El trastorno límite de la personalidad o borderline (abreviado como TLP), también llamado limítrofe o fronterizo, es definido por el DSM-IV (DSM-IV 301.831 ) como «un trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por inestabilidad emocional, pensamiento extremadamente polarizado y dicotómico y relaciones interpersonales caóticas». El perfil global del trastorno también incluye típicamente una inestabilidad generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad, que puede llevar a periodos de disociación. Se incluye dentro del grupo B de trastornos de la personalidad, los llamados «dramático-emocionales». Es, con mucho, el más común de los trastornos de la personalidad.
El término borderline para referirse al trastorno está ampliamente extendido, incluso en idiomas distintos al inglés. Fue usado por primera vez en 1884, por el psiquiatra C. Hughes, y posteriormente por el psicoanalista Adolph Stern en 1938 para caracterizar afecciones psiquiátricas que superaban la neurosis pero que no alcanzaban la psicosis (muchos autores califican los síntomas del TLP como pseudopsicóticos). Bajo esta concepción se establecía un continuo gradual entre uno y otro extremo, situándose el trastorno en el «límite».
2. INTRODUCCIÓN
Más frecuente en poblaciones clínicas
Alta comorbilidad de esta entidad con otros
trastornos afectivos, de ansiedad y abuso de
sustancias, y a la elevada tasa de intentos suicidios
Los pacientes con una TLP se sitúan en la frontera
entre la neurosis y la psicosis, y se caracterizan por
una gran inestabilidad afectiva, conductual, de
relaciones objetales y de su automagen.
Helen Deutsch
Esquizofrenia ambulatoria
3. HISTORIA
Kraepelin (1921)
Reúne los principales criterios diagnósticos del
TLP
Krestchmer – 1925
Temperamento mixto cicloide – esquizoide (melancolía
agitada, actitud hostil e hipocondríaza, nerviosismo,
respuesta afectiva insuficiente)
Schneider (1925)
Personalidad “labil” : caracterizada por cambios rápidos y
súbitos del estado del ánimo con una tendencia
constitucional hacia reacciones esporádicas de irritabilidad
4. HISTORIA
Reich (1925)
Clasificó a estas personas como sujetos que manifiestan
predominancia de agresión infantil, un narcisismo
primitivo y con graves alteraciones del superyó
Bonet – 1684
Síndrome (impulsividad y estados de ánimos
inestables
Folie maniaco-melancolique
Adolf Stern – 1938
Designación “límite”
5. HISTORIA
Comienza a esbozarse como entidad diagnóstica
década de los 40
Hoch y Polatin (1949)
“Esquizofrenia pseudoneurótica”
Robert Knight (1954)
Acuñó “trastorno borderline”
Consideraba la “debilidad del yo” como un
elemento crucial de la estructura de la
personalidad límite.
6. HISTORIA
Grinker y col (1968)
Rigor diagnostico a principios de 1960 – Chicago
Intentaron denominar denominadores comunes en
el síndrome borderline
Se presentaban cuatro características siguientes:
1. Enojo como afecto mas importante o el único
2. Defectos en las relaciones interpersonales
3. Ausencia de identidad de sí mismo
4. Depresión prevalente
Kernberg (1975)
Gunderson y col (1990)
Identificaron rasgos claramente definidos
14. EPIDEMIOLOGÍA
DSM – IV TR/KAPLAN
Población general: 1 – 2 %
Nuevos estudio con muestras representativas: 13 %
Pacientes ambulatorios: 11% (servicio psiquiátrico) y 19% en
pacientes hospitalizados.
50% de los pacientes hospitalizados corresponden a TLP
Tasa de intentos de suicidio de 70% con una media de 3 intentos por
paciente.
DSM –V
Prevalencia
1.6 – 5.9%
Atención primaria: 6%
Paciente ambulatorios: 10%
Pacientes hospitalizados: 20%
Disminuye con la edad
Borderline personality disorder is diagnosed predominantly (about 75%)
in females.
15. EPIDEMIOLOGÍA
1. Edad
Subpoblaciones de edades con frecuencia más elevada
Aparece mas frecuente comprende la transición de la adolescencia a
la edad adulta
Raro su diagnóstico más ella de los 40 años
Chabrol y cols
Frecuencia 14 % en edades entre 14 y 20 años (10$ en hombres y
18% mujeres)
2. Sexo
Más frecuente en el sexo femenino
2:1 y 4:1
3. Raza
Anglosajona
Negra (13%)
16. EPIDEMIOLOGÍA
4. Estado civil: Soltero
5. Nivel educacional: nivel sociocultural mas bajo
6. Nivel sociocultural: áreas urbanos
7. Antecedentes de psicopatología familiar
El TLP es 5 veces mas frecuente entre familiar de primer
grado que en la población general.
Mayor riesgo con familiar con trastorno relacionado con
sustancias, antisocial de la personalidad y del estado de
ánimo.
Población penitenciaria
Incremento continuo
Tasa de prevalencia: 60 – 65%
Fazel, 2002 (62 estudios): 25% TLP
18. PSICODINAMIA
Los primeros intentos de explicar el desarrollo del TLP
provinieron de la comunidad psicoanalítica, cuyas
formulaciones más notables pusieron el énfasis en tres
aspectos:
El papel de la «separación-individuación» y la ambivalencia que ello
creaba
Una concepción de «insuficiencia» donde la clave era la presencia
muy deficiente de la madre
La realización de abusos durante los años de formación del niño.
Son muchas las teorías que resaltan el papel de los abusos
sexuales o la ausencia de roles en la infancia, entre otros, en
un posterior desarrollo del trastorno.
19. PSICODINAMIA
Destacan las propuestas de Kernberg (1984)
Basadas en el modelo de las relaciones objetuales.
El TLP se produce por un fallo en el proceso de diferenciación
Se caracteriza por el síndrome de difusión de identidad, con prueba
de realidad conservada, impulsividad, disregulación afectiva,
predominio de afectos negativos, baja tolerancia a la frustración y
ansiedades intensas.
Como mecanismos de defensa inconscientes, el paciente con
TLP utiliza
Escisión
Idealización y la devaluación
Negación
Omnipotencia
Identificación proyectiva.
También se produce un establecimiento de reacciones
transferenciales intensas, en ocasiones masivas.
20. Modelos
biosociales
Millon
Modelo categórico que integra, variables dimensionales,
postulados evolucionistas e hipótesis etiopatogénicas que
incluyen factores biológicos y experiencias tempranas del
aprendizaje.
En el TLP destacan tres características clínicas:
ansiedad por separación, conflictos cognitivos e
inestabilidad afectiva y comportamental.
21. MODELOS
COGNITIVOS
Los trastornos de la personalidad son consecuencia de
sesgos perceptivos, pensamientos irracionales y
esquemas disfuncionales
Linehan (1993)
Introduce un modelo cognitivo-conductual del TLP que
considera la desregulación emocional y el efecto de un
ambiente invalidante como mecanismos etiopatogénicos y
mantenedores del trastorno.
22. Modelo de
Rasgos
Se basan en un concepto dimensional de la
personalidad.
Los sujetos se sitúan a lo largo de unos rasgos
continuos:
Neuroticismo – estabilidad
Extraversión – introversión
Afiliación – dureza
Impulsividad – control
Los trastornos de la personalidad son la expresión
de características extremas en una o varias de estas
dimensiones.
El diagnóstico de TLP se aplica a sujetos con
rasgos extremos de neuroticismo, impulsividad,
necesidades de estimulación, dependencia, etc.
25. Gunderson y
Col. – 1990
Características distintas del trastorno borderline de la
personalidad
Pensamiento casi-psicótico
Automutilación
Esfuerzo manipulativos suicidas
Preocupación acerca del
abandono/engolfamiento/aniquilación
Demandante/pretensioso
Regresión terapéuticas
Dificultades en la contratransferencia
26. Los criterios
Clínicos
Kernberg
Los criterios propuestos por Kenberg para la organización borderline de la
personalidad
I. Manifestaciones inespecíficas de debilidad yoica.
A. Falta de tolerancia a la ansiedad
B. Falta de control de los impulsos
C. Falta de desarrollo de canales sublimatorios
II. Desplazamiento hacia pensamiento en proceso primario
III. Operaciones defensivas específicas
A. Escisión
B. Ideación primitiva
C. Formas tempranas de proyección, especialmente identificación
proyectiva
D. Negación
E. Omnipotencia y desvalorización.
IV. Relación de objeto patológica internalizadas
27. Áreas
afectadas
1. Área emocional: ansiedad, irritabilidad, ira y su expresión
con respuestas emocionales cambiantes y excesivas y con
descompensaciones depresivas.
2. Área interpersonal: relaciones caóticas, intensas y difíciles.
Intensos esfuerzos para evitar el abandono.
3. Área conductual: conducta impulsiva, abuso de drogas,
conductas bulímicas, delictivas, promiscuidad sexual.
Conducta suicida y parasuicida.
4. Área cognitiva: desregulación del pensamiento, fenómenos
de despersonalización, disociación, etc. Episodios psicóticos.
5. Problemas de identidad: falta de sentido de sí mismo,
sentimientos de vacío, duda de su propia identidad.
28.
29. CRITERIOS
CLÍNICOS
DSM – IV
Un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la
autoimagen y la efectividad, y una notable impulsividad, que comienzan al
principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican
cinco (o más) de los siguientes ítems:
1. Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Nota: No
incluir los comportamientos suicidas o de automutilación que se recogen
en el Criterio 5.
2. Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas
caracterizado por la alternancia entre los extremos de idealización y
devaluación.
3. Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y
persistentemente inestable.
4. Impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí
mismo (p. ej., gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria,
atracones de comida). Nota: No incluir los comportamientos suicidas o de
automutilación que se recogen en el Criterio 5.
30. CRITERIOS
CLÍNICOS
DSM – IV
Continuación
5. Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes,
o comportamiento de automutilación.
6. Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del
estado de ánimo (p. ej., episodios de intensa disforia,
irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara
vez unos días)
7. Sentimientos crónicos de vacío.
8. Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira
(p. ej., muestras frecuentes de mal genio, enfado constante,
peleas físicas recurrentes).
Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o
síntomas disociativos graves.
31. CRITERIOS
DIAGNÓSTICOS
CIE – 10
F60.3 Trastorno de inestabilidad emocional de la
personalidad
Trastorno de personalidad en el que existe una marcada
predisposición a actuar de un modo impulsivo sin tener en
cuenta las consecuencias, junto a un ánimo inestable y
caprichoso.
La capacidad de planificación es mínima y es frecuente que
intensos arrebatos de ira conduzcan a actitudes violentas o a
manifestaciones explosivas; éstas son fácilmente provocadas
al recibir críticas o al ser frustrados en sus actos impulsivos.
Se diferencian dos variantes de este trastorno de
personalidad que comparten estos aspectos generales de
impulsividad y falta de control de sí mismo.
32. CRITERIOS
DIAGNÓSTICOS
CIE – 10
F60.30 Trastorno de inestabilidad emocional de la
personalidad de tipo impulsivo
Las características predominantes son la inestabilidad
emocional y la ausencia de control de impulsos. Son
frecuentes las explosiones de violencia o un
comportamiento amenazante, en especial ante las
críticas de terceros.
Incluye:
Personalidad explosiva y agresiva.
Trastorno explosivo y agresivo de la personalidad.
Excluye:
Trastorno disocial de la personalidad (F60.2).
33. CRITERIOS
DIAGNÓSTICOS
CIE – 10
F60.31 Trastorno de inestabilidad emocional de la
personalidad de tipo límite
Se presentan varias de las características de inestabilidad
emocional. Además, la imagen de sí mismo, los objetivos y
preferencias internas (incluyendo las sexuales) a menudo son
confusas o están alteradas.
La facilidad para verse implicado en relaciones intensas e
inestables puede causar crisis emocionales repetidas y
acompañarse de una sucesión de amenazas suicidas o de actos
autoagresivos (aunque éstos pueden presentarse también sin
claros factores precipitantes).
Incluye:
Personalidad "borderline".
Trastorno "borderline" de la personalidad.
34. INSTRUMENTOS
DE EVALUACIÓN
Entrevistas estructuradas
Entrevistas clínicas estructuradas para determinación de los
trastornos de personalidad del Eje II según DSM-IV)
Examen Internacional de los Trastornos de la Personalidad (IPDE).
Promovido por la OMS y la FDA americana, consta de dos
módulos que evalúan respectivamente criterios DSM-IV y CIE-10
Entrevista estructurada para personalidad del DSM-IV (SIDP-IV
(Entrevista estructurada para determinación de la personalidad según
el DSM-IV)
Cuestionarios autoadministrados
Entrevista diagnóstica para el trastorno límite – revisada (DIB-R
(Entrevista para el diagnóstico del TLP: discriminación entre el TLP
y otros trastornos del Eje II)
Cuestionario clínico multiaxial de Millon-III (MCMI-III).
Cuestionario diagnóstico de la personalidad (PDQ-4+). Hayler, 1994
35. COMORBILIDAD
1. Eje I
Trastornos de la conducta alimentaria
a. Anorexia tipo compulsivo – purgativo
b. Bulimia
Anorexia restrictiva → Clúster C
Trastornos afectivos
Trastorno de uso de sustancias
Trastorno por estrés postraumático
2. Eje II
Trastorno histriónico de la personalidad
Trastorno antisocial de la personalidad
Trastorno esquizotípico de la personalidad
Trastorno dependiente de la personalidad
3. Eje III
TCE (23%)
VIH (11 – 33%)
Mujeres con adicción a drogas vía parenteral
36. DIAGNOSTICO
DIFERENCIAL
1. Depresión
2. Trastorno afectivo bipolar
3. Trastornos de la personalidad
4. Cambio de la personalidad secundario a
enfermedad médica
5. Abuso de sustancia
6. Problemas de identidad
37. TRATAMIENTO
Psicoterapia
1. Terapia cognitivo conductual
2. Terapia dialéctica conductual
3. Terapia cognitiva focal de esquemas
4. Terapia cognitivo-analítica
5. Psicoanálisis
6. Psicoterapia enfocada a la transferencia
7. Psicoterapia basada en la mentalización
8. Terapia de pareja, conyugal o de familia
40. PSICOTERAPIA
Tipos de técnicas Procedimientos específicos
Técnicas emotivas
Catarsis emocional
Diálogos imaginarios con los padres del paciente
Técnicas interpersonales
Relación terapeuta - paciente intensa
Terapia de grupo
Técnica cognitiva
Examen de la evidencia empírica a favor de los
esquemas
Cuestionario concreto de los esquemas en el
momento de activación
Técnicas conductuales
Exposición a las conductas evitadas
Cambio del entorno del paciente
Terapia cognitiva centrada en esquemas (Young, 1990)
41. TRATAMIENTO
Psicoterapias psicodinámicas
Necesidad de “cuidar” al máximo la relación con el paciente.
Papel activo del terapeuta.
Límites claros en el encuadre del tratamiento.
Actitud flexible por parte del terapeuta.
Capacidad del terapeuta para crear una atmósfera cálida y
empática.
Control de la contratransferencia
1. Psicoterapia analítica intensiva ( 3 veces por semana durante 5
años)
2. Psicoterapia con apoyo y orientación psicodinámica
3. Psicoterapia focalizada en la transferencia
4. Psicoterapia basada en la teoría transgeneracional
46. BIBLIOGRAFÍA
1. American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and
statistical manual of mental disorders (5th ed.).
2. American Psychiatric Association DSM-4. Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales
3. Gabbard, Glen O. Psiquiatría psicodinámica en la práctica clínica. Edit.
Médica Panamericana, 2002. 646 Pgs.
4. Gaspar Cervera, Trastorno limite de la personalidad: paradigma de la
comorbilidad psiquiátrica. Ed. Médica Panaméricana, 2005 – 385
páginas.
5. Gunderson, John G., Bordeline Personality Disorder, Second Edition: A
Clinical Guia, American Psychiatric Pub, 20/2/2009 – 366 pages
6. Kaplan and Sandock Sinopsis de Psiquiatría Clínica, Benjamin James
Sadock, M.D., Virginia Alcott Sadock, M.D. Lippincott Williams &
Wilkins, 2009 - 1600 páginas.
7. Linehan Marsha, Cognitive-Behavioral Treatment of Bordeline
Personality Disorder, Guilford Press, 1993 – 558 páginas
8. Zanarini rating scale for borderline personality disorder (ZAN-BPD): A
continuous measure of DSM-IV borderline psychopathology Journal of
Personality Disorders - New York, Jun 2003
Editor's Notes
Kernberg, en la década de los 70, encuadró a este grupo de pacientes bajo una perspectiva psicoanalítica, aplicando una combinación de la psicología del yo y de las relaciones objetales. A diferencia de la epistemología descriptiva predominante de la época (fundamentalmente de autores como Grinker), la definición por parte de Kernberg de ‘organización borderline de la personalidad’ permitía un acercamiento no sólo a la fenomenología descriptiva, sino también a la estructura de este trastorno, la cual sería, además, la base de otras caracteropatías (como la personalidad narcisista, antisocial, esquizoide, paranoide y ciclotímica). Las diferencias entre estas entidades diagnósticas quedarían definidas por la diferente combinación de cuatro criterios estructurales básicos: debilidad yoica, predominio del proceso primario, operaciones defensivas específicas y relaciones de objeto patológicas.
Autores como Akiskal (1985) y Stone (1980) consideraron que, debido a la alta prevalencia de depresión entre los pacientes borderline, este trastorno podría ser entendido como una presentación atípica de la depresión. Fyer y col. (1988) sostuvieron que el diagnóstico de trastorno borderline se aplicaba con mucha frecuencia a un grupo heterogéneo de pacientes que presentaban síntomas compatibles con otros diagnósticos. Concretamente, hallaron que el 91% de los pacientes presentaban síntomas compatibles con un segundo diagnóstico, y en un 42% de los casos, hasta tres diagnósticos. Paralelamente, Zanarini y Gunderson (1990) aplicaron una sistemática descriptiva con la que identificaron rasgos singulares de la enfermedad que ya comenzaba a denominarse ‘síndrome borderline’.
Desde entonces, se han ido realizando diversas conceptualizaciones del término que podríamos resumir, básicamente, en seis.
La primera está basada en el trabajo de Kernberg (1975), en que el empleó el término «límite» para describir la mayoría de las formas serias del carácter patológico.
La segunda surgió en los años sesenta y setenta, y estuvo centrada en la tendencia de los pacientes límite a tener experiencias transitorias psicóticas. Desde
esta perspectiva se creyó que el trastorno límite pertenecía al espectro de los desórdenes esquizofrénicos (Wender, 1977; Zanarini et al., 1997).
La tercera agrupó muchas de las investigaciones empíricas durante los años ochenta, enfatizó la disforia crónica y la labilidad afectiva de los pacientes límite, y llevó a pensar que se trataba de un trastorno afectivo (Akiskal, 1981; Stone, 1980; Zanarini et al., 1997).
La cuarta definición se refleja en la obra de Gunderson (1984), en la que el término «límite» describe una forma específica del trastorno de personalidad que puede ser distinguida de un número sustancial de otros trastornos del Eje II. De este modo, se diagnosticó al margen de los síndromes esquizofrénicos y los estados neuróticos, y se propusieron así las siguientes características distintivas: automutilación, comportamientos parasuicidas, preocupación excesiva por el abandono y la soledad, actitud muy exigente, pensamiento cuasi-psicótico, regresiones terapéuticas y dificultades en la contratransferencia (Zanarini y Frankenburg, 1994; Millon, 1998).
Las conceptualizaciones quinta y sexta sobre la psicopatología límite han surgido durante los años noventa. Zanarini (1993) piensa que es más correcto concebir el trastorno límite dentro de los trastornos de los impulsos (por ejemplo, similar a los trastornos relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas, con el trastorno antisocial de la personalidad y, quizás, con los trastornos de la alimentación).
Desde esta posición, el TLP no es una forma atenuada o atípica de uno de estos trastornos del impulso, sino que sugiere que se trata de una forma específica de trastorno de personalidad pero que aparece junto con otros trastornos del control de impulsos (Zanarini y Frankenburg, 1997). En la misma línea, Herman y van der Kolk (1987) sugieren que se trata de una variación crónica del trastorno postraumático, relacionado con problemas disociativos, incluyendo el trastorno disociativo de identidad.
La persona con problemas emocionales busca una vida más anónima y por otra parte el nivel de estrés es mayor en ambientes urbanos.
Estudios ponen de manifiesto un continuo incremento de los trastorno mentales en la población reclusa respecto a la población general.
Theodore Millon (Manhattan, 1928-Greenville Township, 29 de enero de 2014) fue un psicólogo estadounidense pionero en la investigación sobre la personalidad
Kernberg
Atravesaron la fase simbiótica
Quedaron fijados durante la fase de separación – individuación
Señaló a la subfase de acercamiento (16 – 24 meses) como el lugar cronológico de esta crisis de desarrollo.
En este periodo el niño teme que su madre pueda desaparecer y esto provoca una angustia intensa, sobre todo cuando no está.
Desde el punto de vista del desarrollo se puede considerar que estos pacientes reviven una crisis infantil temprana en la cual temían que los intentos de separación de sus madres provocarían en la desaparición de ellas y por ende, el abandono de ellos.
En la forma adulta de esta crisis infantil, los individuos son incapaces de tolerar períodos de soledad
El principio fundamental de la teoría biosocial sostiene que el principal trastorno en el TLP es la desregulación de las emociones. La desregulación de las emociones es el resultado conjunto de cierta disposición biológica, cierto contexto ambiental y determinada transacción entre estos dos factores durante el desarrollo.
La teoría afirma que los sujetos con trastorno de personalidad límite tiene dificultades para regular varias, si no toas sus emociones. Esta desregulación sistémica está producida por la vulnerabilidad emocional por el uso de estrategias de modulación de las emociones inadecuadas y poco adaptativas.
Factores de predisposición
1. Trastornos psicopatológicos que se inician en la infancia
La hiperactividad constituye un marcador central de la mala adaptación general a la etapa adulta.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, junto con otras variables como las relaciones familiares poco definidas, la falta de límites y un posible trauma en la infancia, se considera el patrón más asociado a un posterior desarrollo del trastorno límite de la personalidad.
Un segundo diagnóstico asociado al desarrollo de este trastorno es el trastorno negativista desafiante, caracterizado por el negativismo, la rabia, los problemas de comportamiento, la hostilidad y la inadaptación.
2. Acontecimientos vitales y hechos psicosociales
Carencias afectivas y distorsiones relacionales de la primera infancia (Kernberg, Kohut, Mahler, Masterson y Erikson).
Los estilos educativos y actitudes de los padres, ligados o no a trastornos psicopatológicos de éstos, parecen tener un papel que predispone a la aparición del trastorno.
Desestructuraciones y disfunciones familiares graves que inciden directamente en los estilos de comunicación familiar.
Una incidencia más elevada de abusos sexuales durante la infancia en pacientes diagnosticados de trastorno límite.
Tendencias hacia el proceso primario de pensamiento: Igual que Robert Knight, Kernberg señaló que estos pacientes tienden a regresar hacia el pensamiento de tipo psicótico en ausencia de una estructura o bajo la presión de afectos intensos. Sin embargo, estos cambios ocurren principalmente en el contexto de una prueba de realidad por lo general.
Operaciones defensivas específicas: Por encima de estas defensas estaba la escisión e introyectos contradictorios uno del otro. La escisión en las personas con organización bordeline de la personalidad se manifiesta de la siguiente manera: 1) una expresión alternada de conductas y actitudes contradictorias, que el paciente no considera importantes y las niega débilmente; 2) una compartimentación de todas las personas que están vinculadas con el paciente en partes “buenas del todo” y “malas del todo”, con oscilaciones frecuentes en tre estas partes en cada individuo; y 3) visiones contradictorias coexistentes e imágenes de uno mismo (representaciones del self) que alternan en su predominio de día en día de hora en hora. Otras defensas como la idealización primitiva, la omnipotencia y la desvalorización reflejan de modo similar las tendencias de escisión. La identificación proyectiva, en la cual las representaciones del self o del objeto son escindidas o proyectadas sobre otros en un esfuerzo para controlarlas, es otra defensa que predomina en la organización bordeline de la personalidad, de acuerdo con Kernberg.
Relaciones de objeto patológicas internalizadas: Como resultado de la escisión, la persona con organización borderline de la personalidad no ve a las otras personas como poseedoras de una mezcla de cualidades positivas y negativas. En cambio, los otros son divididos en extremos polarizados y son considerados, usando las palabras de una paciente como “dioses o diablos”. Estos individuos no pueden integrar los aspectos libidinales y agresivos de otros, lo que inhibe su capacidad para apreciar verdaderamente las experiencias internas de otras personas. Sus percepciones de los otros pueden alternar diariamente entre la idealización y la migración, lo que puede ser muy perturbador para cualquiera que esté relacionado con él. De modo similar, su incapacidad para integrar representaciones positivas y negativas del self resulta en una profunda difusión de la identidad.