El documento resume la teoría de la evolución de Darwin y las ideas de Teilhard de Chardin para conciliar la ciencia y la religión. Chardin ve la evolución como un proceso convergente hacia una unidad final llamada "Punto Omega". Aunque la Iglesia Católica rechazó inicialmente la teoría de Darwin, luego la aceptó parcialmente aunque sin aprobarla del todo.
1. Durante siglos, la iglesia católica ha sostenido que el origen del
hombre es totalmente divino. En el siglo XIX, el inglés Charles Darwin
presentó la teoría de la evolución, que propone tesis totalmente
contrarias a las eclesiásticas; el rechazo de la iglesia a la idea nueva
fue total y contundente.
A continuación presentamos una síntesis de esta teoría, y del
desarrollo de los postulados que Pierre Teilhard de Chardin sostuvo
para encontrar un punto de conciliación entre la ciencia y el
pensamiento religioso:
En 1859, el inglés Charles Darwin propuso en su libro El origen de las
especies, una nueva teoría de la evolución que se resume en las
siguientes ideas:
1. Las formas de vida no son estáticas sino que evolucionan; las
especies cambian continuamente, unas se originan y otras se
extinguen.
2. El proceso de la evolución es gradual, lento y continuo, sin saltos
discontinuos o cambios súbitos (Pueden pasar varias
generaciones para que un cambio se dé)
3. Los organismos parecidos se hallan emparentados y descienden
de un antepasado común. Todos los organismos vivientes
pueden remontarse a un origen único de la vida.
4. La selección natural es la llave, en dos fases, que explica todo el
sistema:
La primera es la producción de variabilidad, que se traduce en la
generación de modificaciones espontáneas en los individuos.
La segunda, es la selección a través de la supervivencia en la
lucha por la vida, en la que los individuos mejor dotados, los que
han nacido con modificaciones espontáneas favorables para
hacer frente al medio ambiente, van a tener más posibilidades de
sobrevivir, de reproducirse y de dejar descendencia con estas
ventajas.
Pierre Teilhard de Chardin y el Punto Omega
2. En 1950 fueron publicados los libros de Pierre Teilhard de Chardin,
filósofo, sociólogo, antropólogo y paleontólogo francés que cumplió la
doble función de sacerdote jesuita y científico, quien mantuvo como
hilo conductor de su vida el unir el pensamiento científico con el
pensamiento cristiano; dichos libros son Le Milieu divin (El medio
divino) y Le Phénomène humain (El fenómeno humano), escritos en
1920 y en 1930, pero cuya publicación fue prohibida por sus
superiores religiosos.
En su obra, Teilhard de Chardin intenta combinar el pensamiento
cristiano con la ciencia moderna y la filosofía tradicional, lo que
despertó un amplio interés, así como una acalorada controversia
cuando su pensamiento fue conocido. Teilhard apuntó hacia una
metafísica de la evolución, sosteniendo que era un proceso de
convergencia hacia una unidad final que él llamó el Punto Omega, al
que describe como el punto más alto de la evolución de la
consciencia, considerándolo como el fin último de la misma.
Trató de mostrar que lo que tiene de valor permanente en el
pensamiento filosófico tradicional puede mantenerse, e incluso
integrarse con una cosmovisión científica moderna, si se acepta que
las tendencias de las cosas materiales están dirigidas, totalmente o en
parte, más allá de las cosas mismas, hacia la producción de seres
superiores, más complejos, y perfectamente unificados.
Como resultado de lo anterior, Chardin interpretó y concilió los
descubrimientos científicos con la leyenda bíblica del origen del
hombre, con su teoría de que el hombre no fue hecho de tierra; es
decir, no es el resultado de un montón de barro, sino el producto de la
Tierra toda: su oxígeno, su agua, sus elementos químicos, los
animales, los mecanismos de la herencia, las mutaciones, la selección
natural, combinados todos estos elementos con el recurso
imprescindible que es el Tiempo.
A manera de síntesis, sostuvo que el universo es una evolución, la
evolución va hacia el espíritu, el espíritu se realiza en algo personal,
y lo personal supremo es el Cristo Universal.
Casi cien años después de publicarse la teoría de la evolución, el
Papa Pio XII, máxima autoridad del catolicismo, publicó la Encíclica De
3. Humanis Generis, en la que se acepta la posibilidad de tomar dicha
teoría como válida. Sin embargo, esa conciliación no es aprobada del
todo por la misma iglesia.
CONCLUSIONES DEL EQUIPO
Las dos corrientes generadas acerca del origen del hombre, en un
tiempo polarizadas, se concilian cuando Teilhard de Chardin
reconoce la teoría darwinista como parte inicial y fundamental en
la evolución de la conciencia, la que considera como el fin superior
del hombre (Punto Omega).
Consideramos que la conciliación de esta controversia es un
problema cultural, porque al paso de los siglos prevalece en la
iglesia católica el postulado original de la creación del hombre, aún
cuando la misma iglesia haya aceptado desde 1950 la
compatibilidad entre las creencias religiosas católicas y la
investigación científica. La solución definitiva se alcanzará cuando
alcancemos el Punto Omega propuesto por Teilhard de Chardin.
Bibliografía
ARREDONDO MUÑOZ LEDO, Benjamín. “¿Qué es el Hombre?”.
Editorial Porrúa, 1987. México.
Encíclica De Humanis generis, Papa Pio XII, 1950.
Ninguna verdad que la mente humana haya podido descubrir
mediante una investigación sincera puede estar en contradicción con
la verdad ya conocida, porque Dios, Suma Verdad, ha creado y
tolerado la inteligencia humana no para que oponga cada día nuevas
verdades a las verdades firmemente adquiridas, sino para que una vez
eliminados los errores surgidos, esa inteligencia añada verdades en el
mismo orden y con la misma organicidad que constatamos en la
naturaleza misma de las cosas de donde nace la verdad.