1. PA R T I C I PA N T E : D AYA N A G A R R I D O
E X P E D I E N T E : H P S - 1 5 1 - 0 0 1 9 6 V
M AT E R I A : F I S I O L O G Í A Y
C O N D U C TA
2. CONCEPTO:
Es un estado emocional que a
varía en intensidad, yendo de la
irritación leve a la furia intensa.
Como otras emociones, está
acompañada de cambios
fisiológicos y biológicos.
Cuando una persona se enfada,
su ritmo cardíaco y presión
arterial aumentan, al igual que
los niveles de las hormonas
adrenalina y noradrenalina
3. CAUSAS:
La ira puede ser debida a acontecimientos
externos o internos. Podemos enfadarnos con
una persona específica (como un compañero de
trabajo o supervisor) o un acontecimiento (un
atasco de tráfico, un vuelo cancelado), o bien la
ira puede aparecer al preocuparse y rumiar
problemas personales. Lo recuerdos de
acontecimientos traumáticos o que nos hicieron
enfadar pueden también desencadenar este tipo
de emociones.
La ira es una EMOCION totalmente normal y
generalmente sana. Pero cuando está fuera de
control y se vuelve destructiva, puede conducir
a diversos problemas, como problemas en el
trabajo, en las relaciones personales, y en la
calidad general de la vida de una persona. Y
puede dar la sensación de que se está a la
merced de una emoción imprevisible y
poderosa.
4. LA IRA E EXPRESA:
La manera instintiva y natural de expresar ira es responder
agresivamente. La ira es una respuesta natural y adaptativa
ante las amenazas, inspira emociones y comportamientos
poderos y a menudo agresivos que nos permiten luchar y
defendernos cuando somos atacados. Cierta cantidad de ira,
por lo tanto, es necesaria para nuestra supervivencia.
Por otra parte, no se debe emprender a golpes con cada
persona u objeto que nos moleste. Leyes, normas sociales, y
sentido común ponen límites al alcance de nuestra ira.
La gente utiliza una gran variedad de procesos conscientes e
inconscientes para ocuparse de sus sensaciones de ira.
Los tres principales son:
Expresarla, suprimirla y calmarse. Expresar los sentimientos de
enfado de un modo asertivo, no agresivo, es la manera más
sana. Para hacer esto, primero has de aprender a dejar claro
cuáles son tus necesidades, y cómo satisfacerlas sin dañar a
otros. El ser asertivo no significa arremeter contra los demás o
exigir; significa ser respetuoso con uno mismo y los demás.
Otro modo de afrontar la ira consiste en suprimirla para luego
transformarla o redirigirla. Esto sucede cuando reprimes la
rabia, dejas de pensar en ella y te centras en algo positivo que
hacer. El objetivo es inhibir o suprimir la ira y convertirla en un
comportamiento más constructivo.
5. Por qué algunas personas se enfadan más que otras?
Algunas personas se enfadan más fácilmente y de un modo más intenso que la persona media. Hay quien
no muestra su rabia de maneras espectaculares o ruidosas pero está crónicamente irritable y resentido. La
gente que se enfada con facilidad no siempre maldice o lanza objetos por los aires, sino que a veces se
aíslan, se enfurruñan, o se ponen físicamente enfermos. La gente que se enfurece fácilmente suele tener
lo que los psicólogos llaman una baja tolerancia a la frustración, lo cual significa que consideran que no
deberían tener que verse sometidos a frustraciones, inconvenientes o molestias. No pueden tomarse las
cosas tal como son y se enfurecen particularmente si la situación parece de alguna manera injusta: por
ejemplo, cuando lo corrigen por un error de menor importancia.
Una causa puede ser genética o fisiológica; hay evidencia de que algunos niños son irritables,
susceptibles, y se enfadan fácilmente, y esto sucede desde una edad muy temprana. Otra causa puede
estar en la manera en que nos enseñan a manejar la ira. A menudo la ira es vista como negativa; a
muchos de nosotros nos enseñan que es correcto expresar ansiedad, depresión, u otras emociones, pero
no expresar ira. Consecuentemente, no aprendemos cómo dirigirla o canalizarla de un modo constructivo.
La investigación también ha encontrado que los antecedentes familiares desempeñan un papel importante.
Típicamente, las personas que se encolerizan fácilmente provienen de familias que son disruptivas,
caóticas y poco hábiles en la comunicación emocional.
¿Es bueno liberar la ira?
Los psicólogos consideran que esto es un mito peligroso. Algunas personas utilizan esta teoría
como licencia para lastimar a otras. Las investigaciones realizadas han encontrado que dejarse llevar por
la ira y dejarla salir libremente desencadena más ira y agresión y no sirve de ninguna ayuda para resolver
la situación. Es preferible descubrir qué ha desencadenado tu ira y después desarrollar estrategias para
impedir que esos desencadenantes te saquen de tus casillas.
6. Fases de la ira:
Fase de firmeza: en la cual el sujeto adopta
una actitud opositora; el flujo de sus reacciones
emocionales se detiene, toda la capacidad
reaccional se hace más firma, menos elástica
.
Fase de la indignación: es más avanzada en la
que el sujeto hace más consciente su vulnerada
integridad y adopta una actitud preparatoria a la
lucha
Fase de la rebelión: la integración de las
energías emocionales contra la acción vulnerante
del medio. Esta integración alcanza en la fase
agresiva su desarrollo pleno de modo activo,
orientando sus fuerzas a la destrucción del objeto
provocador.
Fase de la rabia: es una etapa en que los
impulsos agresivos se nos ofrecen de modo
desorganizado, y que al alcanzar un difusión
generalizada, hacen presa al Yo de sus descaras
y adquiere el dominio de la conciencia y conducta
del sujeto.
Fase furia: la descomposición total de la
organización neuromuscular es tal, que el sujeto
es víctima de una verdadera explosión cinética.
7.
8. Control de ira de Novaco (1975) :
Mantener una orientación hacia la tarea antes que hacia la provocación y
centrarse en uno mismo ayudará a disminuir el arousal de ira ante la
provocación.
Ante una provocación personal, una persona con alta autoestima tendrá una
menor probabilidad de responder con ira que una persona con baja
autoestima.
La persona con habilidades para responder de manera asertiva a la
provocación tendrá una menor probabilidad de experimentar ira que aquella
persona que fácilmente se deja contraponer a la provocación.
Aprender a utilizar nuestra propia activación como señal de punto de partida
para la puesta en marcha de estrategias de afrontamiento no enfrentadas a
la provocación incrementará la probabilidad de controlar con efectividad la
ira.
La percepción de que comienza a tenerse control sobre una situación en la
que ha habido una provocación disminuye la probabilidad de experimentar
ira e incrementa la probabilidad de que aparezcan conductas positivas de
afrontamiento.
Aprender a identificar la secuencias de provocación en diferentes
escenarios y momentos y utilizar autoinstrucciones adecuadas a cada
situación facilitará el control de la ira.
Una persona incrementará el número de conductas de afrontamiento que
no le enfrentan a la provocación cuánto más eficaz haya sido reduciendo su
activación y experiencia de ira y cuántas más situaciones haya resuelto con
éxito mediante estas estrategias.
9. Terapia psicológica para manejar la ira:
Si se piensa que la ira está realmente fuera de control, si está teniendo un
impacto negativo en las relaciones y en áreas importantes de la vida de las
personas, se puede necesitar ayuda profesional para manejar mejor estas
situaciones. El psicólogo puede trabajar con la persona para desarrollar una serie
de técnicas para cambiar su pensamiento y comportamiento por otros más
constructivos.
A la hora de buscar un terapeuta, la persona debe asegurarse de que su
línea de trabajo no consiste sólo en ayudarla a estar en contacto con sus
sentimientos y expresarlos, pues ese puede ser precisamente su problema y no
haría más que agravarse. Con la ayuda de un psicólogo, una persona
intensamente enfadada puede acercarse a una nivel medio de ira en unas 8-10
semanas, dependiendo de las circunstancias y las técnicas de terapia utilizadas.