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los molinos HidrÁulicos (ar¬ā’ )
de cereales en al-andalus
un estudio multidisciplinar a partir de fuentes jurídicas araboislÁmicas
inmaculada camarero castellano
FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO
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los molinos HidrÁulicos (ar¬ā’ )
de cereAles en Al-AndAlus
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs
inmAculAdA cAmArero cAstellAno
Accésit de lA Vi edición del Premio GArcíA-dieGo 2011
edición
fundAción juAnelo turriAno
diseño y maquetación
ediciones del umbrAl
© de la edición, fundación juanelo turriano
© del texto, la autora
© de los dibujos, juan de nascimento camarero
© de la fotografía de cubierta, Germán Pecellín muñoz
isbn 978-84-695-7841-4
tema de cubierta: molino de benarosa de Alcalá de Guadaira, sevilla
A la memoria de mis padres, jAcobo cAmArero morAles y ÁnGeles cAstellAno illescAs
11
introducción
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs
fuentes ArAboislÁmicAs
fuentes jurídicas
fuentes histórico-geográficas
fuentes agrícolas andalusíes
tratado sobre alimentación
fuentes cristiAnAs
fuentes lAtinAs Anteriores Al s. Viii
33
cAPítulo 1
un Poco de HistoriA
41
cAPítulo 2
noticiAs sobre lA locAlizAción de los molinos HidrÁulicos
en lAs fuentes ÁrAbes
49
cAPítulo 3
un cAso esPeciAl: los molinos de AGuA del reino de GrAnAdA
lA AlimentAción cereAlísticA
59
cAPítulo 4
cArActerísticAs GenerAles
73
cAPítulo 5
elementos Que comPonen los molinos de AGuA HArineros
111
cAPítulo 6
elementos eXternos Que formAn o rodeAn el molino HArinero
129
cAPítulo 7
el oficio de molinero
133
cAPítulo 8
el Proceso de lA moliendA
139
cAPítulo 9
mAntenimiento de los molinos HidrÁulicos de cereAles
147
cAPítulo 10
clientelA del molino HArinero citAdA en lAs fuentes ÁrAbes
153
cAPítulo 11
¿Qué cobrA el molinero Por su serVicio?
159
cAPítulo 12
miscelÁneA de contrAtos en torno Al molino de AGuA
ArrendAmiento Y concesión de los molinos de AGuA
declaración del estado de ŷ×’i¬a en los molinos
AlQuiler de serVicios de PersonAs
AlQuiler de bestiAs
comPrAVentA de molinos de AGuA
contrAtAción PArA lA construcción de molinos
sociedAd estAblecidA PArA lA eXPlotAción de un molino
lA diVisión Y el derecHo de retrActo en los molinos
molino constituido en HAbiz (ta¬b÷s)
donAción de molinos
AbAndono Y Posterior concesión de un molino
219
cAPítulo 13
el molino como PArte de un sistemA HidrÁulico
231
cAPítulo 14
los conflictos de los molineros
los conflictos entre molineros Y AGricultores
los conflictos entre molineros Y mAdereros
los conflictos entre los molineros Y sus Vecinos
los conflictos entre molineros
257
cAPítulo 15
los molinos Y lAs PesQueríAs
261
cAPítulo 16
resPonsAbilidAdes del molinero frente A sus clientes
275
cAPítulo 17
los frAudes de los molineros
287
conclusiones
309
esQuemAs GrÁficos
317
léXico de términos ÁrAbes Y su trAducción en relAción con los molinos de AGuA
353
biblioGrAfíA Y fuentes
11
el molino de agua fue la primera máquina movida por una energía natural y ha constituido
un elemento primordial del progreso humano y técnico, imponiéndose durante más de
mil ochocientos años como la única máquina, junto con el molino de viento pero en menor
medida, que será utilizada para todas las necesidades industriales2
. Para marc bloch:
“el descubrimiento del molino hidráulico constituyó, dentro de lo que
eran los molinos de que disponía la humanidad, un progreso compa-
rable a los del s. XiX y llevó consigo una prodigiosa transformación.”3
en ellos, la molturación de los granos se produce gracias a la transformación de la energía
cinética del agua en un movimiento rotatorio que, por fricción entre dos muelas, consigue
obtener harina del cereal.
introducción
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de
fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs1
1
estudio financiado por la fundación ibn al-jatib de estudios y cooperación cultural en 2009 y Accésit del Premio internacional
García-diego en su Vi edición a la investigación de la Historia de la técnica, otorgado por la fundación juanelo turriano (mayo
de 2012).
2
sylvain-touche, K., “description du mécanisme interne d’un moulin à eau”, en durand, A., (ed.), jeux d’eau. moulins, meuniers
et machines hydrauliques (Xie
-XXe
siècle), études offertes à G. comet, cahier d’Historie des techniques, 7 (2008), p. 271.
3
bloch, m., la Historia rural francesa: caracteres originales, barcelona, 1978, p. 313.
12 introducción
efectivamente, a través de la fuerza mecánica del agua, el hombre ve facilitado el trabajo
de aprovechamiento de uno de los productos básicos para su subsistencia, como es el
grano alimenticio.
Así pues, el molino constituye, desde el punto de vista de la nutrición, un instrumento
esencial para la transformación industrial de los cereales en harina, que resulta más apta
para la alimentación humana, al mismo tiempo que, desde el punto de vista de la econo-
mía, la fuerza del agua que mueve su maquinaria está íntimamente relacionada con el
desarrollo económico que se genera en torno a los cereales y a la molienda.
en al-Andalus funcionaban otros tipos de molinos, separados entre sí según la fuerza que
los accionaba. de este modo, podemos encontrar, además de los de agua, molinos de
viento, de mareas y de sangre, aparte de los manuales, que eran domésticos. sin embargo,
de entre todos ellos, los hidráulicos son los más abundantes en tierras andalusíes y, sobre
todo, los construidos al borde de un curso de agua sobre el que se solía levantar una presa
(sudd) para asegurarse el caudal y la fuerza suficiente para su funcionamiento.
la relación que tiene el molino harinero andalusí con los cursos de agua continuará du-
rante toda la época medieval cristiana. Allí donde fuera posible un caudal estacional o
anual, había una instalación molinera. los geógrafos árabes confirman la existencia de
un extensísimo número de molinos hidráulicos instalados no sólo en los principales ríos,
sino también en las riberas, en los torrentes e, incluso, en las acequias y tanto en las ciu-
dades como en los pueblos. en estos últimos, los molinos se edificarán cerca de las tierras
cultivadas de cereales.
la molinería, pues, aparece como una industria muy arraigada al medio rural y se ha con-
siderado como la primera intervención del hombre en el medio ambiente, al aprovechar
al máximo todos los recursos hidrológicos y materiales que tiene a su alcance, con el fin
de transformar el grano en alimento apto para el hombre. Por esta razón, Álvarez llopis
considera que, por el hecho de esa intervención humana, la posibilidad de que hubiera
una menor expansión en el mundo islámico de estas industrias, comparado con las que
se instalaron en la época feudal que fueron numerosísimas, puede deberse a un mayor
control de la explotación del medio, sobre todo en lo referente a los recursos hídricos,
que son explotados de una forma más ecológica, al no disponer de ellos en abundancia.
sin embargo, en la sociedad cristiana del norte de la Península, esto no ocurre, ya que
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 13
estos recursos son mucho más numerosos al disfrutar de una mayor pluviosidad, por lo
que los molinos son puestos en marcha sin tanto control hidrológico4
.
los musulmanes son maestros en captar aguas superficiales y subterráneas, mediante ca-
nales, acequias, pozos y qanats, y en elevar el agua, mediante norias y azudas, creando,
con ello, espacios regados en zonas áridas o semiáridas e instalando molinos tanto en
unas áreas como en otras.
los andalusíes aprovecharon las obras hidráulicas romanas que se encontraron, y que
fueron infrautilizadas por los visigodos, sacándoles un provecho muy superior al de aqué-
llos y logrando, durante los ocho siglos de pervivencia araboislámica en nuestra Penín-
sula, un desarrollo social y económico como no había existido hasta el momento. Y esta
transformación se llevó a cabo, sobre todo, gracias a la proliferación de los ingenios hi-
dráulicos, que produjeron novedades, sobre todo, en el ámbito laboral, al extenderse las
relaciones contractuales entre los propietarios, arrendatarios y usuarios en torno a esta
industria, con las consecuencias para la economía que esto reportaba.
también con los molinos hidráulicos se conseguía utilizar menos mano de obra, con lo
que abarataba el coste de la harina obtenida. Así pues, cuando se dan varias circunstancias
juntas que conducen a la creación y difusión de un fenómeno concreto, como éste de la
molinería, se ha considerado que responde a una “necesidad social ampliamente sentida”.
efectivamente, es marc bloch el que defiende esta teoría y el que, al mismo tiempo, jus-
tifica que la invención se difunda y que la construcción de la nueva máquina se convierta
en una práctica corriente5
.
es importante partir del hecho de que la economía andalusí se basaba principalmente en
la agricultura y que, dentro de ella, la molturación de los cereales era una actividad que
seguía a la obtención del grano y que generaba mucha riqueza, tanto para los molineros,
como para la gente que trabaja en torno a esta industria. Y qué decir sobre el beneficio de
transformar el grano en harinpanificable, alimento de primera necesidad en la época an-
dalusí. Así pues, siendo los cereales un alimento de primera necesidad y el pan uno de los
más consumidos, la molturación se convirtió en una actividad industrial fundamental para
4
Álvarez llopis, mª e., “el molino hidráulico en la sociedad hispano medieval, s. X-Xiii”, i coloquio de Historia y medio fí-
sico, instituto de estudios Almerienses, departamento de Historia, 1989, pp. 660-661.
5
citado por Aguadé nieto, s., “notas para el estudio del molino hidráulico en cuenca (1177-1300)”, Almud, 5 (1982), p. 58.
14 introducción
la vida diaria en al-Andalus. Por ese motivo, la molinería no sólo tuvo un desarrollo para-
lelo al de la tierra y los cultivos, sino que provocó un mayor y más inteligente empleo del
agua, pero, sobre todo, del agua como fuerza motriz. esta utilización de la energía hidráu-
lica conseguía más cantidad y más calidad en la harina resultante, en comparación con la
obtenida del grano molturado en los molinos de sangre o en los manuales, los cuales, por
otra parte, no se llegaron nunca a suprimir. sobre las ventajas del molino hidráulico sobre
los otros dos, el geópono andalusí ibn al-þAww×m (s. Xii-Xiii) afirmó que: “la harina
molida en piedra de agua es mejor que la molida en piedra de bestias”6
.
los molinos hidráulicos andalusíes no hicieron desaparecer los de sangre movidos por
animales, tal y como ocurrió en roma, en donde llegaron a ser incluso más abundantes.
en al-Andalus hay constancia de que eran muchos los edificios y viviendas dedicadas a
la molienda usando bestias, según podemos ver en las fuentes árabes y cuyo estudio es-
peramos realizar muy pronto. esta manera de molturar por medio de animales no terminó
con la reconquista, sino que pervivió durante muchos siglos, casi hasta nuestros días7
.
en cuanto a los molinos manuales, los usaban normalmente las mujeres en casa, para uso
exclusivo de la familia y su utilización pervivió hasta el final de la época nazarí. en contra
de lo que parece que ocurrió en la zona cristiana, el molino de mano en al-Andalus no
sufrió presiones por parte del estado ni por ninguna institución. efectivamente, hay datos
que confirman que hubo quienes pretendieron acabar con ellos, porque “chocaba con los
intereses económicos de los señores e instituciones propietarias de molinos hidráulicos”8
.
Por otra parte, hay que señalar que el desarrollo agrícola de una zona determinada está
íntimamente relacionado con el tipo y la cantidad de molinos que se instalan en ella. Así
pues, en las zonas cerealísticas, y más aún si en ellas hay mucha población, se encontra-
rían un número mayor de estas industrias por la gran demanda de harina que esto supone
6
ibn al-þAwwām, Kitāb al-filā¬a, ed. y trad., j.A. banqueri, libro de agricultura, 2 vols., madrid, 1802 (ed. facs. con introd. y
estudio de e. García sánchez y j.e. bermejo, madrid, 1988), ii, p. 24.
7
Véase el estudio de j. González en su trabajo sobre el repartimiento de sevilla en el que cita algunos molinos de sangre sevi-
llanos de origen musulmán y que en época cristiana trabajaban a pleno rendimiento. Algunos de ellos incluso conservan el nombre
árabe de sus dueños. en el s. XVi todavía quedaban muchas tahonas de aquéllas, que “muelen trigo, de a dos, tres y quatro pie-
dras, con sus mulas en lugar de agua, y con sus torvas, tiendas y los demás aderentes que las otras aceñas que muelen con agua
y con semejante ruydo. Y es así que hacen mejor harina que los molinos de agua”. Véase, Gonzalez, j., repartimiento de sevilla,
reedicción facsímil, sevilla, 1993, p. 514. el geópono ibn al-þAww×m, como veíamos arriba, no estaba de acuerdo con que la ha-
rina molida en molino de sangre fuera de mejor calidad que la hecha en molino hidráulico, sino todo lo contrario.
8
martínez carrillo, mª ll. y martínez martínez, m., orígenes y expansión de los molinos hidráulicos en la ciudad y huerta de
murcia (s. Xiii-XV), murcia, 1993, p. 45. Quiero agradecer a maría martínez el gesto tan amable que tuvo al mandarme sus tra-
bajos sobre molinología.
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 15
y se observará que disfrutan de una técnica más desarrollada, a base de instalar molinos
de rueda vertical o molinos de más de dos muelas, entre otros avances. Y también sucede
lo contrario, es decir, las zonas menos cultivadas y alejadas de los centros urbanizados
ofrecen un menor número de molinos y los que se instalan aparecen con una industria
más rudimentaria, entre los que se encuentran los molinos horizontales de una sola rueda9
.
Por otro lado, el beneficio obtenido en los molinos de dos muelas suple períodos de sequía
o de insuficiencia del caudal, lo que compensa las pérdidas en los momentos de parada.
Así pues, el clima parece ser condicionante para el desarrollo molinar, ya que una sequía
pertinaz puede ser determinante para su progreso y, como consecuencia, puede llegar a
sufrir hasta el abandono total de la actividad o, en el mejor de los casos, sólo un retraso.
suponemos que las constantes sequías que azotaron al-Andalus entre los siglos Viii-Xii,
y de las que muchos historiadores informaron en sus obras, por el gran perjuicio que su-
puso para la economía y la sociedad andalusí, perjudicaron en lo que podía ser una evo-
lución normal de la molinería hidráulica10
.
sin embargo, junto a las causas que paran el desarrollo de la industria molinera, existen
otras que la favorecen, como es el avance de la metalurgia rural, la cual permite realizar
los instrumentos necesarios para la maquinaria de los molinos, en pro de un mejor fun-
cionamiento y una mayor productividad. A este factor técnico se le une otra causa bene-
factora y que está relacionada con el regadío: los molinos de rueda vertical van a utilizar
el sistema de la rueda inmersa en el río, que ya se utilizaba anteriormente como elevadora
de agua para el riego.
está más que demostrado que el desarrollo y la expansión de los molinos está ligado al
desarrollo y la expansión del regadío. estas dos causas, que favorecen la existencia de
molinos en un lugar, pueden ser llamadas “causas aceleradoras de índole técnica”11
.
en cuanto a la orografía que presentaba al-Andalus, tanto sus cauces constantes como
el terreno con cierta pendiente, fueron dos razones fundamentales que favorecieron el
9
Álvarez llopis, mª e., “el molino hidráulico en la sociedad hispano medieval, s. X-Xiii, i coloquio de Historia y medio físico,
instituto de estudios Almerienses, departamento de Historia, 1989, p. 661.
1 0
sobre las informaciones que los historiadores andalusíes dan sobre estos años de sequía, así como la actuación de los juristas
en caso de que calamidad afecte a la industria molinera, hablaremos más tarde en un apartado específico para este tema.
11
sáez de santa maría, A, molinos hidráulicos en el Valle del ebro (s. iX-XV), Vitoria, 1085, p. 53.
16 introducción
desarrollo molinar en sus territorios. el hecho de que una zona goce de terrenos monta-
ñosos comparada con otras que no lo tengan se ha visto determinante para el progreso
de los ingenios hidráulicos en ellas. efectivamente, se ha comprobado que existe un de-
clive económico en las zonas llanas relacionado con la imposibilidad de instalar molinos.
uno de los que defienden esta teoría es l. White12
, quien considera que, mientras que en
las zonas de pendiente se pueden edificar hasta un agrupamiento de molinos en todo el
cauce, en las zonas de llanura o fondos de valle, el agua que circula tiene mucha menos
energía, lo que obliga a la construcción de canales artificiales, cubos y presas, que enca-
recen la instalación molinera. no obstante, los propietarios que pueden invertir en ella,
consiguen amortizar con creces este gasto inicial, ya que el molino ha sido siempre una
fuente de ingresos, lo suficientemente rentable como para recuperar rápidamente la in-
versión tan costosa que suponía la instalación molinera.
en el reino de Granada continuaron trabajando los molinos de antaño que estaban situa-
dos en cauces medianos y grandes, ya que el hecho de tener un curso de agua constante
es una “causa aceleradora de índole física y geográfica”, que favorece la creación, el des-
arrollo y la pervivencia de los molinos en un lugar determinado, como lo han querido ver
algunos medievalistas13
.
Por otro lado, también los molinos andalusíes tuvieron en cuenta las propiedades del
suelo, ya que consideraron que una tierra demasiado blanda, de fácil erosión, podría arras-
trar lodos y ensuciar y obstruir los cauces y hasta parar la rueda hidráulica. Ya de por sí,
el molinero tiene que estar continuamente limpiando los canales, las acequias, las presas
y sus ruedas, debido a que el agua lleva consigo mucho barro y restos vegetales que per-
judican sus instalaciones. Así pues, si la zona elegida es de un suelo que se erosiona fá-
cilmente, los problemas que ocasiona son considerablemente mayores, llegando incluso
a la parada total del molino, con las pérdidas económicas que esto conlleva.
otro fenómeno que favoreció la difusión del molino hidráulico en tierras andalusíes fue
la necesidad de alimentar a toda la población que iba en aumento. ciertamente, junto con
la economía agraria en expansión, otra causa que motivó el desarrollo molinar y, sobre
todo, el molino de agua harinero, fue el hecho del crecimiento poblacional. A este hecho
1 2
ibídem, p. 54.
1 3
ibídem, p. 53.
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 17
se la ha calificado como una “causa aceleradora de índole social ”14
. Por otra parte, en el
reino de Granada, por la fuerte demanda de cereal que solicitaban los soldados en las mu-
chas y prolongadas campañas guerreras, la proliferación de los molinos en el reino tam-
bién fue en aumento y los juristas facilitaron los contratos y las resoluciones judiciales
en beneficio de los molineros. en efecto, por lo que vemos en los textos jurídicos de los
siglos Xiii-XV hay una adaptación de los jurisconsultos a estas nuevas circunstancias
sociopolíticas.
en cuanto a la técnica empleada en los molinos andalusíes, hay que señalar la similitud
que existe en cuanto a la industria de los molinos instalados en la época romana con res-
pecto a la empleada en los molinos de mediados del s. XX en nuestra Península. se puede
afirmar que tanto la maquinaria, como el instrumental, los métodos de captación y de
apresamiento de las aguas se consideran de técnica tradicional y, salvo algunas diferencias
poco significativas, se mantuvieron constantes durante todos estos siglos. no hay duda
que los molinos de agua andalusíes se forjaron teniendo como base los ingenios que ya
estaban instalados cuando llegaron los primeros pobladores y que, a su vez, los cristianos
heredaron todo lo asumido y mejorado por los andalusíes, modificando por su parte muy
poco la técnica y el material empleado, llegando casi intacto hasta nuestros días. Por ello,
se puede hablar de la “pervivencia de una tecnología secular en los molinos rurales”. esto
se puede comprobar gracias a los trabajos realizados por algunos investigadores sobre
los molinos tradicionales, que son los que han funcionado hasta hace relativamente pocos
años. en ellos pueden verse cómo, en la mayoría de los casos, las piezas tienen los mis-
mos nombres que en su día les dieron los molineros medievales15
.
las obras de derecho islámico andalusíes recogen ya desde el s. iX toda la regulación
posible referente a los molinos, legalizando a través de ellos los contratos de compraventa,
alquiler, donación, concesión, asociación y de edificación y explotación. Para ello, se
apoyarán en primera instancia en las leyes romanas relativas al derecho civil, que ante-
riormente ya habían servido de base en la creación del fiqh para otras relaciones contrac-
tuales parecidas, aunque hay que señalar que no todos los juristas musulmanes aceptan
la existencia de tales influencias externas. no obstante, independientemente de las con-
1 4
ídem.
1 5
córdoba de la llave, r., “los molinos hidráulicos de la cuenca del Guadalquivir”, Anuario de estudios medievales, 33/1
(2003), p. 294, quien cita los siguientes trabajos: escalera, j y Villegas, A, molinos y panaderías tradicionales, madrid, 1983;
cara barrionuevo, l., los molinos hidráulicos tradicionales de los Vélez (Almería), Almería, 1996; ídem autor et al., los molinos
hidráulicos tradicionales de la Apujarra (Almería), instituto de estudios Almerienses, Almería, 1999.
18 introducción
sideraciones nacidas en el mismo seno del islam, objetivamente se observa que las leyes
que regulan los molinos andalusíes tienen influencia romana, como también lo están los
baños, los hornos y las salinas, con los que, en ocasiones, los juristas andalusíes estable-
cen analogías para su regulación. Pero, como en otros ámbitos del derecho islámico, la
ley consuetudinaria del lugar donde están instalados los molinos tiene más fuerza que
cualquier opinión dada por un prestigioso jurista.
Y como en todos los aspectos del derecho islámico, los jurisconsultos andalusíes también
se sirvieron de las opiniones de los juristas musulmanes de oriente, quienes regularon
estas industrias molineras a partir del mismo s. iX. como se verá, sus opiniones son muy
valiosas y consideradas hasta el final del islam en nuestra Península.
Para este estudio sobre los molinos hidráulicos andalusíes, se pueden utilizar como fuente
de información tanto los textos araboislámicos occidentales y orientales, como los cris-
tianos e, incluso, los textos más recientes sobre los molinos tradicionales, que son los que
han pervivido hasta mediados del s. XX, ya que todos aportan una información válida
sobre la industria artesanal de la molinería, la cual ha mantenido los mismos rasgos técni-
cos y productivos a través del tiempo por tratarse de una actividad arcaica y de metodología
conservadora. Por ello, son válidas todas las fuentes jurídicas árabes, ya sea las de oriente
como las creadas en tierra andalusí en los ocho siglos de pervivencia musulmana en la Pe-
nínsula, debido a que todas las leyes islámicas se tienen en cuenta, independientemente
del lugar donde se hayan emitido.
también sirven los documentos escritos en tierras cristianas, ya que estos reflejan fiel-
mente el pasado anterior y más en materia de molinos, cuyo equipamiento técnico y la
capacidad de obtener beneficio del agua son aprovechados por los nuevos habitantes de
las zonas conquistadas, que van a usar los molinos y sus recursos hidráulicos de una ma-
nera idéntica a como lo hacían los andalusíes, sin que se produzcan grandes cambios.
dicho esto, es posible asegurar que todas las informaciones que se tomen de las fuentes
antes citadas son valiosas para estudiar los molinos de agua andalusíes, ya que, al tener
una estructura tradicional y no admitir prácticamente innovaciones, difieren muy poco
de los molinos que nos han llegado hasta nuestros días16
.
1 6
Véase, caro baroja, j., tecnología popular española, madrid, 1983.
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 19
los libros de los repartimientos, los fueros y los documentos notariales escritos inme-
diatamente después de las reconquistas son de gran utilidad para el estudio que se pre-
tende llevar a cabo, ya que ofrecen una información muy fiel del pasado musulmán
inmediato.
A falta de documentos islámicos, su utilización es fundamental para reconstruir la historia
de al-Andalus. Y, en cuanto a la industria molinar, al ser artesanal y rural y, por ese mo-
tivo, no susceptible a sufrir cambios significativos durante los siglos, la información que
ofrecen los textos medievales es muy valiosa. Gracias a la regularidad y a la persistencia
de las técnicas molineras en el tiempo y en el espacio, es posible obtener información de
interés al analizar los molinos de cualquier época y lugar.
el molino hidráulico resulta un fenómeno complejo, en el que participan diferentes ele-
mentos, como son los técnicos, jurídicos, económicos o sociales. imputar a uno solo de
ellos esa complejidad, lleva inevitablemente a un planteamiento inexacto del tema en su
conjunto17
. es necesario, pues, abordarlo desde los más variados puntos de vista posibles,
que es lo que pretende este estudio multidisciplinar.
resulta relevante, además, realizar un léxico con los términos árabes relacionados con
los molinos hidráulicos de cereales, ya que, además del interés filológico que pueda sus-
citar, la terminología relacionada con una actividad económica y productiva lleva consigo
una implicación social y, a través de ella, se puede realizar un análisis histórico. Al res-
pecto, j. Aguirre ha dicho que:
“la llamada ‘cultura material’ hace referencia a aquellos elementos
materiales que configuran y sirven para caracterizar las formas de vida
de una sociedad determinada. entre ellos, están los utensilios y herra-
mientas empleados en las diferentes actividades económicas. este co-
nocimiento nos ha brindado la posibilidad de contemplar esta formación
social a través de un prisma diferente, ofreciendo una perspectiva que
se complementa con los datos histórico-políticos y geográficos”18
.
1 7
Álvarez llopis, e., “el molino hidráulico en la sociedad hispano medieval, s. X-Xiii”, p. 672.
1 8
Aguirre sádaba, j., “notas acerca de la proyección de los kutub al-wa£×’iq en el estudio social y económico de al-Andalus”,
meAH, sección Árabe - islam, 49 (2000), pp. 16-17.
20 introducción
como se ve, a la molinería le afecta el espacio, el agua y la tecnología. de ahí que los
molinos sean objeto de interés pluricientífico, como bien ha señalado m. martínez19
.
Y no sólo hay que estudiarlos desde varios puntos de vista, como se va percibiendo en
esta introducción, sino desde varias fuentes distintas, con el fin de comprender el lugar
que ocupa la molinería andalusí en el tiempo y en espacio y de completar todo aquello
oscuro o inexistente de las escasas obras araboislámicas que tratan el tema molinar. Por
ello, antes de seguir con el desarrollo del estudio, nos parece conveniente indicar las fuen-
tes que han sido la base de este trabajo.
fuentes utilizAdAs
este estudio multidisciplinar está basado, por un lado, en fuentes jurídicas islámicas, en
donde la mayoría de ellas está todavía sin traducir, a la que acompañan otras obras árabes,
como las agrícolas, de ¬isba y, como no, las histórico-geográficas. Por otro lado, me he
servido de fuentes cristianas, como son los libros de repartimiento, los fueros y las or-
denanzas, las cuales rellenan el vacío existente en las obras islámicas o completan o re-
fuerzan la información dada en ellas. Asimismo, he usado obras latinas de diversa índole,
anteriores a la ocupación araboislámica.
A la traducción y el estudio de las fuentes anteriormente citadas, les han acompañado un
buen número de trabajos de investigación realizados por arabistas y medievalistas espe-
cializados en el tema, quienes me han aportado sus conocimientos y, en algunos casos,
sus diferentes puntos de vista a la hora de abordar el estudio de los molinos islámicos y
medievales.
Para finalizar, y con el fin de localizar la terminología relativa a las partes del molino, o
de su recinto e, incluso, para ponerle nombre a las piezas de la maquinaria molinar, ha
sido imprescindible el uso de varios diccionarios especializados.
Así pues, para hablar someramente de las fuentes que han formado la base de este estudio,
se presentan divididas por grupos, según la materia a la que pertenecen.
1 9
martínez martínez, m., “los molinos de totana-Aledo: un nuevo caso historiográfico”, cuadernos de la santa, totana, 2000,
p. 92.
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 21
1 fuentes ArAboislÁmicAs
1.1 fuentes jurídicas
las fuentes jurídicas son fundamentales para el estudio de las relaciones entre el agua
y la economía islámica. Quizá hoy en día sea el corpus que más información ofrezca al
respecto, como se ha podido comprobar en este estudio sobre la industria molinar en al-
Andalus.
Para su estudio, hay que partir del hecho de que el fiqh es un “derecho de juristas”20
. Por
ello, los diferentes tipos de fuentes que se han usado en este trabajo se pueden clasificar
en: u½ýl al-fiqh, o principios del derecho, furýþ al-fiqh, o tratados y compendios de apli-
cación, y ¬isba, o de buen gobierno.
de todas las obras de u½ýl al-fiqh que se han manejado en este estudio, la única que trata
el tema molinar es al-talq÷n del bagdadí þAbd al-Wahh×b (m. 422/1031). este autor, que
se dedicaba a la enseñanza del derecho islámico, tuvo mucha repercusión entre los anda-
lusíes21
. en su obra comenta, defiende o rebate cuestiones de derecho teórico y utiliza,
en la mayoría de los casos, el i¥tih×d 22
.
las obras de furýþ al-fiqh se pueden dividir en tres apartados: obras de jurisprudencia,
fetuas y formularios notariales:
las obras de jurisprudencia constituyen la mayor parte de la literatura jurídica m×likí de
al-Andalus. entre ellas se encuentran gran número de tratados de casuística, fetuas y sen-
tencias o a¬k×m.
los manuales de casuística están constituidos por obras dedicadas a las preguntas y res-
puestas (mas×’il), a los principios o fundamentos de ley, sentencias, resoluciones (a¬k×m)
y a los casos reales o hipotéticos (naw×zil). debido a lo difícil que es encasillar las obras
que utilizadas en estos tres subgéneros, ya que suelen compartir sus características, he
2 0
definido así por la particularidad que tiene la jurisprudencia islámica de no haber nacido a partir de un derecho existente,
sino que es ella misma quien lo ha creado. Véase para ello, Gardet, l., encyclopédie de l’islam (nouvelle édition), 10 vols., en
curso, 1060-2001, (e.i.), s.v. fi°H, vol. 2, p. 911.
2 1
þAbd al-Wahh×b, al-talq÷n f÷ l-fiqh al-m×liki, beirut, 1999.
2 2
es el esfuerzo personal de interpretación a partir de las fuentes del derecho para la elaboración de la ley, generalmente limitado
a los grandes maestros de los primeros siglos del islam. f. Vidal, “el mufti y la fetua en el derecho islámico. notas para un es-
tudio institucional”, Al-Andalus-magreb, Vi, servicio de publicaciones, universidad de cádiz, 1998, p. 300.
22 introducción
optado por tratar conjuntamente todas las que componen este grupo. Así pues, las fuentes
utilizadas para extraer la información necesaria para este trabajo son:
– Al-mudawwana de sa¬nýn23
(m. 240/854). la obra de este jurista
de cairuán es la de mayor aceptación entre los m×likí andalusíes.
– ibn sa¬nýn (m. 256/870)24
, recopila en su obra de “preguntas y res-
puestas” cuestiones planteadas a su padre y a ibn al-Q×sim (m.
191/806).
– en la W×Åi¬a de ibn ©ab÷b (m. 239/854)25
hay contenida muchísima
información del tema molinar que, como vemos, está regulado ya
en el siglo iX.
– la obra de ibn al-¤all×b (m. 378/988) pertenece también a este
grupo. su Kit×b al-tafr÷þ f÷ l-fiqh al-m×liki 26
elabora muchas de las
leyes que se mantendrán vigentes hasta la época nazarí.
– la suma del jurista içe de Gebir27
(s. XV) toma parte del texto an-
terior, regulando los molinos en la época nazarí.
– el Kit×b muntajab al-A¬k×m28
del jurista de elvira ibn Ab÷ zaman÷n
(m. 399/1009) recopila fragmentos de otras obras de forma casi literal.
Posee datos de la industria molinar de autores anteriores.
– ibn þiy×d (m. 575/1179) recoge de su padre el Q×Å÷ þiy×Å (m.
544/1149) el modo de actuación de los jueces en una obra titulada,
precisamente, ma²×hib al-¬ýkk×m29
. es una obra imprescindible para
el estudio de los molinos andalusíes, quien recoge y comenta, entre
otros juristas, casi todas las fetuas emitidas por ibn ru¹d al respecto.
2 3
sa¬nýn, al-mudawwana al-Kubrà, 8 vols. (16 tomos), beirut, s/d (reimp. offset), el cairo, 1923.
2 4
ibn sa¬nýn, Kit×b al-aŷwiba, ed. H. al-þilw÷n÷, túnez, 2000.
2 5
ibn ©ab÷b, Kit×b al-W×Åi¬a, introd., ed. crítica y tr. por m. Arcas campoy, fuentes Arábico-Hispanas, 27, c.s.i.c.-A.e.c.i.,
2002.
2 6
Abboud-Haggar, s., el tratado jurídico de ‘al-tafr÷þ’ de ibn al-¦all×b. manuscrito aljamiado de Almonacid de la sierra (zara-
goza), ed., est. y glosario, 2 vols, c.s.i.c., zaragoza, 1999.
2 7
tratados de legislación musulmana: 1- leyes de moros (s. XV) y 2- suma de los principales mandamientos y develamientos
de la ley y çunna, por don içe de Gebir, alfaquí mayor de la Aljama de segovia, 1462. real Academia de la Historia, madrid,
1853.
2 8
ibn Ab÷ zaman÷n, Kit×b muntajab al-A¬k×m. est., trad. y ed. crítica del sumario y del libro i por m. Arcas campoy, 2 vols.
tesis doctoral inédita, Granada, 1982.
2 9
ibn þiy×d, ma²×hib al-¬ukk×m f÷ naw×zil al-a¬k×m (la actuación de los jueces en los procesos judiciales), trad. y est. d. se-
rrano, fuentes Arábico-Hispanas, 22, csic- icmA, 1998.
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 23
– el mujta½ar de jal÷l (m. 767/1366)30
recopila datos muy valiosos
para este estudio.
– la obra del s. XV leyes de moros 31
ofrece algunos datos sobre los
molinos pertenecientes a la última etapa andalusí.
– ibn ‘¶½im (m. 829/1426) es el más tardío de los juristas que forman
este grupo. escribió tuhfat al-¬ukk×m 32
, conocida también como la
‘¶½imiyya, un compendio en metro ra¥×z. en sus versos quedan re-
gulados a modo de código el tema de la división de los molinos.
los dictámenes jurídicos o fetuas darán información acerca de la evolución de la sociedad
y la adaptación de las leyes a ella. Para el tema molinar, se han utilizado las que siguen:
– las fat×wà y al-bay×n del cadí de córdoba ibn rušd (m. 520/1126)
recogen cuestiones relacionadas con la regulación de los molinos. es
frecuentemente citado por otros juristas como argumento de autoridad33
.
– Hay una recopilación de fetuas magrebíes y andalusíes que recoge la
principal producción de los muftíes del reino nazarí. lleva el título
de Kit×b al-mi‘y×r, siendo su autor el magrebí al-Wanšar÷s÷ (m.
914/1508)34
. esta obra ha sido fundamental, ya que las fetuas selec-
cionadas dan muchísima información acerca de la industria molinera.
las sentencias o a¬k×m son las resoluciones adoptadas por los cadíes en el desarrollo de
los procesos judiciales. la única obra usada en este trabajo se titula sencillamente:
- A¬k×m y pertenece al malagueño al-Šaþb÷ (m. 499/1106)35
.
3 0
jal÷l b. ishaq, al-mujta½ar al-þulam×’, beirut, 1995. traducción francesa : G.H. bousquet, Abregé de la loi musulmane selon
le rite de l’imam malek, 4 vols, Argel, 1965-62. traducción italiana : åal÷l ibn ishaq, il ‘mujta½ar’. sommario del diritto ma-
lechita. Versione de d. santillana. 2 vols, milán, 1919.
3 1
Anteriormente se ha citado esta obra, que contiene dos tratados jurídicos: tratados de legislación musulmana: 1- leyes de
moros (s. XV) y 2- suma de los principales mandamientos.
3 2
Abý bakr b. þ¶½im, Al-þ¶½imiyya, ed. casablanca, 1997.
3 3
fat×wà ibn rušd ed. al-tal÷l÷, beirut, 1987, 3 vols; al-bay×n, ed. al-©aŷŷ÷ y otros, beirut, 1988-1991, 20 vols.
3 4
Al-Wanšar÷s÷, al-miþy×r al-mugrib wa-l-¥am÷þ al-muþrib þan fat×wà ahl ifr÷qiya wa-l-Andalus wa-l-magrib, ed. m. Haŷŷ÷, 13
vols., rabat, 1981-1983.
3 5
Al-Šaþb÷, Ahk×m, ed. y not. s. Haloui, beirut, 1992.
24 introducción
los formularios notariales (kutub al-wa£×’iq) son unos tratados para uso del notario ‘en los
que se presentan las fórmulas y los modelos para la redacción, jurídica y gramaticalmente
correcta, de las actas, escrituras, contratos y certificaciones requeridos en todas las circuns-
tancias de la vida cotidiana, además de incluir, casi siempre, la doctrina jurídica que avala y
justifica el empleo de las normas expuestas para la elaboración de tales documentos’36
. los
libros de wa£×’iq han sido fundamentales en este estudio por la cantidad de información que
aportan a la hora de definir el edificio molinar, las dependendencias anexas y todos los re-
cintos que lo rodean, además de algunas partes de la maquinaria. Asimismo, sus formularios
expresan como ningún otro documento los contratos establecidos en los molinos, a saber,
de compraventa, alquiler, alquiler de servicios, concesión, donación y construcción. los for-
mularios notariales andalusíes utilizados en este estudio pertenecen a los siguientes juristas:
– ibn al-‘AÐÐ×r (m. 399/1008)37
. es el más destacado de todos ellos,
no sólo por su antigüedad, sino por el volumen informativo.
– ibn-mug÷£ (m. 459/1067)38
. A pesar de que los formularios de este
jurista toledano son más escasos de contenido, aportan mucha infor-
mación para este estudio sobre los molinos andalusíes.
– Al-bunt÷ (m. 462/1070)39
quien se basa, casi literalmente en ibn al-
þAÐÐ×r, tiene más información que aquél en cuanto a los molinos, lo
que evidencia la pérdida de algunos formularios del primer jurista.
– Al-Garn×Ð÷ (m. 579/1183)40
. de todas las obras, ésta es la más es-
cueta que se ha utilizado y, aunque su información acerca del medio
rural es escasa, resulta muy valiosa.
– Al-¤az÷r÷ (m. 585/1189)41
. otro formulario imprescindible por la
cantidad de información que ofrencen sus actas notariales sobre el
tema molinar en al-Andalus.
3 6
como bien señala f.j. Aguirre sádaba. Véase su trabajo, “notas acerca de la proyección”, p. 7.
3 7
ibn al-‘AÐÐ×r, Kit×b al-wa£×’iq wa-l-si¥ill×t, ed. P. chalmeta y f. corriente, formulario notarial hispanoárabe, por el alfaquí
y notario cordobés ibn al-‘AÐÐ×r (s. X), madrid, 1983. formulario notarial y judicial andalusí, intr., est. y trad. anotada: P. chal-
meta y m. marugán, madrid, 2000.
38
ibn mug÷t, al-muqniþ f÷ þilm al-šurýÐ, intr. y ed. crítica por f. j. Aguirre, fuentes Arábigo-Hispanas, 5, c.s.i.c.-i.c.m.A., madrid, 1994.
3 9
Al-marraku¹÷, Wa£×’iq al-mur×biÐ÷n wa-l-muwa¬¬id÷n, ed. Huseyn mu’nis, rabat, 1997. en realidad, se trata de los ‘formula-
rios notariales’ de al-bunt÷, titulados: Wa£×’iq wa-l-mas×’il al-maŷmuþa, según ha confirmado j. Aguirre. Véase para su locali-
zación, Aguirre sádaba, j., “notas acerca de la proyección”, p. 9, n. 14.
4 0
Abý is¬×q Al-Garn×Ð÷, al-Wa£×’iq al-mujta½ara, ed. m. naŷ÷, rabat, 1988.
4 1
Al-¦az÷r÷, al-maq½ad al-ma¬mýd f÷ talæ÷s al-þuqýd, est.. y ed. crítica por A. ferreras, c.s.i.c.-i.c.m.A., madrid, 1998.
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 25
– ibn salmýn42
(m. 767/1366). es el único de todos ellos que vivió en
la etapa nazarí. en el apartado de jurisprudencia (fiqh) de sus for-
mularios acumula las opiniones de otros juristas anteriores con res-
pecto al tema que nos ocupa y comenta cómo era la práctica judicial
que se llevaba a cabo en el reino de Granada.
de entre los tratados de derecho comparado (al-fiqh al-muq×ran), ibn ¤uzayy
(m.741/1340)43
dedica en sus Qaw×n÷n a marcar las diferencias y coincidencias de todas
las doctrinas jurídicas sobre los diversos aspectos del derecho islámico, incluido el del
tema molinar.
en cuanto a los tratados de ¬isba hay de decir que han resultado más que imprescindibles
para el estudio de los molinos andalusíes, ya que contienen datos muy fieles que expresan
circunstancias reales del mundo de los molineros, como aquéllas que hablan sobre su tra-
bajo diario y sus habituales fraudes. Y es que las obras de ¬isba, o de buen gobierno, re-
flejan con exactitud los acontecimientos de la sociedad y la actuación real de las
instituciones jurídicas al respecto. tanto estas obras como las de u½ýl y de furýþ sirven
de guía a los almotacenes, quienes son la máxima autoridad para el control de los pesos
y medidas y, en general, para el correcto funcionamiento de los molinos de al-Andalus.
esta figura es una de las que adoptarán las instituciones cristianas con el mismo fin.
las tres fuentes de ¬isba que aportan información sobre la molinería son:
– unas ordenanzas del zoco del siglo iX44
.
– el tratado de ibn þAbdýn (s. Xii)45
.
– el ‘Kit×b f÷ ×d×b al-¬isba’ o libro del buen gobierno del zoco de al-
saqaÐ÷ (s. Xiii)46
.
4 2
cano P., contratos conmutativos en la Granada nazarí del s. XiV, según el formulario notarial de ibn salmýn (m.767/1366),
tesis doctoral, universidad de Granada, 1986, 2 vols., edit. en microfichas por el servicio de Publicaciones en 1987. ibn salmýn,
þiqd al-munaÞÞam, al margen de la obra de ibn far¬ýn, tab½ira, ed. cairo, 1301/1884, 2 vols.
4 3
ibn ¤uzayy, Qaw×n÷n al-a¬k×m al-šar÷‘iyya wa-mas×’il al-furýþ al-fiqhiyya, beirut, 1979.
4 4
“unas “ordenanzas del zoco” del siglo iX. traducción del más antiguo antecedente de los tratados andaluces de ‘¬isba’ por un
autor andaluz”, Al-Andalus XXii (1957), pp. 253-316.
4 5
lévi-Provençal, e. y García Gómez, e., sevilla a comienzos del siglo Xii. el tratado de ibn þ
Abdýn, madrid, 1948. (también
publicada por el servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de sevilla, 1981).
4 6
chalmeta, P., “el ‘kit×b f÷ ×d×b al-¬isba’ (libro del buen gobierno del zoco) de al-saqaÐ÷”, Al-Andalus, XXXii (1967), pp.
125-162 y 359-397 y XXXiii (1968), pp. 143-195 y 367-434.
26 introducción
1.2 fuentes histórico-geográficas
las obras árabes de este género histórico son muy escasas y, desgraciadamente, dan muy
poca información acerca del funcionamiento o de la instalación de los molinos y mucho
menos de su papel en la economía o en la sociedad. estas fuentes se limitan a elogiar su
abundante número y, en ocasiones, resaltan la presencia en el molino de hasta cuatro muelas,
las cuales eran movidas, en su mayoría, por el agua de los grandes cauces situados en las
ciudades más importantes de al-Andalus.
estos datos reflejan que eran molinos de rueda vertical y que estaban levantados, sobre
todo, en medio de caudalosos ríos o al borde de ellos. también estas obras señalan que
algunos de estos estaban edificados sobre barcas. Así pues, los molinos totalmente opues-
tos a ellos, es decir, los pequeños edificios molinares que estaban situados en zonas ru-
rales, de rueda horizontal e instalados en los arroyos o en ríos de menor envergadura que,
por otras fuentes, como las jurídicas islámicas o los libros de repartimiento, se sabe que
son los que más abundaban, estos autores les dedican pocas líneas. sin embargo, estas
fuentes árabes son valiosas, ya que reflejan la situación geográfica de los molinos hidráu-
licos y, lo más importante, que su difusión estaba generalizada por todo el territorio de
al-Andalus, ya en el s. X.
las obras utilizadas en este estudio son:
– Ajb×r ma¥mýþa (s. Viii-X)47
.
– la crónica de þAr÷b (s. iX-X)48
.
– la descripción de españa de al-r×z÷ (s. X)49
.
– Al-muqtabas de ibn ©ayy×n (s. Xi)50
.
– Kit×b al-mas×lik wa-l-mam×lik de al-bakr÷ (s. Xi)51
.
4 7
Ajb×r ma¥mýþa, tr. y anot. e. lafuente Alcántara, (reprod. facs. de la ed. madrid, rivadeneyra, 1867), madrid, 1984.
4 8
castilla brazales, j., la crónica de þ
Ar÷b sobre al-Andalus. impredisur, Granada, 1992.
4 9
lévi Provençal, e., ‘description de l’espagne’ par al-r×z÷”, Al-Andalus, XViii, 1 (1953), pp. 55-108.
5 0
el califato de córdoba en el muqtabis de ibn ©ayy×n: García Gómez, e., Anales palatinos del califa de córdoba al-©akam ii,
por þisà b. A¬mad al-r×z÷, traducción de un ms. árabe de la real Academia de la Historia, madrid, sociedad de estudios y Pu-
blicaciones, 1967; al-muqtabas (V) de ibn ©ayy×n, ed., P. chalmeta, instituto Hispano-árabe de cultura - facultad de letras de
rabat, madrid, 1979; crónica del califa þAbdarrahman iii an-nasir entre los años 912 y 942 (al-muqtabis V), traducción, notas
e índices por mª. j. Viguera y f. corriente, instituto Hispano-árabe de cultura, zaragoza, 1981; crónica de los emires Al¬ak×m
i y þ
Abdarra¬m×n ii entre los años 796 y 847 (Almuqtabis ii-i), trad., not. e índ. m. c
A. makki y f. corriente, 2001.
5 1
Al-bakr÷, description de l’Afrique septentrionale, trad. slane, París, 1965.
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 27
– Al-mas×lik ilà ŷam÷ þ al-mam×lik de al-þu²r÷ (s. Xi)52
.
– Kit×b nuzhat al-mu¹t×q de al-idr÷s÷ (s. Xii)53
.
– ¶£×r al-bil×d de al-Qazwin÷ (s. Xiii)54
.
– Al-bay×n al-mugrib de ibn þi²×r÷ (s. Xiii-XiV)55
.
– taqw÷m al-buld×n de Abý l-fid×’ (s. XiV)56
.
– Al-i¬×Ða, al-lam¬a y al-miþy×r de ibn al-jaÐ÷b (s. XiV)57
.
– rawÅ al-miþÐār de al-©imyar÷ (s. XV)58
.
– naf¬ al-Ð÷b de al-maqqar÷ (s. XVii)59
.
1.3 fuentes agrícolas andalusíes
de entre las fuentes agrícolas andalusíes, destacan por su información los tratados de
Agricultura (Kutub al-fil׬a) y, de manera muy somera, los calendarios agrícolas (Kutub
al-anw×’).
en los primeros no sólo he confirmado aquello que los juristas regulan en sus tratados de
fiqh relacionados con los molinos, sino que también he encontrado explicaciones para
algunas cuestiones jurídicas no muy claras en las obras de derecho islámico.
de los calendarios agrícolas se ha extraído solamente información acerca de los cultivos
de cereales y del tiempo de su recogida.
5 2
Al-þu²r÷, tarsiþ
al-ajb×r. fragmentos geográfico-históricos de ‘al-mas×lik ilà ŷam÷þ al-mam×lik’, ed. ‘Abd al-‘Aziz al-Ahwani,
madrid, instituto de estudios islámicos, 1965; “la cora de ilbira (Granada y Almería) en los siglos X y Xi, según al-þu²r÷ (1003-
1085)”. trad. y anot. m. sánchez martínez, cuadernos de la Historia del islam, 7 (1975-1976), pp. 5-82.
5 3
description de l’Afrique et de l’espagne par al-idrīsī; texte arabe publié par r. dozy et m. j. de Goeje leiden e.j. brill, 1968
(reimpres.).
5 4
roldán castro, f., el occidente de al-Andalus en el A£×r al-bil×d de Al-Qazw÷n÷, Alfar, sevilla, 1990.
5 5
ibn þiÅar÷, al-bay×n al-mugrib (la caída del califato de córdoba y los reyes de taifas), est., trad. y notas por f. maillo sal-
gado, estudios Árabes e islámicos, universidad de salamanca, salamanca, 1993.
5 6
Abý l-fid×’, taqw÷m al-buld×n, j.s. reinaud (ed.), París, 1840-1848.
5 7
ibn al-jaÐ÷b, al-i¬×ta f÷ ajb×r Garn×Ða, nusýs ¥ad÷da, ed. þAbd al-sal×m Šaqqýr, tetuán, 1988; ibídem, al-lam¬a al-badriyya
f÷ l-dawla al-na½riyya, ed. A-þA½÷r, beirut, 1978. traducción española titulada: Historia de los reyes de la Alhambra: el resplandor
de la luna llena. trad. y ed. josé mª casciaro; estudio preliminar emilio molina lópez, Granada, 1998 e ibídem, al-miþy×r al-
ijtiy×r f÷ ²ikr al-maþ×hid wa-l-diy×r, ed. m. K. chabana, marruecos, 1977.
5 8
Al-©imyar÷, rawÅ al-miþÐār, trad. par e. lévi Provençal: la Péninsule ibérique au moyen Âge, d’après le ‘Kitāb ar-rawÅ al-
miþÐār fī æabar al-a±tār’ d’lbn þAbd al-munþim al-©imyarī, leyden, 1938.
5 9
Al-maqqar÷, nafh al-Ð÷b, ed. ih½×n þAbbas, 8 vols., beirut, 1968; Analectes sur l’histoire et la littérature des arabes d’espagne,
ed., r. dozy, leyden, 1855-1861.
28 introducción
en otros trabajos anteriores se ha demostrado por nuestra parte que la confrontación de
las obras jurídicas y agrícolas puede dar resultados muy fructíferos para el conocimiento
de las leyes que regulan el medio rural60
.
las obras de fil׬a que contienen información acerca de la industria molinar son:
- Kit×b al-fil׬a de ibn ba½½×l (s. Xi)61
.
- el tratado de Agricultura de ibn W×fid (Xi)62
.
- Kitab zuhrat al-busÐ×n de al-Æignar÷ (s. Xii)63
.
- Kit×b al-fil׬a de ibn al-þAww×m (ss. Xii-Xiii)64
.
- Kit×b al-fil׬a de ibn luyýn (s. XiV)65
.
los tres Kutub al-anw×’ usados en este estudio son los siguientes:
- Kit×b al-anw×’ de ibn þ¶½im (s. Xi)66
.
- ris×la f÷ awq×t al-sana (s. Xiii?), de autor desconocido67
.
- ris×la f÷ l-anw×’ de ibn al-bann×’ (s. Xiii-XiV)68
.
6 0
Véase, camarero castellano, i., el marco jurídico del medio rural. teoría y práctica legales en la Agricultura de al-Andalus
(s. Viii-XV), tesis doctoral inédita, universidad de la laguna, 2008.
6 1
ibn ba½½×l, Kit×b al-fil׬a, ed. y tr., j. m. ª millás Vallicrosa y m. ‘Aziman, libro de agricultura, tetuán, 1955 (ed. facs. con
intr. y estudio de e. García sánchez y j.e. bermejo, Granada, 1995).
6 2
ibn W×fid, tratado de Agricultura. traducción castellana (ms. s. XiV), ed., not. y vocabulario de c. cuadrado romero, Ana-
lecta malacitana, 14, universidad de málaga, málaga, 1997; millás Vallicrosa, j.m. ª, “la traducción castellana del “tratado de
Agricultura” de ibn W×fid”, al-Andalus, Viii (1943), pp. 281-332. Y dentro de la siguiente obra: ibn ©a¥¥×¥, al-muqniþ
f÷ l-
fil׬a, ed.s. Ŷarr×r y Abý ¼afiya, þAmm×n, 1982, el texto de ibn W×fid ésta incluido en las pp. 6-84.
6 3
Al-Æignar÷, Kit×b zuhrat al-busÐ×n wa-nuzhat al-a²h×n = (esplendor del jardín y recreo de las mentes), ed. e intr. e. García
sánchez, csic, madrid, 2006.
6 4
ibn al-þAww×m, Kitab al-fil׬a, ed. y trad., j.A. banqueri, libro de agricultura, 2 vols. madrid, 1802 (ed. facs. con introd. y
estudio de e. García sánchez y j.e. bermejo, madrid, 1988).
6 5
ibn luyýn, tratado de agricultura, ed. y trad. por j. eguaras, Patronato de la Alhambra, Granada, 1975.
6 6
ibn þ¶½im, Kit×b al-anw×’ wa-l-azmina _al-qawl fi l-¹uhýr_ (tratado sobre los anw×’ y los tiempos_ capítulo sobre los meses),
est., trad. y ed. crítica por m. forcada, csic /icmA, mAdrid, 1993.
6 7
ris×la f÷ awq×t al-sana. un calendario anónimo andalusí, ed. y trad. mª. A. navarro, csic., Granada, 1990.
6 8
ris×la f÷ l-anw×’, ed. y trad. H. P. j. renaud: le calendrier de ibn al-bannâ’ de marrakech. Publications de l’institut des
Hautes etudes marocaines, XXXiV (1948).
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 29
1.4 tratado sobre alimentación
del tratado de alimentos, que lleva por nombre Kit×b al-Agdiya de ibn zuhr (s. Xii)69
,
se han obtenido datos acerca de los tipos de cereales que consumían los andalusíes.
2 fuentes cristiAnAs
Partiendo de que no son muy abundantes las fuentes araboislámicas para realizar un es-
tudio completo de la industria molinar andalusí, resulta imprescindible el manejo de las
fuentes cristianas, las cuales no sólo van a reafirmar o completar la información dispo-
nible, sino que, otras veces, va a resultar ser la única fuente para el conocimiento de al-
guno de sus aspectos.
Para ello, se han tomado algunos ejemplos de fueros, ordenanzas y libros de reparti-
miento, que pretenden ser una ayuda para conseguir tal fin, pero sin pretender ahondar
más en la investigación de los molinos feudales. Hay que recordar que este trabajo es un
estudio desde el punto de vista filológico, el cual parte de fuentes jurídicas araboislámicas,
y que tiene como fin conocer de la manera más general posible la industria molinera an-
dalusí, especialmente la desarrollada en la época nazarí. se aclara este punto, ya que no
son muchas las obras castellanas que se han manejado, pero consideramos que son sufi-
cientes para un trabajo de estas características. Por otros estudios ya realizados, se sabe
que los trabajos en donde se combinan fuentes distintas dan buenos resultados. Por ello,
se considera que esta práctica va a dejar sus frutos en este estudio multidisciplinar sobre
los molinos andalusíes.
Por el hecho de que para la realización de este estudio, en ocasiones se han consultado las
fuentes cristianas de manera directa y, otras, indirectamente, no se van a hacer aquí alusión
a ellas, sino que se remitirá en su momento a la bibliografía.
69
ibn zuhr (m. 557/1162), Kit×b al-Agdiya (tratado de los Alimentos), ed., tr. e intr., e. García sánchez. csic- icmA, madrid, 1992. 
30 introducción
3 fuentes lAtinAs Anteriores Al s. Viii
las obras latinas señaladas se han utilizado para ubicar históricamente el molino, es decir,
para recoger las primeras ocasiones en las que la industria molinar aparece en las fuentes,
y también porque algunas de ellas hablan de su funcionamiento. otras, por el contrario,
son jurídicas y regulan tanto su actividad como las penas aplicadas por los delitos come-
tidos contra el edificio, sus canales, su presa o su maquinaria. Hay que señalar que, gracias
a estas obras, como el codicis legum Wisigothorum, se sabe que estaba instaurada la
industria molinera en la Península antes del 711. la relación de estas obras se encuentra
en un apartado específico para ello, dentro de la bibliografía.
este trabajo podía completarse con una investigación arqueológica, ya que un estudio
molinar completo sería el realizado teniendo como base tanto las fuentes escritas como
los datos que aportan los restos arqueológicos, como viene demostrando m. barceló en
sus estudios sobre la llamada por él mismo “arqueología extensiva”70
.
se sabe que, aunque los materiales con los que fueron construidos los molinos andalusíes
no eran de gran dureza y, por ello, hoy en día no podemos contar con sus vestigios, ya
que o bien se han destruido completamente o han sido remodelados y reconstruidos, no
quedando visible su verdadero origen, sí que pueden existir restos de sus canalizaciones,
cubos y presas, realizadas con materiales más resistentes y que, con toda seguridad, po-
drían verse en la actualidad.
Y sobre estas huellas que quedan del pasado de la molinería andalusí, y más concreta-
mente, del período nazarí, se podría hacer un estudio que, en este momento, me resulta
inalcanzable. sin embargo, el trabajo que aquí se presenta pretende ser una aportación al
conocimiento de esta industria molinera desde la filología, que es el campo de donde
parte la investigación, tomando como punto de partida los textos jurídicos islámicos, pero
con la consulta y el estudio de otras fuentes diferentes a ésta.
7 0
con la arqueología extensiva o espacial, la ubicación concreta de los edificios molinares dentro de los espacios hidráulicos
nos daría información sobre el tipo y la organización de la sociedad que los construye o readapta. Véase barceló, m. et alii, “la
arqueología extensiva y el estudio de la creación del espacio rural”, en m. barceló y otros, Arqueología medieval. en las afueras
del “medievalismo”, barcelona, 1988. Asimismo, véase, Kirchner, H. y navarro, c., “objetivos, métodos y práctica de la arqueo-
logía hidráulica”, Archeologia medievale, XX (1993), pp. 121-150, especialmente, pp. 127-128. (Publicado también en: Arqueo-
logía y territorio medieval, 1, (1994), pp. 159-182).
un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 31
Así pues, con este trabajo que se presenta ahora es mi intención realizar un estudio mul-
tidisciplinar que reúna todas las fuentes árabes en materia jurídica, agrícola, de ¬isba o
de buen gobierno, histórico-geográficas y técnica que tratan el tema molinar y que sirva,
entre otros, a aquellos historiadores y arqueólogos que quieren investigar el aspecto so-
cial, económico y técnico de los molinos andalusíes y que no pueden acceder a los textos
en lengua árabe.
VOLVER
un Poco de HistoriA 33
descubrimientos recientes han demostrado que el hombre llevaba mucho más tiempo
manipulando los cereales para su consumo del que se creía. efectivamente, ha sido la
isla de mozambique la que nos ha permitido llegar a esta afirmación gracias a unos restos
de harina de sorgo que quedó adherida a las piedras que la habían molturado. estamos
hablando de un período que tuvo lugar hace 100.000 años, 90.000 antes de lo que hasta
ahora se venía sosteniendo.
desde tiempos muy remotos, el hombre ha necesitado procesar los cereales para que pu-
dieran ser asimilados con más facilidad en su digestión y, para ello, ha utilizado las he-
rramientas que ha tenido a su alcance. la mayoría de las veces, estos útiles eran dos
piedras, más o menos duras, planas y pulidas y la fuerza utilizada era la acción misma
del hombre.
tuvieron que pasar miles de años para que el cereal fuera molido con instrumentos me-
cánicos y más aún con ayuda de ruedas hidráulicas. este hecho se considera una verdadera
revolución tecnológica, aunque nada se sabe sobre su origen71
.
cAPítulo i
un Poco de HistoriA
7 1
sobre las distintas teorías que hay en torno al origen y difusión de los molinos hidráulicos, véase sáez de santa maría, A, mo-
linos hidráulicos, pp. 44-64.
34 cAPítulo 1
Hay testimonios documentales que acreditan que estas industrias se gestaron en Grecia
y en roma. Así pues, en el año 85 a.c, el poeta latino Antípater de tesalónica cantaba
alabanzas a los molinos hidráulicos, los cuales sustituían la pesadez de la molienda rea-
lizada normalmente por las mujeres al alba72
.
también hablan de estas máquinas estrabón, Pompinus sabinus, Plinio el Viejo y Vitruvio.
este último, arquitecto romano del s. i ac, afirma lo siguiente de un molino de rueda ver-
tical, que es la misma que se utiliza para extraer agua de los ríos:
“Así mismo en los ríos se construyen ruedas de una manera semejante
a las precedentemente descritas [las norias]. en torno a su frente se fijan
unas paletas que, cuando son impelidas por el ímpetu de la corriente
del río hacen girar las ruedas. de la misma manera se mueven los mo-
linos de agua, que son en todo semejantes, excepto en que tienen en
uno de los extremos del eje un tambor dentado que, colocado vertical-
mente, gira con la rueda. en conexión con este tambor hay otro mayor,
asimismo dentado y dispuesto horizontalmente, que forma cuerpo con
la rueda. Así los dientes del tambor que está embutido en el eje, empu-
jando los dientes del tambor horizontal, hacer girar la muela. en esta
máquina, una tolva que está colgada suministra el trigo a las ruedas y
por efecto de esta misma rotación se va moliendo la harina”73
.
se piensa con este dato, que los molinos existentes en Grecia y en roma eran de rueda
vertical y, por ser Vitruvio el primero que los describe, reciben hoy en día el calificativo
de “vitruvianos”.
en la segunda mitad del s. i d.c., Plinio el Viejo comenta que en la mayor parte de italia
se usaban ruedas movidas por agua74
. desde este autor hasta el s. iV prácticamente no
7 2
bloch, m., “Avènement et conquête du moulin d’eau”, Annales d’histoire économique et sociale, nº 36 (1935), pp. 541-544 y
546. ‘el trabajo diario en los molinos de mano fue una actividad considerada proverbialmente penosa y degradante (mateo, 24,
41 dice: “dos mujeres moliendo en un molino, la una será tomada y la otra dejada”), de ahí que el poeta resalte la liberación de
esta esclavitud con la energía hidráulica’. Véase este comentario en Palomo Palomo, j. y fernández uriel, mª P., “los molinos
hidráulicos en la Antigüedad”, espacio, tiempo y forma, serie ii, Historia Antigua, t. 19-20 (2006-2007), p. 503, n. 10.
7 3
dentro del capítulo titulado ‘de las ruedas de agua y de los molinos de agua’. consúltese, marco Vitrubio Polion, de archi-
tectura. (los diez libros de arquitectura), libro 10, cap. X. traducción de Agustín blázquez, barcelona, 1982. la traducida y
comentada por j. ortiz en 1787 está digitalizada por la universidad de sevilla y se puede consultar íntegramente. Véase libro
X, cap. X, p. 248.
un Poco de HistoriA 35
hay noticias de los molinos hidráulicos, pero, a partir de entonces, las fuentes son más
abundantes75
.
sin embargo, la primera vez que se menciona el agua como fuerza motriz por parte de
un agrónomo latino se encuentra en la obra de Paladio en el s. V, quien recomienda ins-
talar molinos hidráulicos en las villae donde se disponga de abundante agua con el fin de
economizar mano de obra76
.
tras esta fuente de información, se han recogido otras en roma, Ginebra y dijon en el s. Vi77
,
pero la que destaca es la que ofrece isidoro de sevilla en el s. Vii, que, sin hacer mención
a los molinos, cita unas ruedas que elevan agua de los ríos, recogiendo un verso de lu-
crecio, poeta latino de la primera mitad del s. i, que hablaba de este mismo tema78
.
desde el punto de vista técnico, forbes señala la utilidad de la rueda hidráulica que di-
señan los romanos por encima de la que hasta ahora empleaban los griegos, mucho más
complicada y menos eficaz79
. efectivamente, en roma se gesta un molino de rueda ver-
tical, en la que impacta el agua con fuerza hasta hacerla girar y, por medio de un eje ho-
rizontal y ruedas dentadas, se traspasa el movimiento a las muelas, con un efecto de
cinco revoluciones de muela por una de rueda. Así pues, de Grecia se hereda la mecánica
y las ruedas dentadas, pero el resto de los elementos es romano, sobre todo, la rueda hi-
dráulica, el eje y el modo de captación de agua. se podría afirmar que, gracias a la con-
quista romana llevada a cabo en nuestra Península, llega el molino de rueda vertical
hasta Hispania.
7 4
cayo Plinio segundo, naturalis Historia, XViii, 23, 97: “maior pars italiae nudo utitur pilo, rotis etiam, quas aqua verset,
obiter et mola”.
7 5
Véanse algunas de ellas en Palomo Palomo, j. y fernández uriel, mª P., “los molinos hidráulicos en la Antigüedad”, pp. 504-
505.
7 6
Paladio, opus agriculturae, i, 41, en donde dice: “si aquae copia est, fusoria balnearum debent pistrina suscipere, ut ibi for-
matis aquariis molis sine animalium uel hominum labore frumenta frangantur”, cuya traducción (extraída de Palomo Palomo, j.
y fernández uriel, mª P., “los molinos hidráulicos en la Antigüedad”, p. 505, n. 19) es: “si hay abundancia de agua en la insta-
lación de los baños, deben aprovecharla también los molinos para que en ellos, con muelas hidráulicas, puedan molerse los ce-
reales sin el servicio de animales o esclavos”.
7 7
Palomo Palomo, j. y fernández uriel, mª P., “los molinos hidráulicos en la Antigüedad”, p. 505.
7 8
Véase, isidoro de sevilla, etymologiae, XX, 15, 1: “de isntrumentis hortorum. rota dicta quod quasi ruat: est enim machina
de qua e flumine aqua extrahitur. lucretius (V, 517): in fluvio versare rotas atque austra videmus”. texto latino que se puede
ver en la página web de la biblioteca Augustana, cuya traducción de j. marchena, (de la naturaleza de las cosas, madrid, 1918)
es: “[…] como vemos volver los ríos ruedas y arcaduces […]”. Asimismo, consúltese Palomo Palomo, j. y fernández uriel, mª
P., “los molinos hidráulicos en la Antigüedad”, pp. 505-506.
7 9
forbes, studies in Ancient technology, ii, p. 91.
36 cAPítulo 1
la rueda vertical, sin embargo, ofrece algunas dificultades, ya que trabaja de manera efi-
ciente sólo en ríos rápidos y con volúmenes constantes del agua y, a diferencia de los mo-
linos de rueda horizontal, no se le suele construir una presa o alguna canalización cuando
le falta volumen o presión al agua que la mueve. Quizá lo más que se le instala es un acue-
ducto, el cual la acciona precipitándole el agua desde arriba. de hecho, para forbes, la
combinación de presas y molinos se hace de forma generalizada a partir el siglo Xiii80
.
es de suponer que este investigador sólo se refiere en este particular a los molinos de rueda
vertical, ya que los formularios notariales del s. Xi, como los de ibn al-þAÐÐār, al-buntī e
ibn mugī£, confirman que el binomio molino de rueda horizontal-azud existe y casi de
forma obligatoria desde antes de este siglo, como se ha visto en los contratos de arrenda-
miento de molinos de agua, donde parece que ya llevaba tiempo instaurado.
la rueda vertical es más eficiente que la horizontal, ya que se haya en un plano diferente
al de la muela y, al transmitir la fuerza a través de un sistema de engranaje, acelera el
ritmo de giro de ella, con el derivado aumento del rendimiento. Así pues, la rueda hori-
zontal es menos eficaz que la vertical porque la muela se mueve al ritmo que marca el
rodezno, sin que se produzca ninguna aceleración en su rotación. también se ha visto
que es menos productiva porque hay en ella mucha diferencia entre el nivel del abaste-
cimiento de agua y el lugar donde evacua su agua en el rodezno81
. sin embargo, y a pesar
de todo, al ser de una construcción mucho más sencilla que la de rueda vertical, se utili-
zaría con mayor frecuencia en al-Andalus.
en cuanto al inventor de este tipo de artefacto, se desconoce por ahora. lo que parece
cierto para algunos investigadores, como l. White, es que la rueda horizontal movida
por el agua y que, a través de su eje, transmite el movimiento de rotación directamente
al mecanismo que hace funcionar, es la disposición más antigua que existe y la que se
tuvo que utilizar primero para molturar el grano82
.
Algunos estudiosos sostienen que la procedencia de estos molinos de rueda horizontal se
encuentra en el norte de europa, ya que se apoyan en los restos encontrados en lo que
8 0
ibídem, p. 92. Véase también esta opinión en Glick, quien defiende que los molinos de rueda vertical también funcionaban con
la ayuda de presas, como aquellos cuatro molinos de córdoba que se colocaron en el Guadalquivir en zigzag aguas abajo de la
presa. Glick, t.f., islamic and christian spain, parte 2, cap. 7-4 a); torres balbás, l., ciudades hispanomusulmanas, introd. y
conclusion por H. terrasse, madrid, instituto Hispano-Árabe de cultura, 1985, pp. 140-142.
8 1
forbes, studies in Ancient technology, leiden, 1965, (2ª ed.), 9 vols., ii, p. 92.
8 2
White, l. jr., technologie médiévale et transformations sociales, París, 1969, p. 104.
un Poco de HistoriA 37
ahora es dinamarca y que se han datado en los s. i y ii dc. de ahí que a los molinos de
rodezno se les llame también “molinos nórdicos”.
uno de los que cree en este doble origen del molino en nuestra Península es Glick, quien
sostiene que esta “bilateral difusión” se debe a los cristianos de europa, por una parte, y
a los musulmanes, en su ruta desde oriente a occidente, por la otra, apoyándose en la idea
de que entre los dos molinos no hay ninguna relación genética entre sí. Así pues, y si-
guiendo la idea de j. needham, el molino horizontal parece ser una extensión hacia abajo
del molino de mano y el vertical, parece más que probable que su rueda sea una modali-
dad de la hidráulica usada en el riego83
. de ahí también la relación que muchos historia-
dores defienden que hubo entre la molinería y los campos cultivados, incluso defendiendo
que la misma rueda era capaz de sacar agua del río para el riego y mover la rueda de un
molino al mismo tiempo84
.
en cuanto al efecto que hace esta ingeniería en el mundo islámico, hay que señalar que
siempre hubo en oriente mucha admiración por la técnica griega y romana. los trabajos
de los griegos filón, Heron y del romano Vitruvio pronto fueron traducidos al árabe. en
esta zona oriental se implantarán desde el s. Viii grandes ruedas hidráulicas tanto para el
riego y como para los molinos85
.
Así pues, se puede pensar que esta técnica molinar desarrollada en tierras orientales también
pudo influenciar en la hidráulica andalusí, conviviendo con el legado molinar que los ro-
manos habían dejado en la antigua Hispania. efectivamente, roma deja unas instalaciones
molineras en nuestra Península que los visigodos heredan y utilizan los siglos siguientes86
.
Por el liber iudiciorum, que es el cuerpo de leyes visigodo del año 654, el cual recoge
un número considerable de normas romanas de su última etapa, sabemos la importancia
que tenía el molino para la alimentación diaria de personas y ganado, a cuenta de las mul-
8 3
Véase, colin, G.s., “la noria marocaine et les machines hydrauliques dans le monde arabe”, Hesperis XiV, fasc 1, (1932),
pp. 22-60.
8 4
Glick, t.f., islamic and christian spain, parte 2, cap. 7-4 a); martín Prieto, P., “Aportación al estudio del molino hidráulico
en la castilla medieval: los molinos del monasterio de santa clara de Alcocer”, Hispania, revista española de Historia, vol. 66
(2006), nº 224 (sept.-dic.), p. 837.
8 5
forbes, studies in Ancient technology, ii, p. 114.
8 6
Véanse restos romanos de molinos hidráulicos en Pascual, P. y García, P., “canteras y tecnología molinar en el río jubera”,
revista murciana de Arqueología, nº 7 (2001), pp. 237-266.
38 cAPítulo 1
tas y serios castigos que impone a quien roba o estropea los utensilios o cualquier otro
elemento fundamental para su funcionamiento87
.
Pero, de hecho, algunos medievalistas no suelen incidir suficientemente en el sustrato
cultural y tecnológico que había antes del s. Viii y, por el contrario, parten de esta fecha,
y sobre todo del s. X, para hablar de la presencia de los molinos en nuestra Península.
sin embargo, aunque no haya fuentes que demuestren la actividad molinera antes de la
conquista árabe en el 711, no podemos concluir que los árabes fueron los que trajeron el
molino a al-Andalus, sino más bien que ellos son los que aprovechan las instalaciones
hidráulicas que se encuentran, perfeccionándolas y creando otras nuevas desde sus co-
mienzos en la Península, tal y como reflejan las fuentes jurídicas andalusíes del s. iX88
.
una de las que siempre ha partido de este hecho en sus investigaciones es la medievalista
m. martínez, quien afirma que en la época visigoda había un estado de abandono del sis-
tema hidráulico construido por los romanos, que fue el estado lamentable que se encon-
traron los conquistadores árabes y bereberes en el s. Viii. A partir de este hecho, con el
que parece que no todos los medievalistas están de acuerdo, no hay ninguna duda acerca
de la consolidación del sistema hidráulico por parte de los musulmanes89
.
Al mismo tiempo, hay estudiosos que opinan que las causas de que en la época romana
se parara el desarrollo de la tecnología molinar están relacionadas con el sistema escla-
vista de roma. Así pues, al imperio le interesaba usar a los esclavos, que era una mano
de obra abundante y que generaba la fuerza necesaria para mover los molinos de sangre.
8 7
en el capítulo titulado ‘Acerca de los utensilios de los molinos robados’, situado en -Vii, ii, Xii- dice literalmente: “si alguien
asaltara los molinos de otra persona, debe devolver lo robado, además de arreglarlo, es decir, [debe devolver] lo que tenga en su
poder y sea de otros, porque lo haya robado, y sufra el castigo de cien azotes “. en el cap. titulado “sobre las destrucciones de
los molinos y las cláusulas de las aguas” en -Viii, iV, XXX- literalmente dice: “si alguien violentamente rompe algún molino,
y queda inutilizable después de esto, dispone de 30 días para repararlo, además de pagar 30 monedas de oro. si pasado ese tiempo
no lo ha reparado, debe pagar otras tantas monedas de oro, además de sufrir cien azotes. Asimismo, con respecto a las presas
que están cerca de los molinos, hay cláusulas relativas a las aguas que pedimos sean guardadas. si observa semejante presunción
y repara lo destruido, entonces, [sólo] cien azotes”. Véase, el codicis legum Wisigothorum, ed. 1579. curiosamente, estas mis-
mas leyes se repiten en la época feudal, según podemos observar en los fueros de cuenca y Huete, pero, sin embargo, no están
presentes en los tratados de derecho islámico. suponemos que en al-Andalus, a falta de documentos específicos que regulen los
delitos relativos al molino, cualquier allanamiento que se produzca en él o la rotura o robo de la maquinaria, muelas o canales
se regularían como si se entraran sin permiso dentro de una vivienda (bayt), de un baño (¬amm×m) o de una tienda (j×nýt) y rom-
pieran o robaran parte de sus instalaciones. esto se regula así por la analogía que los juristas musulmanes han mantenido siempre
entre ellos. como castigo, y según el valor de lo robado o estropeado, se imponía desde una multa a la amputación de un miembro.
Véase, por ejemplo, sa¬nýn, al-mudawwana, t. XVi, vol. Viii, pp. 72-75.
8 8
ibn Hab÷b (m. 238-9/853-854) dedica varias páginas a la regulación del molino, prueba de la necesidad de sistematizar las leyes
relacionadas con estas industrias, las cuales se extendirían por al-Andalus años antes. Véase su obra Kit×b al-W×Åi¬a, pp. 37,
43, 60, 108 y 109 ár. / 57, 58, 62, 73, 110-112 tr.
8 9
martínez carrillo, mª ll. y martínez martínez, m., orígenes y expansión de los molinos hidráulicos, p. 17.
un Poco de HistoriA 39
dicho esto, y en cuanto al origen del molino hidráulico en nuestra Península, como pode-
mos imaginar hay muchas teorías dispares que, difícilmente van a llegar a algún acuerdo.
del estudio llevado a cabo, se podría concluir que la industria molinar llegó hasta nosotros
en múltiples oleadas y de lugares muy distintos. Por ello, le debemos su presencia tanto
a los nórdicos como a los romanos a partir del s. i, sin olvidar que también los conquis-
tadores musulmanes provenientes de tierras norteafricanas pudieron traer su industria a
partir del s. Vii, la cual estaría igualmente influenciada por la presencia romana en sus
tierras, además de lo que aportaran los árabes de oriente, poco tiempo más tarde90
.
lo que no hay duda es que, a partir del establecimiento de al-Andalus en la Península,
las instalaciones molineras mejoran y se difunden, al mismo tiempo que se incorporaban
nuevos cultivos o que se obtenían mejores resultados del suelo. el andalusí, quien sabe
obtener beneficios de todo lo que hereda, optimará el molino hidráulico visigodo y lo
adaptará con maestría en el lugar idóneo para ello, utilizando los materiales que tiene a
su alcance y velando por el sentido práctico de la máquina hidráulica.
los reinos cristianos que vivieron en contacto con los andalusíes reciben la influencia
de su industria molinar desde el sur, al mismo tiempo que también se contagian del des-
arrollo molinero que se va produciendo en los reinos del norte de europa. Pero, si bien
es cierto que no se puede concretar cuántos fueron los molinos andalusíes que reciben
los cristianos en las zonas conquistadas, lo único que se puede afirmar es que hubo un
“desarrollo continuado del legado” que estos heredan, como muestran los documentos
de la última etapa medieval91
.
9 0
Aunque forbes sostiene que los árabes occidentales estaban en ese momento mucho más avanzados que los orientales. Véase
tal apreciación en op. cit., pp. 114-115.
9 1
martínez carrillo, mª ll. y martínez martínez, m., orígenes y expansión de los molinos hidráulicos, p. 29.
VOLVER
41
con respecto a los datos que historiadores y geógrafos árabes ofrecen sobre la presencia
de los molinos en tierras andalusíes, son muchos los autores que hablan sobre la abun-
dancia de estas industrias tanto en los grandes ríos como en los arroyos, aunque son muy
parcos en los detalles y algunos sólo se limitan a citar su localización.
en el s. Viii, el fat¬ al-Andalus cita el molino de nombre “Kulayb”, que vuelve a apa-
recer en los textos cristianos del s. Xiii como culeb, lo que pone de relieve la reutilización
de los molinos en los siglos siguientes92
.
Por su parte, al-r×z÷ (s. X) y al-þø²r÷ (m. 478/1085) comentan que la región de firr÷¹, al
noroeste de córdoba, posee abundantes recursos naturales de aguas abundantes que hacen
mover numerosos molinos93
.
cAPítulo 2
noticiAs sobre lA locAlizAción
de los molinos HidrÁulicos
en lAs fuentes ÁrAbes
9 2
córdoba de la llave, r., “Aceñas, tahonas y almazaras”, Hispania, XlViii/170 (1988), pp. 827-874, p. 829. Véase, asimismo,
Pavón maldonado, b., tratado de Arquitectura Hispanomusulmana, i, Agua (Aljibes, puentes, qanats, acueductos, jardines, ruedas
hidráulicas, baños, corachas), csic, madrid, 1990, p. 282.
9 3
lévi-Provençal, e., “la description de l’espagne d’A¬mad al-r×z÷”, p. 83; al-þø²r÷, fragmentos geográfico-históricos, p. 56.
42 cAPítulo 2
Al-©imyar÷ (m. 900/1494-5), por otro lado, afirma que son muy cuantiosos los molinos
de agua que hay en el transcurso del río de marbella, el cual viene del sur y atraviesa
baena94
, así como el que atraviesa el pueblo de cabra en córdoba95
.
sobre Huesca se pronunció al-þu²r÷, quien valoró los ríos intermitentes que había den-
tro de sus murallas, que movían las muelas de los molinos tanto en verano como en
invierno96
.
en el s. Xii al-idr÷s÷ (m. 560/1166), con la gran admiración que siente por las grandes
obras de ingeniería, incluye en su obra geográfica aquellos lugares que destacaban por
sus numerosos molinos. Así pues, confirma que en jaén, a una milla de la capital, el río
bullýn o Guadalbullón mueve las ruedas de numerosos molinos que están instalados en
sus riberas y que talavera destaca por la cantidad de estas industrias que se han levantado
al borde del tajo. Asimismo, se maravilla porque, en Portugal, el río mondego a su paso
por coimbra mueve cuantiosos molinos. estas informaciones son recogidas siglos más
tarde por al-©imyar÷, lo que demuestra la continuidad de todos ellos durante más de tres-
cientos años97
.
el valle de Pechina fue famoso por su fertilidad y también por los cursos de sus ríos.
tanto los productos obtenidos en sus campos como la harina de sus molinos nutrían a la
capital de Almería. de ello hablaron al-þuÅr÷ y, posteriormente, al-idr÷s÷ 98
. este último
también se asombró por lo agradable que resultaba Priego, ‘en donde sus aguas hacen
girar los molinos en el interior mismo de la villa’99
.
del gran río Guadalquivir hablaron muchos geógrafos árabes, los cuales destacaron la
cantidad de molinos que estaban instalados en sus aguas e, incluso, citaron el nombre
9 5
ídem, p. 178.
9 6
Al-þu²r÷, fragmentos geográfico-históricos, p. 56. la importancia de los molinos intramuros se centra en el hecho de que se
asegura el suministro de harina a la ciudad en caso de asedio. Glick ha recogido un suceso ocurrido en la Valencia del año 1363,
en la que se dio licencia para que se expropiaran unos terrenos para hacer allí un molino de cuatro o cinco muelas dentro de la
muralla, con el fin de asegurarse frente al enemigo la provisión constante de harina. tenía que acomodarse el suministro de agua
de la acequia, para que no le faltara nunca agua. se daba la circunstancia de que había mucha gente y pocos molinos. con la
construcción de molinos intramuros se acrecentaría honor y la fama de la ciudad, según constan las fuentes cristianas. Véase,
Glick, t.f., regadío y sociedad, p. 144. Por el contrario, véase la noticia incluida en al Archivo municipal de murcia en el que
un molino es destruido en 1398 por su situación extramuros, en martínez carrillo, mª ll. y martínez martínez, m., orígenes y
expansión de los molinos hidráulicos, p. 61.
9 7
Al-idr÷s÷, description, pp. 202 ár. / 248 tr., para el Guadalbullón; 187 ár. / 227 tr., para el tajo y 184 ár. / 220 tr., para el mon-
dego. en cuanto a al-©imy×r÷, rawÅ, p. 88, para el Guadalbullón; p. 155, para el tajo y p. 197, para el mondego.
9 8
Al-þu²r÷, fragmentos geográfico-históricos, p. 85; al-idr÷s÷, description, pp. 197 ár. / 240 tr.
9 9
Al-idr÷s÷, description, pp. 204 ár. / 252 tr.
noticiAs sobre lA locAlizAción de los molinos HidrÁulicos en lAs fuentes ÁrAbes 43
de una localidad que tomaba el nombre de “los molinos (Ar¬×’)”, no lejos de sevi-
lla100
. desde esta ciudad hasta córdoba, se podía circular por este río pasando por los
molinos de Al-zar×da101
. Al-r×z÷ fue quien comentó que había tantos molinos frente a
la Alcazaba cordobesa que no se podía ver el río con ellos, los cuales “molían muy fino
y muy bien”102
.
como veremos más tarde, también los geógrafos recogieron en sus escritos la presencia
de molinos levantados sobre barcas. según lo que ellos vieron, estos se podían trasladar
por el río en algunas poblaciones de murcia y zaragoza103
.
en cuanto a las noticas de los autores árabes con respecto a los molinos del reino de
Granada, ibn al-jaÐ÷b (m. 776/1374) relata en al-miþy×r las excelencias de algunos lugares
ricos en agua, donde abundan los cultivos de cereales y, como consecuencia, se instalan
muchos molinos. Así pues, de Vélez-málaga dirá que: “dios ha sido pródigo al dotarla
de agua y [gracias a ello] produce mucho trigo”.
igual le ocurre a íllora y montefrío, en Granada, que, según este autor: “son manantial
de excelente trigo”.
de loja comenta que: “A sus pies corre un caudaloso río que mueve numerosos molinos,
todos los que uno quiera”.
de todas las localidades, ibn al-jaÐ÷b destaca Archidona, cártama y ronda por la calidad
y cantidad de producción de trigo. también cita en esta misma obra los molinos de coín
y dice de ellos que sus piedras ruedan continuamente104
.
en tres de sus obras, miþy×r, lam¬a e i¬aÐa, ibn al-jaÐ÷b dedica unas cuantas páginas a
alabar la ciudad de Granada, en donde el Genil (³an÷l) mueve sus más de ciento treinta
1 0 0
Abý-l-fiÅ×’, taqw÷m al-buld×n, pp. 47/59; al-idr÷s÷, description, pp. 196 y 207 ár. / 238 y 256 tr.
1 0 1
Al-idr÷s÷, description, pp. 207 ár. / 256 tr.
1 0 2
Al-r×z÷, pp. 64-65.
1 0 3
Al-idr÷s÷, description, pp. 194 ár. / 236-237 tr.; al-©imyar÷, p. 220: molina, l., una descripción anónima de al-Andalus, ma-
drid, 1983, ii, p. 81.
1 0 4
ibn al-jaÐ÷b, miþy×r, para Vélez-málaga, pp. 119 tr. / 53 ár; para íllora y montefrío, pp. 136 tr. / 65 ár.; para loja, pp. 136 tr.
/ 65-66 ár.; para Archidona, pp. 137 tr. / 66 ár.; para cártama, pp. 138 tr. / 67 ár.; para ronda, pp. 139 tr. / 67 ár. y para coín,
pp. 138 tr. / 67 ár.
44 cAPítulo 2
molinos harineros (ar¬×’ Ð׬ina bi-l-m×’ ) tanto dentro como fuera de sus murallas. el agua
que mueve estos molinos, según este autor, “fluye superficialmente (bi-l-m×’i l-maþ÷n)”105
.
ibn al-jaÐ÷b señala también que en Granada las aguas corren en todas las direcciones y
que son utilizadas para los ¬amm×m-s y los molinos y de cuyos muchos réditos obtienen
lo necesario para restaurar los muros de la ciudad106
. específicamente en al-i¬×ta comenta
que en Granada hay muchas fuentes y ríos (ka£÷ra l-þuyýn wa-l-anh×r) y que uno de ellos,
el Genil, lleva agua clara (zul×l) y sus arroyos (ŷad×wil) mueven una cantidad conside-
rable de molinos107
.
estos datos de ibn al-jaÐ÷b confirman la importancia de estas industrias de transformación
por todo el reino y su alta producción de cereal, el cual se cultivaba sobre todo en las si-
guientes zonas: la vega de Granada, montefrío, Alhama y las tahas alpujarreñas de ór-
giva, ferreira y Poqueira, además de cártama, Antequera y ronda. cuando el trigo de
estas zonas era insuficiente para la población, se importaba, fundamentalmente del norte
de África o de castilla, cuando las treguas con el territorio cristiano lo permitían108
.
entre los molinos que este mismo autor señala en sus obras, cita unos cuantos junto al
cuarto real de santo domingo, en la zona del actual realejo109
. Por aquí baja la Acequia
Gorda, mandada hacer por A¬mad b. jalaf en el 1073, la cual favorecía las instalaciones
de los molinos a todo lo largo de ella. de entre todos los molinos de origen árabe, es fa-
moso el construido paralelamente a esta acequia, en la actual cuesta de los molinos, y
que a finales del s. XiX albergó a la familia de Ángel Ganivet110
.
Por su parte, el geógrafo ibn þAbd al-©aqq escribió en su diccionario Geográfico
marā½id al-iÐÐilāþ que en el río darro había muchos molinos, cuyas muelas se movían
gracias a su agua111
.
1 0 5
ibn al-jaÐīb lam¬a, pp. 24-25, cuya traducción, realizada por e. molina, puede verse en Historia de los reyes de la Alhambra,
p. 11. también dice lo mismo en i¬ata, p. 126. Véase asimismo, simonet, f.j., descripción del reino de Granada sacada de los
autores árabes, madrid, 1860 (reimpres. Valladolid, 2005), p. 43. Para las excelencias del reino de Granada y sus campos de ce-
reales, véase lam¬a, pp. 21-23 e i¬×ta, p. 109. como acabamos de señalar en nota, el hecho de instalarse los molinos fuera de
las murallas los hacía más vulnerables, al estar expuestos a todos los peligros a los que estaba sometida la ciudad.
1 0 6
noticia recogida de torres balbás, l., “los contornos de las ciudades hispanomusulmanas”, Al-Andalus, XV (1950), p. 471.
1 0 7
ibn al-jaÐīb, i¬×ta, p. 119.
1 0 8
torres delgado, c., el antiguo reino nazarí de Granada (1232-1340), Granada, 1974, p. 314.
1 0 9
ibn al-jaÐīb, i¬×ta, p. 126.
11 0
la casa-molino de Ángel Ganivet acaba de ser inscrita en el catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
111
esta noticia está recogida por f.j. simonet en su descripción del reino de Granada, p. 43.
noticiAs sobre lA locAlizAción de los molinos HidrÁulicos en lAs fuentes ÁrAbes 45
de la actividad molinera en medio de la ciudad habló un viajero italiano, llamado Andrea
navagero, que en 1526 relató cómo de este río granadino salían dos acequias principales,
que daban agua al Albayzín y a la Alhambra, y de la existencia de otra acequia secundaria,
la cual circulaba por en medio de ellas y que recibía el nombre de “Acequia de los moli-
nos” y que, tras pasar la parroquia de santa Ana, repartía agua por todas las casas prin-
cipales del barrio112
.
otra noticia que tenemos de una instalación molinera cerca de la ciudad de Granada du-
rante los últimos años del reino nazarí pertenece a un comentario realizado por Hernando
del Pulgar, cronista de los reyes católicos. él anotó en sus anales cómo los molinos de
jaranbí, cerca de la puerta de bibarrambla, fueron “quebrados” por el rey católico en
1484 en una de sus entradas por la vega de Granada113
.
como se aprecia, son muchos los autores que confirman que en Granada había numero-
sos molinos movidos por las aguas de los ríos Genil y darro: Por el norte, siguiendo el
curso del darro, destaca un número considerable de ellos, así como en la parte este/sud-
este, a lo largo de la Acequia Gorda o “de los molinos”, la cual se derivaba del río Genil.
Por último, en el sur también corrían las mismas acequias derivadas del Genil, espe-
cialmente en el pago del jaragüí, que hacían andar las muelas de otros tantos ingenios
molineros.
en la época cristiana, los pesos de la harina, que fue el método que el estado llevó a cabo
para controlar la gestión de la molienda, y que se verá posteriormente con más deteni-
miento, se situarían de modo estratégico cerca de cada una de estas zonas. de este modo,
los pesos se ubicarán así, según podemos ver en las ordenanzas de Granada de 1552114
:
– Al norte, en la Puerta de Guadix.
– Al este, en el barrio del realejo.
– Al sur, en la puerta de bibarrambla.
11 2
noticia recogida en simonet, f.j., descripción del reino de Granada, p. 198. Véase la biografía de este autor italiano en la
p. 177, n. 2 de esta misma obra
11 3
Véase esta crónica en torres balbás, l., “los contornos de las ciudades hispanomusulmanas”, p. 475. como venimos anotando,
el molino construido fuera de las murallas, como éste situado en la plaza bibarrambla, estaba expuesto a su destrucción en cual-
quier ataque cristiano.
11 4
Véanse citados estos tres pesos en las ordenanzas de Granada de 1552, fol. 100v.
46 cAPítulo 2
según Hernández y benito115
, fuera del centro de la ciudad, y antes y después de atrave-
sarla, el Genil y el darro siguen moviendo los molinos de los pueblos de alrededor. en-
contramos, pues, que en la época nazarí el primero mueve los molinos de la Vega hasta
chauchina y, el segundo, los de Huétor santillán y beas. en casi todos ellos, se instalaban
los molinos en acequias derivadas de los ríos mediante presas que, a su vez, evitaban su
destrucción por avenidas. estas acequias tienen una doble función: la de llevar agua para
el riego y la de conducirla hasta las muelas de los molinos, como le ocurre a la Acequia
Gorda del Genil.
el hecho de que los molinos granadinos de los que se tienen noticias sean movidos por
aguas de las acequias hace suponer que eran de rueda horizontal y no vertical. en los
planos o Plataformas de Ambrosio de Vico, realizadas a final del s. XVi, se pueden
distinguir algunos de ellos. Así, los que están alineados en las dos acequias derivadas
del Genil parecen ser molinos horizontales de canal sin cubo. sin embargo, los ubicados
en el darro parecen molinos de cubo, ya que se aprecia un caz elevado con un muro
antes de llegar al edificio molinar, donde su agua se debía precipitar hasta la rueda hi-
dráulica116
.
en cuanto a la toponimia, vemos algunos casos en los que, al parecer, hace referencia a
los molinos harineros, aunque no son muy abundantes. uno de ellos es el caso de Alfar-
nat, un pueblo de la provincia de málaga y, el otro, Alfarnate, de la misma raíz árabe del
anterior, y que da nombre a un arroyo y a un lugar de molinos, en loja117
.
Por su parte, j. González, en el estudio que realiza sobre el repartimiento de sevilla, co-
menta que: “los molinos no han dejado huella, aunque algunos iban unidos a buenas fin-
cas rústicas; la palabra reha- se consideraban tan general y conocida que se tradujo por
‘molino’, sin propiedad topográfica”118
.
11 5
Hernández de benito, P., “captación de aguas e ingenios hidráulicos en la ciudad de Granada”, ii coloquio Historia y medio
físico. Agricultura y regadío en al-Andalus, Almería, 1996, p. 296.
11 6
ídem.
11 7
oliver Asín, j., “el hispanoárabe al-farn×t, ‘los molinos harineros’ en la toponimia peninsular”, Al-Andalus, XXiii (1958),
pp. 456-459, en donde defiende la teoría de que el árabe andalusí tomó del latín vulgar el término farinarius’ > ‘farn×t, término
que, según oliver, sustituyó en ocasiones a ra¬à, sobre todo en la provincia de málaga, en donde los mozárabes instalados en
esa provincia acostumbraron a citar el molino hidráulico harinero bajo este nombre latino.
11 8
Véase González, j., repartimiento de sevilla, p. 423.
noticiAs sobre lA locAlizAción de los molinos HidrÁulicos en lAs fuentes ÁrAbes 47
éste era el caso del reha de Aben ocba, un molino situado en Alcalá de Guadaira, que
aún en tiempos posteriores continuó conservando el nombre del antiguo dueño119
.
Y en la Granada islámica, sólo queda constancia de un lugar relacionado con los molinos.
es el mol÷nu que aparece en los bienes habices, situado m÷n buly×na o en Pulianas120
.
11 9
González, j., repartimiento de sevilla, p. 451.
1 2 0
mul÷nu quizá sea la versión árabe del término lat. molinus, “piedra del molino” < lat. mola. Véase jiménez mata, mª c., la
Granada islámica. contribución a su estudio geográfico-político-administrativo a través de la toponimia, universidad de Granada,
1990, p. 226.
VOLVER
un cAso esPeciAl: los molinos de AGuA del reino de GrAnAdA 49
la creciente demografía en el último espacio andalusí de la Península, la cual iba dando
asilo a los musulmanes que huían de las zonas conquistadas, favoreció el desarrollo de las
instalaciones molineras, ocasionando un número cada vez mayor de industrias. Pero, al
mismo tiempo, este crecimiento favorecía la instalación de dos o más muelas por cada
edificio molinar, en vez de una, que era lo habitual hasta entonces. este fenómeno causó
un interés general por mejorar técnicamente los ingenios molinares, con el fin de sacar un
mayor beneficio de ellos. Por tanto, se puede afirmar que el desarrollo de la población y
la evolución de la tecnología molinar son dos fenómenos que van a crecer paralelos en
este período.
durante la pervivencia de al-Andalus, la industria molinar fue muy defendida por los ju-
ristas, a pesar de que, cuando los cultivos lo necesitaban, no tenían preferencia en el uso
del agua frente a los hortelanos. sin embargo, el resto del tiempo y cuando no se temía
por una situación de riesgo, el molino tenía el apoyo de los juristas para que estos pudie-
ran mover sus ruedas por encima de los derechos de riego de los dueños de las huertas o
de los molinos más antiguos o, incluso, de los situados por encima de él. el derecho is-
lámico destacará en la solución de los conflictos generados en un mismo sistema hidráu-
lico por el estudio de cada caso concreto, sin aplicar leyes estrictas y semejantes para
cAPítulo 3
un cAso esPeciAl: los molinos de AGuA
del reino de GrAnAdA
50 cAPítulo 3
todos ellos y, sobre todo, teniendo en cuenta la costumbre del lugar donde se haya ubi-
cado, que es la ley que tiene más peso, según se verá en muchas fetuas que se han mane-
jado en este estudio. esta situación de apoyo se acrecienta a medida que van
transcurriendo los siglos, llegando a culminar en la etapa nazarí. efectivamente, por lo
que se ha podido comprobar a través del estudio de las fuentes jurídicas islámicas, los
jurisconsultos granadinos defienden los intereses de los molineros, dándoles todo tipo de
facilidades, precisamente para hacer frente al momento complicado que se vive en esta
época en lo político, social y económico. todo el apoyo que ofrecieron las instituciones
a esta industria dio lugar a que el molino hidráulico formara parte imprescindible de la
infraestructura económica del reino nazarí de Granada.
el reino nazarí tuvo un comienzo complicado, por “la precipitada involución política y
militar en el que se veía inmerso el territorio andalusí ”121
, situación que se agravó por
su deteriorada situación económica y una elevada fiscalidad. sin embargo, el desarrollo
y la pervivencia del reino durante más de dos siglos fue posible gracias a la floreciente
agricultura que gozaba Granada, unida a la actividad ganadera, industrial y comercial,
las cuales incidieron directamente en la economía. Así pues, el molino, como decimos,
se convierte en otro pilar indispensable para el sustento de la débil economía nazarí.
en ese momento decisivo, el estado era dueño de una serie de propiedades, las cuales le
daban un beneficio considerable, al ser objeto de contrato de arrendamiento, hallándose
entre estos bienes estatales un buen número de molinos. efectivamente, tal y como relata
ibn al-jaÐīb en sus dos obras más importantes, la familia real nazarí tenía a las afueras de
Granada unas ricas y extensas propiedades, las cuales comprendían almunias que abarca-
ban torres, molinos, mezquitas. según este autor, también eran propietarios de extensos
vergeles cerca de la Alhambra, así como de palacios, casas, tiendas, baños, hornos y mo-
linos, tanto en la capital como fuera en la vega. estas propiedades pertenecientes al patri-
monio real lindaban con otras de propiedad particular. se trata, como venimos señalando,
de alquerías que poseen molinos y mezquitas, “así como de animales para arar la tierra”122
.
estas propiedades familiares estaban sometidas al impuesto anual exigido por la Hacienda
nazarí. de estas alquerías, algunas de ellas, incluso, pertenecían también al Patrimonio
1 2 1
e. molina lópez en “más sobre el mustajla½ nazarí”. estudios Árabes dedicados a d. luis seco de lucena (en el XXV Aniv.
de su muerte), vol. i (1999), pp. 109-110.
1 2 2
ibn al-jaÐīb, i¬āÐa, i, pp. 91-143; ibídem, lam¬a, pp. 21-48. jiménez mata, mª c., la Granada islámica, pp. 81-82. Véase
también la bibliografía proporcionada por e. molina lópez en “más sobre el mustajla½½ nazarí”, pp. 109-110.
un cAso esPeciAl: los molinos de AGuA del reino de GrAnAdA 51
real, como la zujaira, que poseía una mezquita, varios castillos y molinos. del mismo
modo, las residencias reales se extendían por todo el territorio real, como la costa grana-
dina, las Alpujarras, el marquesado del cenete y la zona oriental de Guadix.
Aparte de las propiedades reales y particulares que se han citado, el régimen de propiedad
de Granada también estaba formado por propiedades nobiliarias o de notables del reino,
explotadas asimismo por colonos asalariados, aparceros y miembros de la “familia do-
méstica de la propiedad”, como señala torres delgado, entre las que también se encon-
traban un buen número de industrias molineras123
.
en cuanto al sistema de explotación de molinos, son muchos y variados los contratos es-
tablecidos en la última etapa nazarí, en donde, con seguridad, fue la época más favorable
para ello por el apoyo que recibieron de los juristas, basado en la necesidad de la pobla-
ción y para el sostenimiento de la economía. Hasta tal punto fueron las modalidades con-
tractuales que, en ocasiones, se llegaron a asociar familiares o miembros de un mismo
grupo tribal, aún viviendo alejados entre sí, ya que les primaba la necesidad de compartir
la misma industria molinera. efectivamente, se tiene constancia de que en la Alpujarra
de los siglos XiV y XV, los habitantes de núcleos rurales escindidos compartieron algunos
medios de producción, como éste del molino124
.
según ha concluido s. selma, en el caso de los molinos de levante de origen andalusí,
más del 89% de ellos pertenecían a la comunidad125
. Aunque en la época nazarí una buena
parte de ellos serían de propiedad real o perteneciente a la nobleza, el control de una parte
de los mismos tuvo que continuar por parte de las alquerías y, sobre todo, las apartadas de
la ciudad de Granada. estas qarya-s los explotarían colectivamente y también pagarían
sus impuestos de forma conjunta.
Y, en cuanto a los impuestos a los que estaba sometida la industria molinera en al-Anda-
lus, nada dicen los textos araboislámicos consultados. sin embargo, se acepta lo que los
1 2 3
torres delgado, c., “el reino nazarí de Granada”, pp. 313-314.
1 2 4
Véase tal afirmación en trillo san josé, c., Agua, tierra y hombres en al-Andalus, Granada, 2004, p. 92. Por el contrario, en
la zona cristiana se dará licencia para contruir un nuevo molino únicamente si coincide con el lugar de residencia del propietario
o de la persona que lo vaya a explotar. consúltese, martínez carrillo, mª ll. y martínez martínez, m., orígenes y expansión de
los molinos hidráulicos, p. 40.
1 2 5
selma castell, s., els molins d’aigua medievals a sharq al-Andalus. Aproximació a través de la documentació escrita dels se-
gles X-Xiii (iV-Vii H.), Ayuntament d’onda, 1993, pp. 112-114.
Inma camarero molinos_hidraulicos_al_andalus
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  • 1. los molinos HidrÁulicos (ar¬ā’ ) de cereales en al-andalus un estudio multidisciplinar a partir de fuentes jurídicas araboislÁmicas inmaculada camarero castellano FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO
  • 2.
  • 3.
  • 4.
  • 5. FUNDACIÓN JUANELO TURRIANO los molinos HidrÁulicos (ar¬ā’ ) de cereAles en Al-AndAlus un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs inmAculAdA cAmArero cAstellAno Accésit de lA Vi edición del Premio GArcíA-dieGo 2011
  • 6. edición fundAción juAnelo turriAno diseño y maquetación ediciones del umbrAl © de la edición, fundación juanelo turriano © del texto, la autora © de los dibujos, juan de nascimento camarero © de la fotografía de cubierta, Germán Pecellín muñoz isbn 978-84-695-7841-4 tema de cubierta: molino de benarosa de Alcalá de Guadaira, sevilla
  • 7. A la memoria de mis padres, jAcobo cAmArero morAles y ÁnGeles cAstellAno illescAs
  • 8. 11 introducción un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs fuentes ArAboislÁmicAs fuentes jurídicas fuentes histórico-geográficas fuentes agrícolas andalusíes tratado sobre alimentación fuentes cristiAnAs fuentes lAtinAs Anteriores Al s. Viii 33 cAPítulo 1 un Poco de HistoriA 41 cAPítulo 2 noticiAs sobre lA locAlizAción de los molinos HidrÁulicos en lAs fuentes ÁrAbes 49 cAPítulo 3 un cAso esPeciAl: los molinos de AGuA del reino de GrAnAdA lA AlimentAción cereAlísticA 59 cAPítulo 4 cArActerísticAs GenerAles
  • 9. 73 cAPítulo 5 elementos Que comPonen los molinos de AGuA HArineros 111 cAPítulo 6 elementos eXternos Que formAn o rodeAn el molino HArinero 129 cAPítulo 7 el oficio de molinero 133 cAPítulo 8 el Proceso de lA moliendA 139 cAPítulo 9 mAntenimiento de los molinos HidrÁulicos de cereAles 147 cAPítulo 10 clientelA del molino HArinero citAdA en lAs fuentes ÁrAbes 153 cAPítulo 11 ¿Qué cobrA el molinero Por su serVicio?
  • 10. 159 cAPítulo 12 miscelÁneA de contrAtos en torno Al molino de AGuA ArrendAmiento Y concesión de los molinos de AGuA declaración del estado de ŷ×’i¬a en los molinos AlQuiler de serVicios de PersonAs AlQuiler de bestiAs comPrAVentA de molinos de AGuA contrAtAción PArA lA construcción de molinos sociedAd estAblecidA PArA lA eXPlotAción de un molino lA diVisión Y el derecHo de retrActo en los molinos molino constituido en HAbiz (ta¬b÷s) donAción de molinos AbAndono Y Posterior concesión de un molino 219 cAPítulo 13 el molino como PArte de un sistemA HidrÁulico 231 cAPítulo 14 los conflictos de los molineros los conflictos entre molineros Y AGricultores los conflictos entre molineros Y mAdereros los conflictos entre los molineros Y sus Vecinos los conflictos entre molineros 257 cAPítulo 15 los molinos Y lAs PesQueríAs 261 cAPítulo 16 resPonsAbilidAdes del molinero frente A sus clientes
  • 11. 275 cAPítulo 17 los frAudes de los molineros 287 conclusiones 309 esQuemAs GrÁficos 317 léXico de términos ÁrAbes Y su trAducción en relAción con los molinos de AGuA 353 biblioGrAfíA Y fuentes
  • 12.
  • 13. 11 el molino de agua fue la primera máquina movida por una energía natural y ha constituido un elemento primordial del progreso humano y técnico, imponiéndose durante más de mil ochocientos años como la única máquina, junto con el molino de viento pero en menor medida, que será utilizada para todas las necesidades industriales2 . Para marc bloch: “el descubrimiento del molino hidráulico constituyó, dentro de lo que eran los molinos de que disponía la humanidad, un progreso compa- rable a los del s. XiX y llevó consigo una prodigiosa transformación.”3 en ellos, la molturación de los granos se produce gracias a la transformación de la energía cinética del agua en un movimiento rotatorio que, por fricción entre dos muelas, consigue obtener harina del cereal. introducción un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs1 1 estudio financiado por la fundación ibn al-jatib de estudios y cooperación cultural en 2009 y Accésit del Premio internacional García-diego en su Vi edición a la investigación de la Historia de la técnica, otorgado por la fundación juanelo turriano (mayo de 2012). 2 sylvain-touche, K., “description du mécanisme interne d’un moulin à eau”, en durand, A., (ed.), jeux d’eau. moulins, meuniers et machines hydrauliques (Xie -XXe siècle), études offertes à G. comet, cahier d’Historie des techniques, 7 (2008), p. 271. 3 bloch, m., la Historia rural francesa: caracteres originales, barcelona, 1978, p. 313.
  • 14. 12 introducción efectivamente, a través de la fuerza mecánica del agua, el hombre ve facilitado el trabajo de aprovechamiento de uno de los productos básicos para su subsistencia, como es el grano alimenticio. Así pues, el molino constituye, desde el punto de vista de la nutrición, un instrumento esencial para la transformación industrial de los cereales en harina, que resulta más apta para la alimentación humana, al mismo tiempo que, desde el punto de vista de la econo- mía, la fuerza del agua que mueve su maquinaria está íntimamente relacionada con el desarrollo económico que se genera en torno a los cereales y a la molienda. en al-Andalus funcionaban otros tipos de molinos, separados entre sí según la fuerza que los accionaba. de este modo, podemos encontrar, además de los de agua, molinos de viento, de mareas y de sangre, aparte de los manuales, que eran domésticos. sin embargo, de entre todos ellos, los hidráulicos son los más abundantes en tierras andalusíes y, sobre todo, los construidos al borde de un curso de agua sobre el que se solía levantar una presa (sudd) para asegurarse el caudal y la fuerza suficiente para su funcionamiento. la relación que tiene el molino harinero andalusí con los cursos de agua continuará du- rante toda la época medieval cristiana. Allí donde fuera posible un caudal estacional o anual, había una instalación molinera. los geógrafos árabes confirman la existencia de un extensísimo número de molinos hidráulicos instalados no sólo en los principales ríos, sino también en las riberas, en los torrentes e, incluso, en las acequias y tanto en las ciu- dades como en los pueblos. en estos últimos, los molinos se edificarán cerca de las tierras cultivadas de cereales. la molinería, pues, aparece como una industria muy arraigada al medio rural y se ha con- siderado como la primera intervención del hombre en el medio ambiente, al aprovechar al máximo todos los recursos hidrológicos y materiales que tiene a su alcance, con el fin de transformar el grano en alimento apto para el hombre. Por esta razón, Álvarez llopis considera que, por el hecho de esa intervención humana, la posibilidad de que hubiera una menor expansión en el mundo islámico de estas industrias, comparado con las que se instalaron en la época feudal que fueron numerosísimas, puede deberse a un mayor control de la explotación del medio, sobre todo en lo referente a los recursos hídricos, que son explotados de una forma más ecológica, al no disponer de ellos en abundancia. sin embargo, en la sociedad cristiana del norte de la Península, esto no ocurre, ya que
  • 15. un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 13 estos recursos son mucho más numerosos al disfrutar de una mayor pluviosidad, por lo que los molinos son puestos en marcha sin tanto control hidrológico4 . los musulmanes son maestros en captar aguas superficiales y subterráneas, mediante ca- nales, acequias, pozos y qanats, y en elevar el agua, mediante norias y azudas, creando, con ello, espacios regados en zonas áridas o semiáridas e instalando molinos tanto en unas áreas como en otras. los andalusíes aprovecharon las obras hidráulicas romanas que se encontraron, y que fueron infrautilizadas por los visigodos, sacándoles un provecho muy superior al de aqué- llos y logrando, durante los ocho siglos de pervivencia araboislámica en nuestra Penín- sula, un desarrollo social y económico como no había existido hasta el momento. Y esta transformación se llevó a cabo, sobre todo, gracias a la proliferación de los ingenios hi- dráulicos, que produjeron novedades, sobre todo, en el ámbito laboral, al extenderse las relaciones contractuales entre los propietarios, arrendatarios y usuarios en torno a esta industria, con las consecuencias para la economía que esto reportaba. también con los molinos hidráulicos se conseguía utilizar menos mano de obra, con lo que abarataba el coste de la harina obtenida. Así pues, cuando se dan varias circunstancias juntas que conducen a la creación y difusión de un fenómeno concreto, como éste de la molinería, se ha considerado que responde a una “necesidad social ampliamente sentida”. efectivamente, es marc bloch el que defiende esta teoría y el que, al mismo tiempo, jus- tifica que la invención se difunda y que la construcción de la nueva máquina se convierta en una práctica corriente5 . es importante partir del hecho de que la economía andalusí se basaba principalmente en la agricultura y que, dentro de ella, la molturación de los cereales era una actividad que seguía a la obtención del grano y que generaba mucha riqueza, tanto para los molineros, como para la gente que trabaja en torno a esta industria. Y qué decir sobre el beneficio de transformar el grano en harinpanificable, alimento de primera necesidad en la época an- dalusí. Así pues, siendo los cereales un alimento de primera necesidad y el pan uno de los más consumidos, la molturación se convirtió en una actividad industrial fundamental para 4 Álvarez llopis, mª e., “el molino hidráulico en la sociedad hispano medieval, s. X-Xiii”, i coloquio de Historia y medio fí- sico, instituto de estudios Almerienses, departamento de Historia, 1989, pp. 660-661. 5 citado por Aguadé nieto, s., “notas para el estudio del molino hidráulico en cuenca (1177-1300)”, Almud, 5 (1982), p. 58.
  • 16. 14 introducción la vida diaria en al-Andalus. Por ese motivo, la molinería no sólo tuvo un desarrollo para- lelo al de la tierra y los cultivos, sino que provocó un mayor y más inteligente empleo del agua, pero, sobre todo, del agua como fuerza motriz. esta utilización de la energía hidráu- lica conseguía más cantidad y más calidad en la harina resultante, en comparación con la obtenida del grano molturado en los molinos de sangre o en los manuales, los cuales, por otra parte, no se llegaron nunca a suprimir. sobre las ventajas del molino hidráulico sobre los otros dos, el geópono andalusí ibn al-þAww×m (s. Xii-Xiii) afirmó que: “la harina molida en piedra de agua es mejor que la molida en piedra de bestias”6 . los molinos hidráulicos andalusíes no hicieron desaparecer los de sangre movidos por animales, tal y como ocurrió en roma, en donde llegaron a ser incluso más abundantes. en al-Andalus hay constancia de que eran muchos los edificios y viviendas dedicadas a la molienda usando bestias, según podemos ver en las fuentes árabes y cuyo estudio es- peramos realizar muy pronto. esta manera de molturar por medio de animales no terminó con la reconquista, sino que pervivió durante muchos siglos, casi hasta nuestros días7 . en cuanto a los molinos manuales, los usaban normalmente las mujeres en casa, para uso exclusivo de la familia y su utilización pervivió hasta el final de la época nazarí. en contra de lo que parece que ocurrió en la zona cristiana, el molino de mano en al-Andalus no sufrió presiones por parte del estado ni por ninguna institución. efectivamente, hay datos que confirman que hubo quienes pretendieron acabar con ellos, porque “chocaba con los intereses económicos de los señores e instituciones propietarias de molinos hidráulicos”8 . Por otra parte, hay que señalar que el desarrollo agrícola de una zona determinada está íntimamente relacionado con el tipo y la cantidad de molinos que se instalan en ella. Así pues, en las zonas cerealísticas, y más aún si en ellas hay mucha población, se encontra- rían un número mayor de estas industrias por la gran demanda de harina que esto supone 6 ibn al-þAwwām, Kitāb al-filā¬a, ed. y trad., j.A. banqueri, libro de agricultura, 2 vols., madrid, 1802 (ed. facs. con introd. y estudio de e. García sánchez y j.e. bermejo, madrid, 1988), ii, p. 24. 7 Véase el estudio de j. González en su trabajo sobre el repartimiento de sevilla en el que cita algunos molinos de sangre sevi- llanos de origen musulmán y que en época cristiana trabajaban a pleno rendimiento. Algunos de ellos incluso conservan el nombre árabe de sus dueños. en el s. XVi todavía quedaban muchas tahonas de aquéllas, que “muelen trigo, de a dos, tres y quatro pie- dras, con sus mulas en lugar de agua, y con sus torvas, tiendas y los demás aderentes que las otras aceñas que muelen con agua y con semejante ruydo. Y es así que hacen mejor harina que los molinos de agua”. Véase, Gonzalez, j., repartimiento de sevilla, reedicción facsímil, sevilla, 1993, p. 514. el geópono ibn al-þAww×m, como veíamos arriba, no estaba de acuerdo con que la ha- rina molida en molino de sangre fuera de mejor calidad que la hecha en molino hidráulico, sino todo lo contrario. 8 martínez carrillo, mª ll. y martínez martínez, m., orígenes y expansión de los molinos hidráulicos en la ciudad y huerta de murcia (s. Xiii-XV), murcia, 1993, p. 45. Quiero agradecer a maría martínez el gesto tan amable que tuvo al mandarme sus tra- bajos sobre molinología.
  • 17. un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 15 y se observará que disfrutan de una técnica más desarrollada, a base de instalar molinos de rueda vertical o molinos de más de dos muelas, entre otros avances. Y también sucede lo contrario, es decir, las zonas menos cultivadas y alejadas de los centros urbanizados ofrecen un menor número de molinos y los que se instalan aparecen con una industria más rudimentaria, entre los que se encuentran los molinos horizontales de una sola rueda9 . Por otro lado, el beneficio obtenido en los molinos de dos muelas suple períodos de sequía o de insuficiencia del caudal, lo que compensa las pérdidas en los momentos de parada. Así pues, el clima parece ser condicionante para el desarrollo molinar, ya que una sequía pertinaz puede ser determinante para su progreso y, como consecuencia, puede llegar a sufrir hasta el abandono total de la actividad o, en el mejor de los casos, sólo un retraso. suponemos que las constantes sequías que azotaron al-Andalus entre los siglos Viii-Xii, y de las que muchos historiadores informaron en sus obras, por el gran perjuicio que su- puso para la economía y la sociedad andalusí, perjudicaron en lo que podía ser una evo- lución normal de la molinería hidráulica10 . sin embargo, junto a las causas que paran el desarrollo de la industria molinera, existen otras que la favorecen, como es el avance de la metalurgia rural, la cual permite realizar los instrumentos necesarios para la maquinaria de los molinos, en pro de un mejor fun- cionamiento y una mayor productividad. A este factor técnico se le une otra causa bene- factora y que está relacionada con el regadío: los molinos de rueda vertical van a utilizar el sistema de la rueda inmersa en el río, que ya se utilizaba anteriormente como elevadora de agua para el riego. está más que demostrado que el desarrollo y la expansión de los molinos está ligado al desarrollo y la expansión del regadío. estas dos causas, que favorecen la existencia de molinos en un lugar, pueden ser llamadas “causas aceleradoras de índole técnica”11 . en cuanto a la orografía que presentaba al-Andalus, tanto sus cauces constantes como el terreno con cierta pendiente, fueron dos razones fundamentales que favorecieron el 9 Álvarez llopis, mª e., “el molino hidráulico en la sociedad hispano medieval, s. X-Xiii, i coloquio de Historia y medio físico, instituto de estudios Almerienses, departamento de Historia, 1989, p. 661. 1 0 sobre las informaciones que los historiadores andalusíes dan sobre estos años de sequía, así como la actuación de los juristas en caso de que calamidad afecte a la industria molinera, hablaremos más tarde en un apartado específico para este tema. 11 sáez de santa maría, A, molinos hidráulicos en el Valle del ebro (s. iX-XV), Vitoria, 1085, p. 53.
  • 18. 16 introducción desarrollo molinar en sus territorios. el hecho de que una zona goce de terrenos monta- ñosos comparada con otras que no lo tengan se ha visto determinante para el progreso de los ingenios hidráulicos en ellas. efectivamente, se ha comprobado que existe un de- clive económico en las zonas llanas relacionado con la imposibilidad de instalar molinos. uno de los que defienden esta teoría es l. White12 , quien considera que, mientras que en las zonas de pendiente se pueden edificar hasta un agrupamiento de molinos en todo el cauce, en las zonas de llanura o fondos de valle, el agua que circula tiene mucha menos energía, lo que obliga a la construcción de canales artificiales, cubos y presas, que enca- recen la instalación molinera. no obstante, los propietarios que pueden invertir en ella, consiguen amortizar con creces este gasto inicial, ya que el molino ha sido siempre una fuente de ingresos, lo suficientemente rentable como para recuperar rápidamente la in- versión tan costosa que suponía la instalación molinera. en el reino de Granada continuaron trabajando los molinos de antaño que estaban situa- dos en cauces medianos y grandes, ya que el hecho de tener un curso de agua constante es una “causa aceleradora de índole física y geográfica”, que favorece la creación, el des- arrollo y la pervivencia de los molinos en un lugar determinado, como lo han querido ver algunos medievalistas13 . Por otro lado, también los molinos andalusíes tuvieron en cuenta las propiedades del suelo, ya que consideraron que una tierra demasiado blanda, de fácil erosión, podría arras- trar lodos y ensuciar y obstruir los cauces y hasta parar la rueda hidráulica. Ya de por sí, el molinero tiene que estar continuamente limpiando los canales, las acequias, las presas y sus ruedas, debido a que el agua lleva consigo mucho barro y restos vegetales que per- judican sus instalaciones. Así pues, si la zona elegida es de un suelo que se erosiona fá- cilmente, los problemas que ocasiona son considerablemente mayores, llegando incluso a la parada total del molino, con las pérdidas económicas que esto conlleva. otro fenómeno que favoreció la difusión del molino hidráulico en tierras andalusíes fue la necesidad de alimentar a toda la población que iba en aumento. ciertamente, junto con la economía agraria en expansión, otra causa que motivó el desarrollo molinar y, sobre todo, el molino de agua harinero, fue el hecho del crecimiento poblacional. A este hecho 1 2 ibídem, p. 54. 1 3 ibídem, p. 53.
  • 19. un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 17 se la ha calificado como una “causa aceleradora de índole social ”14 . Por otra parte, en el reino de Granada, por la fuerte demanda de cereal que solicitaban los soldados en las mu- chas y prolongadas campañas guerreras, la proliferación de los molinos en el reino tam- bién fue en aumento y los juristas facilitaron los contratos y las resoluciones judiciales en beneficio de los molineros. en efecto, por lo que vemos en los textos jurídicos de los siglos Xiii-XV hay una adaptación de los jurisconsultos a estas nuevas circunstancias sociopolíticas. en cuanto a la técnica empleada en los molinos andalusíes, hay que señalar la similitud que existe en cuanto a la industria de los molinos instalados en la época romana con res- pecto a la empleada en los molinos de mediados del s. XX en nuestra Península. se puede afirmar que tanto la maquinaria, como el instrumental, los métodos de captación y de apresamiento de las aguas se consideran de técnica tradicional y, salvo algunas diferencias poco significativas, se mantuvieron constantes durante todos estos siglos. no hay duda que los molinos de agua andalusíes se forjaron teniendo como base los ingenios que ya estaban instalados cuando llegaron los primeros pobladores y que, a su vez, los cristianos heredaron todo lo asumido y mejorado por los andalusíes, modificando por su parte muy poco la técnica y el material empleado, llegando casi intacto hasta nuestros días. Por ello, se puede hablar de la “pervivencia de una tecnología secular en los molinos rurales”. esto se puede comprobar gracias a los trabajos realizados por algunos investigadores sobre los molinos tradicionales, que son los que han funcionado hasta hace relativamente pocos años. en ellos pueden verse cómo, en la mayoría de los casos, las piezas tienen los mis- mos nombres que en su día les dieron los molineros medievales15 . las obras de derecho islámico andalusíes recogen ya desde el s. iX toda la regulación posible referente a los molinos, legalizando a través de ellos los contratos de compraventa, alquiler, donación, concesión, asociación y de edificación y explotación. Para ello, se apoyarán en primera instancia en las leyes romanas relativas al derecho civil, que ante- riormente ya habían servido de base en la creación del fiqh para otras relaciones contrac- tuales parecidas, aunque hay que señalar que no todos los juristas musulmanes aceptan la existencia de tales influencias externas. no obstante, independientemente de las con- 1 4 ídem. 1 5 córdoba de la llave, r., “los molinos hidráulicos de la cuenca del Guadalquivir”, Anuario de estudios medievales, 33/1 (2003), p. 294, quien cita los siguientes trabajos: escalera, j y Villegas, A, molinos y panaderías tradicionales, madrid, 1983; cara barrionuevo, l., los molinos hidráulicos tradicionales de los Vélez (Almería), Almería, 1996; ídem autor et al., los molinos hidráulicos tradicionales de la Apujarra (Almería), instituto de estudios Almerienses, Almería, 1999.
  • 20. 18 introducción sideraciones nacidas en el mismo seno del islam, objetivamente se observa que las leyes que regulan los molinos andalusíes tienen influencia romana, como también lo están los baños, los hornos y las salinas, con los que, en ocasiones, los juristas andalusíes estable- cen analogías para su regulación. Pero, como en otros ámbitos del derecho islámico, la ley consuetudinaria del lugar donde están instalados los molinos tiene más fuerza que cualquier opinión dada por un prestigioso jurista. Y como en todos los aspectos del derecho islámico, los jurisconsultos andalusíes también se sirvieron de las opiniones de los juristas musulmanes de oriente, quienes regularon estas industrias molineras a partir del mismo s. iX. como se verá, sus opiniones son muy valiosas y consideradas hasta el final del islam en nuestra Península. Para este estudio sobre los molinos hidráulicos andalusíes, se pueden utilizar como fuente de información tanto los textos araboislámicos occidentales y orientales, como los cris- tianos e, incluso, los textos más recientes sobre los molinos tradicionales, que son los que han pervivido hasta mediados del s. XX, ya que todos aportan una información válida sobre la industria artesanal de la molinería, la cual ha mantenido los mismos rasgos técni- cos y productivos a través del tiempo por tratarse de una actividad arcaica y de metodología conservadora. Por ello, son válidas todas las fuentes jurídicas árabes, ya sea las de oriente como las creadas en tierra andalusí en los ocho siglos de pervivencia musulmana en la Pe- nínsula, debido a que todas las leyes islámicas se tienen en cuenta, independientemente del lugar donde se hayan emitido. también sirven los documentos escritos en tierras cristianas, ya que estos reflejan fiel- mente el pasado anterior y más en materia de molinos, cuyo equipamiento técnico y la capacidad de obtener beneficio del agua son aprovechados por los nuevos habitantes de las zonas conquistadas, que van a usar los molinos y sus recursos hidráulicos de una ma- nera idéntica a como lo hacían los andalusíes, sin que se produzcan grandes cambios. dicho esto, es posible asegurar que todas las informaciones que se tomen de las fuentes antes citadas son valiosas para estudiar los molinos de agua andalusíes, ya que, al tener una estructura tradicional y no admitir prácticamente innovaciones, difieren muy poco de los molinos que nos han llegado hasta nuestros días16 . 1 6 Véase, caro baroja, j., tecnología popular española, madrid, 1983.
  • 21. un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 19 los libros de los repartimientos, los fueros y los documentos notariales escritos inme- diatamente después de las reconquistas son de gran utilidad para el estudio que se pre- tende llevar a cabo, ya que ofrecen una información muy fiel del pasado musulmán inmediato. A falta de documentos islámicos, su utilización es fundamental para reconstruir la historia de al-Andalus. Y, en cuanto a la industria molinar, al ser artesanal y rural y, por ese mo- tivo, no susceptible a sufrir cambios significativos durante los siglos, la información que ofrecen los textos medievales es muy valiosa. Gracias a la regularidad y a la persistencia de las técnicas molineras en el tiempo y en el espacio, es posible obtener información de interés al analizar los molinos de cualquier época y lugar. el molino hidráulico resulta un fenómeno complejo, en el que participan diferentes ele- mentos, como son los técnicos, jurídicos, económicos o sociales. imputar a uno solo de ellos esa complejidad, lleva inevitablemente a un planteamiento inexacto del tema en su conjunto17 . es necesario, pues, abordarlo desde los más variados puntos de vista posibles, que es lo que pretende este estudio multidisciplinar. resulta relevante, además, realizar un léxico con los términos árabes relacionados con los molinos hidráulicos de cereales, ya que, además del interés filológico que pueda sus- citar, la terminología relacionada con una actividad económica y productiva lleva consigo una implicación social y, a través de ella, se puede realizar un análisis histórico. Al res- pecto, j. Aguirre ha dicho que: “la llamada ‘cultura material’ hace referencia a aquellos elementos materiales que configuran y sirven para caracterizar las formas de vida de una sociedad determinada. entre ellos, están los utensilios y herra- mientas empleados en las diferentes actividades económicas. este co- nocimiento nos ha brindado la posibilidad de contemplar esta formación social a través de un prisma diferente, ofreciendo una perspectiva que se complementa con los datos histórico-políticos y geográficos”18 . 1 7 Álvarez llopis, e., “el molino hidráulico en la sociedad hispano medieval, s. X-Xiii”, p. 672. 1 8 Aguirre sádaba, j., “notas acerca de la proyección de los kutub al-wa£×’iq en el estudio social y económico de al-Andalus”, meAH, sección Árabe - islam, 49 (2000), pp. 16-17.
  • 22. 20 introducción como se ve, a la molinería le afecta el espacio, el agua y la tecnología. de ahí que los molinos sean objeto de interés pluricientífico, como bien ha señalado m. martínez19 . Y no sólo hay que estudiarlos desde varios puntos de vista, como se va percibiendo en esta introducción, sino desde varias fuentes distintas, con el fin de comprender el lugar que ocupa la molinería andalusí en el tiempo y en espacio y de completar todo aquello oscuro o inexistente de las escasas obras araboislámicas que tratan el tema molinar. Por ello, antes de seguir con el desarrollo del estudio, nos parece conveniente indicar las fuen- tes que han sido la base de este trabajo. fuentes utilizAdAs este estudio multidisciplinar está basado, por un lado, en fuentes jurídicas islámicas, en donde la mayoría de ellas está todavía sin traducir, a la que acompañan otras obras árabes, como las agrícolas, de ¬isba y, como no, las histórico-geográficas. Por otro lado, me he servido de fuentes cristianas, como son los libros de repartimiento, los fueros y las or- denanzas, las cuales rellenan el vacío existente en las obras islámicas o completan o re- fuerzan la información dada en ellas. Asimismo, he usado obras latinas de diversa índole, anteriores a la ocupación araboislámica. A la traducción y el estudio de las fuentes anteriormente citadas, les han acompañado un buen número de trabajos de investigación realizados por arabistas y medievalistas espe- cializados en el tema, quienes me han aportado sus conocimientos y, en algunos casos, sus diferentes puntos de vista a la hora de abordar el estudio de los molinos islámicos y medievales. Para finalizar, y con el fin de localizar la terminología relativa a las partes del molino, o de su recinto e, incluso, para ponerle nombre a las piezas de la maquinaria molinar, ha sido imprescindible el uso de varios diccionarios especializados. Así pues, para hablar someramente de las fuentes que han formado la base de este estudio, se presentan divididas por grupos, según la materia a la que pertenecen. 1 9 martínez martínez, m., “los molinos de totana-Aledo: un nuevo caso historiográfico”, cuadernos de la santa, totana, 2000, p. 92.
  • 23. un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 21 1 fuentes ArAboislÁmicAs 1.1 fuentes jurídicas las fuentes jurídicas son fundamentales para el estudio de las relaciones entre el agua y la economía islámica. Quizá hoy en día sea el corpus que más información ofrezca al respecto, como se ha podido comprobar en este estudio sobre la industria molinar en al- Andalus. Para su estudio, hay que partir del hecho de que el fiqh es un “derecho de juristas”20 . Por ello, los diferentes tipos de fuentes que se han usado en este trabajo se pueden clasificar en: u½ýl al-fiqh, o principios del derecho, furýþ al-fiqh, o tratados y compendios de apli- cación, y ¬isba, o de buen gobierno. de todas las obras de u½ýl al-fiqh que se han manejado en este estudio, la única que trata el tema molinar es al-talq÷n del bagdadí þAbd al-Wahh×b (m. 422/1031). este autor, que se dedicaba a la enseñanza del derecho islámico, tuvo mucha repercusión entre los anda- lusíes21 . en su obra comenta, defiende o rebate cuestiones de derecho teórico y utiliza, en la mayoría de los casos, el i¥tih×d 22 . las obras de furýþ al-fiqh se pueden dividir en tres apartados: obras de jurisprudencia, fetuas y formularios notariales: las obras de jurisprudencia constituyen la mayor parte de la literatura jurídica m×likí de al-Andalus. entre ellas se encuentran gran número de tratados de casuística, fetuas y sen- tencias o a¬k×m. los manuales de casuística están constituidos por obras dedicadas a las preguntas y res- puestas (mas×’il), a los principios o fundamentos de ley, sentencias, resoluciones (a¬k×m) y a los casos reales o hipotéticos (naw×zil). debido a lo difícil que es encasillar las obras que utilizadas en estos tres subgéneros, ya que suelen compartir sus características, he 2 0 definido así por la particularidad que tiene la jurisprudencia islámica de no haber nacido a partir de un derecho existente, sino que es ella misma quien lo ha creado. Véase para ello, Gardet, l., encyclopédie de l’islam (nouvelle édition), 10 vols., en curso, 1060-2001, (e.i.), s.v. fi°H, vol. 2, p. 911. 2 1 þAbd al-Wahh×b, al-talq÷n f÷ l-fiqh al-m×liki, beirut, 1999. 2 2 es el esfuerzo personal de interpretación a partir de las fuentes del derecho para la elaboración de la ley, generalmente limitado a los grandes maestros de los primeros siglos del islam. f. Vidal, “el mufti y la fetua en el derecho islámico. notas para un es- tudio institucional”, Al-Andalus-magreb, Vi, servicio de publicaciones, universidad de cádiz, 1998, p. 300.
  • 24. 22 introducción optado por tratar conjuntamente todas las que componen este grupo. Así pues, las fuentes utilizadas para extraer la información necesaria para este trabajo son: – Al-mudawwana de sa¬nýn23 (m. 240/854). la obra de este jurista de cairuán es la de mayor aceptación entre los m×likí andalusíes. – ibn sa¬nýn (m. 256/870)24 , recopila en su obra de “preguntas y res- puestas” cuestiones planteadas a su padre y a ibn al-Q×sim (m. 191/806). – en la W×Åi¬a de ibn ©ab÷b (m. 239/854)25 hay contenida muchísima información del tema molinar que, como vemos, está regulado ya en el siglo iX. – la obra de ibn al-¤all×b (m. 378/988) pertenece también a este grupo. su Kit×b al-tafr÷þ f÷ l-fiqh al-m×liki 26 elabora muchas de las leyes que se mantendrán vigentes hasta la época nazarí. – la suma del jurista içe de Gebir27 (s. XV) toma parte del texto an- terior, regulando los molinos en la época nazarí. – el Kit×b muntajab al-A¬k×m28 del jurista de elvira ibn Ab÷ zaman÷n (m. 399/1009) recopila fragmentos de otras obras de forma casi literal. Posee datos de la industria molinar de autores anteriores. – ibn þiy×d (m. 575/1179) recoge de su padre el Q×Å÷ þiy×Å (m. 544/1149) el modo de actuación de los jueces en una obra titulada, precisamente, ma²×hib al-¬ýkk×m29 . es una obra imprescindible para el estudio de los molinos andalusíes, quien recoge y comenta, entre otros juristas, casi todas las fetuas emitidas por ibn ru¹d al respecto. 2 3 sa¬nýn, al-mudawwana al-Kubrà, 8 vols. (16 tomos), beirut, s/d (reimp. offset), el cairo, 1923. 2 4 ibn sa¬nýn, Kit×b al-aŷwiba, ed. H. al-þilw÷n÷, túnez, 2000. 2 5 ibn ©ab÷b, Kit×b al-W×Åi¬a, introd., ed. crítica y tr. por m. Arcas campoy, fuentes Arábico-Hispanas, 27, c.s.i.c.-A.e.c.i., 2002. 2 6 Abboud-Haggar, s., el tratado jurídico de ‘al-tafr÷þ’ de ibn al-¦all×b. manuscrito aljamiado de Almonacid de la sierra (zara- goza), ed., est. y glosario, 2 vols, c.s.i.c., zaragoza, 1999. 2 7 tratados de legislación musulmana: 1- leyes de moros (s. XV) y 2- suma de los principales mandamientos y develamientos de la ley y çunna, por don içe de Gebir, alfaquí mayor de la Aljama de segovia, 1462. real Academia de la Historia, madrid, 1853. 2 8 ibn Ab÷ zaman÷n, Kit×b muntajab al-A¬k×m. est., trad. y ed. crítica del sumario y del libro i por m. Arcas campoy, 2 vols. tesis doctoral inédita, Granada, 1982. 2 9 ibn þiy×d, ma²×hib al-¬ukk×m f÷ naw×zil al-a¬k×m (la actuación de los jueces en los procesos judiciales), trad. y est. d. se- rrano, fuentes Arábico-Hispanas, 22, csic- icmA, 1998.
  • 25. un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 23 – el mujta½ar de jal÷l (m. 767/1366)30 recopila datos muy valiosos para este estudio. – la obra del s. XV leyes de moros 31 ofrece algunos datos sobre los molinos pertenecientes a la última etapa andalusí. – ibn ‘¶½im (m. 829/1426) es el más tardío de los juristas que forman este grupo. escribió tuhfat al-¬ukk×m 32 , conocida también como la ‘¶½imiyya, un compendio en metro ra¥×z. en sus versos quedan re- gulados a modo de código el tema de la división de los molinos. los dictámenes jurídicos o fetuas darán información acerca de la evolución de la sociedad y la adaptación de las leyes a ella. Para el tema molinar, se han utilizado las que siguen: – las fat×wà y al-bay×n del cadí de córdoba ibn rušd (m. 520/1126) recogen cuestiones relacionadas con la regulación de los molinos. es frecuentemente citado por otros juristas como argumento de autoridad33 . – Hay una recopilación de fetuas magrebíes y andalusíes que recoge la principal producción de los muftíes del reino nazarí. lleva el título de Kit×b al-mi‘y×r, siendo su autor el magrebí al-Wanšar÷s÷ (m. 914/1508)34 . esta obra ha sido fundamental, ya que las fetuas selec- cionadas dan muchísima información acerca de la industria molinera. las sentencias o a¬k×m son las resoluciones adoptadas por los cadíes en el desarrollo de los procesos judiciales. la única obra usada en este trabajo se titula sencillamente: - A¬k×m y pertenece al malagueño al-Šaþb÷ (m. 499/1106)35 . 3 0 jal÷l b. ishaq, al-mujta½ar al-þulam×’, beirut, 1995. traducción francesa : G.H. bousquet, Abregé de la loi musulmane selon le rite de l’imam malek, 4 vols, Argel, 1965-62. traducción italiana : åal÷l ibn ishaq, il ‘mujta½ar’. sommario del diritto ma- lechita. Versione de d. santillana. 2 vols, milán, 1919. 3 1 Anteriormente se ha citado esta obra, que contiene dos tratados jurídicos: tratados de legislación musulmana: 1- leyes de moros (s. XV) y 2- suma de los principales mandamientos. 3 2 Abý bakr b. þ¶½im, Al-þ¶½imiyya, ed. casablanca, 1997. 3 3 fat×wà ibn rušd ed. al-tal÷l÷, beirut, 1987, 3 vols; al-bay×n, ed. al-©aŷŷ÷ y otros, beirut, 1988-1991, 20 vols. 3 4 Al-Wanšar÷s÷, al-miþy×r al-mugrib wa-l-¥am÷þ al-muþrib þan fat×wà ahl ifr÷qiya wa-l-Andalus wa-l-magrib, ed. m. Haŷŷ÷, 13 vols., rabat, 1981-1983. 3 5 Al-Šaþb÷, Ahk×m, ed. y not. s. Haloui, beirut, 1992.
  • 26. 24 introducción los formularios notariales (kutub al-wa£×’iq) son unos tratados para uso del notario ‘en los que se presentan las fórmulas y los modelos para la redacción, jurídica y gramaticalmente correcta, de las actas, escrituras, contratos y certificaciones requeridos en todas las circuns- tancias de la vida cotidiana, además de incluir, casi siempre, la doctrina jurídica que avala y justifica el empleo de las normas expuestas para la elaboración de tales documentos’36 . los libros de wa£×’iq han sido fundamentales en este estudio por la cantidad de información que aportan a la hora de definir el edificio molinar, las dependendencias anexas y todos los re- cintos que lo rodean, además de algunas partes de la maquinaria. Asimismo, sus formularios expresan como ningún otro documento los contratos establecidos en los molinos, a saber, de compraventa, alquiler, alquiler de servicios, concesión, donación y construcción. los for- mularios notariales andalusíes utilizados en este estudio pertenecen a los siguientes juristas: – ibn al-‘AÐÐ×r (m. 399/1008)37 . es el más destacado de todos ellos, no sólo por su antigüedad, sino por el volumen informativo. – ibn-mug÷£ (m. 459/1067)38 . A pesar de que los formularios de este jurista toledano son más escasos de contenido, aportan mucha infor- mación para este estudio sobre los molinos andalusíes. – Al-bunt÷ (m. 462/1070)39 quien se basa, casi literalmente en ibn al- þAÐÐ×r, tiene más información que aquél en cuanto a los molinos, lo que evidencia la pérdida de algunos formularios del primer jurista. – Al-Garn×Ð÷ (m. 579/1183)40 . de todas las obras, ésta es la más es- cueta que se ha utilizado y, aunque su información acerca del medio rural es escasa, resulta muy valiosa. – Al-¤az÷r÷ (m. 585/1189)41 . otro formulario imprescindible por la cantidad de información que ofrencen sus actas notariales sobre el tema molinar en al-Andalus. 3 6 como bien señala f.j. Aguirre sádaba. Véase su trabajo, “notas acerca de la proyección”, p. 7. 3 7 ibn al-‘AÐÐ×r, Kit×b al-wa£×’iq wa-l-si¥ill×t, ed. P. chalmeta y f. corriente, formulario notarial hispanoárabe, por el alfaquí y notario cordobés ibn al-‘AÐÐ×r (s. X), madrid, 1983. formulario notarial y judicial andalusí, intr., est. y trad. anotada: P. chal- meta y m. marugán, madrid, 2000. 38 ibn mug÷t, al-muqniþ f÷ þilm al-šurýÐ, intr. y ed. crítica por f. j. Aguirre, fuentes Arábigo-Hispanas, 5, c.s.i.c.-i.c.m.A., madrid, 1994. 3 9 Al-marraku¹÷, Wa£×’iq al-mur×biÐ÷n wa-l-muwa¬¬id÷n, ed. Huseyn mu’nis, rabat, 1997. en realidad, se trata de los ‘formula- rios notariales’ de al-bunt÷, titulados: Wa£×’iq wa-l-mas×’il al-maŷmuþa, según ha confirmado j. Aguirre. Véase para su locali- zación, Aguirre sádaba, j., “notas acerca de la proyección”, p. 9, n. 14. 4 0 Abý is¬×q Al-Garn×Ð÷, al-Wa£×’iq al-mujta½ara, ed. m. naŷ÷, rabat, 1988. 4 1 Al-¦az÷r÷, al-maq½ad al-ma¬mýd f÷ talæ÷s al-þuqýd, est.. y ed. crítica por A. ferreras, c.s.i.c.-i.c.m.A., madrid, 1998.
  • 27. un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 25 – ibn salmýn42 (m. 767/1366). es el único de todos ellos que vivió en la etapa nazarí. en el apartado de jurisprudencia (fiqh) de sus for- mularios acumula las opiniones de otros juristas anteriores con res- pecto al tema que nos ocupa y comenta cómo era la práctica judicial que se llevaba a cabo en el reino de Granada. de entre los tratados de derecho comparado (al-fiqh al-muq×ran), ibn ¤uzayy (m.741/1340)43 dedica en sus Qaw×n÷n a marcar las diferencias y coincidencias de todas las doctrinas jurídicas sobre los diversos aspectos del derecho islámico, incluido el del tema molinar. en cuanto a los tratados de ¬isba hay de decir que han resultado más que imprescindibles para el estudio de los molinos andalusíes, ya que contienen datos muy fieles que expresan circunstancias reales del mundo de los molineros, como aquéllas que hablan sobre su tra- bajo diario y sus habituales fraudes. Y es que las obras de ¬isba, o de buen gobierno, re- flejan con exactitud los acontecimientos de la sociedad y la actuación real de las instituciones jurídicas al respecto. tanto estas obras como las de u½ýl y de furýþ sirven de guía a los almotacenes, quienes son la máxima autoridad para el control de los pesos y medidas y, en general, para el correcto funcionamiento de los molinos de al-Andalus. esta figura es una de las que adoptarán las instituciones cristianas con el mismo fin. las tres fuentes de ¬isba que aportan información sobre la molinería son: – unas ordenanzas del zoco del siglo iX44 . – el tratado de ibn þAbdýn (s. Xii)45 . – el ‘Kit×b f÷ ×d×b al-¬isba’ o libro del buen gobierno del zoco de al- saqaÐ÷ (s. Xiii)46 . 4 2 cano P., contratos conmutativos en la Granada nazarí del s. XiV, según el formulario notarial de ibn salmýn (m.767/1366), tesis doctoral, universidad de Granada, 1986, 2 vols., edit. en microfichas por el servicio de Publicaciones en 1987. ibn salmýn, þiqd al-munaÞÞam, al margen de la obra de ibn far¬ýn, tab½ira, ed. cairo, 1301/1884, 2 vols. 4 3 ibn ¤uzayy, Qaw×n÷n al-a¬k×m al-šar÷‘iyya wa-mas×’il al-furýþ al-fiqhiyya, beirut, 1979. 4 4 “unas “ordenanzas del zoco” del siglo iX. traducción del más antiguo antecedente de los tratados andaluces de ‘¬isba’ por un autor andaluz”, Al-Andalus XXii (1957), pp. 253-316. 4 5 lévi-Provençal, e. y García Gómez, e., sevilla a comienzos del siglo Xii. el tratado de ibn þ Abdýn, madrid, 1948. (también publicada por el servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de sevilla, 1981). 4 6 chalmeta, P., “el ‘kit×b f÷ ×d×b al-¬isba’ (libro del buen gobierno del zoco) de al-saqaÐ÷”, Al-Andalus, XXXii (1967), pp. 125-162 y 359-397 y XXXiii (1968), pp. 143-195 y 367-434.
  • 28. 26 introducción 1.2 fuentes histórico-geográficas las obras árabes de este género histórico son muy escasas y, desgraciadamente, dan muy poca información acerca del funcionamiento o de la instalación de los molinos y mucho menos de su papel en la economía o en la sociedad. estas fuentes se limitan a elogiar su abundante número y, en ocasiones, resaltan la presencia en el molino de hasta cuatro muelas, las cuales eran movidas, en su mayoría, por el agua de los grandes cauces situados en las ciudades más importantes de al-Andalus. estos datos reflejan que eran molinos de rueda vertical y que estaban levantados, sobre todo, en medio de caudalosos ríos o al borde de ellos. también estas obras señalan que algunos de estos estaban edificados sobre barcas. Así pues, los molinos totalmente opues- tos a ellos, es decir, los pequeños edificios molinares que estaban situados en zonas ru- rales, de rueda horizontal e instalados en los arroyos o en ríos de menor envergadura que, por otras fuentes, como las jurídicas islámicas o los libros de repartimiento, se sabe que son los que más abundaban, estos autores les dedican pocas líneas. sin embargo, estas fuentes árabes son valiosas, ya que reflejan la situación geográfica de los molinos hidráu- licos y, lo más importante, que su difusión estaba generalizada por todo el territorio de al-Andalus, ya en el s. X. las obras utilizadas en este estudio son: – Ajb×r ma¥mýþa (s. Viii-X)47 . – la crónica de þAr÷b (s. iX-X)48 . – la descripción de españa de al-r×z÷ (s. X)49 . – Al-muqtabas de ibn ©ayy×n (s. Xi)50 . – Kit×b al-mas×lik wa-l-mam×lik de al-bakr÷ (s. Xi)51 . 4 7 Ajb×r ma¥mýþa, tr. y anot. e. lafuente Alcántara, (reprod. facs. de la ed. madrid, rivadeneyra, 1867), madrid, 1984. 4 8 castilla brazales, j., la crónica de þ Ar÷b sobre al-Andalus. impredisur, Granada, 1992. 4 9 lévi Provençal, e., ‘description de l’espagne’ par al-r×z÷”, Al-Andalus, XViii, 1 (1953), pp. 55-108. 5 0 el califato de córdoba en el muqtabis de ibn ©ayy×n: García Gómez, e., Anales palatinos del califa de córdoba al-©akam ii, por þisà b. A¬mad al-r×z÷, traducción de un ms. árabe de la real Academia de la Historia, madrid, sociedad de estudios y Pu- blicaciones, 1967; al-muqtabas (V) de ibn ©ayy×n, ed., P. chalmeta, instituto Hispano-árabe de cultura - facultad de letras de rabat, madrid, 1979; crónica del califa þAbdarrahman iii an-nasir entre los años 912 y 942 (al-muqtabis V), traducción, notas e índices por mª. j. Viguera y f. corriente, instituto Hispano-árabe de cultura, zaragoza, 1981; crónica de los emires Al¬ak×m i y þ Abdarra¬m×n ii entre los años 796 y 847 (Almuqtabis ii-i), trad., not. e índ. m. c A. makki y f. corriente, 2001. 5 1 Al-bakr÷, description de l’Afrique septentrionale, trad. slane, París, 1965.
  • 29. un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 27 – Al-mas×lik ilà ŷam÷ þ al-mam×lik de al-þu²r÷ (s. Xi)52 . – Kit×b nuzhat al-mu¹t×q de al-idr÷s÷ (s. Xii)53 . – ¶£×r al-bil×d de al-Qazwin÷ (s. Xiii)54 . – Al-bay×n al-mugrib de ibn þi²×r÷ (s. Xiii-XiV)55 . – taqw÷m al-buld×n de Abý l-fid×’ (s. XiV)56 . – Al-i¬×Ða, al-lam¬a y al-miþy×r de ibn al-jaÐ÷b (s. XiV)57 . – rawÅ al-miþÐār de al-©imyar÷ (s. XV)58 . – naf¬ al-Ð÷b de al-maqqar÷ (s. XVii)59 . 1.3 fuentes agrícolas andalusíes de entre las fuentes agrícolas andalusíes, destacan por su información los tratados de Agricultura (Kutub al-fil׬a) y, de manera muy somera, los calendarios agrícolas (Kutub al-anw×’). en los primeros no sólo he confirmado aquello que los juristas regulan en sus tratados de fiqh relacionados con los molinos, sino que también he encontrado explicaciones para algunas cuestiones jurídicas no muy claras en las obras de derecho islámico. de los calendarios agrícolas se ha extraído solamente información acerca de los cultivos de cereales y del tiempo de su recogida. 5 2 Al-þu²r÷, tarsiþ al-ajb×r. fragmentos geográfico-históricos de ‘al-mas×lik ilà ŷam÷þ al-mam×lik’, ed. ‘Abd al-‘Aziz al-Ahwani, madrid, instituto de estudios islámicos, 1965; “la cora de ilbira (Granada y Almería) en los siglos X y Xi, según al-þu²r÷ (1003- 1085)”. trad. y anot. m. sánchez martínez, cuadernos de la Historia del islam, 7 (1975-1976), pp. 5-82. 5 3 description de l’Afrique et de l’espagne par al-idrīsī; texte arabe publié par r. dozy et m. j. de Goeje leiden e.j. brill, 1968 (reimpres.). 5 4 roldán castro, f., el occidente de al-Andalus en el A£×r al-bil×d de Al-Qazw÷n÷, Alfar, sevilla, 1990. 5 5 ibn þiÅar÷, al-bay×n al-mugrib (la caída del califato de córdoba y los reyes de taifas), est., trad. y notas por f. maillo sal- gado, estudios Árabes e islámicos, universidad de salamanca, salamanca, 1993. 5 6 Abý l-fid×’, taqw÷m al-buld×n, j.s. reinaud (ed.), París, 1840-1848. 5 7 ibn al-jaÐ÷b, al-i¬×ta f÷ ajb×r Garn×Ða, nusýs ¥ad÷da, ed. þAbd al-sal×m Šaqqýr, tetuán, 1988; ibídem, al-lam¬a al-badriyya f÷ l-dawla al-na½riyya, ed. A-þA½÷r, beirut, 1978. traducción española titulada: Historia de los reyes de la Alhambra: el resplandor de la luna llena. trad. y ed. josé mª casciaro; estudio preliminar emilio molina lópez, Granada, 1998 e ibídem, al-miþy×r al- ijtiy×r f÷ ²ikr al-maþ×hid wa-l-diy×r, ed. m. K. chabana, marruecos, 1977. 5 8 Al-©imyar÷, rawÅ al-miþÐār, trad. par e. lévi Provençal: la Péninsule ibérique au moyen Âge, d’après le ‘Kitāb ar-rawÅ al- miþÐār fī æabar al-a±tār’ d’lbn þAbd al-munþim al-©imyarī, leyden, 1938. 5 9 Al-maqqar÷, nafh al-Ð÷b, ed. ih½×n þAbbas, 8 vols., beirut, 1968; Analectes sur l’histoire et la littérature des arabes d’espagne, ed., r. dozy, leyden, 1855-1861.
  • 30. 28 introducción en otros trabajos anteriores se ha demostrado por nuestra parte que la confrontación de las obras jurídicas y agrícolas puede dar resultados muy fructíferos para el conocimiento de las leyes que regulan el medio rural60 . las obras de fil׬a que contienen información acerca de la industria molinar son: - Kit×b al-fil׬a de ibn ba½½×l (s. Xi)61 . - el tratado de Agricultura de ibn W×fid (Xi)62 . - Kitab zuhrat al-busÐ×n de al-Æignar÷ (s. Xii)63 . - Kit×b al-fil׬a de ibn al-þAww×m (ss. Xii-Xiii)64 . - Kit×b al-fil׬a de ibn luyýn (s. XiV)65 . los tres Kutub al-anw×’ usados en este estudio son los siguientes: - Kit×b al-anw×’ de ibn þ¶½im (s. Xi)66 . - ris×la f÷ awq×t al-sana (s. Xiii?), de autor desconocido67 . - ris×la f÷ l-anw×’ de ibn al-bann×’ (s. Xiii-XiV)68 . 6 0 Véase, camarero castellano, i., el marco jurídico del medio rural. teoría y práctica legales en la Agricultura de al-Andalus (s. Viii-XV), tesis doctoral inédita, universidad de la laguna, 2008. 6 1 ibn ba½½×l, Kit×b al-fil׬a, ed. y tr., j. m. ª millás Vallicrosa y m. ‘Aziman, libro de agricultura, tetuán, 1955 (ed. facs. con intr. y estudio de e. García sánchez y j.e. bermejo, Granada, 1995). 6 2 ibn W×fid, tratado de Agricultura. traducción castellana (ms. s. XiV), ed., not. y vocabulario de c. cuadrado romero, Ana- lecta malacitana, 14, universidad de málaga, málaga, 1997; millás Vallicrosa, j.m. ª, “la traducción castellana del “tratado de Agricultura” de ibn W×fid”, al-Andalus, Viii (1943), pp. 281-332. Y dentro de la siguiente obra: ibn ©a¥¥×¥, al-muqniþ f÷ l- fil׬a, ed.s. Ŷarr×r y Abý ¼afiya, þAmm×n, 1982, el texto de ibn W×fid ésta incluido en las pp. 6-84. 6 3 Al-Æignar÷, Kit×b zuhrat al-busÐ×n wa-nuzhat al-a²h×n = (esplendor del jardín y recreo de las mentes), ed. e intr. e. García sánchez, csic, madrid, 2006. 6 4 ibn al-þAww×m, Kitab al-fil׬a, ed. y trad., j.A. banqueri, libro de agricultura, 2 vols. madrid, 1802 (ed. facs. con introd. y estudio de e. García sánchez y j.e. bermejo, madrid, 1988). 6 5 ibn luyýn, tratado de agricultura, ed. y trad. por j. eguaras, Patronato de la Alhambra, Granada, 1975. 6 6 ibn þ¶½im, Kit×b al-anw×’ wa-l-azmina _al-qawl fi l-¹uhýr_ (tratado sobre los anw×’ y los tiempos_ capítulo sobre los meses), est., trad. y ed. crítica por m. forcada, csic /icmA, mAdrid, 1993. 6 7 ris×la f÷ awq×t al-sana. un calendario anónimo andalusí, ed. y trad. mª. A. navarro, csic., Granada, 1990. 6 8 ris×la f÷ l-anw×’, ed. y trad. H. P. j. renaud: le calendrier de ibn al-bannâ’ de marrakech. Publications de l’institut des Hautes etudes marocaines, XXXiV (1948).
  • 31. un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 29 1.4 tratado sobre alimentación del tratado de alimentos, que lleva por nombre Kit×b al-Agdiya de ibn zuhr (s. Xii)69 , se han obtenido datos acerca de los tipos de cereales que consumían los andalusíes. 2 fuentes cristiAnAs Partiendo de que no son muy abundantes las fuentes araboislámicas para realizar un es- tudio completo de la industria molinar andalusí, resulta imprescindible el manejo de las fuentes cristianas, las cuales no sólo van a reafirmar o completar la información dispo- nible, sino que, otras veces, va a resultar ser la única fuente para el conocimiento de al- guno de sus aspectos. Para ello, se han tomado algunos ejemplos de fueros, ordenanzas y libros de reparti- miento, que pretenden ser una ayuda para conseguir tal fin, pero sin pretender ahondar más en la investigación de los molinos feudales. Hay que recordar que este trabajo es un estudio desde el punto de vista filológico, el cual parte de fuentes jurídicas araboislámicas, y que tiene como fin conocer de la manera más general posible la industria molinera an- dalusí, especialmente la desarrollada en la época nazarí. se aclara este punto, ya que no son muchas las obras castellanas que se han manejado, pero consideramos que son sufi- cientes para un trabajo de estas características. Por otros estudios ya realizados, se sabe que los trabajos en donde se combinan fuentes distintas dan buenos resultados. Por ello, se considera que esta práctica va a dejar sus frutos en este estudio multidisciplinar sobre los molinos andalusíes. Por el hecho de que para la realización de este estudio, en ocasiones se han consultado las fuentes cristianas de manera directa y, otras, indirectamente, no se van a hacer aquí alusión a ellas, sino que se remitirá en su momento a la bibliografía. 69 ibn zuhr (m. 557/1162), Kit×b al-Agdiya (tratado de los Alimentos), ed., tr. e intr., e. García sánchez. csic- icmA, madrid, 1992. 
  • 32. 30 introducción 3 fuentes lAtinAs Anteriores Al s. Viii las obras latinas señaladas se han utilizado para ubicar históricamente el molino, es decir, para recoger las primeras ocasiones en las que la industria molinar aparece en las fuentes, y también porque algunas de ellas hablan de su funcionamiento. otras, por el contrario, son jurídicas y regulan tanto su actividad como las penas aplicadas por los delitos come- tidos contra el edificio, sus canales, su presa o su maquinaria. Hay que señalar que, gracias a estas obras, como el codicis legum Wisigothorum, se sabe que estaba instaurada la industria molinera en la Península antes del 711. la relación de estas obras se encuentra en un apartado específico para ello, dentro de la bibliografía. este trabajo podía completarse con una investigación arqueológica, ya que un estudio molinar completo sería el realizado teniendo como base tanto las fuentes escritas como los datos que aportan los restos arqueológicos, como viene demostrando m. barceló en sus estudios sobre la llamada por él mismo “arqueología extensiva”70 . se sabe que, aunque los materiales con los que fueron construidos los molinos andalusíes no eran de gran dureza y, por ello, hoy en día no podemos contar con sus vestigios, ya que o bien se han destruido completamente o han sido remodelados y reconstruidos, no quedando visible su verdadero origen, sí que pueden existir restos de sus canalizaciones, cubos y presas, realizadas con materiales más resistentes y que, con toda seguridad, po- drían verse en la actualidad. Y sobre estas huellas que quedan del pasado de la molinería andalusí, y más concreta- mente, del período nazarí, se podría hacer un estudio que, en este momento, me resulta inalcanzable. sin embargo, el trabajo que aquí se presenta pretende ser una aportación al conocimiento de esta industria molinera desde la filología, que es el campo de donde parte la investigación, tomando como punto de partida los textos jurídicos islámicos, pero con la consulta y el estudio de otras fuentes diferentes a ésta. 7 0 con la arqueología extensiva o espacial, la ubicación concreta de los edificios molinares dentro de los espacios hidráulicos nos daría información sobre el tipo y la organización de la sociedad que los construye o readapta. Véase barceló, m. et alii, “la arqueología extensiva y el estudio de la creación del espacio rural”, en m. barceló y otros, Arqueología medieval. en las afueras del “medievalismo”, barcelona, 1988. Asimismo, véase, Kirchner, H. y navarro, c., “objetivos, métodos y práctica de la arqueo- logía hidráulica”, Archeologia medievale, XX (1993), pp. 121-150, especialmente, pp. 127-128. (Publicado también en: Arqueo- logía y territorio medieval, 1, (1994), pp. 159-182).
  • 33. un estudio multidisciPlinAr A PArtir de fuentes jurídicAs ArAboislÁmicAs 31 Así pues, con este trabajo que se presenta ahora es mi intención realizar un estudio mul- tidisciplinar que reúna todas las fuentes árabes en materia jurídica, agrícola, de ¬isba o de buen gobierno, histórico-geográficas y técnica que tratan el tema molinar y que sirva, entre otros, a aquellos historiadores y arqueólogos que quieren investigar el aspecto so- cial, económico y técnico de los molinos andalusíes y que no pueden acceder a los textos en lengua árabe. VOLVER
  • 34.
  • 35. un Poco de HistoriA 33 descubrimientos recientes han demostrado que el hombre llevaba mucho más tiempo manipulando los cereales para su consumo del que se creía. efectivamente, ha sido la isla de mozambique la que nos ha permitido llegar a esta afirmación gracias a unos restos de harina de sorgo que quedó adherida a las piedras que la habían molturado. estamos hablando de un período que tuvo lugar hace 100.000 años, 90.000 antes de lo que hasta ahora se venía sosteniendo. desde tiempos muy remotos, el hombre ha necesitado procesar los cereales para que pu- dieran ser asimilados con más facilidad en su digestión y, para ello, ha utilizado las he- rramientas que ha tenido a su alcance. la mayoría de las veces, estos útiles eran dos piedras, más o menos duras, planas y pulidas y la fuerza utilizada era la acción misma del hombre. tuvieron que pasar miles de años para que el cereal fuera molido con instrumentos me- cánicos y más aún con ayuda de ruedas hidráulicas. este hecho se considera una verdadera revolución tecnológica, aunque nada se sabe sobre su origen71 . cAPítulo i un Poco de HistoriA 7 1 sobre las distintas teorías que hay en torno al origen y difusión de los molinos hidráulicos, véase sáez de santa maría, A, mo- linos hidráulicos, pp. 44-64.
  • 36. 34 cAPítulo 1 Hay testimonios documentales que acreditan que estas industrias se gestaron en Grecia y en roma. Así pues, en el año 85 a.c, el poeta latino Antípater de tesalónica cantaba alabanzas a los molinos hidráulicos, los cuales sustituían la pesadez de la molienda rea- lizada normalmente por las mujeres al alba72 . también hablan de estas máquinas estrabón, Pompinus sabinus, Plinio el Viejo y Vitruvio. este último, arquitecto romano del s. i ac, afirma lo siguiente de un molino de rueda ver- tical, que es la misma que se utiliza para extraer agua de los ríos: “Así mismo en los ríos se construyen ruedas de una manera semejante a las precedentemente descritas [las norias]. en torno a su frente se fijan unas paletas que, cuando son impelidas por el ímpetu de la corriente del río hacen girar las ruedas. de la misma manera se mueven los mo- linos de agua, que son en todo semejantes, excepto en que tienen en uno de los extremos del eje un tambor dentado que, colocado vertical- mente, gira con la rueda. en conexión con este tambor hay otro mayor, asimismo dentado y dispuesto horizontalmente, que forma cuerpo con la rueda. Así los dientes del tambor que está embutido en el eje, empu- jando los dientes del tambor horizontal, hacer girar la muela. en esta máquina, una tolva que está colgada suministra el trigo a las ruedas y por efecto de esta misma rotación se va moliendo la harina”73 . se piensa con este dato, que los molinos existentes en Grecia y en roma eran de rueda vertical y, por ser Vitruvio el primero que los describe, reciben hoy en día el calificativo de “vitruvianos”. en la segunda mitad del s. i d.c., Plinio el Viejo comenta que en la mayor parte de italia se usaban ruedas movidas por agua74 . desde este autor hasta el s. iV prácticamente no 7 2 bloch, m., “Avènement et conquête du moulin d’eau”, Annales d’histoire économique et sociale, nº 36 (1935), pp. 541-544 y 546. ‘el trabajo diario en los molinos de mano fue una actividad considerada proverbialmente penosa y degradante (mateo, 24, 41 dice: “dos mujeres moliendo en un molino, la una será tomada y la otra dejada”), de ahí que el poeta resalte la liberación de esta esclavitud con la energía hidráulica’. Véase este comentario en Palomo Palomo, j. y fernández uriel, mª P., “los molinos hidráulicos en la Antigüedad”, espacio, tiempo y forma, serie ii, Historia Antigua, t. 19-20 (2006-2007), p. 503, n. 10. 7 3 dentro del capítulo titulado ‘de las ruedas de agua y de los molinos de agua’. consúltese, marco Vitrubio Polion, de archi- tectura. (los diez libros de arquitectura), libro 10, cap. X. traducción de Agustín blázquez, barcelona, 1982. la traducida y comentada por j. ortiz en 1787 está digitalizada por la universidad de sevilla y se puede consultar íntegramente. Véase libro X, cap. X, p. 248.
  • 37. un Poco de HistoriA 35 hay noticias de los molinos hidráulicos, pero, a partir de entonces, las fuentes son más abundantes75 . sin embargo, la primera vez que se menciona el agua como fuerza motriz por parte de un agrónomo latino se encuentra en la obra de Paladio en el s. V, quien recomienda ins- talar molinos hidráulicos en las villae donde se disponga de abundante agua con el fin de economizar mano de obra76 . tras esta fuente de información, se han recogido otras en roma, Ginebra y dijon en el s. Vi77 , pero la que destaca es la que ofrece isidoro de sevilla en el s. Vii, que, sin hacer mención a los molinos, cita unas ruedas que elevan agua de los ríos, recogiendo un verso de lu- crecio, poeta latino de la primera mitad del s. i, que hablaba de este mismo tema78 . desde el punto de vista técnico, forbes señala la utilidad de la rueda hidráulica que di- señan los romanos por encima de la que hasta ahora empleaban los griegos, mucho más complicada y menos eficaz79 . efectivamente, en roma se gesta un molino de rueda ver- tical, en la que impacta el agua con fuerza hasta hacerla girar y, por medio de un eje ho- rizontal y ruedas dentadas, se traspasa el movimiento a las muelas, con un efecto de cinco revoluciones de muela por una de rueda. Así pues, de Grecia se hereda la mecánica y las ruedas dentadas, pero el resto de los elementos es romano, sobre todo, la rueda hi- dráulica, el eje y el modo de captación de agua. se podría afirmar que, gracias a la con- quista romana llevada a cabo en nuestra Península, llega el molino de rueda vertical hasta Hispania. 7 4 cayo Plinio segundo, naturalis Historia, XViii, 23, 97: “maior pars italiae nudo utitur pilo, rotis etiam, quas aqua verset, obiter et mola”. 7 5 Véanse algunas de ellas en Palomo Palomo, j. y fernández uriel, mª P., “los molinos hidráulicos en la Antigüedad”, pp. 504- 505. 7 6 Paladio, opus agriculturae, i, 41, en donde dice: “si aquae copia est, fusoria balnearum debent pistrina suscipere, ut ibi for- matis aquariis molis sine animalium uel hominum labore frumenta frangantur”, cuya traducción (extraída de Palomo Palomo, j. y fernández uriel, mª P., “los molinos hidráulicos en la Antigüedad”, p. 505, n. 19) es: “si hay abundancia de agua en la insta- lación de los baños, deben aprovecharla también los molinos para que en ellos, con muelas hidráulicas, puedan molerse los ce- reales sin el servicio de animales o esclavos”. 7 7 Palomo Palomo, j. y fernández uriel, mª P., “los molinos hidráulicos en la Antigüedad”, p. 505. 7 8 Véase, isidoro de sevilla, etymologiae, XX, 15, 1: “de isntrumentis hortorum. rota dicta quod quasi ruat: est enim machina de qua e flumine aqua extrahitur. lucretius (V, 517): in fluvio versare rotas atque austra videmus”. texto latino que se puede ver en la página web de la biblioteca Augustana, cuya traducción de j. marchena, (de la naturaleza de las cosas, madrid, 1918) es: “[…] como vemos volver los ríos ruedas y arcaduces […]”. Asimismo, consúltese Palomo Palomo, j. y fernández uriel, mª P., “los molinos hidráulicos en la Antigüedad”, pp. 505-506. 7 9 forbes, studies in Ancient technology, ii, p. 91.
  • 38. 36 cAPítulo 1 la rueda vertical, sin embargo, ofrece algunas dificultades, ya que trabaja de manera efi- ciente sólo en ríos rápidos y con volúmenes constantes del agua y, a diferencia de los mo- linos de rueda horizontal, no se le suele construir una presa o alguna canalización cuando le falta volumen o presión al agua que la mueve. Quizá lo más que se le instala es un acue- ducto, el cual la acciona precipitándole el agua desde arriba. de hecho, para forbes, la combinación de presas y molinos se hace de forma generalizada a partir el siglo Xiii80 . es de suponer que este investigador sólo se refiere en este particular a los molinos de rueda vertical, ya que los formularios notariales del s. Xi, como los de ibn al-þAÐÐār, al-buntī e ibn mugī£, confirman que el binomio molino de rueda horizontal-azud existe y casi de forma obligatoria desde antes de este siglo, como se ha visto en los contratos de arrenda- miento de molinos de agua, donde parece que ya llevaba tiempo instaurado. la rueda vertical es más eficiente que la horizontal, ya que se haya en un plano diferente al de la muela y, al transmitir la fuerza a través de un sistema de engranaje, acelera el ritmo de giro de ella, con el derivado aumento del rendimiento. Así pues, la rueda hori- zontal es menos eficaz que la vertical porque la muela se mueve al ritmo que marca el rodezno, sin que se produzca ninguna aceleración en su rotación. también se ha visto que es menos productiva porque hay en ella mucha diferencia entre el nivel del abaste- cimiento de agua y el lugar donde evacua su agua en el rodezno81 . sin embargo, y a pesar de todo, al ser de una construcción mucho más sencilla que la de rueda vertical, se utili- zaría con mayor frecuencia en al-Andalus. en cuanto al inventor de este tipo de artefacto, se desconoce por ahora. lo que parece cierto para algunos investigadores, como l. White, es que la rueda horizontal movida por el agua y que, a través de su eje, transmite el movimiento de rotación directamente al mecanismo que hace funcionar, es la disposición más antigua que existe y la que se tuvo que utilizar primero para molturar el grano82 . Algunos estudiosos sostienen que la procedencia de estos molinos de rueda horizontal se encuentra en el norte de europa, ya que se apoyan en los restos encontrados en lo que 8 0 ibídem, p. 92. Véase también esta opinión en Glick, quien defiende que los molinos de rueda vertical también funcionaban con la ayuda de presas, como aquellos cuatro molinos de córdoba que se colocaron en el Guadalquivir en zigzag aguas abajo de la presa. Glick, t.f., islamic and christian spain, parte 2, cap. 7-4 a); torres balbás, l., ciudades hispanomusulmanas, introd. y conclusion por H. terrasse, madrid, instituto Hispano-Árabe de cultura, 1985, pp. 140-142. 8 1 forbes, studies in Ancient technology, leiden, 1965, (2ª ed.), 9 vols., ii, p. 92. 8 2 White, l. jr., technologie médiévale et transformations sociales, París, 1969, p. 104.
  • 39. un Poco de HistoriA 37 ahora es dinamarca y que se han datado en los s. i y ii dc. de ahí que a los molinos de rodezno se les llame también “molinos nórdicos”. uno de los que cree en este doble origen del molino en nuestra Península es Glick, quien sostiene que esta “bilateral difusión” se debe a los cristianos de europa, por una parte, y a los musulmanes, en su ruta desde oriente a occidente, por la otra, apoyándose en la idea de que entre los dos molinos no hay ninguna relación genética entre sí. Así pues, y si- guiendo la idea de j. needham, el molino horizontal parece ser una extensión hacia abajo del molino de mano y el vertical, parece más que probable que su rueda sea una modali- dad de la hidráulica usada en el riego83 . de ahí también la relación que muchos historia- dores defienden que hubo entre la molinería y los campos cultivados, incluso defendiendo que la misma rueda era capaz de sacar agua del río para el riego y mover la rueda de un molino al mismo tiempo84 . en cuanto al efecto que hace esta ingeniería en el mundo islámico, hay que señalar que siempre hubo en oriente mucha admiración por la técnica griega y romana. los trabajos de los griegos filón, Heron y del romano Vitruvio pronto fueron traducidos al árabe. en esta zona oriental se implantarán desde el s. Viii grandes ruedas hidráulicas tanto para el riego y como para los molinos85 . Así pues, se puede pensar que esta técnica molinar desarrollada en tierras orientales también pudo influenciar en la hidráulica andalusí, conviviendo con el legado molinar que los ro- manos habían dejado en la antigua Hispania. efectivamente, roma deja unas instalaciones molineras en nuestra Península que los visigodos heredan y utilizan los siglos siguientes86 . Por el liber iudiciorum, que es el cuerpo de leyes visigodo del año 654, el cual recoge un número considerable de normas romanas de su última etapa, sabemos la importancia que tenía el molino para la alimentación diaria de personas y ganado, a cuenta de las mul- 8 3 Véase, colin, G.s., “la noria marocaine et les machines hydrauliques dans le monde arabe”, Hesperis XiV, fasc 1, (1932), pp. 22-60. 8 4 Glick, t.f., islamic and christian spain, parte 2, cap. 7-4 a); martín Prieto, P., “Aportación al estudio del molino hidráulico en la castilla medieval: los molinos del monasterio de santa clara de Alcocer”, Hispania, revista española de Historia, vol. 66 (2006), nº 224 (sept.-dic.), p. 837. 8 5 forbes, studies in Ancient technology, ii, p. 114. 8 6 Véanse restos romanos de molinos hidráulicos en Pascual, P. y García, P., “canteras y tecnología molinar en el río jubera”, revista murciana de Arqueología, nº 7 (2001), pp. 237-266.
  • 40. 38 cAPítulo 1 tas y serios castigos que impone a quien roba o estropea los utensilios o cualquier otro elemento fundamental para su funcionamiento87 . Pero, de hecho, algunos medievalistas no suelen incidir suficientemente en el sustrato cultural y tecnológico que había antes del s. Viii y, por el contrario, parten de esta fecha, y sobre todo del s. X, para hablar de la presencia de los molinos en nuestra Península. sin embargo, aunque no haya fuentes que demuestren la actividad molinera antes de la conquista árabe en el 711, no podemos concluir que los árabes fueron los que trajeron el molino a al-Andalus, sino más bien que ellos son los que aprovechan las instalaciones hidráulicas que se encuentran, perfeccionándolas y creando otras nuevas desde sus co- mienzos en la Península, tal y como reflejan las fuentes jurídicas andalusíes del s. iX88 . una de las que siempre ha partido de este hecho en sus investigaciones es la medievalista m. martínez, quien afirma que en la época visigoda había un estado de abandono del sis- tema hidráulico construido por los romanos, que fue el estado lamentable que se encon- traron los conquistadores árabes y bereberes en el s. Viii. A partir de este hecho, con el que parece que no todos los medievalistas están de acuerdo, no hay ninguna duda acerca de la consolidación del sistema hidráulico por parte de los musulmanes89 . Al mismo tiempo, hay estudiosos que opinan que las causas de que en la época romana se parara el desarrollo de la tecnología molinar están relacionadas con el sistema escla- vista de roma. Así pues, al imperio le interesaba usar a los esclavos, que era una mano de obra abundante y que generaba la fuerza necesaria para mover los molinos de sangre. 8 7 en el capítulo titulado ‘Acerca de los utensilios de los molinos robados’, situado en -Vii, ii, Xii- dice literalmente: “si alguien asaltara los molinos de otra persona, debe devolver lo robado, además de arreglarlo, es decir, [debe devolver] lo que tenga en su poder y sea de otros, porque lo haya robado, y sufra el castigo de cien azotes “. en el cap. titulado “sobre las destrucciones de los molinos y las cláusulas de las aguas” en -Viii, iV, XXX- literalmente dice: “si alguien violentamente rompe algún molino, y queda inutilizable después de esto, dispone de 30 días para repararlo, además de pagar 30 monedas de oro. si pasado ese tiempo no lo ha reparado, debe pagar otras tantas monedas de oro, además de sufrir cien azotes. Asimismo, con respecto a las presas que están cerca de los molinos, hay cláusulas relativas a las aguas que pedimos sean guardadas. si observa semejante presunción y repara lo destruido, entonces, [sólo] cien azotes”. Véase, el codicis legum Wisigothorum, ed. 1579. curiosamente, estas mis- mas leyes se repiten en la época feudal, según podemos observar en los fueros de cuenca y Huete, pero, sin embargo, no están presentes en los tratados de derecho islámico. suponemos que en al-Andalus, a falta de documentos específicos que regulen los delitos relativos al molino, cualquier allanamiento que se produzca en él o la rotura o robo de la maquinaria, muelas o canales se regularían como si se entraran sin permiso dentro de una vivienda (bayt), de un baño (¬amm×m) o de una tienda (j×nýt) y rom- pieran o robaran parte de sus instalaciones. esto se regula así por la analogía que los juristas musulmanes han mantenido siempre entre ellos. como castigo, y según el valor de lo robado o estropeado, se imponía desde una multa a la amputación de un miembro. Véase, por ejemplo, sa¬nýn, al-mudawwana, t. XVi, vol. Viii, pp. 72-75. 8 8 ibn Hab÷b (m. 238-9/853-854) dedica varias páginas a la regulación del molino, prueba de la necesidad de sistematizar las leyes relacionadas con estas industrias, las cuales se extendirían por al-Andalus años antes. Véase su obra Kit×b al-W×Åi¬a, pp. 37, 43, 60, 108 y 109 ár. / 57, 58, 62, 73, 110-112 tr. 8 9 martínez carrillo, mª ll. y martínez martínez, m., orígenes y expansión de los molinos hidráulicos, p. 17.
  • 41. un Poco de HistoriA 39 dicho esto, y en cuanto al origen del molino hidráulico en nuestra Península, como pode- mos imaginar hay muchas teorías dispares que, difícilmente van a llegar a algún acuerdo. del estudio llevado a cabo, se podría concluir que la industria molinar llegó hasta nosotros en múltiples oleadas y de lugares muy distintos. Por ello, le debemos su presencia tanto a los nórdicos como a los romanos a partir del s. i, sin olvidar que también los conquis- tadores musulmanes provenientes de tierras norteafricanas pudieron traer su industria a partir del s. Vii, la cual estaría igualmente influenciada por la presencia romana en sus tierras, además de lo que aportaran los árabes de oriente, poco tiempo más tarde90 . lo que no hay duda es que, a partir del establecimiento de al-Andalus en la Península, las instalaciones molineras mejoran y se difunden, al mismo tiempo que se incorporaban nuevos cultivos o que se obtenían mejores resultados del suelo. el andalusí, quien sabe obtener beneficios de todo lo que hereda, optimará el molino hidráulico visigodo y lo adaptará con maestría en el lugar idóneo para ello, utilizando los materiales que tiene a su alcance y velando por el sentido práctico de la máquina hidráulica. los reinos cristianos que vivieron en contacto con los andalusíes reciben la influencia de su industria molinar desde el sur, al mismo tiempo que también se contagian del des- arrollo molinero que se va produciendo en los reinos del norte de europa. Pero, si bien es cierto que no se puede concretar cuántos fueron los molinos andalusíes que reciben los cristianos en las zonas conquistadas, lo único que se puede afirmar es que hubo un “desarrollo continuado del legado” que estos heredan, como muestran los documentos de la última etapa medieval91 . 9 0 Aunque forbes sostiene que los árabes occidentales estaban en ese momento mucho más avanzados que los orientales. Véase tal apreciación en op. cit., pp. 114-115. 9 1 martínez carrillo, mª ll. y martínez martínez, m., orígenes y expansión de los molinos hidráulicos, p. 29. VOLVER
  • 42.
  • 43. 41 con respecto a los datos que historiadores y geógrafos árabes ofrecen sobre la presencia de los molinos en tierras andalusíes, son muchos los autores que hablan sobre la abun- dancia de estas industrias tanto en los grandes ríos como en los arroyos, aunque son muy parcos en los detalles y algunos sólo se limitan a citar su localización. en el s. Viii, el fat¬ al-Andalus cita el molino de nombre “Kulayb”, que vuelve a apa- recer en los textos cristianos del s. Xiii como culeb, lo que pone de relieve la reutilización de los molinos en los siglos siguientes92 . Por su parte, al-r×z÷ (s. X) y al-þø²r÷ (m. 478/1085) comentan que la región de firr÷¹, al noroeste de córdoba, posee abundantes recursos naturales de aguas abundantes que hacen mover numerosos molinos93 . cAPítulo 2 noticiAs sobre lA locAlizAción de los molinos HidrÁulicos en lAs fuentes ÁrAbes 9 2 córdoba de la llave, r., “Aceñas, tahonas y almazaras”, Hispania, XlViii/170 (1988), pp. 827-874, p. 829. Véase, asimismo, Pavón maldonado, b., tratado de Arquitectura Hispanomusulmana, i, Agua (Aljibes, puentes, qanats, acueductos, jardines, ruedas hidráulicas, baños, corachas), csic, madrid, 1990, p. 282. 9 3 lévi-Provençal, e., “la description de l’espagne d’A¬mad al-r×z÷”, p. 83; al-þø²r÷, fragmentos geográfico-históricos, p. 56.
  • 44. 42 cAPítulo 2 Al-©imyar÷ (m. 900/1494-5), por otro lado, afirma que son muy cuantiosos los molinos de agua que hay en el transcurso del río de marbella, el cual viene del sur y atraviesa baena94 , así como el que atraviesa el pueblo de cabra en córdoba95 . sobre Huesca se pronunció al-þu²r÷, quien valoró los ríos intermitentes que había den- tro de sus murallas, que movían las muelas de los molinos tanto en verano como en invierno96 . en el s. Xii al-idr÷s÷ (m. 560/1166), con la gran admiración que siente por las grandes obras de ingeniería, incluye en su obra geográfica aquellos lugares que destacaban por sus numerosos molinos. Así pues, confirma que en jaén, a una milla de la capital, el río bullýn o Guadalbullón mueve las ruedas de numerosos molinos que están instalados en sus riberas y que talavera destaca por la cantidad de estas industrias que se han levantado al borde del tajo. Asimismo, se maravilla porque, en Portugal, el río mondego a su paso por coimbra mueve cuantiosos molinos. estas informaciones son recogidas siglos más tarde por al-©imyar÷, lo que demuestra la continuidad de todos ellos durante más de tres- cientos años97 . el valle de Pechina fue famoso por su fertilidad y también por los cursos de sus ríos. tanto los productos obtenidos en sus campos como la harina de sus molinos nutrían a la capital de Almería. de ello hablaron al-þuÅr÷ y, posteriormente, al-idr÷s÷ 98 . este último también se asombró por lo agradable que resultaba Priego, ‘en donde sus aguas hacen girar los molinos en el interior mismo de la villa’99 . del gran río Guadalquivir hablaron muchos geógrafos árabes, los cuales destacaron la cantidad de molinos que estaban instalados en sus aguas e, incluso, citaron el nombre 9 5 ídem, p. 178. 9 6 Al-þu²r÷, fragmentos geográfico-históricos, p. 56. la importancia de los molinos intramuros se centra en el hecho de que se asegura el suministro de harina a la ciudad en caso de asedio. Glick ha recogido un suceso ocurrido en la Valencia del año 1363, en la que se dio licencia para que se expropiaran unos terrenos para hacer allí un molino de cuatro o cinco muelas dentro de la muralla, con el fin de asegurarse frente al enemigo la provisión constante de harina. tenía que acomodarse el suministro de agua de la acequia, para que no le faltara nunca agua. se daba la circunstancia de que había mucha gente y pocos molinos. con la construcción de molinos intramuros se acrecentaría honor y la fama de la ciudad, según constan las fuentes cristianas. Véase, Glick, t.f., regadío y sociedad, p. 144. Por el contrario, véase la noticia incluida en al Archivo municipal de murcia en el que un molino es destruido en 1398 por su situación extramuros, en martínez carrillo, mª ll. y martínez martínez, m., orígenes y expansión de los molinos hidráulicos, p. 61. 9 7 Al-idr÷s÷, description, pp. 202 ár. / 248 tr., para el Guadalbullón; 187 ár. / 227 tr., para el tajo y 184 ár. / 220 tr., para el mon- dego. en cuanto a al-©imy×r÷, rawÅ, p. 88, para el Guadalbullón; p. 155, para el tajo y p. 197, para el mondego. 9 8 Al-þu²r÷, fragmentos geográfico-históricos, p. 85; al-idr÷s÷, description, pp. 197 ár. / 240 tr. 9 9 Al-idr÷s÷, description, pp. 204 ár. / 252 tr.
  • 45. noticiAs sobre lA locAlizAción de los molinos HidrÁulicos en lAs fuentes ÁrAbes 43 de una localidad que tomaba el nombre de “los molinos (Ar¬×’)”, no lejos de sevi- lla100 . desde esta ciudad hasta córdoba, se podía circular por este río pasando por los molinos de Al-zar×da101 . Al-r×z÷ fue quien comentó que había tantos molinos frente a la Alcazaba cordobesa que no se podía ver el río con ellos, los cuales “molían muy fino y muy bien”102 . como veremos más tarde, también los geógrafos recogieron en sus escritos la presencia de molinos levantados sobre barcas. según lo que ellos vieron, estos se podían trasladar por el río en algunas poblaciones de murcia y zaragoza103 . en cuanto a las noticas de los autores árabes con respecto a los molinos del reino de Granada, ibn al-jaÐ÷b (m. 776/1374) relata en al-miþy×r las excelencias de algunos lugares ricos en agua, donde abundan los cultivos de cereales y, como consecuencia, se instalan muchos molinos. Así pues, de Vélez-málaga dirá que: “dios ha sido pródigo al dotarla de agua y [gracias a ello] produce mucho trigo”. igual le ocurre a íllora y montefrío, en Granada, que, según este autor: “son manantial de excelente trigo”. de loja comenta que: “A sus pies corre un caudaloso río que mueve numerosos molinos, todos los que uno quiera”. de todas las localidades, ibn al-jaÐ÷b destaca Archidona, cártama y ronda por la calidad y cantidad de producción de trigo. también cita en esta misma obra los molinos de coín y dice de ellos que sus piedras ruedan continuamente104 . en tres de sus obras, miþy×r, lam¬a e i¬aÐa, ibn al-jaÐ÷b dedica unas cuantas páginas a alabar la ciudad de Granada, en donde el Genil (³an÷l) mueve sus más de ciento treinta 1 0 0 Abý-l-fiÅ×’, taqw÷m al-buld×n, pp. 47/59; al-idr÷s÷, description, pp. 196 y 207 ár. / 238 y 256 tr. 1 0 1 Al-idr÷s÷, description, pp. 207 ár. / 256 tr. 1 0 2 Al-r×z÷, pp. 64-65. 1 0 3 Al-idr÷s÷, description, pp. 194 ár. / 236-237 tr.; al-©imyar÷, p. 220: molina, l., una descripción anónima de al-Andalus, ma- drid, 1983, ii, p. 81. 1 0 4 ibn al-jaÐ÷b, miþy×r, para Vélez-málaga, pp. 119 tr. / 53 ár; para íllora y montefrío, pp. 136 tr. / 65 ár.; para loja, pp. 136 tr. / 65-66 ár.; para Archidona, pp. 137 tr. / 66 ár.; para cártama, pp. 138 tr. / 67 ár.; para ronda, pp. 139 tr. / 67 ár. y para coín, pp. 138 tr. / 67 ár.
  • 46. 44 cAPítulo 2 molinos harineros (ar¬×’ Ð׬ina bi-l-m×’ ) tanto dentro como fuera de sus murallas. el agua que mueve estos molinos, según este autor, “fluye superficialmente (bi-l-m×’i l-maþ÷n)”105 . ibn al-jaÐ÷b señala también que en Granada las aguas corren en todas las direcciones y que son utilizadas para los ¬amm×m-s y los molinos y de cuyos muchos réditos obtienen lo necesario para restaurar los muros de la ciudad106 . específicamente en al-i¬×ta comenta que en Granada hay muchas fuentes y ríos (ka£÷ra l-þuyýn wa-l-anh×r) y que uno de ellos, el Genil, lleva agua clara (zul×l) y sus arroyos (ŷad×wil) mueven una cantidad conside- rable de molinos107 . estos datos de ibn al-jaÐ÷b confirman la importancia de estas industrias de transformación por todo el reino y su alta producción de cereal, el cual se cultivaba sobre todo en las si- guientes zonas: la vega de Granada, montefrío, Alhama y las tahas alpujarreñas de ór- giva, ferreira y Poqueira, además de cártama, Antequera y ronda. cuando el trigo de estas zonas era insuficiente para la población, se importaba, fundamentalmente del norte de África o de castilla, cuando las treguas con el territorio cristiano lo permitían108 . entre los molinos que este mismo autor señala en sus obras, cita unos cuantos junto al cuarto real de santo domingo, en la zona del actual realejo109 . Por aquí baja la Acequia Gorda, mandada hacer por A¬mad b. jalaf en el 1073, la cual favorecía las instalaciones de los molinos a todo lo largo de ella. de entre todos los molinos de origen árabe, es fa- moso el construido paralelamente a esta acequia, en la actual cuesta de los molinos, y que a finales del s. XiX albergó a la familia de Ángel Ganivet110 . Por su parte, el geógrafo ibn þAbd al-©aqq escribió en su diccionario Geográfico marā½id al-iÐÐilāþ que en el río darro había muchos molinos, cuyas muelas se movían gracias a su agua111 . 1 0 5 ibn al-jaÐīb lam¬a, pp. 24-25, cuya traducción, realizada por e. molina, puede verse en Historia de los reyes de la Alhambra, p. 11. también dice lo mismo en i¬ata, p. 126. Véase asimismo, simonet, f.j., descripción del reino de Granada sacada de los autores árabes, madrid, 1860 (reimpres. Valladolid, 2005), p. 43. Para las excelencias del reino de Granada y sus campos de ce- reales, véase lam¬a, pp. 21-23 e i¬×ta, p. 109. como acabamos de señalar en nota, el hecho de instalarse los molinos fuera de las murallas los hacía más vulnerables, al estar expuestos a todos los peligros a los que estaba sometida la ciudad. 1 0 6 noticia recogida de torres balbás, l., “los contornos de las ciudades hispanomusulmanas”, Al-Andalus, XV (1950), p. 471. 1 0 7 ibn al-jaÐīb, i¬×ta, p. 119. 1 0 8 torres delgado, c., el antiguo reino nazarí de Granada (1232-1340), Granada, 1974, p. 314. 1 0 9 ibn al-jaÐīb, i¬×ta, p. 126. 11 0 la casa-molino de Ángel Ganivet acaba de ser inscrita en el catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. 111 esta noticia está recogida por f.j. simonet en su descripción del reino de Granada, p. 43.
  • 47. noticiAs sobre lA locAlizAción de los molinos HidrÁulicos en lAs fuentes ÁrAbes 45 de la actividad molinera en medio de la ciudad habló un viajero italiano, llamado Andrea navagero, que en 1526 relató cómo de este río granadino salían dos acequias principales, que daban agua al Albayzín y a la Alhambra, y de la existencia de otra acequia secundaria, la cual circulaba por en medio de ellas y que recibía el nombre de “Acequia de los moli- nos” y que, tras pasar la parroquia de santa Ana, repartía agua por todas las casas prin- cipales del barrio112 . otra noticia que tenemos de una instalación molinera cerca de la ciudad de Granada du- rante los últimos años del reino nazarí pertenece a un comentario realizado por Hernando del Pulgar, cronista de los reyes católicos. él anotó en sus anales cómo los molinos de jaranbí, cerca de la puerta de bibarrambla, fueron “quebrados” por el rey católico en 1484 en una de sus entradas por la vega de Granada113 . como se aprecia, son muchos los autores que confirman que en Granada había numero- sos molinos movidos por las aguas de los ríos Genil y darro: Por el norte, siguiendo el curso del darro, destaca un número considerable de ellos, así como en la parte este/sud- este, a lo largo de la Acequia Gorda o “de los molinos”, la cual se derivaba del río Genil. Por último, en el sur también corrían las mismas acequias derivadas del Genil, espe- cialmente en el pago del jaragüí, que hacían andar las muelas de otros tantos ingenios molineros. en la época cristiana, los pesos de la harina, que fue el método que el estado llevó a cabo para controlar la gestión de la molienda, y que se verá posteriormente con más deteni- miento, se situarían de modo estratégico cerca de cada una de estas zonas. de este modo, los pesos se ubicarán así, según podemos ver en las ordenanzas de Granada de 1552114 : – Al norte, en la Puerta de Guadix. – Al este, en el barrio del realejo. – Al sur, en la puerta de bibarrambla. 11 2 noticia recogida en simonet, f.j., descripción del reino de Granada, p. 198. Véase la biografía de este autor italiano en la p. 177, n. 2 de esta misma obra 11 3 Véase esta crónica en torres balbás, l., “los contornos de las ciudades hispanomusulmanas”, p. 475. como venimos anotando, el molino construido fuera de las murallas, como éste situado en la plaza bibarrambla, estaba expuesto a su destrucción en cual- quier ataque cristiano. 11 4 Véanse citados estos tres pesos en las ordenanzas de Granada de 1552, fol. 100v.
  • 48. 46 cAPítulo 2 según Hernández y benito115 , fuera del centro de la ciudad, y antes y después de atrave- sarla, el Genil y el darro siguen moviendo los molinos de los pueblos de alrededor. en- contramos, pues, que en la época nazarí el primero mueve los molinos de la Vega hasta chauchina y, el segundo, los de Huétor santillán y beas. en casi todos ellos, se instalaban los molinos en acequias derivadas de los ríos mediante presas que, a su vez, evitaban su destrucción por avenidas. estas acequias tienen una doble función: la de llevar agua para el riego y la de conducirla hasta las muelas de los molinos, como le ocurre a la Acequia Gorda del Genil. el hecho de que los molinos granadinos de los que se tienen noticias sean movidos por aguas de las acequias hace suponer que eran de rueda horizontal y no vertical. en los planos o Plataformas de Ambrosio de Vico, realizadas a final del s. XVi, se pueden distinguir algunos de ellos. Así, los que están alineados en las dos acequias derivadas del Genil parecen ser molinos horizontales de canal sin cubo. sin embargo, los ubicados en el darro parecen molinos de cubo, ya que se aprecia un caz elevado con un muro antes de llegar al edificio molinar, donde su agua se debía precipitar hasta la rueda hi- dráulica116 . en cuanto a la toponimia, vemos algunos casos en los que, al parecer, hace referencia a los molinos harineros, aunque no son muy abundantes. uno de ellos es el caso de Alfar- nat, un pueblo de la provincia de málaga y, el otro, Alfarnate, de la misma raíz árabe del anterior, y que da nombre a un arroyo y a un lugar de molinos, en loja117 . Por su parte, j. González, en el estudio que realiza sobre el repartimiento de sevilla, co- menta que: “los molinos no han dejado huella, aunque algunos iban unidos a buenas fin- cas rústicas; la palabra reha- se consideraban tan general y conocida que se tradujo por ‘molino’, sin propiedad topográfica”118 . 11 5 Hernández de benito, P., “captación de aguas e ingenios hidráulicos en la ciudad de Granada”, ii coloquio Historia y medio físico. Agricultura y regadío en al-Andalus, Almería, 1996, p. 296. 11 6 ídem. 11 7 oliver Asín, j., “el hispanoárabe al-farn×t, ‘los molinos harineros’ en la toponimia peninsular”, Al-Andalus, XXiii (1958), pp. 456-459, en donde defiende la teoría de que el árabe andalusí tomó del latín vulgar el término farinarius’ > ‘farn×t, término que, según oliver, sustituyó en ocasiones a ra¬à, sobre todo en la provincia de málaga, en donde los mozárabes instalados en esa provincia acostumbraron a citar el molino hidráulico harinero bajo este nombre latino. 11 8 Véase González, j., repartimiento de sevilla, p. 423.
  • 49. noticiAs sobre lA locAlizAción de los molinos HidrÁulicos en lAs fuentes ÁrAbes 47 éste era el caso del reha de Aben ocba, un molino situado en Alcalá de Guadaira, que aún en tiempos posteriores continuó conservando el nombre del antiguo dueño119 . Y en la Granada islámica, sólo queda constancia de un lugar relacionado con los molinos. es el mol÷nu que aparece en los bienes habices, situado m÷n buly×na o en Pulianas120 . 11 9 González, j., repartimiento de sevilla, p. 451. 1 2 0 mul÷nu quizá sea la versión árabe del término lat. molinus, “piedra del molino” < lat. mola. Véase jiménez mata, mª c., la Granada islámica. contribución a su estudio geográfico-político-administrativo a través de la toponimia, universidad de Granada, 1990, p. 226. VOLVER
  • 50.
  • 51. un cAso esPeciAl: los molinos de AGuA del reino de GrAnAdA 49 la creciente demografía en el último espacio andalusí de la Península, la cual iba dando asilo a los musulmanes que huían de las zonas conquistadas, favoreció el desarrollo de las instalaciones molineras, ocasionando un número cada vez mayor de industrias. Pero, al mismo tiempo, este crecimiento favorecía la instalación de dos o más muelas por cada edificio molinar, en vez de una, que era lo habitual hasta entonces. este fenómeno causó un interés general por mejorar técnicamente los ingenios molinares, con el fin de sacar un mayor beneficio de ellos. Por tanto, se puede afirmar que el desarrollo de la población y la evolución de la tecnología molinar son dos fenómenos que van a crecer paralelos en este período. durante la pervivencia de al-Andalus, la industria molinar fue muy defendida por los ju- ristas, a pesar de que, cuando los cultivos lo necesitaban, no tenían preferencia en el uso del agua frente a los hortelanos. sin embargo, el resto del tiempo y cuando no se temía por una situación de riesgo, el molino tenía el apoyo de los juristas para que estos pudie- ran mover sus ruedas por encima de los derechos de riego de los dueños de las huertas o de los molinos más antiguos o, incluso, de los situados por encima de él. el derecho is- lámico destacará en la solución de los conflictos generados en un mismo sistema hidráu- lico por el estudio de cada caso concreto, sin aplicar leyes estrictas y semejantes para cAPítulo 3 un cAso esPeciAl: los molinos de AGuA del reino de GrAnAdA
  • 52. 50 cAPítulo 3 todos ellos y, sobre todo, teniendo en cuenta la costumbre del lugar donde se haya ubi- cado, que es la ley que tiene más peso, según se verá en muchas fetuas que se han mane- jado en este estudio. esta situación de apoyo se acrecienta a medida que van transcurriendo los siglos, llegando a culminar en la etapa nazarí. efectivamente, por lo que se ha podido comprobar a través del estudio de las fuentes jurídicas islámicas, los jurisconsultos granadinos defienden los intereses de los molineros, dándoles todo tipo de facilidades, precisamente para hacer frente al momento complicado que se vive en esta época en lo político, social y económico. todo el apoyo que ofrecieron las instituciones a esta industria dio lugar a que el molino hidráulico formara parte imprescindible de la infraestructura económica del reino nazarí de Granada. el reino nazarí tuvo un comienzo complicado, por “la precipitada involución política y militar en el que se veía inmerso el territorio andalusí ”121 , situación que se agravó por su deteriorada situación económica y una elevada fiscalidad. sin embargo, el desarrollo y la pervivencia del reino durante más de dos siglos fue posible gracias a la floreciente agricultura que gozaba Granada, unida a la actividad ganadera, industrial y comercial, las cuales incidieron directamente en la economía. Así pues, el molino, como decimos, se convierte en otro pilar indispensable para el sustento de la débil economía nazarí. en ese momento decisivo, el estado era dueño de una serie de propiedades, las cuales le daban un beneficio considerable, al ser objeto de contrato de arrendamiento, hallándose entre estos bienes estatales un buen número de molinos. efectivamente, tal y como relata ibn al-jaÐīb en sus dos obras más importantes, la familia real nazarí tenía a las afueras de Granada unas ricas y extensas propiedades, las cuales comprendían almunias que abarca- ban torres, molinos, mezquitas. según este autor, también eran propietarios de extensos vergeles cerca de la Alhambra, así como de palacios, casas, tiendas, baños, hornos y mo- linos, tanto en la capital como fuera en la vega. estas propiedades pertenecientes al patri- monio real lindaban con otras de propiedad particular. se trata, como venimos señalando, de alquerías que poseen molinos y mezquitas, “así como de animales para arar la tierra”122 . estas propiedades familiares estaban sometidas al impuesto anual exigido por la Hacienda nazarí. de estas alquerías, algunas de ellas, incluso, pertenecían también al Patrimonio 1 2 1 e. molina lópez en “más sobre el mustajla½ nazarí”. estudios Árabes dedicados a d. luis seco de lucena (en el XXV Aniv. de su muerte), vol. i (1999), pp. 109-110. 1 2 2 ibn al-jaÐīb, i¬āÐa, i, pp. 91-143; ibídem, lam¬a, pp. 21-48. jiménez mata, mª c., la Granada islámica, pp. 81-82. Véase también la bibliografía proporcionada por e. molina lópez en “más sobre el mustajla½½ nazarí”, pp. 109-110.
  • 53. un cAso esPeciAl: los molinos de AGuA del reino de GrAnAdA 51 real, como la zujaira, que poseía una mezquita, varios castillos y molinos. del mismo modo, las residencias reales se extendían por todo el territorio real, como la costa grana- dina, las Alpujarras, el marquesado del cenete y la zona oriental de Guadix. Aparte de las propiedades reales y particulares que se han citado, el régimen de propiedad de Granada también estaba formado por propiedades nobiliarias o de notables del reino, explotadas asimismo por colonos asalariados, aparceros y miembros de la “familia do- méstica de la propiedad”, como señala torres delgado, entre las que también se encon- traban un buen número de industrias molineras123 . en cuanto al sistema de explotación de molinos, son muchos y variados los contratos es- tablecidos en la última etapa nazarí, en donde, con seguridad, fue la época más favorable para ello por el apoyo que recibieron de los juristas, basado en la necesidad de la pobla- ción y para el sostenimiento de la economía. Hasta tal punto fueron las modalidades con- tractuales que, en ocasiones, se llegaron a asociar familiares o miembros de un mismo grupo tribal, aún viviendo alejados entre sí, ya que les primaba la necesidad de compartir la misma industria molinera. efectivamente, se tiene constancia de que en la Alpujarra de los siglos XiV y XV, los habitantes de núcleos rurales escindidos compartieron algunos medios de producción, como éste del molino124 . según ha concluido s. selma, en el caso de los molinos de levante de origen andalusí, más del 89% de ellos pertenecían a la comunidad125 . Aunque en la época nazarí una buena parte de ellos serían de propiedad real o perteneciente a la nobleza, el control de una parte de los mismos tuvo que continuar por parte de las alquerías y, sobre todo, las apartadas de la ciudad de Granada. estas qarya-s los explotarían colectivamente y también pagarían sus impuestos de forma conjunta. Y, en cuanto a los impuestos a los que estaba sometida la industria molinera en al-Anda- lus, nada dicen los textos araboislámicos consultados. sin embargo, se acepta lo que los 1 2 3 torres delgado, c., “el reino nazarí de Granada”, pp. 313-314. 1 2 4 Véase tal afirmación en trillo san josé, c., Agua, tierra y hombres en al-Andalus, Granada, 2004, p. 92. Por el contrario, en la zona cristiana se dará licencia para contruir un nuevo molino únicamente si coincide con el lugar de residencia del propietario o de la persona que lo vaya a explotar. consúltese, martínez carrillo, mª ll. y martínez martínez, m., orígenes y expansión de los molinos hidráulicos, p. 40. 1 2 5 selma castell, s., els molins d’aigua medievals a sharq al-Andalus. Aproximació a través de la documentació escrita dels se- gles X-Xiii (iV-Vii H.), Ayuntament d’onda, 1993, pp. 112-114.