1. Entrevista de la Revista ELECTRICIDAD PERÚ al Ing. Eduardo Zolezzi
Consultor en energía (febrero de 2015)
Integración Energética Regional
¿Es factible una integración energética con países de la región?
Al examinar la economía energética, se aprecia claramente que existen economías de
escala. También la complementariedad entre países de la región, es decir, hay países con
recursos energéticos importantes y otros que no lo tienen. Así, se obtendría cierta
complementación en los mercados, incluyendo los intereses particulares de las naciones.
En general la interconexión energética es beneficiosa porque puede traer a menores
costos y mejores servicios.
Por otra parte, una integración estricta de los mercados, debería establecerse con las
mismas reglas y formación de precios en todos los países. Sin embargo, los problemas
empiezan con la igualdad de precios entre países que no tienen los mismos recursos para
generar energía.
Perú, por ejemplo, tiene suficientes recursos hídricos y gas natural, ideales para
producción de energía eléctrica, con precios relativamente bajos. Por su parte, Chile tiene
limitados recursos naturales energéticos y los precios son altos.
Por ahora, la idea de integración estricta de los mercados energéticos en la región es muy
difícil, por el problema de los precios. El intercambio de oportunidad (yo tengo un exceso
en este momento a este precio y tú me lo quieres comprar) se puede realizar con los
países vecinos sin problemas, sobre todo con la zona norte de Chile (por el consumo
eléctrico de operaciones mineras importantes).
Además de Chile, ¿qué otros países serían convenientes para una integración
energética?
Con Ecuador no tenemos demasiada diferenciación. El vecino del norte tiene suficientes
recursos energéticos autóctonos para el tamaño de su consumo. Recientemente, el
Gobierno ecuatoriano ha comenzado a desarrollar sus importantes recursos naturales
hidroeléctricos, para sustituir su principal fuente actual de electricidad que utiliza petróleo.
Perú podría intercambiar energía eléctrica con Ecuador, principalmente para aprovechar
las diferencias estacionales de generación de energía hidroeléctrica. Entonces, solo
habría intercambios ocasionales, la compra de energía entre ambos países sería
dependiendo del costo y la necesidad en cada situación.
2. ¿El escenario sería el mismo con Bolivia?
El caso de Bolivia es muy diferente a Chile y Ecuador. Primero, Bolivia tiene una demanda
energética bastante reducida y tiene subsidios muy importantes a los energéticos. Tiene
recursos energéticos más que abundantes para sus requerimientos y es el principal
exportador de gas natural de la región. No se ve a mediano plazo que esta situación
cambie, por lo tanto no se aprecia que una interconexión brinde alguna ventaja de cierta
relevancia para alguno de los dos países.
Años atrás, Perú mantuvo negociaciones en energía con Brasil, ¿qué pasó con el
proyecto de Central Hidroeléctrica de Inambari?
Se había previsto un proyecto de Interconexión con Brasil mediante la explotación de
proyectos hidroeléctricos de la cuenca del Atlántico de Perú, al parecer por presiones
económicas y políticas durante el gobierno de Alan García (2006-2011). Brasil, es el país
más grande de la región y requiere una enorme cantidad de energía. Perú podría
proporcionar de electricidad a Brasil, pero en una cantidad muy bajas a la proporción, de
su demanda. En Perú la máxima demanda de electricidad es aproximadamente 5 000
megavatios (MW), Brasil alcanza los 100 000 MW, unas veinte veces más. De exportar,
incluso los 2 000 MW previstos en Inambari como soporte energético, la cantidad seguiría
siendo escaza para un país tan grande.
Hubo un encuentro de intereses. Perú quería (quiere) desarrollar los proyectos
hidroeléctricos de la cuenca atlántica, pero no cuenta con capitales para ello. Una
inversión privada de esta magnitud sólo para la demanda local no se justifica. El interés
de Brasil no es tanto por la cantidad de energía que puede proporcionar Inambari sino que
esta central se localiza en un río que es una afluente del Madre de Dios y este es afluente
del Madeira, donde se ubican dos grandes centrales hidroeléctricas brasileras, Santo
Antonio y Jirau, que para poderlas construir el gobierno brasilero tuvo que disminuir de
tamaño los proyectos para no generar grandes inundaciones. El embalse del Inambari
podría servir a Brasil como una regulación adicional del Madeira y así poder generar
mayor energía en sus centrales.
¿Cómo visiona los modelos de generación eléctrica en países de la región a largo
plazo?
Creo que Chile, dadas sus condiciones, seguirá su política energética produciendo
electricidad mediante energías renovables (solar y eólica principalmente), a consecuencia
de los problemas con las nuevas hidroeléctricas y los costos energéticos en este país.
Creo que los proyectos eólicos pueden competir económicamente en su sistema eléctrico.
Las plantas solares aún deben ser subsidiadas, aun cuando este país tiene el potencial
solar más grande de la región, sus costos son elevados y no pueden competir con la
generación convencional.
3. No obstante, el país sureño apunta como consumidor al mercado del gas natural licuado
(GNL) por la abundancia y bajo precio actual. Adicional a ello, la última carta energética
de Chile podría ser la incorporación de energía nuclear.
En el caso de Ecuador, este país seguirá con su política de generación de electricidad
basada en su potencial hidroeléctrico, alcanzando los 4 000 MW a 5 000 MW en los
próximos años. Por lo menos, en los próximos diez años, se inclinarán por hidroeléctricas
y dejará su dependencia del petróleo para la generación eléctrica.
Colombia es energéticamente muy similar a Perú. La matriz eléctrica es
fundamentalmente basada en gas natural y fuentes hidroeléctricas.
Creo que Brasil tendrá problemas energéticos en el a futuro. Los grandes desarrollos de
centrales hidroeléctricas en la selva están limitados; cada nueva central tiene problemas.
Durante el periodo de gobierno del ex presidente Lula da Silva, se logró aprobar los dos
últimos grandes proyectos hidroeléctricos en la selva amazónica (los proyectos indicados
de Santo Antonio y Jirau).
Así, se está llegando al límite práctico de al desarrollo de hidroeléctricas en la amazonia
brasilera. Aunque Brasil tiene también un buen potencial de energías renovables no
convencionales (principalmente eólica), considerando su gran demanda eléctrica futura,
requerirá una creciente generación termoeléctrica, con combustibles líquidos locales o
importando más gas natural desde Bolivia.
Y sobre el Perú ¿cuál es su opinión respecto al sector eléctrico?
Años atrás, desde que la Ley de Generación Eficiente N° 28832, que se promulgó el
2006, hubo un cambio importante en el sector eléctrico peruano. Anterior a ello, todo
estaba regido por la Ley de Concesiones (de 1992) y la privatización de las empresas de
electricidad.
Ahora, con el aumento de inversiones, el sector eléctrico ha mejorado. Sin embargo,
existe un terreno engorroso y un aspecto oscuro en el plano legislativo y regulatorio, que
ha creado una cierta rivalidad entre las empresas de generación nuevas y antiguas, y que
ha roto el principio fundamental de competencia en el mercado de generación y una
distorsión importante de precios.
Al Perú le quedará seguir generando electricidad con gas natural, por el bajo precio de
este hidrocarburo y su expansión al sur del país. Construir hidroeléctricas tiene costos
cada vez más elevados, en parte por requerimientos sociales y ambientales, y además
porque los nuevos proyectos están localizados en zonas cada vez más alejadas. La oferta
de energía eléctrica está asegurada hasta el 2020, pero no sabemos qué pasará con los
precios a partir del 2017, por una posible sobre capacidad. Entre la reserva fría
termoeléctrica y nuevas centrales hidroeléctricas licitadas (y por licitar) se espera contar
con 5 000 MW adicionales de generación hasta el 2017.
4. ¿Qué opina de la administración del Estado sobre las empresas de generación y
distribución eléctrica?, ¿Cree que deban privatizarse las empresas eléctricas
estatales?
El Estado Peruano es un pésimo administrador y gestor de empresas en general.
Aproximadamente la mitad de la demanda regulada del país es abastecida por empresas
de distribución eléctrica administradas por el Fondo Nacional de Financiamiento de la
Actividad Empresarial del Estado (FONAFE). Igualmente una cantidad importante de
generación es producida por empresas públicas manejadas por FONAFE. Esta
administración “temporal” se hace con presupuestos anuales de operación, sin posibilidad
de endeudamiento de largo plazo y con políticas de incentivos al personal que premian
una visión cortoplacista, perjudicial para este tipo de empresas.
Además, con excepciones, estas empresas no tienen el suficiente personal de dirección y
ejecutivo bien pagado y con la experiencia y capacidad necesarias. Finalmente, los
sistemas de adquisiciones y contrataciones que tienen que aplicar son engorrosos e
inflexibles, creando una cierta parálisis empresarial muy perjudicial.
En resumen, estoy de acuerdo con la intervención del sector privado en la gestión de, y la
inversión en, las empresas estatales de electricidad. Esto debe planificarse bien y
ejecutarse muy cuidadosamente.