El comercio internacional permite a las empresas exportar o importar bienes de forma relativamente poco arriesgada. Esto permite a los países especializarse en los productos donde son más eficientes y obtener acceso a una mayor variedad de bienes. También equilibra la oferta y demanda a nivel global y aumenta la riqueza de los países al permitir un mayor intercambio de bienes y servicios. Sin embargo, los países a menudo limitan el comercio según sus propios intereses económicos, políticos y sociales.
1. Comercio Internacional
Es un enfoque relativamente conservador que pueden utilizar las
empresas para penetrar mercados mediante exportación o para obtener
suministros a un costo bajo mediante la importación. Los riesgos en este enfoque
son mínimos puesto que la empresa no arriesga parte de su capital. Si la
empresa sufre una baja en sus exportaciones o importaciones, normalmente
puede reducir o suspender esa parte de su negocio con un costo muy bajo.
Ventajas Del Comercio Internacional
EL comercio internacional permite una mayor movilidad de los factores
de producción entre países, dejando como consecuencia las siguientes ventajas:
Cada país se especializa en aquellos productos donde tienen una mayor
eficiencia lo cual le permite utilizar mejor sus recursos productivos y
elevar el nivel de vida de sus trabajadores.
Los precios tienden a ser más estables.
Hace posible que un país importe aquellos bienes cuya producción
interna no es suficiente y no sean producidos.
Hace posible la oferta de productos que exceden el consumo a otros
países, en otros mercados. (Exportaciones)
Equilibrio entre la escasez y el exceso.
Los movimientos de entrada y salida de mercancías dan paso a la balanza
en el mercado internacional.
Por medio de la balanza de pago se informa que tipos de transacciones
internacionales han llevado a cabo los residentes de una nación en un
período dado.
Existen varios métodos de financiamiento comercial mediante los cuales
las empresas realizan sus negocios, los más utilizados son: financiamiento de
2. cuentas por cobrar, factoraje, carta de crédito, aceptaciones bancarias,
financiamiento de capital de trabajo, compra de efectos a cobrar, contra
negociación.
La importancia del comercio internacional radica en la medida que
contribuye a aumentar la riqueza de los países y de sus pueblos, riqueza que
medimos a través del indicador de la producción de bienes y servicios que un
país genera anualmente (PIB). Sobre esta base se ha defendido la libertad de
comercio como un instrumento que permite lograr un objetivo que podemos
considerar universal: la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de la
población mundial que está íntimamente relacionada con la renta económica
generada y con su distribución.
En la actualidad, esta creencia, sin embargo, no ha sido ni compartida
por todos los países ni, sobre todo, aplicada. Por el contrario, el enfoque que
más ha prevalecido en la historia económica de los últimos tres siglos ha sido el
de limitar y regular los flujos de comercio en función de los diferentes intereses
económicos, políticos y sociales de los estados. El grado de intervención y
limitación de los intercambios comerciales ha ido variando a lo largo del
tiempo, como después analizaremos, pero alcanzó su punto álgido en los años
treinta cuando la economía internacional experimentó una de sus peores crisis.
Precisamente, para evitar que estos episodios de deterioro en las relaciones
económicas internacionales se repitieran, el diseño del orden económico
internacional de la posguerra apostó, claramente, por una liberalización del
comercio internacional como medio para que la producción y el bienestar de
todos los países aumentaran. A pesar de ello, este proceso de liberalización del
comercio no ha sido automático ni generalizado.