El documento habla sobre la necesidad de reconstruir la identidad y los derechos de los pueblos indígenas en Ecuador y América Latina. Propone caminar hacia la creación de un Pueblo Indígena unificado y una Iglesia Indígena con sus propios sacerdotes y obispos, rescatando la filosofía, teología y liturgia indígenas. El Papa expresó su apoyo a estos esfuerzos por establecer una Iglesia Indígena.