En 'Cómo explicarte el mundo, Cris', Andrés Aberasturi escribe a quemarropa sobre su hijo
El padre le habla al hijo como si éste le estuviera entendiendo todo. El padre le pregunta como si el chaval -en cualquier momento, ¿te imaginas la fiesta?- le fuera a responder cuatro frescas. El padre le cuenta noticias de los sobrinos Andrés y Pablo como si Cris supiera quiénes son Andrés y Pablo. El padre trata de estrecharlo contra sí mismo como si este manoteo desmadejado de Cris fuera un abrazo intencionado.
1. Cris tiene 36 años, un biberón de batido rosa y unas manos pequeñas. Es
uno de los 120.000 paralíticos cerebrales que hay en España.
En 'Cómo explicarte el mundo, Cris', Andrés Aberasturi escribe a
quemarropa sobre su hijo
´
“Cuántos habréis aprendido don él-(te dicen).
Tan sólo el enunciado me parece grotesco, radicalmente cruel”
2. 'Cómo explicarte el mundo, Cris' es el
título elegido por el periodista y escritor para
relatar el testimonio de la vida junto a su hijo
Cristobal, quién padece parálisis cerebral,
editado por La Esfera de los Libros.
El periodista Andrés Aberasturi presenta su
libro Cómo explicarte el mundo, Cris, un
relato íntimo y profundo donde habla sobre la
vida junto a su hijo Cristobal, quién
sufre parálisis cerebral desde hace más de
treinta años.
Aberasturi, autor de las páginas honestas y
sin adornos que publica ahora La Esfera de
los libros, pretende dejar testimonio de una
parte de su verdad, la considera esencial para
combatir el desasosiego. "Andrés hace
hablar a Cris. A sus manos, a su silla, a
sus movimientos, a su siempre implorada
sonrisa, a su mutismo, Andrés les da
vida", como bien explica Javier Sádaba en el
prólogo
3. "¿Cómo explicarte el mundo, Cris?
¿Cómo explicártelo? No me refiero a los
grandes problemas del planeta, a la
pavorosa injusticia social, al horror de las
guerras, los niños que se mueren de hambre
entre la indiferencia y el olvido de todos, las
grandes migraciones de seres humanos en
busca de paraísos que no existen. Hablo de
nuestro mundo pequeñito, del mundo al que
llegaste como una sacudida aquel día 10 de
enero del ochenta.
¿Cómo explicártelo, Cris? ¿Cómo
desentrañar para ti, con tan solo palabras,
este entramado absurdo, abrumador,
contradictorio?" Con estas palabras abre
Aberasturi (Madrid, 1948) este ejercicio de
sinceridad de un padre desolado. Un grito
callado. Una lucha contra el mundo. Una
cadena de "porqués" que no acaba nunca.
4. "Tengo sesenta y siete años, y esa es una edad que bordea ya el comienzo de
la vejez —siendo generoso—. Da igual cómo se sienta uno por dentro o las poses
que adopte hacia fuera. La realidad se impone y, como digo en la primera página
del libro, conviene morir con todo dicho.
Hasta hoy —casi tres años después de comenzar— que cierro sin más esta
especie de carta, llevamos treinta y seis años compartiendo la vida con el
segundo de nuestros hijos que nació con parálisis cerebral y que siempre ha sido
absolutamente dependiente.
5. Cristóbal (Cris para nosotros) sigue siendo
parte esencial de nuestras vidas y la última
razón de esa paz interior que es compatible
con la lucha cotidiana, con el desasosiego,
con una visión del mundo que ha dejado de
ser airada pero que ya no puede ni quiere
seguir desenfocando la realidad", dice Andrés
Aberasturi, autor de libros de poemas, entre
los que destaca Un blanco deslumbramiento.
El periodista presentará en Madrid su nuevo
libro el próximo miércoles, 15 de junio, a las
19.00 horas, en Pelonio (Lope de Vega, 47,
escalera exterior derecha, 1º derecha), en un
acto en el que charlará con el publicista y
escritor Risto M
6. Andrés Aberasturi
Explicar el mundo a su hijo Cris, que nació con
parálisis cerebral hace más de treinta años, es para
Andrés Aberasturi una tarea dura y dolorida. Pero el
autor de estas páginas honestas y sin adornos, que
solo pretende dejar testimonio de una parte de su
verdad, la considera esencial para combatir el
desasosiego. «Andrés hace hablar a Cris. A sus
manos, a su silla, a sus movimientos, a su siempre
implorada sonrisa, a su mutismo, Andrés les da
vida», como bien explica Javier Sádaba en el
prólogo.
Un grito callado. Una lucha contra el mundo. Una
cadena de «porqués» que no acaba nunca. El
valiente ejercicio de sinceridad de un padre desolado