Tema 5 QUE HARIAS SIN LIBERTAD QUE EL MUNDO NO PUEDE DAR.pdf
Examen oración colegio Santa Teresita
1. Colegio santa teresita Misión-Retiro 2014-10-21
APRENDER A EXAMINAR LA ORACIÓN
Lo que buscamos mediante el examen es darnos cuenta de “qué pasó” en este rato de
oración. Al terminar la oración, trataremos de recordar y describir lo ocurrido. A veces
es difícil encontrar las palabras adecuadas. Tenemos que perseverar e ir "probando"
hasta poder expresarnos con nuestra verdad.
Pongamos un ejemplo: si una persona con los ojos vendados me pregunta cómo está
arreglada esta habitación, y yo le respondo “está bien arreglada...”, se quedaría con las
ganas de saber algo más. Para responerle adecuadamente, tendré que dar más detalles:
las medidas, la luz, las formas, los colores, etc.; hasta que dicha persona tenga una idea
más precisa y completa. Algo semejante sucede en el examen de la oración.
¿Qué ocurre en el rato de oración?
A simple vista, en una gota de agua parece “no haber nada”. Pero si la miramos al
microscopio, encontraremos en ella un mundo bullicioso de vida. Lo mismo pasa con el
tiempo de oración. Muchas veces nos parece que "no pasó nada", pero no es así; si
prestamos atención, vamos a descubrir que en realidad ocurrieron muchísimas cosas:
recuerdos, distracciones, aburrimiento, deseos, paz, desánimo, temor, pereza, dulzura,
desconfianza, gozo, lágrimas, angustia, duda, vacío, entusiasmo, dolor, coraje,
convicción. Estas cosas pueden parecer pequeñeces, pero no es así. Por medio de esas
“pequeñeces”, la palabra de Dios resuena en nuestro corazón.
Lo que no debemos hacer cuando examinamos la oración:
- Juicios de valor: es frecuente que quien reza se autojuzgue así: “perdí el tiempo en
esta oración”, “todo me salió muy bien”, “hoy, un desastre”, "hubiera podido
aprovechar más en otra cosa”…, “no sé rezar”. ¡Cuidado! No se trata de hacer juicios,
sino solamente de describir.
- Tampoco se trata de hacer comentarios al Evangelio: muchas veces quien reza va
tejiendo comentarios y reflexiones impersonales, pero que en el fondo no lo implican ni
lo comprometen, y que incluso sirven para ocultar la verdad del propio corazón. El
examen atiende más a los sentimientos y estados de ánimo que el encuentro con
Dios en la oración provocó en el corazón.
Debemos prestar atención:
- A los sentimientos: es importante advertir, darnos cuenta cómo nos sentimos al
comenzar y cómo nos quedamos al terminar el rato de oración, de encuentro con Jesús,
es decir, hacernos sensibles a los cambios de estado de ánimo que se hayan producido.
¿Me sentí bien?, ¿Me sentí mal? Intentaremos ponerle nombre a esos sentimientos (cfr.
Lista).
- Pero como los sentimientos no vienen solos, sino que me sugieren pensamientos, ideas,
recuerdos, cosas para hacer, imágenes, palabras o frases, trataremos de describir los
contenidos que acompañan a los sentimientos.
Se trata de unir sentimientos con pensamientos
1
2. Colegio santa teresita Misión-Retiro 2014-10-21
Finalmente, también es importante perseverar en el ir tomando notas:
Lo que se examina una sola vez, no conduce a nada. Es necesario acumular
observaciones durante un tiempo lo más largo posible: reunir meditaciones
tempestuosas, fervorosas, animadas, desoladas. Es importante hacer el examen de cada
una de mis oraciones, a fin de poder descubrir que existe un hilo conductor en todas
ellas. Recién entonces, y muchas veces con la ayuda de un acompañante espiritual
podré percibir las “huellas” del Señor en mi vida, y cuál es lo que el quiere para mí,
cual es su propuesta para mi vida.
LISTA DE SENTIMIENTOS
abatimiento
aborrecible
aburrimiento
acabado
aceptación
afectuoso
aflicción
agradecimiento
agresividad
aislamiento
alarmado
alegría
aliento
amable
amenazado
amor
angustiado
ánimo
ansiedad
ansioso por agradar
antipatía
apacible
apasionado
apatía
aprecio
aprehensión
atento
aunténtico
autonomía
calidez
calma
caridad
celos
cerrado
claridad
cobardía
comedido
comodidad
compasión
comprensión
comprometido
confianza
confusión
congoja
consternación
contento
control
creatividad
cruel
culpabilidad
curiosidad
debilidad
decepción
dependencia
depresión
desaliento
desánimo
desconfianza
descontrol
desenfreno
deseoso de agradar
deseoso de
impresionar
deseperanza
desesperación
desestimado
desgarro
desolación
desprecio
destrozado
disperso
displicente
distanciamiento
diversión
dolor
dominio
egoísmo
engaño
enojo
entusiasmo
envidia
escrupuloso
esperanza
euforia
evasión
exitación
falsedad
fatalismo
fealdad
felicidad
fracaso
frialdad
frustración
fuerza
ganador
generosidad
gozo
harto de vivir
herido
hiperactivo
hipercrítico
hipocresía
homicidio
hostilidad
huidizo
ignorancia
impotencia
incapacidad
incomunicación
indecisión
independencia
indiferencia
inferioridad
inhibición
inmovilidad
inquietud
inseguridad
insensibilidad
insignificancia
intolerante
inutilidad
irrealismo
júbilo
lealtad
lentitud
llanto
madurez
maltratado
manipulación
masoquismo
melancolía
miedo
necesidad
negación
nervioso
nostalgia
odio
optimismo
orgullo
parálisis
paz
perdida
perplejidad
persecusión
pesadumbre
pesimismo
preocupación
protección
pusilanimidad
quietud
rabia
rebelión
recelo
rechazo
rencor
repulsión
risueño
sadismo
satisfacción
seducción
seguridad
sensibilidad
silencio
simpatía
soledad
suceptibilidad
superficialidad
superioridad
temor
ternura
terror
testarudez
timidez
tolerancia
tranquilidad
tristeza
triunfador
utilizado
valentía
venganza
vergüenza
violencia
2
3. Colegio santa teresita Misión-Retiro 2014-10-21
EJERCICIO PARA DESPUÉS DE LA ORACIÓN PERSONAL
Responde a las siguientes preguntas, teniendo en cuenta la experiencia de oración
que acabas de hacer.
1. ¿Preparaste la oración? ¿Seguiste paso a paso las indicaciones de la hoja guía?
¿Te ayudó en algo? ¿Qué te ayudó más? ¿Por qué? ¿Hubo algo que no te ayudó? ¿Por
qué?
2. ¿Cómo estabas cuando comenzaste la oración? (contento, triste, aburrido,
animado, cansado, entusiasmado, con esperanza, sin ganas, indiferente...)
3. ¿Respetaste el horario y el tiempo previsto para la oración? ¿Cómo reaccionaste
ante las eventuales distracciones? El lugar que elegiste para hacer tu oración, ¿te
ayudó?
4. ¿Pudiste ponerte en presencia de Dios? ¿Te tomaste el tiempo necesario como
para ir entrando lentamente en clima de oración? ¿Qué posición corporal elegiste para
orar? ¿Te ayudó?
5. Si se trataba de la contemplación de una escena evangélica, ¿pudiste imaginar
el lugar donde se desarrollaba el misterio en que se centraba la oración? ¿Qué viste?
6. ¿Tuviste presente la petición, es decir, la gracia que buscabas en este rato de
oración?
7. ¿Alguna idea, pensamiento, recuerdo, imagen, etc., te estorbó en la oración,
fue causa de distracción permanente? ¿Cuál? ¿En qué momento: al empezar, en medio
de la oración, al terminar?
8. ¿Pudiste hablar con el Señor, con franqueza, con confianza, “como un amigo
habla a otro amigo”? ¿Pudiste contarle lo que sentís? ¿Cómo te pareció, cómo sentiste
que estaba Jesús con respecto a vos?: cercano, lejano, como amigo,interesado
indiferente, conmovido, contento...
9. ¿Qué fue lo que más te gustó de todo lo que reflexionaste, de lo que sentiste,
de lo que le dijiste al Señor, de lo que hiciste en este rato de oración…? ¿Podés
reconocer especialmente algún signo de la presencia y de la acción del Espíritu Santo?:
(alegría, paz, gozo, serenidad, fortaleza, paciencia, magnanimidad, silencio interior,
entusiasmo, ganas de amar más al Señor) ¿Descubrís algún deseo nuevo, algo que te
sentís movido, motivado a hacer…?
10. ¿Cómo terminaste la oración? ¿Cómo te sentías al final de este rato de
oración?
11. ¿Podrías indicar alguna “gracia”( regalo especial de Dios) recibida?
***
3