2. GUÍA DE LECTURA
,
ORIGEN DELGOTICOEl Renacimiento despreciaría este estilo considerándoloJJpropio de godos".
Pero el Gótico tenía poco de bárbaro: era todo un éxito arquitectónico.
UN NUEVO ARTE
¿Qué pasó entre las primeras catedrales del siglo VIII y las
del siglo XII? ¿cómo se pasó del estilo románico, sólido
y oscuro, al gótico, de líneas ligeras y luminosidad?
LA~ C TE. ALES PR IT'VAS El nombre de cate-
dral, procedente del latín cathedra (silla, trono), fue apli-
cado en tiempos de Carlomagno (siglos VIII-IX) a las sedes
episcopales. A su muerte, con la desintegración del Impe-
rio, el poder político se fragmentó, pasando de la monar-
quía a la nobleza. Ésta se hizo fuerte en sus castillos, por
lo que se acentuó la decadencia de las ciudades. No ha-
bía lugar para catedrales. El núcleo de la vida religiosa lo
constituirían en adelante los monasterios.
C MBIO or;:- 1 AS Las órdenes monásticas abogaban
por una arquitectura sólida ydesprovista de ornamentación.
Pero a principios del siglo XII se originó un cambio de ideas
en el seno de la orden francesa de los cistercienses (en la
imagen, la abadía del Cister): las iglesias debían ser templos
de la luz. Suger, abad de Saint-Denis, aplicó esta teoría a la
construcción de su basl1ica. Empezaba el Gótico. El nuevo es-
tilo pronto se impondría en toda Europa.
EL RF' Cl ·~NTO t RB NO Este cambio de ideas es-
taba relacionado con una transformación más profunda. A
partir del siglo XII, el desarrollo espectacular de la agricultura
creó excedentes que abrieron las puertas al comercio. Con el
comercio tendría lugar el resurgir de las ciudades. Los obis-
pos abandonaron los castillos de los señores feudales que
les protegían y regresaron a los núcleos urbanos. Ahora las
catedrales volvían acobrar sentido.
3. PARA SABER MÁS
ENSAYO
BALDEUOU, Miguel Án el.
Catedrales de Europa. Madrid:
Espasa-Calpe, 1995. Cinco itinerarios
para conocer los grandes escenarios
de la arquitectura gótica europea.
ouav, Georges. La época de /as
catedrales. Madrid: Cátedra, 1993.
Especialista capital en la Edad Media,
Duby ofrece las claves para penetrar en
el arduo universo medieval de manera
brillante. Una obra de referencia
imprescindible.
FOSSIER. Robert. La Edad Media.
Barcelona: Crrtica, 1988. Este prestigioso
experto analiza en tres volúmenes el
mundo medieval. Para el Gótico son
idóneos el segundo, del s. x a mediados
del XIII, y el tercero, que sigue hasta el XV1.
VON SIMSON, Otto. La catedral gótica.
Madrid: Alianza, 1982. Estudio en
profundidad sobre los monumentos
góticos. Autor de numerosas obras, Von
Simson consigue explicar con soltura los
entresijos de una arte complejo.
WATSON, Percy. La construcción de
/as catedrales medievales. Madrid:
Akal, 1990. Obra monográfica sobre
el modo en que los maestros de obras
disellaban y alzaban las grandes
catedrales medievales. Una pequella
joya para los más curiosos.
NARRAT1VA
FOLUTT, Ken. Los pilares de la tierra.
Barcelona: Plaza &Janés, 1999. Novela
ambientada en la Inglaterra del Medievo.
Las vidas de los diferentes personajes
convergen en torno a la construcción de
una catedral en la localidad ficticia de
Kingsbridge. Sigue siendo un best seller.
4.
5.
6. DOSSIER
L
a irrupción de las catedrales
góticas en la Europa de los si-
glos x11, XIII y XIV no fue un
acontecimiento imprevisible ni
inexplicable. Hay una larga ca-
dena de causas socioeconómicas, políti-
cas, militares y religiosas que contribu-
yen a explicarlo. Nos remontarnos, para
empezar, al siglo vm. El nombre de cate-
dral, procedente dellaún cathedra (silla,
trono), fue aplicado en tiempos de Cario-
magno a las sedes episcopales de su im-
perio. Era lo que se había dispuesto en la
nueva organización eclesiástica patroci-
nada por este emperador de acuerdo con
los papas Adriano 1y León III. La cátedra
era la silla honorífica, el símbolo de la
autoridad del obispo. Y la catedral era
precisamente el lugar donde éste, sen-
tado en su trono y a la vista del público,
ejercía solemnemente sus funciones.
Enel Imperio carolingio hubo catedrales,
como la de Aquisgrán, en la que el empe-
rador vivió seguramente sus fastos más
felices. Pero la vida de estas catedrales
del siglo IX fue muy corta y su gloria, efí-
34 HISTORIA Y VIDA
mera. Porque a la muerte de Cariomagno
la rápida desintegración de su imperio
produjo cambios extraordinarios. En pri-
mer lugar, acentuó el decaimiento de las
ciudades, puesto ya de manifiesto unos
siglos antes con las invasiones bárbaras,
que habían acabado con una civilización
romana ya mortecina. Un siglo más tar-
de, el pesode las ciudades era casi inexis-
tente en Europa occidental. Ysin ciuda-
des no eran concebibles las catedrales.
ABADfADEctrEAux(Cister), fachada deladrillo
barnizadode labiblioteca.Francia,sigloXN.
llos, alojados en tierras dependientes
de su residencia. También en el seno del
clero se produjeron cambios notables.
Los obispos, muchas veces parientes o
amigos de los señores feudales, vivían
aislados en sus fortalezas. Casi siempre
ajenos a las tareas pastorales de otros
tiempos, se centraron más en las intrigas
políticas y los negocios mundanos.
La religiosidad y la cultura se habían re-
fugiado en los monasterios, que eran
LA &-.-...... ~ ERA EL SÍMBOLO DE LA AUTORIDAD DEL
OBISPO,YLA . .....u 1-L. EL LUGAR ENQUE LA EJERCÍA
Por otra parte, con los sucesores de Car-
lomagno inmersos en luchas dinásticas
se descuidaron asuntos públicos, sobre
todo en lo que hoy son Francia y Alema-
nia, y elpoder político, atomizado, frágil,
pasó de la monarquía a la nobleza.
Aquellos nobles vivían aislados en sus
castillos y sometidos a una economía de
mera sul5sistencia, que solo era posible
gracias al servicio obligado de sus vasa-
centros de oración y trabajo, indepen-
dientes del poder feudal, habitados ge-
neralmente por monjes de la orden be-
nedictina. Casi todos los monasterios
poseían extensas tierras alrededor de la
casa madre, cultivadas por novicios y le-
gos. La profunda religiosidad de aquellos
tiempos, unida al deseo de asegurar la
salvación del alma, hizo que llovieran las
donaciones sobre algunos monasterios.
7. Pero con la acumulación de bienes la
conducta de los monjes se relajó. En el
siglo 'x se produjo una reacción moral,
originada en el monasterio francés de
Cluny. La regla, las normas y las costum-
bres practicadas en este lugar influyeron
en todo el monaquismo occidental y pro-
vocaron mejoras espirituales y materia-
les. Gracias al trabajo y la buena organi-
zación de los cluniacenses, se guardaron,
se leyeron y se escribieron libros en sus
bibliotecas, se roturaron nuevas tierras,
se perfeccionaron los cultivos, decrecie-
ron las hambrunas, se mitigaron las epi-
demias y creció la población.
El nacimiento del arte románico estuvo
vinculado a los postulados de esta refor-
ma religiosa. Una de sus principales ma-
nifestaciones fue la construcción de igle-
sias, monumentoesencialdelmonasterio
y modelo para otras edificaciones. Estos
templos monásticos eran sólidos y des-
provistos al principio de cualquier orna-
mentación. Ya que estabanen plena épo-
ca feudal, eralógico que muchos de estos
monasterios y sus iglesias fuesen con-
siderados "fortalezas de Dios". Con el
tiempo, una fiebre constructora afectó a
todo el Occidente cristiano y las prime-
ras catedrales se hicieron en estilo romá-
nico, ya superada la época feudal y rena-
cida la vida en las ciudades.
Aprincipios del siglo xii, los cuantiosos
donativos otorgados a Cluny por monar-
cas y nobles europeos provocaron un rá-
pido y desmesurado enriquecimiento de
aquellos monasterios y, con ello, una se-
gunda decadencia moral. Pero, como en
8. DOSSIER
ELCUERPODELAPÓSTOLSantiagolleºª
aCompostela, porAntonioAlberti, sigloY!(.
el caso anterior, también se produjo un
profundo cambio de ideas y costumbres
en la vida monástica. Esta reforma se ini-
ció en un lugar francés llamado Ci'teaux,
conocido en español como Cister.
Se asegura que los arquitectos que di-
rigieron por entonces la construcciónde
las primeras catedrales fueron monjes,
que eran Jos más ilustrados y expertos
enesta actividad, antes de que aparecie-
sen los equipos de seglares especiali-
zados, los ma~ons. Los cistercienses re-
presentaban una nueva concepción del
arte religioso y querían perfeccionar el
estilo anterior, aquel Románico severo,
macizo y oscuro de sus primeros mo-
nasterios. El espíritu de estos continua-
dores, también benedictinos, pero pro-
cedentes no de Cluny, sino de Clteaux
LA GRAN DEVOCIÓN A
LAS LOL ::> FUE UN
PODEROSO ESTÍMULO
PARA LAL e:; u
DE NUEVAS IGLESIAS
o de Clairvaux, se manifestaba a favor
de la abundancia de luz, a favor de gran-
des ventanales acristalados que dejaran
pasar los rayos del sol a todas horas. Si
para ello había que reforzar los muros y
correr riesgos de seguridad, aquellos
cistercienses, y sus discípulos laicos de
36 HISTORIA Y VIDA
los tiempos posteriores, lo harían sin va-
cilar. Empezaba la era del Gótico.
Surgida de sus cenizas
La construcción de nuevos templos se
veía favorecida por la destrucción acci-
dental de los antiguos. La necesidad de
poseer iglesias a disposición de los fieles,
tanto en las zonas rurales comoen las ur-
banas, exigía levantar un templo cuando
el anterior se había visto arrasado por un
incendio, un saqueo o un incidente béli-
co. Asíes como podía producirsesobre el
mismo terreno la sustituciónde una igle-
sia prerrománica por una románica o el
cambio de ésta por otra gótica.
Los incendios eran frecuentes, especial-
mente en la Europa central y nórdica,
donde la abundancia de bosques facilita-
bael uso de la madera en cualquiercons-
trucción, incluidos los edificios religio-
sos. Su estructura era de piedra, pero se
cubrían con madera, combustible y frá-
gil. En lapenínsula ibérica, aún no termi-
nada la Reconquista, las razias musul-
manas provocaban a menudo incendios
o destrucciones intencionadas de igle-
sias,comoocurríaen las costasatlánticas
de Franciaa manos de los normandos.
Un poderoso estímulo para construir
nuevas iglesias fue la devoción a las re-
liquias, muy extendida y muy intensa
en todos los países cristianos de la Edad
Media. Estos vestigios de carácter sa-
grado necesitaban un reducto solemne
para ser guardados y exhibidos. Ycon
ese fin nacieron muchos templos me-
dievales. Entre otros, la catedral romá-
nica de Santiago, que se convirtió en un
gran centro de peregrinación por alber-
gar los restos del apóstol.
El camino de Santiago cruzaba Francia
de norte a sur, partiendo de la Ile-de-
France, Borgoña o Auvernia, pero había
también otras rutas seguidaspormuchos
peregrinos, como la del Midi provenzal.
Los peregrinos no solo necesitaban cami-
nos practicables, reservas de agua y al-
bergues frecuentes, sino también monas-
terios y templos. En ellos los caminantes
9. podían descansar y participar en los ac-
tos de culto. Éste fue otro de los motivos
por los que se construyeron tantas igle-
sias en aquella época. Es posible que la
principal de ellas, erigida en la ciudad de
Burgos y convertida pronto en catedral,
así como la de León, situada también en
el camino de Santiago, tuviese el propó-
sito de favorecer a los peregrinos.
En algunos casos, los peregrinos ricos
contribuían con sus donaciones a la con-
clusión de una iglesia que ya disponia de
relicarios, pero que aún no estaba temu-
nada. Parece que la custodia de reliquias
influyó decisivamente en la idea de cons-
truir grandes templos franceses, como la
primitiva catedral de Chartres, que antes
de su incendio en 1194 se enorgullecía
de poseer la túnica que llevaba la Virgen
en el momento de dar a luz a su hijo, se-
gún una tradición creída en el lugar. La
Sainte-Chape!Je de París fue mandada
construir por Luis IX para guardar la su-
puesta corona de espinas de Jesucristo.
Las cruzadas contribuyeron a aumentar
el prestigio de las reliquias, pues quienes
regresaban de Palestina, Egipto o tierras
próximas mostraban a menudo objetos
que, según ellos, habían pertenecido a
Cristq, a laVirgen o a los apóstoles. Estas
presuntas reliquias acababan siendo de-
positadas en algún monasterio o iglesia
que pronto se hadan famosos ydesperta-
ban oleadas de fervor popular.
Los templarios, que desde su fundación
tuvieron como objetivo la defensa de los
peregrinos a Tierra Santa, pronto se enri-
quecieron gracias a su audacia military a
sus finanzas afortunadas, y pudieron le-
vantar en toda Europa fortalezas y tem-
plos espectaculares. Estasconstrucciones
contenían reliquias y evocaban en mu-
chos casos la condición de sus autores,
que se consideraban a sí mismos "conti-
nuadores del templo de Salomón".
HISTORIA Y VIDA 37
10. DOSSIER
ELCASO DE LAS CATEDRALES VACÍAS
La Reforma protestantedejó muchostemplos sin función
Menuda sorpresa se habrían llevado. Los
operarios que entre los siglos XI y XIII se
afanaban en levantar, en poco tiempo y
con la mayor perfección posible, las cate-
drales del corazón de Europa no podfan
sospechar que tres o cuatro siglos más
tarde su obra sería rechazada por la nueva
sociedad. Aquellos grandes monumentos
de piedra, pagados por la piedad de mu-
cha gente humilde, quedarían cerrados a
cal y canto, siempre oscuros y silenciosos,
inútiles para cualquier práctica religiosa.
REAPERTUAA TURÍSTICA
Las reformas luterana y calvinista, prote-
gidas oficialmente en los estados sep-
tentrionales de Alemania, así como en
Holanda y en los países escandinavos, re-
chazaron el tradicional culto católico y con
ello la veneración de imágenes, las reli-
La extinción del Temple en el siglo XIV
determinó la condena de sus líderes, pe-
ro no el derribo de sus castillos e iglesias.
Algunas de éstas, heredadas por la orden
de los Hospitalarios, continuaron al ser-
vicio de los fieles y siguieron dando testi-
monio de la pujanza de un arte, el Góti-
co, que los templarios habían mejorado
en muchos aspectos técnicos.
Templo urbano
Aparte de la aportación de peregrinos y
de la voluntad patrocinadora de algunos
reyes, la mayor transformación de la ar-
38 HISTORIA Y VIDA
quias de santos, las procesiones... En re-
sumen, cualquier tipo de manifestación
externa que impidiese su modelo de reli-
giosidad, individual e íntima. Muchos de
aquellos templos catedralicios fueron ce-
rrados al público o bien presentados como
monumentos histórico-artísticos una vez
iniciada la era del turismo.
EL DOMINIO SOVIÉTICO
Lo mismo ocurrióa comienzos del siglo xx
con las catedrales de los países católicos
sometidos al poder político soviético (las
catedrales de Varsovia, Cracovia o Praga,
abajo) y también con los grandes templos
ortodoxos de la propia Rusia (San Pedro
y San Pablo, Nuestra Señora de Kazan...).
Solo recientemente se han reabierto mu-
chas de ellas gracias a una nueva concep-
ción de la libertad religiosa.
quitectura religiosa en la Edad Media se
produjo con la aparición de los burgos
(ciudades). En ellos, una nueva clase so-
cial, luego llamada burguesía, se desa-
rrolló con éxito lejos de los monasterios
y las zonas rurales. Ya no dependía de
ningún señor feudal, sino directamente
del rey, que le concedía privilegios y
franquicias y muchas veces la utilizaba
para enfrentarse a la nobleza.
Estos burgueses se dedicaron sobre todo
a labor_es artesanales y mercantiles. Los
operarios que trabajaban manualmente
en la producción de objetos prácticos
muy pronto se agruparon en gremios, es
decir, en corporaciones legalmente reco-
nocidas de personas que se dedicaban a
la misma tarea (curtidores, carpinteros,
canteros, pintores...). Generalmente vi-
vían en la misma calle y formaban parte
de las mismas cofradías, o agrupaciones
religiosas presididas por un santo.
Muchos obispos habían abandonado
sus refugios feudales y ya residían en
las ciudades, convenidas oficialmente
en sedes episcopales y en activas ca-
bezas de diócesis. La cátedra, la silla
honoraria del obispo, había vuelto a
situarse en una ciudad, como en los
tiempos carolingios. Ypara que eso fue-
se posible, se había construido un gran
templo en el centro de la urbe, la ca-
tedral, destinada en primer lugar al ser-
CON LA APARICIÓN DE
LOS SURGIÓ LA
BURGUESÍA, EINCLUSO
LOS DEJARON
SUS REFUGIOS FEUDALES
vicio del obispo y de los canónigos, pero
también al de los gremios y al de todos
los burgueses piadosos.
En muchas ciudades, la catedral, además
de un lugar de culto, fue un activo punto
de reunión de los habitantes. tos gremios
tenían allí sus capillas y altares, donde se
encontraban con frecuencia para dirimir
sus disputas yresolversus problemas. Al-
gunos nobles, imitados en este punto por
patricios ricos, banqueros y comercian-
tes, pedían ser enterrados allí. El clero
regular se había trasladado de los mo-
nasterios aislados a la ciudad bulliciosa y
paseaba por sus calles tras decir misa en
la catedral. Los antiguos benedictinos,
tanto los de Cluny como los del Cister,
que oraban y trabajaban en sus monaste-
rios, perdieron importancia a favor de las
nuevas órdenes mendicantes, las de fran-
ciscanos y dominicos, que vivían pobre-
mente en la urbe al servicio directo de la
gente. La catedral, visible desde lejos,
emblemade laciudad, se convertirá en el
núcleo de un vasto conjunto con múlti-
ples funciones: centro religioso, intelec-
tual, artístico... Toda una ciudad sagrada
y simbólica dentro de la ciudad. •
11.
12. INTERIORde lacatedral de León,construida enel
sigloXIII siguiendolosprincipiosdelGótico francés.
13.
14. DOSSIER
A
mediados del siglo XI, pro-
fundos cambios sociales y
un crecimiento económico
sostenido despiertan el op-
timismo de la población eu-
ropea. En el ámbito religioso, la figura
de Dios emana de la penumbra en la que
había permanecido durante siglos y
abandona el perfil tenebroso que tanto
temor había sembrado entre sus fieles.
El fervor se mantuvo intacto, pero una
nueva imagen más cercana y bondadosa
del Creador se iba imponiendo. Todo es-
tabapreparado para la aparición de nue-
vos lugares de culto que sustituyeran las
EL ABAD SUGER DECIDIÓ
USAR LAS DONACIONES
REALES PARA HACER DE
SU MONASTERIO UNA
IGLESIA ESPLÉNDIDA
pequeñas y oscuras iglesias del Romá-
nico por nuevas construcciones llenas
de hermosura y grandiosidad, más acor-
des con las nuevas exigencias.
El nacimiento del arte gótico y de las
grandes catedrales va unido al renaci-
miento de las ciudades. La catedral era la
iglesia del obispo, por lo tanto, la iglesia
de la ciudad. Con el desarrollo de la bur-
guesía y el traslado de gran parte de los
señores feudales a las ciudades, éstas co-
42 HISTORIA Y VIDA
ElREY WISXI DE FRANCIAconelhistoriador
Philippede(omines. Miniatura,1500.
mienzan a acumularriquezay van exten-
diendo sus límites a Jo largo y ancho del
continente. Pero casi toda la vitalidad
que reciben proviene de Jos campos veci-
nos. Sería en gran parte gracias a la pros-
peridad de las campiñas y al esfuerzo de
innumerables campesinos que el resurgir
de las ciudades como centros culturales
y de poder pudo hacerse realidad.
Una idea francesa
A principios del siglo X11, en ninguna par-
te era tan dinámica la prosperidad rural
como en las planicies que rodeaban Pa-
rís. Fue allí donde elll de junio de 1144
nació el que sería reconocido por sus
contemporáneos como "el arte de Fran-
cia". Ese día se celebraba la consagración
de la flamante basílica de Saint-Denis,
santuario que albergaba Jos restos de las
tres últimas estirpes que dirigieron el rei-
no de los francos. Desde años atrás el
monasterio presumía ya de ser la verda-
dera iglesia de los reyes. Pero Suger, abad
de Saint-Denis y amigo de infancia de
Luis XI, percibiendo mejor que nadie los
valores simbólicos del templo que estaba
bajo su dirección, decidió aprovechar los
generosos beneficios reales de Jos que
disfrutaba y ordenó convertir el monas-
terio en una gran iglesia que irradiara
los esplendores de la gloria de Dios. Con
ello, Suger creaba una nueva corriente
artístiéa que le permitía plasmar su nove-
dosa teología de la luz. Una corriente ar-
tística que aparece como un artereal, y es
que sus temas centrales venían a celebrar
una soberanía: la de Cristo y laVirgen.
En la naciente Europa de las catedrales el
poderío de Jos monarcas se afianza. Libe-
rados de la asfixiante presión feudal, go-
biernan rodeados de obispos, y algunos,
como Luis XI, llegan incluso a considerar-
se a sí mismos sacerdotes. La influencia
de ese reducido círculo de prelados cer-
canos al trono sería decisiva para que los
monarcas destinaran sus principales in-
versiones a Dios y las obras de liturgia.
15. El abad Suger y otros como él acabarían
siendo los auténticos autores de un arte
urbano que celebraba a un Dios encama-
do y que pretendía representar la unión
pacífica del Creadorcon suscriaturas.
Tras la reconstrucción de la abadía de
Saint-Denis, su arquitectura sobria pero
luminosase convirtió rápidamente en un
modelo a seguir, en gran parte gracias a
la intensa labor de difusión que llevaron
a cabo los monjes de la orden del Císter.
Admirados por lo que habían visto, ciu-
dades y obispados de toda Francia se pu-
sieron manos a la obra y comenzaron a
diseñar sus propias catedrales. Senlis y
Sens serían las primeras. Más tarde ven-
drían Notre Dame de París y la catedral
de Beauvais, cuya nave mayor se alzó
hasta los 48 metros de altura. El nuevo
estilo pronto cruzaría la frontera yse im-
pondría también en países como Alema-
nia, Inglaterra ylos reinos hispánicos.
Quién paga yquién hace
Los principales responsables de la cons-
trucción de las catedrales y de las exor-
CATEDRALES
bitantes cantidades de dinero que se
requería para ello eran los obispos. Las
donaciones de peregrinos y laicos que
buscaban la salvación eterna o la cura de
enfermedades fueron también una noto-
ria fuente de financiación, pero la mayor
parte de los fondos la aportaba el obispa-
do. La compra yel transporte de los ma-
teriales, así como el pago de los salarios,
corrían a su cargo. El dispendio era tal
que, a pesar de las facilidades económi-
cas con que contaban, se convirtió en ha-
bitual el estancamiento temporal de las
HISTORIA Y VIOA 43
16. DOSSIER
INTERIORES EN TECNICOLOR
La reorganización del peso en laconstrucción de las catedrales
permitió el desarrollo delarte de lasvidrieras.
Fue una de las novedades más llamativas
que aportó el estilo gótico: la riqueza de
cromatismo. Con la ampliación de las
dimensiones de los ventanales, la luz pe-
netró en los templos y los artesanos vi-
drieros pudieron dar rienda suelta a su
imaginación, desarrollando un arte poco
explotado hasta ese momento. Escenas
de toda naturaleza (no solo del ámbito re-
ligioso) adornaron las vidrieras de las cate-
drales. Era un universo iconográfico lleno
de significado y de color.
• CÓMO SE FABRICABAN
Sobre la mesa del taller, el artista diseñaba
con una tiza el dibujo de la vidriera. Des-
pués cortaba los trozos de vidrio de color
con un hierro al rojo vivo. A continuación
pintaba en negro los detalles de los rostros
obras -en ocasiones durante años- debi-
do a dificultades en la financiación.
Los obispos, junto con Jos sacerdotes de
la catedral (el llamado capítulo catedra-
licio), eran también Jos encargados de
elegiral maestro quedebía trazar lospla-
nos y dirigir la obra. Aprobado el proyec-
to, el maestro de obras era contratado
por un año o para toda la vida, depen-
diendo de la decisión de Jos promotores.
Lo habitual es que no se conocieran sus
nombres. Se consideraba más relevante
el de quien patrocinaba la obra que el de
quien la ejecutaba. Pero los maestros de
obras gozaban de gran consideración y
solían obtener elevados ingresos, dada
44 HISTORIA Y VIDA
y vestimentas de los personajes represen-
tados. Los vidrios se cocfande nuevo para
su fijación definitiva y un ayudante prepa-
raba el plomo que ensamblaría las piezas.
Finalmente, el conjunto, rectangular, re-
dondo u ojival, era enmarcado en hierro,
último paso antes de colocar la vidriera en
el lugar elegido de la catedral.
• EL LENCiUAJE DEL COLOR
Desde la Antigüedad los colores han teni-
do siempre un marcado valor simbólico.
En la Edad Media el rojo era símbolo de
fuerza y violencia, el azul representaba el
aire y la calma, el verde simbolizaba el caos
y el amarillo, la transgresión y la excitación.
Lacombinación de todos ellos proyectó en
el interior de las catedrales un exuberante
y sugestivo mundo cromático.
su responsabilidad. Yes que no solo eran
obreros cualificados, sino también bue-
nos organizadores. Sus obligaciones eran
muchas, desde encargarse de que llega-
ran a tiempo y en buen estado los sumi-
nistros de materia prima hasta controlar
a la mano de obra para que realizara el
mejor trabajo posible, en el menor tiem-
po y al precio más conveniente. La repu-
tación de algunos de ellos llevó a obispos
de diferentes ciudades a disputarse sus
servicios, Jo que permitió a Jos maestros
viajar con frecuencia y difundir su estilo
personal por todo el continente.
Ya a ffuales del siglo XII, pero sobre todo
a partirdel siglo XIII, lafiebre constructo-
ra contribuía a extender como la pólvora
toda noticia de que iba a edificarse una
catedral. Si el maestro de obras encarga-
do del proyecto era, además, reconocido,
la llegada de hombres a la ciudad en bus-
ca de trabajo era masiva. Pero el maestro
no podía emplear a todos ellosy, normal-
mente, trataba de contratar a los que ya
habían colaborado con él, puesto que co-
nocía su rendimiento y fiabilidad. Des-
pués, una pequeña urbe crecía alrededor
del lugar elegido para levantar el tem-
plo. Los obreros contratados sabían que,
si todo iba bien, iban a estar trabajando
en esa obra durante varios años o inclu-
so durante toda su vida, por lo que lleva-
ban consigo a sus familias.
En el Paris de mediados del siglo xrn lle-
garon a registrarse no menos de cien ofi-
cios: albañiles, escultores, carpinteros,
tallistas, mezcladores de mortero, tone-
leros, yeseros, fabricantes de artesas...
SE CONSIDERABA MÁS
RELEVANTE EL NOMBRE
DE QUIEN PATROCINABA
LA CATEDRALQUE EL DEL
~ AESTRO DE OBRAS
Cada oficio constituía un gremio que
respetaba las reglas que concernían al
aprendizaje, la duración y la realización
del trabajo. Esta organización ayudaba al
maestro de obras, pues significaba que
cada grupo de trabajadores mantenía su
propia disciplina y garantizaba el buen
hacer durante la construcción. Pero era
cosa del maestro conseguir que Jos gre-
mios trabajaran como un solo equipo.
Los aprendices tenian que pasar una se-
rie de pruebas antes de convertirse en
jornaleros. Una vez aleccionados, jorna-
leros y aprendices quedaban vinculados
a sus maestros de obra mediante contra-
tos escritos denominados indentaduras.
Tras jurar ante su patrón que trabajarían
duro y seguirían las normas, solo queda-
ba empezar a ganarse el pan .
lCosa degodos?
El adjetivo "gótico" fue concebido de
manera despectiva por el pintor manie-
rista GiorgioVasari, que en el siglo XVI lo
consideró un arte propio de godos. Sin
17.
18. DOSSIER
embargo, el sólido refinamiento y las so-
luciones arquitectónicas que aportó es-
ta corriente artística medieval impiden
catalogarlo como bárbaro o poco evolu-
cionado. En realidad, para dejar atrás la
sencilla y oscura robustez del Románico
y construir altísimos templos llenos de
luz y color, los promotores y arquitectos
del Gótico tuvieron que recurrir a toda
su inventiva y conocimientos.
Al concebirla reformadel monasterio de
Saint-Denis, el abad Suger quiso proyec-
taren él la idea de que la luz está íntima-
mente relacionada con la divinidad. Si la
luz tenía un significado espiritual, la ca-
sa de Dios debía ser en consecuencia el
templo de la luz. Por otro lado, Suger
pensaba que las catedrales tenían que
serconsideradas, más que nunca, las ca-
sas de Dios en la tierra, de modo que
debían ser grandes, simétricas y pro-
porcionadas, como la misma ciudad de
Dios. Pero ¿cómo podía levantarse un
templo de grandes proporciones donde
la luz y el color fueran protagonistas?
SE DESENCADENÓ UNA
ABIERTA RIVALIDAD
ENTRE CIUDADES PARA
ERIGIR LACATEDRAL
MÁS MAJESTUOSA
El estilo gótico aportó tres elementos
que revolucionaron la construcción y
permitieron representar el trasfondo
filosófico que esconde: la bóveda de
crucería, el arbotante y el arco ojival, o
apuntado. Con estas soluciones arqui-
tectónicas, los maestros del Gótico con-
siguieron aligerar y descargar los ma-
cizos muros de piedra de las iglesias
románicas y abrir casi por completo las
paredes para paliar su déficit de ilumi-
nación interna. La combinación de bó-
vedas de crucería y arcos apuntados
sustituyó las antiguas bóvedas cilíndri-
cas y permitió ganar altura. Gracias a
ello, pudo generarse una sensación de
movimiento ascendente, un efecto de
ingravidez vertical que venía a simboli-
zar la energía del Creador. El arbotante,
un pilarde piedra arqueado que se cons-
truía extramuros, posibilitaba el des-
plazamiento del peso de los techos abo-
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vedados hacia abajo y hacia el exterior,
hecho que permitió prescindir de los pe-
sados muros que daban soporte a las
enormes bóvedas románicas.
Además de la luz, en las catedrales góti-
cas reinó también el color, que se tras-
lucía por las espléndidas y trabajadas
vidrieras con las que se cubrieron los
ventanales. Por fm se podía domar el co-
lor y jugar con él según el momento del
día. Tan solo con una vidriera que tiñera
los rayos del sol se podía cambiar la tona-
lidad de la luz por la que se le antojara al
obispo o al maestro de obras. El color no
solo se concentraba en las vidrieras, sino
en algunas portadas y esculturas, que
aparecían íntegramente policromadas.
La luz y el color constituían un verdade-
ro lenguaje propio. Los neoplatónicos,
con el abad Suger a la cabeza, procla-
maban que el color era' una fracción de
la luz y que, consecuentemente, eran
elementos divinos, ya que Dios era la
luz. Dar más protagonismo al color a
través de las vidrieras era ampliar el es-
pacio de Dios y potenciar su presencia
en la catedral, su propia casa.
Al mismo tiempo, tras los elementos de
la catedral se extendía un complejo es-
quema iconográfico, un auténtico mi-
crocosmos reflejo de la obra de Dios en
el universo. Escenas y figuras de cristos,
vírgenes, apóstoles, profetas, ángeles
o santos decoraban capiteles, tímpanos
19. y arquivoltas, donde tampoco faltaban
figuras de monstruos y animales como
representación de vicios y virtudes.
Punto de encuentro
Las catedrales góticas se levantaron gra-
cias a la fe y al trabajo colectivo de una
comunidad. De un modo u otro, todas las
clases contribuyeron en su construcción,
e incluso a veces participaba en ella más
de una generación. Aunque era la casa
de Dios, del obispo y de sus servidores
los canónigos, la catedral nació también
con la intención de ser la casa de todos.
En el interior de sus muros no solo sedie-
ron cita numerosas e importantes cele-
braciones de Estado, como bodas, coro-
naciones, bautizos o funerales reales. Las
campanas de sus torres convocaban a los
burgueses, celebraban efemérides popu-
lares y prevenían a los ciudadanos de
cualquier peligro. Sus naves laterales sir-
vieron de lugar de reunión y aula de cla-
se para los estudiantes, y los peregrinos
comían y dormían en ellas, mientras se
hablaba animadamente de los asuntos
que concernían a la ciudad.
Tal fue el entusiasmo que despertaron
que se desencadenó una abierta rivali-
dad entre ciudades para ver cuál cons-
truía la catedral más majestuosa o la to-
rre más alta de la cristiandad. Aunque
tanta competencia puso a veces en peli-
gro la seguridad de los edificios (se llega-
CATEDRALES
ron a diseñar templos que sobrepasaban
todo limite racional para la época), facili-
tó la proliferación de hermosos templos
por todo el continente. Especialmente en
Francia, con ejemplos como las soberbias
basílicas de Reims, Chartres y Amiens,
o la Sainte-Chapelle de París.
Las catedrales se convirtieron en el sím-
bolo de una nueva y esperanzadora era,
en el orgullo y el emblema de las flore-
cientes ciudades europeas y de sus cada
vez más poderosas oligarquías. Aque-
llos templos, con sus altísimas torres
y sus espléndidas bóvedas, son el testi-
monio de una era medieval en la que lo
espiritual aún dirigía los designios de la
mayor parte de la población. •
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