1. EL RUIDO DE LA CALLE
Suspense: 25-S
RAÚL DEL POZO
Hay cierta calma esperando a que llegue y pase el domingo,
después de unas semanas de tensión en las que los políticos, muchos
de los cuales tienen el hábito del soborno, han paseado a Ritá Barberá y
a otros emplumados del saco de lana como se hacía con los
condenados del Santo Oficio. Sólo les falta a los perseguidores las velas
en las manos o las camionetas de los paseos. Se burlan de los
procesados, fingiendo no saber que hay decenas de ritas en sus propios partidos. Los
escraches ya no los protagoniza la plebe contra los poderosos sino los propios diputados,
alcaldes, presidentes de comunidades, acosando a los que han sido pescados. Mientras
las televisiones se han convertido en la plaza de la Bastilla para entretener a las tricotosas
de la audiencia, la formación de un Gobierno cada día es más oscura.
«¿Que qué pasará después del domingo?» –se pregunta un escriba, un áulico de La
Moncloa. Y se contesta: «No nos hagamos pajas mentales. Si no hay un tío que levante el
dedo para echar a Pedro Sánchez, iremos a las urnas. Después de diciembre ‘el Coletas’
quería elecciones para echar a Sánchez. Ahora es Sánchez el que quiere elecciones para
echar a el Coletas». Se espera a una Susana que no llegará nunca aunque Felipe Alcaraz
ha escrito un tuit que dice: «Las tropas del susanato están acuarteladas en Despeñaperros
a la espera del 25-S» .
Los partidos están expectantes ante lo que pase el domingo, pero cada vez hablan
menos. Tanteo a los iniciados en conversaciones furtivas y no sueltan prenda. Los
secretos son estos días subterráneos, aunque parece que unos temen y otros desean que
después del domingo estallen varias crisis. La del PSOE está cantada. Pero ya no está
claro que Pedro sea un cabezón, sino un político duro que sabe que las bases estarían
con él. No aspira a ser presidente del Gobierno sino a consolidarse como secretario
general del PSOE. Va perdiendo elecciones y en vez de recular, ataca. «En Podemos,
Errejón aspira a hacerse fuerte en Madrid para ser uno de los protagonistas de la segunda
Transición», me explica un dirigente de la coalición de izquierdas.
Piensan los del laboratorio de analítica que el PP vive más pendiente de los resultados
del PNV que de los del PSOE, porque cualquier solución que pase por Sánchez es
inviable. «Inviable por la doblez y la cobardía de los barones; cuando Pedro se vea perdido
pedirá el apoyo de los militantes que odian al PP». A pesar del escepticismo de los
guardianes del Eleusis, el santuario de los secretos, esperan que la hostia que se va a dar
el PSOE en Galicia despierte a los barones.
La democracia ha terminado siendo un ritual que esconde hombres que piensan que
las convicciones son obstáculos para mandar. Los partidos se preocupan más de sus
propios problemas y luchas internas de poder, que del interés general. En la oda al partido,
Brecht, aunque refiere al comunista, puede aplicarse a todos los partidos: «El individuo
puede ser aniquilado / pero el partido no».