2. I- INTRODUCCIÓN.
La capacidad del individuo, en general, y del futbolista, en particular, para controlar
los procesos mentales durante la competición es una de las claves más importantes para
lograr una actuación eficaz en el juego. Sin duda, cuando hablamos de fútbol, cada vez
se hace más referencia a factores psicológicos como el control mental, la concentración y
atención a la tarea que se está realizando.
El objeto principal de estudio sobre el que se ha centrado este trabajo es el
análisis y reflexión de la incidencia que pueden tener dos variables psicológicas, como la
concentración y la atención sobre el rendimiento en competición de un equipo de fútbol
de carácter profesional.
Con toda seguridad, cualquiera de nosotros no dudaría en afirmar que estos dos
factores son la clave del éxito, incluso relegando a otros factores como la condición física
o las cualidades técnico-tácticas a un segundo plano. No cabe ninguna duda de que un
futbolista puede estar muy bien preparado condicional y tácticamente, pero si no es
capaz de dirigir su atención adecuadamente a las tareas-problema que plantea el juego, y
si no es capaz de mantener esa concentración durante el período de tiempo que dura la
competición, difícilmente podrá obtener todo el rendimiento deportivo que podría llegar a
tener.
Son innumerables las referencias que, en este sentido, hacen los deportistas y
entrenadores y que, a menudo, encontramos en la prensa escrita o en cualquier medio
de comunicación. El 12 de septiembre de 1988, en Le magazine L’Equipe, la tenista
Gabriela Sabatini hacía la siguiente declaración: “Perdí la concentración, luego perdí el
punto, luego el juego y luego el partido”.
El 21 de enero de 2006, Albert Ferrer, jugador de fútbol que militó durante ocho
temporadas en el mítico “Dream Team” del F.C. Barcelona, contestaba a la pregunta:
¿Cuáles pueden ser las claves en estos dos partidos de octavos de final entre Chelsea y
Barcelona?. "La concentración. Los dos equipos son muy fuertes técnicamente y tienen
grandes jugadores. El equipo que muestre más concentración, el que cometa menos
errores y, sobre todo, el que muestre más convicción para ganar será el que se llevará la
eliminatoria y pasará a cuartos de final de la Liga de Campeones”.
Este tipo de manifestaciones, en alusión a la concentración y la atención,
son muy frecuentes en el mundo del fútbol. De hecho, se recurre a este tópico
reiteradamente para justificar ciertos resultados deportivos. Todos hemos oído, y dicho
en alguna ocasión frases como: “no hemos estado atentos a la jugada y...”, “la falta de
concentración al inicio del encuentro ha marcado el desarrollo del partido”, o “perdimos la
concentración a partir del primer gol”. ¿Qué hay de cierto en todo esto?. A pesar de este
tipo de manifestaciones, ¿Debemos asegurar que los partidos se ganan o se pierden a
causa de estos factores?.
3. No debemos olvidar que las referencias previas a grandes competiciones o
partidos importantes en la prensa deportiva, salvo raras excepciones, tienen unas
expectativas basadas en la buena preparación del equipo y en la calidad técnica de los
jugadores. ¿Por qué, entonces, cuándo esas expectativas no se cumplen, la valoración
se transforma, y siempre se acude a estas locuciones para justificar lo ocurrido?. Es
obvio que, por el número de veces que acudimos a estos términos deben resultar de
gran importancia.
La justificación de este trabajo se basa en la inquietud por tratar de dar respuesta
a estas y otras cuestiones. ¿Influye realmente la falta de concentración y atención en la
conducta del jugador?, ¿Son tan decisivas en el desenlace final del partido?, ¿Realidad
o tópico?.
Por otro lado, sabemos que el componente principal de la concentración es la
capacidad de focalizar la atención sobre la tarea que desarrollamos y no distraernos con
estímulos internos o externos irrelevantes. En este trabajo trataremos de averiguar cómo
influyen ciertas variables psicológicas (jugar como local o visitante, jugar con rivales de
inferior o superior nivel, ser suplente o titular, etc.) en la concentración-atención de los
futbolistas, y consecuentemente en su rendimiento en competición.
II- PRESENTACIÓN.
El presente documento corresponde al trabajo teórico-práctico realizado a la
finalización del I Máster Universitario de Preparación Física en Fútbol de la RFEF, en
el año 2006.
En una doble vertiente, teórica y aplicada, se pretende centrar el tema de
estudio e investigación en dos aspectos psicológicos de máxima trascendencia e
interés en el desarrollo de toda actividad deportiva, como son la atención y la
concentración. Desde nuestro punto de vista, estos aspectos no pueden ni deben
aislarse del contexto de juego que, en el caso del fútbol, presenta unas demandas
psicológicas que deben recibir una correcta evaluación y un profundo tratamiento para
tratar de elevar el nivel de rendimiento de los futbolistas hasta el máximo nivel posible,
optimizando, de este modo, su proceso de desarrollo psicológico y su evolución
deportiva.
El esquema seguido para presentar el trabajo presenta, fundamentalmente, dos
partes. En la parte inicial del trabajo se presenta un breve repaso conceptual centrado
en estos dos términos, la atención y la concentración. Seguidamente, se lleva a cabo
una investigación, en un equipo de fútbol profesional de 2ª División B, con el objetivo
de indagar en una serie de cuestiones referentes a estas dos importantes variables
psicológicas para el desarrollo profesional de los futbolistas.
4. Para llevar a cabo dicha investigación, se ha reunido a la plantilla de C.D.Ourense, con
el beneplácito del entrenador, y se les ha explicado el objetivo de dicha investigación.
Durante una serie de partidos de Liga se les han pasado unos cuestionarios, totalmente
anónimos, a aquellos jugadores que de forma voluntaria decidieron participar en dicho
estudio. Se decidió que las respuestas fueran anónimas para conseguir que los
jugadores revelasen con la mayor sinceridad posible aquellas cuestiones que en
condiciones normales no se atreverían a manifestar. No obstante, sería interesante que
las conclusiones a las que llegamos fuesen un punto de partida importante para plantear
un trabajo psicológico con dichos jugadores.
III- MARCO TEÓRICO
Durante la década de los noventa ha habido un acercamiento interesante y
fructífero entre la Psicología y el Fútbol, y ello ha derivado en numerosos estudios y
tratados que han aportado un conocimiento específico, y han permitido extraer
consecuencias prácticas en lo que a la evaluación psicológica se refiere.
Uno de los temas más referidos en la práctica deportiva, relacionado con los
aspectos psicológicos del juego, es el de la atención y la concentración. Ya se ha
comentado, con anterioridad, que es muy frecuente oír, en boca de entrenadores,
periodistas y hasta aficionados que los jugadores no han estado atentos a la jugada, o
que al equipo le ha faltado concentración.
Históricamente, el término atención ha sido definido de distintas maneras. Es un
término latino, “tendere as”, que viene a significar tender hacia, lo que implica una
tendencia o propensión del sujeto a entrar en contacto con algo concreto, sea ese algo
muy particular (concentrado en ello) o más amplio (atento o alerta a lo que ocurre). Por
lo tanto nos referimos a un atributo de la actividad perceptiva del individuo.
Para los estructuralistas como Wundt y Titchener (Pinillos, J.L. 1975, citado en
Balaguer, I, 1994), la atención era definida en términos de “claridad de la conciencia”.
Era considerada como un foco o punto central del mirar psíquico donde la percepción
era clara y distinta, rodeada de un entorno o campo periférico donde las impresiones se
hacían progresivamente más oscuras y difusas.
Williams James (Pinillos, J.L. 1975, citado en Balaguer, I, 1994), sin embargo,
enfatizó el carácter funcionalista de la atención al considerarla como “una actividad
selectiva” regulada por las necesidades del propio organismo.
5. Desde la perspectiva cognitiva del Procesamiento de la Información, la atención se
conceptualiza de dos formas:
•La habilidad para cambiar el foco atencional de una fuente de información a otra,
es decir como una percepción estimular selectiva y dirigida.
•La cantidad de información que un sujeto puede atender en un momento
determinado.
Para Oña (2001), la atención “es la capacidad cognitiva que permite seleccionar la
modalidad de información deseada o requerida en un momento determinado”. Esta
definición implica que la atención sea considerada como una destreza psicológica, una
habilidad susceptible, por lo tanto, de desarrollo y mejora a través del entrenamiento.
Por lo tanto, el control de la atención conlleva dos procesos bien definidos. Por un
lado, hay que focalizar la atención en los aspectos más relevantes de una tarea o
actividad determinada, y por otro lado, hay que evitar distracciones que aparten la
atención de la tarea que estamos realizando.
Desde un punto de vista práctico, los futbolistas deben conocer la existencia de los
distintos estilos atencionales, que pone en conexión los diferentes focos de atención y las
distintas situaciones de ejecución. Cuando hablamos de estilo atencional nos estamos
refiriendo al hecho de que un individuo suele atender a unas cosas y a otras no, o en
unos momentos y en otros no, etc. Esto es importante porque un jugador puede distinguir
y dominar adecuadamente uno de estos estilos, es decir, puede atender adecuadamente
de una u otra forma, pero tener dificultades para dominar los demás.
La teoría del Estilo Atencional ha sido posiblemente la teoría sobre la
atención más utilizada en el terreno deportivo. Esta teoría fue propuesta por Nideffer en
1976. Éste definió cuatro estilos o tipos atencionales, basados en la combinación de dos
dimensiones de la atención: la amplitud y la dirección.
La amplitud hace referencia a la cantidad de información a la que debe prestar
atención el deportista en un momento determinado. Puede ser ancha o amplia, cuando
debe prestar atención a una gran cantidad de estímulos, o estrecha, cuando sólo presta
atención a un número limitado de estímulos.
La dirección hace referencia a que el foco atencional está dirigido hacia
objetos externos, hablamos pues de atención externa, por la que el deportista atiende a
estímulos ambientales (público, adversario, etc.), o por el contrario la atención está
dirigida al interior del propio individuo, hablamos de atención interna, por la que el
deportista atiende a estímulos internos (emociones, ideas, estado físico, etc.).
6. Figura 1: Estilos atencionales propuestos por Nideffer (1976)
La adecuación de las distintas combinaciones atencionales dependerá del
proceso mental que el deportista lleve a cabo en cada momento. Como ya se ha dicho,
la combinación de las dos dimensiones dará lugar a cuatro estilos atencionales bien
diferenciados, que se corresponden a cuatro formas o modos diferentes de focalizar la
atención:
■ Atención “ancha-externa”. Se produce cuando el deportista, en nuestro caso el
futbolista, debe evaluar rápidamente la situación ambiental. Le permite realizar una
lectura rápida de las situaciones imprevistas del juego, valorando la información
proveniente del exterior. Un claro ejemplo de ella puede ser la transición defensa-
contraataque.
■ Atención “ancha-interna”. Este tipo de atención es el requerido para analizar y
planificar mentalmente los esquemas o estrategias a seguir ante una situación
determinada. Nos permite revisar y recuperar de la memoria experiencias pasadas y
tomar decisiones sobre la actuación actual. Por ejemplo, los momentos previos a un
partido, en los que el jugador analiza, personalmente, las sensaciones que tiene para
afrontar el partido (tensión muscular, autoconfianza, seguridad, etc.).
■ Atención “estrecha-externa”. Es la requerida cuando el deportista tiene que
centrarse en el objeto o situación deportiva para dar la respuesta adecuada. Por
ejemplo, cuando el futbolista va a realizar un lanzamiento de falta directo, y fija su
atención en el balón, y en donde lo va a golpear para que lleve la dirección a portería
que él desea.
■ Atención “estrecha-interna”. Se desarrolla cuando el deportista pretende
ensayar mentalmente la ejecución planeada. Viene a ser como un entrenamiento
mental, un ejercicio de visualización o práctica imaginada. Por ejemplo, cuando el
futbolista repasa, mentalmente, las obligaciones tácticas defensivas u ofensivas, de su
puesto, que le ha encomendado su entrenador.
7. Las investigaciones han demostrado que los deportistas tienen diferentes
capacidades para atender de una u otra forma. En situaciones similares o idénticas, un
jugador puede estar atento a los diferentes elementos o estímulos externos, mientras que
otro puede concentrarse más en aspectos personales. En el primer caso, hablaríamos de
un futbolista atento o concentrado en el juego, mientras que en el segundo caso
hablaríamos de un futbolista ensimismado, que no está atento a la evolución del juego.
En cualquier caso, los extremos de los diferentes focos atencionales son poco
adecuados, siendo más conveniente saber cambiar el foco de atención en cada
momento. Como comentan Weinberg y Gould (1995), en el transcurso de un evento es
necesario cambiar el foco atencional.
Por consiguiente, se puede decir que lo ideal sería ajustar el foco de atención a la
situación dada. Según Csikzsentmihaly (1975), los mejores niveles de ejecución se
consiguen cuando los deportistas se sitúan en una zona de energía óptima caracterizada
porque la atención está totalmente dirigida al proceso de ejecución y a nada más. Es
decir, focalizada en los factores realmente relevantes, y alejada de pensamientos
negativos y distracciones que deterioren la ejecución, como comentan Guallar y Pons
(1994).
Para conseguir un estado atencional adecuado es necesario, por tanto, reconocer
y evaluar las capacidades del deportista y descubrir sus problemas en ciertas situaciones,
y de este modo entrenarlo para resolverlos en el futuro.
Bajo el concepto de concentración se encuentran implicados diversos
subfactores cuyas repercusiones en el ámbito del deporte no han sido suficientemente
consideradas. Esto ha generado que se perciba este constructo bajo una dimensión
estática, en la que el margen de mejora es muy escaso y complejo de lograr, pasando a
considerar que depende más de variables de personalidad inmutables, que de factores
que son susceptibles de mejora mediante el entrenamiento (De la Vega et al., 2002; De la
Vega, 2003).
Han sido numerosos los profesionales de la Psicología del Deporte en nuestro país
que se han interesado por la importancia de la concentración y su relación con el
rendimiento deportivo (González, 1996; Buceta, 1998; Olmedilla et al., 2002). Como
señala De la Vega (2003), “la concentración es una de las claves más importantes que se
pueden poner al servicio del deportista para mejorar su rendimiento tanto en la
competición como en los entrenamientos”.
Para algunos autores “estar concentrado es atender exclusivamente a aquello que
me ayuda a ejecutar lo que voy a hacer a continuación” (Pérez, Cruz, Roca, 1995). Otros
autores como Guallar y Pons (2001) se refieren a la concentración como “una habilidad
para dirigir y mantener la atención hacia el aspecto requerido de la tarea que se esté
realizando. Estar concentrado es atender únicamente a aquellos aspectos relevantes de
la actividad deportiva que se realice y no prestar atención a otros estímulos que no son
importantes en esa actividad”.
8. Schmid y Peper, (1991), añaden que los estímulos no significativos pueden
contemplar desde las manifestaciones de los espectadores hasta las provocaciones de
los adversarios. La concentración es una destreza aprendida, de no distraerse ante
estos y otros estímulos irrelevantes o distractores.
Los factores distractores de la concentración se pueden resumir en tres grandes
grupos:
•Los Externos, que hacen referencia a todo lo que ocurre alrededor del deportista
y que puede distraerle y hacerle perder la concentración.
•Los Internos, que hacen referencia a los pensamientos y sentimientos del
deportista que en un momento determinado pueden distraerle de lo que está haciendo.
•Y otro grupo de factores es la dificultad o incapacidad para cambiar el estilo
atencional o forma de atender.
González (1996) define la concentración como “la focalización de toda la atención
en los aspectos relevantes de una tarea, ignorando o eliminando los demás. Lo
específico de la concentración es que se trata de dirigir la totalidad de la atención y no
sólo una parte de ella a la tarea que estamos ejecutando”. Pero para un deportista no
siempre resulta sencillo el hecho de concentrarse en un solo aspecto y olvidarse del
resto, y además mantener esa concentración durante la duración total del encuentro o
prueba.
Podemos afirmar que en la concentración concurren dos aspectos
fundamentales. Por un lado está la capacidad de atender, exclusivamente, a los
estímulos externos pertinentes, y por otro lado está el aspecto temporal, es decir, la
capacidad de mantener niveles óptimos de concentración durante las diferentes fases o
períodos del juego.
Con relación al primer aspecto podríamos poner un claro ejemplo
futbolístico, el lanzamiento de penalti. El jugador debe centrar su foco atencional en el
balón y la portería, y a lo sumo en el portero, puesto que son las variables que influyen
en la acción. Los demás estímulos, factores distractores externos, que pueden
distorsionar su actuación debe dejarlos fuera (el público que le silba y se mueve detrás
de la portería donde va a ejecutar la pena máxima, el adversario o portero que se le
acerca para decirle algo o moverle el balón, etc.).
Respecto al segundo aspecto, es importante distinguir entre estar
concentrado en un momento concreto, y ser capaz de mantener esa concentración
durante un período de tiempo prolongado, generalmente noventa minutos con sus
pausas de inactividad, lo cual resulta fundamental para conseguir el éxito deportivo.
9. Tras lo expuesto, se puede decir que la concentración es una destreza,
susceptible de mejora a través del entrenamiento. Será una labor conjunta del psicólogo
deportivo y del entrenador la de enseñar técnicas y estrategias de control atencional a
los jugadores, para discriminar aquellos estímulos que sean irrelevantes durante el
juego, y dirigir la atención, solamente, hacia los estímulos relevantes de cara al
rendimiento competitivo.
No es pretensión de este estudio analizar las variables que se encuentran
relacionadas con la concentración, ni mucho menos abordar el tema de la dirección que
debe llevar el entrenamiento de la concentración y la atención en el fútbol, por lo que se
deberá abordar en otros trabajos, aunque sí nos atrevemos a decir, que el
entrenamiento de estas capacidades no debe ser ajeno a la realidad del entrenamiento
en el campo del futbolista.
IV- DESARROLLO PRÁCTICO
IV.1. Objetivos.
Como ya se ha señalado en la introducción el objeto de estudio de este trabajo
ha sido llevar a cabo una investigación e indagar en una serie de cuestiones
referentes a dos aspectos muy relevantes en el rendimiento competitivo de los
futbolistas, como son la atención y concentración que muestran en un partido de
fútbol.
Hemos abordado al futbolista en su hábitat natural, el vestuario y el terreno de
juego, su ámbito de actuación habitual, en donde éste se muestra más cómodo y
distendido, con el propósito de captar la espontaneidad de sus emociones y
conductas.
El objetivo estaba claro en este sentido, y entroncando con lo que dice
Mombaerts (1998), “la adaptación táctico-técnica del jugador a la situación de juego
comienza con una gran vigilancia perceptiva y una atención mantenida a las múltiples
informaciones que emanan del juego”.
Precisamente eso era lo que queríamos averiguar, en qué medida influyen en la
preparación y rendimiento de los jugadores cuestiones tan habituales como jugar de
local o visitante, jugar ante rivales de mayor o menor nivel competitivo, ser titular o
suplente, conocer de antemano los resultados de los equipos rivales, los comentarios
previos de prensa, guardar o no silencio en el vestuario antes de los partidos, el
griterío de los aficionados, las decisiones del árbitro, etc.
Pero por otro lado también pudimos averiguar, en qué medida se deterioran las
cualidades perceptivas tras la realización de un gran esfuerzo psicológico y físico, en
el que más adelante entraremos en detalle.
10. IV.2. Muestra.
Participaron en este estudio diez futbolistas (n=10), todos ellos profesionales,
pertenecientes al equipo de fútbol Club Deportivo Ourense S.A.D., militante en la
Segunda División “B” Española, Grupo I, de la Temporada 2005/06.
Como ya se ha dicho en la presentación, estos futbolistas, de distintas edades y
antigüedad en el Club, y tras explicarles nuestras intenciones, se comprometieron a
participar voluntariamente, mientras que otros jugadores prefirieron mantenerse al
margen, a pesar de asegurarles el total anonimato de los cuestionarios.
IV.3. Instrumento y metodología.
Para la realización de dicho estudio se utilizó un cuestionario o registro (ver
anexos) compuesto por una serie de ítems idénticos para todos los partidos,
distribuidos de la siguiente manera:
•24 ítems que deberían contestar en los momentos previos al partido, esto es, en
vestuarios.
•10 ítems que deberían contestar una vez finalizado el encuentro, a la vuelta a
vestuarios.
Pretendíamos que las respuestas no se alejasen demasiado de los momentos
emotivos pre y post-partido, por eso, le entregábamos los cuestionarios y un bolígrafo
tan pronto llegaban al vestuario, para que cubriesen las primeras cuestiones. Una vez
cubiertas, guardaban los cuestionarios en su taquilla, y nada más finalizar el encuentro,
cubrían de nuevo aquellas cuestiones que restaban para finalizar el registro. A medida
que iban finalizando depositaban, personalmente y boca abajo, los cuestionarios en
una carpetilla.
Con los ítems pre-partido tratábamos de abarcar todos los aspectos
relacionados con la preparación psicológica del jugador antes de los partidos: situación
afectiva en el hogar, mayor o menor concentración en los hoteles, influencia del
conocimiento del rival, relaciones interpersonales con los demás jugadores dentro del
vestuario, etc. En definitiva, todos aquellos momentos tensionales previos a un partido.
Con los ítems post-partido tratábamos de identificar si los estímulos externos
durante el mismo, influían, en algún modo, en su capacidad de atención o
concentración, en función de cuestiones diversas como la ventaja o no en el marcador,
los silbidos e insultos del público, el estado del terreno de juego o las decisiones
arbitrales desfavorables.
11. Otro aspecto importante a indicar fue la elección de los partidos que íbamos a
examinar. Se decidió seleccionar seis partidos de la segunda vuelta, en un momento
concreto de una temporada difícil y de una situación angustiosa. El equipo había finalizado
la primera vuelta en puestos de descenso directo a Tercera División. Tras una gran
recuperación anímica y una fenomenal progresión en la clasificación (el equipo se había
situado ocho puntos por encima del puesto de promoción de descenso, y había caído
eliminado en las semifinales de la Copa Federación) queríamos saber cómo podía afectar
dicho desgaste psico-físico a las capacidades atencionales y de concentración, en lo que
restaba de campeonato.
Con el calendario en mano y lo avanzado de la competición, decidimos seleccionar
seis partidos que reunían las siguientes características:
•Tres partidos jugados en casa, y en horarios distintos (2 de mañana y 1 de tarde).
•9 de abril: Ourense 1 – Castillo 0 (12:00 h.)
•23 de abril: Ourense 0 – San Isidro 1 (12:00 h.)
•7 de mayo: Ourense 1 – Celta B 3 (17:00 h.)
•Tres partidos jugados fuera, y en horarios distintos (2 de mañana y 1 de tarde).
•16 de abril: Vecindario 1 – Ourense 1 (11:30 h.)
•30 de abril: Sanse 3 – Ourense 0 (12:30 h.)
•14 de mayo: Negreira 1 – Ourense 1 (17:30 h.)
La elección de los partidos como locatario y visitante tenía como objetivo averiguar
si, de alguna manera, la concentración de los futbolistas previa a los partidos fluctuaba en
mayor o menor medida. Con el factor horario también queríamos comprobar si la
capacidad de atención-concentración de los jugadores es igual, mayor o menor jugando
de mañana o de tarde.
12. IV.4. Resultados y discusión.
Tras concluir el trabajo de campo, y analizar todos los registros, se han elaborado
unas tablas de conclusiones que se muestran a continuación. Las planillas de cuestionario
cubiertas por los jugadores aparecen en los anexos. La documentación se presenta en el
siguiente orden:
1º) PARTIDOS JUGADOS COMO LOCAL (horario de mañana)
* Tabla de registros.
* Valoración conjunta de los dos partidos (20 jugadores, n=20).
2º) PARTIDO JUGADO COMO LOCAL (horario de tarde)
* Tabla de registros.
* Valoración (10 jugadores, n=10; registro post-partido: 9 jugadores).
3º) PARTIDOS JUGADOS COMO VISITANTE (horario de mañana)
* Tabla de registros.
* Valoración conjunta de los dos partidos (20 jugadores, n=20).
4º) PARTIDO JUGADO COMO VISITANTE (horario de tarde)
* Tabla de registros.
* Valoración (10 jugadores, n=20; registro post-partido: 9 jugadores).
1º) PARTIDOS JUGADOS COMO LOCAL (horario de mañana).
* Tabla de registros: 10 jugadores por partido (2 partidos, n=20).
Cuestiones pre-partido
14. Cuestiones post-partido
ÍTEMS RESULTADOS
SI MUCHO BASTANTE UN POCO NO
1 8 3 2 1 6
2 2 2 4 2 10
3 20
4 1 19
5 2 18
6 2 2 3 13
7 1 1 5 13
8 1 1 3 6 9
9 1 1 2 5 11
10 15 2 1 1 1
15. -ÍTEMS PRE-PARTIDO:
Ítem 1: Un porcentaje elevado de jugadores, el 65%, afirman estar tranquilos a la
hora de jugar el partido, frente a un 35% que manifiestan nerviosismo.
Ítem 2: El 75% de los jugadores afirma seguir las mismas rutinas de preparación
en las horas previas a un partido.
Ítems 3 y 4: Además, la mayoría de los jugadores se concentran mejor en casa
que en el hotel, el 70% frente al 45%.
Ítems 5 y 6: Afirman que el hecho de jugar como locatario o visitante no influye
demasiado en sus niveles de concentración.
Ítems 7 a 10: Su concentración tampoco parece estar influenciada por el rival, ya
que afirman que su concentración ante cada adversario es similar.
Ítems 11 y 12: Lo que sí varía su atención con relación a las consignas del
entrenador es el hecho de ser titular, el 85% está más atento, frente al 40% que está
igual de atento aún siendo suplente.
Ítems 13 y 14: La concentración también se ve modificada por el hecho de ser
titular o suplente, ya que esta es muy superior si se sabe titular. El 80% afirma no estar
concentrado si es suplente.
Ítems 15 y 16: Lo que no parece afectar a su capacidad de atención y
concentración es el hecho de conocer los resultados previos de sus adversarios ni los
comentarios de prensa, aunque estos últimos molestan un poco al 45%.
Ítems 17 y 18: En cuanto al hecho de hacer bromas en el vestuario momentos
previos al inicio del encuentro, no parece que haya unanimidad, aunque no parece
gustarles demasiado ni hacerlas ni que se las hagan.
Ítem 19: El 75% afirman que no es importante que haya silencio en el vestuario,
que ello no modifica su concentración.
Ítems 20 y 21: El 70% de los jugadores dicen que las consignas previas del
entrenador le ayudan a concentrarse.
Ítem 22: En cuanto al uso de estrategias psicológicas para concentrarse, el 50%
afirma utilizarlas.
Ítem 23: El 90% afirma seguir las mismas rutinas de concentración en esos
momentos.
Ítem 24: Con relación a la climatología el día del partido, el 70% afirma que no
afecta a su concentración.
* Valoración conjunta de los dos partidos (20 jugadores, n=20).
16. -ÍTEMS POST-PARTIDO:
Ítem 1: El 65% de los jugadores afirma que el resultado favorable del marcador le
ayuda a mantenerse concentrado.
Ítem 2: El 60% afirma que el resultado adverso no afecta a su concentración.
Ítems 3 y 4: Lo que no parece afectar a su atención, prácticamente en un 100%,
son factores externos como los silbidos de los espectadores ni vallas publicitarias.
Ítem 5: Las instrucciones del entrenador durante el juego, ayuda al 90% de los
jugadores a seguir concentrados.
Ítem 6: El 65% afirma que el hecho de cometer fallos técnico-tácticos puntuales no
les hace perder su concentración.
Ítem 7: El 90% asegura que a medida que avanza el partido siguen manteniendo la
concentración.
Ítem 8: El estado del terreno de juego, para el 75% no es motivo para perder la
concentración.
Ítem 9: Tampoco lo son, para el 80%, las decisiones arbitrales desfavorables.
Ítem 10: El 85% dice distinguir, durante el juego, lo que es importante de lo que es
irrelevante.
19. * Valoración del partido.
- ÍTEMS PRE-PARTIDO:
Ítem 1: El 60% está tranquilo antes de jugar el partido, un 20% bastante y un 20%
poco o nada tranquilo.
Ítem 2: El 70% de los jugadores afirma seguir las mismas rutinas de preparación
en las horas previas a un partido.
Ítems 3 y 4: El 80% se concentra mejor estando en su casa, frente al 50% que lo
hace en el hotel.
Ítems 5 y 6: Un 70% manifiestan estar más concentrados cuando juegan en
campo propio que en campo rival.
Ítems 7 a 10: Independientemente del rival, la concentración ante cada equipo es
similar.
Ítems 11 y 12: El 80% manifiesta estar más atento si es titular y solo el 20% está
igual de atento si es suplente.
Ítems 13 y 14: La concentración ante el partido es muy superior si se sabe titular
que si no lo es.
Ítems 15 y 16: Prácticamente a todos, los resultados de otros equipos así como
los comentarios de la prensa deportiva, no les afectan.
Ítems 17 y 18: Al 60% les gusta hacer y que les hagan bromas, al 40% restante
poco o nada.
Ítems 19: El 70% no considera imprescindible que haya silencio en el vestuario
para concentrarse.
Ítems 20 y 21: El 80% cree que las instrucciones del entrenador, previas al
partido, les ayudan a concentrarse.
Ítem 22: El 60% afirma utilizar estrategias psicológicas para concentrarse, frente
al 40% que no.
Ítem 23: El 90% utiliza las mismas rutinas para concentrarse.
Ítem 24: El 80% manifiesta que la climatología le afecta poco o nada para
concentrarse.
20. - ÍTEMS POST-PARTIDO:
Ítem 1: Todos afirman que el resultado favorable del partido les ayudó a
mantenerse concentrados.
Ítem 2: El 60% dice que el resultado adverso si afectó a su concentración (se
acabó perdiendo 1 a 3).
Ítems 3 y 4: Las vallas publicitarias y silbidos de los espectadores no alteraron su
atención.
Ítem 5: Las instrucciones del entrenador, ayudaron a la mayoría a mantener la
concentración.
Ítem 6: El 65% manifiestan no haber perdido la concentración cuando han
cometido fallos.
Ítem 7: El 90% piensa que según avanzaba el partido, seguían concentrados.
Ítem 8: El estado del terreno de juego para el 75% no es motivo para perder la
concentración.
Ítem 9: Para el 70% las decisiones desfavorables arbitrales, poco o nada han
alterado su concentración.
Ítem 10: El 88% cree haber sabido distinguir lo importante de lo accesorio durante
todo el partido.
22. Cuestiones post-partido
ÍTEMS RESULTADOS
SI MUCHO BASTANTE UN POCO NO
1 8 2 2 8
2 3 3 3 12
3 20
4 20
5 1 1 18
6 1 5 14
7 1 2 17
8 1 1 1 4 13
9 1 1 6 12
10 9 2 6 3
* Valoración conjunta de los dos partidos (20 jugadores, n=20).
- ÍTEMS PRE-PARTIDO:
Ítem 1: El 65% están tranquilos antes de jugar el partido y el otro 35%, bastante,
poco o nada tranquilos.
Ítem 2: El 75% hace lo mismo de siempre el día del partido.
Ítems 3 y 4: El 70% se concentra mejor estando en su casa, frente al 45% que lo
hace en el hotel.
Ítems 5 y 6: La mayoría manifiestan que jugar en casa les ayuda a concentrarse.
Ítem 7 a 10: El 80% manifiesta que su concentración no depende del rival.
Ítems 11 y 12: El 80% manifiesta estar más atento si es titular y sólo el 20% está
igual de atento si es suplente.
Ítems 13 y 14: La concentración ante el partido es muy superior si se sabe titular
que si no lo es.
Ítems 15 y 16: Prácticamente a todos, los resultados de otros equipos así como los
comentarios de la prensa deportiva, no les afectan.
Ítems 17 y 18: La mayor parte de los jugadores no suelen hacer bromas aunque sí
les gusta que se las hagan.
Ítems 19: El 70% no considera imprescindible que haya silencio en el vestuario para
concentrarse.
Ítems 20 y 21: El 70% cree que las instrucciones del entrenador previas al partido
les ayudan a concentrarse.
Ítem 22: El 65% afirma utilizar estrategias psicológicas para concentrarse.
Ítem 23: El 85% utiliza las mismas rutinas para concentrarse.
Ítem 24: El 70% manifiesta que la climatología le afecta poco o nada para
concentrarse.
23. - ÍTEMS POST-PARTIDO:
Ítem 1: El 50% afirma que el resultado favorable del partido le ayudó a mantenerse
concentrado.
Ítem 2: El 60% dice que poco o nada afectó a su concentración el resultado
adverso.
Ítems 3 y 4: Las vallas publicitarias, silbidos y chillidos de los espectadores no
alteraron para nada su atención.
Ítem 5: Las instrucciones del entrenador, para el 90% los mantuvo concentrados.
Ítem 6: El 95% manifiesta no haber perdido la concentración cuando ha cometido
fallos.
Ítem 7: El 90% piensa que según avanzaba el partido seguían concentrados.
Ítem 8: El estado del terreno de juego, para el 85%, no le perjudicó en su
concentración.
Ítem 9: Para el 90% las decisiones desfavorables arbitrales no han alterado su
concentración.
Ítem 10: El 85% cree saber distinguir lo importante de lo accesorio durante todo el
partido.
25. Cuestiones post-partido
ÍTEMS RESULTADOS
SI MUCHO BASTANTE UN POCO NO
1 5 1 1 2
2 1 1 2 5
3 1 8
4 1 1 7
5 1 8
6 4 5
7 2 7
8 1 1 7
9 1 2 6
10 4 2 1 2
•Valoración del partido.
- ÍTEMS PRE-PARTIDO:
Ítem 1: Todos manifiestan estar tranquilos antes de jugar el partido en campo
rival.
Ítem 2: El 70% hace siempre las mismas cosas cuando juegan a domicilio.
Ítems 3 y 4: El 80% se concentra mejor estando en su casa, en el hotel varia: el
50% lo consigue y el otro 50% le cuesta un poco.
Ítems 5 y 6: Un 70% manifiestan estar más concentrados cuando juegan en
campo propio que en campo rival.
Ítem 7 a 10: Un 70% manifiesta que su concentración no depende del rival.
Ítems 11 y 12: El 80% manifiesta estar más atento si es titular y sólo el 20% está
igual de atento si es suplente.
Ítems 13 y 14: La concentración ante el partido es muy superior si se sabe titular
que si no lo es.
Ítems 15 y 16: Los resultados de los adversarios y las notas de prensan no les
afectan.
Ítems 17 y 18: Al 70% no les gusta hacer bromas, pero no les molesta que se las
hagan.
Ítem 19: El 70% no necesita silencio en el vestuario para concentrarse.
Ítems 20 y 21: El 40% piensa que las instrucciones del entrenador sí les ayuda a
concentrarse, frente al 60% que piensan que poco o nada.
Ítem 22: El 60% afirma utilizar estrategias psicológicas para concentrarse, frente
al 40% que no.
Ítem 23: El 80% utiliza las mismas rutinas para concentrarse.
Ítem 24: El 80% manifiesta que la climatología le afecta poco o nada para
concentrarse y el 20% cree que bastante.
26. - ÍTEMS POST-PARTIDO:
Ítem 1: El 66% considera que el resultado favorable les ayudó a concentrarse
frente al 33% que opina que no les influyó.
Ítem 2: El 77% dice que el resultado adverso no afectó a su concentración.
Ítems 3 y 4: Las vallas publicitarias, silbidos y chillidos de los espectadores no
alteraron su atención.
Ítem 5: Las instrucciones del entrenador ayudaron a la mayoría a mantener la
concentración.
Ítem 6: El 44% manifiesta haber perdido un poco la concentración después de
un fallo.
Ítem 7: El 90% piensa que según avanzaba el partido seguían concentrados.
Ítem 8: El estado del terreno de juego, para el 75%, no influyó en su
concentración.
Ítem 9: Las decisiones desfavorables del árbitro afectaron del siguiente modo:
un 66% responde que nada, un 22% que un poco y un 12% que bastante.
Ítem 10: El 66% cree haber sabido distinguir lo importante durante el encuentro,
y un 22% no lo ha tenido claro.
27. Cualquiera que sea el objetivo de una sesión de entrenamiento, el papel de la
atención y la concentración tiene una gran trascendencia, pero su importancia en el
desarrollo del juego en un partido de competición nos parece fundamental, y hasta
diríamos determinante en el resultado final, pues es muy importante que los futbolistas
se centren en todas las demandas específicas del juego para ofender y contrarrestar
al adversario con previsión de éxito.
Por lo tanto, como asegura Buceta, J. (2000) “...el papel de la atención adquiere
una trascendencia enorme en la competición, por su influencia decisiva en el
rendimiento”. “En las horas anteriores, la atención apropiada puede contribuir a que el
deportista descanse y prepare convenientemente su participación. En los momentos
previos, puede ayudar a regular el nivel de activación y a que el deportista ultime los
detalles de su actuación. Ya en la competición, en los momentos de participación
activa, es un elemento clave para que el deportista rinda, y en los períodos de pausa
su aportación resulta determinante para el rendimiento posterior”.
Existen infinidad de “tópicos” en el fútbol relacionados con estas dos variables
psicológicas a las que todos los autores consideran claves para el rendimiento óptimo
del deportista.
En el interés por conocer y averiguar que aspectos relacionados con
estos factores psicológicos influyen en el rendimiento de los futbolistas, hemos
extraído algunas ideas del estudio que pueden ayudarnos a aclarar dónde está el
“tópico” y hasta dónde llega la realidad del fútbol. A continuación exponemos las
conclusiones más relevantes que hemos obtenido:
■ Parece claro que la mayoría de los jugadores profesionales que salen a un
terreno de juego no presentan síntomas de nerviosismo ante tal situación.
Aproximadamente, el 65% afronta cada partido con aparentes muestras de
tranquilidad, circunstancia que puede ser debida a la confianza que depositan en su
preparación y experiencia. Además, prácticamente todos llevan a cabo las mismas
rutinas horas antes del partido, en lo referente a actividades tan variadas como dormir
las mismas horas, desayunar y comer lo mismo, pasear o leer la prensa. Podemos
afirmar que los futbolistas son verdaderos “animales” de costumbres, que utilizan las
mismas estrategias preparativas pre-competitivas.
■ Con relación a las famosas concentraciones en los hoteles que utilizan los
entrenadores para preparar los partidos, parece no ser una estrategia psicológica muy
eficaz, ya que los jugadores, en un elevado porcentaje (70%-80%), manifiestan
concentrarse mejor en casa, en su entorno diario. Este dato debe hacer reflexionar a
los entrenadores sobre esta práctica tan recurrida en el fútbol profesional.
IV.5. Conclusiones.
28. ■ Otro aspecto significativo que puede explicar el hecho de sacar mejores resultados
cuando se juega como locatario es que los jugadores manifiestan estar más
concentrados. Puede ser que jugar ante su público les exija o les ayude a meterse
más en el partido.
■ Lo que parece no debemos cuestionar, como tantas y tantas veces hacen los medios de
comunicación, es su profesionalidad a la hora de jugar frente a un adversario u otro.
Independientemente del nivel del rival (superior o inferior), los jugadores afirman afrontar el
encuentro con la misma concentración, al menos en los momentos previos. En cambio sí
debemos reprocharles el hecho de que el 80%-85% de los futbolistas esté más atento a las
consignas del entrenador si resulta ser titular. Esto explica, en cierto modo, que la
desmotivación inicial del jugador suplente le lleve a meterse tarde en el partido y a no
encontrarse cómodo, en contra de lo que se opina muchas veces de que entran a jugar con
falta de ritmo.
■ Otro aspecto que siempre genera controversias entre los entrenadores y jugadores es el
hecho de conocer los resultados de los adversarios directos antes de jugar el partido. Esto es,
el “saber qué han hecho los demás”. Unos necesitan saberlo, otros prefieren evitar la presión
que supone saberlo. En este sentido podemos decir que existe casi unanimidad entre todos
los jugadores. Queda claro que no afecta para nada a su concentración saber si sus rivales han
ganado o perdido. Como se dice generalmente: “...hay que ir partido a partido”, y “nosotros
tenemos que ganar el nuestro, lo que hagan los demás...”. Lo mismo ocurre con los
comentarios periodísticos. Los jugadores afirman no sentirse influenciados por estos, y mucho
menos que afecten a su capacidad de concentración para el partido.
■ Dentro del vestuario, momentos antes del partido, hay tantas formas diversas de actuar
como individuos se encuentran en él. Es una práctica habitual que cada jugador tenga su
propia rutina preparativa, como un ritual mágico-religioso. De hecho, el 85% de los jugadores
afirma seguir siempre la misma rutina, y el 60% dice suele utilizar estrategias psicológicas para
concentrarse. Sería interesante saber si estas estrategias son aprendidas o totalmente
improvisadas; en todo caso es un dato importante a destacar. En lo referente a este
momento, casi el 75% de los jugadores no considera imprescindible que haya silencio, de
hecho son muchos los equipos que optan por poner música, lo que sin duda alguna debe
ayudar a liberar esa pequeña angustia pre-competitiva que origina la situación. En lo referente
a las bromas no suelen ser partidarios de hacerlas, consideran que no es un buen momento
para ello, ya que hay que tratar de no perder la concentración en la rutina, aunque
paradójicamente aceptan de buen grado el hecho de recibirlas.
29. ■ En cuanto a las instrucciones y consignas del entrenador en los minutos previos
al partido, un porcentaje muy elevado de jugadores asegura que éstas le ayudan a
concentrarse, de ahí que sea un buen momento, por su receptividad, para repasar la
táctica y estrategias a seguir y motivarles de manera especial.
■ Todos sabemos que noventa minutos de juego dan para mucho, y a lo largo de
todo ese tiempo se suceden diferentes estados de ánimo, ocasionados, en cierto modo,
por la variabilidad del marcador. El 70% de los futbolistas afirmó que el hecho de ir por
delante en el marcador fue beneficioso para mantener su concentración en el juego.
Asimismo, asegura un 65% que el hecho de ir perdiendo tampoco les afecta. Hay un
dato de nuestro estudio que nos gustaría reflejar, y es que en contra de lo que
manifiestan, en el partido de rivalidad gallega (derby) jugado en casa, por la tarde (con
más público del habitual) y que acabó con derrota por uno a tres, el 60% de los
jugadores aseguró sentirse afectado por el marcador adverso, y que por momentos
perdieron la concentración. En cuanto a factores distractores externos, como público o
los propios elementos del Estadio, los jugadores aseguran no sentirse influenciados o
afectados.
■ Las instrucciones del entrenador durante el juego siguen siendo para los
jugadores un refuerzo positivo muy importante. Casi todos aseguran que éstas les
ayudan a mantener la concentración. Esto nos debe llevar a replantear la actuación de
ciertos entrenadores, sobre todo en el fútbol de formación, que es donde nacen estos
vicios. ¿Deben actuar los deportistas como jugadores de futbolín, manipulados en todo
momento por las órdenes del míster?, o por el contrario, ¿deben tener una mayor
autonomía sobre el terreno de juego, percibiendo y analizando por sí mismos?.
■ “Errare humanun est”. Nadie es infalible, y en ocasiones el error trae graves
consecuencias. A pesar de ello, un elevado porcentaje de jugadores, el 75%, manifiesta
no perder la concentración tras cometer un fallo técnico-táctico. A buen seguro, que el
error o fue subsanable o no fue determinante. En contra de lo que se dice en ocasiones
con relación al cansancio y su posible influencia en la capacidad de atención y
concentración, el 90% de los jugadores manifestó que a medida que transcurría el
partido no perdían la concentración. Por otro lado, en múltiples ocasiones se achaca a
las decisiones arbitrales desfavorables la culpa de un resultado adverso. Los jugadores,
en este sentido, afirman en un 76% no sentirse afectados por las decisiones del árbitro,
y que éstas no alteran para nada su concentración en el juego. Debemos decir que esas
reacciones irracionales que, en ocasiones, comenten los jugadores posiblemente
correspondan al 24% restante.
■ Por último, ocho de cada diez jugadores confirma que es capaz de distinguir,
durante el juego, aquellos estímulos que son verdaderamente importantes para el
desarrollo del partido, de los que son accesorios o completamente irrelevantes, por lo
que podemos concluir diciendo que, mayoritariamente, los jugadores de fútbol aseguran
tener una buena y eficaz capacidad de atención y concentración. Otra cosa bien distinta
es lo que opinen los entrenadores y psicólogos deportivos.
30. V- BIBLIOGRAFÍA.
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