El primer asentamiento humano en el Cerro de San Vicente data de la Primera Edad del Hierro entre los siglos VII y IV a.C. y consistía en un pequeño poblado de viviendas familiares mayoritariamente circulares u ovales. Sus primeros pobladores habitaron allí de forma ininterrumpida hasta que necesitaron más espacio y poblaron los cercanos Cerros de las Catedrales y San Cristóbal en el siglo IV a.C. Más tarde, en la cima del cerro se construyó el Monasterio benedictino de San
1. En el Cerro de San Vicente tiene lugar el primer asentamiento humano, en la Primera Edad del Hierro. Se
trata de un pequeño poblado habitado de manera ininterrumpida entre los siglos VII y IV a. de C., situado y
caracterizado de forma estratégica por el río, sus reducidas dimensiones y la defensa natural con escarpes
rocosos. El caserío era un conjunto de viviendas familiares mayoritariamente de planta circular u oval y
excepcionalmente rectangulares, desordenadas que generalmente tenían dependencias auxiliares anejas.
Estos primeros pobladores estuvieron allí hasta el IV a.C., cuando sus necesidades de espacio les llevó a
poblar el cercano Cerro de las Catedrales, y más tarde el de San Cristóbal. Pasado el tiempo y una vez que
la ciudad ya ha crecido, en el cerro se construye el Monasterio benedictino de San Vicente. Pero durante
la Guerra de la Independencia, en 1812, los franceses decidieron establecer allí uno de sus cuarteles,
con los destrozos que ello supuso para el monasterio. Más tarde, con la Desamortización de
Mendizábal las ruinas pasaron a manos privadas, que han sido recuperadas en los últimos años.
Cerro de San Vicente,
el origen de Salamanca