1. SONREIR + REÍR + LEER
(los sumandos no alteran el producto)
¿Es bueno reírse?
Las endorfinas se liberan cuando sonreímos.
A medida que se incrementan las endorfinas, se reduce el cortisol, la hormona del
estrés.
Reír expande los pulmones, estira y relaja los músculos del cuerpo y estimula la
homeostasis.
Una buena carcajada puede ayudar a liberar emociones.
Sonreír nos hace parecer más accesibles. La interacción con otras personas se
hace más fácil y más agradable cuando se comparten sonrisas y risas, y estas
conductas son contagiosas.
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Ilustración de Roger Olmos en «La cosa que más duele del mundo» OQO
Selección de Laura Brito - Laura Santana - Lorena Alvarado - Mónica González - Daniel Martín - Noelia Reyes
Libros que nos hacen sonreír
La cosa que más duele del mundo
Paco Liván / Roger Olmos
OQO Editoria
La hipótesis que formula la liebre, lo que más duele del mundo es la mentira, será demostrada
en un relato fantástico y divertido que provocará en el lector, además de alguna carcajada, la
reflexión y una respuesta emocional.
El ogro, el lobo, la niña y el pastel
Philippe Corentin
Corimbo
Es la historia de un ogro que vuelve de cazar acompañado por un lobo, una niña y un
pastel. Pero sólo puede atravesar el río con un pasajero a la vez. Un libro
irresistible para quienes no conocen la historia y para quienes creen conocerla.
¿Quién ha visto mi orinal?
Mij Kelly / Mary Maquillan
Serres
Suzy ha perdido su orinal en la granja y se tiene que aguantar las ganas. Desesperada pregunta a todos
los animales, pero no hay manera, nadie ha visto su orinal. Cuando está a punto de hacerse sus
necesidades entre unas plantas, ¡su orinal aparecerá! Un libro divertido para tratar de forma poco
embarazosa el tema de las necesidades de los niños.
2. SONREIR + REÍR + LEER
(los sumandos no alteran el producto)
Selección de Laura Brito - Laura Santana - Lorena Alvarado - Mónica González - Daniel Martín - Noelia Reyes
Libros que nos hacen sonreí
El ratón que se comió la luna
Petr Horácek
Editorial Juventud
Un pedazo de luna cae del cielo y el Ratoncito no puede resistirse a darle un mordisquito... y otro…
¿Pero qué le pasará ahora a la luna? ¿Ya no volverá a ser redonda?
El buen lobito
Nadia Shireen
Para ser un lobo de verdad:
1. Hay que aullarle a la luna.
2. Hay que derribar casas a soplidos.
3. Hay que comerse a la gente.
Al Buen Lobito le encanta preparar postres riquísimos, siempre se acaba tooooda la verdura del plato
y es encantador con todos sus amigos. ¡Es un lobito muy BUENO! Pero se supone que los lobos de
verdad no son buenos, sino MALOS, muy MALOS...
El pollo desplumado
Chih-Yuan Chen
Thule
Un huevo se resquebraja. Del huevo sale un pollo. Un pollo desnudo, sin una sola pluma, que se acatarra
con cualquier corriente de aire. Un día se encontró con cuatro pollos de un plumaje espléndido y quiso
ser su amigo, pero ellos desdeñaron al pollito desnudo. El pollito se enfangó en un barrizal. Y una ráfaga
de viento lo cubrió de hojas y papeles y otras cosas. Su vestido a la última moda fascinó a los cuatro
pollos, que ahora sí lo quisieron como amigo. Pero las apariencias a veces son muy engañosas y la
amistad va más allá de lo que hay en el exterior.
El cuento de la hormiguita que quería mover las montañas
Michael Escoffier / Kris Di Giacomo
Kókinos
Una niña le pide a su mamá que le cuente un cuento, pero no de hormiguitas. Y menos de las que quieren
mover montañas. Prefiere que haya un dragón maleducado que echa fuego por la boca y además
desencadena un montón de desbarajustes.
Josefina al acecho
Alexander Steffensmeier
Josefina es una vaca diferente a las demás. Desde primera hora de la mañana ya está nerviosa
e impaciente, porque lo que más le gusta en el mundo es asustar al cartero cuando viene a la
granja a repartir el correo. Josefina se esconde cada día en un sitio distinto, y siempre consigue
su objetivo.
¿Dónde están mis gafas?
María Pascual de la Torre
Thule Ediciones
El orondo protagonista de este cuento ha perdido las
gafas. Las busca bajo la mesa, en la nevera, en la boca
de su perro (donde hay desde móviles hasta mariposas,
pero ni rastro de las gafas).