El documento argumenta que la iglesia no puede funcionar si sus miembros no participan, citando Romanos 12:4-8 que dice que cada miembro tiene un don diferente para usar en el cuerpo de Cristo. También sugiere que uno no puede participar en las funciones de la iglesia a menos que esté atento a la voluntad de Dios, como se indica en Romanos 12:2.