La mayoría como fundamento de la sociedad civil en Locke
1. TEXTO DE LOCKE: Dos ensayos sobre el gobierno civil
TEXTO: “Si no existe razón para que… volverá inmediatamente a disolverse”
(parágrafo 98)
1-. DEFINIR:
- MAYORÍA: Modo adecuado de tomar las decisiones en una sociedad civil. Ya que es
imposible el acuerdo unánime de todos los individuos, debido a la diversidad de
intereses y ocupaciones, la mejor manera de tomar las decisiones es por mayoría, de
manera que esas decisiones obligan a todos.
- SOCIEDAD (Civil o política): con este término se refiere Locke a la comunidad o
asociación de un grupo de hombres unidos entre sí gracias al consentimiento y que
forman un solo cuerpo político con una ley común sancionada y una autoridad judicial a
la que apelar en caso de conflicto. Sin estos requisitos no existe la sociedad civil; los
hombres, aunque juntos, seguirían viviendo en el estado de naturaleza.
2-. ESQUEMA DEL TEXTO
TESIS: En una sociedad civil las decisiones de la mayoría obligan a todos.
A/ Es imposible conseguir el consentimiento unánime en una sociedad.
I.- No es posible que todos los individuos estén siempre presentes en la toma de
decisiones.
II-. Es inevitable la disparidad de opiniones y de intereses entre los hombres.
B/ Si no se actuase de esta manera, no habría unanimidad y una sociedad no podría
persistir en el tiempo, se disolvería de inmediato. El objetivo de una sociedad es la
permanencia y la unión de sus miembros.
3-. RELACIONAR CON LA FILOSOFÍA DEL AUTOR.
Este fragmento pertenece a la obra de Locke “Dos ensayos sobre el gobierno
civil”, escrita entre 1680 y 1690. El objetivo general de la obra es sentar las bases del
Constitucionalismo liberal y, a la vez, criticar el Absolutismo.
El primer ensayo supone una crítica del Absolutismo basado en la obra de Filmer,"El
Patriarca", que defiende el origen divino del poder. Y el segundo ensayo, al cual
pertenece el texto, sienta las bases del gobierno legítimo a partir de la crítica a Hobbes.
Este texto pertenece al capítulo VIII del segundo ensayo, dónde plantea el origen
de la sociedad civil y política. Comienza con una caracterización del estado de
Naturaleza, dónde los hombres gozan de libertad, igualdad, así como de una serie de
derechos y poderes que proporciona la ley natural. Sostiene el autor que el estado de
naturaleza es la situación previa en la que los hombres se encontraban antes de dar su
consentimiento para entrar a formar parte de la sociedad civil. Locke parte de una
concepción de la naturaleza humana en la que el hombre, ni es un lobo para el hombre,
ni es bueno por naturaleza. En este estado de naturaleza los hombres son libres, iguales
e independientes. Los hombres están sujetos a una ley natural universalmente
obligatoria, emanada de la ley divina y que la razón humana es capaz de comprender.
2. Esta ley natural otorga a los hombres una serie de derechos y de deberes, así como
ciertos poderes. Los derechos naturales otorgados por la ley natural se refieren sobre
todo a la igualdad, la libertad, el derecho a la propia conservación y el derecho a
disponer de la naturaleza para subsistir, lo que lleva consigo el deber de no dañar a otro
en su vida, salud o bienes.
A continuación establece las condiciones del contrato o consentimiento, en el
que se ceden los poderes naturales que pasan a pertenecer al cuerpo político. Locke
insiste en que el único fundamento legítimo para la constitución de una sociedad civil es
el consentimiento libre y voluntario de los individuos. Eso y solamente eso saca a los
hombres del estado de naturaleza en el que se encontraban y los coloca en una
comunidad política. Ese acuerdo pudo haber sido expreso, si se produjo al acordar
explícitamente la formación de una nueva comunidad. Pero lo más común será un
consentimiento tácito, que se produce cuando un individuo se incorpora a una sociedad
ya formada.
El poder civil no implica pérdida de derechos, salvo el de administrar la justicia. El
poder elegido por los ciudadanos no puede ser absoluto ni arbitrario, para evitar esto
propone Locke una separación de poderes: poder legislativo, que es el poder supremo;
poder ejecutivo, subordinado al anterior e incluye el judicial; y el poder federativo, cuyo
objeto es la relación entre Estados.
Una vez formada la comunidad política, es siguiente paso es la constitución de un
gobierno. El pacto social para la formación de la sociedad civil presupone que sea dado
por todos y cada uno de los individuos, de modo que aquel que no consienta quedaría
fuera del contrato, en estado de naturaleza, aspecto un tanto imposible de realizar en
nuestra época.
Después de haber explicado el origen y fundamento de la sociedad civil y de
haber criticado el Absolutismo (especialmente la teoría defendida por Hobbes) por ser
incompatible con dicha sociedad, en el presente texto Locke se centra en el concepto de
la Mayoría, como el modo de regirse la sociedad, ya que es imposible el
consentimiento unánime. Puede decirse que una vez constituida una comunidad política,
será preciso formar un gobierno. A diferencia de la incorporación a la comunidad civil
que requiere del consentimiento de cada uno de sus miembros, quedando en estado de
naturaleza el que no consintiera en ello, el criterio de la mayoría es suficiente para la
elección del gobierno, pues la unanimidad sería imposible. Para decisiones especiales
son posibles igualmente otro tipo de mayorías cualificadas.
Este es el único tipo de gobierno que supone la salida del estado de naturaleza, pues
cualquier forma de gobierno absoluto, representa no una verdadera sociedad civil, sino
un modo del estado de naturaleza, por la ausencia de un poder a quien reclamar en caso
de disputa entre el monarca y su súbdito.
En una sociedad democrática, donde el gobierno es elegido, “consensuado” por los
ciudadanos, esta es la única forma correcta de tomar las decisiones políticas. Todos los
individuos quedan obligados a lo que ella decida. El autor argumenta también a favor de
la mayoría basándose en la ley natural, pues es la manera de tomar decisiones cuando no
existen leyes escritas. Si no fuese de este modo, que la mayoría obligase a todos, el
3. Estado ("poderoso Leviatán") se disolvería inmediatamente, cuando lo propio de
cualquier sociedad es que surja para persistir en el tiempo.
En la teoría propuesta por Locke, el gobierno es siempre un gobierno representativo
cuyo fin es perseguir el bien común, sin poder ir nunca contra los derechos de los
individuos. Si el gobierno es la expresión de la voluntad de sus miembros, sería injusta
una rebelión contra él, aunque es aceptada por Locke en algunos casos excepcionales.
4-. RELACIONAR CON EL CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL
Desde el punto de vista político, la Edad Moderna se caracteriza por la
cristalización de las monarquías absolutas: se van consolidando los estados modernos e
independientes que se enfrentan en sus afanes colonialistas e imperialistas. Son
numerosos los enfrentamientos bélicos, como la guerra de los treinta años (1618-1648)
que afectó a casi toda Europa, en principio una guerra de religión entre católicos y
protestantes, pero en la que se ponía en juego fundamentalmente la hegemonía europea.
Desde el punto de vista socio-económico hay que tener en cuenta que la sociedad estaba
organizada en grupos llamados estamentos o estados con funciones propias, un estatus
jurídico particular y una determinada ideología. La nobleza y el clero son los estamentos
privilegiados que gozan de exenciones fiscales y ciertas particularidades jurídicas. El
tercer estado incluía a los demás súbditos. Como resultado del comercio marítimo y
colonial destaca el ascenso de la burguesía, la clase revolucionaria que se enfrenta a los
privilegios de cuna de la nobleza y que paulatinamente impone la convicción de que la
riqueza es el resultado de la manipulación y adaptación de la naturaleza a las
necesidades humanas mediante el trabajo y el esfuerzo inteligente. Son numerosas las
revueltas y revoluciones contra los regímenes absolutistas como es el caso de la
“Gloriosa” revolución en Inglaterra (1688).
A lo largo del siglo XVII tienen lugar una serie de cambios y de acontecimientos
fundamentales en Inglaterra, directamente relacionados con la vida de Locke.
Durante la primera mitad del siglo XVII, Inglaterra se encuentra bajo el dominio de los
Estuardo, Jacobo I (1603-1625) y Carlos I (1625-1649), de tendencia absolutista. La
Monarquía va a estar enfrentada con el Parlamento; esto, unido a una subida de
impuestos, conduce a una guerra civil entre la Corona y el Parlamento, que termina con
la ejecución de Carlos I y la abolición de la monarquía.
Se instaura temporalmente un sistema republicano, con Cromwell, que termina en una
dictadura personal. Se vuelve posteriormente a la restauración de los Estuardo, con
Carlos II (1660-1685) y Jacobo II (1685-1688).Continúan las reivindicaciones
parlamentarias, aumentan los impuestos y la situación llega a ser insostenible.
En 1680 surgen los dos grandes partidos parlamentarios: Tories (conservadores) y
Whigs (liberales), partido este último fundado por Shaftesbury, del que Locke fue
secretario personal. Los whigs representaban a los burgueses liberales y defendían una
monarquía limitada y la autoridad del parlamento y de la ley por encima del rey.
Todos estos enfrentamientos culminan en 1688 con la "Gloriosa Revolución": Triunfo
de la Monarquía parlamentaria y constitucional, que llevará a la Declaración de
Derechos en 1689.
La vida de Locke está vinculada a esta situación política, especialmente está
relacionado con los Whigs, ya que es el secretario personal del fundador del partido,
Lord Shaftesbury, y su filosofía política es una defensa de los intereses de la burguesía.
Su obra es una defensa de la revolución contra el poder absoluto y arbitrario del
monarca y una defensa de los intereses de la burguesía, que representaba el partido
4. liberal. Por eso se le considera uno de los padres del liberalismo, de los derechos y
libertades individuales.
En cuanto al contexto filosófico se puede mencionar el Empirismo, en el que se
puede incluir al autor, como una corriente opuesta al Racionalismo continental .John
Locke es representante del empirismo, una corriente filosófica especialmente
implantada en las Islas Británicas que supone una reacción ante el racionalismo,
desarrollado, sobre todo, en el continente. Ambas corrientes conforman el primer
período de la filosofía moderna, que se puede considerar original y creador. A esta
primera época de la filosofía moderna, sigue un momento de asimilación y difusión que
tiene características propias: la Ilustración, que coincide prácticamente con el siglo
XVIII y que se desarrolla principalmente en Inglaterra, Francia y Alemania.
Se entiende por empirismo moderno la línea de pensamiento que se inicia en
Gran Bretaña a partir de la publicación del Ensayo sobre el entendimiento
humano de John Locke (1632-1704), considerado el padre de la filosofía empirista. Los
continuadores más importantes serán George Berkeley (1685-1753) y David
Hume (1711-1776). Los principales filósofos británicos están metidos ya de lleno en la
Edad Moderna y más concretamente en la corriente ilustrada, razón por la cual desde
un punto de vista histórico sería más adecuado estudiarles dentro de la Ilustración junto
a personajes como Rousseau, Voltaire o Kant con quienes tienen muchos puntos en
común, pero tradicionalmente se les estudia en oposición a la corriente racionalista
continental.
La filosofía británica destacó desde el fin de la Edad Media por una gran preocupación
por la experiencia. Así, los antecedentes del empirismo moderno los encontramos ya en
personajes como Robert Grosseteste, Roger Bacon, y William Ockam.
En la filosofía empirista británica el problema del conocimiento, es decir, el
problema de su origen, validez y alcance pasa a ser el tema principal o, al menos, el
tema previo e imprescindible antes de comenzar cualquier otra investigación. Como ya
sabemos, los racionalistas habían asumido la doctrina de las ideas innatas en su intento
de dar una base segura a la ciencia. De acuerdo con esta doctrina, el entendimiento
encuentra en sí mismo, sin necesidad de apelar al testimonio inseguro de los sentidos,
esto es, a la experiencia, ciertos principios teóricos e incluso prácticos a partir de los
cuales puede construirse el conocimiento. Las verdades halladas de este modo (sea por
intuición, sea por deducción) serán absolutamente necesarias, la ciencia,
completamente segura.
Los empiristas, sin embargo, rechazan la presencia de las ideas innatas en nuestra mente
y buscan el origen de cualquier idea fuera de ella: en la experiencia. El primero en
iniciar esta crítica es John Locke, el cual deja libre el camino para que otros adopten
una postura más abiertamente antimetafísica: tal es el caso de David Hume.
El punto de partida del Ensayo sobre el entendimiento humano de Locke es que en la
conciencia no hay ningún contenido que sea previo a la experiencia. La mente es en el
momento de nacer -como ya dijera Aristóteles- una “tabula rasa”, un “papel en blanco”
en el que nada hay impreso. Todas las ideas -simples o complejas- que luego poseemos
proceden de nuestra experiencia sea de un modo inmediato (por sensación), sea de un
modo mediato (por reflexión de la mente sobre las ideas de sensación).
5. No obstante, como el tema del texto es de naturaleza política, cabe mencionar
en este contexto algunas teorías filosóficas de ese momento que pretendían, al igual que
Locke, encontrar una justificación de las formas de gobierno existentes y del problema
de la ley natural. Podríamos señalar especialmente la Teoría del origen divino del Poder,
que considera que Dios es el fundamento del poder y la autoridad; teoría defendida por
Bossuet y por Robert Filmer, que en su obra El Patriarca hace una clara defensa de esta
posición. Contra esta obra dirige Locke una parte de su crítica al Absolutismo.
Otra de las posiciones vigentes es el Iusnaturalismo, que defiende la existencia de leyes
naturales y del derecho natural por encima del derecho positivo. Hooker mantiene esta
teoría e influirá en nuestro autor al diferenciar claramente entre leyes naturales y leyes
positivas.
Sin embargo, es la Teoría del contrato social aquella en la que podemos encuadrar
directamente la posición defendida por Locke, punto este desarrollado en la última
pregunta.
5-. RELACIONAR CON IDEAS Y ACONTECIMIENTOS…
El Contractualismo defendido por Locke tiene su antecedente más remoto en los
Sofistas, quienes presentaban la justicia como el resultado de un pacto, acuerdo o
compromiso entre los hombres; distinguiendo igualmente entre leyes naturales y leyes
positivas (Physis y Nomos). Los sofistas plantearon el origen convencional de las
normas o leyes de la ciudad frente a una ley natural no escrita. Esta oposición entre ley
natural y ley convencional que ya podemos encontrar en tragedias como Antígona,
sirvió a algunos para defender que la justicia que las leyes positivas dicen encarnar
representa, en realidad, el derecho del más fuerte (Trasímaco), pues la naturaleza nos
hace a todos iguales; o bien del más débil (Calicles), que sostiene que en la naturaleza
rige la ley del más fuerte y, por tanto, las leyes sirven para proteger a los más débiles.
A partir del Renacimiento se va a plantear el problema de la legitimidad política y la
fundamentación del estado de derecho, y nos encontramos con la corriente del
Iusnaturalismo, que defiende la primacía de la ley natural. Locke recoge esta tradición,
a través de Hooker. El iusnaturalismo sostiene que la legitimidad de las leyes positivas
se encuentra en una ley natural anterior a las leyes positivas. La dificultad con la que se
encuentran los defensores del iusnaturalismo estriba precisamente en que no hay un
criterio unánime sobre lo que esta ley ordena. Por ello han surgido las llamadas teorías
positivas del derecho (Kelsen) que mantienen que la legitimidad de las leyes se
encuentra en la propia existencia de las leyes. Actualmente, las teorias iusnaturalistas se
encuentran reflejadas en filosofías como las de Hannah Arendt para quien estas leyes
positivas se oponen a la ley de la Historia y de la Naturaleza que por su dinamismo no
son estabilizadoras de la sociedad. También podemos referirnos a los autores
denominados neocontractualistas. Así John Rawls o Robert Nocick.
Más próximos a Locke están otros contractualistas, como son Hobbes o
Rousseau, que coinciden en una serie de aspectos, a pesar de sus diferentes puntos de
vista:
- un estado de naturaleza previo
- la existencia de un pacto o contrato que supere las deficiencias de ese estado.
6. - la creación de un Estado de derecho o sociedad civil como modo de organizar la vida
de los hombres.
A pesar de esa coincidencia, cada uno de ellos defiende un tipo de sociedad y de estado
diferente; sobre todo cabe resaltar la defensa del Absolutismo por parte de Hobbes, que
será el punto de partida para la crítica que, en esta obra, va a realizar Locke contra
Hobbes.
Las ideas políticas de Locke fueron decisivas en el origen del Liberalismo
frente al Absolutismo, de las democracias modernas, así como de muchas Declaraciones
de derechos (para desarrollar más). Sus ideas forman parte de nuestro sentir moral
actual, que se basa en la defensa de los derechos básicos y de las libertades individuales
como propiedad inalienable de todo ser humano.
Sus ideas fueron recogidas también por los filósofos de la Ilustración, de hecho se le
considera también un ilustrado. Así, los conceptos de soberanía popular y voluntad
general ("Mayoría") serán recogidos y desarrollados por Rousseau. La separación de
poderes, que Locke desarrolla en esta obra, se hace más popular a partir de
Montesquieu.
Por otro lado, mirando hacia atrás en el tiempo, podemos observar ciertas
coincidencias entre la teoría de Locke y la filosofía platónica y marxista; en todos los
casos, podemos decir que el objetivo fundamental de estos filósofos era como crear una
sociedad justa, aunque entendida de maneras diferentes. Platón piensa que esta sociedad
tiene que estar fuertemente jerarquizada y gobernada por los más sabios. Marx defiende
la desaparición de las clases y la propiedad privada para llegar a una sociedad
igualitaria; y Locke, en cambio, es partidario del liberalismo, la propiedad privada y los
intereses de la burguesía, pero defiende como fundamentales los derechos del individuo,
que son inalienables y nadie le puede arrebatar: la vida, la libertad y la propiedad.