El carril bici entre Vigo y A Guarda es muy estrecho y peligroso, con zonas menores a 1.20 metros de ancho. Comparte espacio con peatones, coches y contenedores, lo que plantea riesgos constantes para los ciclistas como esquivar obstáculos inesperados. Además, la falta de visibilidad en cruces y desprendimientos de tierra suponen peligros adicionales para los ciclistas que usan esta ruta.