2. Porque la vida le dio tanto que tanto decidió arrebatarle, de un plumazo, y dejarle
una herida tan profunda que sólo se sobrevive a ella desde el olvido. Desde un
lugar lejano que no le recuerde a nada ni a nadie
3. Desde un lugar lejano que no le recuerde a nada ni a nadie. Él, que
conoce a todos y al que todos tienen algo que decir
4. Cuenta su hijo mayor que su padre es feliz, que pasa los días en un lugar
tranquilo, íntimo, al que sólo llega él y donde se mueve con soltura. Y con
una sonrisa
5. No hay dolor. No hay desgarro. Sólo un presente que nada tiene que ver con el de los
demás, que le rodean tratando de no interrumpir una serenidad que al menos le salva
de lo más insoportable
6. Hipólito Suárez (Padre de Adolfo Suárez) y
Claudio Sánchez Alborno
Hijo y nieto de republicanos, llevaba la democracia en sus mejores intenciones y
la fue alimentando, poco a poco, a base de decisiones difíciles meditadas en
soledad
7. Adolfo Suárez. Una de las mentes más importantes de
nuestro siglo XX ha borrado los trazos de su memoria, la
de todos, porque era la única manera posible de seguir
paseando por este mundo
8. Porque mientras la mente sigue en orden y hay en ella cierta lucidez, el ser
humano permanece
9. Si no, (como cuenta Pedro Simón en su libro Historias del Alzheimer) te dirá lo que mi
querido Antonio Mercero les dijo a unos íntimos amigos que le hablaban de cine, de
fútbol, de la vida, para entretenerle, «no sé quiénes sois, pero sé que os quiero».
10. Diana Garrigosa, esposa de Pascual Maragall, mujer sensible, cálida, y maravillosa,
observa asombrada la deshinibición de su marido y reconoce que el día en que no la
reconozca será el más difícil de su vida
11. No sé si la excesiva presión puede tener algo que ver en esto. Los nervios, la exposición,
la angustia, la intensa responsabilidad y el gran desasosiego con el que padecemos el
tormento de no ser conscientes de que la vida es una y acaba aquí.
12. Ni sé qué pasa en el cerebro si recibe un golpe emocional demasiado grave. Pero sí
me asomo al abismo de comprender que perder la consciencia es viajar tan lejos que
quizá nunca más vuelvan a encontrarte.