PP_Comunicacion en Salud: Objetivación de signos y síntomas
LamodaañOs40a70definitivo2004 06
1. Escuela de Enseñanza Media N° 376 “Joaquín Dopazo”
Taller de la Memoria
La moda en décadas
de cambio
Coordinadoras:
Profesoras Elena Sierra y Luciana Cabrera
Alumnas:
Florencia Carlachiani
Cecilia Loro
Gisela Pairola
Eliana Valinotti
Julieta Vallone
Año 2004
2. Prólogo
En el Taller de la Memoria, en el presente año, nos propusimos conocer la
evolución de la moda en décadas de profundos cambios sociales.
Pretendíamos aproximarnos a la mujer característica de los años 50, 60 y 70,
concientes de que, junto a las transformaciones sociales, fue apareciendo un tipo
diferente de mujer. La moda, como medio de expresión y comunicación, manifestó en
cada período esos cambios. También observábamos que en muchos de los modelos
actuales hay un retorno a los diseños de esas décadas.
Nuestro principal auxiliar en este trabajo fue el Archivo Histórico Municipal,
fuente de consulta y obtención de imágenes. Esta información fue completada con
bibliografía referida a la temática.
Por otra parte, obtuvimos el valioso testimonio de algunas mujeres que vivieron
su juventud en esas épocas y nos narraron sus vivencias.
Esta investigación fue presentada a la comunidad escolar mediante un desfile de
moda, realizado con prendas que nos facilitaron nuestras informantes, y del que
incluimos, al final del trabajo, testimonios fotográficos.
Queremos expresar nuestro agradecimiento a todos los que hicieron posible la
concreción de este proyecto, en especial a aquellas mujeres elegantes que compartieron
con nosotras sus recuerdos y objetos de belleza; al Archivo Histórico Municipal, a la
Biblioteca “Palmira Reale de Arcos”, a la Diseñadora Noemí Vallone y a Patricia
Roldán, profesora de Informática.
2
3. La moda en décadas de cambio.
La moda, esta multiforme obra en la que libremente participan cuantos quieren,
parece estar dirigida en especial a las mujeres, aunque muchos creadores sean hombres.
María Inés, una de nuestras entrevistadas, nos decía al respecto:
“La moda es un medio de comunicación. Es una forma de
arte, presente en la calle, junto al afiche y la arquitectura. Da
belleza a la vida cotidiana
Es un lenguaje de comunicación. Es un código que tiene sus
guiños secretos, y una memoria tenaz, ya que todo vuelve en materia
de formas y diseños.
La moda afirma la personalidad. Da pertenencia a un grupo.
Es una forma de hacerse conocer, expresa lo que uno es y cómo
decirlo a otro”.
Promoción 1958
Promoción 1963 Promoción 1972
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4. Antecedentes: La Era del Imperio (1875-1914)1
La nueva mujer
La emancipación de la mujer se inició en la Era del Imperio, en forma casi
exclusiva en la clase media y con otras características en los estratos más elevados de la
sociedad. Comenzó como un fenómeno modesto con un número reducido de mujeres
activas, que se distinguieron en forma extraordinaria en determinados campos
reservados hasta entonces a los hombres: figuras como Rosa Luxemburgo, Madame
Curie, Beatrice Webb. Fue un número lo bastante elevado como para producir no solo
un puñado de pioneras sino, en el contexto de la burguesía, una nueva especie, la “nueva
mujer”.
En el transcurso de este período, tanto las mujeres trabajadoras como las de clase
media vieron cómo su situación variaba considerablemente por razones económicas.
Las transformaciones estructurales y la tecnología incrementaron notablemente sus
posibilidades de empleo como asalariadas. El cambio más notorio fue el incremento de
ocupaciones que en la actualidad son fundamentalmente femeninas: el número de
puestos de trabajo en tiendas y oficinas.
En las últimas décadas del siglo XIX se hizo evidente un cambio en la posición
social y en las expectativas de la mujer.
Aunque la moda femenina no expresó claramente dicha emancipación hasta
después de la primera guerra mundial, la desaparición de las armaduras de tejido y
ballenas, que encerraban la figura femenina en público, fue anticipada ya por los
vestidos más sueltos que popularizaron las modas del esteticismo intelectual en el
decenio de 1880 y en el “art nouveau” y la alta costura en los años anteriores a 1914.
Fue también importante que las mujeres de clase media salieran de los interiores
apenas iluminados para mostrarse al aire libre, por que esto implicaba escapar a la
limitación de movimientos que imponían vestidos y corsés (y sobre todo su sustitución a
partir de 1910 por el nuevo sostén, más flexible). El deporte no solo hizo posible que los
jóvenes de ambos sexos se encontraran como compañeros fuera de los límites del hogar.
Aunque en números reducidos, las mujeres pertenecían a los nuevos clubes turísticos y
de montaña, y ese gran motor de libertad que fue la bicicleta emancipó
proporcionalmente más a la mujer que al varón, por cuanto tenía más necesidad de
movimiento en libertad.
Respecto de la democratización de la política, se impuso el principio de una
mayor igualdad de derechos y oportunidades para la mujer. De los aspectos políticos del
feminismo el derecho a votar en las elecciones parlamentarias era el más destacado. El
sufragio movilizó importantes movimientos de mujeres solamente en los EEUU y el
Reino Unido. Sin embargo, amplió la organización política de las mujeres como grupos
de presión para otras causas, ya fueran de interés especial para su sexo o sobre
cuestiones sobre la paz y la oposición al consumo de alcohol.
La transformación de las relaciones familiares tradicionales occidentales y sobre
todo la emancipación de la mujer, se han producido desde mediados del siglo XX, pero
de hecho fue durante la era del imperio cuando la “nueva mujer” apareció por primera
vez como un fenómeno importante y cuando los movimientos políticos y sociales de
masas, defensores, entre otras cosas, de la emancipación de la mujer, se convirtieron en
fuerzas políticas.
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5. La moda en la primera mitad del siglo XX2
En tiempos de la Primera Guerra Mundial hizo su aparición en Francia quien
sería la diva de la Alta Costura: Coco Chanel, quien hizo de la ropa femenina una
deliciosa envoltura, simple y cómoda, adoptada por mujeres de todo el mundo.
A comienzo de los años ‘20 la cintura descendió hasta la cadera. El nivel del
ruedo ascendió y las mujeres no tuvieron empacho en mostrar las rodillas.
Ya habían comenzado a manejar automóviles y no tardaron mucho en fumar.
Trabajaban fuera de casa, estudiaban, hacían periodismo, política. La liberación de la
vestimenta era el reflejo de esta nueva actitud.
Las casas de moda
En los años que siguieron a la Gran guerra se registró la aparición de casas
dedicadas a la confección de ropa femenina. Eran en realidad modistas con clientela fija
a la que atendían en su casa.
En la década del ‘30 ya se utilizaban mannequins para mostrar los modelos a las
clientas. Todo se inspiraba en Paris y pronto comenzaron los desfiles de moda, donde
los creadores hacían exhibiciones.
Cómo ser más bella
La cosmética conocida desde la más remota antigüedad, tuvo en ese siglo un
progreso notable, ayudada por la ciencia y la tecnología.
En los primeros años del siglo estaba el agua para hermosear el cutis, la crema
Cleopatra, también para el cutis; el depilatorio Martins; entre muchas otras. Eran
numerosas las lociones para devolver al pelo su color natural, o las tinturas que se
aplicaban en los salones de belleza y en la casa.
Del traje de baño al desnudo
En las dos primeras décadas las mujeres se tapaban demasiado para darse un
chapuzón como para salir a la calle.
En la playa había casillas para vestirse y hacia ellas corrían cubiertas por
enormes capas que les alcanzaban los bañeros. Secarse al sol, ni pensarlo. La blancura
debía preservarse a cualquier precio.
Pronto el soplo del modernismo que insufló la guerra y la necesidad de cambio
hicieron que los trajes de baño se aligeraran al extremo.
La etiqueta del luto
La muerte estuvo rodeada durante casi toda la primera mitad del siglo XX por
formalidades que obedecían a un código no escrito, transmitida de generación en
generación.
5
6. Verónica nos comentó:
“En 1955 usé luto… El luto consiste en vestirse
absolutamente de negro: polleras, camisas, guantes, medias,
pañuelos, etc. Después de vestirme de negro durante todo un año,
comencé a usar el medio luto, combinaba el blanco con el negro…”
En cambio, nos expresaron que, pasados los ’60:
“Los mayores sólo usaban luto, nosotras no, pero
guardábamos ciertas formalidades, como no ir a las confiterías…Si
íbamos a un velorio debíamos vestirnos con colores adecuados”.
Las mujeres debían renunciar a la coquetería y contar los años y los meses antes
de aliviar el luto. Iba desde los tres años hasta un mes, según el grado de parentesco.
La segunda mitad del duelo era aliviado ya que se permitía el uso de perlas y
medias claras, sin cola en el sombrero, con telas de más brillo. Los colores que estaba
permitido usar eran el blanco, el gris, el lila y el violeta.
No se podía tocar el piano u otros instrumentos, ni prender la radio.
Se podía ir al teatro, siempre que se utilizasen los palcos de duelo: eran bajos,
con un enrejado que permitía ver sin ser visto y entrada independiente.
El luto para los hombres era menos riguroso. Bastaba con el sombrero y corbata
negros y un brazal negro sobre cualquier traje.
Las mujeres- soldado
Con la Segunda Guerra Mundial la moda se transformó. Sacos largos,
entallados, con hombreras y grandes bolsillos, polleras cómodas que permitían el paso,
profusión de sweaters; tacos anchos en los zapatos. Todo eso daba a la mujer un aspecto
ligeramente militar.
Sólo a los sombreros se permitía alguna fantasía. El uso del sombrero en las
mujeres, a diferencia de los hombres, persistió. María Inés sostuvo:
“Entre los 40 y los 50 no iban a ningún lado sin sombrero…”
Los cambios en la segunda mitad del siglo XX
La posguerra3
Después de la Segunda Guerra Mundial se retornó a una moda caracterizada
por la feminidad suntuosa y refinada. De 1947 a 1954 el estilo “New Look”, con sus
referencias al siglo XVIII y a 1900, dos épocas que habían exaltado particularmente a la
mujer, satisface plenamente las aspiraciones de las mujeres, que soñaban con un
6
7. derroche de tejido y de bordados para desquitarse de la escasez padecida durante la
guerra.
La mujer se había emancipado. El tiempo del sufragismo pasó y la mujer volvía
a comprender que debía ser también algo hermoso,
sugestivo y distinto al hombre.
La alta costura impuso sus leyes a una clientela
acostumbrada a los lujos. Las costureras de barrio y
fabricantes de ropa se esforzaron en imitar a los grandes
creadores para satisfacer a personas de medios económicos
más modestos.
Las fibras sintéticas aparecieron en el mercado. El
nylon se lanzó después de la guerra: se trataba de una
poliamida como el rilsan;
fibras que proporcionaban
tejidos ligeros, cálidos,
resistentes y fáciles de cuidar,
que modificaron el aspecto y
el peso de los guardarropas y liberaron a las amas de casa
de los problemas de lavado.
La producción en serie, la invención del nylon y la
acción de la publicidad y la propaganda hicieron que la
moda se extendiera a todas las clases sociales sin
distinguirse a veces a primera vista el nivel al que
Vestidos (1949)
pertenecía la dama.
Las mujeres-capullo
El “New Look” consistió en una moda cuyo principal objetivo
era exaltar la belleza femenina. Se llegaba a la idea de la mujer sexy, y
esto no sólo se dio con la ropa y el cuerpo, sino con un modo que venía
de adentro y se transmitía.
La moda de vestidos amplios y largos favoreció el empleo de
tejidos con cuerpo (tafetán, falla, raso grueso), mientras que los vestidos
drapeados que moldeaban la silueta hicieron buscar las muselinas, los
terciopelos de seda y los tejidos de lana.
Entre el cuerpo con faldón y
hombros redondeados y una falda muy
alargada, la cintura se estrangulaba en una
guepiere, así bautizada por su inventor Vestido azul (1946)
Marcel Rochas. La silueta se coronaba
con un gran sombrero, de ala ovalada o circular, o con un
sombrerito cuyo borde recortado juega con los rizos de
cabello sobre la frente.
Los abrigos, tanto los flojos como los entallados,
eran siempre muy amplios en el bajo. El traje de cocktail
Tapados 1949 era siempre corto y con frecuencia negro. El vestido de
noche de línea sirena, acentuaba las mangas pero la mayoría
7
8. de las veces se acampanaba majestuosamente, desplegando la falda ricamente bordada
bajo un corpiño ajustado y sostenido con ballenas, que exponían completamente los
hombros y revalorizaban el busto.
Algunas mujeres se atrevieron a usar los primeros pantalones.
María Inés nos contaba:
“En los años 40 mi mamá usó pantalón en su viaje de
bodas. Era muy moderna y seguía los dictados de la moda que eran
también impuestos por el cine, por actrices como Catherine Hepburn.
Eran pantalones pinzados y anchos como los de ella…”
Para la ropa de calle la línea recta entró en pugna en 1954 contra la línea “New
look”. El acortamiento progresivo de la falda, la desaparición de la cintura con el
advenimiento de líneas ablusadas anunciaron la toma de conciencia de realidades
económicas y sociales bastantes serias. En 1954 Dior lanzó la línea “A”, que presentaba
el talle un poco bajo, y en 1955 la línea “Y”, de hombros anchos sobre una falda
estrecha.
Las mujeres se dejaron los cabellos largos y volvieron los
peinados altos, con rulos y bucles y las melenas hondeadas. Por en el
59 cundió la manía de “batirse” el pelo formando un gigantesco
globo.
Los accesorios eran en extremo refinados. Consistían en
guantes de puño bordado o con lentejuelas, pequeños bolsos de anta
o piel, zapatos escotados con tiras recortadas y tacones Luis XV y
medias de nylon. También se usaban zapatos taco-aguja, de hasta Peinado globo (1964)
9 cm de alto.
Recordó María Inés:
“Había que tener 15 años para usar tacos…”
De 1945 a 1960, el vestido de noche, largo o corto,
mantuvo la falda “en corola”. El intento, en 1958, de ahuecar la
falda no tuvo respuesta en el momento. Sin embargo, el
drapeado a la antigua, sostiene el éxito de la línea recta.
Recordó Lina:
“Se usaba la pollera hasta la rodilla, para fiestas
especiales como la graduación se usaban vestidos de tul,
fruncidos en la cintura y a 20 cm de los pies”.
Elegancia y femeneidad en
los vestidos
En 1975 Yves Saint-Laurent, de casa Dior, adoptó la
línea “Trapecio”, que sesgaba la figura a partir de los hombros ignorando la cintura; se
volvió también a las túnicas perladas que tanto se llevaron en los años 20. Chanel
conoció nuevamente el éxito con su estilo desenfadado y su pequeño traje sastre para las
mujeres activas; comenzó a sentirse la desaparición del “New look” por no ser ya
conveniente en la actualidad.
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9. El ocaso de la Alta Costura
Durante los años cincuenta, la Alta Costura continuó su prosperidad. La
“vedette” era la casa Christian Dior, que había sabido cristalizar en sí misma todas las
aspiraciones del momento. La alta sombrerería se mantuvo con éxito hasta 1960,
tomando su parte en la creación de un estilo extremadamente refinado que no admitía
ninguna concesión y las modistas abundan.
La década del 60 fue la última en que la Alta
Costura mantuvo su vocación revolucionaria en
materia de estilo. Sobre eso María Inés evocaba a
Coco Chanel, quien impuso por entonces el tailleur
(trajecito), las perlas y las prendas tejidas.
En cuanto a los adornos, Bety nos dijo:
“Se usaban los collares y aros de perlas
haciendo juego… eran pesados porque eran de
perlas de rocas, hasta de 3 vueltas”.
Carmen agregó:
“Los accesorios mas usados eran los
collares de perlas, de caracoles y también Traje (1961)
Vestido plisado
prendedores. Eran económicos”.
Sin embargo, el prêt-à porter había impuesto sus consignas. La alta costura ya
no volvería a ser la de antes. María Inés afirmaba:
“El pretâ-à porter fue un paso importante… la practicidad
simplificó las líneas…”
Desde décadas anteriores, la tradición en las familias de los sectores medios y bajos era
confeccionarse la ropa. Nuestras entrevistadas coincidieron en que por esos años la
ropa era realizada por modistas o por ellas mismas:
“Era muy caro comprarla…Había menor
disponibilidad en los
negocios… En
Rafaela, las primeras
casas que traían ropa
confeccionada fueron
Ripamonti, Oliveras,
La Orquídea, Ylolay.
“Las chicas aprendían corte y
confección… se impuso el Método
Flego que fue un avance en los
moldes para costura…”
“Cuando pasaba de moda, muchas veces se
reformaba…”
“Había bordadoras que hacían
maravillas… como Rosita
Caballero y la señora Camillioni…
Pantalones de alta costura
9
10. “Teníamos modistas a las que teníamos que
pedir turno…eran modistas de primera,
como la señora Jacquat, Tomás, Hilda
Muñagorri,.
Sin embargo, en su ocaso, a la alta costura se le
debe el uso del pantalón en las mujeres. Pero lo cierto es
que lo hizo cuando las mujeres ya lo habían adoptado
masivamente.
Para Lina, el pantalón sólo se usaba para ir de
excursión. También María Inés aseguró:
“En los ’60 nosotras los usábamos para salir y para
viajar…pero de noche un vestido o traje era más arreglado…”
En cambio, Carmen sostuvo:
“A mis quince años ya usaba jean…” Pantalones bombila (1959)
Los 60: una década agitada4
Los movimientos feministas occidentales iniciaron una nueva fase mucho más
dinámica en el decenio de 1960, en gran medida tal vez como resultado de la
participación mucho más numerosa de la mujer, sobre todo de la mujer casada, en el
empleo remunerado fuera del hogar, pero fue tan solo una fase de un gran proceso
histórico cuyos inicios se remontan a la Era del Imperio, período antes mencionado.
La revolución social
La novedad de esta transformación estribó tanto en su extraordinaria rapidez
como en su universalidad.
El cambio social más drástico y de mayor alcance de la segunda mitad de este
siglo, es la muerte del campesinado. Casi tan drástico como la decadencia y caída del
campesinado, y mucho más universal, fue el auge de las profesiones para las que se
necesitaban estudios secundarios y superiores. La alfabetización efectuó grandes
progresos, la demanda de plazas de enseñanza secundaria y sobre todo superior se
multiplicó a un ritmo extraordinario.
Este estallido numérico se dejó sentir sobre todo en la enseñanza universitaria.
Todo esto fue algo repentino. Desde ’60 los estudiantes se convirtieron, tanto a nivel
político como social, en una fuerza mucho más importante que nunca. En 1968 las
revueltas del radicalismo estudiantil hablaron más fuerte que las estadísticas.
La gran expansión económica mundial hizo posible que un sinnúmero de
familias humildes pudiera permitirse que sus hijos estudiasen a tiempo completo. Esta
multitud de jóvenes con sus profesores eran un nuevo factor tanto en la cultura como en
la política. Tal como revelaron los años ’60, no solo eran políticamente radicales y
10
11. explosivos sino de una eficacia única a la hora de dar una expresión nacional e incluso
internacional al descontento político y social.
El nuevo colectivo estudiantil era también por definición, un grupo de edad
joven, e incluía una componente femenina muy grande. Formaban una cultura juvenil
específica que vinculaba los estudiantes con el resto de su generación y de la nueva
conciencia femenina, que también iba más allá de las universidades. Los grupos de
jóvenes aún no asentados en la edad adulta, eran el foco tradicional del entusiasmo, el
alboroto y el desorden. La clase dirigente de varios países daba por sentada la militancia
estudiantil de las jóvenes generaciones lo que era prueba de una personalidad más
enérgica que apática. La existencia de estas nuevas masas planteaba interrogantes acerca
de la sociedad que las había engendrado y de la interrogación a la crítica hay un solo
paso. Los jóvenes universitarios creían que las cosas podían ser distintas y mejores
aunque no supiesen exactamente como. La explosión de descontento estudiantil se
produjo en el momento culminante de la gran expansión mundial.
En la década del 60 las faldas se acortaron. Las ansias conquistadoras se
empinaron hasta tocar la Luna. La moral se ensanchó para abarcar el amor libre y el
sexo sin rubor. Sonaban los Beatles. Prohibido prohibir, gritaban las paredes de Paris.
Las polleras treparon hasta el escándalo: había nacido la minifalda. En ese
invento de Mary Quant estaba la punta para liberar a las mujeres de los vestidos
ajustados y venderles los encantos del look adolescentes. Reinado de las teen-agers,
culto a la juventud. Fue la consagración del prêt-à-porter, ya que de los modelos
exclusivos se pasó a lo que significaba ropa hecha en serie con etiquetas prestigiosas.
Relajación, libertad en la elección de los vestidos, aparición de una moda
específica para los jóvenes, moda que se convirtió fácilmente en un emblema ideológico
y que a veces deseaba provocar. Fin de la dictadura de la alta costura, que en adelante
debió compartir su papel de creadora de ideas con la confección de la moda
contemporánea.
Traje de corderito y
botas (1968)
Transformada en la
expresión de una
forma de vida más
que en una elección
puramente estética,
la moda dejó de
obedecer en cada
estación tendencias
muy marcadas, para
ofrecer a cada uno
la posibilidad de
Maxi faldas (1971)
vestirse según sus gustos sin parecer, sin embargo,
ridículo.
Una revolución de 30 cm
Hacia 1962 se estaba gestando en Inglaterra una revolución que iba a cambiar el
mundo para siempre.
11
12. Mary Quant tenía 31 años. Sus piernas flacas, sus ojos de ciervo y su pelo
cortado a tajos ya eran famosos en su barrio londinense. Sus diseños se vendían en 150
tiendas de Inglaterra y más de 300 de los EEUU.
Una pionera
Hacia 1955, cuando tenía 21 años, logró instalar su primera tienda, llamada
“Bazaar”, y lanzó sus sencillos vestidos rectos, que tapaban un poco la rodilla y que
confeccionaba ella misma.
Andrè Courrèges disputo la
autoría de la mini pero muchos indicios
apuntaron que esta creación que rompía
moldes debió proceder de Londres,
simplemente porque era la ciudad donde
empezó el movimiento juvenil de los 60.
La creación de Quant surgió en
medio de un juego, recuerda en su
autobiografía:
Mary Quant
“mis amigas y yo tratábamos de superarnos la una a la otra,
poniendo los dobladillos más y más arriba. La única ida era que la
moda debía ser siempre algo libre, divertido, fabuloso…”
Sus alegres minifaldas ceñidas y cortas, combinadas con botas altas y sombreros
estilo ruso, sus sweaters acanalados, los cinturones caídos sobre las caderas y los pantys
de color, causaron sensación inmediata. Aunque no era linda, ella fue su propio
maniquí. Puso en circulación su boca simétrica, sus uñas pintadas de oscuro y sobre
todo su melenita que sería el boom de los ‘60.
Susana recordaba:
“Se usaban minifaldas y botas muy largas y ajustadas…
estaba de moda los cintos con cadena y los accesorios onda
hippie…”
No menos popular fue el pelo largo y lacio, con variedades que circulaban entre
un corte desordenado y largo con un poco de flequillo. Por primera vez en la historia las
colegialas o las muy jóvenes podían llevar los mismos estilos que las modelos, las
cantantes y la gente famosa.
A ello se refería Susana cuando nos decía:
“Se usaba el pelo lacio y largo, y el que lo tenía enrulado se
lo planchaba o hacía la toca. No se usaba el
pelo corto. El corte era parejo en todo el pelo.
Se utilizaba bastante el flequillo”
Los ‘60 fueron sorprendentemente prósperos y la juventud
gozaba de más tiempo libre y de más poder adquisitivo que las
generaciones anteriores. Los precios eran relativamente más bajos
12
13. debido al enorme volumen de las ventas y gracias a los avances técnicos en el sector de
los materiales, que se habían desarrollado para las guerras mundiales.
Twiggy También la modelo del momento, Twiggy, con 45 kilos, seguía al pie de la letra
los mandatos de Bazaar. Ella fue, sin duda, el rostro del decenio: sus rasgos menudos y
delicados, su pelo corto, los ojos grandes y su complexión extremadamente delgada (de
allí el mote de Twiggy), crearon un nuevo tipo “de chica común y corriente” y dieron
origen a la imagen de adolescente popularizada del período.
Para medir la “revolución” que significó la minifalda, hay que pensar que Coco
Chanel había establecido el límite del
buen gusto con precisión milimétrica:
la falda debía tener 57 cm, de los
cuales 6 debían quedar debajo de la
rodilla. Si las mujeres desafiaron el
mandato fue porque vieron que por
primera vez no parecían tener 40 a los
17 años. La evidencia animó a sus
madres a seguir el ejemplo. Había
surgido la moda joven. De ahí en más
la juventud no sería una edad sino una Casamiento por civil (1971)
estética de vida cotidiana.
Todos acuerdan que el fenómeno Quant no hubiera sido posible sin la
producción industrial, que posibilitó la democratización de la moda a partir del
desarrollo del prêt-â portèr. Éste ofrecía vestidos accesibles para todos, pero sin dejar de
ser moda e inspirados por las últimas tendencias del momento.
Las fibras naturales empezaron a usarse menos a favor de las fibras sintéticas
cuya gama se enriqueció con las poliamidas y con los acrílicos. Contribuyeron a dar a la
ropa un nuevo aspecto, más brillante y colorido.
Permitieron además, con más o
menos fortuna, imitar a la piel, con gran
satisfacción de las sociedades protectoras de
animales.
El gusto por la geometría reapareció
con los juegos de líneas negras y blancas.
De 1960 a 1965 el traje femenino
pasó por un periodo de transición que
anunciaba novedades. Para la calle se diseñó
en las colecciones un rejuvenecimiento
general que daba a las mujeres un aspecto de
muchachos.
Apareció la mujer “al día” que
llevaba ropas con líneas depuradas, faldas Twiggy y su
El courregues en la drásticamente acortadas, chaquetillas cortas, representante (1968)
ropa
abrigos rectos, zapatos al principio
puntiagudos y con tacón de aguja
que marcaba los parquets, luego
sustituidos por las botas. Para la
noche, la cintura subió en un
13
14. principio ligeramente y las caderas se redondearon mediante unos frunces en una larga
falda que se cerraba un poco en el bajo.
Después, el vestido princesa sustituyó a este modelo, que moldeaba el cuerpo sin
ajustarse nunca.
De 1965 a 1968 soplaron vientos revolucionarios que, comenzando con la
bomba Courregues, terminaron en las manifestaciones estudiantiles. En 1965, Andre
Courregues, recogiendo una idea lanzada en Inglaterra por Mary Quant, propuso a las
Minivestidos
mujeres su minivestido ultracorto yModa joven (1971)
su collant blanco, realizado con materiales
sintéticos, que estaban en completo acuerdo con el mundo moderno. Entre 1965 y 1967
el minivestido, hasta medio muslo, se extendió entre la juventud que con frecuencia
prescindió del collant a juego preconizado por su creador. Se acompañaba de un
maxiabrigo que, por el contraste, besaba el suelo.
Obviamente, si bien la minifalda y el jeans eran los máximos
exponentes de esta moda, no fueron la causa de esta jerarquización
de lo joven. El cambio cultural que modificó el curso de la historia
y todavía sigue produciendo efectos, fue resultado de la
convergencia de múltiple factores:
1)por primera vez en la historia una generación de jóvenes
tenía acceso a un mercado económicamente floreciente;
2)Mao-Tsé Tung, el Che Guevara y
otros personajes revolucionarios se
convirtieron en íconos para la juventud;
a. el Muro de Berlín se
Pollera a cuadros, había levantado y muchos veían en la rebelión
boina… (1968)
una postura idealista.
Se luchaba contra el apharteid en Sudáfrica, contra la
carrera nuclear, contra la guerra de Vietnam, en pro de los
derechos civiles de los discriminados… a través de un conjunto Ernesto “Che” Guevara
de acciones pacíficas.
La novedad de los 60 no se limitó a protestar. Los jóvenes –no individualmente
sino como grupo social- desarrollaron una contracultura propia y la supieron vender con
tal fuerza que durante algún tiempo pareció que el proyecto
de un mundo mejor podía llegar a imponerse. Los hippies
fueron parte de esa expresión.
La década del 60 tuvo dueño: los jóvenes. Con su
carga de rebeldía y de contestación estudiantil; el Mayo del
68 fue antes una manifestación política que una propuesta
revolucionaria a la viaja usanza. La revuelta tuvo más de
espontaneidad que de rigidez programática.
Las mujeres no se conformaron con las conquistas de
sus antecesoras: el derecho al voto y a la igualdad jurídica y En los 60 el jean fue
política. Quisieron que la igualdad se estire. uniforme y bandera
El milagro económico seguía en marcha y los jóvenes
empresarios montaron clubes y discotecas, tiendas de pornografía, boutiques, y ante
todo los que trabajaron en el sector de la música, sacaron provecho de todo ese boom.
14
15. ¿Qué hubiera sido de toda esa cultura sin el rock? Poco y nada. La música como nunca
unía a la juventud.
La década que estiró los límites como un elástico llegó a su fin signada por el
hedonismo, el exceso, la desmesura y un deseo del Mayo Francés como brújula: Sean
realistas, pidan lo imposible. Transcurría entonces 1968. Era el final de una década
agitada.
Los 70: otra década de los jóvenes5
Hacia finales de la década del sesenta, dos
modelos socioculturales ya estaban perfectamente
instalados en la sociedad argentina: el del hippie, con su
prédica del abandono material, y el del ejecutivo, varón
exitoso que se preciaba de ser el agente dinámico que
había acumulado capital.
Tiempo de cambios y utopías, los años setenta
signaron el comienzo de un futuro tumultuoso. Jóvenes
llenos de inquietudes. La idea de la revolución cobró
forma concreta en el caso cubano y la más factible idea de
rebelión contra el mundo de los adultos, se imponía. La Hair, ícono del teatro hippie
revolución era la meta a cumplir, a la que muchos
aspiraban llegar, y la rebelión uno de los itinerarios posibles. Época de gran
efervescencia y creatividad. Los jóvenes manifestaron su rebeldía en los libros, las
revistas, las películas, canciones, y en los diseños de moda.
Y los jeans ganaron
Un tejido de algodón –la tela vaquera- teñido con índigo y después
cuidadosamente lavado, apareció en América, en forma de pantalón minero o de cow-
boy, que Levi Strauss comercializó entre 1953 y 1973.
Este producto obtuvo un éxito creciente en los años
70-80 entre los jóvenes, tanto para los viajes como
para el deporte. Las prendas de punto se fabricaron
profusamente al ahorrar, el tejido, los gastos de
montaje en cadena. Hicieron su aparición telas no
tejidas, fabricadas con el mismo procedimiento que el
papel. (Tejidos termoadhesivos.)
A partir de los 70 lo cómodo y funcional
Publicidad sobre jeans (1974)
desterró todo lo contrario a ello. Para los hombres se
impuso el blue jeans. Pronto también ellas los usaron.
Susana recordó:
“Los jeans se empezaron a usar desde que James Dean nos
impuso la moda… Los primeros eran oxford y los ‘pata de elefante’
eran muy ajustados arriba y muy anchos abajo… Había conjuntos de
pantalones Oxford con casacas ajustadas y largas…”
15
16. María Inés afirmó:
“El jean fue el sello norteamericano en la moda…”
Carmen nos expresó que los primeros que usó eran incómodos, y no calzaban
tan bien.
En los accesorios se notaba una predilección por lo rústico: cuero, collares de
cobre, de madera, de anillos de cerámica.
La moda también fue en parte rústica: ponchos, tejidos con motivos calchaquíes;
chaquetas de gamuza y flecos; motivos incas y aztecas en telas y adornos.
Las muchachas de cabellos largos y lacios y ojos repintados. Las polleras muy
cortas. La minifalda, cuyo reinado era desde los ’60, imperó. Aunque para algunas:
“Las mini eran muy incómodas para caminar y mucho más
para agacharse…”.
Los jóvenes se vistieron con sweaters de tonos subidos, camisas convencionales,
pantalones ceñidos o estilo oxford.
Pantalones justos o anchos, de sport o de fiesta; medias
caladas, de colores; medias tres cuartos; vestidos de beba, que
irradiaban un sexy muy inteligente, con ingenuas puntillas y
voladitos y una ligera apariencia de camisón. La producción se
dirigía a los jóvenes. Se los consideró un factor importantísimo
dentro de la sociedad de consumo.
Noemí expresó:
“De mi primer jeans recuerdo que era muy duro y su
textura era poco manejable”
Beti recordó:
“…lo usaban las chicas jovencitas, la gente grande no…
todos te miraban, yo prefería las polleras angostas, pegadas al
cuerpo. No usé jeans…”
La ropa de vestir de las mujeres
fue más fantasiosa, se admitieron sedas
brillantes, los dorados, las lentejuelas.
Aunque en líneas generales se
mantuvo por varios años, la moda
cambió en sus detalles, con cada
estación. En una sociedad de consumo,
Bobitos (1969) los grandes productores necesitaban
vender y lo hacían mediante la
propaganda y los cambios caprichosos.
En esta época la moda se impuso más como estilo
de vida que como elección de líneas precisas. Surgieron en Claudia Sánchez, la modelo
el mundo de la moda dos corrientes opuestas: modas de la época
oficiales y modas no alineadas. Las modas oficiales,
surgieron para mujeres de origen burgués, se volvió al gusto de los años treinta,
imitaron los folclores, gitano, peruano, mejicano, indio, arabizante. Confirieron
16
17. elegancia a las gabardinas, conjuntos unisex estilo safari, o por el contrario,
neorrománticos, prendas inspiradas del vestuario masculino o de sectores marginales.
Las modas no alineadas encontraron adeptos entre los jóvenes, para los cuales el
estilo de vida correspondía a una ideología. Estas modas aparecieron de pronto después
de 1968. Había una moda “para intelectuales”, una moda de ropa de trabajo, la moda
Moda elegante y refinada
Moda para jóvenes Mini y calza para ellas
hippie para marginales no violentos y finalmente la moda punk, aparecida a finales de
1976. Este tipo de moda, más que de la voluntad de un creador determinado, surgió de
la elección personal de mujeres que lo tomaron entre lo que el comercio les proponía.
Esto significaba que la producción de la ropa se fue transformando.
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18. CUESTIONARIO PARA ENTREVISTAS
Preguntas básicas y generales referidas al objetivo del trabajo:
1- ¿Cómo evoluciona la estética de la mujer de los años 40 a 70?
2- ¿Influye la moda de esos años, en el presente?
3- ¿Cómo era elegante una mujer en esos tiempos?
4- ¿Qué es lo que diferencia la moda en el transcurso de esas décadas?
Para entrevistas:
Nombre:
Domicilio:
Edad:
Con respecto a su guardarropa:
1-¿Qué recuerda como la prenda “vedette” cuando Ud. era jovencita, entre sus 15 y 20
años? ¿y en zapatos y accesorios?
2- ¿qué cosas que ud. usaba se vuelven a usar?
3- ¿Confeccionaba su ropa o la hacía su modista? ¿La compraban hechas y listas para
usar?
4- ¿Los precios entre estas opciones eran muy diferentes?
5- ¿Cuánto tiempo llevaba realizar una prenda?
6- Para los 60 y 70: ¿Cuándo comienza el uso del pantalón? ¿De qué colores eran? ¿Se
sentía cómoda? ¿Era preferible el pantalón, o se quedaba con vestidos y polleras? ¿Eran
costosos? ¿Qué recuerda de su primer jeans. ?
7- Con respecto a los accesorios: ¿cuáles eran los más usados? ¿Los que mejor le
quedaban? ¿Eran costosos? ¿Llamativos?¿Pesados?¿Grandes?
8- ¿Usaba ropa de playa? ¿Dónde? ¿Cómo eran las prendas?¿De qué material?
¿Cómodas o incómodas? ¿Cómo se sentía al tener el cuerpo tan al descubierto?
9- Prefería: ¿faja o corsé? Y le quedaba mejor… Pero más cómoda…?
10- ¿Qué es lo que diferenciaba a la ropa de salir de la de todos los días? ¿Cuál prefería
llevar puesta?
11- ¿Renovaba seguido su guardarropa? Cuando la ropa no le iba más: ¿Qué hacía con
ella? ¿Y cuándo pasaba de moda?
12- ¿Usó alguna prenda, realmente incómoda, sólo porque le quedaba bien, la hacía más
linda o estaba de moda?
13- ¿Usó luto? ¿Vestidos negros?
14- SI SE CASÓ: ¿Qué era para usted el vestido de novia? ¿Quién confeccionó su
vestido de novia?¿Cuánto tiempo llevó hacerlo?¿Cuánto le costó?
15- Sobre los sombreros: ¿Qué nos puede decir? ¿Le gustaba usarlos?
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19. Y de… los chales, corsé, joyas, carteras?
16- Los zapatos: ¿Cómo eran? ¿Eran preferibles los zapatos, los zuecos o las botas?
17- ¿Tuvo algún tapado de piel verdadera? ¿Y de piel sintética?¿Qué diferencias le
encontraba?
Nuestras entrevistadas:
Nombre: Susana Cordiano.
Dirección: José Hernandez N° 667
Nombre: María Inés Carena de Scalenghe
Dirección: Bv. Lehmann N° 156
Nombre: Maria del Carmen Amadio de Glasberg
Dirección: 1° de mayo 489
Edad: 59
Nombre: Lina
Domicilio: Urquiza 263
Edad: 63
Nombre: Noemi Bomtempi de Vallone.
Dirección: Providenti 608.
Edad: 41 años (a fines de los 70 era joven)
Nombre: Beti Ana Coria.Domicilio: Luis Fasoli 866 Edad: 62 años.
Nombre: Adriana Bontempi de Alassia. Domicilio: Paraná 349. Edad: 38 años.
BIBLIOGRAFIA
Archivo Histórico Municipal. Carpetas La Moda años 40, 50, 60, 70.
Bitschin, Macagno, Perren y otros. Las formas de recreación en Rafaela: desde los
primeros tiempos de la localidad hasta los años sesenta. Taller de la Memoria. Rafaela,
Escuela N° 376 “J. Dopazo”, 1999.
“De polainas, miriñaques y jeans” en folletos: El diario íntimo de un país. 100 años de
vida cotidiana. La Nación, páginas 97-112. 1997-98
Femirama. Año II. Buenos Aires, Codex, Julio 1968.
Femirama, Año II, Tomo X. Buenos Aires, Codex, Diciembre 1966
Femirama, Año II, Buenos Aires, Codex, Junio 1968.
Femirama, Año II, Buenos Aires, Codex, Abril 1968.
Femirama, Año II, Buenos Aires, Codex, Marzo 1968.
19
20. González, María de los Angeles, Cagliero Cecilia y otros. “La evolución de la moda a
partir del siglo XVIII”. Seminario Alumnos Escuela Ens. Media N° 376 Año 2000.
Hobsbawm, Eric. “La Nueva mujer” en La era del Imperio. Buenos Aires, Crítica,
1998. Cap. 8
Hobsbawm, Eric: “La revolución Social” en Historia del Siglo XX. Barcelona, Crítica,
1995. cap. X
Madeleine del Pierre. Historia de la Moda. Escuela Superior de la Moda de Paris.
Editorial Esiné S.A. Madrid.
Tomeo, María del Carmen. “La moda, esa dulce tiranía”. Todo es Historia, suplemento
n° 30. Asociación Argentina de Editores de Revistas. Sin fecha.
Viva. Clarín, Domingo 16-09-2001.
Viva, Clarín. Número especial 20-09-98.
NOTAS
Texto realizado sobre la base de: Hobsbawm, Eric. “La Nueva mujer” en La era del Imperio. Buenos
Aires, Crítica, 1998. Cap. 8
2
Realizado sobre la base de los siguientes textos: Madeleine del Pierre. Historia de la Moda. Escuela
Superior de la Moda de Paris. Editorial Esiné S.A. Madrid; Sosa de Newton, Lily “De polainas,
miriñaques y jeans” en folletos: El diario íntimo de un país. 100 años de vida cotidiana. La Nación,
páginas 97-112. 1997-98; Tomeo, María del Carmen. “La moda, esa dulce tiranía”. Todo es Historia,
suplemento n° 30. Asociación Argentina de Editores de Revistas. Sin fecha.
3
Texto e ilustraciones realizadas sobre la base de los siguientes documentos:
Archivo Histórico Municipal. Carpetas La Moda años 40, 50; Madeleine del Pierre. Historia de la Moda,
cit.; Sosa de Newton, Lily “De polainas, miriñaques y jeans” cit.; Tomeo, María del Carmen. “La moda,
esa dulce tiranía”, cit..
4
Archivo Histórico Municipal. Carpetas La Moda años 60, 70; Madeleine del Pierre. Historia de la
Moda, cit.; Sosa de Newton, Lily “De polainas, miriñaques y jeans” cit.; Tomeo, María del Carmen. “La
moda, esa dulce tiranía”, cit; Mendelevich, Pablo- Alvarez Vaccaro, Paula, “1968, la primavera del
siglo”, en Revista Viva. Clarín. 20/09/98; Bitschin, Macagno, Perren y otros. Las formas de recreación
en Rafaela: desde los primeros tiempos de la localidad hasta los años sesenta. Taller de la Memoria.
Rafaela, Escuela N° 376 “J. Dopazo”, 1999. Hobsbawm, Eric: “La revolución Social” en Historia del
Siglo XX. Barcelona, Crítica, 1995. cap. X; Viva. Clarín, Domingo 16-09-2001.
Y páginas de moda en las revistas Femirama. Julio 1968; Diciembre 1966; Junio 1968; Abril 1968;
Marzo 1968; Buenos Aires, Editorial Codex.
Testimonios de nuestras entrevistadas:
Susana Cordiano de Gambaudo; María Inés Carena de Scalenghe; Maria del Carmen Amadio de
Glasberg; Lina; Noemi Bomtempi de Vallone; Beti Ana Coria ; Adriana Bontempi de Alassia.
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Textos y testimonios citados en nota 4.
20
21. ATENCION PARA GRABAR EL CD HAY QUE BUSCAR TEXTO GUION
DESFILE EN ARCHIVO APARTE 04 06
21