El poema expresa la devoción del autor hacia Jesucristo y su deseo de seguirlo, compartir sus sufrimientos y bendecirlo. El autor quiere unirse al cuerpo y sangre de Cristo, llorar sus lágrimas y consolar su dolor con besos. Ofrece al Señor su ser, vida, amor, alegría y dolor, y pide a cambio una vida serena y una muerte santa.