobre la
historia de las ciencias), Alain
Badiou (El ser y el
acontecimiento), Michel
Serres (Hominescence);
historiadores: Michel de
Certeau (L'Invention du
Quotidien), Jacques Piquemal
(Essais et leçons d’histoire de
la médecine et de la
biologie), François Jacob (La
Logique du vivant, une
histoire de l’hérédité).
Gilbert Simondon (1924-1989), filósofo francés,
alumno de Canguilhem, Merleau-Ponty y Jean Hypolite,
entre otros. Profesor de filosofía y física, dirigió un
laboratorio de psicología y tecnología- Conocido por sus
trabajos sobre tecnología, noción científica de
información y especialmente su teoría de la
individuación, que reúne lo biológico y lo psíquico, en
una relación que conjuga la idiosincrasia individual con el
devenir colectivo, constituido por humanos, no humanos
y entes artificiales, ligados por todo tipo de relaciones de
uso, que fundan maneras de ser, ethos, por tanto, una
ética. Propone el estudio de la relación como ser: “Los
procesos de individuación psíquica se construyen junto
con los procesos de individuación colectiva, sobre un
fondo de individuación vital que, a su vez, se construye
sobre un fondo de individuación física“. Para Simondon
no existe el Ser, sino el devenir del ser: “Es preciso
considerar al Ser, no como sustancia, materia, o forma,
sino como un sistema tenso, sobresaturado, por encima
del nivel de la unidad”. Liga lo individual con lo colectivo,
con su noción de transducción: “La noción de forma
debe ser reemplazada por la de información, que supone
la existencia de un sistema en estado de equilibrio
metaestable que puede individuarse”.
1958. Du mode
d'existence des
objets techniques
(tesis secundaria).
1958.
L'Individuation à la
lumière des
notions de forme
et d’information
(tesis doctoral).
2005. L'Invention
dans les
techniques, Cours
et conferences.
2006. Cours sur la
perception.
2008. Imagination
et invention.
2010.
Communication et
information. Cours
et conférences.
La transducción “es una operación, física, biológica, mental,
social, por la cual una actividad se propaga de prójimo a
prójimo al interior de un dominio, fundando esta propagación
sobre una estructuración del dominio operada para cada lugar:
cada región de estructura constituida sirve a la región siguiente
de principio de constitución, si bien que una modificación se
extiende así progresivamente al mismo tiempo que esta
operación estructurante”. El ser producto objetivo de la mutua
inherencia del sujeto y del mundo en estado crítico de
metaestabilidad, expresa el sentido de la individuación, pues
supone la génesis relacional de una nueva dimensión en el
sistema sujeto-mundo.
Para Foucault (1985), Canguilhem hace parte de
una línea divisoria que evidencia diversas
posiciones filosóficas:
a) Una filosofía de la experiencia, el sentido y el
sujeto (Husserl, Sartre, Merleau-Ponty,
Bergson, Maine de Biran, Lachehe)
b) Una filosofía del saber, la racionalidad y el
concepto (Cavaillès, Bachelard, Koyré,
Canguilhem, Poncairé, Comte, Couturat).
Por mucho tiempo la historia de la ciencia solo se
ocupó de disciplinas con alto grado de
formalización y reconocimiento en la jerarquía
positivista (matemática, astronomía, mecánica
galileana, física de Newton, teoría de la
relatividad), esquivando la relación con la filosofía.
Canguilhem abordó regiones (medicina, biología)
donde el conocimiento es menos deductivo,
ligadas por mucho más tiempo al prestigio de la
imaginación, que plantean una serie de cuestiones
extrañas a los hábitos filosóficos que no eludió.
Canguilhem reformuló la disciplina a partir de
ciertos problemas fundamentales:
1. Retomó el tema de la discontinuidad (de
Koyré y Bachelard), no como postulado o
principio, sino como “práctica” o
procedimiento de la historia de las ciencias,
en tanto historia de los ‘discursos de
verdad’.
2. Parte de un método recurrente, advertir las
continuas transformaciones discursivas que
producen repetidamente modificaciones en
su propia historia, hace aparecer “una
evolución ordenada latente” de episodios
de conocimientos científicos donde
funcionan procesos de eliminación y
selección de enunciados, teorías y objetos.
3. A partir de la perspectiva histórico-
epistemológica, describe los rasgos
esenciales de las ciencias de la vida y
evidencia problemas para los historiadores.
4. Denota que en las ciencias de la vida exigen
un modo particular de hacer historia, una
epistemología consecuente con lo viviente.
Foucault, M. 2007 [1985]. La vida: la experiencia y la ciencia. En G. Giorgi y F. Rodríguez (comps.).
Ensayos sobre biopolítica. Excesos de vida. Buenos Aires: Paidós.
Jean Hyppolite, Michel Foucault, Georges Canguilhem, Dina Dreyfus, 1965
(Institut national de l’audiovisual).
“Nietzsche decía que la verdad era la mentira
más profunda. Lejos y a la vez cerca de Nietzsche,
Canguilhem diría tal vez que la verdad es el error
más reciente en el enorme calendario de la vida
o, con mayor exactitud, que la división
verdadero/falso así como el valor que se le
otorga a la verdad constituyen el modo de vivir
más singular que la vida haya podido inventar,
una vida que, en el fondo de su origen, lleva
inscripta la eventualidad del error. El error es
para Canguilhem el azar permanente alrededor
del cual se despliega la historia de la vida y el
devenir de los hombres. Esta noción de error le
permite articular sus conocimientos de biología
con el modo de elaborar su historia, sin que
nunca haya pretendido deducir una de la otra,
como se hacía en los tiempos del evolucionismo.
Es esta noción de error la que le permite marcar
la relación entre la vida y el conocimiento de la
vida y seguir, como si fuera un hilo conductor, la
presencia del valor y de la norma” (Foucault
2007: 57).
A partir de la bibliografía crítica de Canguilhem, publicada
en 1994 por Camile Limoges, se dio a conocer la existencia
de numerosos escritos, dando paso a una revalorización de
sus aportes.
1) Estudios históricos sobre problemas concretos de las
Ciencias de la vida
2) Estudios históricos que examinan la formación,
elaboración y rectificación de las ideas biológicas o de
los elementos metodológicos de Bachelard.
3) Investigaciones históricas sobre la formación,
rectificación y funcionamiento de conceptos, técnicas
experimentales e instrumentales, disciplinas, modelos,
en el campo de las Ciencias de la vida.
4) Escritos metodológicos, dedicados al objeto de la
historia de la Ciencia, papel de la epistemología en la
historiografía científica, difusión de la ciencia, ideología
científica, función de modelos y analogías en el
pensamiento biológico.
5) Comentarios críticos a obras contemporáneas.
6) Conferencias para conmemorar efemérides.
7) Escritos sobre deontología médica.
Indagaciones intempestivas sobre las huellas de Georges Canguilhem: su epistemología histórica y axiológica

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Indagaciones intempestivas sobre las huellas de Georges Canguilhem: su epistemología histórica y axiológica

  • 1. La epistemología histórica y axiológica de Georges Canguilhem Jesús Armando Haro Seminario Epistemología aplicada al campo de la salud. Sesión 10. 12 de febrero, 2021
  • 2. "la historia de la ciencia es la historia de un objeto - discurso - que es una historia y tiene una historia, mientras que la ciencia es la ciencia de un objeto que no es una historia, que no tiene historia". Contenido de la sesión I. De Castelnaudary a París, antecedentes vitales de reflexión y acción: cómo se llega a ser lo que se “es”. II. Trayectoria intelectual: influencias del kantismo y el vitalismo en la obra de Canguilhem. III. Principios de su epistemología conceptual, histórica y praxeológica.
  • 3. Georges Canguilhem (1904-1995) filósofo y médico francés, especializado en epistemología e historia de la ciencia. “…si hay algo que caracteriza su obra es el constante debate que entabla entre filosofía y medicina como estrategia de comprensión, no sólo de lo humano, sino de la vida en un sentido amplio (…) Su trabajo se centra más bien en una crítica filosófica, es un desarrollo epistemológico que pretende poner en la mesa del debate y la reflexión los presupuestos filosóficos tras las ideas de salud, de enfermedad, de técnica, de terapéutica, de anomalía, conceptos que subyacen y anticipan el discurso y la práctica médica y que hacen que, en ese mismo nivel, se olvide la importancia y la centralidad de lo patológico a la hora de determinar eso que llamamos vida y que la medicina, supone, manipula y ordena” (…) la aventura puesta en marcha por Canguilhem intenta dar respuesta a un problema doble, a saber, el de la vida y el de la razón, es decir, dar respuesta a dos interrogantes: ¿qué es la vida?, y paralelamente, ¿cuáles son los límites del discurso médico al intentar conocerla?...” Bacarlett Pérez, María Luisa. 2006. Georges Canguilhem: Una filosofía de lo biológicamente posible. Ludus Vitalis 14 (26): 69-91.
  • 4. 1932. La paix sans aucune réserve (con Félicien Challaye). 1935. Le fascisme et les paysans. 1939 Traité de logique et de morale (con Camille Planet) 1943. Essai sur quelques problèmes concernant le normal et lo patologique (tesis doctoral). 1952. La connaissance de la vie. 1955. La formation du concept de réflexe aux XVIIe et XVIIIe siècles. 1958. « Qu'est-ce que la psychologie? » 1962. Du développement à l’évolution au XIXe siècle (con Georges Lapassade, Jean Piquerol, Jacques Ulmann). 1966. Le Normal et le pathologique. 1968. Études d'histoire et de philosophie des sciences concernant les vivants et la vie. 1976. Vie et Mort de Jean Cavaillès. 1977. Idéologie et rationalité dans l'histoire les sciences de la vie. 1985 «Le statut épistémologique de la médecine» 1988. La Santé, concept vulgaire et question philosophique. 2002. Écrits sur la médecine. “Canguilhem es un crítico mordaz de los efectos del progreso industrial y científico, de la racionalidad instrumental y técnica que domina casi todos los rubros del conocimiento; piensa que las ciencias de la vida son el último reducto en el cual aún se puede resistir a la tecnificación e instrumentalización excesiva. Desde su perspectiva, la vida, como fenómeno biológico, siempre encuentra la manera de resistirse a todo esfuerzo reduccionista que trata de hacer de ella una mera expresión mecánica de componentes físicos y químicos (…) Lo viviente, antes que dejarse reducir a los esquemas explicativos de la física y la química, reclama su propio espacio de conocimiento”. Bacarlett Pérez, María Luisa. 2011. La obra de Georges Canguilhem, entre la medicina y la filosofía. Ciencias (UNAM) 104: 4-11.
  • 5. 1904 Georges Jean Bernard Canguilhem nace en Castelnaudary (Languedoc), hijo de un campesino que se hizo sastre y una madre que heredó tierras, por lo que su destino parecía trazado hacia la ruralidad agrícola, pero terminó siendo un formidable producto del sistema escolar laico establecido por la Tercera República. 1914-1918 Debido a movilizaciones de la Primera Guerra Mundial, faltaban trabajadores agrícolas. El “Petit Cang” cimbra el arado en la finca de Béziat (Aude), recuerdo del que se sentirá orgulloso: “Un retrato emerge de Georges Canguilhem: el del "filósofo labrador", de rústica y mala cabeza, que no es simple metáfora: regresar cada verano a su casa "para pesados trabajos de gavilla”, le hará permanecer pegado toda su vida a sus orígenes rurales; así como será la coherencia y el coraje en sus elecciones filosóficas y cívicas”, advierte tempranamente su amigo Jean-Richard Bloch, quien escribió en 1927 a Elie Faure: “Georges Canguilhem. Recuerda este nombre. Él marcará. Ya ha marcado. Alma ardiente, mente singular, naturaleza elevada, conciencia exigente e inconforme, inteligencia astuta, a quien no le hacemos, ni tampoco nada le hace, perder el entusiasmo“. Con un desempeño brillante en sus estudios en el Lycée de Castelnaudary, rechaza una beca para Montpellier, empeñado en irse a Paris, donde comienza a formarse en 1921 en la prestigiada khâgne del Lycée Henri IV. Trebitsch Michel. 1996. L'intellectuel dans l'action. Lettres de Georges Canguilhem à Jean-Richard Bloch (1927-1946). Vingtième Siècle, revue d'histoire 50 (avril-juin Dossier: Nations, états-nations, nationalismes): 111-121).
  • 6. 1924 Logra ingresar en la École Normale Supérieure de París (donde fue compañero de Jean-Paul Sartre, Raymond Aron, Paul Nizan y Daniel Lagache en la rue d´Ulm), bajo la tutela de Émile-Auguste Chartier (“Alain”, 1868-1945), quién le infundió la ideología del pacifismo y una perspectiva filosófica idealista y moral kantiana, derivada de Jules Lagneau (1851-1894) y de Émile Boutroux (1845-1921). Alain pregonaba un pacifismo extremo, de “fraternidad universal”, heredado de Comte, que aplicaba el “principio de Broussais” como guía política: considerar que hay solo una continuidad entre los estados fisiológicos normales y patológicos de un organismo, tanto humano como social, de diferencia solo cuantitativa y de exterioridad. Según esta perspectiva, Alain entendía las revoluciones y guerras como “irritaciones” del cuerpo social, por lo que el papel de los ciudadanos -y más aún de los intelectuales- debería ser ayudar a la restauración del orden social. Con estas bases, impregnadas además del neokantismo heredado de la Wertphilosophie de la escuela de Baden (Windelband, Rickert), Alain pretendía construir una “filosofía de la acción” fundada en la concepción de la unidad de la experiencia. Canguilhem, con el pseudónimo C.G. Bernard, escribió varios artículos en la revista Libres Propos, que dirigía Alain, sobre pacifismo (Keyserling, Paul-Boncour, Foch, Clemenaceau) e historia de la filosofía (Platón, Descartes, Leibniz, Bayle, Kant).
  • 7. En 1925 obtuvo un diploma de estudios superiores con una tesis sobre positivismo (La théorie de l´ordre et du progès chez Auguste Comte) dirigida por Célestin Bouglé. Aqui aborda varias consideraciones que buscan aprehender el significado lógico del positivismo comteano, la coherencia entre el sentido del orden (equilibrio, estabilidad) y el progreso (movimiento, inestabilidad). Hace amistad con Jean-Richard Bloch, quien se adhirió más tarde al PCF. 1929 Comenzó su carrera magisterial en el Lycée Chanzy de Charleville ("Escuela secundaria letárgica”) y luego en Albi, donde no le fue bien, dado que su pedagogía era demasiado rigurosa, prohibiendo la toma de apuntes y exigiendo una exégesis argumentada. En 1927 recibió su agrégation de philosophie e hizo su servicio militar, culminando con el grado de brigadier después de 6 meses extra, por castigo; resultó ser una experiencia crucial para la forja de un juicio propio, “para oponer un no sereno y decidido" a poderes de todo tipo, participando en movimientos contra la ley militar Paul-Boncour, que pretendía involucrar a los maestros normalistas.
  • 8. En 1931 se toma un año sabático que dedica al periodismo, editando la revista Europe, cuando se casa con su colega Simone Anthériou, con quien tuvo 3 hijos. En 1932 retoma la docencia en el Lycée de Douai y se une al Comité de Vigilance des Intellectuels Antifascistes (CVIA). Publica un anexo en el libro de Felicien Challaye, La paix sans aucune réserve. En 1933 da clases de secundaria en Valenciennes. Entre 1934 y 1936 ejerce como profesor de filosofía y letras en el Lycée Henri-IV de Béziers (Montpellier). Demasiado anarquista y apegado a la primacía del individuo sobre el colectivo, se desempeña como "compañero de viaje" de los comunistas franceses impartiendo clases en la Facultad de Trabajo de la CGT y liderando el Círculo de estudios sociales del Hérault del PCF.
  • 9. 1935 Publica por encargo Le fascisme et les paysans, con el objetivo de alertar a la militancia antifascista acerca de las particularidades del ámito rural, señalando a las organizaciones de izquierda la necesidad de renunciar a simplificaciones conceptuales de la vulgata marxista, em um momento en que el fascismo se extiende en el agro francés, con la fundación del Parti Agraire et Paysan Français, el Front Paysan, la Croix de feu y Jeunesses patriotes. Canguilhem aprendió que el filósofo debía extraer el material de su meditación a partir de disciplinas ajenas a la pureza de los conceptos y los monumentos filosóficos; de saberes concretos, asociados a la práctica y a la experiencia. Uno de estos candidatos era la sociología, pero la vocación imperialista de esta disciplina en su molde durkheimiano, fuertemente objetivista y determinista, amenazaba con introducir el “dogmatismo sociológico en el mercado filosófico”, desvirtuando su identidad. En esa dirección transitó primero por la geografía de Vidal de la Blache y la historiografía de Febvre y Marc Bloch, antes de decantarse por la medicina Georges Canguilhem. 1931. Sociologie. Les causes du suicide. suicide. Revue de M. Halbwachs, Les causes du suicide. Libres Propos (novembre): 525-530.
  • 10. Lo que el filósofo de Castelnaudary tomó de la tradición del geógrafo Vidal de la Blache [1845-1925] y de los historiadores Lucien Febvre [1878-1956] y Marc Bloch [1886-1944 ] no es sólo la crítica del determinismo geográfico y la apuesta por el “posibilismo”, sino el rechazo de la filosofía especulativa de la historia. Se advierte en la importancia concedida a la técnica y los procesos de trabajo. Su concepción del saber histórico y su epistemología praxeológica es directamente deudora de los fundadores de Annales. Es poco conocida en Canguilhem la influencia de la escuela de los Annales, fundada en Estrasburgo en 1929: “si yo no hubiese cursado medicina, es posible que me hubiese orientado hacia la geografía agrícola, lo que hoy finalmente se denomina ‘ecología’”. Su encuentro con la “Escuela de Estrasburgo” debe situarse entre 1930 y 1936, cuando transitó de una filosofía del espíritu a una fundamentada en la vida, mediante una “…etapa intermedia, que podría calificarse como filosofía de la ´tierra´. La tierra, el paisaje, no como una realidad inerte sino como un producto de la acción humana, y en particular de la actividad técnica, una idea encarnada en la noción de “géneros de vida” que remite al conjunto de acciones por las que el hombre saca provecho de las posibilidades ofrecidas por la naturaleza. La descalificación de la conciencia de los protagonistas como clave de los sucesos y la consideración del tiempo como un constructo, están en las bases del proyecto de Annales. El estilo propio a la historia de las ciencias y a la epistemología histórica forjada por Canguilhem, que lo distingue de autores aparentemente próximos, como Gaston Bachelard o Alexandre Koyré” deriva precisamente de esa antigua vinculación con el equipo de Estrasburgo”. Vázquez Ríos, Francisco. 2016. Senderos encontrados: Canguilhem y la escuela de los Annales. Intelligere. Revista de História Intelectual (São Paulo) 2 (1): 36-50.
  • 11. 1936 Canguilhem obtiene una plaza docente de khâgne (segundo año de preparatoria literaria) en el Lycée Pierre-de-Fermat en Toulouse. Simultáneamente, comienza a estudiar medicina con el fin de obtener bases empíricas (problemas humanos concretos) para la reflexión filosófica. También se interesa en las conexiones entre ciencia y tecnología, lo normal y lo anormal. Aquí tiene contacto con republicanos españoles en el exilio y tiene lugar el encuentro con Jean Cavaillès (1903- 1944), epistemólogo de las matemáticas (Sur la logique et la théorie de la science, 1947) y activista, quien influirá en su viraje filosófico, que se separa del intuicionismo kantiano -sin dejar algunos de sus motivos inspiradores- y de la fenomenología husserliana, para acercarse a una filosofía del concepto; en su posición política, trashuma del pacifismo a un involucramiento activo en el devenir. Se constata una toma de partido por las fuerzas que resisten a la muerte, una opción por la vida humana, concretada en el compromiso médico y antifascista. Le lleva a distanciarse de Alain, a quien reprocha su hostilidad por la historia y su creencia en una naturaleza humana eterna.
  • 12. En 1937 presentó su primera comunicación científica (“Descartes et la technique”) en el “Colóquio Descartes”, con una postura sobre las relaciones entre teoria y técnica, que contrasta con las lecturas usuales: “¿Es la actividad técnica una simple extensión del conocimiento objetivo, como se ha vuelto común pensar desde la filosofía positivista, o es la expresión de un “poder” original, creativo en su trasfondo, por el cual la ciencia elabora, a veces como un resultado, un programa de desarrollo o un código de precauciones?” (…) La ciencia procede de la técnica no en tanto que la verdad sería una codificación de lo útil, un registro de éxitos, sino por el contrario, porque el caos técnico, la falta de éxito y el fracaso invitan al espíritu a interrogarse sobre la naturaleza de las resistencias con que se topa el arte humano, a concebir el obstáculo como objeto independiente de los deseos humanos, y a buscar un conocimiento verdadero. ¿Es en la técnica que la ciencia pretende en adelante manejar, proponiéndole convertir conscientemente las leyes en reglas, pero en cuyo impulso no contempla el permiso del teórico, donde es necesario buscar la iniciativa? Esa iniciativa no está en el entendimiento, incluso si el entendimiento da al hombre informado el medio de exceder ‘el alcance ordinario de los artesanos’ (Descartes, 1965, p. 227). La iniciativa de la técnica está en las exigencias del viviente…” Canguilhem, G. 1937. Descartes et la technique. IN: OC-I, p. 494. La primacía del error en la construcción del conocimiento ya se esboza aquí. Canguilhem interpreta la duda metódica como elemento clave para una epistemología de la superación de obstáculos que toma al error como lo primero que surge, antes de la verdad y la evidencia. A pesar de que la precedencia de la técnica sobre la teoría está implícitamente ya presente en el pensamiento de Descartes, no advierte que no basta con resaltar la originalidad de la técnica para ser pensada en todos sus efectos: por no haber sabido plantear el problema de la diversificación técnica, la epistemología cartesiana no permite una filosofía de la creación.
  • 13. Canguilhem propone la “originalidad creadora y liberadora de la técnica”, que concibe como producción de la actividad pragmática vital de un ser viviente concreto que busca transformar sus condiciones de existencia efectiva en su medio y no el fruto de una actividad contemplativa: “La ciencia procede de la técnica, no en cuanto lo verdadero sería una codificación de lo útil, un registro de los logros, sino que, por el contrario, en cuanto las dificultades, fracasos y fallos técnicos invitan al espíritu a interrogarse sobre la naturaleza de las resistencias encontradas por el arte humano, concebir el obstáculo como objeto independiente de los deseos humanos y buscar un conocimiento verdadero” (Canguilhem, G. 2011. Écrits philosophiques et politiques 1926-1939). Canguilhem observa que en la Dioptrique de Descartes el punto de partida de la física teórica se encuentra en la invención fortuita del telescopio refractor, que hizo posible posteriormente la explicación matemática de las causas de su eficacia. No es la teoría de la refracción luminosa la que permitió la elaboración del telescopio refractor, haciendo de este una mera aplicación de un saber ya constituido, sino que, por el contrario, fue una invención técnica fortuita e irreflexiva la que ha suscitó la retrospectiva elaboración teórica de los problemas presentados en su construcción. Otras invenciones técnicas han precedido las elaboraciones teóricas, en la geometría antigua, la astronomía medieval, a física y biología modernas. “hipótesis sobre el monopolio sensorial del instrumento”. “Un instrumento, en la ciencia moderna, es realmente un teorema”. Si la ciencia procede de la técnica es porque el pensamiento científico comienza justamente donde la técnica encuentra sus límites. En efecto, “el desarrollo del pensamiento científico tiene como condición el fracaso del pensamiento técnico […] El error es, en cuanto tal, creador”. Heurística de la técnica y el error
  • 14. 1939 Con su amigo Camille Planet (1892-1963) publica el “anti-manual” Traité de logique et de morale: “Tratado es un término que Planet y yo sabíamos que era pretencioso, pero lo escogimos para destronar al Manual, título dado a esos conglomerados de teorías que ofrecíamos a los estudiantes de secundaria. Una vez comparamos las lecciones mecanográficas que dabamos a nuestros estudiantes y decidimos reunirlas luego de de una revisión sistemática (Lettre de Canguilhem à Giuseppe Sertoli du 26 octobre 1984). En este Traité, afirman: »La verdad no es el único valor al que puede dedicarse la mente. Es por qué, en el Tratado, la verdad de la ciencia se confronta con otras posibles valores para juzgar, como valores estéticos y morales. Y La filosofía, entendida como proyecto de totalización, es precisamente el lugar de esta confrontación” Su gran originalidad reside en el intento de comunicar, a través de una síntesis crítica de los problemas a los que la humanidad siempre se ha enfrentado, una unidad que no descansa en el Ser -dislocado en y por las ciencias, pero siempre en actividad de renovación. Es la apuesta de una "filosofía axiológica", que afirma "la primacía del Valor hacia el Ser ” Roth, Xavier. 2010. Georges Canguilhem et L‘Ecole Francaise de l' Activite.Juger, Agir (1926-1939). Tesis doctoral en filosofía. Montreal: Université de Québec). En esta obra, Canguilhem y Planet hablan del concepto como la '' enunciación de un problema a resolver”, “posiciones de espera '' en el camino hacia un conocimiento más preciso. Sugieren que la identificación conceptual y la clasificación de experiencias no proceden de forma arbitraria o aleatoria. El Traité subraya de una manera bastante bergsoniana que, tomados como tales, "los conceptos no pueden ser verdades". Más bien, "sugieren problemas“, marcan o designan preguntas auténticas. Pueden insinuar las primeras respuestas, pero siempre estarán sujetas a un examen y revisión posteriores. Schmidgen, Henning. 2014. Concepts have a life of their own: Biophilosophy, History and Structure in Georges Canguilhem. Inflexions 7 (“Animating Biophilosophy”): 62-97.
  • 15. En 1940 comienza la ocupación nazi y Canguilhem dimite de su puesto de profesor (“no estudié filosofía para enseñar “Travail, Famille, Patrie”). Prosigue sus estudios de medicina en la Universidad de Estrasburgo, exiliada en Clermont-Ferrand, mientras su esposa aporta la manutención de su hogar. En 1941-2 toma cursos con el fisiólogo Charles Kayser y el histólogo Marc Klein – con quienes conoce los trabajos de Kurt Goldstein- mientras reúne documentación para su tesis médica. A la vez, imparte seminarios de filosofía general en Clermont Ferrand ("Carácter normativo del pensamiento filosófico" y "Lo normal y el problema de las mentalidades“) en sustitución de Jean Cavaillès, quien es llamado por Gastón Bachelard para enseñar en La Sorbona, mientras refuerza el frente de liberación norte. A pesar de que Canguilhem dijo que leyó las obras de Goldstein tardíamente y que se refirió a ellas como "estímulo, no inspiración“, es indudable que desarrolló varias ideas de este neurólogo alemán, como la concepción holística del organismo, la importancia del punto de vista individual en la medicina o incluso la crítica de la idea de determinación objetiva de lo normal y lo patológico. “El concepto canguilhemiano de normatividad vital nos permite pensar no solo en la salud biológica, sino también en todas las actividades humanas, incluida la científica, como actividades de creación de nuevos estándares de vida. En este sentido, los escritos de Goldstein también ayudan a formular el problema de la relación del conocimiento con la vida en términos normativos”. Moya Diez, Ivan. 2018. Canguilhem avec Goldstein: De la normativité de la vie à la normativité de la connaissance. Revue d'histoire des sciences 2 (71): 179-204.
  • 16. 1943 Se titula como médico con la tesis Essai sur quelques problèmes concernant le normal et lo patologique. Examina la definición de lo normal y lo patológico en términos de homogeneidad, continuidad y relación cuantitativa, a partir de conceptos que presidieron el nacimiento de la medicina moderna, principalmente a través de las obras de Auguste Comte, Claude Bernard, René Leriche y Kurt Goldstein, además de Francis Glisson (1596-1677), William Cullen (1712-1780), John Brown (1735-1788) y los Elementa Physiologiae de Albrecht von Haller (1755-1766). La obra, junto con “Nouvelles Réflexions sur le normal et le pathologique”, se reeditará en 1966 con el título de Le Normal et le Pathologique. Para Canguilhem, una enfermedad no se puede reducir a un aumento o disminución de un parámetro fisiológico determinado. Tal modificación cuantitativa puede ser un signo de enfermedad, pero será patológica solo en la medida en que refleje una alteración en el organismo como un todo. “Por ejemplo, la misma cantidad de glucosa en la sangre será patológica para un individuo pero no por otro, en función de otros parámetros que interactúan con la glucemia. De ahí la fórmula: lo que hace que un síntoma o un mecanismo funcional sea patológico es su "relación interna en la totalidad indivisible de una conducta individual“. Por esto, Jean Gayon señala: “There is no doubt that Goldstein was Canguilhem's real master, that is, his chosen master. Canguilhem took from Goldstein both his major subjects of investigation (health and illness, reflex), and a number of fundamental theses”. Gayon, Jean 1998. The Concept of Individuality in Canguilhem's Philosophy of Biology. Journal of the History of Biology 31 (3): 305-325.
  • 17. Canguilhem critica a Comte por asumir y generalizar el “principio de Broussais”, que propone que hay una continuidad (“identidad”) entre los fenómenos fisiológicos y patológicos, una idea que también heredan Bichat y Bernard. Para François-Joseph-Victor Broussais (1772-1838), médico militar y frenólogo francés, las enfermedades son sólo una respuesta fisiológica exacerbada o deficiente en comparación con lo normal. Su concepto central es la excitación, “el hombre sólo existe en virtud de la excitación que ejercen sobre sus órganos los medio ambientes en los cuales está obligado a vivir”. La patología debe estudiar de qué manera “esta excitación puede desviarse del estado normal y constituir un estado anormal o enfermizo”, que conlleva a la irritación, que no es más que “la excitación normal, transformada por su exceso”. Por lo tanto, la diferencia entre lo patológico y lo normal sería solamente cuantitativa, siendo la fisiología la que tendría que informar a la clínica médica. Comte, extiende este fundamento a las ciencias de la vida y asimismo a su ciencia social. Claude Bernard (1813-1878), aunque admite la particularidad de lo viviente, y se apoya en experimentos, adscribe lo patológico a la exageración de los parámetros normales. Canguilhem advierte que “semánticamente, lo patológico es designado a partir de lo normal no tanto como a o dis sino como hiper o hipo”. Encuentra una solución intermedia al problema de establecer una teoría de la enfermedad en los trabajos de René Leriche (1879-1955), cirujano vascular y fisiólogo francés, quien reconoce la realidad y validez del diagnóstico anatómico-patológico, pero lo ubica en una posición secundaria, es decir, como una desviación del estado primario de salud. Leriche distingue entre “enfermedad del enfermo” y “enfermedad del médico”
  • 18. Canguilhem se pregunta: ¿reconocer la continuidad entre la salud y la enfermedad, no significa también reconocer la continuidad entre la vida y la muerte? Señala que lo que procede es advertir que esta tesis es falsa, que la diferencia entre lo normal y lo patológico no es asunto de la estadística ni de la fisiología, sino de una clínica que considere el aspecto subjetivo y axiológico que subyace en la salud y la enfermedad. Para él, es necesario acceder a una explicación desde el punto de vista de las causas y mecanismos, y no desde la perspectiva de los efectos y síntomas. La patología sólo puede cumplir su objetivo “cuando recibe de la clínica esa noción de enfermedad cuyo origen tiene que ser buscado en la experiencia que los hombres tienen de sus relaciones de conjunto con el medio ambiente” Realiza un examen crítico de los conceptos de normal, anomalía y anormal. Del análisis de las definiciones que ofrecen los diccionarios (Dictionnaire de médicine de Littré y Robin y Vocabulario técnico y crítico de la filosofía de Lalande), señala su sentido ambiguo, que adscriben lo “normal” a normalis, de norma, regla, y otro sentido, relativo a aquello que se mantiene en el justo medio. Advierte que surgen dos sentidos derivados: por un lado, es normal aquello que es tal como debe ser y, por otro (más usual), que refiere a la mayoría de los casos de una especie determinada, es decir, el promedio o un patrón de carácter mensurable. Sustenta que hay ambigüedad en la ciencia médica para distinguir entre situaciones de valor y hecho. Una dificultad que comporta un error epistemológico significativo que alimenta ideológicamente los procedimientos técnicos y las intervenciones, que se hacen con base de los conocimientos supuestamente científicos que emplea la medicina. El lado ontológico de la crítica de Canguilhem a la concepción cuantitativa de la enfermedad: ¿Cómo se establece lo normal en biología y medicina? Canguilhem abre la segunda parte (¿Existen ciencias de lo normal y lo patológico?) con un estudio etimológico del vocablo “norma”. Afirma que su concepto original es geométrico: la escuadra, “aquello que no se inclina ni hacia la derecha ni hacia la izquierda; por lo tanto, lo que se mantiene en un justo medio” .“Medicine seemed to us and still seems to us like a technique or art at the crossroads of several sciences, rather than, strictly speaking, like one science”
  • 19. Para Canguilhem, una enfermedad no se puede reducir a un aumento o disminución de un parámetro fisiológico determinado. Tal modificación cuantitativa puede ser un signo de enfermedad, pero será patológica solo en la medida en que refleje una alteración en el organismo como un todo: “Por ejemplo, la misma cantidad de glucosa en la sangre será patológica para un individuo pero no por otro, en función de otros parámetros que interactúan con la glucemia. De ahí la fórmula: lo que hace que un síntoma o un mecanismo funcional sea patológico es su ‘ relación interna en la totalidad indivisible de una conducta individual’ " Las enfermedades no son entes, pero afectan a ciertos tipos de seres en un cierto nivel de organización: estrictamente hablando, no son las moléculas ni los tejidos ni siquiera los órganos los que son normales o patológicos; es el organismo individual como un todo, en un ambiente dado. Si bien la ciencia con la ayuda de la estadística puede “descubrir” que es raro “anormal” y lo que es común “normal”, esta descripción no llega a elucidar lo qué es lo patológico. Es necesario admitir un criterio de valor, un criterio convencional. La salud es axiología.
  • 20. Atendiendo a las palabras de René Leriche: si “la salud es la vida en el silencio de los órganos”, sólo el ruido de la enfermedad nos llama la atención sobre nuestra propia salud y sobre la vida misma. Por lo tanto, lo que distingue a lo normal de lo patológico no es un promedio, sino un valor biológico, un valor de carácter negativo para el ser vivo que se expresa de manera original.“... Lo normal no es un promedio correlativo de un concepto social, no es un juicio de realidad, sino un juicio de valor, una noción límite que define el máximo de capacidad física o psíquica de un ser..”. La originalidad de la tesis de Canguilhem no es solo que afirma que lo normal y lo patológico constituyen el resultado de un juicio médico portador de valores externos a la ciencia, sino que muestra que estos son el resultado de una evaluación del hombre sobre sus propias condiciones de vida. Es el malestar concreto vivido y explicitado por el paciente o su entorno cercano lo que ha permitido inicialmente enunciar la presencia de una enfermedad para luego desarrollar un juicio y la práctica médica. A su vez, lo patológico no es solo la ausencia de lo normal, sino una alteración cualitativa, que no puede ser entendida como una desviación respecto a una norma ni independientemente del contexto. En ese sentido, la medicina es incapaz de restituir una norma de funcionamiento ideal que preceda al funcionamiento patológico. Por el contrario, a través de la intervención médica, el hombre busca superar la enfermedad estableciendo un nuevo orden vital. La técnica médica es la actividad pragmática propia de un animal normativo, es decir, productor de sus propias normas de vida, en un debate de valores con su medio.
  • 21. “Para Canguilhem, lo normal y la salud es la capacidad del individuo para crear normas, es decir, crear parámetros individuales de relación con el medio (…) destacará que ningún viviente es indiferente a las condiciones que le presenta el medio en que se desarrolla; vivir significa aceptar unas cosas y rechazar otras, eliminar obstáculos, desechar lo que impide un desarrollo pleno, pero, al mismo tiempo, aceptar y acrecentar aquello que reafirma la posibilidad de vivir. La vida significa, por tanto, ´polaridad dinámica´ traducida en juicios de valor, en normas. Lo normal es tratar de conservar la vida, lo cual significa crear normas que permitan un buen desempeño, una adaptación más o menos exitosa al medio; entonces, la normalidad se traduce en “normatividad biológica”. Pensar que la salud es el único estado en el que existen normas es completamente erróneo; la enfermedad también crea normas, sólo que éstas son diferentes y son experimentadas por el individuo como disminución”. Bacarlett Pérez, María Luisa y Amalia Lechuga de la Cruz. 2009. Canguilhem y Foucault: de la normatividad a la normalización. Ludus Vitalis 17 (31): 65-85. Canguilhem entiende por normativo “aquello que instituye normas”, eleva esta actividad a la categoría universal de la vida. La normatividad biológica es la capacidad que tiene el viviente, el individuo particular, de darse a sí mismo una norma biológica diversa en relación a las diferentes condiciones del ambiente en el que habita. Por ello sólo en relación al individuo es que puede establecerse lo normal y lo patológico o, en otros términos, la salud y la enfermedad. Lo característico de la salud es la posibilidad de superar la norma que define lo momentáneamente normal, de tolerar infracciones a la norma habitual e instituir normas nuevas en situaciones nuevas. No significa el abandono del concepto de patología, sino su restitución a su originaria dimensión cualitativa. Por patología debe entenderse incapacidad, pérdida o reducción de la capacidad de ser normativo de un ser viviente. Si la normalidad de un organismo es su normatividad, su capacidad de instituir normas, la patología es la reducción de tal poder normativo. En este sentido normalidad y patología son conceptos de valor no reducibles cuantitativamente.
  • 22. • Para Canguilhem, la enfermedad, sólo es un predicado dominado por su aspecto valorativo y convencional. Su definición de enfermedad es el estado anormal (patológico) que predispone al organismo a un resultado adverso, dañino y susceptible de ser tratado. No es lo mismo decir que lo anormal (lo raro) es a la vez lo patológico, ya que tal designio es un criterio de valor. • “Las anomalías no son en sí patológicas, son sólo variantes que expresan otras normas de vida; si esas normas son inferiores, en cuanto a estabilidad, fecundidad y variabilidad con respecto a las normas consideradas (convencionalmente) normales, entonces se las denominará patológicas”. • Lo patológico no implica ausencia de normas sino normas vitales inferiores.
  • 23. En noviembre de 1943, Canguilhem abandonó la universidad para unirse a la resistencia reemplazando al periodista Jean Rochon a la cabeza del movimiento. El "Doctor Lafont“ (pseudónimo clandestino) organizó, con Paul Reiss, Louis Mallet, Pierre Nugou y Anne Marie Menut, un servicio de salud para los guerrilleros maquis. Unas semanas más tarde, a principios de 1944, instaló una enfermería clandestina en Maurines, pequeño pueblo de Aubrac, donde tuvo la oportunidad de practicar medicina y cirugía, a la vez que efectuó tareas de organización política y militar. En el hospital psiquiátrico de Saint-Alban, convertido en asilo de perseguidos, artistas y luchadores de la resistencia participó con François Tosquelles en labores psicoterapéuticas con orientación lacaniana. Participó en la batalla victoriosa de Mont Mouchet, comenzada 4 días antes del desembarco aliado en Normandia. Tras la liberación, regresó con su esposa e hijos a Clermont-Ferrand a principios de septiembre. Henry Ingrand, comisionado de la República, le encargó que estableciera la autoridad del gobierno provisional en Vichy. El 12 de septiembre de 1944, André Diethelm, recién nombrado ministro de Guerra en el gobierno de Charles de Gaulle, le otorgó la Croix de Guerre. Cavaillés no logró sobrevivir.
  • 24. En 1945 retoma la docencia en Estrasburgo, donde colabora con el Instituto de Fisiología. Publica “La Théorie Cellulaire” en la revista Mélanges (Strasbourg) su primer gran estudio histórico epistemológico, donde muestra las relaciones entre política y teoría científica, presentando casos en los que “una filosofía política domina a una teoría biológica”. Señala que Claude Bernard efectuó una revolución científica con su concepto de "entorno (milieu) interior“, que, a contrapelo de Kant y de Comte, supera una concepción estática sobre lo humano y la vida, que supone una regulación exterior. “Por eso hemos propuesto que las teorías no surgen de los hechos que coordinan y se supone que las plantearon. O, más precisamente, los hechos plantean teorías, pero no engendran los conceptos que los unifican internamente, ni las intenciones intelectuales que desarrollan. Estas intenciones vienen de lejos, estos conceptos son pocos y, por eso, los temas teóricos sobreviven a su aparente destrucción que una polémica y una refutación presumen de haber obtenido”. “Desde que la biología se interesa por la constitución morfológica de los cuerpos vivientes, el espíritu humano ha oscilado de una a otra de las representaciones siguientes: una substancia plástica fundamental continua, o una composición de partes, de átomos organizados o de granos de vida” (Canguilhem, 1976, pág. 55).
  • 25. Desde mediados de la década de 1930 Canguilhem comienza a elaborar una epistemología praxiológica que se nutre tanto de la historia de las ciencias biológicas, del neovitalismo de ámbito alemán y de la escuela de medicina de Montpellier, así como del intuicionismo de Bergson, la filosofía de Nietzche y de la escuela historiográfica de los Annales, en oposición a visiones intelectualistas y marxistas ortodoxas. Su práctica médica y la experiencia en la resistencia le conducen a advertir la relevancia que posee la acción junto a la reflexión, la técnica y el error como fuente de avance para el conocimiento, así como la primacía de los valores. El paso siguiente en la forja de su pensamiento consistirá en identificar las “exigencias vitales” como raíz de un movimiento de construcción y destrucción de ficciones, que caracteriza a la historia de las ciencias biológicas, para desbordar la voluntad de verdad que viene dictada solo por el entendimiento. De Bachelard, retoma varios motivos, relativos a las discontinuidades en el quehacer científico, “historia perimida y sancionada”, las rupturas y obstáculos epistemológicos, la desvalorización especulativa de la intuición, la primacía teórica del error y una comprensión de lo real en la medida misma en que la necesidad la organiza: el pensamiento va a lo real pero no parte de él : “Nada es espontáneo. Nada está dado. Todo se construye” (Bachelard 1938). "
  • 26. Henri-Louis Bergson (París, 1859-1941), filósofo y escritor francés, de padre judío y madre irlandesa, conocido por su enfoque vitalista, intuicionista y espiritualista. Estudió matemáticas, literatura y filosofía, se interesó por la mecánica, la geología y la biología y trabajó como ingeniero ferroviarrio antes de dedicarse a la docencia filosófica, recibiendo influencias del empirismo (Hume), el evolucionismo (Spencer), el pragmatismo (James), el misticismo español (San Juan de la Cruz y Teresa de Ávila) y el espiritualismo francés (Maine de Biran, Lachelier y Ravaison). Su filosofía dedica especial atención al estudio de la experiencia, los datos y fenómenos de la conciencia humana, para integrar dos cosas aparentemente contradictorias: impulso vital (élan vital) y estructura mecánica. Elabora el concepto clave de duración real (durée réelle) que escapa a las ciencias formales, para señalar como el tiempo transcurre de manera diferencial para los seres vivos. Aborda la relación mente-cuerpo para sustentar que la memoria trae los recuerdos a la percepción (y a los sueños), de forma substractiva, siendo el cerebro el instrumento que permite traducirlos en asociaciones y movimientos, enlazar lo psíquico con lo corporal. Muy crítico de la reducción naturalista sobre lo humano del evolucionismo positivista, planteó la importancia del impulso creador, como un formato que integra instinto, inteligencia e intuición. . 1889. Essai sur les données inmédiates de la conscience. 1896. Matière et mémoire. 1899. La risa. 1903. Introduction à la metaphysique. 1907. L'évolution créatrice. 1911. L´intuition philosofique. 1913. Le matérialisme actuel. 1919. L'Énergie spirituelle. 1922. Durée et Simultanéité. À propos de la théorie d'Einstein. 1930. Le possible et le réel. 1932. Les deux sources de la morale et de la religión. 1934. La Pensée et le Mouvant. Para Canguilhem, la filosofía biológica de Bergson le sirve para incorporar su visión acerca de las herramientas, las máquinas, las técnicas, como una extensión de la función de los seres vivos (homo faber). Los ingenios tecnológicos no solo preconizan la ciencia, sino que están emparentados con la aventura, la capacidad de configurar ficciones y la creación artística. Igualmente, advierte la necesidad de rescatar la “filosofía del impulso vital” de sus interpretaciones místicas, fascistas o irracionales, para afirmar el poder de la voluntad creadora en el devenir de los seres vivos. Braunstein, Jean François. 2000. Canguilhem avant Canguilhem. Revue d’histoire des sciences 53 (1): 9-26.
  • 27. Hans Adolf Eduard Driesch (1867-1941), filósofo y biólogo alemán, estudió zoología, química y física, alumno de Ernst Haeckel especializado en embriología, principal representante del neovitalismo. A partir de sus experimentos con erizos de mar, que evidenciaban la importancia del contexto ambiental en el desarrollo embrionario, elaboró los conceptos de entelequia, causalidad total, información posicional y totalidad, enfrentando a los modelos mecanicistas en biología. En 1907 abandonó la biología y se orientó hacia los estudios filosóficos, abordando el estudio de las manifestaciones parapsicológicas, llegando a formular su doctrina sobre la "trinidad" del ser humano, que consistiría en lo que llama él la "entelequia vital", el alma inconsciente y el yo consciente 1894. Analytische Theorie der organischen Entwicklung 1899. La localización de los acontecimientos morfogenéticos, una prueba de sucesos vitalistas. 1903. Die "Seele" als elementarer Naturfaktor. 1905. The History and Theory of Vitalism. 1911. Die Biologie als selbständige Grundwissenschaft und das System der Biologie. 1912. Teoría del orden. 1913. Logic as a Task. 1917. Teoría de la realidad. 1918-1919. Estudios lógicos sobre la evolución. 1919. Filosofía de lo orgánico, El concepto de forma orgánica. 1920. Das Problem der Freiheit. 1922. Philosophie in Selbstdarstellungen. 1926. Metafísica de la naturaleza. 1926. Grundprobleme der Psychologie. 1929. Relativitätstheorie und Weltanschauung. 1930. Philosophische Forschungslehre. 1932. Parapsicología: la ciencia de los fenómenos "ocultos“. 1932. Methodik und Theorie. 1933. Philosophische Gegenwartsfragen. 1935. La derrota del materialismo. 1938. Enigmas cotidianos de la vida psíquica. 1945. El hombre y el mundo. Entre sus alumnos: Norbert Elias, Erich Fromm, Arnold Gehlen, Ernst Jünger, Jacques Maritain, Helmuth Plessner, Helmut Schelsky y Otto Stammer.
  • 28. Jakob Johann von Uexküll (Estonia, 1864- 1944), biólogo y filósofo alemán báltico, precursor de la etología, la biocibernética, el constructivismo y la biosemántica, que propone una perspectiva NO antropocéntrica en biología, al discernir una infinita variedad de mundos perceptivos, todos igualmente perfectos y conectados entre sí como en una gigantesca partitura musical, pero incomunicados y recíprocamente excluyentes. Su aporte más notable es la noción de Umwelt “circun-mundo”,​ el mundo perceptible en el que un organismo existe y actúa como sujeto. A tenor de su estructura, cada organismo posee anatómicamente un determinado sistema "receptor" y "efector". Ningún organismo podría sobrevivir sin la compleja cooperación de ambos sistemas, eslabones de una cadena que describe como "círculo funcional“, totalidad que relaciona el "mundo interior" (Innenwelt) con el "mundo exterior" (Auβenwelt ): todo ser vivo es principal y absolutamente completo. La verdad es una expresión subjetiva que cada ser construye a partir de su percepción de la realidad; la construcción es posible gracias a los signos. 1905. Leitfaden in das Studium der experimentellen Biologie der Wassertiere. 1909. Umwelt und Innenwelt der Tiere. 1920. Cartas biológicas a una dama. 1920. Staatsbiologie: Anatomie-Physiologie- Pathologie des Staates (1920) 1920. Theoretische Biologie (1920) 1922. Ideas para una concepción biológica del mundo. 1928. Natur und Leben. 1930. Teoría de la vida. 1934. Andanzas por los mundos circundantes de los animales y los hombres. 1936. Mundos nunca antes vistos. Los entornos de mis amigos. 1938. Der unsterbliche Geist in der Natur (El espíritu inmortal en la naturaleza). 1940. Bedeutungslehre (Meditaciones biológicas. Teoría de la significación) 1940. Der Stein von Werder (1940) 1944. La eterna pregunta: Biologische Variationen über einen platonischen Dialog.
  • 29. Kurt Goldstein (Katowice, 1878-Nueva York, 1965), neuropsicólogo y psiquiatra prusiano, nacionalizado estadounidense, coeditor del Journal of Humanistic Psychology. Pionero de la neuropsicología y la terapia Gestalt, aportó una teoría global sobre la biología humana a partir del estudio de la patología derivada de las lesiones traumáticas. A partir de observaciones clínicas en lesiones cérébrales observó que en algunas afasias post-traumáticas las manifestaciones no podían explicarse por las lesiones locales, por lo que postuló que además de las localizaciones funcionales hay un nivel de organización cerebral superior. Influido por el gestaltismo de Adhémar Gelb, Wolfgang Köhler y Kurt Koffka, defendió la teoría de que el organismo funciona como un todo y la enfermedad lo modifica en su totalidad. Cada lesión cerebral provoca un trastorno determinado y es la reacción general del organismo la que permite comprender el síntoma. En su libro La naturaleza humana a la luz de la psicopatología (1940), distinguió entre las ciencias físicas, que pueden operar con elementos particulares, y las ciencias biológicas, que deben operar con individualidades. Aunque un organismo conste de partes descomponibles, al estudiarlo hay que referirlas siempre al todo. 1927 Über aphasie 1939. El organismo: un enfoque holístico de la biología derivado de datos patológicos en el hombre. 1940. Human Nature in the Light of Psychopathology. 1942. After effects of brain injuries in war. 1948. Lenguaje y trastornos del lenguaje: complejos de síntomas afásicos y su importancia para la medicina y la teoría del lenguaje.
  • 30. “En virtud de este procedimiento de aislamiento y desmembramiento, uno puede fácilmente abstraer y distinguir de los fenómenos vivos esos fenómenos en el 'plano' físico-químico. Pero el intento de reintegrar los elementos así abstraídos, de reorganizar estos segmentos escindidos en la realidad de la naturaleza viva, está condenado al fracaso. Este vano intento, sin embargo, se hace una y otra vez, pasando por alto el hecho de que es muy posible entender la parte sobre la base del todo, pero no es posible comprender el todo sobre la base de las partes ". Goldstein, K. 1939. El organismo…. Contrariamente a la opinión dominante en la teoría de reflejos de que el sistema nervioso está parcialmente excitado y solo responde al recibir estímulos, Goldstein postula que cada estímulo produce cambios globales y que el sistema se organiza para responder a ellos. Por tanto, el sistema nervioso se encuentra en un estado de excitación permanente y responde a los estímulos en su totalidad, de modo que un estímulo produce un cambio proximal que "se acompaña simultáneamente de una modificación que se adapta a él en el resto del sistema“ ( El método de investigación propuesto por Goldstein parte del estudio de los datos patológicos. Los fenómenos patológicos muestran con mayor claridad los procesos del organismo que los del estado normal.
  • 31. Ostachuk, Agustín. 2015. La vida como actividad normativa y auto- realización: debate en torno al concepto de normatividad biológica en Goldstein y Canguilhem. História, Ciências, Saúde – Manguinhos 22 (4): 1199-1214. Goldstein, al igual que Driesch sostiene que la biología como ciencia de la vida no puede ser comprendida como una combinación de procesos físico-químicos. La definición de lo vital debe provenir del estudio del desempeño (Leistung) de los organismos. La novedad de Canguilhem ocurre en el deslizamiento del concepto de normalidad al de normatividad, que coincide en Goldstein en el deslizamiento de la vida como preservación, a la vida como auto-realización. "Llamamos normal o sano a aquel en el que la tendencia a la realización sale desde dentro y al que supera las perturbaciones, que se derivan del choque con el mundo, no por el miedo sino por la alegría de superación" (Goldstein, 1939). “The statistical norm concept cannot do justice to the individual” (Goldstein 1939) “Desde esta nueva perspectiva, el acento no estaría puesto en buscar las condiciones de salud de los individuos, mediante la aplicación de ciertas prácticas fisiológicas y físico-químicas que busquen la adecuación a ciertos parámetros "normales", sino que su función sería buscar las condiciones necesarias que deberían contener los medios en que se mueven los individuos para que éstos, al desenvolverse en ellos, puedan adquirir y desarrollar una existencia saludable” (Ostachuk 2015).
  • 32. Bacarlett Pérez, María Luisa. (2011). La obra de Georges Canguilhem, entre la medicina y la filosofía. Ciencias (UNAM) 104: 4-11. Error. Categoría fundamental en el pensamiento canguilhemiano, el error es característico de la vida porque nada en ella está sujeto de manera absoluta a una lógica determinista. Totalidad. Frente al paradigma localizacionista que reduce la enfermedad a una lesión ubicable en algún punto material y visible del organismo, Canguilhem piensa que no hay enfermedad que no implique de una forma u otra al organismo en su totalidad. Individualidad: No hay dos vivientes que valoren de la misma manera su relación con el entorno y la precariedad del medio, no hay dos seres vivos que alcancen el mismo equilibrio interno ni logren los mismos procesos de autorregulación ante lo que acontece a su alrededor. Valor. Carácter valorativo del viviente. Vivir es valorar; es decir, es ser selectivo y no permanecer indiferente frente al medio Precariedad. Ninguna adaptación es total y plena, se vive siempre ante el peligro de ser sucumbir a la muerte. Plasticidad y regulación. El viviente puede innovar pautas ante los cambios del entorno, la regulación representa tanto aquello que asegura un margen de autonomía del viviente, con posibilidad de desplegar su creatividad individual. “Canguilhem concebía la vida y los fenómenos ligados a ella, una postura que bien podríamos llamar “vitalista”, un vitalismo que se expresa como apuesta por defender la particularidad de lo viviente, su irreductibilidad a esquemas mecánicos o deterministas, subrayando, por el contrario, su carácter regulativo, plástico y abierto a la innovación”.
  • 33. “En la práctica médica actual es común la localización de las enfermedades en órganos, tejidos, células e incluso genes; contrariamente a esto, Canguilhem muestra en su análisis que tal concepción tiene serias limitaciones, pues la enfermedad no es algo que sólo afecte a las partes: su relación se da con el todo orgánico (…) Canguilhem apostará por la originalidad de la enfermedad, es decir, que lo patológico no es simple déficit o exceso de los parámetros normales, sino literalmente “otro ritmo vital Bacarlett Pérez, María Luisa y Amalia Lechuga de la Cruz. 2009. Canguilhem y Foucault: de la normatividad a la normalización. Ludus Vitalis 17 (31): 65-85.
  • 34. “… a mediados de la década de 1950, Canguilhem se acerca a Bachelard y comienza a utilizar conceptos de su epistemología histórica. Esto se abordará como préstamo para favorecer la comprensión de los cambios históricos que tiene el concepto de vida con el descubrimiento de la estructura hereditaria de los genes (ADN) y la teoría genética que sucede. Al darse cuenta, hasta un poco tarde (solo a mediados de la década 1960), del significado real que este descubrimiento impuso al dominio de las ciencias de la vida, Canguilhem deberá rectificar su propio concepto de vida, lo que tendrá consecuencias para toda su filosofía biológica. Utilizará herramientas conceptuales tomadas de Bachelard, como "ruptura epistemológica", que permite designar este conjunto de cambios como una Revolución genética. Sin embargo, los rastros de su anterior filosofía axiológica, así como su vitalismo racionalista, serán integrados al ámbito de una nueva filosofía biológica que reintegra el concepto y la vida, al encontrar en la estructura genética una especie de inscripción conceptual en el logos de los seres vivos”. Teixeira Souto, Caio Augusto. 2019. Georges Canguilhem. O devir de um pensamento. Tesis doctoral en filosofia. São Carlos: Universidade Federal de São Carlos. Afirma Dominique Lecourt (1970) “la epistemología de Gastón Bacherlard era histórica; la historia de las ciencias de Georges Canguilhem es epistemológica.
  • 35. 1948 Es ascendido a Inspector General de Instrucción Pública en filosofía, donde adquiere fama de estricto con los profesores, mientras se muestra afable con los alumnos. Este cargo de alto funcionario le dejó en libertad para preparar su tesis doctoral en filosofía: “¿No hay una paradoja en intentar simplemente exponer un problema filosófico? ¿No podríamos definir la filosofía como una empresa sistemática de complicación de la conciencia? (…) Para el filósofo no se trata de buscar qué es la ciencia para el científico o la técnica para el técnico, sino qué son y qué valen para el hombre común, quien no investiga”, declara en una conferencia que dicta para la Union Rationaliste, en Estrasburgo: “Personalmente, solo puedo llamar filosofía a una exploración que no implica la certeza de que hay una posada al costado de la carretera”. Durante este período dirige una encuesta de la UNESCO para investigar el estado mundial de la enseñanza de la filosofía. “..la angustia existencial no es otra cosa que este sentimiento de responsabilidad; que nadie puede elegir por nosotros. La desesperación no es más que la sensación de que nada puede elegir por nosotros (…) la sensación de que nada puede garantizar el éxito de nuestra elección; que la ley es una apuesta que hacemos, un esfuerzo injustificadamente legitimado para dominar el futuro impredecible”. G. Canguilhem, « Situation actuelle de la philosophie française », conférence inédite, Strasbourg, 17 mars 1948, Union rationaliste, Archives Caphès, GC 24.9.5.
  • 36. “…la distinción forjada a principios del siglo xx entre medio geográfico y medio de comportamiento por Jakob von Uexküll, en el campo de la psicología animal, es fundamental para Canguilhem (…) se servirá de ella para superar el problema del sentido determinista que trae consigo la formación del concepto de medio en el campo de las ciencias de la vida. Esta distinción tiene sus orígenes en los trabajos de Kurt Koffka en el campo de la Gestalttheorie y es retomada por Kurt Goldstein en sus trabajos sobre patología humana. Espinoza Lolas, Ricardo, Iván Moya Diez y Daniel Vilches Vilches. 2018. En torno a la técnica y la vida. Conceptos fundamentales de los pensamientos de Georges Canguilhem y Xavier Zubiri. Ideas y Valores (Bogotá) 67 (167 (): 127-147. En 1952 publica La Connaissance de la vie, su tesis secundaria, donde afirma: "Hay que terminar con la acusación de metafísica, por ende de fantasía, para no decir más, que persigue a los biólogos vitalistas del siglo XVIII. De hecho, (... ) el vitalismo es la negación de dos interpretaciones metafísicas de las causas de los fenómenos orgánicos, el animismo y el mecanicismo. Todos los vitalistas del siglo XVIII son newtonianos, hombres que rechazan las hipótesis sobre la esencia de los fenómenos y que sólo piensan que tienen que describir y coordinar, directamente y sin prejuicios los efectos tales como los perciben. El vitalismo es el simple reconocimiento de la originalidad del hecho vital“ (…) es la expresión de la confianza de los que viven en la vida, de la identidad de la vida con uno mismo en el ser humano vivo, consciente de vivir”.
  • 37. “Cuando pensamos en el objeto de una ciencia, pensamos en un objeto estable, idéntico a sí mismo. La materia y el movimiento, gobernados por la inercia, dan todas las garantías al respecto. ¿Pero así es la vida? ¿No es evolución, variación de formas, invención del comportamiento? ¿No es su estructura tan histórica como histológica? La fisiología tenderá entonces a la historia que no es una ciencia de la naturaleza”. Canguilhem, G. 1997. Ideologie et Rationalité dans les Sciences de la Vie. Paris: Vrin, p. 135. Para Canguilhem el objeto de la ciencia debe ser estable y objetivo, pero el cuerpo establece sus propias normas, escapando a una concepción estable, pues se reconoce un margen de inventiva; sin embargo, la vida es una variación de formas y obedece a las exigencias del medio ambiente. Funda su epistemología en el estudio de biología y medicina, pero la subordina al proceso propio de la vida, que depende, tanto a nivel práctico como teórico, de circunstancias complejas y cambiantes, por lo que elude a una reducción simplista que no considere la variabilidad biológica y sus formas de adaptación a un entorno dinámico. La vitalidad del viviente arraiga en la capacidad de modificar la normatividad que conserva mediante un incesante ajuste de cuentas con el entorno. Se diferencia del ser inerte por su incapacidad de ser indiferente a las novedades que emergen en su medio. Siguiendo a Goldstein, Jakob von Uexküll y los neovitalistas, Canguilhem argumenta que el conocimiento (connaissance) es un “método general para la resolución directa o indirecta de tensiones entre el humano y el ambiente” Canguilhem, G. 2008 [1952]. “Introduction: Thought and the Living.” En Knowledge of Life. New York: Fordham, p. xviii.
  • 38. « ... la méthode expérimentale – comme l’indique l’étymologie du mot méthode – c’est aussi une sorte de route que l’homme biologiste trace dans le monde d’hérisson, de la grenouille, de la drosophile, de la paramécie et du streptocoque. Il est donc à la fois inévitable et artificiel d’utiliser par l’intelligence del’expérience qu’est pour l’organisme sa vie propre de concepts, des outils intellectuels forgés pour ce vivant savant que c’est le biologiste. On n’en conclura pas que l’expérimentation en biologie est inutile ou impossible, mais, retenant la formule de Claude Bernard: la vie c’est la création, on dira que la connaissance de la vie doit s’accomplir par conversions imprévisibles, s’efforçant de saisir un devenir dont le sens ne se révèle jamais si nettement à notre entendement que lorsqu’il le déconcerte» Canguilhem, Georges. 1992 [1952]. La connaissance de la vie. Paris: Vrin, p. 39. “... el método experimental - como lo indica la etimología de la palabra método- también es una especie de camino que el biólogo traza en el mundo del erizo, la rana, la drosophila, el paramecio y el estreptococo. Entonces, es inevitable e inútil utilizar para la inteligencia de la experiencia aquello que para el organismo es su propia vida de conceptos, las herramientas intelectuales forjadas por ese sabio viviente que es el biólogo. No concluiremos que la experimentación en biología es inútil o imposible, pero, retomando la fórmula de Claude Bernard: la vida es la creación, diremos que el conocimiento de la vida debe producirse con transformaciones imprevisibles, esforzándose por asir un futuro cuyo sentido no se revela nunca tan claramente a nuestro entendimiento sino cuando nos sorprende”. (propre traduction, avec l'aide de Yanín Lara).
  • 39. Según Francisco Vázquez García: “Foucault sostiene una ontología vitalista, intermitente y no del todo explícita (…) [que] coincide en muchos aspectos con el vitalismo no esencialista de Georges Canguilhem”. En efecto: la vida para Canguilhem se comprende como un proceso indeterminado y polarizado caracterizado por una doble dinámica de autoconservación (de la normatividad biológica) y autotrascendencia (creación de nuevas normas). Vázquez, F. (2015). Canguilhem, Foucault y la ontología política del vitalismo. Logos. Anales del seminario de metafísica 48: 165-187.
  • 40. En 1955, presenta su tesis principal en filosofía (historia de las ciencias) en la Sorbona, La formation du concept de reflèxe au XVIIe et au XVIIIe siècles. Este mismo año sucede a Bachelard –su asesor de tesis- como profesor y también como director en el Institut d´Histoire des Sciences et de Techniques de la Universidad de Paris. La dirección de Canguilhem “…representó un momento excepcional. Bajo su liderazgo, el IHPST se desarrolló como nunca antes. hecho antes, de acuerdo con las dos dimensiones de la enseñanza y la investigacion. Fué él quien, de hecho, inició el IHPST en el camino de un centro de investigación obteniendo la creación de un equipo CNRS ubicado en IHPST (…) El período de Canguilhem, el más largo, sin duda fue también en el que su Director combinó una fuerte personalidad intelectual, talento pedagógico excepcional, y cualidades de administrador igualmente notables. Intelectualmente, también estuvo marcada por la brillantez que Canguilhem dio a la historia y filosofía de la biología y la medicina”. Gayon, Jean. 2016. L’institut d’histoire des sciences. Cahiers Gaston Bachelard (Université de Bourgogne) ffhalshs-01286480f
  • 41. Canguilhem toma el concepto de arco reflejo para demostrar como equivocada la suposición (en la “historia recurrente”) de que Descartes fue su precursor, olvidando que fue un concepto al que se llegó mediante intervenciones parciales y modestas de autores olvidados, como Thomas Willis (1621-1675), su real precursor. Desde una teoría vitalista basada en las leyes de la óptico (reflexión de la luz) lograron asociar la definición y observaciones pertinentes del reflejo como manifestación periférica (muscular) de una energía procedente de los órganos de los sentidos; y no como efecto periférico de un motor central accionado desde la periferia como en Descartes, quién no conocía las funciones del cerebelo, la medula espinal o el bulbo raquídeo. Este mismo año, 1955, se publica su tesis La formation du concept de réflexe aux XVIIe et XVIIIe siècles, obra capital cuya relevancia reside en la importancia que otorga Canguilhem a los conceptos como elementos clave en el quehacer científico, la unidad más básica en la integración epistemológica: “que, tanto en su aparición como en su uso, están estrechamente vinculados a las prácticas tecnológicas, sin quedar reducidos a meros instrumentos o herramientas de investigación. Canguilhem sugiere que los conceptos no deben equipararse a teorías o verse exclusivamente como vinculados a teorías: “Distinguir un fenómeno no es aún definir un concepto”. Schmidgen, Henning. 2014. Concepts have a life of their own: Biophilosophy, History and Structure in Georges Canguilhem. Inflexions 7 (“Animating Biophilosophy”): 62-97.
  • 42. Jean Astruc (1684-1766), Robert Whytt (1714- 1766), Johann Unzer (1727-1799) y Julien Legallois (1770-1814) demostraron que los movimientos reflejos no solo podían localizarse en el cerebelo, sino también en la médula espinal e incluso en el tejido nervioso paracentral. En particular, Georg Prochaska (1749-1820) subordinó el mecanismo periférico del reflejo a un instinto de autoconservación, principio teleológico de utilidad orgánica, Surgió la idea de un aparato neuromuscular que no era solo un sistema, sino un sistema de sistemas, que permite cierta independencia de los automatismos parciales mientras asegura el funcionamiento del organismo como un todo ''
  • 43. El principal argumento de Canguilhem es que el concepto de reflejo se formó bajo el signo de "una negación del privilegio cerebral en el ámbito de la senso-motricidad". Hasta finales del siglo XVIII, las observaciones y explicaciones sobre la fisiología de los movimientos involuntarios se inscribieron en una visión antropocéntrica del organismo. Según describe, esta visión mostró algunas similitudes sorprendentes con la cosmología pre-copernicana y llevó más de 150 años adscribir el concepto de reflejo a hechos biológicos. La posición de Canguilhem frente al mecanicismo resalta la necesidad de reconocer que las ciencias de la vida, lejos de constituirse con argumentos absolutamente mecanicistas, se han consolidado también al amparo de argumentos vitalistas y de explicaciones que hacen necesaria algún tipo de finalidad, de telos e, inclusive, de capacidad valorativa
  • 44. “… si todos los elementos lógicos que conforman el concepto de reflejo están completamente desarrollados para 1800, solamente en la segunda mitad del siglo XIX el concepto deviene “percepto”: ya no consta sólo en los libros y los laboratorios sino que es constatado en los hospitales como parte de la semiología médica de uso. Desde entonces “el médico trata y en ocasiones cura enfermedades del sistema nervioso cuyo diagnóstico incluye a título de síntomas los efectos de sus perturbaciones [de los reflejos] o su desaparición” (…) En 1850, el concepto de reflejo se inscribe en los libros y el laboratorio, en forma de aparatos de exploración y demostración que se ensamblan para él, que no estarían allí sin él. El reflejo deja de ser un mero concepto para convertirse en una percepción. Existe porque da existencia a los objetos que hace comprensibles”. Canguilhem advierte acerca de una práctica bastante generalizada entre los historiadores de las ciencias: registrar palabras iguales o similares que aparecen en textos de la misma o de distintas épocas, presentándolas como equivalencias conceptuales. En consecuencia, la historia de las ciencias:“mantendrá al historiador alejado de la falsa objetividad que consistiría en hacer un inventario de todos los textos en los que en un período determinado, o en períodos diferentes, aparece la misma palabra, pareciendo en las investigaciones que son términos sustituibles. La misma palabra no es el mismo concepto ”. A contrapelo de historiografías mecanicistas y de leyendas establecidas, pone de manifiesto que dicho concepto no surgió de una teoría mecanicista original y verdadera, sino de una metáfora animista y vitalista que es científicamente falsa. Canguilhem reconstruye la compleja historia de este concepto en su propia duración, pasando por “su formulación, su análisis experimental, su aplicación a la práctica médica, y su vulgarización como categoría de la experiencia”
  • 45. “Al escribir la historia de la formación del concepto reflejo para los siglos XVII y XVIII, quisimos contribuir a algo que, con Bachelard, llamamos en referencia a la biología '' una historia recurrente, una historia iluminada por la finalidad del presente” Canguilhem deriva esta "finalidad del presente" no solo del estado actual de la investigación fisiológica, sino del contexto social del "ahora“ industrial. Observa que el concepto de reflejo se ha convertido en parte de la lengua vernácula, un ''hecho de utilidad pública y conocimiento general’. “En la medida en que su trabajo o su forma de vida dependa de él, hoy todo el mundo sabe o quiere saber si tiene buenos o malos reflejos.“ Su epistemología histórica sugiere finalmente que el automatismo creciente del maquinismo industrial sacó a la luz la resistencia del cuerpo del trabajador “al esfuerzo conjugado de ingenieros y psicotécnicos para adaptar, cada vez más estrechamente, la velocidad y la uniformidad de sus movimientos, descompuestos en gestos elementales, al funcionamiento de las máquinas y al rendimiento de las empresas”.
  • 46. Canguilhem considera que existe una estrecha relación entre conceptos y fenómenos observados. Su posición es más compleja que simplemente afirmar que no existen hechos (neutrales) sin teorías subyacentes, pues distingue entre términos, conceptos y teorías. Para Gary Gutting (1942-2019), filósofo de la Universidad de Notre-Dame, la distinción entre conceptos y teorías es la más importante contribución de Canguilhem a la epistemología. Gutting, G. 2001. French philosophy in the twentieth century. Cambridge: Cambridge University Press. Canguilhem insiste en la separación de conceptos, que cualquier teoría puede "usar“, pues no suelen estar incrustados en teorías, ni derivan necesariamente de ellas su significado. Los conceptos permiten identificar datos de una manera científicamente significativa y útil: las teorías explican los datos y/o fenómenos identificados, antes que explicar los conceptos, los cuales permiten formular preguntas científicas, cuyas respuestas proceden de teorías. Los conceptos son las unidades más elementales y "teóricamente polivalentes" Así, pudo escribir la historia del arco reflejo, un concepto que es tomado por teorías bastante diferentes. Esto no significa negar que un concepto pueda reformularse y transformarse entre teorías, pero aún si el concepto conserva un contenido científico fundamental subyacente, sigue siendo el mismo concepto, no problematizado.
  • 47. Cristina Chimisso, filósofa de la ciencia (The Open University) advierte la superficialidad del enfoque conceptual de Canguilhem en su trabajo sobre el arco reflejo, pues deja fuera de su historia el contexto social y cultural, con una metodología similar a la de Metzger y Koyré, quienes establecen parentescos entre los conceptos y los sistemas de pensamiento. Propone que las ideas merecen ser estudiadas en forma más amplia y profunda, señalando que Canguilhem no deja de ser un “philosophical historian of disembodied genealogies of concepts”. Chimisso, C. 2003. The tribunal of philosophy and its norms: history and philosophy in Georges Canguilhem’s historical epistemology. Studies in History and Philosophy of the Biological and Biomedical Sciences 34: 297-327. En el mismo tenor, el historiador de la biología Jonathan Hodge (University of Leeds) argumenta que la preocupación de Canguilhem con los conceptos confina seriamente su agenda como historiador de la ciencia al soslayar el papel jugado por intereses e instituciones, la influencia de los predecesores y el interés de los científicos en el progreso de la ciencia. Menciona que su método es totalmente inadecuado para el objeto de studio, poniendo como ejemplo el caso de la geología, inexplicable si solo se atiene al análisis conceptual. Hodge, J. 2000. Canguilhem and the history of biology- Revue d’histoire des sciences 53 (1): 65-81. En contraste, Marjorie Grene (1910-2009), filósofa de la Universidad de Virginia, señala que el énfasis de Canguilhem en la historicidad de los conceptos le acerca mucho más a la práctica científica que los filósofos positivistas de su tiempo. Grene, M. 2000. The philosophy of science of Georges Canguilhem. A transatlantic view. Revue d’histoire des sciences 53: 47-64. Hans-Jörg Rheinberger (Max Planck Institute) apunta que el enfoque conceptual inaugurado por Canguilhem, por ejemplo, en su acercamiento al milieu intérieur de Claude Bernard, lo conecta al desarrollo de un “nuevo espacio de experimentación”, que contrasta con el trabajo de Koyré y otros historiadores, “to a certain degree even antiexperimental”. Rheinberger, H.-J. 2005. Reassessing the historical epistemology of Georges Canguilhem. En Continental philosophy of science, editado por G. Gutting. London: Blackwell. Pierre-Olivier Méthot incide: “…the dynamics of the formation of concepts is always grounded in a set of experimental practices, itself embedded at different levels of the social life. It was shown that the kind of historical epistemology Canguilhem provided us with is one that is deeply grounded in concrete and real science, where experimentation occupies a privileged place”. Méthot, P. 2012. On the genealogy of concepts and experimental practices Rethinking Georges Canguilhem’s historical epistemology.
  • 48. En 1956 pronuncia la conferencia “¿Qué es la psicología”, donde critica agudamente el enfoque adoptado por su amigo Daniel Lagache, entonces decano de psicología clínica, por instituir un programa docente indefinido y ecléctico, que apuntala el carácter adaptativo de la psicología de la época. Señala que la mezcla que opera en psicología es de calidad inferior, una filosofía sin rigor, porque es ecléctica con el pretexto de ser objetiva; una ética sin exigencia porque asocia experiencias sin juicio crítico, y una medicina sin control ,ya que funda sus hipótesis en la observación de enfermedades que nunca llegan a ser inteligibles: las enfermedades nerviosas. Canguilhem denota que su ausencia de identidad corresponde a una ausencia de objeto al estar siempre en la en búsqueda de su imposible unidad, una síntesis inhallable entre sus pretendidos campos de exploración: psicología experimental, psicoanálisis, psicología clínica, social y etnología. ¿Se puede hablar de una teoría general de la conducta, mientras no se ha resuelto la cuestión de saber si hay continuidad o ruptura entre el lenguaje o sociedad humano y animal? Evitando la reflexión sobre su propia práctica y sobre su carácter ideológico, la psicología no es más que una tecnología de adaptación al medio social: “El psicólogo sólo desea ser un instrumento sin tratar de saber de quién o de qué es el instrumento” Canguilhem, G. 2009 [1958] “¿Qué es la psicología?” En Estudios de historia y de filosofía de las ciencias, editado por Horacio Pons, pp. 389-406. Buenos Aires: Amorrortu. “Cuando se sale de la Sorbona por la calle Saint-Jaques se puede subir o bajar; si uno sube, se acerca al Panteón que es el conservatorio de algunos grandes hombres, pero si baja desemboca directamente en la Jefatura de Policía”
  • 49. De 1958 a 1960 dirige la revista Thalès. Revue d'histoire des sciences et de leurs applications. C´est un recueil annuel des travaux de l'Institut d'histoire des sciences et des techniques de l'Université de Paris Según Canguilhem, el objeto de la historia de la ciencia debe ser la historicidad del discurso científico. La ciencia es un objeto histórico, y su historia es el laboratorio de la epistemología. Sin embargo, dicha historicidad es negada por el concepto de precursor: «Si existiesen precursores la historia de la ciencia perdería todo sentido, puesto que la propia ciencia no tendría una dimensión histórica más que en apariencia» (Canguilhem 1983: 21). La definición del precursor como alguien que anticipa el futuro supone, de facto, una negación de la dimensión histórica de la ciencia, puesto que dicha definición lleva implícita la idea de que le precursor pertenece a dos tiempos históricos diferentes: el pasado en el que vive y el futuro que anticipa. Esta yuxtaposición del pasado y del futuro es, en opinión de Canguilhem, un obstáculo para el conocimiento histórico.
  • 50. Canguilhem deviene en crítico de la “historia dogmática” que se hace sobre las ciencias, que confunde los objetos científicos con los de la experiencia sensible. A partir de sus propias investigaciones históricas muestra el carácter activo, productivo, de las técnicas experimentales. Su historia es “directa” y epistemológica, muestra que los científicos no reciben datos, sino que los producen. De ello son ejemplo las técnicas de vivisección y ablación que permiten, después de un proceso de elección y homogeneización de la materia animal, determinar el fenómeno de la función glucogénica del hígado; o las técnicas electrofisiológicas que posibilitan la producción de fenómenos reflejos inéditos; las técnicas de trasplantación y extirpación empleadas para establecer la función de la tiroides; las técnicas, en fin, teratogénicas, que establecen anomalías y mutaciones artificiales. “La historia de la ciencia no puede ser una simple colección de biografías y menos un cuadro cronológico decorado por anécdotas. También tiene que ser una historia de formación, deformación y rectificación de conceptos científicos” Canguilhem, Georges. 2002 [1960]. “La constitution de la physiologie comme science.” En Etudes d’histoire et de philosophie des sciences. Paris: Vrin, p. 235.
  • 51. En su conferencia “L´Objet de l´Histoire des Sciences” (1966), empleando un término importado de la patología, Canguilhem, utiliza la expresión “virus del precursor” (112), para advertir como la historia dogmática de las ciencias inventa falsos objetos históricos al definir supuestos precursores de sus hallazgos. Algunos ejemplos son Linneo como anticipador del concepto de “equilibrio ecológico”, Bernard y Maupertuis como precursores de la genética. Frente a la “crónica de los azares” y la “historia biográfica del genio”, Canguilhem inserta el suceso científico en un encuadre histórico donde cobra su posibilidad, distinguiendo las distintas líneas que se cruzan (campo lingüístico, ideológico, técnico, político, científico) para desembocar en un hecho científico. El perfil híbrido del filosofar de Canguilhem no se centra a partir de los grandes autores de la tradición filosófica, sino del material suministrado por saberes ajenos a la Historia de la Filosofía, con coincidencias entre filosofía y medicina, en tanto trata, no de enunciar grandes leyes explicativas, sino de diagnosticar, de evaluar condiciones siempre singulares. En su epistemología distingue la singularidad del quehacer de cada ciencia, sus heurísticas y contingencias que son siempre históricas, pero también epistemológicas, y no necesariamente acumulativas, sino sujetas a rupturas.
  • 52. En 1966 se publica Lo normal y lo patológico, donde Canguilhem socializa su tesis de medicina (1943), añadiendo nuevas reflexiones en un anexo. La diferencia entre la normatividad vital y la social reside en cómo son experimentadas tales normas por el sujeto: mientras en la primera las normas son algo intrínseco al viviente, la segunda es establecida por un agente externo. En el orden social las reglas tienen que ser asimiladas y aplicadas, en el orden vital éstas son inherentes. Por otra parte, en los seres vivos existe un dispositivo intrínseco de regulación que asegura el retorno a una constante que fue modificada por variaciones en el medio; la sociedad, a diferencia del organismo, crea órganos que ayudan a su regulación y cuando uno de éstos no funciona, siempre será posible crear uno nuevo que ayude al funcionamiento de la colectividad. De esta forma, Canguilhem llega a la conclusión de que las sociedades imitan a los organismos en cuanto a la invención de normas y a la correlación que existen entre éstas, pero al mismo tiempo su función es similar a la de un mecanismo, puesto que sus partes no son totalmente interdependientes. Así, la homeostasis presente en los organismos no es la misma que en las sociedades.
  • 53. Dans l’itinéraire intellectuel de Canguilhem, épistémologie historique et histoire des sciences sont de survenue tardive et leur accentuation fut étroitement liée à l’exercice de responsabilités professorales, sans jamais devenir l’objet exclusif de son attention. La redécouverte à l’été 2010 d’un entretien de 1972, publié peu après son départ à la retraite, mais oublié ou passé inaperçu, probablement parce que paru dans une revue professionnelle pour médecins rarement fréquentée par philosophes et historiens, est venue conforter cette lecture de la dynamique de la pensé canguilhemienne. Canguilhem y déclare en effet: « Je ne suis pas véritablement un historien des sciences, je suis en fait un professeur de philosophie qui s’intéresse à un certain nombre de questions, qui sont les rapports entre la philosophie et la science et en particulier celle de la fabrication, de la naissance, de l’importation et de l’exportation d’un certain nombre deconcepts interprétatifs de fonctions biologiques# G.C. 1972. Entretien avec François Proust, «La médecine et son histoire», Tonus. “in some sense, epistemology has always been historical” (Canguilhem [1977], p. 10).
  • 54. "... el objeto de la historia de la ciencia no tiene nada en común con el objeto de la ciencia. El objeto científico, constituido por el discurso metodológico, es secundario, aunque no derivado del objeto natural inicial ... La historia de la ciencia se aplica a estos objetos culturales secundarios, no naturales. Es un proyecto discursivo sobre objetos científicos '. Pero también se preocupa por "el progreso del proyecto discursivo", un progreso que puede "tropezar con accidentes, retrasarse o desviar por obstáculos, o ser interrumpido por crisis, eso es momentos de juicio y verdad “. Canguilhem, Georges. 1968. L’objet de l’histoire des sciences. En Etudes d’histoire et de philosophie des sciences concernant les vivants et la vie.
  • 55. En 1969 ofrece la conferencia “Qu´est-ce qu´une idéologie scientifique?” ante la Academia Polaca de Ciencias, donde habla de su concepto de ideología científica, de confesada inspiración althusseriana y foucaultiana. Plantea que no debe confundirse con superstición ni con falsa conciencia de clase, ni con falsa ciencia, sino que pertenece a la categoría de pre- ciencia: constituyen discursos con pretensión de cientificidad, esto es, aspiran explícitamente a ser ciencias. Según Canguilhem, las ideologías científicas son la prehistoria de toda ciencia, y a la inversa, toda ciencia (presente) es la prehistoria de alguna ideología científica: “Una ideología siempre precede a una ciencia en el campo en el que esta llegará a instituirse; una ciencia siempre precede a una ideología, en un campo lateral al que esta apunta indirectamente.” Distingue ideologías científicas de ideologías de científicos y de filósofos. Como ejemplos, cita el atomismo de Demócrito, el evolucionismo en Spencer. Los conceptos de naturaleza y experiencia en el siglo XVIII, “son conceptos ideológicos de científicos; en cambio, los de molécula orgánica (Buffon) o de escala de los seres (Bonnet) son conceptos de ideología científica en historia natural”. “En el caso de Canguilhem (…) no logra definir de manera clara la relación entre ciencia e ideología. Sin embargo, indica una dirección de respuesta, al proporcionar claves prácticas para el trabajo epistemológico: la tarea del epistemólogo es hacer una historia, no de los hechos de verdad (historia ideológica de las ciencias, marcada por la continuidad) sino de las normas de verificación, cuya depuración instituye a las ciencias y destituye a las ideologías. Se trata aquí de defender una historia no ideológica de las ciencias, que entienda la separación ideología/ciencia como ruptura epistemológica. Desde esta perspectiva, la historia de las ciencias analiza la historia de cada ciencia como la “purificación elaborada de normas de verificación” (Canguilhem, 2005: 58), lo cual obliga a incluir las ideologías científicas como problemática epistemológica”. Bolla, Luisina y Felipe Pereyra. 2014. Ideología y discurso científico: Abordajes materialistas en torno a la relación ideología/ciencia. Ponencia en las VIII Jornadas de Sociología de la UNLP, Ensenada, Argentina.
  • 56. Canguilhem se retiró en 1971, aunque continuó escribiendo hasta entrada la década de 1980. Murió el 11 de septiembre, 1995, a los 91 años. “No pertenecía plenamente al mundo universitario que, sin embargo, le concedía todos los signos de su reconocimiento y por el que asumió todos los cometidos. Quienes evocan su memoria hablan de su voz grave y acento, que había el efecto de hacerle parecer siempre enojado, y la mirada de reojo junto con una sonrisa irónica que acompañaba sus severos juicios sobre el mundo académico. Este fue sin duda el efecto de una diferencia cultural: fue el producto de la tradición de una región donde, como atestiguan la vibración de la voz o la severidad de la expresión, el cuerpo siempre está involucrado y en juego en el habla. Esto difícilmente se presta a participar en los juegos inútiles del pensamiento irresponsable con los que la filosofía es identificada por algunos, o en el entusiasmo místico-literario por la exaltación existencial del pensamiento Holderlino- Heideggeriano que encanta a los poeta- pensadores”. “Me dijo, sin duda porque era Que luego lo descubrió, lo difícil que había sido para él adaptarse a la escuela mundo (por ejemplo, cuando llegó como un joven huésped en el Lycee de Castelnaudary y no sabía para qué eran los baños). Me pareció que fue consciente por primera vez de lo que lo separaba de sus amigos de la Ecole Normale, Sartre o Aron (que jugaba tenis a un nivel muy alto, mientras que él jugaba al rugby) y que tal vez, aunque el poder integrador de la escuela republicana le hubiera llevado a olvidarlo o reprimirlo, fue fundamentalmente ese tipo de ira que parecía estar siempre dentro de él, debajo de un exterior de la más cálida civilidad, y que a veces se abrió paso ante ciertas formas de arrogante incompetencia”. Bourdieu, Pierre. 1998. Georges Canguilhem: an obituary notice, Economy and Society 27 (2-3): 190-192.
  • 57. El conocimiento, argumentó, era hijo de miedo, pero es una herramienta que puede dominar y organizar la existencia humana, un elemento vital en la libertad de vida. Tuvo como alumnos notables, entre muchos otros, a Gilbert Simondon, Pierre Bourdieu, Gilles Deleuze, Gérard Lebrun, Camille Limoges, Dominique Lecourt, François Dagognet, Claude Debru, Suzanne Bachelard, Claire Salomon- Bayet, Mirko Grmek, Francois Delaporte, and Christiane Sinding Donna Haraway, François Delaporte y Michel Foucault, de quien fue lector de tesis doctoral. Su influencia se denota en los conceptos, métodos y posiciones metodológicas de filósofos, como Louis Althusser, Etiene Balibar (La proposition de l'égaliberté), Pierre Macherey (Hegel ou Spinoza), Michel Fichant (L'Invention métaphysique), Michel Pécheux (Sobre la historia de las ciencias), Alain Badiou (El ser y el acontecimiento), Michel Serres (Hominescence); historiadores: Michel de Certeau (L'Invention du Quotidien), Jacques Piquemal (Essais et leçons d’histoire de la médecine et de la biologie), François Jacob (La Logique du vivant, une histoire de l’hérédité).
  • 58. Gilbert Simondon (1924-1989), filósofo francés, alumno de Canguilhem, Merleau-Ponty y Jean Hypolite, entre otros. Profesor de filosofía y física, dirigió un laboratorio de psicología y tecnología- Conocido por sus trabajos sobre tecnología, noción científica de información y especialmente su teoría de la individuación, que reúne lo biológico y lo psíquico, en una relación que conjuga la idiosincrasia individual con el devenir colectivo, constituido por humanos, no humanos y entes artificiales, ligados por todo tipo de relaciones de uso, que fundan maneras de ser, ethos, por tanto, una ética. Propone el estudio de la relación como ser: “Los procesos de individuación psíquica se construyen junto con los procesos de individuación colectiva, sobre un fondo de individuación vital que, a su vez, se construye sobre un fondo de individuación física“. Para Simondon no existe el Ser, sino el devenir del ser: “Es preciso considerar al Ser, no como sustancia, materia, o forma, sino como un sistema tenso, sobresaturado, por encima del nivel de la unidad”. Liga lo individual con lo colectivo, con su noción de transducción: “La noción de forma debe ser reemplazada por la de información, que supone la existencia de un sistema en estado de equilibrio metaestable que puede individuarse”. 1958. Du mode d'existence des objets techniques (tesis secundaria). 1958. L'Individuation à la lumière des notions de forme et d’information (tesis doctoral). 2005. L'Invention dans les techniques, Cours et conferences. 2006. Cours sur la perception. 2008. Imagination et invention. 2010. Communication et information. Cours et conférences. La transducción “es una operación, física, biológica, mental, social, por la cual una actividad se propaga de prójimo a prójimo al interior de un dominio, fundando esta propagación sobre una estructuración del dominio operada para cada lugar: cada región de estructura constituida sirve a la región siguiente de principio de constitución, si bien que una modificación se extiende así progresivamente al mismo tiempo que esta operación estructurante”. El ser producto objetivo de la mutua inherencia del sujeto y del mundo en estado crítico de metaestabilidad, expresa el sentido de la individuación, pues supone la génesis relacional de una nueva dimensión en el sistema sujeto-mundo.
  • 59. Para Foucault (1985), Canguilhem hace parte de una línea divisoria que evidencia diversas posiciones filosóficas: a) Una filosofía de la experiencia, el sentido y el sujeto (Husserl, Sartre, Merleau-Ponty, Bergson, Maine de Biran, Lachehe) b) Una filosofía del saber, la racionalidad y el concepto (Cavaillès, Bachelard, Koyré, Canguilhem, Poncairé, Comte, Couturat). Por mucho tiempo la historia de la ciencia solo se ocupó de disciplinas con alto grado de formalización y reconocimiento en la jerarquía positivista (matemática, astronomía, mecánica galileana, física de Newton, teoría de la relatividad), esquivando la relación con la filosofía. Canguilhem abordó regiones (medicina, biología) donde el conocimiento es menos deductivo, ligadas por mucho más tiempo al prestigio de la imaginación, que plantean una serie de cuestiones extrañas a los hábitos filosóficos que no eludió. Canguilhem reformuló la disciplina a partir de ciertos problemas fundamentales: 1. Retomó el tema de la discontinuidad (de Koyré y Bachelard), no como postulado o principio, sino como “práctica” o procedimiento de la historia de las ciencias, en tanto historia de los ‘discursos de verdad’. 2. Parte de un método recurrente, advertir las continuas transformaciones discursivas que producen repetidamente modificaciones en su propia historia, hace aparecer “una evolución ordenada latente” de episodios de conocimientos científicos donde funcionan procesos de eliminación y selección de enunciados, teorías y objetos. 3. A partir de la perspectiva histórico- epistemológica, describe los rasgos esenciales de las ciencias de la vida y evidencia problemas para los historiadores. 4. Denota que en las ciencias de la vida exigen un modo particular de hacer historia, una epistemología consecuente con lo viviente. Foucault, M. 2007 [1985]. La vida: la experiencia y la ciencia. En G. Giorgi y F. Rodríguez (comps.). Ensayos sobre biopolítica. Excesos de vida. Buenos Aires: Paidós.
  • 60. Jean Hyppolite, Michel Foucault, Georges Canguilhem, Dina Dreyfus, 1965 (Institut national de l’audiovisual). “Nietzsche decía que la verdad era la mentira más profunda. Lejos y a la vez cerca de Nietzsche, Canguilhem diría tal vez que la verdad es el error más reciente en el enorme calendario de la vida o, con mayor exactitud, que la división verdadero/falso así como el valor que se le otorga a la verdad constituyen el modo de vivir más singular que la vida haya podido inventar, una vida que, en el fondo de su origen, lleva inscripta la eventualidad del error. El error es para Canguilhem el azar permanente alrededor del cual se despliega la historia de la vida y el devenir de los hombres. Esta noción de error le permite articular sus conocimientos de biología con el modo de elaborar su historia, sin que nunca haya pretendido deducir una de la otra, como se hacía en los tiempos del evolucionismo. Es esta noción de error la que le permite marcar la relación entre la vida y el conocimiento de la vida y seguir, como si fuera un hilo conductor, la presencia del valor y de la norma” (Foucault 2007: 57).
  • 61. A partir de la bibliografía crítica de Canguilhem, publicada en 1994 por Camile Limoges, se dio a conocer la existencia de numerosos escritos, dando paso a una revalorización de sus aportes. 1) Estudios históricos sobre problemas concretos de las Ciencias de la vida 2) Estudios históricos que examinan la formación, elaboración y rectificación de las ideas biológicas o de los elementos metodológicos de Bachelard. 3) Investigaciones históricas sobre la formación, rectificación y funcionamiento de conceptos, técnicas experimentales e instrumentales, disciplinas, modelos, en el campo de las Ciencias de la vida. 4) Escritos metodológicos, dedicados al objeto de la historia de la Ciencia, papel de la epistemología en la historiografía científica, difusión de la ciencia, ideología científica, función de modelos y analogías en el pensamiento biológico. 5) Comentarios críticos a obras contemporáneas. 6) Conferencias para conmemorar efemérides. 7) Escritos sobre deontología médica.