CIM Formación: En múltiples ocasiones observamos, a dueños y/o amantes de perros que utilizan su voz como medio de expresión de sus sentimientos, deseos u órdenes. A la orden del día está el hecho de ver cómo se les habla como si fuesen humanos de cuatro patas. Craso error.
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2. La voz humana en el adiestramiento
En múltiples ocasiones observamos, a dueños y/o amantes de perros que utilizan su voz como medio
de expresión de sus sentimientos, deseos u órdenes. A la orden del día está el hecho de ver cómo se
les habla como si fuesen humanos de cuatro patas. Craso error.
Empezaremos explicando que para cualquier animal que queramos educar o adiestrar, no existen los
significados de las palabras. Es decir, puedes dirigirte a ellos en inglés, castellano o islandés, a ellos el
idioma les es indiferente, lo que tienen asociado al sonido (no al idioma o a su significado) es la
acción que les pedimos. Por ejemplo, nosotros podríamos adiestrar a un perro para que anduviese a la
orden de “quieto” y para que se sentase a la orden de “echa”. Y esto podríamos hacerlo en cualquier
idioma del mundo.
3. La sensibilidad auditiva del perro es semejante a la de los humanos en los tonos bajos o graves. Pero,
en el caso de los tonos agudos, es mucho mayor. Este hecho, les permite escuchar cuatro veces mejor
que a los humanos. Un dato: si los humanos podemos percibir un sonido a 90 metros de distancia, los
perros podrán oír el mismo sonido a… 400 metros.
Llegamos, pues, a la parte más importante. El volumen de nuestra voz. Una vez demostrado que los
perros no necesitan que gritemos para oírnos mejor… por favor, no lo hagamos. Ellos, además, poseen
audición selectiva, es decir, pueden centrarse en la escucha de un sonido determinado, aislándose de
los demás. Por tanto, el perro escuchará y seleccionará la voz de su instructor siempre que la asocie a
sensaciones agradables. Los gritos que los humanos utilizamos para tratar de que nos obedezcan no
muestran otra cosa que nuestra frustración. A ello debemos añadir que para el perro esos “sonidos
altamente desagradables” pueden hacer que al producirle dolor en sus sensibles oídos, no sólo no
cumpla la orden, sino que además huya de su adiestrador.
La voz humana en el adiestramiento
4. Por último, el tono empleado es también de suma
importancia. Emplearemos un tono firme y
tranquilo para las órdenes.Firme no es agresivo, ni
mucho menos. Daremos una entonación más alegre
a las frases de ánimo y recompensa ante la
realización de lo que se le pide.
Y destacar que el uso del lenguaje humano en el
adiestramiento canino es tan accesorio que
perfectamente podríamos prescindir de él. Un
ejemplo de ello es el uso del “clicker”.
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La voz humana en el adiestramiento