2. Palestina
La ciudad santa de Jerusalén, construida
sobre una montaña rocosa y separada de los
montes circundantes por el Cedrón al este y
por la Geena al sur.
En 167bajo Antioco Epífanes, un sacerdote,
Matatías, se puso al frente de una insurrección
nacional de los hebreos contra la odiosa
dominación de los griegos.
3. Los seléucidas, sucesores de Alejandro,
habían extendido la dominación siria a todo el
Oriente, privando a Judea de sus
independencias políticas y, lo que aún es peor,
destruyeron su fe religiosa.
Durante un siglo sería gobernada por los
asmoneos, reyes y sumos sacerdotes,
descendientes de los primeros Macabeos.
4. Los últimos asmoneos
Judea es arrastrada como un escombro en
todas las mareas de las revoluciones
romanas.
En tiempos del rey Herodes, nació Jesús.
Arquelao, apenas muerto el padre, asumió el
gobierno e intentó ganarse al pueblo con
reducciones de impuestos y con promesas.
Los hebreos quisieron vengar la muerte de
dos doctores, Judas y Matías, quemados vivos
por ordenes de Herodes.
5. La Rebelión Hebrea
Desde la marcha de Arquelao, los judíos de
Jerusalén se habían rebelado.
El día de Pentecostés, los judíos se
sublevaron. Se libró en el templo una lucha
encarnizada.
Glilea se levantó en armas al frente de Judas,
hijo de Ezequías, antiguo enemigo de
Herodes.
Para restablecer el orden, varo hubo de volver
con sus legiones. Los judíos se sometieron y
dos mil insurrectos fueron crucificados.
6. Todo esto acontece en los primeros días de
Jesús
El reinado de Arquelao, tan trágicamente
inaugurado, sólo duró diez años.
Los judíos presentaron quejas ante el
emperador.
Así acabó, por lo menos en Judea, el régimen
herodiano. Los judíos mismo habían pedido su
abolición y muchos de ellos la saludaron como
una liberación.
El hijo de dios estaba en la tierra y crecía.
Pero nadie se daba cuenta.
7. Los Procuradores
Roma confió la administración de Judea a un
magistrado escogido entre los caballeros
romanos.
Este “procurador” era nombrado por el emperador
y dependía directamente de él,
El procurador fijó su residencia habitual en
Cesarea, aunque subía a Jerusalén en los
momentos de las grandes fiestas para mantener
el orden.
Los judíos se encontraban frente a unos
administradores menos comprometidos que los
herodianos en sus mutuas rencillas, pero también
más extraños a su tradiciones y más expuestos a
chocar imprudentemente con s gran
susceptibilidad religiosa.
8. Herodes Antipas
Pilato sólo tenía bajo su administración Judea
y Samaria.
Herodes Antipas gobernaba Galilea y Perea.
Filipo, Iturea y Traconídes. De estos dos
Príncipes, sólo el primero se interesó
directamente por la historia del cristianismo.
9. Herodías, mujer de su hermano, a la que se había
unido en desvergonzado adulterio, fue la causa
de todas sus desgracias y de todos sus mayores
errores.
Ella hizo que el tetrarca repudiara a su primera
mujer, hija de Areta, rey de los árabes, provocado
con ello una guerra, en la cual el ejército de
Herodes fue destrozado.
Agripa, Hermano de Herodías y sobrino de
Antipas, recibió del emperador Cayo el título de
rey, mientras que Antipas seguía siendo sólo
tetrarca.
10. El pueblo Judío
Los procuradores romanos y los tetrarcas fueron,
pues, los que tuvieron en sus manos el gobierno
de Palestina durante la vida de Jesús.
Mucho más interesantes para nosotros, por ser
más próximo a Cristo, son los judíos entre los que
vivió, instruyéndoles, curándoles, convirtiéndoles,
o por lo menos haciendo que entraran a formar
parte de la pequeña grey que habría de
convertirse en la Iglesia.
El mundo romano y helenístico, sólo este pueblo
encontró en su propia fe la fuerza suficiente para
purificarse de los elementos paganos.
11. Helenismo y Judaísmo en
Palestina
Pompeyo había hecho libres a las ciudades
helenísticas, anexionándolas a la provincia de
Siria.
Herodes reconstruyó durante algún tiempo la
unidad de Palestina, pero sólo para favorecer
al helenísmo y para afirmar su devoción a
César.
Testimonio de ellos son la función de Cesarea
y la transformación de Samaria en Sebaste.
12. El impulso dado por Herodes fue seguido por sus
sucesores: Filipo fundó una nueva Cesarea;
Antipas reconstruyó Séfora y la convirtió en una
ciudad pagana; restauró la antigua Bet-Haram,
dándole el nombre de Libia y luego de Julia, y
fundó Tiberiades
Algunas colonias judías procedentes de Judea y
de Galilea destruyeron o incendiaron las ciudades
griegas de la Decápolis y de la costa.
Pero cuando estas bandas se dispersaron, los
paganos pasaron a la ofensiva e hicieron
verdaderas masacres entre los judíos.
13. La penetración Helenística
Este conflicto sangriento puso en evidencia la
rivalidad de las dos poblaciones y sus fuerzas.
El helenismo se concentra en las costas y en las
regiones orientales de Palestina.
Las ciudades orientales pertenecían a la liga de las
“diez ciudades”, la Decápolis.
En todas estas ciudades nuevas, de gran esplendor y
tan cercanas a él, Jesús no entró a predicar:
Tiberiades y Julia se erigían en las Riberas del lago.
Séfora distaba ocho kilómetros de Nazareth y
Scitópolis, unos treinta.
Los Apóstoles son judíos, pero habían vivido desde
su infancia muy cerca de paganos.
14. Relación Hebrea
En tiempos de reyes, el paganismo de Egipto
y de Asiria era para los hebreos una tentación
peligrosa. Bajo las seléucidas, y en este caso
bajo los herodianos y los romanos, esta
tentación se hace mucho más insistente.
Aislado en el Impero romano que domina y en
el mundo helenístico que amenaza con
absorberlo, el judaísmo sólo consigue
mantenerse en Palestina luchando contra una
invasión que lo acosa y penetra por todas
partes.
15. Para el israelita, todos los paganos son impuros y
todo contacto con ellos es una mancha.
Para que San Pedro se decida a allegarse al
centurión Cornelio y comer con él, habrá de medir
el sueño simbólico repetido tres veces.
Cuando se presenta ante su huésped, se excusa
diciendo:
“Sabéis que todo contacto y familiaridad con los
extranjeros están prohibidos a los judíos. Pero, en
lo que a mi respecta, dios me ha hecho
comprender que no debía considerar a ningún
hombre como impuro.
16. En la reunión de Israel, invadida por los paganos,
los celadores sólo creen poder librarse del
continuo peligro de contaminarse con su contacto
redactando.
Los doctores fariseos, maestros del pueblo, es
decir, los rabbi, se esfuerzan, de generación en
generación en generación, en hacer esta lista
más espinosa y más amplia.
Tanto es así que los no iniciados, el “pueblo de la
tierra”, eran siempre considerados como
presuntos violadores y su contacto tenido como
impuros.
17. Fidelidad a Dios
Desafía la fe popular, mandando erigir en el
pináculo del templo un águila de oro. pero los
rabinos provocan una contestación y el águila
es abatida. Los rabinos son quemados vivos y
el pueblo le honra como mártires.
Pilato ve estallar la misma indignación y la
misma revuelta por haber hecho que sus
tropas entran a Jerusalén con las insignias de
los emperadores.
18. El israelita rechaza toda clase de idolatría para
adherirse con todas sus fuerzas a su Dios. Al
comienzo de su oración, repite el versículo del
Deutoronomio:
“Escucha, Israel: el Señor Dios nuestro es el
único Señor”
Un escriba pregunta a Nuestro Señor cuál es el
mayor de los mandamientos. Y Jesús responde:
“Escucha, Israel, el Señor Dios nuestro es el
único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo el
corazón, con toda tu alma y con todo tu ser.
19. El segundo mandamiento es éste: “amarás al
prójimo como a ti mismo. No existe mayor
mandamiento que éstos”.
“Maestro, has dicho bien y con toda verdad que
sólo Él es el único Señor y que no hay otro fuera
de él, y que amarle con todo e corazón, con toda
la mente y con todo el ser, y amar al prójimo
como a uno mismo, vale más que todos los
Holocaustos y sacrificios”
Y Jesús, viendo que había respondido
sabiamente, le dijo: Tú no estás lejos del reino de
Dios”
20. La Religión de los Pobres
“En espíritu y verdad” puede encontrarse en un
escriba, más fácilmente se hallarán entre los
pobres humildes que rodean a Jesús.
Se dan millares de personas que tienen “hambre
y sed de la palabra de Dios”, y que, para
escucharla, se olvidan de beber y de comes y
seguir, sin provisiones, a Jesús hasta el desierto.
Los Apóstoles quienes abandonaron todo para
seguir al maestro, María de Betania que romperá
un vaso de alabastro para derramar sobre la
cabeza de Jesús los más preciados perfumes.
21. ¿Cuál fue la causa de la dureza de estas almas, a
causa de la que la fe no pudo llegar a echar
raíces profundas y duraderas?
“Es más fácil que un camello pase por el agujero
de una aguja, que un rico entre en el reino de
Dios”; al igual que la historia de los invitados al
banquete.
El mayor peligro consistía en el orgullo de raza,
que tiende a pervertir toda la religión; Juan el
Bautista ya se lo advertía a sus oyentes en el
desierto: “No digáis: tenemos por padre a
Abraham”
22. Jesús promete en el templo a sus fieles que “la
verdad les hará libres”, los judíos se enfurecen:
“Nosotros somos de la estirpe de Abraham;
nosotros no hemos sido nunca esclavos de nadie.
Estas prerrogativas de Israel eran reales, pero sólo
les pertenecían como un talento que había que
hacer Fructificar.
Muchos judíos as consideraban como un privilegio
del que solamente ellos podían disfrutar.
Eleazar Ben Azaría, interpretando a un paso del
Deuteronomio, hace decir a Dios: “Al igual que
vosotros me reconoceréis a mí como el único Dios
en el mundo, yo os reconoceré como el único
pueblo en la tierra”.
23. La Esperanza Mesiánica
Esta deformación será el principal obstáculo
que encontrará la predicación de Jesús.
Sería desconocer la fe hebrea querer reducir
todo el mesianismo de esta época a los
sueños de independencia nacional y de
venganza con respecto a los paganos.
En todas las páginas del Evangelio surge
impávida esta espera: en el interrogatorio de
los sacerdotes y de los levitas enviados desde
Jerusalén a Juan Bautista: “¿Quién eres tú?
Yo no soy el Mesías”;
24. “¡Hemos encontrado al Mesías!”; en la fe de la
samaritana: “Yo sé que el Mesías ha de venir;
cuando venga, sabremos todas las cosas"
Este “mesianismo en acción”, aunque revela
el ardor de la esperanza mesiánica, muestra
imperfectamente su carácter religioso.
25. El siervo de Jahvé. El hijo del
hombre
La lectura de los Evangelios basta para
darnos a conocer que en el pueblo hebreo, en
tiempos de Jesucristo, se representaba al
Mesías, sobre todo, como el Hijo de David y el
Rey de Israel.
Cuando Jesús orientó a sus oyentes hacia
esperanza más altas, hacia el siervo de
Jahvé, hacia el Hijo del hombre, fue
comprendido, pero no siempre seguido.
26. El texto de Daniel sobre el “Hijo del hombre
que viene sobre las nubes del cielo” fue
recordado por él ante Caifás, cuando, tras ser
preguntado por el sumo sacerdote, se aplicó a
sí mismo el testimonio supremo.
Jesús no pudo evocar su recuerdo en la última
etapa de su vida para dar a entender, al
mismo tiempo, la humildad de su naturaleza,
sus sufrimientos redentores y su gloria.
27. El Hijo de David
Este bello cántico nos hace pensar en las
aspiraciones de los hebreos a un reino de
justicia y de sanidad.
El rey, hijo de David, será omnipotente. Pero
el poder no le vendrá de las armas, pues es
de carácter puramente espiritual y tiene su
origen en los dones divinos que el Señor le
concederá.
“Dios fuerte” cantando por el profeta, que
desaparece, pero que permanece como rey
justo y santo, como buen pastor.
28. El Esc. Idalo de la Cruz
Lo que más desconcertó a los hebreos fue la
pasión de Jesús: la cruz fue para ellos el
escándalo mayor.
Obsérvese el peligro de aquel mesianismo
triunfalista en que se complacían los hebreos.
Ellos no podían ver en Jesús al Mesías
“humilde y pacífico” que había de venir. Y
cuando más tarde el Templo, la ciudad santa,
e Israel sean destruidos, el escandalo no
conocerá ya límites.
29. Había ya mucho tiempo que Israel venía
siendo duramente oprimido.
Todos estos sufrimientos, bien recibidos,
debían preparar a Israel para la venida del
Mesías.
Surgieron aquellos pobres, aquellos humildes
y aquellos afligidos a los que Jesús llamará
bien aventurados. Pero los que no sabían
humillarse bajo la mano del Señor, acababan
rotos por el sufrimiento o se sentían movidos a
la revolución
30. Las Saduceos
En tiempos de Cristo, dos Grandes instituciones
se disputaban la Hegemonía religiosa los
saduceos y los fariseos.
Los cual nos demuestra que saduceos y fariseos
formaban parte del consejo supremo de la nación
y eran propensos a entablar disputas entre sí.
Los saduceos pertenecían a la aristocracia
sacerdotal y laica. Los escribas se integraban, en
su mayor parte, en el partido de los fariseos estos
dos grupos se distinguían por la clase social a la
que pertenencia y, sobre todo, por las tendencias
religiosas que representaban.
31. No creían en la resurrección ni en los ángeles.
Los saduceos podían ser terribles debido a su
rango social y a las funciones que detentaban.
Tendrán una parte decisiva en el proceso de
Jesús y sobre ellos recaerá toda la
responsabilidad de las primeras
persecuciones contra los Apóstoles y, más
tarde, de la muerte de Santiago del Menor.
32. Los Fariseos
El testimonio de Josefo está confirmado, en
este aspecto, por los textos y por las
narraciones Evangélicas “los escribas y los
fariseos se han sentado en la cátedra de
Moisés: haced, pues, y observad todo lo que
os dicen. Pero no hagais lo que ellos hacen”
El discurso de Jesús, al que pertenecen estas
palabras es el más duro de todo el Evangelio
y constituye una terrible denuncia contra los
escribas y los fariseos.
33. Sin embargo, Cristo trata de defender su
autoridad.
San Pablo se expresa en el mismo sentido.
Cuando recuerda a los filipenses su adhesión
incensurable al Judaísmo les dice: “Yo mismo
soy hebreo e hijo de hebreos y en lo que a la
Ley se refiere, fariseos”
la historia evangélica nos dice que los fariseos
pusieron su influencia al servicio del odio.
34. Se les encuentra entre los sacerdotes, poco
entre los escribas, y muchos pertenecen al
pueblo sencillo.
El saduceo no reconoce más que la Ley
escrita. En cambio, el fariseo es enormemente
fiel a la tradición de los antiguos y la considera
obligatoria, tanto o más que la letra de la
escritura.
35. Jesús y los Fariseos
Jesús no puede ser enviado por Dios por que
no observa el sábado. Sus discípulos violan el
sábado por que recogen ocasionalmente
algunas espigas, lo que equivale, para un
fariseo al trabajo de la ciega que esta
prohibido.
Jesús mismo lo profana al curar
milagrosamente a un enfermo.
36. Peligros creados por el
Fariseísmo
El esfuerzo de los fariseos había sido, al principio,
legitimo y benéfico: La Ley sólo podía ser
observada acosta de una gran vigilancia pero a
los mártires sucedieron los escribas, quienes para
asegurar la ley multiplicaron entorno a ella las
preocupaciones de su jurisprudencia, y, en su
preocupación de prever, regular y prescribir todo
hicieron su yugo tan pesado que ni siquiera ellos
mismos podían muchas veces cumplirla: “Atan
pensadas cargas y las ponen sobres las espadas
de los hombre, pero ellos ni con un dedo hacen
por moverlas”
37. Ellos “infiltran el mosquito y se tragan el
camello”.
Finalmente con sus desmesuradas
preocupaciones y con su exceso de pureza
ritual, los fariseos se aislaban.
Están, como indica su nombre “separados”
El propio Jesús lo denuncia en la parábola del
fariseo y del publicano: “Te doy gracias, dios
mío dice el fariseo, por que no soy como los
demás hombres”
38. Son muchísimos los grandes doctores, no solo
en Jerusalén, en donde residen sus jefes, si
no en toda Palestina y asta en la Diáspora.
Ellos son los que suscitaran la guerra contra
Jesús y, mas tarde, contra San Pablo.
Si el pueblo en general rechazo el Mesías los
mayores responsable fueron los fariseos.
Los fariseos quieren ser, sobre todo, una secta
religiosa.
39. En la política, su actitud se inspira en sus
creencias la mayor parte de ellos consideran
celosamente los privilegios de Israel y, como
los 6000 que menciona Josefo, rechazan toda
denominación extranjera y se niegan a prestar
cualquier clase de juramento a los extranjeros
y a pagarles ningún tipo de tributo, aunque
algunos ven en la sujeción impuesta a Israel
un juicio de Dios al que es preciso someterse.
