El documento describe una secuencia didáctica en la que los estudiantes aprenden sobre recetas, elaboran recetas típicas de diferentes países representados en el aula como Rumanía, Marruecos, Argentina y España, y crean un libro de recetas colectivo que se añade a la biblioteca del aula. El proceso les permite desarrollar habilidades lingüísticas, de colaboración y apreciación de la diversidad cultural, a la vez que se aproximan al lenguaje escrito de forma funcional.