Un anciano rey huyendo de la guerra llegó a una granja solitaria donde un granjero generoso le ofreció comida, ropa limpia y un lugar para pasar la noche a pesar de su apariencia andrajosa. Meses después, cuando el rey recuperó su trono, recompensó al granjero con un título de nobleza, honores y su consulta en asuntos del reino en reconocimiento a su caridad.