El documento describe algunas diferencias entre el pensamiento griego y hebreo antiguo. El pensamiento hebreo se basaba más en los sentidos y en conceptos concretos, mientras que el griego era más abstracto. También explora el significado original de varias palabras hebreas como "alabanza", "vida" y "creer", las cuales tenían connotaciones más prácticas y tangibles para los antiguos hebreos que sus traducciones modernas. Finalmente, discute cómo el concepto hebreo de "fe" implicaba una acción firme de apoyo a
1. Vol. # 770808S Agosto 2008
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2. Aprendiendo de
Palabras Antiguas
Los Estudios de Israel • Agosto 2008
RRecientemente, estuve leyendo el verso de Juan 1:1, “En el principio ya era la Palabra…”
(versión Sagradas Escrituras), lo cual, claro está, es una referencia directa a Yeshúa (Jesús).
Pero sentí gran curiosidad por el estilo y la forma de la frase “en el principio.” Actualmente,
tenemos muchas maneras de comunicarnos, como por el teléfono, Internet, e-mail, fax, men-
sajes en texto, radio, televisión, Skype y otros sistemas semejantes de comunicación. Algunos
vivíamos durante los días del código Morse y el telegrama. Los indios en las Américas una vez
se comunicaban por señales de humo. A través de la historia, el ser humano ha encontrado
maneras muy brillantes de comunicación. Entre los más creativos estaban los antiguos he-
breos. Ellos realmente existieron “en el principio,” y diseñaron una manera inteligente y visual
para comunicar sus palabras.
El lenguaje más temprano fue simple y visual. El sistema se asemeja al programa “Apren-
diendo Inglés como Segundo Idioma.” Yo ayudaba a producir ese curso para televisión. El
maestro levantaba un fósforo prendido y decía: “This is a match! Say: This is a match.” El maes-
tro sostenía el fósforo para que el alumno tuviera un objeto visual de la palabra.
Hace miles de años, el antiguo idioma hebreo dependía de ese mismo principio visual. Los
primeros escritores se referían al antiguo hebreo como el “idioma de Canaán.” Otros lo llama-
ban “el lenguaje de los judíos.” La Enciclopedia Judía (JewishEncyclopedia.com) dice que tam-
bién se llamaba “la lengua sagrada,” para distinguirla del arameo y otros “idiomas profanos”
hablados por los judíos en tiempos posteriores. Esa designación parece ser una referencia al
lishon bet kudshá, o “el idioma del santuario.”
Inscripción de Siloam
en paleo-hebreo
descubierto en el Túnel
de Ezequías.
Primeras cuatro letras
del Abecedario Hebreo
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3. Aprendiendo de Palabras Antiguas
Diferencias entre el Griego y Hebreo
Los idiomas procedieran de varios grupos, pero la Enciclopedia Judía (JewishEncyclopedia.
com) establece que durante la Edad Media, la opinión más común era que el hebreo constituye
el idioma más primitivo del ser humano. El trabajo de Jeff A. Benner me estimuló a iniciar este
estudio a continuación. Benner escribe:
“La definición de una palabra se relaciona directamente con la cultura donde sea utilizada.
Una palabra pudiera tener varios significados, dependiendo de la cultura donde se use. Para
poder interpretar una palabra hebrea en su debido contexto como idioma hebreo antiguo, uno
debe primero conocer el antiguo pensamiento hebreo.
“El pensamiento griego percibe el mundo a través de la mente (pensamiento abstracto), pero
el antiguo pensamiento hebreo percibe el mundo por los sentidos (pensamiento concreto).
“El pensamiento concreto es expresión de conceptos e ideas que se puedan ver, tocar, oler,
saborear o escuchar. Los cinco sentidos se usan cuando se habla, se escucha, se escribe o se
lee el idioma hebreo. Salmo 1:3 es ejemplo de ello: “Será como árbol firmemente plantado junto
a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita…” En ese pasaje, el
autor expresa sus pensamientos en términos concretos, como árbol, corrientes de agua, fruto
y hoja.
El pensamiento abstracto es la expresión de conceptos e ideas en maneras que no se puedan
ver, tocar, oler, saborear ni escuchar. Ejemplos de pensamiento abstracto pueden hallarse en el
Salmo 103:8. ‘Compasivo y clemente es el SEÑOR, lento para la ira y grande en misericordia.’ Las
palabras compasión, clemencia, ira y misericordia son todas palabras abstractas dentro de un
pasaje de pensamiento hebreo concreto.” De hecho, esas palabras en el texto hebreo tienen un ori-
gen concreto que ilustra mejor dichas ideas abstractas. Pero
si traducimos esas palabras literalmente, pierden sentido en
nuestro idioma más moderno.
Benner también ofrece esta excelente ilustración: “El
pensamiento griego describe objetos con relación a su
apariencia. El pensamiento hebreo describe objetos con
relación a su función. Una descripción griega de un lápiz
común podría ser: ‘Es amarillo y de como ocho pulgadas
[20 centímetros] de largo.’ Una descripción hebrea del lá-
piz estaría más relacionada a su función, como: ‘Puedo
escribir palabras con él.’ Fíjese que la descripción hebrea
contiene el verbo ‘escribir,’ mientras que la descripción
griega usa los adjetivos ‘amarillo’ y ‘largo.’”
Como ejemplo bíblico, la palabra hebrea concreta de af
se traduce como “enojo.” En el hebreo, también significa
“nariz.” Enojo es abstracto, mientras que nariz es algo físico
y visible. Para los antiguos habitantes en tiendas, el enojo
se representaba con las fosas nasales abiertas, una común
reacción visible cuando la persona está enojada. Con esa
diferencia en mente, exploremos algunas palabras y su an-
tigua definición hebrea, según encontramos en las publica-
ciones del Centro de Investigación del Hebreo Antiguo.
Explorando el Significado de Palabras
Alabanza
Por años, algunos han debatido si es necesario levantar
las manos para alabar. Aparentemente, ese conflicto no exis-
tía entre los antiguos hebreos. La palabra halel (הלל), tradu-
cida como “alabanza,” era el dibujo de una figura humana
La palabra
halel,
traducida
como
“alabanza,”
era una figura
humana
con manos
levantadas en
alto.
הלל
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4. Los Estudios de Israel • Agosto 2008
con manos levantadas en alto. Aparentemente, para los
antiguos adoradores, la alabanza requería un total com-
promiso, y no era acción meramente casual. La alabanza
para ellos significaba acción, participación y expresión.
Vida
Personas modernas han traducido la palabra jai como
“vida,” pero esa es una idea abstracta. Los antiguos he-
breos tenían un concepto muy práctico para la vida. Job
38:39 sirve de ejemplo: “¿Puedes cazar la presa para la
leona, o saciar el apetito de los leoncillos...?” Aquí, la pa-
labra jai es traducida como “apetito.” Otras traducciones
usan la palabra “hambre.” Hoy día, tenemos estableci-
mientos de comida rápida en casi cualquier esquina,
además de entregas al hogar y enormes supermercados.
El concepto de hambre no tiene las mismas connotacio-
nes que tenía en tiempos antiguos. Un estómago satisfe-
cho representaba la vida. Un estómago vacío significaba
la muerte.
Crear
La frase hebrea lev tajor bará li se encuentra en el Salmo 51:10, que lee en español: “Crea
en mí, oh Dios, un corazón limpio...” ¿Qué tenía en mente el Rey David cuando hizo esa petición
tan profunda?
Para expresar “crear,” David usó la palabra hebrea bará, que es la misma para describir la
creación del universo (Génesis 1:1). Dios creó el universo de la nada, un milagro impresionante.
Cuando David pidió que Dios creara en él un corazón limpio, pudo haber usado la palabra yatzar
(יצר). Con esa palabra, hubiera pedido que Dios usara algo ya existente, en lugar de la nada. ¡Pero
David fue explícito cuando usó la palabra bará! No tenía ilusiones de sí mismo. David claramente
sabía que no poseía nada de valor para el Señor. Pablo lo explicó así: “De modo que si alguno está
en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas” (2 Cor. 5:17).
Podemos encontrar un significado más obvio de la palabra bará en 1 Samuel 2:29: “¿Por
qué pisoteáis mi sacrificio y mi ofrenda que he ordenado en mi morada, y honras a tus hijos
más que a mí, engordándoos con lo mejor de cada ofrenda de mi pueblo Israel?” La palabra he-
brea para “engordándoos” es la misma bará de “crear” en Génesis 1:1. Por lo tanto, también
podría significar “engordar” o “llenar.”
De esa manera, podríamos leer Génesis 1:1 como: “En el principio llenó Dios los cielos y
la tierra.” ¡Cuán espectacularmente llenó Dios los cielos! Debemos siempre asombrarnos ante
los nuevos descubrimientos del espacio. Descubren nuevos universos, y continuamente nacen
nuevas estrellas. Su obra sobrepasa cualquier descripción y definición. Cuando David oró,
“bará” en mí un corazón limpio, estaba pidiendo al Creador que engordara su corazón con
santidad, justicia y humildad. ¡Llena mi corazón de esas cosas divinas!
Creer
¿Qué entendemos por la palabra “creer”? Cuando creemos, sentimos certeza sobre algo o
alguien. Cuando creemos en Dios, sabemos que hará lo que ha prometido hacer. Según ese
cuadro, no somos simples observadores, porque toda la acción depende de Dios. ¿Pero qué
significa la palabra amán (אמן), traducida como “creer”?
En Isaías 22:23 dice: “Lo clavaré como clavija en lugar seguro, y será un trono de gloria
para la casa de su padre.” En ese verso, una forma de la palabra amán se traduce al español
como “seguro” o “firme.” El lugar seguro es un lugar de apoyo. Cuando creemos en Dios, nos
“¿Puedes
cazar la
presa para
la leona,
o saciar el
apetito
de los
leoncillos...?”
Job 38:39
חי
ברא
אמן
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5. Aprendiendo de Palabras Antiguas
comprometemos a apoyarlo, en el sentido de defenderlo o de serle fiel. ¿Qué hemos hecho hoy
para demostrar nuestro apoyo al Señor? “Creer” no es meramente una cosa abstracta y pasiva.
Nuestra acción de apoyar los caminos de Dios siempre debió ser parte de nuestro sistema de fe.
Otra palabra que proviene de la misma raíz (alef, mem, nun) es emuná (אמונה), que frecuen-
temente es traducida como “fe,” pero también puede ser traducida como fidelidad, verdad o
firmeza. La fe es algo abstracto; pero emuná representa algo visible, firme y tangible. Para un
pensador hebreo, el tener fe en Dios o creer en Él no es simplemente reconocer o creer que
existe, o incluso saber que actuará. Una persona con emuná se posicionará firmemente para
hacer la voluntad de Dios. Quizás esa comprensión ayudó para que los primeros cristianos de-
mostraran tanto valor y firmeza. Considere cómo defendieron el Evangelio, pese a la formidable
y fuerte oposición. Fueron testigos de poderosos milagros en respuesta a su inconmovible fe.
Central en esa definición de fe está la acción. No hay lugar para una fe escondida. Santiago
1:22 describe perfectamente esa antigua comprensión hebrea: “Sed hacedores de la palabra y
no solamente oidores...”
Existen otras palabras que aclaran el concepto de “creer.” Veamos algunas de ellas.
El Camino
¿Qué quiso decir Yeshúa cuando declaró, “Yo Soy el camino...,” en Juan 14:6? No tengo
duda alguna de que Su público comprendió lo que quería expresar. El “camino” era esencial
para la sobrevivencia en esos tiempos. Los antiguos vivían en comunidades sin carreteras,
semáforos o señales de tránsito. No habían guías sentados sobre la joroba de un camello para
señalar por dónde virar e informar cuánto tiempo faltaba para la próxima esquina. La gente
tenía que mantener control de su rumbo de modo que pudieran encontrar pastos verdes y
agua. Si uno se salía del camino, podría encontrar la muerte. Hay dos palabras hebreas para
representar “camino”: tzadik (צדיק) (Strong’s #6662) y rashá (רשה) (Strong’s #7563).
Benner explica: “La palabra tzadik literalmente significa mantener el rumbo, permanecer en el
camino, mientras que rashá significa el haber perdido el camino. Frecuentemente, tzadik se traduce
“En el
principio
creo
Dios los
cielos y
la tierra.”
Génesis 1:1
דרך
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6. Los Estudios de Israel • Agosto 2008
como “justo,” y rashá como “malvado,” pero esas palabras en español no expresan el sentido original
tras esas palabras hebreas. La persona tzadik se mantiene en el camino, según las instrucciones
de Dios; pero el que es rashá está perdido y en peligro de perder su vida. Proverbios 10:11 declara:
‘Fuente de vida es la boca del justo, pero la boca de los impíos encubre violencia.’ Una vez que la perso-
na se percata de estar perdido (rashá), su meta es dar la vuelta y regresar al camino correcto.”
Cuando Yeshúa dijo, “Yo Soy el camino,” exhortaba a las personas perdidas para que le
aceptaran con la intención de encontrar satisfacción plena, pastos verdes y tiempos de refrige-
rio en sus vidas.
El Salmo 119:105 dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino.” El pueblo
judío siempre ha sabido que fueron escogidos para ser “luz a las naciones.” Igualmente, los
cristianos creemos: “Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se
puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, sino sobre el candele-
ro, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille vuestra luz delante de los hombres, para
que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mat.
5:14-16). Tanto para los judíos como para los cristianos, las “buenas obras” son una prioridad.
Los cristianos sabemos que las buenas obras no nos podrán salvar, pero también está claro
que los cristianos que no produzcan fruto de buenas obras no son verdaderos creyentes.
Yeshúa también dijo: “Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos
de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen
uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el
árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo
producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. Así
que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino
de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán
en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Jamás os
conocí; apartaos de mi, los que practicáis la iniquidad.’” (Mat. 7:15-23).
Los primeros cristianos se identificaban como los del “Camino.” En Hechos 9:2 leemos que
Saulo “pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos que pertene-
cieran al Camino, tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.” Fíjese que
Saulo estaba tan enojado con el terco testimonio de esas personas del Camino, que tenía inten-
ción de arrestarlos y encarcelarlos. Ciertamente, eran conocidos por sus acciones. También sabe-
mos que Saulo/Pablo experimentó un sorprendente encuentro personal con Dios, conduciéndolo
efectivamente hacia el Camino correcto. “Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga. Pero
cuando Priscila y Aquila lo oyeron, lo llevaron aparte y le explicaron con mayor exactitud el camino
de Dios” (Hech. 18:26). La comparación es clara. Ese Camino no era algo totalmente extraño.
Yeshúa había dicho que Él era el verdadero Camino que las personas tanto anhelaban.
Regresar
¿Cómo hace el que está rashá (perdido) para corregir la situación? Anteriormente, cuando
los antiguos se perdían en lugares desiertos, tenían que regresar por donde habían venido para
re-encontrar el camino, o podían perecer. Era muy probable que alguien perdido en lugares
Courtesy of the Israel Antiquties Authority
Este impresionante rollo es
una colección de salmos e
himnos, uno de los textos
más largos encontrados en
Qumran. La letra del rollo es
de fina calidad, con letras
cuidadosamente dibujadas
en estilo judío manual para
libro del período herodiano.
El Tetragrámaton (las cuatro
letras del Nombre Divino),
sin embargo, está escrito
en letra paleo-hebrea.
“Lámpara es
a mis pies
Tu palabra,
y luz para mi
camino.”
Salmo 119:105
שוב
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7. desérticos moría de sed. Yeshúa dijo: “El que cree en mí, como ha dicho la Escritura, de lo más
profundo de su ser brotarán ríos de agua viva” (Juan 7:38). Esa es una promesa muy apropiada
para quienes conocían las historias horrorosas de los que se perdían en el desierto.
El verbo hebreo de shuv (שוב) (Strong’s #7725) lo resume todo. Implica “arrepentimiento,”
y en el pensamiento hebreo, eso significa “regresar al camino correcto.” Ese significado está cla-
ro en Deuteronomio 30:8 (Versión Sagradas Escrituras), donde dice: “Y tú volverás, y oirás la voz
del Señor, y pondrás por obra todos sus mandamientos, que yo te mando hoy.” Algunas traduc-
ciones dicen “volverás a escuchar la voz del Señor,” pero la mejor traducción es “volverás,” que
implica “regresar.” Desde una perspectiva hebraica, dice: “Regresarás al camino y escucharás la
voz del Señor, y seguirás todas Sus direcciones que te he señalado hoy.” Note la conexión en el
verso entre creer y hacer. Esa no es una confesión de una sola ocasión. Es una acción de toda la
vida, de ser “luz a las naciones.” Ese concepto nos conduce a nuestra próxima palabra.
Perdonar
Cuando creemos y nos arrepentimos, Dios nos perdona. En Génesis 21:18, leemos las pa-
labras que Dios habló a la desesperada Hagar: “Levántate, alza al muchacho [Ismael] y sostenlo
con tu mano; porque yo haré de él una gran nación.” ¿Qué tienen que ver esas palabras con el
perdón? Según el Centro de Investigación del Antiguo Hebreo, “la palabra hebrea de ‘alzar’ es
‘nasá’ (נשה) (Strong’s #5375) y significa tomar algo y levantarlo, tanto mover algo o remover
algo.” El Centro Espacial Kennedy también se llama NASA, desde donde se “levantan” o “des-
pegan” los cohetes. ¿Cuán apropiado!
Frecuentemente, la palabra nasá se traduce como perdonar, como en el Salmo 25:18, “Mira
mi aflicción y mis trabajos, y perdona todos mis pecados.” Desde la perspectiva hebraica, el
perdón de los pecados significa el que sean levantados o removidos. El Salmo 85:2 dice: “Per-
donaste la iniquidad de tu pueblo, cubriste todo su pecado.” Aunque Miqueas no usa nasá, com-
prendía bien esos términos. “Volverá a compadecerse de nosotros, hollará nuestras iniquidades.
Sí, arrojarás a las profundidades del mar todos nuestros pecados” (Miq. 7:19).
¡Considere el siguiente día de gran libertad!: “En aquellos días y en aquel tiempo--declara el
SEÑOR--se buscará la iniquidad de Israel, pero no habrá ninguna, y los pecados de Judá, pero
no se hallarán; porque perdonaré a los que yo haya dejado como remanente” (Jer. 50:20). Isaías
lo describió maravillosamente: “...eres tú quien ha guardado mi alma del abismo de la nada,
porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados” (Is. 38:17b).
“En el principio ya era la Palabra…” Esa Palabra inicial—la Biblia—es el fundamento de
nuestra fe, incluso en nuestros días. ¿Procura usted una señal? ¿Necesita alguna dirección?
Estudie las palabras de las Escrituras. Hemos visto cuán ricas pueden ser esas palabras cuando
Aprendiendo de Palabras Antiguas
El Centro
Espacial
Kennedy
también se
llama NASA,
que significa
“despegar.”
נשה
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