2. ARQUITECTURA RUPESTRE
Arquitectura rupestre es una modalidad de la arquitectura que consiste en
crear edificios por el procedimiento de esculpir las rocas, peñascos y
acantilados naturales. Es este un fenómeno que se dio en todo el mundo
antiguo y que perduró hasta bien entrada la Edad Media dejándo múltiples
manifestaciones en Europa, Asia y África.
Cuando se habla de arte rupestre, en general, se hace referencia a las
pinturas y grabados realizados en la Prehistoria en algunas rocas y
cavernas. Pero aquí nos vamos a remitir a la acepción más genérica de la
palabra rupestre derivada del latín rupes, roca, – perteneciente o relativo a
las rocas – para extender el concepto a las creaciones arquitectónicas y
escultóricas que el hombre ha producido desde la antigüedad por el arduo
procedimiento de moldear la naturaleza haciendo de las montañas su
materia de trabajo.
3. La arquitectura rupestre surge, por norma general, en aquellas zonas
donde abunda la piedra blanda, como la toba volcánica, la piedra arenisca
o también la piedra caliza o basáltica.
Está íntimamente emparentada con aquellas arquitecturas producidas por
sustracción en contraposición a las arquitecturas creadas por acumulación
o construidas, motivo por el cual no es infrecuente ver este término
asociado a las llamadas arquitecturas excavadas, de cavidades o
troglodíticas.
En la arquitectura rupestre los edificios son monolíticos. Forman una
unidad con la masa del bloque pétreo donde se han excavado. Y eso
incluye a todos los elementos estructurales y decorativos que configuran
sus exteriores e interiores. Suelos, techos, fachadas, pilares, paredes, todo
es uno. Un solo y único monolito que forma parte de la mole montañosa
donde está esculpido, que se imbrica y se hace uno con la naturaleza.
5. En la Península Ibérica las más antiguas realizaciones arquitectónicas y
urbanísticas rupestres se remontan a la antigüedad prerromana. Subsisten
varios yacimientos
con ilustrativos vestigios de este tipo de arquitectura llevada a cabo por
tribus celtibéricas asentadas en la meseta castellana, como es el caso de
los vetones en el castro de Ulaca (Ávila), los arévacos en Tiermes (Soria) y
los pelendones en Contrebia Leucade (La Rioja).
En el oppidum arévaco de Tiermes las técnicas de construcción rupestre se
aplicaron a las mismas viviendas y a otros elementos urbanísticos como
calles, escalinatas, graderíos y acueductos.
En Contrebia Leucade existen calles enteras de viviendas rupestres y semi-
rupestres, dotadas de aljibes y canales de agua tallados en la misma roca, y
un grandioso foso defensivo excavado en la roca madre sobre la que se
levanta la muralla.
9. Tiermes (Soria). Ruinas de una importante ciudad celtíbera.
La ciudad celtíbera era
en su mayor parte de
carácter rupestre, es
decir, con cimientos,
viviendas, calles,
rampas, escalinatas y
canalizaciones talladas
en la roca madre.
Se asentaba a distintos
niveles sobre una gran
plataforma de piedra
arenisca que dominaba
la llanura, reservando su
zona más elevada para
una acrópolis con
función militar.
Tiermes
11. Tiermes disponía de
elaborados sistemas de
provisión y canalización
de aguas, como lo
atestigua el acueducto
que recorre a media
ladera el perímetro del
promontorio, con largos
tramos excavados en la
roca.
Las aguas para su
abastecimiento
provendrían de las
fuentes altas del río
Pedro, situadas a 1.300
m de altura en la sierra
de Pela.
12. La distribución de las
viviendas en la
acrópolis y en el
burgo estaba muy
condicionada por el
escalonamiento y las
irregularidades de la
superficie rocosa del
promontorio.
Muchas de las
viviendas rupestres
quedaron absorbidas
por la muralla que se
construyó en la época
imperial.
13. Tiermes aparece con
frecuencia mencionada
en textos de historiadores
clásicos grecolatinos
(Apiano, Diodoro, Tácito,
Plinio...) referentes a las
Guerras Celtibéricas,
siendo descrita como
un oppidum arévaco no
sometido a Roma y que
estaba estrechamente
relacionado con
Numancia, el
principal oppidum de los
seis que tenían los
arévacos (grupo étnico
celtíbero) en sus
territorios.
14. Las viviendas de Tiermes
estaban por lo general
constituidas por dos
plantas, con una gran
cámara cuadrangular
cavada en la roca en
planta baja.
Las armas, utensilios y
fragmentos de cerámica
hallados por los
arqueólogos entre los
escombros de estas
moradas han sido datados
entre finales del siglo IV a.
C. y el año 97 a. C. En
esta fecha se produjo la
caída de Tiermes.
17. Tiermes desempeñó junto
con Numancia un papel
importante en las tres
Guerras Celtibéricas que
a lo largo del siglo II a. C.
enfrentaron a las milicias
de la república de Roma
con los indígenas
celtíberos de Hispania
que se resistían a ser
conquistados y que, tras
la caída de Numancia en
133 a. C., concluyeron
con la incorporación de
Celtiberia a los territorios
de la Hispania romana.
18. Los habitantes de Tiermes
repelieron con éxito sucesivos
ataques de los ejércitos
romanos, como los llevados a
cabo por Quinto Cecilio Metelo
en 142 a. C. y por su sucesor
Quinto Pompeyo Aulo en 141 a.
C. hasta que sucumbió al
asalto del procónsul Tito Didio
en 97 a. C. que, tras arrasar la
ciudad, impuso a los
termesinos desalojar la
acrópolis y establecerse en el
llano, con la obligación de no
fortificarse.
Viviendas rupestres
19. Pasillo de acceso.
A partir de la conquista
romana Tiermes fue
sometida a pagar tributos, y
se inició un proceso de
romanización de sus
habitantes.
La ciudad experimentó una
importante reordenación
urbana, construyéndose un
templo dedicado a Mercurio y
otros monumentos públicos.
20. Pasillo de acceso.
Ya en la época del imperio
romano, en tiempos de
Tiberio (14-37 d. C.), la
romanización de Tiermes
había sido tan completa que
recibió el rango
de municipium y se le
concedió el estatus de
ciudadanía romana.
Su momento de máximo
esplendor se produjo entre
los siglos I y II d. C.
21. Algunas de las estancias rupestres de Tiermes estaban destinadas a cuerpos
de guardia, como las que flanquean la llamada “puerta del Sol”, situada al
sudeste.
23. Las hileras de mechinales (huecos para empotrar vigas) revelan que hubo
edificios construidos apoyados en la pared rocosa vertical.
24. YACIMIENTO DE CONTREBIA LEUCADE.
Contrebia Leucade es el nombre dado a una ciudad de origen celtibérico cuya historia se remonta hasta
la primera Edad del Hierro. Sus ruinas se han preservado hasta el presente en relativo buen estado. Su
ubicación geográfica está al sureste de La Rioja, España, en el término municipal de Aguilar del Río
Alhama.
25. Las ruinas de la antigua
ciudad celtibérica llamada
Contrebia Leucade
constituyen uno de los
yacimientos arqueológicos
más importantes de la Rioja,
en el que la arquitectura y el
urbanismo de carácter
rupestre desempeñan un
papel muy significativo.
Se hallan en un despoblado
a orillas del río Alhama, no
lejos del pueblo de
Inestrillas.
26. Contrebia Leucade (La Rioja). Muralla y foso rupestre.
El accidentado relieve de
este paraje favoreció su
elección para construir
un oppidum o poblado
fortificado, que se levantaba
sobre dos montes
separados por una
vaguada.
27. Estancia rupestre asomada al precipicio.
Gran parte del perímetro
del oppidum estaba
protegido por escarpados
acantilados de gran altura
que caían en picado sobre
la ribera del río, lo que
facilitaba la defensa del
lugar frente a posibles
enemigos. El resto estaba
defendido con murallas y
fosos.
El lugar era muy
estratégico pues estaba
situado en el corredor de
comunicación entre el
valle del Ebro y la meseta
castellana.
28. Ruinas de Contrebia Leucade. Calle con viviendas y canalizaciones
rupestres.
Aparte de las murallas, las
partes mejor conservadas
son precisamente las
estructuras que se
edificaron con técnica
rupestre. Las realizadas en
sillar o madera
prácticamente han
desaparecido.
Así se pueden ver varias
calles escalonadas en
terrazas, cuyas viviendas,
excavadas en la roca como
cuevas, están separadas
por un delgado muro.
29. Viviendas rupestres.
Los componentes
rupestres de estas
viviendas, que tenían
estancias anexas de sillar,
madera y tejas, se
distribuyen por lo general
en dos cámaras
rectangulares, una
haciendo de vestíbulo y la
otra socavada en lo más
profundo de la roca,
comunicadas por una
puerta.
30. En la Edad de Hierro ya
había asentamientos
humanos de origen celta en
el promontorio más
occidental de Contrebia
Leucade. Fue en la época
celtibérica cuando un pueblo
conocido como pelendones
amplió el asentamiento
construyendo y tallando en
la roca
el oppidum fortificado.
Hacia el 300 a. C. se
instalaron en el lugar nuevos
grupos de población
celtíbera, esta vez
arévacos.
31. Durante el siglo II a. C.,
Contrebia Leucade, que
tenía fama de ser una
ciudad inexpugnable,
tomó parte activa en las
Guerras Celtibéricas
hasta que sucumbió, no
sin oponer tenaz
resistencia, a los ejércitos
de la Roma republicana.
Tras conquistarla, los
romanos ocuparon la
ciudad, la reurbanizaron y
la reforzaron con una
gran muralla jalonada de
torreones para sustituir la
muralla celtibérica, que
había sido destruida.
33. El escritor latino Tito
Livio menciona las
ciudad de Contrebia
Leucade al narrar las
guerras civiles entre
Sertorio y Sila durante
el siglo I a. C.
conocidas como
Guerras Sertorianas.
En el siglo VII se
instalaron en la urbe
pobladores de origen
visigodo.
En el siglo IX, tras dos
mil años de historia,
Contrebia Leucade fue
abandonada.
36. Canalización rupestre.
La mayoría de las
viviendas disponía de
aljibes y pequeñas
cisternas ahuecadas en
el suelo para recoger el
agua de lluvia. En las
calzadas de las calles se
aprecian ranuras y
canaletas que
descienden por la
pendiente de la roca y
servirían como sistema
de desagüe.
37. Foso rupestre y muralla.
Contrebia Leucade disponía
de un doble sistema de
defensas amuralladas, con
una muralla externa a pie de
valle y una interna que
protegía la parte alta de la
ciudad.
Esta última muralla es en
parte rupestre. Sus lienzos
superiores están construidos
en sillería, pero la parte baja
está tallada a pico para crear
un muro vertical de roca y al
mismo tiempo excavar en el
suelo un enorme foso de 700
m de largo, de 7 a 9 m de
ancho y 8 m de profundidad
que circundaba todo su
perímetro de la ciudad.
38. Foso rupestre y muralla.
Este impresionante foso, el
más grande que existe de la
época celtibérica, no es
horizontal, sino que
asciende por una ladera de
la colina, la rodea por su
parte más elevada, y
desciende en fuerte
pendiente por la ladera
opuesta.
39. “CIUDADES CELTÍBERAS RUPESTRES” es una presentación sin
ánimo de lucro. Solo tiene una finalidad educativa y cultural.
TEXTOS Y FOTOGRAFÍA: Cortesía de FotoAleph. Mi agradecimiento a sus
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a quienes pertenece el copyright de las mismas.
MÚSICA: Adam Hurst. “Ritual”.
REALIZACIÓN: Emilio Fernández
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Noviembre 2015