Este documento discute cómo la tecnología digital redistribuye la actividad cognitiva entre los usuarios y los dispositivos, y cómo Internet permite la redistribución de información a costos y plazos extremadamente bajos. También contrasta cómo Internet es activo a diferencia de la escritura e imprenta, y examina si las tecnologías de la información y comunicación podrían hacer que desaparezcan tradiciones y conocimientos.