2. INTRODUCCIÓN
En el siglo XIX la Europa noroccidental asumió como
modelo de Estado el liberalismo. En ese siglo éste se
apoyaba en una serie de principios básicos: la soberanía
nacional, la separación de poderes y el reconocimiento de
una serie de derechos y libertades para los ciudadanos.
Aquellos países que, como Francia y Gran Bretaña, en el
siglo XIX asentaron un Estado Liberal sólido, transitaron
con relativa facilidad hacia un Estado no sólo liberal sino
también democrático entre finales del siglo XIX y
comienzos del XX.
3. INTRODUCCIÓN
Sin embargo, en los países en los que el establecimiento
del Estado liberal fue algo largo y tortuoso, que no fue
acompañado del desarrollo económico y social, el
establecimiento del sistema democrático fracasó a
principios del siglo XX.
4. INTRODUCCIÓN
Ese fue el caso de España. Ya con Fernando VII fracasó el
Estado liberal que había sido alumbrado en las Cortes de
Cádiz dado el carácter absolutista de ese rey. Con Isabel
II múltiples problemas impidieron que se asentara y
consolidara el Estado liberal: las guerras carlistas, los
conflictos entre moderados y progresistas que
provocaron numerosos pronunciamientos y rebeliones, la
incapacidad de la reina para ejercer de árbitro imparcial
entre moderados y progresistas.
5. INTRODUCCIÓN
Al final fue expulsada del trono tras la Revolución
Gloriosa, pero ello no solucionó el problema dada la
profunda inestabilidad que vivió el país durante el Sexenio
Revolucionario o Democrático.
8. 1. EL RDO. DE ISABEL II 1833-1868: LAS
REGENCIAS Y EL PROBLEMA CARLISTA
9. 1. EL RDO. DE ISABEL II 1833-1868: LAS
REGENCIAS Y EL PROBLEMA CARLISTA
10. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
Mª Cristina de Borbón se
convirtió en regente (o Reina
Gobernadora como aparece
en los documentos oficiales)
durante la minoría de edad de
su hija. Tras la muerte de
Fernando VII, contrajo
matrimonio con un plebeyo,
Fernando Muñoz, rápidamente
ennoblecido con el título de
duque de Riánsares.
11. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
La guerra carlista forzó la
alianza entre la reina regente y
los liberales. Era un acuerdo
de conveniencia, ya que los
liberales parecían ser la única
fuerza capaz de sostener
(frente a los carlistas) los
derechos al trono de la
pequeña hija de María Cristina.
12. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
A la muerte de Fernando el
gobierno estaba presidido por
Cea Bermúdez, que adoptó
una política inmovilista,
política insensata, que no tenía
sentido alguno una vez
comenzada la insurrección
carlista ya que defraudaba las
expectativas de gran parte de
la población.
13. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
Un antiguo
afrancesado
llamado Francisco
Javier de Burgos
en el Ministerio
de Fomento
impulsó algunas
mínimas reformas
como la
reorganización de
la administración
territorial
mediante la
división del país
en 49 provincias
en 1833.
15. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
En enero de 1834 la reina
regente situó al frente del
gobierno a Martínez de la
Rosa, liberal moderado
que se encargó de
proyectar y aprobar el
Estatuto Real con la
intención de preparar el
tránsito político desde el
absolutismo monárquico
hacia un sistema
representativo liberal.
16. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
El Estatuto Real de 1834:
Reflejaba el deseo de transición entre
el Antiguo y el Nuevo Régimen.
Era una “Carta otorgada”: el monarca,
sin que las Cortes intervinieran, se
limitaba a admitir otros poderes del
Estado.
Era una “constitución” incompleta: no
regulaba los poderes del rey ni del
Gobierno, ni recogía declaración
alguna sobre los derechos de los
individuos.
17. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
Estas reformas
satisfacían a los liberales
más moderados, pero
fueron consideradas
insuficientes por la
mayor parte de la
opinión pública y los
liberales más radicales,
que esperaban que a Apertura de las Cortes que en 1834 aprobaron
cambio de su apoyo al el Estatuto Real
trono se emprenderían
unas reformas más
profundas y se
permitiría promulgar
una auténtica
Constitución.
18. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
Y es que durante estos
años de guerra civil se
produce la división del
liberalismo español en
dos tendencias distintas,
moderados y
progresistas, con
diferencias ideológicas
Asalto a un convento (1834)
importantes.
22. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
Durante el verano de 1835, el gobierno presidido por el
moderado Martínez de la Rosa parecía incapaz de vencer
a los carlistas y se multiplicaron las protestas de los
liberales más extremistas, que se encargaron de organizar
y animar continuas revueltas callejeras en numerosas
ciudades.
Revuelta de agosto de 1835
en Barcelona
Una barricada en Madrid
23. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
Motín de los sargentos de
La Granja (1836). El Estatuto
Real no contentó a los más
radicales. En el verano de1836
el país estaba al borde de la
revolución, con la mayoría de
las capitales proclamando la
Constitución de Cádiz. A
comienzos de agosto, la
Guarnición Real de La Granja
se pronunció a favor de la
Constitución de 1812 y exigió
un cambio de gobierno a la
Regente, que se vio obligada a Los sargentos sublevados en La Granja
acceder. obligan a María Cristina a restablecer la
Constitución de 1812
24. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
Estando la Regente de
vacaciones, en el Palacio de
La Granja de San Ildefonso,
el 12 de agosto el segundo
regimiento de la Guardia
Real, en connivencia con
mandos militares en
distintas zonas se dirigió al
Palacio para reclamar de
María Cristina la
reinstauración de la
Constitución de 1812 y la
derogación del Estatuto
Real de 1834.
25. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
Tras el llamado motín de los sargentos de La Granja, María Cristina
encargó formar gobierno a los progresistas, con José María
Calatrava al frente y Mendizábal en Hacienda. Se convocaron nuevas
elecciones según el modelo unicameral de Cádiz, y las Cortes se
abrieron en octubre, bajo la presión en la calle del pueblo y del
ejército.
26. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
LA CONSTITUCIÓN DE 1837
IDEOLOGÍA De consenso, con carácter progresista
SOBERANÍA Nacional
DIVISIÓN DE Legislativo: las Cortes con el Rey; Ejecutivo: el Rey;
PODERES Judicial: los Tribunales y Juzgados
RELACIÓN Colaboración entre los poderes
ENTRE PODERES
FORMACIÓN DE Bicameral: Senado (se renueva ⅓ tras elecciones
LAS CORTES Congreso) y Congreso de Diputados (3 años)
SUFRAGIO Censitario, menos restringido que el Estatuto de 1834.
DERECHOS Declaración de derechos
OTROS RASGOS La Nación debe mantener el culto católico.
Milicia Nacional
27. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
La Constitución del año 1837
29. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
Después de desmontar el régimen absolutista, los liberales
impulsaron diversas iniciativas con el propósito de reformar la
agricultura que, recordemos, continuaba siendo la base de la
economía española: la eliminación de los mayorazgos (1836), la
abolición de la Mesta (1836), la introducción de la libertad
total de producción y comercio (1836), la supresión de los
derechos señoriales (1837) y la desamortización eclesiástica,
son algunas de las más destacadas.
30. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
La desamortización (de Mendizábal o eclesiástica) fue sin
duda la medida de consecuencias más profundas.
31. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
DESAMORTIZACIÓN
es unida a
ACTO JURÍDICO
DESVINCULACIÓN
que
que
CONVIERTE EN LIBRES
LOS BIENES DE MANOS MUERTAS CONVIERTE EN LIBRES
LOS BIENES DE LA NOBLEZA
ECLESIÁSTICOS MUNICIPALES sin
con sacándolos al
CAMBIAR NECESARIAMENTE
DE PROPIETARIO
CAMBIO DE PROPIETARIO
MERCADO
32. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
Desamortización de
Mendizábal
36. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
VENTA BIENES VENTA BIENES
CONSOLIDACIÓN GUERRA DEUDA
CLERO REGULAR CLERO SECULAR
ESTADO LIBERAL CARLISTA PÚBLICA
(1836) (1837)
TIENE LUGAR EN UN CONTEXTO
NECESIDAD SE LLEVA A CABO
PROBLEMÁTICO
AFIANZAR A CON DECRETOS
ISABEL II
DESAMORTIZACIÓN
NOBLEZA
BENEFICIA DE MENDIZÁBAL
A
(1836 – 1851)
BURGUESÍA
GANAR CAMBIAR ESTRUCTURA
GUERRA OBJETIVOS PROPIEDAD IGLESIA
CARLISTA
ELIMINAR ATRAER NUEVOS
DEUDA SEGUIDORES AL
PÚBLICA PODER SOLICITAR LIBERALISMO
NUEVOS PRÉSTAMOS
37. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
En agosto de 1837 caía el
progresista Calatrava y en
septiembre ganaban los moderados,
que debían gobernar con una
constitución progresista que tenían
que respetar. Pese a ello,
restringieron el derecho al voto y
restablecieron la censura previa,
además de intentar acabar con la
milicia nacional y con la autonomía Narciso Fernández de
Heredia, perteneciente a los
municipal. moderados
38. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
Manifestación contra la ley
de Ayuntamientos
(Barcelona 1840). Mª
Cristina, con el apoyo de los
moderados, intentó modificar
la Ley de Ayuntamientos para
permitir la elección de los
alcaldes por la Corona y
establecer un sufragio
restringido. La reforma iba
claramente en contra de la
Constitución de 1837, y su
objetivo declarado era restar
influencia a los progresistas,
que dominaban las elecciones
municipales. En el verano de
1840 las protestas se
extendieron por todo el país.
39. 1.1. La regencia de María Cristina (1833-
1840)
En 1840, María Cristina fue obligada a
renunciar a la regencia tras un nuevo
enfrentamiento con los progresistas a
causa de una modificación en la ley de
Ayuntamientos. En contra de los deseos de
los progresistas, la reina se oponía a que
los alcaldes fuesen elegidos por los vecinos
de cada municipio, y por el contrario,
propugnaba su designación regia con el
objeto de convertir a los alcaldes en una
especie de delegados bajo el completo
control del gobierno central. Además,
María Cristina siempre se identificó con
los moderados y era bastante impopular
entre los progresistas.
40. 1.2. La regencia del general Espartero
(1840-1843)
Mª Cristina marcha al exilio
(1840).“Antes de marchar… ella desvalijó
el palacio (de Madrid) de todos los
objetos valiosos que pudo sacar o vender.
Cada rincón fue saqueado y cuadros y
otras obras de arte y antigüedades fueron
puestos a la venta o sacados
discretamente del país. Inclusive una parte
de la vestimenta real llegó a manos de
vendedores de segunda mano. No debe
extrañar, por tanto, que la ex regente se
haya retirado del trono español con una
fortuna limpia de seis a ocho millones de
dólares, una de las mayores fortunas de
Europa”
(Testimonio del embajador
norteamericano)
41. 1.2. La regencia del general Espartero
(1840-1843)
Baldomero Espartero (su verdadero
nombre era el de Joaquín Fernández Álvarez,
aunque utilizó su segundo nombre y tercer
apellido) nació en el seno de una humilde
familia de Granátula (Ciudad Real), su padre
era labrador y constructor de carruajes. En
un principio había sido destinado a la carrera
eclesiástica, pero al estallar la guerra de la
Independencia, cuando sólo contaba quince
años de edad, se presentó voluntario para
luchar contra los franceses. Combatió en
América y en la guerra carlista, donde
consiguió victorias decisivas, por lo que
recibió el título de duque de la Victoria.
Desde 1848 hasta su muerte en 1879 vivió
en Logroño, de donde era su mujer. Desde
1871 era Príncipe de Vergara, con
tratamiento de Alteza Real.
42. 1.2. La regencia del general Espartero
(1840-1843)
Terminada la guerra, Espartero había
alcanzado gloria y fama entre todo el
pueblo y, lo que es más importante, en
el seno del ejército. En agosto de 1837
se había unido al Partido
Progresista por rechazo a la
inestabilidad que propugnaban los
moderados. Sus enfrentamientos con
Ramón María Narváez venían
desde años atrás, cuando no se le
suministraban las mismas tropas,
material y fondos que al Espadón de
Loja.
43. 1.2. La regencia del general Espartero
(1840-1843)
Espartero alcanzó la Regencia mientras María
Cristina marchaba al exilio en Francia. No
obstante, el Partido Progresista se encontraba
dividido respecto a cómo ocupar el espacio
dejado por la madre de Isabel II. Por un lado, los
llamados trinitarios abogaban por el
nombramiento de una Regencia compartida por
tres miembros. Por otro, los unitarios
capitaneados por el propio Espartero mantenían
la necesidad de una Regencia unipersonal sólida.
Finalmente, Espartero fue elegido el 8 de marzo
de 1841 Regente único del Reino por 169 votos
de las Cortes Generales contra 103 votos que
obtuvo Agustín Argüelles. La fortaleza del
general le permitió alcanzar la Regencia no sin
antes haberse enemistado con una parte
significativa del Partido Progresista, que veía en
el general un autoritarismo latente.
44. 1.2. La regencia del general Espartero
(1840-1843)
El personalismo de Espartero y su talante militarista fueron
factores que explican el fracaso de su regencia. En 1841 sofocó
violentamente un intento de pronunciamiento moderado,
organizado desde París por el círculo de Mª Cristina. El intento
se saldó con el fusilamiento de los generales Montes de Oca y
Diego de León.
45. 1.2. La regencia del general Espartero
(1840-1843)
El periódico barcelonés El Republicano publicó en 1842 esta
caricatura, que representa a Espartero cobrando una comisión
de los ingleses en pago de su política favorable del librecambio,
mientras cunde la miseria entre los trabajadores. El terror a
este proyecto fue una de las razones de la insurrección de
Barcelona en este mismo año.
46. 1.2. La regencia del general Espartero
(1840-1843)
A las dificultades de la industria catalana y al crecimiento del
movimiento obrero se unió el malestar de los grupos
empresariales contra el general Espartero por su política de
librecambio. El resultado fue la revolución del otoño de 1842,
un levantamiento popular que acabó siendo sofocado
mediante el bombardeo de la ciudad, y cuyo estallido se refleja
en el grabado.
47. 1.2. La regencia del general Espartero
(1840-1843)
En noviembre de 1842 tuvo lugar en Barcelona una violenta rebelión que fue
reprimida con extrema dureza por el general Espartero.
48. 1.2. La regencia del general Espartero
(1840-1843)
Cuando la revuelta de
Barcelona de 1842 es
sofocada por
Espartero a
cañonazos, queda
liquidado su prestigio
personal. Un
pronunciamiento, en
mayo de 1843, fuerza
a Espartero a huir al
exilio.
49. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Después de la muerte de su tercera
esposa, María Amalia de Sajonia, el 18
de mayo de 1829, Fernando VII
abrigaba pocas esperanzas de obtener
una descendencia que sus tres
matrimonios anteriores le habían
negado. Si moría sin hijos, la Corona
correspondería legítimamente a su
hermano el infante don Carlos. Las
expectativas de su hermano y de sus
seguidores, parecían aumentar por el
hecho de que Fernando padecía una
serie de achaques -a pesar de que su
edad no era excesivamente avanzada-,
que hacían poco probable que pudiese
tener un heredero directo.
50. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
No obstante, la decisión
inmediata del monarca de
contraer matrimonio por cuarta
vez, sembró la inquietud entre
los realistas exaltados, quienes
temían que el nacimiento de un
hijo frustrase sus deseos de
volver al inmovilismo del
Antiguo Régimen con la ayuda
de don Carlos desde el trono.
51. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Después de tres matrimonios sin
descendencia, en 1829 el rey
contrajo matrimonio con su
sobrina Mª Cristina de Borbón.
Prematuramente envejecido,
Fernando se enamoró
enloquecidamente de la joven, a la
que escribió una serie de cartas
en las que se refiere a ella con
expresiones de enamorado
adolescente, como “pichón mío”,
“gachona”, “resalada”, “sol de mis
ojos” o “cáspita, que novia tan
buena que tengo”.
52. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Unos meses más tarde, el 3 de
abril, apareció una Pragmática
Sanción en la que se
restauraba el orden sucesorio
tradicional de Castilla. De esta
forma, si Fernando obtenía
descendencia de su cuarto
matrimonio, aunque fuese
mujer, no existía ningún
impedimento para que pudiese
suceder a su padre.
53. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
A los diez meses de haber
contraído matrimonio por
cuarta vez, Fernando VII fue
padre de una hija. El 10 de
octubre de 1830, María Cristina
dio luz a una niña, que sería en el
futuro la reina Isabel II. El 30 de
enero de 1832, nació otra hija a
la que daría el nombre de Luisa
Fernanda. De esta forma, la
sucesión al trono por la línea
directa quedaba salvada, si era
posible superar los obstáculos
que opondrían a esta sucesión
aquellos que defendían los
derechos del hermano de
Fernando, el infante Carlos
María Isidro.
54. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Carlos Mª Isidro de Borbón,
hermano de Fernando VII, se había
convertido en el representante del
absolutismo más intransigente y en
defensor del legitimismo dinástico frente
a los derechos de su sobrina Isabel. Con
él empiezan más de cuarenta años de
luchas civiles, de sentido a veces confuso.
Una canción de los carlistas decía:
En realidad
ya tenemos rey:
El príncipe don Carlos
que gobierna bien.
Arriba el clero,
curas y frailes,
y abajo todos
los liberales.
55. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Don Carlos camino de Portugal.“Bien conocidos son mis
derechos a la corona de España en toda la Europa…”.
Este tipo de manifestaciones acabaron con su expulsión
de España por Fernando VII poco antes de morir.
56. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Cuando en el mes de
septiembre de 1833 muere
Fernando, su hermano
Carlos reclama la corona
de España frente a su
sobrina Isabel, que sólo
tenía tres años de edad,
dando comienzo una
guerra civil que enfrentará
a los partidarios de don
Carlos, los “carlistas”,
frente a los partidarios de
Isabel, “isabelinos”, llamados
también “cristinos”.
57. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Partida carlista de un pueblo catalán
Entre la muerte de Fernando
VII el 29 de septiembre de
1833 y el estallido de la
guerra sólo transcurren
cuatro días. El 1 de octubre
don Carlos proclama desde
Portugal sus derechos
dinásticos, surgiendo partidas
carlistas por todo el país.
Tropas isabelinas saliendo de Barcelona
58. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Los carlistas son los absolutistas
más intransigentes, aquellos que
rechazan las novedades del
mundo moderno y se resisten al
avance de la industrialización y
del capitalismo, defensores de la
sociedad tradicional y agraria del
pasado, de la monarquía
tradicional absoluta, de los
privilegios de la nobleza, de los
intereses de la Iglesia, de los
“fueros” vasco-navarros...
59. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
La Iglesia y el carlismo. El carlismo alzó la bandera a favor de la
religión y la Iglesia supuestamente “amenazadas” por las reformas
liberales. El caso es que la mayor parte de los liberales profesaban
sus mismas creencias religiosas, aunque insistían en la separación
Iglesia-Estado.
61. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Los sectores sociales que apoyaron
el carlismo fueron los nostálgicos
del Antiguo Régimen (parte de la
nobleza y del clero) y el
campesinado. Defendían la
monarquía absoluta, la preeminencia
social de la Iglesia Católica y la
conservación de un sistema
particularista (fueros) en el País
Vasco, Navarra, Cataluña, Aragón y
Valencia.
62. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Caricatura sobre los ideales del carlismo
63. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
El programa político carlista -que era
bastante simple y poco concreto- se
resumía en su lema «Dios, Patria,
Fueros y Rey».
El símbolo que adoptaron los
partidarios de don Carlos fue la
bandera blanca con la Cruz roja de
Borgoña (o de San Andrés), una vieja
insignia real que había sido utilizada por
las tropas de los monarcas Habsburgo
españoles del siglo XVI.
64. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
BANDO CARLISTA
LEGITIMISMO
IDEARIO ALIANZA TRONO Y ALTAR (ABSOLUTISMO)
DEFENSA DE LOS FUEROS
SECTORES ABSOLUTISTAS ADMINISTRACIÓN Y EJÉRCITO
COMPOSICIÓN MAYORÍA BAJO CLERO
CAMPESINOS Y ARTESANOS DEL NORTE
APOYOS AUSTRIA
EXTERIORES PRUSIA
RUSIA
65. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
BANDO CRISTINO
DERECHOS SUCESORIOS DE ISABEL II
IDEARIO IDEAS LIBERALES
SUPRESIÓN DE LOS FUEROS
NOBLES ABSOLUTISTAS MODERADOS
MIEMBROS JERARQUÍA CLERO
COMPOSICIÓN ALTOS FUNCIONARIOS Y MAYOR PARTE EJÉRCITO
BURGUESÍA Y CLASES MEDIAS URBANAS
OBREROS Y CAMPESINOS DEL SUR
APOYOS PORTUGAL
EXTERIORES INGLATERRA
FRANCIA
66. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Las regiones de
predominio carlista
fueron,
fundamentalmente, el
País Vasco y Navarra,
que temían que el
triunfo del liberalismo
implicaría la abolición
de los fueros, además
de buena parte del
interior de Cataluña y
la zona del
Maestrazgo aragonés
y valenciano.
67. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
La designación de “guerra
carlista”, en vez de “guerra
civil”, supone cierta
simplificación: además de
los que seguían la causa del
pretendiente don Carlos,
se echaron al campo o al
monte, muchos elementos
populares desengañados
con las reformas impuestas
por la burguesía liberal,
sobre todo con la
desamortización.
68. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
La primera guerra carlista presenta bastantes semejanzas
con la guerra de la Independencia. En ambas, no existen
frentes fijos, priman los golpes de mano y la acción de las
guerrillas. En ambas, las crueldades por ambas partes son
extremas.
Grabado liberal en
el que se denuncian
las supuestas
“orgías” de vino y
sangre por parte de
las tropas carlistas.
69. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Ejemplo muy conocido de la
extrema crueldad de la
guerra fue el fusilamiento de
la madre del general carlista
Cabrera, como represalia por
otros fusilamientos
ordenados por este general.
70. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
El general Tomás Zumalacárregui, el mejor general carlista,
logró controlar grandes espacios rurales en las provincias
vascas y en Navarra, aunque no llegó a ocupar ninguna gran
ciudad. Precisamente murió mientras intentaba tomar Bilbao.
72. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Zumalacárregui, herido
Fusilamiento de la madre de Cabrera
(1836)
73. Curiosidades históricas…
En las guerras carlistas, como guerra civil y como
pasará en 1936, no había clemencia para los
prisioneros. Eran fusilados inmediatamente, sin
previo juicio, tanto del lado de los cristinos como
de los carlistas. Cuenta Luis Carandell en su libro
“Las anécdotas de la política” que...
Zumalacárrregui ganó una batalla al conde de
Viamanuel y le hizo prisionero. Ambos generales,
no sólo habían sido compañeros en el mismo
regimiento cuando eran jóvenes oficiales sino
que eran parientes. Zumalacárregui acogió con
grandes muestras de afecto y hospitalidad al
general cristino, invitándole a comer con él en su
tienda. Mandó un correo a don Carlos pidiéndole
el indulto para su prisionero pero el
pretendiente le respondió que los cristinos
acababan de fusilar al coronel carlista Díaz y su
muerte no podía quedar impune.
74. Curiosidades históricas…
Zulmalacárrregui palideció al leer la
orden y lo comunicó a su prisionero, con
grandes muestras de disgusto. Viamanuel
le dijo:
“No se aflija, general. Mi fusilamiento está
muy puesto en razón”.
Dicen que el general carlista se alejó
galopando a caballo para no escuchar los
disparos que mataron al general cristino.
75. Curiosidades históricas…
En 1834 el general Espoz y Mina, otro
famoso guerrillero de las guerras de
guerrillas de la guerra de la independencia,
fue en el contexto de las guerras carlistas al
cabildo de la catedral de Pamplona, reunió a
todos los canónigos y les dijo que venía a
satisfacer un viejo deseo de ellos. Resulta
que estos eran fervientes partidarios de los
carlistas y habían ofrecido cuatro mil duros
por su cabeza. Así que les pidió los cuatro
mil duros, señalando a su cabeza les dijo
“Aquí la tenéis”. Los canónigos pagaron
religiosamente y Espoz y Mina utilizó ese
dinero para ayudar a sostener la guerra.
78. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Asedio a Madrid. En 1837, don Carlos emprende una
expedición que le llevaría a las mismas puertas de Madrid,
aunque no se decidió a entrar en la capital en un primer
momento y cuando lo intentó ya no le fue posible.
79. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Desde el otoño de 1837 queda claro que los carlistas
carecen de recursos y apoyos suficientes para ganar la
guerra y poco a poco su causa irá languideciendo.
80. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Abrazo de Vergara. En 1839 se firmó el
tratado de Vergara que terminaba la
primera guerra carlista. Aunque se pactó la
rendición carlista, se ofreció a los vencidos
la posibilidad de integrarse en el ejército
isabelino. Más que de un victoria cristina
se puede considerar un resultado de
“tablas”.
81. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
Este cuadro representa a los dos
firmantes del Convenio de
Vergara, Espartero y Maroto, en
la misma actitud amigable con
que el acuerdo ha pasado a la
historia. La ausencia de
represalias explica en parte la
fácil conciliación entre ambos
bandos. Pese a esa apariencia de
normalidad, la posición del
general Espartero establece una
cierta jerarquía respecto del
antiguo general carlista, que
acabó integrándose en el ejército
isabelino.
82. 1.3. La I Guerra Carlista (1833-1840)
General Cabrera. Tenía su centro de
acción en el Maestrazgo, convirtiendo
Morella en una pequeña capital carlista.
Se negó a aceptar el Convenio de
Vergara y continuo luchando hasta que
fue expulsado a Francia en 1840.
83. 2. LA MAYORÍA DE EDAD DE ISABEL II
(1843-1868)
Isabel II al ser declarada
mayor de edad. A los trece
años se proclamó ya mayor de
edad (1843), y por tanto reina
ya sin regente, a Isabel II. Dos
años antes, unos militares
incitados por su madre, desde
Francia, habían intentado
secuestrarla para derribar al
regente Espartero. Apenas
coronada, Isabel II ya entró en
su típico juego político en
sentido conservador.
85. 2. LA MAYORÍA DE EDAD DE ISABEL II
(1843-1868)
En 1846 contrajo matrimonio con su primo Francisco de
Asís. Fue un enlace de conveniencia política que amargó la
vida de ambos y que marcó negativamente el carácter de
Isabel II y su comportamiento político. En 1868, al
marchar de España con la reina, se dio estado público a la
separación que de hecho había habido siempre entre los
cónyuges.
86. 2. LA MAYORÍA DE EDAD DE ISABEL II
(1843-1868)
Sor Patrocinio conocida como “la
monja de las llagas” por las supuestas
heridas que aparecieron en su cuerpo a
semejanza de las de Jesucristo, es un
buen ejemplo del conjunto de
personajes oscurantistas,
ultrarreligiosos y reaccionarios que
rodearon a Isabel II, que formaban su
«camarilla» o círculo íntimo de
amistades y que aprovecharon su
estrecha relación con la reina para
intrigar y maniobrar en beneficio de
sus intereses particulares.
87. 2. LA MAYORÍA DE EDAD DE ISABEL II
(1843-1868)
La presencia de los militares entre los gobernantes del país fue
constante durante la época de Isabel II. Acostumbraron a la
sociedad española a una permanente confusión entre su papel
militar y político y se hizo habitual y legítimo su derecho a
intervenir en la política, casi siempre por medio del golpe de
estado, del pronunciamiento.
Narváez O´Donnell Serrano Espartero
88. 2.1. La Década Moderada (1844-1854)
Las elecciones de 1844
tuvieron lugar en medio de
graves dificultades para los
progresistas, que
prácticamente se abstuvieron.
Los moderados contaron en
las nuevas Cortes con una
abrumadora mayoría. A su
frente se situó, como jefe de
Gobierno, el general Narváez.
Con el gobierno del general
Narváez se inicia la Década
Moderada.
90. 2.1. La Década Moderada (1844-1854)
¿Quiénes eran los
moderados? El partido
moderado recoge los
intereses de los nuevos
propietarios, financieros,
industriales, que se han
beneficiado de las
reformas liberales
introducidas hasta ahora
(de la desamortización,
por ejemplo), que
controlan el poder
político (son los únicos
que pueden votar y ser
elegidos) y que quieren
conservar el dominio, la
posición social que ya
han logrado.
91. 2.1. La Década Moderada (1844-1854)
La Constitución de 1845, en teoría una reforma de la de 1837, es en
realidad un texto nuevo que estuvo en vigor hasta 1869. Era un
texto claramente conservador que establecía la soberanía conjunta
de Corona y Cortes, la religión católica como oficial del Estado,
restringía las competencias de los ayuntamientos y la liberad de
imprenta.
92. 2.1. La Década Moderada (1844-1854)
LA CONSTITUCIÓN DE 1845
IDEOLOGÍA Moderada
SOBERANÍA Cortes con el rey
DIVISIÓN DE Legislativo: el Rey y las Cortes; Ejecutivo: el Rey;
PODERES Judicial: los Tribunales en nombre del Rey
RELACIÓN ENTRE
PODERES Sin separación de poderes
FORMACIÓN DE Bicameral: Senado (vitalicio) y Congreso de
LAS CORTES Diputados (5 años)
SUFRAGIO Censitario, restringido; más abierto a partir de 1865
DERECHOS Similar a la de la Constitución de 1837 pero sin
desarrollar.
OTROS RASGOS La Nación es católica y el Estado debe mantener el
culto
93. 2.1. La Década Moderada (1844-1854)
La Constitución de los moderados de 1845
94. 2.1. La Década Moderada (1844-1854)
La Guardia Civil, primer cuerpo militar profesionalmente
dedicado a cumplir las órdenes del poder y hacerlas obedecer
al resto de los ciudadanos. Era el tentáculo del poder central
en todos los pueblos de España. Era la institución del
centralismo, símbolo de lo uniforme por excelencia, y la
primera que históricamente ocupaba todo el territorio
nacional, con una rígida disciplina y jerarquía militar.
96. 2.1. La Década Moderada (1844-1854)
Los moderados crearon un Estado muy centralizado, con una
estructura jerarquizada y piramidal, en la que cada provincia, a
través de los Gobernadores civiles, dependía del poder central
de Madrid, del que emanaban todas las decisiones e
instrucciones, que llegaban hasta el último municipio del país.
97. 2.1. La Década Moderada (1844-1854)
La reforma del sistema fiscal
elaborada en 1845 por el
ministro Alejandro Mon y por un
experto economista llamado
Ramón Santillán perduró hasta el
siglo XX. Se basaba en la
combinación de impuestos
directos e indirectos. La realidad
fue que la mayoría de los
impuestos recayeron sobre las
clases populares (a través del
impuesto de consumos) y no sobre
los grandes propietarios ya que la
falta de bases estadísticas hacía
muy complicado recaudar los
impuestos directos.
98. 2.1. La Década Moderada (1844-1854)
El Concordato de 1851 solucionó los problemas pendientes
con el Vaticano. La Iglesia aceptó la desamortización y
reconoció a Isabel como reina de España (abandonando la
opción carlista) a cambio del control casi absoluto sobre la
educación y de otros beneficios.
99. Curiosidades históricas…
Decía Felipe González que en Inglaterra
el 60% del gasto de una legislatura se
hace en el último año.Y más o menos lo
mismo que en Inglaterra, pasa en España
o en otras democracias. Cuando están
próximas las elecciones los políticos
sacan las hormigoneras, empiezan a
hacerse grandes obras y se inauguran
edificios o carreteras. A veces, la obra
no está terminada, pero las elecciones
mandan y se inaugura la obra. Para
demostrar que esto ha pasado siempre
vamos a contar una anécdota sobre una
falsa inauguración en el reinado de
Isabel II.
100. Curiosidades históricas…
Resulta que el ministro de gobernación
decidió celebrar el cumpleaños de
Isabel II en 1852 con la inauguración del
Hospital de Nuestra Señora del
Carmen. Pero este hospital no existía,
sólo era un proyecto. Don Melchor
Ordóñez, el ministro, quiso inaugurarlo
y para ello utilizó el local del Asilo de
Niños Desamparados. Mandó trasladar
al hospicio a todos los niños que
ocupaban el asilo. Maquilló el asilo,
limpiándolo, pintándolo, colocando
camas y sillas nuevas, etc. La reina salió
muy complacida de la visita y el
ministro obtuvo un notable éxito
político.
101. 2.1. La Década Moderada (1844-1854)
Con el paso del tiempo se hizo patente la división dentro
del moderantismo y la creciente oposición al mismo:
La división, entre ultraconservadores, centristas (Narváez) y
puritanos (Pacheco).
La oposición a derecha e izquierda:
Los carlistas.
Los progresistas.
Los demócratas.
103. 2.1. La Década Moderada (1844-1854)
El Partido Democrático fue una formación política
surgida en España en abril de 1849 como desgajamiento
del Partido Progresista. Demandaba el pleno
reconocimiento de los derechos ciudadanos y las
libertades individuales, el sufragio universal, la
desamortización de todos los bienes de la Iglesia,
incluidos los bienes civiles y la abolición de las quintas.
105. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
El Bienio Progresista comenzó con la revolución de 1854,
motivada por el descontento político y social como
consecuencia del alza de precios, del desempleo y del
descubrimiento de ciertos escándalos de corrupción y
enriquecimiento ilegal que implicaban a varios ministros y
algún miembro de la familia real.
106. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
El inicial pronunciamiento del general Leopoldo
O’Donnell fracasó tras un enfrentamiento con las tropas
gubernamentales en Vicálvaro (la Vicalvarada).
107. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
Pero los rebeldes se reagruparon y publicaron una
proclama, el llamado Manifiesto de Manzanares, que
consiguió un respaldo masivo y provocó la revolución en
julio.
108. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
La revolución de 1854 en los periódicos
murales
109. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
Apoyado por otros jefes militares y con la población en
las calles, el golpe triunfó, e Isabel II encargo a finales de
julio formar gobierno al viejo general Espartero, con
O’Donnell como ministro de guerra.
Espartero entra en
Madrid
110. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
Los progresistas
actuaron en defensa
fundamentalmente de los
intereses económicos de
la burguesía urbana y de
las clases medias.
Partidarios de reformas
limitadas y muy alejados
de los intereses
populares, acabaron
chocando tanto con los
movimientos obreros y
urbanos como con los
moderados.
111. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
La Constitución de 1856 era la
imagen del pensamiento
progresista. Sus principios
básicos eran la defensa de la
soberanía nacional; una
declaración de derechos
individuales detallada y precisa,
con especial énfasis en la
libertad de imprenta y en la
libertad religiosa; y la
limitación de los poderes de la
Corona y del gobierno, que
pasarían a estar estrechamente
controlados por las Cortes.
Sin embargo, la Constitución
nunca llegó a tener vigencia.
112. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
Desde el Ministerio de hacienda
realizó la Desamortización
municipal (o civil para distinguirla de
la eclesiástica de Mendizábal). Esta
nueva ley afectó a las tierras de
propiedad municipal. La venta de
tierras municipales arruinó a
muchos ayuntamientos y perjudicó a
los vecinos más pobres, que
perdieron la utilización de los bienes
comunales de su municipio, terrenos
de aprovechamiento libre y gratuito
donde podías recoger leña o llevar a
pastar su ganado.
Pascual Madoz
113. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
BIENES DE DESAMORTIZACIÓN
LA IGLESIA
GENERAL DE MADOZ
(1855 – 1924)
BURGUESÍA
LEY GENERAL
DE DESAMORTIZACIÓN 1855
OBJETIVOS
BENEFICIA
A
BIENES
MUNICIPALES
FAVORECER
INDUSTRIALIZACIÓN PEQUEÑOS
PROPIETARIOS
DOTAR DE FONDOS
A LOS AYUNTAMIENTOS
EXPANSIÓN
FERROCARRIL
114. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
Pero una gran parte de la
tierra permaneció en
mano de sus antiguos
propietarios, o de
funcionarios, militares o
comerciantes los cuales
introdujeron pocos
cambios en la explotación
agraria.
Para la mayoría de los
propietarios, la tierra
continuaba siendo una
fuente de rentas, con
pocas inversiones y
trabajada por campesinos
jornaleros a cambio de
jornales muy bajos.
Desamortización de Madoz
115. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
La segunda ley importante de los progresistas fue la Ley
General de Ferrocarriles de junio de 1855, cuyo objetivo era
promover la construcción ferroviaria, hasta entonces casi
inexistente.
Las causas fueron varias: guerras (independencia, carlista),
problemas hacienda, la ineptitud gubernamental. Este retraso
incidió muy considerablemente en el atraso económico de
España.
116. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
La primera línea ferroviaria que se construía en la
península y con la que España se incorporaba a la
revolución de los transportes del siglo XIX.
Inauguración del
ferrocarril
Barcelona-Mataró
en 1848
117. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
De 200 kilómetros construidos en 1853 se pasó a más de
5.000 en 1866.
119. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
Los beneficios del ferrocarril
fueron enormes: menor
precio y mayor velocidad en
el transporte de mercancías
y personas, mayor seguridad
y regularidad, ganancia de
información, transformación
de los hábitos de las
personas (por la facilidad y
comodidad en los viajes),
creación de un mercado
nacional, especialización
regional.
120. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
Por su parte, la Ley de Sociedades Bancarias y Crediticias de enero
de 1856 contribuyó a facilitar la inversión ferroviaria y permitió el
surgimiento de un mercado financiero moderno, promoviendo la
entrada de capitales y un clima de euforia en las Bolsas.
121. 2.2. El Bienio Progresista (1854-1856)
El contrapunto del Bienio, y una de las claves de su fracaso, fue
el permanente clima de conflictividad social. Las causas fueron
múltiples: la epidemia de cólera de 1854, el alza de precios del
trigo causada por la guerra de Crimea, las malas cosechas, las
tensiones entre obreros y patronos en las fábricas y,
sobretodo, el incumplimiento por el gobierno de las promesas
hechas al inicio del periodo.
122. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
El general Leopoldo O’Donnell
presidió el Consejo de Ministros
-desde 1858 hasta 1863- al frente
de un nuevo grupo político
llamado Unión Liberal, que fue
creado con la pretensión de
ocupar el espacio del centro
ideológico y recoger lo mejor
tanto de moderados como de
progresistas. Contó con el
respaldo de la burguesía y de la
mayor parte de los
terratenientes, y con la oposición,
fuera de las Cortes, de
demócratas y republicanos.
123. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
124. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
125. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
El gobierno de la Unión Liberal
careció de una línea política
clara. Mientras se mantuvo la
etapa de cierta prosperidad,
hasta1863, la Unión Liberal
consiguió ejercer el poder sin
grandes problemas; pero desde
ese año la crisis económica
llevó a los gobiernos a una
actitud cada vez más
intransigente y empujó a la
oposición a los sectores
progresistas del partido, hasta
culminar en la revolución de
1868, que arrastró consigo a la
Corona.
126. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
En 1857, con el gobierno
moderado, impulsa la ley reguladora
de la enseñanza conocida como
Ley Moyano, que incorpora buena
parte del Proyecto de Ley de
Instrucción Pública de 9 de diciembre
de 1855, elaborado durante el
bienio por el Ministro de Fomento
Manuel Alonso Martínez.
Manuel Alonso Martínez
127. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
La ley Moyano será el fundamento
del ordenamiento legislativo en el
sistema educativo español durante
más de cien años.
La ley Moyano consistía en
iniciativas legislativas promovidas
por Claudio Moyano:
La Ley de Bases de 17 de agosto de
1857, que autorizó al gobierno a
formular y promulgar una ley de
instrucción pública.
y la Ley de Instrucción Pública de 9 de
septiembre de 1857.
128. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
Con esta ley se intenta mejorar la deplorable condición de la
educación en España, uno de los países europeos con mayor tasa
de analfabetismo en esa década, organizando los tres niveles de la
primera enseñanza:
Enseñanza primaria, en teoría obligatoria hasta los 12 años y gratuita
para los que no pudieran pagarla, pero que en la práctica dependerá de
la iniciativa de los municipios o de la iniciativa privada.
La segunda enseñanza (enseñanza media, en la que se prevé la apertura
de institutos de bachillerato y escuelas normales de magisterio en cada
capital de provincia, además de permitir la enseñanza privada en los
colegios religiosos, que recibirán especial consideración);
y la enseñanza superior con las universidades (cuya gestión se reserva al
Estado).
Las líneas fundamentales de la ley Moyano pervivieron hasta la Ley
General de Educación de 1970 que estableció la escolarización
obligatoria hasta los 14 años y la LOGSE de 1990 que aumentó esa
edad a los 16.
129. Curiosidades históricas…
La reina, envalentonada, arrinconó a los
elementos progresistas y provocó con ello
una terrible marejada en las medanosas
aguas de la política nacional. El papa,
siempre al quite, apoyó la nueva orientación
de la monarquía, tan conveniente para los
intereses de la Iglesia. Años antes se había
resistido a bautizar a Alfonso XII por ser
hijo adulterino, pero echando pelillos a la
mar, y comprendiendo que, si la monarquía
caía, la Iglesia perdería su secular aliado, no
vaciló en apoyar a Isabel, y hasta la
condecoró con la más alta distinción
vaticana, la Rosa de Oro. «Santo Padre, ¡es
una puttana!», objetó un cardenal de la
curia. A lo que Pío IX replicó: «Puttana, ma
pia (Puta, pero piadosa).»
130. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
El rasgo más llamativo del gobierno de la Unión Liberal
fue su política exterior. Entre 1858 y 1866 emprendió una
activa y agresiva política exterior, cuyo objetivo esencial
era desviar la atención de los españoles de los problemas
internos y exaltar la conciencia patriótica.
131. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
132. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
Marruecos fue el escenario de la actuación exterior más
importante y popular llevada acabo durante los años del
gobierno de la Unión Liberal. En 1859, los ataques marroquíes
contra Ceuta sirvieron de justificación para que el gobierno
decidiera enviar más de 40.000 soldados al norte de África.
Campamento
militar cerca de
Ceuta (1860)
133. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
La guerra desató una oleada de
patriotismo en todos los sectores
de la opinión pública del país. Los
periódicos demócratas saludaron
la intervención militar porque nos
convertía en “herederos de
Lepanto” y porque España
“necesitaba reconquistar el
puesto que había perdido en el
mundo”. Los republicanos Soldados españoles en África (1860)
afirmaban que teníamos la
obligación de “imponer la
civilización y el progreso”. El
obispo de Ávila justificaba la
guerra como continuación de la
Reconquista para someter a los
“infieles y bárbaros africanos
enemigos del cristianismo”.
134. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
En 1860, el ejército español derrotó a los marroquíes cerca de
Tetuán. Esta fue una de las victorias que gestaron el mito del
general Prim. La guerra, sin embargo, costó la vida a más de
6.000 soldados españoles (en su mayoría víctimas del cólera) y
apenas se obtuvo alguna ventaja territorial.
Prim luchando en
Marruecos
Batalla de Tetuán
135. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
El gobierno británico, alarmado por las victorias españolas, impuso la
firma de un tratado, en el que España apenas obtuvo una pequeña
ampliación del perímetro de la ciudad de Ceuta y una indemnización
de 100 millones de pesetas (los gastos de la campaña ascendieron a
50 millones). Con el metal fundido de los cañones capturados a los
enemigos marroquíes se construyeron dos leones de bronce que en
la actualidad flanquean la escalinata de acceso al Congreso.
Firma del tratado de Wad-ras
136. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
Hacia finales de 1862 el
gobierno de la Unión Liberal
empezaba a estar
desacreditado. En marzo de
1863 O’Donnell presentó su
dimisión. Tras dos gabinetes de
transición, de nuevo el general
Narváez se hizo cargo del
gobierno en septiembre de
1864.
137. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
Con la vuelta a un ministerio conservador y represivo se abrió
el proceso que dio al traste con la monarquía borbónica. En
ese proceso fue decisiva la crisis económica y el agravamiento
consiguiente de la situación social y política, a lo que se sumó
el clima de descontento político generalizado, ante la
inoperancia de los gobiernos sucesivos y la actitud cada vez
más autoritaria de Narváez y O’Donnell al frente del gobierno.
138. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
139. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
140. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
En la noche del 10 de abril de 1865 se produjo un
enfrentamiento entre varios miles de estudiantes y las
fuerzas del orden, con una carga indiscriminada que causó
nueve muertos y un centenar de heridos. Algunos
estudiantes muertos pertenecían a familias influyentes. La
soledad de Isabel II cada día era mayor.
141. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
El 22 de junio de 1866 tiene
lugar la sublevación de los
sargentos del cuartel de San Gil,
cuando unos 1.200 artilleros se
amotinaron e intentaron
hacerse con el control de
Madrid. La rápida respuesta
militar fue dirigida por
O’Donnell y por Serrano. El
cuartel fue tomado al asalto
pese a la gran resistencia de los
sublevados. El saldo final fue de
unos 60 muertos y varios
centenares de heridos, a los que
hubo que añadir los cientos de
deportados y los 66 suboficiales
y oficiales fusilados por
rebelión.
142. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
Tras estos pronunciamientos la represión del gobierno se
endureció, fusilándose a los sublevados, cerrándose
diversos periódicos y desterrándose a progresistas y
demócratas.
143. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
Ante el cariz que tomó la
situación política, en agosto de
1866 progresistas,
demócratas y un sector de la
Unión Liberal firmaron el
llamado Pacto de Ostende en
esta ciudad belga. Se acordó en
este pacto poner fin al gobierno
moderado y la expulsión de
Isabel II del trono español,
debiéndose celebrar elecciones a
Cortes Constituyentes, las cuales
deberían definir la forma futura
de Estado, monarquía o república.
144. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
En 1867 fallecía O’Donnell, siendo
sustituido por Serrano en el
liderazgo de la Unión Liberal. El
general Serrano, ante el
endurecimiento de la represión
por los gobiernos moderados
decidió sumarse a la causa
revolucionaria, suscribiendo el
Pacto de Ostende.
General Francisco Serrano
145. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
Las muertes de Narváez y
O’Donnell dejaron al trono de
Isabel II sin sus principales
apoyos. Su fin era ya cuestión
de meses.
Entierro de O´Donnell
146. Curiosidades históricas…
Ramón María Narváez nació en Loja en
1800 y fue el dominador de la escena
política del reinado de Isabel II. Tenía fama
de bruto, dictatorial y cabezón, son
muchas las anécdotas que de él se
cuentan, pero vamos a reseñar tres. Un
día le visitó el embajador inglés, este le
tenía a Narváez por sus manejos políticos
y sus contactos con Espartero, hasta los
mismísimos. Pues bien, le agarró por el
cuello y le dio una patada en los
mismísimos del embajador, echándolo a la
calle. El cronista escribe en “salva sea la
parte”.
147. Curiosidades históricas…
Otra vez en un Consejo de Ministros que
él presidía, uno de los ministros dijo que
antes de firmar una determinada
disposición se cortaba la mano derecha.
Narváez le respondió. “Usted no se cortará
ninguna mano. Con la derecha firmará la
disposición y con la izquierda me tocará
usted los pelendengues”. Pero la anécdota
más famosa ocurrió en su lecho de
muerte. Cuando el capellán que entró a
confesarle le preguntó si perdonaba a sus
enemigos, Narváez le contesto: “No puedo
perdonar a ninguno porque los he matado a
todos”.
148. Sabías que…
Durante el reinado de Isabel II (1833-1868), la
corona no ejerció la misión moderadora que
teóricamente estaba prevista, sino que se
convirtió en un apoyo decisivo para el liberalismo
más conservador.
En época de Isabel II, el nombramiento de los gobiernos
era potestad de la corona. El proceso habitual consistía en
que el gobierno previamente designado desde palacio
convocara elecciones para conseguir una mayoría
parlamentaria favorable que le permitiese gobernar con
tranquilidad. Al controlar todos los resortes del poder, lo
habitual era que las candidaturas gubernamentales
vencieran.
149. Sabías que…
Por tanto, dado el funcionamiento real del sistema, la figura de Isabel
II tenía una gran responsabilidad, y muy pronto demostró que no
estaba preparada para ello. En noviembre de 1843, recién declarada
su mayoría de edad con apenas trece años, ya protagonizó un
episodio que marcaría su reinado. El progresista Salustiano Olózaga,
presidente del Consejo de Ministros, obtuvo de la reina el decreto
para disolver las Cortes y convocar elecciones. Ante la noticia, los
grupos más conservadores consiguieron que Isabel II acusara a
Olózaga de haberla obligado a firmar mediante violencia. La
acusación no tenía ningún fundamento, pero Olózaga tuvo que
emigrar a Inglaterra y el partido moderado ocupó el poder durante
los diez años siguientes. Ésta fue la primera de las muchas
interferencias que realizó Isabel II en el normal desarrollo de la vida
política española. Era una reina cuyas reacciones no eran todo lo
meditadas y razonables que cabría esperar y con una formación
insuficiente para su cargo.
150. Sabías que…
A lo largo de los siguientes años, hubo diversos ejemplos de esta
actitud intervencionista por parte de la reina, en ocasiones
simplemente por razones personales. Así ocurrió en la crisis de
1847, cuando hizo caer un gobierno para frenar el proyecto de
nombrar capitán general de Navarra (y, por tanto, alejar de Madrid)
a su amante, el general Serrano.
El moderantismo también tenía la capacidad de imponerse sobre las
veleidades de la reina, cuando éstas eran excesivas, de la mano de su
líder, el general Narváez. Éste lo expresó en una ocasión por escrito
con toda contundencia: «Carajo, puñetas, yo entro a meter en un puño
a rey, a reina, a Serrano y a Serrana y a amolarla a todos juntos.Yo entro
ahí para levantar a la Monarquía aun a pesar de la Monarquía».
En otras palabras, Isabel II no sólo fue una reina temperamental, sino
que también fue utilizada y manipulada en su provecho por grupos
conservadores e intereses económicos, que más tarde la culparían
en exclusiva de la revolución de 1868 que provocaría el final de su
reinado.
151. 2.3. La Unión Liberal y la crisis final del
moderantismo (1856-1868)
En septiembre de 1868 los firmantes del Pacto de Ostende
se alzaban contra Isabel II y los moderados. Por un lado, los
militares, encabezados por el almirante Topete y los generales
Serrano y Prim, se pronunciaban en Cádiz, haciendo público el
manifiesto de España con Honra. Además, se conformaban en
toda España Juntas provinciales impulsadas por unionistas,
progresistas y demócratas. Tras la derrota del general Dulce en
Puentes de Alcolea, caía el gobierno moderado e Isabel II
abandonaba el país, triunfando la llamada “Gloriosa
Revolución”. Se formó entonces un gobierno de coalición
entre unionistas, progresistas y demócratas, con el general
Serrano como presidente y el general Prim como ministro de
la Guerra.
152. Curiosidades históricas…
Ante los problemas del regente Espartero, se decidió
nombrar a Isabel II reina de España y por tanto mayor de
edad, tenía 13 años, un mes y dos días. Isabel II mostró
desde muy joven un temperamento muy activo en lo
sexual. Según parece, seguimos con Carlos Fisas, fue el
general Serrano, el "general bonito" como ella lo llamaba
quien inauguró el camino que luego iban a seguir muchos
de sus amantes. Curiosamente, el mismo Serrano sería un
destacado protagonista de “la Gloriosa” y, por tanto, del
exilio de Isabel II. Pero lo importante era buscarle un
marido y el asunto era peligroso porque no había que
mosquear a las distintas potencias internacionales. Al final,
el único pretendiente que queda era un primo de Isabel,
hijo de la Infanta Luisa Carlota, su tía, la de “las manos
blancas” y la bofetada, llamado Francisco de Asís. Dicen
que Isabel II le dijo a su madre el día antes de casarse: “He
cedido como reina, pero no como mujer.Yo no he
buscado a este hombre para que fuese mi marido; me lo
han impuesto y no lo quiero”.
153. Curiosidades históricas…
La noche de bodas fue un fracaso. Más tarde diría
Isabel II al diplomático León y Castillo: “¿Qué voy a
decirte de un hombre que en la noche de bodas llevaba
en su camisa más bordados que yo en la mía?”. Al
parecer el rey Francisco de Asís, alias Paco Natillas,
no consumó el matrimonio. La gente cantaba: “Paco
Natillas es de pasta flora y se mea en cuclillas como una
señora”. Dicen que tenía tantos amantes masculinos,
como Isabel II. Entre los de la reina cabe destacar al
compositor Emilio Arrieta, Carlos Marfori, José
María Ruiz de Arana, conocido este en Madrid como
“el pollo Arana”. Otro, el militar Puig y Moltó, a
quién se atribuía, junto con Arana, la paternidad del
futuro Alfonso XII. Por su parte, el pueblo cantaba
mientras tanto: “Isabelona tan frescachona y don
Paquito tan mariquito”. De don Francisco de Asís se
decía que mantenía relaciones íntimas con Antonio
Ramos Meneses.
154. Curiosidades históricas…
Cuando en 1860, el general O’Donell fue a despedirse de
Isabel II antes de irse a la guerra de África, la reina le dijo
cariñosamente que si ella fuera hombre iría con él.
Francisco de Asís, que estaba presente, añadió: “Lo mismo
te digo, O’Donell, lo mismo te digo”. Sobre Arana hay una
anécdota muy graciosa. Un día don Francisco le llegó a
decir a la reina que tuviera cuidado con el pollo Arana,
que le estaba poniendo los cuernos. Mayor comprensión
imposible. Francisco de Asís le decía al ministro de la
gobernación: “Es forzoso que Serrano desaparezca. Se ha
referido a mí en términos malsonantes. Eso no lo admito.
¡Serrano! ¿Sabes lo que es? Un Godoy fracasado. Al menos el
otro para obtener los favores de mi abuela supo ganarse el
afecto de Carlos IV”. Por otra parte, a cada uno de los
varios embarazos de Isabel II se atribuye un hombre
distinto. Después de “la gloriosa” los dos se exiliaron en
Francia, pero el matrimonio se separó. Lo mismo que
haría después su nieto Alfonso XIII.
157. 3. EL TERRITORIO DE CASTILLA-LA
MANCHA EN TIEMPOS DE ISABEL II
En el territorio de Castilla-La Mancha, a pesar de la lejanía
de los escenarios bélicos principales, también se
desarrolló la I Guerra Carlista. Los carlistas contaron con
el apoyo del bajo clero, artesanos e hidalgos, actuando
grupos guerrilleros carlistas en las serranías de Cuenca y
Alcaraz, en Sierra Morena y en los Montes de Toledo.
Además, se adentró en el territorio la expedición del
general Gómez, que fue derrotado en la batalla de
Villarrobledo. Pero la actividad carlista en territorio
castellanomanchego finalizó con el Convenio de Vergara.
158. Sabías que…
Uno de los problemas de la
minoría de edad de Isabel II
fue la Primera Guerra
Carlista, iniciada en Talavera
de la Reina (1833). El
territorio castellano-manchego
era codiciado por ambos
contendientes, debido a su
posición estratégica como
zona de paso desde Andalucía
y Levante hacia Madrid. Los
carlistas realizaron incursiones
en La Mancha y en los Montes
de Toledo. La amenaza carlista
más seria provino de las
tropas del general Cabrera
que amenazaron Guadalajara,
Cuenca y Albacete.
159. 3. EL TERRITORIO DE CASTILLA-LA
MANCHA EN TIEMPOS DE ISABEL II
En lo que se refiere al asentamiento del Estado liberal, la
primera medida que afectó al territorio fue la reforma de
Javier de Burgos. Así, surgió la región de Castilla la Nueva,
formada por Madrid, Toledo, Guadalajara, Ciudad Real y
Cuenca, quedando Albacete en la región de Murcia.
Además, la organización territorial se vio afectada por la
reforma judicial, creándose la Audiencia Territorial de
Albacete, que integraba las audiencias provinciales de
Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Murcia.
160. Sabías que…
En 1833 se llevó a cabo una
nueva división provincial de
España en nuestra comunidad:
Toledo y Cuenca cedieron
territorios a otras provincias,
Guadalajara y Ciudad Real
aumentaron su superficie, y
Albacete apareció como nueva
provincia.
161. 3. EL TERRITORIO DE CASTILLA-LA
MANCHA EN TIEMPOS DE ISABEL II
Además, el territorio castellanomanchego se vio afectado
por los dos grandes procesos desamortizadores de
Mendizabal y de Madoz. El primero de ellos afectó sobre
todo a la provincia de Toledo, mientras que la de Madoz
afectó fundamentalmente a Toledo y Ciudad Real.
162. Sabías que…
La desamortización
eclesiástica de Mendizábal en
1836 en nuestra comunidad fue
especialmente importante en
Toledo (de 256 millones de reales
de ventas en la región castellano-
manchega, 181 correspondieron a
la provincia de Toledo).
163. 3. EL TERRITORIO DE CASTILLA-LA
MANCHA EN TIEMPOS DE ISABEL II
En lo que se refiere a la evolución política, la actitud
generalizada en el territorio castellanomanchego fue de
retraimiento, aceptando los diversos cambios políticos
que se produjeron a raíz de los diversos
pronunciamientos y revoluciones que hubo. Sólo hubo
intervención activa en dos momentos:
Tras la Sargentada de La Granja de 1836 se formaron Juntas
Directivas Constitucionales en Albacete y Ciudad Real.
En la Revolución de 1868 se formaron juntas revolucionarias
en todas las capitales de provincia, además de en poblaciones
como Almagro, Alcázar de San Juan y Villanueva de los Infantes.