1. Tiempo ¿para qué? Gonzalo Pacheco Lay [email_address] Universidad Nacional Mayor de San Marcos Ciudad universitaria, 18-09-2007 Facultad de Educación
2. Alejandro Deustua «Vivimos así encadenados por una necesidad de transigir con el mal, sin poder salir de esa esclavitud, porque las nuevas generaciones siguen el ejemplo de las anteriores y los nuevos no encuentran otro camino viable que el recorrido por sus antecesores. No se suscitan nuevos gérmenes, ni se corrigen oportunamente los que nacen a la vida con la herencia viciosa de nuestra raza. Esa labor de preparación para una vida mejor, más adecuada a nuestras condiciones sociológicas, no se inicia, ni se discute siquiera, porque las exigencias del momento consumen toda la atención de nuestros hombres públicos, porque no se ha meditado con gravedad sobre las expectativas de nuestro porvenir, ni se han diseñado hasta hoy estos ideales, que en otros países imprimen unidad al pensamiento nacional y concentran toda la actividad de los mejores.»
3. M. V. Villarán «Debe entenderse, desde ahora, que lo expuesto no representa subordinar servilmente la educación al industrialismo, sino plantear el problema en su verdadero significado, considerando el desarrollo económico del país como una condición para el mejor desenvolvimiento de su capacidad educativa. Sostenemos, pues, que el desarrollo industrial es el factor más necesario para la mayor cultura. En otros términos, la riqueza nacional y el esfuerzo para crearla, constituyen el más poderoso instrumento de nuestra educación en el presente, porque, prescindiendo de mayores razones, no debe olvidarse que la riqueza vale no sólo por lo que representa una vez producida, sino por las energías mentales y la virtudes que se desarrollan en el esfuerzo para producirla. Sostenemos esta misma idea bajo un nuevo aspecto que deriva del anterior, la acción de la escuela, tomada en amplio sentido, debe promover el progreso material, para que, a su vez, el progreso material haga posible y prepare la cultura. Si violentando este ciclo impuesto por las leyes inexorables se quiere convertir la escuela directamente en un instrumento de simple cultura, prescindiendo de su objeto económico, se llega fatalmente a la esterilidad de todo esfuerzo, porque ni se logra alcanzar la cultura, ni se obtiene el adelanto de la riqueza.»
4. J. C. Mariátegui «El problema del analfabetismo del indio resulta ser, en fin, un problema mucho mayor, que desborda del restringido marco de un plan meramente pedagógico. Cada día se comprueba más que alfabetizar no es educar: La escuela elemental no redime moral y socialmente al indio. El primer paso real hacia su redención, tiene que ser el de abolir su servidumbre. Esta es la tesis que sostienen en el Perú los autores de una renovación, entre los cuales se cuentan, en primera fila, muchos educadores jóvenes, cuyos puntos de vista aparecen ya distantes de los que, en mesurada aunque categórica oposición a la ideología colonial, sustentó hace veinticinco años el doctor M.V. Villarán con los mediocres resultados que hemos vistos al examinar la génesis y desenvolvimiento de las reformas de 1920.»
5. El conflicto en el Perú entre lo educativo y lo económico Tanto el modelo económico como el modelo educativo necesitan identificar y priorizar un valor y un agente. En el caso de la economía, el valor principal –de un conjunto– es el riesgo y el agente clave el individuo. En la educación, en cambio, el valor principal es la solidaridad y el agente relevante la familia. Como se comprenderá, la paradoja entre ambos modelos es evidente; no existe un punto de coincidencia ni en el valor ni en el agente. Sea por tradición histórica o legados culturales, la educación, y sobre todo los profesores como agente educativo, enfatiza como estrategia formativa y laboral a la familia basada en la solidaridad. Desde 1990, la economía peruana presiona al sector Educación con la finalidad, a veces de manera no muy visible, que trastoquen tanto su valor como su agente. Hasta el momento, el enfrentamiento entre lo económico y lo educativo viene adoptando la forma de una «resistencia» por parte del magisterio.
6. ¿Qué es mundialización cultural? «Proceso caracterizado por asimilar objetos culturales. El sentido que adoptamos sobre lo asimilado no necesariamente está vinculado con conductas pasivas de l os individuos. La historia de los pueblos y sus culturas ha demostrado que muchos de los hechos del pasado han tenido que ver con acciones de fuerza. Por otro lado, un objeto no es meramente tangible ; además se puede incorporar a las ideas , las creencias y todo aquello que podríamos entender como parte de lo intangible o abstracto » . Pacheco Lay (2004)