3. Para el colectivo de Personas con Discapacidad, un voluntario es un Justificación del Manual de Apoyo al Voluntario
verdadero diamante que brilla por si solo, una corriente extraordinaria de
energía positiva. Todos los que hemos participado en la elaboración de este
Manual de Apoyo al Voluntario pretendemos crear una herramienta que Con el paso de los años se ha aumentado la participación de los ciudadanos
permita pulir la presencia de esta piedra preciosa, que canalice esta fuerza en actividades de carácter voluntario y se han desarrollado numerosos pro-
energética para aprovechar de la mejor manera posible todas y cada una de
yectos que implican a los mismos. Con el crecimiento en este tipo de activi-
sus virtudes.
dades y con la importancia social de las mismas, se hace necesario la
Sin duda, la calidad humana de cada voluntario sorteará cualquier tipo de
creación de una herramienta que facilite la intervención de los voluntarios en
dificultad que se encuentre en el camino, pero esta guía le servirá de
este tipo de actividades con el colectivo de Personas con Discapacidad, con
instrumento que facilite su intervención en cualquier actividad que
desarrolle con el colectivo de personas con discapacidad física u orgánica. el fin de realizar adecuadamente este tipo de acciones.
Al voluntario siempre se le presupone de antemano una intencionalidad Cada año se produce un aumento en la ejecución de actuaciones en las que
positiva, por lo que a su buena voluntad es extraordinariamente productivo se implica cada vez más a los voluntarios, de ahí que sea necesario dotarlos
añadirle una buena formación que garantice la alianza que ha de
de una guía para poder intervenir adecuadamente.
establecerse entre ayudante y ayudado.
Es necesario revisar con qué objetivos se realizan. Debe ser una intervención
El sentido común ha de imperar en todos los casos, puesto que estamos
hablando de una relación entre dos personas iguales. Sin embargo, la suma “controlada” y con el respaldo de los profesionales que realizan y supervisan
de voluntad y formación facilitará sin duda que esa relación no se produzca los proyectos, con el fin de dar el máximo beneficio para las Personas con
de manera vertical (superior-inferior) sino en horizontal, de igual a igual. Discapacidad.
Si bien la voluntad mueve montañas y dos personas con el objetivo de
La especificidad del colectivo conlleva realizar un esfuerzo para entender lo
entenderse lograrán comunicarse aunque no hablen el mismo idioma,
establecer un código de actuación basado en buenas prácticas facilitará que significa padecer una discapacidad y tratarla de manera diferenciada y
enormemente la actuación del voluntario. Ése es el objetivo principal de en base a la capacidad de cada persona, con el fin de no menoscabar el des-
este manual: permitir mejorar la labor del voluntario hacia la persona con arrollo personal de cada individuo, así como su desarrollo personal en la
discapacidad y conseguir un voluntariado de gran calidad.
sociedad. Presentamos un manual que, a través de indicaciones básicas, faci-
Javier Font, presidente de FAMMA–Cocemfe Madrid litará la labor de los voluntarios.
3
4. Atención en casa a pacientes semidependientes 31
• Levantarse de la silla 31
• De la cama a la silla 32
• Sentar al borde de la cama 32
Índice
• Desplazamiento horizontal 33
• Desplazamiento horizontal y elevación con trapecio 33
• De decúbito supino a decúbito lateral 34
Voluntariado vs. profesionalidad 7
• Levantar los glúteos 34
Concepto de discapacidad 9 • Introducir al paciente en el coche 35
• Clasificación general de la discapacidad 9
• La discapacidad física en función de las ayudas técnicas 10 Pacientes independientes, consideraciones generales 37
• La discapacidad física en función del grado de dependencia 13
Movilizar con silla de ruedas 39
Patologías del cuidador 15 • La silla y su manejo 40
• La lumbalgia 17 • Cómo levantar al usuario 42
• Factores de riesgo 17 • Plegar la silla 44
• Higiene postural y prevención del riesgo 18 • Abrir la silla 44
• Colocar la silla en un coche 44
Movilización de pacientes 21
• Cómo bajar el escalón de la acera 45
• Objetivos 22
• Cómo subir el escalón de la acera 46
• Recomendaciones 22
• Para bajar algunas escaleras 47
Atención en casa a pacientes dependientes 25 • Levantar a la persona con la silla 48
• Incorporación en la silla 25
• De la silla a la cama 25 Actuación en caso de emergencia 49
• De la cama a la camilla 27 • Caídas 49
• Colocación de almohadas en pacientes con muy poca movilidad 28 • Atragantamientos y dificultades respiratorias 50
• Paso de decúbito supino a decúbito lateral 29 • Espasticidad, temblores y espasmos 52
• Desplazamiento hacia el cabecero de la cama 30 • Incontinencia 53
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5. VOLUNTARIADO VS. PROFESIONALIDAD
A lo largo de la historia, toda sociedad ha necesitado para su avance de la
labor de voluntarios en aras de conseguir un buen desarrollo y tejido social
que produjeran un valor positivo y la mejora de una sociedad que se encon-
trara mejor consigo misma. En este sentido, el voluntariado, la acción volun-
taria, es el resultado de una libre elección, es una opción ética, personal,
gratuita, que no espera retribución o recompensa.
Tanto la Ley 3/1994 de Voluntariado Social de la Comunidad de Madrid como
la Ley Estatal de Voluntariado de 15 de enero de 1996, definen voluntariado
como… “el conjunto de actividades de interés general, desarrolladas por per-
sonas físicas, siempre que las mismas no se realicen en virtud de una rela-
ción laboral, funcionarial, mercantil o cualquier otra retribuida y reúna los
siguientes requisitos:...”
1. Que tenga carácter altruista y solidario.
2. Que su realización sea libre, sin que tenga su causa en un deber personal
o deber jurídico.
3. Que se lleve a cabo sin contraprestación económica, sin perjuicio del dere-
cho al reembolso de los gastos que el desempeño de la actividad volunta-
ria ocasione.
4. Que lo realice a través de organizaciones públicas o privadas y con arre-
glo a programas y proyectos concretos.
El voluntariado, la acción voluntaria sólo existe cuando repercute en los
otros, cuando su interés es colectivo, general, público. El voluntariado es un
medio para dar respuesta a necesidades, problemas e intereses sociales, y
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6. no un fin en sí mismo para satisfacer a las personas voluntarias. La acción
voluntaria supone un compromiso solidario para mejorar la vida colectiva.
El voluntariado no es sólo un valor ético, una actitud, sino una práctica con-
creta. El voluntariado se hace, es acción. Si se queda tan solo en un vago
espíritu de buena persona, de buen ciudadano o ciudadana, en una acción
para sentirse tranquilo con uno mismo, acaba siendo algo vacío y sin senti-
CONCEPTO DE DISCAPACIDAD
do. Aunque también es cierto que no es posible la pura acción sin “alma”, sin
valores; lo que cambia el mundo, lo que enfrenta los problemas y las nece-
sidades, es la acción.
Las personas tienen diferentes capacidades, al igual que no todo el mundo
El voluntariado se caracteriza por: tiene capacidad para el canto o para el deporte, las personas con discapaci-
dad tienen sus limitaciones, pero tiene otras muchas más posibilidades de
• Ser desinteresado. El voluntario no persigue ningún tipo de beneficio ni gra- colaborar en la sociedad, siempre y cuando no se les ponga trabas y se adap-
tificación por su ayuda. te su entorno a sus necesidades. Como primer requisito utilizaremos el tér-
mino “Persona con Discapacidad” cuando nos refiramos a aquella persona
• Ser intencionado. El voluntario persigue un fin y un objetivo positivo, bus-
que no tiene capacidad para utilizar alguno de sus sentidos, tiene mermadas
car un cambio a mejor en la situación del otro.
sus capacidades cognitivas, padece una enfermedad que le dificulta sus acti-
• Dar respuesta a una necesidad de interés general que hemos definido pre- vidades de la vida diaria, o tiene movilidad reducida.
viamente como tal. Históricamente se han utilizado diversos términos para denominar a las per-
sonas con discapacidad, que ya están en desuso por su carácter peyorativo
• Ser realizado desde un marco formativo y de conocimientos que permi-
o denigrante. Por tanto no deben ser usadas palabras como disminuido, tulli-
tan desarrollar la actividad voluntaria con la mayor calidad. El voluntaria-
do, invalido, incluso la palabra minusválido esta en desuso, ya que una per-
do complementa con su labor, la de profesionales de la Organización para sona con discapacidad no es menos valido que una persona que no tenga
la que realiza labores de voluntariado, pero nunca los debe sustituir ni discapacidad. La palabra discapacidad se refiere a las diferentes capacidades,
suplantar. sin entrar a valorarlas.
El voluntariado, no se puede tratar sólo como una práctica personal, indivi-
dual, testimonial, íntima, porque el objetivo del voluntariado es además
mejorar la realidad, transformar el mundo y hacerlo mejor. Frente a la impro- Clasificación general de la discapacidad
visación y la espontaneidad, el voluntariado requiere actuar organizadamen-
te uniendo fuerzas. Por tanto, la acción voluntaria debe ser una acción De forma general, las discapacidades se pueden clasificar en función de la
capacidad que esté afectada. Por lo tanto las clasificaremos en:
organizada, sistemática y sinérgica. Con la realización de la tarea en el marco
de una organización evitamos caer en la improvisación y el “voluntarismo”. Q Sensoriales: aquellas personas que tienen problemas en uno o más de sus
La acción voluntaria es, por tanto, sinónimo de planificación, trabajo en equi- sentidos. Fundamentalmente sordas y ciegas. También sordociegas, o
po y evaluación. sordas prelocutivas con serias dificultades de comunicación.
8 9
7. Q Intelectuales: personas con una limitación significativa tanto en la función específicas y para lo cual se utilizará la ayuda técnica ajustada a sus especifi-
intelectual como en la conducta adaptativa, que surge antes de los 18 años. cidades patológicas por tipo de discapacidad. La clasificación sería:
Q Enfermedad mental: que padecen una patología psicológica o psiquiátrica. Q Usuarios de sillas de ruedas eléctricas
Q Físicas o Personas de Movilidad Reducida (pmr’s), que engloba todas las Suelen ser personas que tienen afectación en los miembros superiores o que
patologías llamadas motóricas y afectan a la movilidad. su patología produce una gran fatiga. Lo más habitual es que la silla esté
dotada de un mando tipo “joystick” accionado por el usuario, pero en caso de
Q Orgánicas, personas que padecen una patología, generalmente crónica, discapacidad muy severa, es posible que este mando esté diseñado de tal
que les impide llevar una vida normal, pero que no tiene por qué afectar a manera que se posibilite el uso por el acompañante, o ambos. Existen
su movilidad. Por ejemplo, enfermos de riñón, trasplantados del corazón. sistemas sofisticados, que también pueden ser accionadas con el mentón,
con la boca, con soplo o incluso con el movimiento de los ojos, que
Debemos matizar que existen combinaciones de todas ellas, por ejemplo la proporcionan el más alto grado posible de independencia y autonomía.
mayoría de los daños cerebrales van asociados a discapacidad física, e inclu-
so sensorial. También es muy habitual que patologías orgánicas produzcan Q Usuarios de sillas de ruedas autopropulsables
problemas de movilidad, o que victimas de accidentes de tráfico combinen
varias discapacidades. Estas sillas son las más habituales. Van dotadas de aros que
permiten la autopropulsión por el usuario. Para algunas
En este manual nos vamos a centrar fundamentalmente en las personas con patologías también las hay que tienen la posibilidad de
discapacidad física y orgánica. reclinarse. Existen mecanismos de doble aro que hacen
que el usuario pueda propulsar la silla con una sola mano.
Silla de dos ruedas grandes atrás
La discapacidad física en función de las ayudas técnicas
Está destinada a personas con gran autonomía, un equi-
Se debe partir desde el principio de que no somos médicos. Cuando no tene-
librio aceptable y miembros superiores en buenas con-
mos una relación directa con la persona con discapacidad no tenemos por qué
diciones, pues es el usuario, a través de unos aros de
saber la patología que padece. En este sentido, una manera de clasificar y que iguales dimensiones que las ruedas y ubicados en paralelo a las mis-
nos va a servir para adoptar una u otra actitud en nuestra relación con esa mas, quien con su propio esfuerzo mueve a su gusto la silla. En casos
persona es el tipo de ayuda técnica que esa persona utiliza para desplazarse. excepcionales es utilizada por todo tipo de personas con independen-
Estos grupos no son estancos, ya que una misma persona, según actividad y cia a su discapacidad para el exterior de la vivienda, ya que cuando
capacidades, podrá utilizar una silla de ruedas eléctrica, destinada normal- las condiciones del terreno obligan (barreras físicas) es mejor
mente a personas con discapacidades severas, lesiones medulares, ataxias, para maniobrar con respecto a las sillas eléctricas, como se
dependiendo su nivel de actividad. Cuando una persona utiliza bastones y verá a continuación. Es la más habitual.
prevé desplazamientos largos puede usar una silla de ruedas, ya que va a
Silla de dos ruedas grandes delante
estar mucho tiempo de pie, bastones para trayectos cortos, y en su casa usar
una muletilla o sistemas de apoyo más caseros ajustándolo a sus posibilida- Es un modelo poco habitual, adecuado para algunas patolo-
des y espacios. En cada una de esas circunstancias tendrá unas necesidades gías. El mayor defecto es que dificulta el acceso de la persona
10 11
8. por el lateral a la silla. Además, impide el giro lateral de los reposapiés. Q Personas con dificultad para caminar. Son personas con problemas de
Dificulta el acceso a la cama, al coche etc. Lo mejor es que necesita poco deambulación pero que por su falta de control de los miembros superiores
espacio para un giro completo. no pueden utilizar bastones de ningún tipo.
Silla provista de doble aro de propulsión
Colocado en una sola de las ruedas, permite la maniobra manual con un
solo brazo. Se suelen recomendar en caso de hemiplejías (paráli- La discapacidad física en función del grado de dependencia
sis de todo un lado del cuerpo).
Las personas con discapacidad, en función de su grado de dependencia
Silla reclinable
podremos dividirlos en tres grupos: dependientes, semidependientes y autó-
Está destinada a personas con una alta disca- nomos.
pacidad. Puede ser reclinable el respaldo, los
reposapiés o el asiento completo, con el fin de Las personas con discapacidad física dependientes no tienen autonomía
modificar la postura del usuario. para desplazamientos o la realización de actividades de la vida diaria (aseo
personal, vestirse, comer solo), por lo tanto su cuidador habitual ha de cubrir
Q Usuarios de sillas de ruedas no autónomas. todas sus necesidades básicas. Esta situación puede ser transitoria cómo por
Éstas sillas están destinadas para personas que ejemplo una fase aguda de una enfermedad o un postoperatorio, o consoli-
no tienen posibilidad de autopropulsarse, ya dada, si se trata de alguna discapacidad producida por una enfermedad o un
sea por sus condiciones físicas, o por sus traumatismo (accidente de circulación) El fin de las personas que le ayuden
condiciones cognitivas. Para el desplaza- deberá ser conseguir que la persona con discapacidad mantenga, y si es posi-
miento es necesario que sea guiada por ble, que adquiera la mayor autonomía posible, o la vaya adquiriendo en el
otra persona. caso de situaciones transitorias.
Q Usuarios de andadores. Esta ayuda
Las personas con discapacidad física semidependientes tienen una cierta
técnica proporciona una alta estabilidad a
aquellas personas que conservan, aunque con autonomía para realizar sus actividades de la vida diaria. La función de los
dificultad, sus facultades de equilibrio. Ha pasado de un uso meramente cuidadores es cubrir las actividades en las que no es autónomo (limpieza de
doméstico, para el interior de viviendas, a un uso más extendido por la zonas altas del hogar, elaboración de comidas por falta de equilibrio).
calle. También esta situación puede ser o no transitoria. El propósito será que el
paciente mantenga o incluso adquiera mayor autonomía.
Q Usuarios de bastones ingleses monolaterales o bilaterales. El bastón inglés
es la comúnmente llamada muleta. Este término se refiere tanto a las de La persona con discapacidad física autónoma es aquella que puede realizar
sujección por codo como a las de apoyo de axila, que ya no son tan la mayoría de las actividades de la vida diaria de forma independiente, nece-
habituales y quedan reservadas para ciertas patologías.
sitando apoyos puntuales para ciertas necesidades básicas o ajenas a su pro-
Q Usuarios de muletilla. Se llama muletilla al bastón de toda la vida, pio cuidado. La función del voluntario será darle esos apoyos puntuales con
especialmente el que tiene el mango en forma de T. el objetivo de aumentar su grado de autonomía.
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9. PATOLOGÍAS DEL CUIDADOR
En los diversos ámbitos de la vida las personas están
expuestas a una serie de riesgos que se corren
como consecuencia de la realización de esfuerzos
en condiciones posturales desfavorables o poco
adecuadas.
También las posturas incorrectas en un trabajo
estático pueden ser tan nocivas como un esfuerzo
mal realizado.
La experiencia demuestra que las per-
sonas que no han sido debidamente instruidas
no adoptan espontáneamente posturas adecua-
das ni toman posturas correctas para la seguridad
de su espalda.
Es necesario conocer la conformación y la
estructura de la columna vertebral, su
funcionamiento y sus limitaciones, para
evitar lesiones y trastornos.
15
10. Anatomía y fisiología músculo-esquelética de la columna vertebral
La lumbalgia
La función principal de la columna vertebral desde el punto de vista múscu-
lo-esquelético es mantener la estructura corporal y permitir su movilidad. La lumbalgia es una de las patologías más fre-
cuentes asociadas a la manipulación de perso-
Por otra parte también cumple la función de proteger una parte del sistema nas con discapacidad.
nervioso central, la médula espinal.
La lumbalgia es un dolor o molestia producida en
La columna está formada por los siguientes elementos: la región comprendida entre las últimas costillas y
Q Vértebras el coxis, incluidas las nalgas, asociado o no a irra-
Q Discos intervertebrales diación dolorosa hacia los miembros inferiores.
Q Ligamentos y músculos Esta patología ha sufrido un fuerte aumento en las
Q Médula espinal últimas décadas, afectando a entre un 70 y un 80%
Las vértebras se distinguen en las siguientes partes: de la población adulta.
Q Cuerpo vertebral La lumbalgia mecánica surge como consecuencia de
Q Apófisis transversales fuerzas excesivas recibidas en las estructuras lumba-
Q Apófisis espinosa res a causa de:
Q Orificio raquídeo Q Posiciones estáticas (posturas)
Los discos intervertebrales tienen un núcleo Q Movimientos (esfuerzos)
gelatinoso y un anillo fibroso. Q Traumatismos externos
En los movimientos de flexión el núcleo gelati- Las consecuencias de la lumbalgia mecánica son:
noso no se queda en el centro del disco
Q Fatiga y contractura muscular
intervertebral sino que se desplaza debido
Q Lesiones en ligamentos y articulaciones intervertebrales
al efecto que las vértebras ejercen
Q Alteraciones en el disco intervertebral
sobre él.
Q Fractura de las estructuras óseas
Su función es el amortiguar el peso y
repartirlo uniformemente de modo
que la presión vertical ejercida sobre la Factores de riesgo
columna vertebral se transmite de una
vértebra a la siguiente a través del Q El sobrepeso. Una estructura ósea ya sobrecargada por el sobrepeso tiene
disco intervertebral. El núcleo gelatino- más riesgo de sufrir lesiones, por lo que tendremos que extremar las
so tiene la misión de repartir las fuer- medidas de cuidado y mantenimiento de peso acorde con nuestra estatura
zas en todas las direcciones. y masa corpórea.
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11. Q El sedentarismo. Un cuerpo poco acostumbrado a los esfuerzos físicos esta
más expuesto a las lesiones que uno más acostumbrado. Nos deberemos
preparar para realizar el esfuerzo igual que calentaremos para hacer
ejercicio físico y mantener el tono muscular.
Q La edad. La estructura músculo esquelética se va deteriorando con la edad,
por lo que deberemos cuidarla cada vez más a medida que vamos
madurando.
Q Las alteraciones estructurales, como por ejemplo las desviaciones de
columna, la hiperlordosis, etc. Son factores de riesgo que cuidaremos
especialmente.
Q La manipulación de cargas
Q Vibraciones
Q Posturas sedentarias e incorrectas
Q Trabajos repetitivos Q Piernas flexionadas.
Q Trabajos con elevada demanda física Q Brazos pegados al cuerpo.
El objetivo de este manual es aprender técnicas para movilizar personas con Q Utilizar palmas y dedos de las manos.
discapacidad tanto en casa como en la calle.
Q Muñecas rectas.
Una mala manipulación de una persona con la movilidad reducida, aunque esté
Q Tensar los músculos, no la espalda.
cargada de buena intención, puede ser perjudicial para todos.
Normas básicas de higiene postural: Modo de actuación
Higiene postural y prevención del riesgo Q Pensar cómo hacer la movilización, una buena
preparación evita lesiones corporales.
Un buen control de la postura en la que nos colocamos, y los movimientos que
realizamos al trabajar evitará lesiones de columna y molestias articulares. Q Poner al paciente cerca de nuestro cuerpo.
Q Utilizar la fuerza de nuestras piernas.
Normas básicas de higiene postural: Colocación del cuerpo
Q Apoyar rodilla mano o pelvis.
Q Pies separados, uno más avanzado para el reparto del peso de manera
proporcional y equilibrada. Q Utilizar la parte anterior de los brazos.
Q Espalda recta para reducir al máximo cualquier tipo de lesión vertebral. Q Contraer glúteos y abdominales, tensar la musculatura.
18 19
12. Precauciones básicas al realizar movilizaciones
Q Mantener las rodillas flexionadas y la
espalda recta.
Q Apoyar la rodilla.
MOVILIZACIÓN DE PACIENTES
En las movilizaciones vamos a tratar de enseñar al paciente a moverse por si
mismo, con el fin de conseguir la máxima autonomía posible para las activi-
dades de la vida diaria.
Cada movilización o transferencia ira orientada a la capacidad funcional del
paciente, potenciando sus habilidades por muy residuales que éstas sean.
Evitaremos lesiones con una correcta postura de la espalda:
Es importante la coordinación entre el cuidador y el enfer-
mo. De esta forma conseguiremos la mayor economía de
esfuerzo para ambos.
20 21
13. Higiene postural para la movilización
Objetivos
Q Espalda recta, para que no sufran los discos intervertebrales.
Q Aprender a realizar correctamente las diversas movilizaciones siguiendo
técnicas específicas. Q Piernas flexionadas, nos ayudara a distribuir el peso.
Q Conocer las diferencias de los pacientes según su grado de dependencia. Q Pies separados, para aumentar la base de sustentación.
Q Mostrar la importancia de mantener una buena higiene postural para evitar Q Carga cerca del cuerpo, para evitar el efecto palanca.
riesgos para nuestra salud y la del paciente.
Q Presas consistentes, para evitar que se suelte.
Q Contrapeso con el cuerpo, la gravedad es un gran aliado.
Recomendaciones
Q Utilización de apoyos (rodillas, pies, etc., ayudas técnicas o incluso otros
Q Conocer las posibilidades de colaboración de la cuidadores).
persona. Valorar la altura de la cama y
estabilidad de la misma.
Cómo han de ser los movimientos
Q Debemos dejarnos aconsejar por la persona y Los movimientos han de ser firmes, con seguridad, pero no bruscos.
escoger la técnica más adecuada.
Han de seguir los principios de la biomecánica, es decir, que los movimientos
Q Siempre que contemos con ellas, utilizar de las articulaciones sean naturales (rotación y extensión), tanto del pacien-
ayudas técnicas adecuadas. te como del cuidador o voluntario.
Q Explicar la movilización al paciente para que no se Deben transmitir confianza. Es necesario que el paciente se sienta seguro, o
asuste en la maniobra. tendrá reacciones adversas que pueden poner en peligro tanto su seguridad
como la nuestra.
Q Motivar la participación del paciente, de esta manera nos ayudara más y
aumentaremos su autonomía. Debemos desconfiar de las piernas o brazos que no tienen fuerza, es decir,
del afectado que no puede ayudar.
Q Comprobar que nuestro vestuario y calzado sea adecuado, que la
superficie no es resbaladiza, etc.
Q Tener la condición física y el espacio necesario para realizar la movilización.
Q Aprovechar los elementos que tenemos a nuestro alrededor y utilizar
puntos de apoyo externos.
Q Trabajar a la altura adecuada nos ayudará a adoptar posturas más idóneas
y saludables para nuestra espalda.
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14. ATENCIÓN EN CASA A PACIENTES DEPENDIENTES
Incorporación en la silla
El paciente dependiente, siempre que sea posible, debe estar sentado para evi-
tar permanecer muchas horas tumbado o en la misma postura, evitando a tra-
vés de cojines antiescaras las úlceras por presión que se pueden producir por
falta de riego sanguíneo. Para incorporarlo utilizaremos la siguiente técnica:
Cuidador:
Se situará en la parte trasera de la silla. Brazos por debajo
de axilas y por el pecho del paciente. Piernas semiflexiona-
das y espalda recta.
Paciente:
Brazos cruzados en el pecho y cogiendo por la altura de las
muñecas para no lesionar las articulaciones de las manos.
Piernas flexionadas.
Una vez realizada esta operación colocaremos adecuada-
mente sus piernas, con los pies juntos.
De la silla a la cama
Con un paciente dependiente que no puede ayudar
Son necesarios dos cuidadores.
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15. Cuidadores:
Cuidador 1 coge al paciente por las axilas
y apoya la rodilla en la cama. TIPO 2
Cuidador 2 coge al paciente por las pier- Otro tipo de presa
nas por debajo de la rodilla. sería pasando el brazo
hasta del fondo por
Mantienen ambos la espalda recta debajo del paciente y
jugando con las caderas y las rodillas. con la otra mano
Paciente: coger la cintura o los
glúteos, los movimien-
Piernas juntas (primero una pierna en la cama y luego la otra). Brazos reco- tos serían iguales al caso
gidos. Se utiliza la fórmula de contar hasta 3 para que al unísono los dos cui- anterior.
dadores realicen la acción de pasarle a la cama.
Con un paciente dependiente que se puede sentar
De la cama a la camilla
Es necesario el concurso de dos cuidadores y tiene dos tipos de agarre.
Cuando el paciente es muy dependiente o padece alguna lesión medular
TIPO 1 – Paso 1 (tetraplejia), para pasarle de una cama a una camilla o a una silla reclinable
Cuidadores:
son necesarias dos personas.
Cuidadores:
Poner un pie hacia el giro. Con la mano coger al
paciente por el muslo lo más cerca de la rodilla. Q Ubicar a la persona en coincidencia y en paralelo a la silla de ruedas, que
Paciente:
se colocará lo más pegada posible.
Piernas flexionada y juntas. Q Colocarla en la cama, de tal manera que las piernas queden colgando al
final de la misma para cogerle por debajo de las rodillas y pasarle a la silla.
Brazos por encima de los de los cuidadores.
Q Incorporar a la persona y coger por debajo de las axilas y pegado al pecho
TIPO 1 – Paso 2 del cuidador. Rodilla en cama y pierna libre recta y tensionada para hacer
Cuidadores:
el traslado a la silla.
Apoyo en los brazos de la silla-cama. Piernas flexionadas. Q Con la misma fórmula de actuación unificada se cuenta hasta tres y se
Espalda recta. realiza la acción de pasar a la silla, subiendo al paciente lo más alto posible
para evitar rozarle con alguna aristas de la silla. Previamente habremos
Paciente:
quitado de la silla el reposabrazos por donde realicemos la transferencia
Piernas juntas. Brazos recogidos. Siempre tensionar la musculatura. que nos facilite el esfuerzo.
26 27
16. escaras. Igualmente las zonas de los talones y donde resalten huesos (rodi-
SOBRE TODO...
llas, talones) deberán estar debidamente protegidas con almohadas para evi-
Mantener las espaldas rectas, y las rodillas y caderas semiflexionadas tar úlceras por presión.
Trabajar de forma coordinada para mover el cuerpo como un bloque
Realizar la acción con seguridad Decúbito lateral
Utilizaremos también
cuatro almohadas.
Paciente:
Una bajo la cabeza.
Brazos cruzados. Piernas juntas o cruzadas. Relajado.
Otra bajo la pierna que queda enci-
ma, que pondremos ligeramente
Colocación de almohadas en pacientes con muy poca movilidad flexionada pero colocada en paralelo a la almohada y
apoyando todo el tobillo encima para evitar desgarros
Para disminuir el riesgo de padecer ulceras por presión, cada 2-3 horas la musculares por malas posturas.
persona deberá ser cambiada de posición si ella no puede hacerlo por sí
misma. Damos unas pautas de cómo deberán colocarse las almohadas para Otra en paralelo a la espalda para bloquearla y evi-
evitar en lo posible dichas úlceras. tar el giro hacia atrás.
Decúbito prono. Posición en la que el cuerpo está de tendido sobre el vien- Una última bajo el brazo que quede extendido, ya sea el de encima o el de
tre y el pecho. debajo, según la preferencia del paciente.
Decúbito lateral. Posición en la que el cuerpo está tumbado de lado.
Decúbito supino. Posición en la que el cuerpo está tendido sobre Paso de decúbito supino a decúbito lateral
la espalda. Cuidador:
Se sitúa en el lateral de la cama, si es posible en el lado hacia el que va a
Decúbito supino
girar al paciente (es más fácil tirar que empujar).
Utilizaremos cuatro almohadas.
Piernas flexionadas y espalda recta. Apoyo en el
Bajo la cabeza colocaremos dos almohadas en cruz, de esta hombro y en la cadera del paciente.
modo vamos a evitar que se le tuerza la cabeza.
Paciente:
Bajo los brazos y a lo largo del cuerpo colocaremos dos almo-
La pierna cruzada en el sentido del movimiento
hadas de modo que los brazos descansen sobre ellas.
(la que va a quedar encima). Si es posible el
Colocaremos almohadas a la altura del coxis para que toque lo paciente facilitará ayuda con el abrazo que quedará
menos posible la cama al ser esta una zona de alto riesgo de libre cuando gire.
28 29
17. Desplazamiento hacia el cabecero de la cama
Existen dos tipos de actuación y se necesitan dos cuidadores.
TIPO 1
ATENCIÓN EN CASA A PACIENTES SEMIDEPENDIENTES
Cuidadores:
Apoyan la mano
en el cabezal y Levantarse de la silla
ponen la rodilla
sobre la cama. Cuidador:
Cogen al pacien- Ofrecer los antebrazos al paciente.
te por las axilas. Conservar la espalda recta.
Paciente:
Piernas semiflexionadas bloqueando las
Piernas y brazos rodillas del paciente.
cruzados. Paciente:
Se apoya en los brazos del cuidador.
TIPO 2
Cuidadores:
Una mano pasando por debajo del brazo del paciente y cogiendo por la rodi-
lla al paciente.
La otra mano apoyada en la cama.
RECOMENDACIÓN
Paciente:
La silla debe estar bloqueada para evitar
Paciente incorporado con piernas fle-
desplazamientos y por tanto caídas.
xionadas y brazos sobre los hombros
de los cuidadores.
30 31
18. De la cama a la silla Desplazamiento horizontal
Cuidador: Cuidador:
Sujetar al paciente por las axilas. Piernas flexionadas con un pie avanzado.
Espalda recta y piernas semiflexionadas, pero Un brazo debajo de los hombros.
una de ellas entre las del paciente.
El otro brazo debajo de los glúteos.
Girar junto con el paciente. Paciente:
Paciente:
Rodillas flexionadas y talones hacia los
Apoyar una mano en la silla y la otra en la cama. glúteos.
Girar junto con el cuidador. Manos en el cabecero.
Pies empujando hacia atrás.
Sentar al borde de la cama
Cuidador: Desplazamiento horizontal y elevación con trapecio
Sujetar al paciente por debajo de las rodillas y de la espalda. Con punto de apoyo.
Primero se desplaza todo el cuerpo al borde de la cama por este orden: pier- Cuidador:
nas, cadera, hombros (brazos en cruz).
Sujetar con una mano los pies y con la otra apoyarse en la cama.
Mantener la espalda recta y las rodillas semiflexionadas.
Durante el desplazamiento hacia
Paciente: adelante, sujetar los pies y las
rodillas.
Piernas fuera de la cama.
Paciente:
Apoyar una mano en la cama.
Rodillas flexionadas y
Mantener el tronco recto. manos en el trapecio.
32 33
19. De decúbito supino a decúbito lateral Introducir al paciente en el coche
Cuidador: Llevaremos al paciente hasta la puerta del coche en silla de ruedas (autopro-
Espalda recta. pulsándose o guiándole) y la colocaremos a 45º del borde del estribo del
coche y lo más cerca posible dejándonos sitio entre la puerta y el paciente.
Apoyarse en las rodillas del paciente como
epicentro de giro. Puestos frente al paciente, frenamos la silla, retiramos los reposapiés y poner
los pies en el suelo y, si lo creemos necesario, retiramos el brazo de la silla.
Para el giro apoyarse en la rodi-
lla elevada y en el hombro. Pasamos un brazo bajo el suyo, agarrándolo del cintu-
rón por la parte trasera o de los glúteos, por debajo de
Paciente:
la ropa de abrigo y el otro por la espalda, también por
Una rodilla flexionada. debajo de la ropa de abrigo. El paciente cruzará los
brazos por delante de su pecho, o si lo prefiere aga-
Los brazos cruzados rrará a la persona por la espalda a través de cuello.
sobre el cuerpo.
Bloqueamos sus rodillas con nuestras rodillas y sus pies
con nuestros pies (fig. 1).
Levantar los glúteos Utilizando del peso de nuestro cuerpo (efecto palanca)
ayudamos al paciente a levantarse y empezamos a girar Fig. 1
Cuidador:
su cuerpo hacia el asiento del coche (fig. 2).
Piernas flexionadas.
Dejamos caer suavemente al paciente en el asiento (fig. 3).
Mano bajo la zona sacra y codo apoyado en la cama.
Si es necesario ayudaremos al paciente a meter las piernas y sentarse ade-
Hacer palanca con el brazo sujetando los glúteos. cuadamente (fig. 4).
Paciente:
Rodillas flexionadas y talones hacia los glúteos.
Levantar las caderas.
Fig. 2 Fig. 3 Fig. 4
34 35
20. PACIENTES INDEPENDIENTES: Consideraciones Generales
Cuando nuestra relación se da fuera del entrono doméstico, nuestro trato
con la persona con discapacidad será diferente. En general, trataremos con
personas que como mucho son semidependientes y con un grado alto de
autonomía.
Principio de Independencia
A la mayoría de las personas con discapacidad les supone un esfuerzo muy
grande mantener su independencia y nuestro deber es estimularles a conser-
varla. Por ello, hemos de respetar y propiciar que hagan las cosas por sí mis-
mos y, si se equivocan, debemos provocar que lo vuelvan a intentar.
Igualdad en el trato
En un grupo mixto en el que haya gente con y sin discapacidad, no haremos
tratos distintos, ni más diferencias que las imprescindibles.
No actuar sin preguntar
Nunca agarraremos, ayudaremos a levantar, cogeremos bultos o efectos per-
sonales, ni los manipularemos sin preguntar.
Estar solícito pero sin sobreproteger
Muy relacionado con la anterior. Hay que estar atento a las necesidades, pero
no hacerle todo, es importante que estimulemos su independencia. Una
sobreprotección puede hacer que pierda facultades que aún podría conservar.
No sentirse mal ante las negativas
Si te dicen que no los ayudes, no te sientas mal o rechazado. Míralo como
una expresión de su esfuerzo por su independencia.
Actuar con naturalidad con las Ayudas Técnicas
A una persona que no este familiarizado con ellas, a veces, resultan extrañas
e incluso hostiles. Son una herramienta para facilitar la vida por lo tanto son
un objeto más. Solo habrá que cuidarlas bien por su evidente importancia
para las personas con discapacidad.
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21. Llamar a las cosas por su nombre
Una pierna sigue siendo una pierna aunque no funcione o tenga una defor-
midad, ante un ciego se puede decir “ver” y preguntar a una persona en silla
de ruedas “¿Cómo andas?” sin problema, e incluso es posible que te haga
bromas sobre el tema, no pienses que le ofendes.
Otras capacidades y otros ritmos
Una persona con discapacidad puede tardar mucho en hacer las cosas, pero
no por eso se las tienes que hacer tú. Respeta su independencia y deja que MOVILIZAR CON SILLA DE RUEDAS
las haga a su manera, a su ritmo.
Mirar a los ojos al hablar
Cuando hablamos con alguien cuya discapacidad física requiere una ayuda Además de lo antes mencionado, cuando estemos tratando con personas
técnica muy aparatosa, debemos hablarle mirando a los ojos. Si nos llama la usuarias de silla de ruedas deberemos tener en cuenta sus peculiaridades,
atención algo o nos produce mucha curiosidad, preguntad con naturalidad. independientemente de que sea usuario permanente, intermitente o puntual.
Cuidar los elementos del suelo Controlar las medidas
Con las personas que tienen problemas para desplazarse hay que cuidar los Al guiar la silla hay que tener en cuenta su longitud y anchura para no gol-
elementos del suelo y advertirlos con antelación, tanto los cambios de nivel pear con las paletas de los reposapiés en el talón de una persona que vaya
(escalones, baches e irregularidades) como los deslizantes (pisos muy puli- delante.
dos, mojados, arenosos o desgastados). No soltar la silla sin avisar
Ayudar con los bultos o equipaje Si el usuario no sabe que está suelto y hubiera un desnivel o escalera, podría-
Ofreceros para llevar los bultos, equipaje, bolsas de compra. No los cojáis mos poner en peligro su seguridad.
sin pedir permiso, tanto para respetar su independencia como para no des- No empujar puertas con la silla
equilibrarle. Es una falta de respeto. Suelta la silla, abre la puerta y vuelve a por la perso-
Buscar alternativas para la independencia na. Además, la persona podría tener la sensibilidad alterada y hacerse daño.
La tecnología nos ofrece cada día nuevos elementos para facilitarnos la vida. No poner cosas encima
Cuando os encontréis una tarea que la persona con discapacidad quiere rea- Piensa que la silla es parte del cuerpo del usuario, salvo que lo indique, no le
lizar, pensad en qué ayuda puede haber para que lo haga de forma indepen- hagas sentirse como un perchero.
diente. (grabadoras para los apuntes, atriles para leer, mangos engrosados, No apoyarse en la silla o en su usuario
etc.). Es un abuso de confianza y sienta muy mal.
Ofrecerse para acompañar, pero no imponer presencia No mantener conversaciones dejando al usuario fuera
El estar solícito o pendiente de una persona no supone imponer nuestra pre- Intégralo en las conversaciones y, si es posible, sienta al grupo.
sencia. Preguntad si quiere estar solo o hacer las cosas solo. Si es así, res- No forzar posturas
petad su independencia, pero dejad una vía para que os avise si os necesita Al hablar, no acercarse mucho ni hablar a sus espaldas; procurar facilitar la
(teléfono móvil, decidle dónde vais a estar…). conversación de frente.
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22. Prever espacio para la silla inmovilizadores, en las ruedas más grandes. Se pue-
Si se puede, adelantarse a la llegada de usuarios de sillas de ruedas y dispo- den accionar empujando la palanca hacia delante.
ner espacio suficiente para su ubicación en un comedor, sala de reuniones,
patio de butacas… Si vienen con acompañantes, procurar no separar al grupo. Es muy importante accionar a fondo ambos fre-
Repasar elementos de accesibilidad
nos para bloquear la silla antes de ayudar al
Si se prevé la llegada de usuarios de sillas de ruedas, repasar los elementos usuario a levantarse, sentarse o hacer cualquier
de accesibilidad, accesos, itinerarios verticales y horizontales, aseos adapta- tipo de transferencia, incluso cuando lo dejemos solo.
dos, mesas etc. Aunque parezca una obviedad, es importante recor-
Cuidar los medios de transporte dar quitar los frenos antes de iniciar la marcha.
Transporte público adaptado, eurotaxis, plazas de aparcamiento reservadas...
Cinturón de seguridad
Es muy conveniente cuan-
La silla y su manejo do el usuario tiene mal
control de tronco debido a
Hay muchos tipos de sillas de ruedas, según las capacidades de la persona una debilidad muscular o
que la utilice y su morfología. Es la silla la que se tiene que adaptar a las falta de equilibrio.
necesidades del usuario y no a la inversa. Brazos del asiento
La silla de ruedas es una ayuda técnica destinada Los brazos fijos, sin articulación ni jun-
al desplazamiento. Es el mejor medio para movili- tura, hacen la silla más ligera, pero difi-
zar a personas con discapacidad. cultan las transferencias.
Debemos desterrar el concepto
de la silla de ruedas como algo Los brazos móviles pueden desmontarse,
estático; si fuese así, en lugar lo que permite mayor libertad de movi-
de ruedas tendría patas. mientos de los miembros superiores.
Reposapiés y posapiernas
Elementos de la silla de ruedas
Los reposapiés suelen ser móviles, generalmente las paletas se
Fig 3
Las sillas de ruedas pueden retirar levantándolos hacia arriba (fig 1). También
manuales son las que suelen ser desmontables girándolos lateralmente (fig 2), lo
más nos interesan, ya que facilita el traslado
que pueden ser manipu- Fig 1 Fig 2 de la persona con dis-
ladas por el voluntario. capacidad y permite
mayor acercamiento
Frenos
a los muebles o
Todas las sillas de ruedas entrar en espacios
están dotadas de frenos más pequeños (fig 3).
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23. Pueden ser elevables con el fin de alcanzar Es importante que previamente coloquemos la silla en la posición adecuada
la posición horizontal de las piernas, y para facilitarnos la maniobra posterior.
suelen tener también posapiernas. La Levantar a la persona con discapacidad entre una o dos personas
cabeza femoral debe quedar
por encima de la rodilla para Esta técnica es adecuada para pacientes que tengan fuerza en los brazos y
rebajar la presión en los glúteos Fig 5 hombros. Se podrá hacer con una sola persona en el caso de que conserve
y así reducir las posibilidades de algo de fuerza en los miembros inferiores o sea una persona muy ligera y se
úlceras por presión (fig 4). hará de frete, si no deberá hacerse entre dos y por los laterales. Es impor-
tante advertir con antelación la maniobra que se va a llevar a cabo.
Fig 4 Las paletas de los reposapiés se
Transportar a una persona gravemente afectada
levantan lateralmente para poder
poner los pies en el suelo (fig 5). Fig 6 En caso de que sea una persona ligera y pueda ayudar en su traslado:
Los posapiernas pueden ser necesarios si la rodilla del usuario tiene que estar 1. Es importante situar bien la silla y colocarla en la situación más adecuada
extendida, si hay contracción en la flexión, o si hay rigidez en la pierna. Las para facilitarnos la maniobra.
sillas pueden llevar una cincha para evitar la caída de las piernas por movi-
mientos inesperados o sin control como puede ser cuando se produce un 2. Comprobar que los frenos estén puestos, los repo-
espasmo muscular (fig 6). sapiés levantados y los pies del paciente en el suelo.
3. Abrir la chaqueta (o abrigo) y pasar el brazo alre-
dedor de la cintura.
Cómo levantar al usuario de la silla de ruedas
4. Pasar el otro brazo bajo los muslos, lo más cerca
Si la persona tiene autonomía, es importante dejar que haga todo lo que le posible de las rodillas.
sea posible. Nosotros debemos respetar sus ritmos (nunca impacientarse) e
incluso estimularla para que aumente esa independencia. Sólo ayudarla cuan- 5. Colocar su brazo por nuestro cuello.
do lo pida, y como lo pida. 6. Levantar procurando mantener
1. Bloquear los frenos. la espalda vertical y jugar con la
cadera y rodillas. Tensionar
2. Levantar el reposapiés. todos los músculos para reducir riesgos de lesiones.
3. Poner los pies en el suelo. En caso de que sea una persona de mucho peso o no
1 tenga capacidad de ayudarnos, será necesario que la
No apoyarse nunca en el reposapiés, para
evitar que la silla se incline hacia delante. maniobra sea hecha por dos personas. La técnica es
similar a cuando lo hace una sola persona pero de
Si la persona no es autónoma, lo mejor es forma bilateral. Es muy importante la coordinación de
2
dejar que ella misma nos indique. Nosotros los dos ayudantes y que lo hagan en voz alta para que
cuidaremos mantener la higiene postural. esté preavisado el paciente.
3
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24. Elevar la silla y colocadla en el borde del maletero. Meter la silla en el male-
Plegar la silla de ruedas
tero, introduciendo primero la parte inferior.
Lo primero que hay que hacer es quitar el
cojín del asiento y levantar las
Cómo bajar el escalón de la acera
palas de los reposapiés o qui-
tarlos si se desea. Según el
modelo de silla, para plegar el
asiento se puede tomar por la
mitad o, si está provisto de asas, coger los extremos laterales.
Abrir la silla de ruedas
Para abrir la silla de ruedas no se debe empezar por las
empuñaduras, sino por los brazos de la silla. Apoyaremos
las palmas en los lados del asiento, con cuidado de poner-
los hacia dentro para no pillarnos.
En ningún caso levantaremos la silla por los brazos o los repo-
sapiés, pues al ser desmontables se pueden caer.
Colocar la silla en un coche
Quitar los reposapiés y, si lo permite la silla, plegar el respaldo. Soltar los fre-
nos. Si fuera necesario y según qué modelo, desmontar las ruedas, apretar
el botón del eje y tirar.
Colocar la silla paralela al maletero y pegarla a las piernas, según se muestra
en el dibujo, con el fin de que vuestros brazos hagan de elevador. Doblar las
rodillas y las caderas manteniendo la espalda recta hasta ponerla vertical.
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25. Cómo subir el escalón de la acera Para bajar algunas escaleras Para subir algunas escaleras
Es importante flexionar las caderas y las rodillas, y llevar la espalda recta.
No inclinéis en exceso la silla para no dar sensación de inseguridad al usua-
rio, sólo llegad a la posición de equilibrio.
SOBRE TODO...
No os arriesguéis a bajar ni un escalón si no estáis seguros de tener la fuerza necesaria
para controlar la maniobra, sobre todo en escaleras largas, estrechas o con escalones altos.
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26. Levantar a la persona con la silla
No se levantará la silla nunca por los brazos, siempre a través de apoyos
fijos. El chasis de la silla es el más seguro.
Para levantar una silla cargada siempre se ha de hacer con tres ayudantes.
Esquema a) En una silla de ruedas grandes.
ACTUACIÓN EN CASO DE EMERGENCIA
Esquema b) En una silla de ruedas pequeñas.
Caídas
Paciente con poca movilidad
Si nos encontramos con esta situación lo primero es man-
tener la calma, tranquilizar al paciente (posible desorienta-
ción) y llamar a otra persona que nos ayude.
Nos pondremos uno delante y otro detrás. El de
delante con los brazos por debajo de las axilas. El
de atrás cogiendo por los hombros y, cuando esté
semincorporado, por la espalda. Una vez incorpo-
1. Avisar al usuario de la maniobra a realizar, a fin de que se rado, bloquear las rodillas y pies con nuestras
asegure. rodillas y pies, tanto por delante como por detrás.
2. La posición de los pies lleva consigo la estabi-
lidad de los ayudantes. Paciente semidependiente
3. Los ayudantes se colocarán junto y lateral- Como en el caso anterior es necesario conservar
mente a la silla para aproximar al máximo los la calma, tranquilizar al paciente y llamar a una
centros de gravedad de los ayudantes y de la persona para que nos ayude.
silla (fig. 1).
Son necesarias dos personas. En este caso también puede ser levantado con
4. Los ayudantes se pondrán de acuerdo ayuda de una silla. Levantar las piernas del paciente sujetándolas por deba-
y se coordinarán de forma que evitarán jo de la rodilla y por el tobillo hasta poder poner debajo del tronco el respal-
poner en peligro la estabilidad del usua- do de una silla. Se deja caer suavemente el tronco hasta que quede “sentado
rio adelantándose o atrasándose. Fig. 1 en la silla”. Se levanta la silla con el paciente, como un bloque.
48 49
27. La espasticidad puede también interferir con el lenguaje. Una espasticidad
severa y a largo plazo puede conducir a una contractura de músculos, oca-
sionando la flexión de las articulaciones en una posición fija.
Espasmos y clonus o clono
Los espasmos son una contracción de un músculo o grupo de músculos que
se mantienen durante un periodo corto de tiempo. El peligro de los mismos
suele ser que tensan tanto esa parte de la anatomía que se puede poner en
peligro la estabilidad (equilibrio) de la persona.
Hay que mantener la espalda recta y las
Los clono o clonus se definen como un patrón anormal de actividad neuro-
rodillas flexionadas. En la imagen, vemos al
cuidador de la izquierda que mantiene la muscular caracterizado por contracciones y relajaciones involuntarias del
espalda recta y juega con las rodillas y las músculo esquelético que se alternan rápidamente.
caderas de forma correcta, mientras que el
Ambos suelen aparecer por una sobrecarga muscular tal como una posición
cuidador de la derecha tiene la espalda
inadecuada, un golpe o un contacto inesperado. Lo primero es mantener la
doblada, con el peligro que eso conlleva.
calma y evitar que puedan producir una caída del usuario.
La mejor opción suele ser eliminar la causa que lo provocó y esperar a que
Espasticidad, temblores y espasmos se pase. En muchas ocasiones el propio paciente nos podrá indicar la mejor
manera de evitarlos o ayudarle a pasarlos.
Espasticidad
Se refiere a músculos tensos y rígidos con reflejos tendinosos profundos y
exagerados. La afección puede interferir con la actividad de caminar, el movi- Incontinencia
miento o el lenguaje. Los síntomas de espasticidad abarcan:
Q Reflejos tendinosos profundos y exagerados (el reflejo rotuliano). Normas de higiene para el cambio de pañal
Q Tijereteo (cruce de piernas como se cerrarían las puntas de unas tijeras). Q Lavarse las manos antes de empezar cualquier acción.
Q Movimientos espasmódicos repetitivos (clono). Q Proteger la zona de cambio con absorbentes adecuados y de un solo uso.
Q Posturas inusuales. Q La limpieza siempre se efectuará en sentido genital anal, así evitaremos
infecciones de orina.
Q Posición de hombros, brazos, muñeca y dedos de las manos en un ángulo
anormal. Q Si se observan irritaciones o manchas rojas utilizar el producto adecuado.
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28. Lo que sí nos puede pedir es que vaciemos la bolsa de orina que habitual-
mente se lleva sujeta en una de las piernas. La más habitual suele ser una
bolsa estrecha y larga, provista de una cánula inferior para su vaciado.
Se introduce el final de la cánula en un recipiente tipo orinal o bacinilla, se
retira el tapón y se vacía. Si se hace en el inodoro, es preferible desatarlo de
la pierna para elevar la bolsa completa.
En todo caso, seguiremos las instrucciones que nos dé el usuario.
Debemos cuidar la presión de las cinchas que sujetan la bolsa a la pierna.
Cambio de pañal en la cama Entre la cinta y la pierna debe poder circular un dedo con normalidad.
Q Se coloca al paciente en decúbito lateral en un lado de la cama.
Q Se extiende el pañal en la cama. Atragantamientos y dificultades respiratorias
Q Se gira al paciente a decúbito supino para que quede en el centro del pañal.
Cómo evitarlos
Q Se pasa la parte delantera del pañal por entre las piernas del paciente.
Tened cuidado con los objetos pequeños que se dejan al alcance de personas
Q Se cierra el pañal. con dificultades cognitivas, también con los objetos que puedan desmontar-
se en trozos pequeños.
Debemos tener cuidado de no cerrar el pañal exageradamente para no obs-
taculizar o pinzar el colector de orina o la sonda, dado el caso. Evitad que las personas con problemas de deglución coman frutos secos.
Cambio de pañal de pie Evite cosas excesivamente caldosas o con partículas de pequeño tamaño
como arroces si es necesario consulte sobre el uso de espesantes.
Se hace igual que el
tumbado pero con Acostumbrad a las personas con dificultad de deglución a masticar bien, a
sus propias manos, y concentrarse mientras están comiendo y a respirar adecuadamente.
guardando las mis- Consultad si es necesario con un logopeda.
mas normas de higie-
ne que en el caso Evitad que griten, canten o hablen mientras comen y no forzarles a comer,
anterior. pueden atragantarse.
El usuario sondado Qué hacer en caso de atragantamiento
El cambio de sonda solo se hará por personal sanitario o personas especial- Si el accidentado puede hablar, toser y respirar, aunque sea con dificultad,
mente cualificados para esta maniobra. dígale que tosa fuerte, pero sin darle golpes y sin intentar sacar el objeto, ya
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29. que en ambos casos podría introducir el objeto más. Para ayudarle a toser
presionar el abdomen con golpes secos, pero a modo de masaje cardíaco.
Si el accidentado no pudiera respirar habrá que trasladarlo de inmediato al
hospital.
Si está consciente, puede rodearle con los brazos. Ponga
la mano cerrada, en un puño, justo por encima del
ombligo, y coloque la otra encima. Realice varias
presiones rápidas y vigorosas, hacia arriba y hacia
adentro.
Si está inconsciente, túmbelo en el
suelo boca arriba. Colóquese con las
manos situadas por encima del ombligo,
realice presiones, bruscas y secas,
hacia arriba (hacia la cabeza de la víc-
tima).
Si consigue que salga el cuerpo extraño
y la persona continúa sin respiración, inicie la técnica del boca a boca, para
lo que seguiremos los siguientes pasos:
1. Pida ayuda al Servicio de Urgencias.
2. Colóquelo tumbado boca arriba, con la cabeza girada hacia un lado, en una
superficie lisa y dura, con los brazos a lo largo del cuerpo.
3. Compruebe que realmente no respira, para lo cual coloque su oído sobre
la boca y la nariz de la víctima, para escuchar la respiración; y mírele el cuer-
po para observar si se eleva el tórax con la entrada de aire.
4. Compruebe que no tiene ningún cuerpo extraño en la boca. Si así fuera,
extráigalo con el dedo, con mucho cuidado, para evitar introducirlo más.
5. Si continúa sin respirar, se iniciará la respiración boca a boca: una vez
abierta la vía aérea, píncele la nariz con los dedos de la mano que sujeta la
frente; coja aire, adapte su boca a la víctima y realice 2 insuflaciones de aire
lentas y seguidas mirándole al tórax para comprobar que se eleva con la
entrada del aire. Esta operación debe repetirse unas 15 veces por minuto.
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