1. El día lunes muy temprano, me dirigía al Municipio de Actopan en autobús, para realizar la
jornada de observación previa a la jornada de práctica, me encontré con los compañeros que
estarían conmigo en el trascurso de la semana, en la telesecundaria 251 de la comunidad de
La Estancia. No sabía que pensar al respecto de la escuela, del comportamiento de sus alumnos
y de la personalidad de sus docentes, para mi fortuna dos de mis compañeras habían estado
con anterioridad en dicha escuela, lo que me facilitó un poco de esa información que me hacía
falta, ya que el día asignado para pedir permiso en la institución, de lo único que pude
percatarme, fue del cambio de director.
Llegué a la escuela tranquilo, con el único pensamiento en mi cabeza, de seguir el protocolo de
siempre, cuando arriba uno por primera vez a una escuela como observador, (saludar a
maestros, director, administrativos, alumnos). Pasé a dirección con mis demás compañeros e
hice lo propio presentarme y saludar, después me integré a los honores a la bandera, propios
del día lunes. Cuando el programa estaba por concluir, la directora tomó el micrófono para hacer
un anuncio a los estudiantes, “En la presente semana, nos acompañarán los compañeros
docentes que realizaran sus observaciones en la escuela”, dicho esto prosiguió con algunas
otras recomendaciones.
Rompimos formación y nos dirigimos nuevamente a la dirección para hablar con ella sobre los
grupos que deseábamos observar, como la escuela solo contaba con dos grupos por grado,
dos de nosotros observaría grados diferentes al 2do, enseguida fuimos conducidos por ella a
los salones, afortunadamente me tocó el salón pretendido. Me preguntaba ¿Cómo sería el
carácter del profesor?, ¿Cuál sería su forma de trabajo? ¿Y si su forma de ser y trabajar se
acoplaría a la mía?.
Apenas entré a sus salón, me presentó ante el grupo, “El maestro estará con nosotros esta
semana como observador, así que compórtense” y me dejó hablar sobre mí a sus alumnos, les
dije “Mi nombre es Alan Joseph Covarrubias López, vengo de la Escuela Normal Superior del
Estado de Hidalgo y estaré con ustedes una semana, observando, para después regresar a
darles clases. El profesor me asignó un escritorio y silla para que estuviera cómodo en mi
estancia con él, e hizo a algunos de sus estudiantes que los acomodaran en un rincón.
2. Al sentarme observé que el salón estaba en buenas condiciones, que en las paredes estaban
pegados múltiples trabajos de los alumnos, los cuales consistían en láminas de las asignaturas
de inglés, matemáticas, historia. Comencé viendo la clase de Ciencias con énfasis en Física, la
manera de enseñanza del profesor en un principio me pareció buena, porque antes de
comenzar con el tema de la sesión en específico, realiza preguntas para rescatar los
conocimientos previos de los alumnos.
Como el tema que se encontraban abordando era el uso de los modelos en la física el docente
preguntó “¿Para qué creen que se utilicen los modelos en la asignatura de física?”, algunos
alumnos respondieron que para dar explicación a fenómenos, hasta ese entonces me parecía
un grupo participativo y normal, pero conforme avanzaba la clase, el mal comportamiento por
parte de los alumnos varones se iba haciendo cada vez más evidente.
Cuando el profesor terminó la explicación de forma oral que estaba dando a sus alumnos, se
dirigió a su lugar, dejando a los estudiantes que contestaran el libro de texto, cuando esto
ocurrió, noté que las mujeres y los hombres están separados, todas las alumnas se encuentran
del lado izquierdo del salón, mientras que los hombres del lado derecho, esta distribución me
hizo notar más fácilmente el porqué de su mal comportamiento.
Me admiré de la pasividad del profesor, al no llamarle mucho la atención a los hombres, siendo
que estos lanzaban objetos, (Borradores, lápices, correctores,) los cuales no pasaban muy lejos
del maestro, en dos ocasiones casi lo golpean, y este lo único que hacía, era decirles “Haber
continua con la lectura”, incluso los estudiantes varones dicen muchas maldiciones en el
transcurso de la clase y ni las alumnas se quejan.
El pésimo comportamiento me hace tener muchas inquietudes e incluso me pregunto ¿Podré
controlarlos en la jornada de práctica?, ¿Cómo haré para que me respeten sino lo hace con el
titular?, lo primero en lo que pensé, fue en que llegado el día, me resultaría desfavorable
imponerme ante ellos, lo que debía hacer, era entablar conversación lo más pronto posible, y
lograr su empatía con algún gusto en común.
3. Como ya había tenido experiencias desagradables en semestres anteriores, al observar grupos
parecidos, tenía conocimiento de los escenarios desfavorables que me deparaban, no tardé en
reflexionar sobre esto cuando los jóvenes hacían comentarios de mí, lo digo porque hablaban
a escondidas y me señalaban, y sentí que como observador no podía hacerle comentarios de
ese tipo al docente titular, porque si él les llamaba la atención, o decía algo, sabrían que fue por
mí.
En las ocasiones en donde los alumnos llevaban a cabo sus bromas o juegos, me volteaban a
ver, no sé con qué intención, yo solo me limitaba a sonreírles, había uno en particular que
voleaba de su asiento para mirarme constantemente, me preocupó que quisiera retarme o algo
parecido en un principio, pero después no le di mucha importancia.
Me di cuenta que cuando el docente está parado de su asiento, ya sea que esté al frente del
grupo con su explicación, o que camine entre ellos cuando realizan alguna actividad, estos
cambian su comportamiento a mejor, los digo porque en la clase de español, estos debían
realizar una entrevistas para aplicarlas, mientras eso ocurría caminaba a su alrededor, y en la
clase anterior también fue notorio que mientras el daba la explicación la mayoría permanecía
en silencio.
En lo que los alumnos hacían sus entrevistas en equipo, me hicieron algunas travesuras, en
especial lanzarme bolitas de papel, después se acercaron a mí para aplicarme sus
cuestionarios, fue en ese momento cuando me di cuenta que el joven que me observaba mucho
quería en realidad hacer amistad conmigo, revisé su trabajo, se quedó un momento hablando
conmigo sobre teléfonos celulares, me pidió que de favor le pasara aplicaciones, desde ese
momento los demás hombres se me acercaron para hablar de lo mismo y rápidamente hicimos
amistad por este motivo.
La verdad debo decir que después de este episodio, me sentí mucho mejor, pude idealizar
algunas cosas que me servirían en el futuro, cuando me encontrara practicando con ellos, y me
di cuenta de cuán importante es, que el observador lleve a cabo una actividad con los alumnos
observados, para que de inmediato pueda establecerse una relación con ellos por medio de sus
intereses, o simplemente para tener un primer acercamiento y sondear comportamientos.
4. Otra de las cosas de las que pude percatarme, conforme pasaron los días fue los alumnos,
tanto hombres y mujeres, no prestan atención a los programas televisados, y que a pesar de
ello, el docente insiste tanto en ver en cada una de las asignaturas.
El maestro enciende el televisor, se sienta realiza otra actividad, y descuida que sus alumnos
estén poniendo la atención debida, cuando el programa termina, pregunta a algunos de que se
trató, en ocasiones si sabe quiénes no estuvieron poniendo atención, les pregunta, pero los
jóvenes solo contestan respuestas muy breves, que generalmente es lo último que alcanzaron
a oír cuando el programa estaba por terminar, otros solo dicen el título de la sesión o secuencia,
hay quienes de plano le contestan que no saben.
El elemento más constante en mis observaciones es la falta de disciplina dentro del salón,
porque no importa que asignatura se esté abordando con el maestro, los alumnos se la pasan
jugando, aventándose, diciendo malas palabras a todo momento, y esto es algo que me sigue
preocupando a pesar de que logré hacer amistad con ellos anteriormente.
El día de hoy me llevé una gran sorpresa, cuando entré con los alumnos a la clase de
computación, que toman en un centro de ICATHI, ya que en el centro tienen a una maestra que
les imparte la asignatura, y que me doy cuenta que los controla mucho mejor que el otro
docente, la profesora da las indicaciones para que los estudiantes se pongan a trabajar en las
maquinas, estos la obedecen y el salón está en completo silencio, con los alumnos realizando
tablas y demás trabajos en la computadora , así transcurren dos horas de clase sin ningún
inconveniente.
Después de regresar al salón, compruebo tras la clase pasada, que los alumnos de este grupo,
saben comportarse y que según a mis observaciones hasta el momento, no lo hacen por la
forma de ser del maestro, tan pasiva, porque permanece sentado la mayor parte de sus clases,
y no les llama la atención, los descuida un poco al momento de ver las clases televisadas.
5. Al pasar de los días, identifico que el profesor implementa una actividad todas las mañanas,
llamada según los alumnos, “Para empezar el día” que es la primera actividad que se realiza
independientemente de la materia que toque en la primera hora, estas actividades son pruebas
que el profesor lleva a sus alumnos, en su mayoría son ejercicios de matemáticas. Que cuando
los alumnos terminan se socializan las respuestas.
Las orientaciones didácticas que el docente utiliza con sus alumnos, están encaminadas al uso
del libro de texto en todas las asignaturas, las clases siempre comienzan con los estudiantes
viendo el televisor, el maestro contextualiza los contenidos, utiliza preguntas generadoras,
después da una explicación de forma oral, pide a sus alumnos que den respuesta al libro, al
final comparan las respuestas, pide algunas participaciones y se apoya de algunas alumnas
para escribir en el pizarrón las actividades restantes.
Lo que mencioné en el párrafo anterior, pude observarlo a lo largo de mi estadía, sobre todo
de manera más marcada, en asignaturas como inglés e historia, en inglés la actividad que se
realizaba siempre era la lectura de oraciones en el libro por parte del profesor, traducía algunas
y por último pedía a sus estudiantes traducir las restantes y contestar el libro.
En la asignatura de historia, todas las actividades estaban basadas en las marcadas en el libro,
respuesta de preguntas, observación de mapas entre otros, algo particular que ocurría en la
clase, era la tendencia que mostraba el maestro, al relacionar los contenidos de historia con los
de formación cívica y ética, para que los alumnos apreciaran más los valores que gozan en
estos momentos, a diferencia de las personas que vivieron en periodos parecidos a los de la
guerra u otros conflictos.
Para con concluir mi experiencia, puedo decir, que me quedo con la contextualización que utiliza
el maestro con sus alumnos, la forma en que este brinda su explicación oral, entendible para el
nivel de los jóvenes, pero también, con el mal comportamiento que muestran los alumnos,
debido a la forma de ser del profesor un tanto pasiva, lo tomo como una vivencia, de la que
puedo sacar mucho provecho para tratar casos futuros de mal comportamiento en el aula.