El analista Carlos Fazio argumenta que el Estado mexicano se ha paramilitarizado para enfrentar las nuevas formas de organización social, creando "enemigos" como los maestros disidentes y el zapatismo para justificar la represión. Explica que el gobierno busca la paramilitarización para tener un brazo armado que desorganice los movimientos sociales, como se vio en Atenco y Oaxaca. También señala que grupos criminales como Los Zetas actúan en alianza con el Estado para infundir miedo y "limp
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El estado se paramilitariza para enfrentar las nuevas formas de organización social: Carlos Fazio
1. El estado se paramilitariza para enfrentar las nuevas formas
de organización social: Carlos Fazio
Por: Edgar Rosas / 22 enero, 2015 Revolucion tres punto cero
Carlos Fazio es profesor de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM), colaborador del diario La Jornada y autor de diversos
libros como Terrorismo mediático. Durante el diálogo nacional sobre
“Criminalización y militarización de la protesta social en México” , el
analista expresó que en México el uso de la violencia como
herramienta para eliminar movimientos sociales no es nada nuevo,
pero con el tiempo se ha afianzado como una práctica habitual de los
que ostentan el poder.
Foto de Edgar Rosas
En México, después de la etapa de la guerra sucia se ha
implementado “una construcción social del miedo”, la cual busca
desarticular cualquier expresión de organización y movilización social,
así como establecer un enemigo en común que permita concentrar
sus esfuerzos represores, expresó el analista.
En este sentido, explicó que ante la caída del comunismo y de
organizaciones como la Liga 23 de septiembre, el gobierno se vio en
2. la obligación de buscar nuevos personajes que representaran “una
amenaza” para la sociedad. “Al ya no tener un enemigo colectivo
como el comunismo y al aparecer luchas por la vía pacífica y legal,
tuvieron que señalar a los nuevos luchadores sociales como
amenazas. Tal es el caso de Andrés Manuel López Obrador, a quien lo
retrataron como un peligro para México en las elecciones de 2006”.
Del mismo modo, denunció que se ha vuelto común ver cómo se
crean a nuevos enemigos y citó casos como: el de los disidentes
magisteriales, que a la fuerza los desalojaron del zócalo de la Ciudad
de México; el zapatismo, asechado por el paramilitarismo o los
integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), a quienes
con ayuda de los medios masivos, los posicionaron como un mal para
la sociedad.
Fazio explicó que el Estado mexicano ha buscado la paramilitarización
de algunos grupos, con los cuales puedan tener un brazo armado que
repela las nuevas organizaciones de lucha y movimiento social. “El
Estado se paramilitarizó porque han surgido muchas formas de
disidencia y a través de esta acción quieren desorganizar y causar
miedo”, apuntó.
Al respecto, recordó la agresión emprendida por parte del gobierno
en contra de la población de Atenco en mayo de 2006 y aseguró que
la verdadera causa por la que se realizó el ataque obedece a la
formación de una estructura organizacional con similitudes a la de los
zapatistas. “En Atenco se utilizó tortura física, psicológica y sexual,
para detener la formación de un movimiento. Este hecho fue el
laboratorio para poner en práctica lo que se usaría en
administraciones como la de Calderón y la de Peña”, aseguró.
La represión en contra de los maestros en Oaxaca se debió al
nacimiento de un movimiento para exigir la salida del entonces
gobernador Ulises Ruíz. “En el caso Oaxaqueño, se estaba gestando
un movimiento de masas distinto a lo que habíamos observado,
donde la sociedad civil se unió, por ello, el Estado echó mano de las
3. fuerzas armadas para deshacer y eliminar este gran movimiento”,
indicó.
Paramilitarismo: estrategia de “limpieza social”
Carlos Fazio también habló sobre el vínculo entre el gobierno y el
crimen organizado, en donde señaló que acciones de grupos como
“Los zetas”, son medidas tomadas en alianza con el Estado para
infringir miedo en la sociedad, pues esta clase de organizaciones son
grupos paramilitares utilizados con fines “de limpieza social”. “Esta
cadena de sucesos tiene como base un Estado delincuencial y
mafioso. Sin la colusión de autoridades con criminales, no se
explicaría cómo el puerto de Lázaro Cárdenas en Michoacán estuviera
controlado por un grupo delictivo”, sentenció.
Asimismo, señaló que la guerra emprendida por Calderón, no fue una
acción que atacara a criminales sino que era una medida que buscaba
como blanco a la sociedad, pues esta guerra buscó destrozar el tejido
social y hacer daño al pueblo mexicano.
En México y otros países de América Latina, se vive una doctrina
militar impuesta por los Estados Unidos desde los años 60.
Fenómenos como la tortura, la desaparición forzada y las ejecuciones
extrajudiciales, fueron exportadas por el vecino país del norte, para
ser utilizadas en episodios como la guerra sucia y eliminar los
movimientos sociales que se mantenían en aquella época, agregó.
“Existe una política de exterminio”
El periodista y analista, manifestó que lo vivido en Tlatlaya y
Ayotzinapa es una síntesis del régimen, que permite visualizar cómo
la represión es un mecanismo para callar las voces que van en contra
del sistema. Existe toda una “política de exterminio” emprendida por
parte de policías y militares.
4. “Quieren mantener al terror para desorganizar al pueblo, pero no
debemos desanimarnos, debemos perder el miedo…con Sicilia se
rompió el miedo, con el caso Ayotzinapa se marca la pauta para
decir ‘¡Ya basta!‘, que se suma a movimientos sociales de años atrás
que demandan un cambio en el país”, finalizó.
Ilustración: Alejandra Alanís