3. Un panorama bíblico
a Biblia, como la tenemos actualmente, fue escrita por casi 40 autores en un periodo de
aproximadamente 1,600 años. Además, ha sido traducida por diferentes equipos de
eruditos (dependiendo de la traducción que usemos). Es decir, una gran multitud de
personas ha intervenido escribiendo, copiando, traduciendo y revisando la Biblia que hoy
usamos.
A pesar de esto, cada libro de la Biblia es perfectamente coherente con el resto, formando
así una sola obra. El grado de unidad de la Biblia es asombroso. El propósito de este breve
texto es “ayudar a los cristianos a orientarse en la Biblia, a verla como un gran todo y cómo
ésta apunta hacia Jesús.”1
Iniciemos el recorrido
na manera de darnos una idea del panorama de la Biblia, es viendo cómo empieza y
cómo termina. Esto puede ayudarnos a tener en mente el transcurso de la historia que
la Biblia nos relata.
¿Cómo empezó todo? Lee el primer capítulo de Génesis. Observa las siguientes frases.
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra… Y vio Dios que era bueno… Y vio Dios que
era bueno… Y creó Dios al hombre a su imagen… era bueno en gran manera…” (Génesis 1:1, 12c,
18c, 27a, 31b).
¿Cómo termina la Biblia? Lee Apocalipsis 21:1-4.
“
1
Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el
mar ya no existe. 2
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,
preparada como una novia ataviada para su esposo. 3
Entonces oí una gran voz que decía desde el
trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos
serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. 4
El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no
habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.”
Reflexiona:
a) ¿Qué elementos hay en común entre estos dos pasajes?
b) ¿Quiénes están presentes?
c) ¿Cuál es su relación?
d) ¿Cuál parece ser el objetivo?
1
Roberts, p. 14.
4. Podemos darnos cuenta de que los autores bíblicos conciben la historia como el actuar de
Dios con la intención de llegar a una meta. Toda la Biblia describe este patrón de
pensamiento: la historia no es cíclica, ni es como una espiral; tampoco es una sucesión de
eventos sin sentido. Por el contrario, Dios guía la historia hacia el cumplimiento de sus
planes.
Ahora tenemos una buena pista para investigar el tema central de la Biblia, de principio a
fin. Sabemos que el ser humano fracasó en cumplir los propósitos de Dios. Lee Génesis 3, y
observa qué pasó con las relaciones entre Dios y su creación.
“¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras?... Y el SEÑOR vio que era mucha
la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón
era sólo hacer siempre el mal.” (Génesis 3:11c, 6:5)
A partir del momento en que el humano fracasó, Dios
tomó acciones para restablecer sus propósitos en toda la
creación. Con ello, Él buscaba restaurar su relación con
la humanidad y la armonía perfecta que había en la
creación en el principio. A esta correcta armonía en las
relaciones la podemos llamar el Reino de Dios. El autor
Graeme Goldsworthy define el Reino con estos tres
elementos: 1) El pueblo de Dios, 2) en el lugar de Dios, c)
bajo el gobierno y la bendición de Dios. Por ejemplo,
Adán y Eva (pueblo) vivían en el Edén (lugar)
obedeciendo el mandato (gobierno) de Dios y gozando
de su presencia y provisión (bendición).
A pesar de haber disfrutado del perfecto reino de Dios, Adán y Eva prefirieron probar
hacer las cosas a su manera, tratando de ocupar el lugar de Dios. Esta rebelión se llama
pecado, y no solo incluye las acciones en contra de Dios, sino toda actitud que se opone a Su
soberanía. Ellos rechazaron a Dios como rey, y pensaron que podrían ser sus propios reyes;
pero lo que lograron fue convertirse en súbditos del pecado. Y junto con ellos, todos
nosotros.
Dios interviene
ste panorama parece muy desolador. Nos queda la impresión de que el grandioso plan
de Dios quedó frustrado. No es posible volver el tiempo, la desobediencia es
irreversible. Pero, tal como vimos en Apocalipsis, el final que esperamos será aun mejor
que el Edén.
“La Biblia trata de las
acciones misericordiosas de
Dios para anular los
efectos del pecado humano
y para establecer una
nueva creación”, en otras
palabras, “el
establecimiento del ‘Reino
de Dios.’” (Jobbins, p. 8)
5. Para que el propósito de Dios se cumpla, el pecado tiene que ser quitado de en medio,
pero ha quedado muy claro que el ser humano no puede hacerlo. Al contrario, Génesis 3 al 11
relatan cómo el pecado aumentó; por lo tanto, Dios es el único que puede lograrlo.
En Génesis 12 encontramos una intervención de Dios en la historia, cerca del año 2,000
a.C.2
Aquí toma la iniciativa haciendo una promesa a Abraham. Lee Génesis 12:1-3:
1
Y el SEÑOR dijo a Abram: Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a
la tierra que yo te mostraré.
2
Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu
nombre, y serás bendición. 3
Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en
ti serán benditas todas las familias de la tierra.
Reflexiona:
a) ¿Cuáles son las promesas que Dios hizo a Abram3
?
b) ¿En qué contexto hizo estas promesas?
c) ¿Cuál es su alcance?
Algunos siglos después, cerca del 1,000 a.C. Dios ratifica esta promesa y la hace más
detallada. David era rey, y apenas se había afirmado la paz en su reino. Entonces quiso
construir un templo en honor del Señor, y el profeta Natán estuvo de acuerdo. Sin embargo,
Dios habló a Natán, dándole el mensaje que aparece en 2 Samuel 7:8-16:
8
Ahora pues, así dirás a mi siervo David: "Así dice el SEÑOR de los ejércitos: 'Yo te tomé del
pastizal, de seguir las ovejas, para que fueras príncipe sobre mi pueblo Israel.
9
Y he estado
contigo por dondequiera que has ido y he exterminado a todos tus enemigos de delante de ti, y
haré de ti un gran nombre como el nombre de los grandes que hay en la tierra. 10
Asignaré
también un lugar para mi pueblo Israel, y lo plantaré allí a fin de que habite en su propio lugar
y no sea perturbado de nuevo, ni los aflijan más los malvados como antes, 11
y como desde el día
en que ordené que hubiera jueces sobre mi pueblo Israel; te daré reposo de todos tus
enemigos, y el SEÑOR también te hace saber que el SEÑOR te edificará una casa.
12
Cuando tus
días se cumplan y reposes con tus padres, levantaré a tu descendiente después de ti, el cual
saldrá de tus entrañas, y estableceré su reino.
13
El edificará casa a mi nombre, y yo estableceré
el trono de su reino para siempre. 14
Yo seré padre para él y él será hijo para mí. Cuando cometa
iniquidad, lo corregiré con vara de hombres y con azotes de hijos de hombres, 15
pero mi
misericordia no se apartará de él, como la aparté de Saúl a quien quité de delante de ti. 16
Tu
casa y tu reino permanecerán para siempre delante de mí; tu trono será establecido para
siempre.'"
Reflexiona:
a) ¿Qué aspectos de la promesa hecha a Abraham se han cumplido hasta este
momento de la historia?
b) ¿Qué elementos en común tiene este pasaje con Génesis 12:1-3?
c) ¿Qué aspectos de la promesa a David son nuevos?
2
Smith, p. 34
3
Más adelante, Dios cambiará el nombre de Abram por Abraham (ver Gn. 17:5)
6. Al comparar estos dos pasajes podemos observar que Dios va mostrando,
progresivamente, más detalles acerca de cómo cumpliría sus propósitos. La descendencia de
Abraham, en Génesis 12 apunta hacia Jesús. En Samuel aparece claramente la figura del Rey
que vendrá, lo cual nos recuerda el concepto del Reino de Dios. Este rey será hijo de Dios, y
además, reinará para siempre.
Después del reinado de David, su hijo Salomón subió al trono. Esta etapa de la historia de
Israel estuvo marcada por la gran bendición de Dios. Lee 2 Crónicas 1:6-13, donde se narra el
comienzo del reinado de Salomón.
6
Subió Salomón allí, delante del SEÑOR, al altar de bronce que estaba en la tienda de reunión,
y ofreció sobre él mil holocaustos. 7
Aquella noche Dios se apareció a Salomón y le dijo: Pide lo
que quieras que yo te dé. 8
Entonces Salomón dijo a Dios: Tú has mostrado gran misericordia con
mi padre David, y me has hecho rey en su lugar.
9
Ahora, oh SEÑOR Dios, tu promesa a mi padre
David se ha cumplido, porque me has hecho rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de
la tierra. 10
Dame ahora sabiduría y conocimiento, para que pueda salir y entrar delante de este
pueblo; porque, ¿quién podrá juzgar a este pueblo tuyo tan grande?
11
Y dijo Dios a Salomón: Por
cuanto esto estaba en tu corazón, y no has pedido riquezas, ni bienes, ni gloria, ni la vida de los
que te odian, ni aun has pedido larga vida, sino que has pedido para ti sabiduría y conocimiento
para poder gobernar a mi pueblo sobre el cual te he hecho rey,
12
sabiduría y conocimiento te han
sido concedidos. Y te daré riquezas y bienes y gloria, tales como no las tuvieron ninguno de los
reyes que fueron antes de ti, ni los que vendrán después de ti.
13
Y Salomón salió del lugar alto que
estaba en Gabaón, de la tienda de reunión, a Jerusalén, y reinó sobre Israel.
Reflexiona:
a) ¿Qué temas de las promesas hechas a Abraham y David aparecen nuevamente
aquí?
b) ¿Qué elementos han sido cumplidos en este pasaje?
Salomón fue el rey más sabio de Israel, y bajo su mando, el reino se expandió alcanzando
su máxima extensión en la historia. Además, construyó un majestuoso templo para Dios, y
puede decirse que fue de verdadera bendición para otras naciones (recordemos el episodio
de la reina de Sabá: 1 Reyes 10:1-13, comp. Lucas 11:31). En gran medida, los reinados de David
y Salomón cubrieron las expectativas del pueblo con respecto a la promesa del Reino de
Dios. La gran nación de Israel (pueblo de Dios) vivía en la tierra prometida (lugar de Dios) y
vivía de acuerdo a las leyes (gobierno de Dios) del Señor, y podía recibir perdón (bendición
de Dios) de sus pecados a través de los sacrificios oficiados en el templo.
Sin embargo, esto no duró mucho tiempo. El mismo Salomón llegó a abandonar al Señor,
a ser infiel a sus mandatos y permitió la idolatría. De un momento a otro, toda la bendición
de Dios se esfumó. Tal como había sido advertido, el pueblo comenzó a sufrir sus propias
consecuencias.
7. Nuevos fracasos humanos
l reino ideal de Israel desapareció: se dividió en dos naciones con poca estabilidad. Al
norte, una serie de tribus se organizó como el reino de Israel; mientras que al sur, dos
tribus quedaron conformando el reino de Judá.
Desde las primeras desobediencias de los reyes, tanto de Israel como de Judá, hasta la
destrucción de ambos reinos, Dios envió constantemente profeta tras profeta para advertir a
su pueblo acerca de las consecuencias que tendrían de seguir así. Sin embargo, el pueblo no
escuchó; los reyes no escucharon; ni siquiera los sacerdotes ni los servidores del templo
escucharon. Finalmente enfrentaron el juicio de Dios por su desobediencia.
Cada reino fue arrasado por una nación enemiga. En el año 722 a.C. el reino de Israel fue
destruido por Asiria; y en 586 a.C. el reino de Judá fue vencido por Babilonia, y sus
habitantes fueron exiliados; el templo y la capital Jerusalén fueron totalmente destruidos.
Nuevamente el panorama luce triste y
desesperanzador. Tal como en la primera
rebeldía de la humanidad, ahora el pueblo
que recibió la promesa de la restauración
de parte de Dios decidió darle la espalda.
Sin embargo, una vez más Dios toma la
iniciativa. Los profetas de este periodo
hablan abundantemente acerca del
cumplimiento perfecto de estas promesas.
Ahora Dios revela a los descendientes de Abraham que los reinados de David y Salomón
fueron solo un cumplimiento parcial. La salvación y la esperanza se ubican en el futuro.
Lee los siguientes pasajes proféticos:
1
Y brotará un retoño del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto.
2
Y reposará
sobre El el Espíritu del SEÑOR, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de
poder, espíritu de conocimiento y de temor del SEÑOR. 3
Se deleitará en el temor del SEÑOR, y no
juzgará por lo que vean sus ojos, ni sentenciará por lo que oigan sus oídos; 4
sino que juzgará al
pobre con justicia, y fallará con equidad por los afligidos de la tierra; herirá la tierra con la vara
de su boca, y con el soplo de sus labios matará al impío. 5
La justicia será ceñidor de sus lomos, y
la fidelidad ceñidor de su cintura. (Isaías 11:1-5)
Reflexiona:
a) ¿Quién era Isaí?
b) ¿Cómo se relaciona este personaje con las promesas de Dios?
c) ¿Hay elementos en la descripción de este personaje que te hagan pensar en un
rey? ¿Cuáles son?
“Ha cesado el gozo de nuestro corazón,
se ha convertido en duelo nuestra danza.
Ha caído la corona de nuestra cabeza.
¡Ay de nosotros, pues hemos pecado!”
(Lamentaciones 5:15-16)
8. 9
Regocíjate sobremanera, hija de Sion. Da voces de júbilo, hija de Jerusalén. He aquí, tu rey
viene a ti, justo y dotado de salvación, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de asna.
10
Destruiré el carro de Efraín y el caballo de Jerusalén, y el arco de guerra será destruido. El
hablará paz a las naciones, y su dominio será de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la
tierra. (Zacarías 9:9-10)
Reflexiona:
a) ¿Cómo se describe el reino de Dios en esta profecía?
b) ¿Cómo se describe el Rey de este reino?
El cumplimiento: Jesús
os autores del Nuevo Testamento comprendieron la relación entre la venida de Jesús y
las promesas que Dios había hecho en el Antiguo Testamento. Podemos notar esto por
la forma en que se expresan y por cómo describen a Jesús.
Lee los siguientes pasajes:
“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.” (Mateo 1:1)
“Después que Juan había sido encarcelado, Jesús vino a Galilea proclamando el evangelio de
Dios, y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed
en el evangelio.” (Marcos 1:14-15)
“Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que
El ya había prometido por medio de sus profetas en las santas Escrituras, acerca de su Hijo, que
nació de la descendencia de David según la carne, y que fue declarado Hijo de Dios con poder,
conforme al Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos: nuestro Señor
Jesucristo. (Romanos 1:1-4)
Reflexiona:
a) ¿Qué nombres menciona Mateo?
b) ¿Cuál es la relación de Jesús con ellos?
c) ¿Por qué elige específicamente a estos personajes?
d) En Marcos, ¿cuál es el resumen de la enseñanza de Jesús?
e) ¿Por qué crees que habla de un cumplimiento?
f) ¿Por qué crees que puede decir que “el reino de Dios se ha acercado”?
g) En Romanos, ¿qué dice Pablo acerca de la genealogía de Jesús?
h) ¿Cómo explica Pablo la relación entre el evangelio y los profetas?
En pasajes como estos, podemos darnos cuenta de que ninguno de los apóstoles creyó ni
enseñó que Jesús hubiera inventado una nueva fe o un sistema de doctrina diferente. En
realidad, tal como lo dijo, Jesús no vino “para abolir la ley o los profetas (…) sino para
cumplir” (Mateo 5:17).
9. Ahora estamos listos para explorar la manera en que Jesús dio cumplimiento al plan de
Dios. En otras palabras, podemos tratar de expresar la forma en que Jesús trajo el Reino de
Dios. En los siguientes pasajes podemos encontrar lo que el mismo Jesús afirmó sobre este
tema:
16
Llegó a Nazaret, donde se había criado, y según su costumbre, entró en la sinagoga el día de
reposo, y se levantó a leer. 17
Le dieron el libro del profeta Isaías, y abriendo el libro, halló el lugar
donde estaba escrito:
18
EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTA SOBRE MÍ, PORQUE ME HA UNGIDO PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO A
LOS POBRES. ME HA ENVIADO PARA PROCLAMAR LIBERTAD A LOS CAUTIVOS, Y LA RECUPERACIÓN DE LA
VISTA A LOS CIEGOS; PARA PONER EN LIBERTAD A LOS OPRIMIDOS; 19
PARA PROCLAMAR EL AÑO FAVORABLE
DEL SEÑOR.
20
Cerrando el libro, lo devolvió al asistente y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga
estaban fijos en El.
21
Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura que habéis oído.
(Lucas 4:16-21)
20
Habiéndole preguntado los fariseos cuándo vendría el reino de Dios, Jesús les respondió, y
dijo: El reino de Dios no viene con señales visibles, 21
ni dirán: "¡Mirad, aquí está!" o: "¡Allí está!"
Porque he aquí, el reino de Dios entre vosotros está.
(Lucas 17:20-21)
Reflexiona:
a) De acuerdo con el primer pasaje, ¿cómo entiendes la afirmación de Jesús?
b) Con base en el segundo pasaje, ¿cómo se manifestó el reino de Dios cuando vino
Jesús?
Los escritos del apóstol Pablo ocupan gran parte
del Nuevo Testamento. En ellos, él explica con detalle
las múltiples maneras en que Jesús cumple las
promesas que Dios hizo. También otros autores como
Pedro, Juan y Santiago coinciden en este punto. Ellos
demuestran cómo solo a través de Jesús es que el ser
humano puede entablar una relación armoniosa con
Dios, tal como en el principio.
Jesús, como el Rey del Reino de Dios, está presente
en toda la Biblia, siendo el eje temático de la misma.
El último libro de la Biblia, el Apocalipsis, interpreta
la totalidad de la historia desde la era presente hasta
el día final, y comienza declarando que se trata de la
“revelación de Jesucristo” (ver Apocalipsis 1:1-3). Es
decir, Jesús sigue estando en el centro de la Biblia.
Para profundizar
Lee Hechos 3:13-26, ¿cómo
entendía Pedro la relación entre
las profecías y Jesús? ¿Qué te
parece este resumen que hace
Pedro acerca de la Biblia?
Uno de los primeros
cristianos, Felipe, predicó por
primera vez a un habitante de
Etiopía. Lee Hechos 8:26-35,
¿cómo crees que usó Felipe este
pasaje para evangelizar al etíope?
¿Cómo harías tú para explicar la
relación de esta profecía de Isaías
con su cumplimiento en la
muerte de Jesús?
10. El reino de Dios
l siguiente esquema4
muestra gráficamente el desarrollo del tema del Reino de Dios a lo
largo de la historia bíblica. En él aparecen ocho fases de desarrollo histórico y de
revelación del Reino:
A continuación damos una breve reseña de cada uno de estos momentos de la historia:
El patrón del Reino. Al inicio de la creación, todo funcionaba tal como Dios lo
había diseñado. Los dos primeros capítulos de Génesis presentan un modelo del ideal de
Dios para su creación (incluyendo a los humanos).
El Reino perdido. A partir de la caída el ser humano perdió todo lo que Dios le
había dado, incluyendo la relación armoniosa con Él. En este tiempo no hubo esperanza
alguna, pues el ser humano no podía hacer nada para restablecer el reino de Dios.
El Reino prometido. Por medio de Abraham, Dios promete restaurar todas las
cosas. Esto trae esperanza a la humanidad, y la confianza de que Dios cumplirá su promesa.
El Reino parcial. Desde el tiempo en que los descendientes de Abraham, Isaac y
Jacob reciben la ley por parte de Moisés hasta la cúspide del reinado de Salomón, podemos
descubrir una muestra del Reino de Dios. Poco a poco la restauración de las relaciones entre
Dios y la humanidad comienza a ser una realidad.
4
Roberts, p. 157
SegundavenidadeJesús:Nuevacreación
Ausenciadeprofecíapor400añoshasta
JuanelBautista
Nacimiento,
ministerio,
muerte,
resurrección y
ascensión de
Jesús
FindelAntiguoTestamento
Promesa a Abraham Decadencia de Israel
Edén
Caída
Salomón
Reino dividido;
Israel destruido
por Asiria;
Judá exiliada a
Babilonia;
Los judíos vuelven
Pentecostés
David
Saúl
Jueces
Josué
Moisés
José
Jacob
Isaac
Abraham
Gn1-
2
Gn
3
Gn12-Ex 18 Ex 19-Lv Nm-Jos Jue-2 Cr Esd-Mal Evangelios
Hch-
Ap
11. El Reino profetizado. Una vez que el pueblo de Dios fracasa (de nuevo), el Reino se
vuelve a perder. La esperanza reaparece, y se hace claro que el Reino verdadero vendrá en el
futuro.
El Reino presente. La venida de Jesús a nuestro mundo hizo presente el Reino de
Dios. Jesús demuestra ser el Rey de este Reino, y también el modelo del verdadero pueblo de
Dios. Cumple las expectativas proféticas y abre la puerta para que toda la humanidad se
reconcilie con su Rey.
El Reino proclamado. Después de que Jesús ascendió envió al Espíritu Santo a
habitar en sus hijos. Desde el primer siglo hasta que Cristo venga, nosotros proclamamos el
Reino de Dios y lo hacemos presente en este mundo.
El Reino perfeccionado. Esta etapa está aún pendiente, y se cumplirá cuando Jesús
venga por segunda vez. Él juzgará a la humanidad, y Dios destruirá la creación presente para
hacer una nueva creación. Entonces veremos el Reino de Dios en toda su perfección, y la
historia llegará a su fin.
Cómo interpretar la Biblia
a interpretación de la Biblia puede parecer una tarea difícil, y a veces puede causar
temor. Gracias a Dios, él nos promete que su Espíritu Santo es nuestro guía. Además de
depender de Dios, debemos tener una disciplina responsable para interpretar la Biblia.
Si podemos comprender la unidad de la Biblia, podremos interpretarla, entenderla y
aplicarla de manera adecuada. Es muy importante buscar conocer el contexto en el que
aparece el pasaje que deseamos interpretar. El contexto implica tres áreas: Contexto
literario, contexto histórico y contexto bíblico.
a) ¿Cuál es el género literario del pasaje? Puede ser poesía, prosa, tratado legal, narración,
carta, etc.
b) ¿Qué función tiene dentro de la estructura de todo el libro? Básicamente revisamos
qué hay antes y qué hay después, si se trata de un cambio de tema, una explicación, un
ejemplo, una conclusión. También debemos saber qué está pasando o qué se está diciendo
cuando aparece el pasaje que estamos analizando.
c) ¿Se emplean algunas palabras con significado técnico o específico? Se deben investigar
palabras que tengan una carga teológica, cultural o histórica. Esto ayuda a captar mejor el
sentido del texto.
12. a) ¿Cuál era la situación en que el pasaje fue escrito? Todos los sucesos relevantes
alrededor del pasaje deben ser investigados. Debemos saber qué eventos históricos
sucedieron antes, durante y después de la escritura del texto.
b) ¿Cuál era el significado y propósito original del texto? A la luz de las circunstancias
específicas en las que se generó el texto, debemos analizar cuál sería el mensaje que el autor
quería transmitir a sus lectores originales.
a) ¿Qué otros pasajes pueden ayudarnos a entender el que ahora estamos analizando?
b) ¿Dónde encaja este pasaje dentro del mensaje global de la Biblia?
c) ¿Cuál es el significado y propósito del pasaje en su contexto bíblico?
a) ¿Qué se esperaba que los lectores
originales hicieran en respuesta al texto?
Hay que evaluar si los receptores
originales del mensaje debían creer o
actuar de determinada manera después
de recibirlo.
b) ¿Qué respuesta espera Dios de
nosotros, en el tiempo presente? Una vez
que meditamos la aplicación para los
lectores originales, podemos trasladarlo a
nuestro propio contexto.
Hay tres preguntas que debemos
hacernos para guiarnos al interpretar
la Biblia:
1. ¿Qué quiso decir el autor en el
texto?
2. ¿Cómo se aplica el texto a sus
destinatarios originales?
3. ¿De qué manera ese significado es
relevante para nosotros hoy en día?
13. Bibliografía:
GOLDSWORTHY, Graeme. Estrategia divina: Una teología de la salvación. CLIE-Andamio.
España: 2003.
GOLDSWORTHY, Graeme. Evangelio y Reino. Torrentes de Vida. México: 2006.
JOBBINS, B., Peterson, D., Woodhouse, J.; Bolt, P. y Maidment, R., revisores. De la creación a
la nueva creación. Moore Theological College, Dept. of External Studies. Australia: 2007.
JONES, Tomothy Paul, Cronología bíblica. Boradman & Holman español. EUA: 2006.
ROBERTS, Vaughan. El gran panorama divino. Torrentes de vida. México: 2008.
SMITH, LaGard. La Biblia cronológica. Editorial Portavoz. EUA: 2008.