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GUÍA DEL PEREGRINO
“El camino de Santiago siempre
ha conducido a Cristo”
(Juan Pablo II)
1
Camino de Santiago 2014
Guía del peregrino
INDICE
I. LA PALABRA DEL SR. OBISPO
II. INTRODUCCIÓN
III. VIDA DEL APOSTOL
IV. DIEZ CONSEJOS PARA VIVIR LA FÉ
V. LITURGIA DE LAS HORAS
VI. REFLEXIONA HOY
VII. ITINERARIO DE LAS ETAPAS
VIII. CONSEJOS PRACTICOS
IX. DIRECCIONES DE LOS ALBERGUES
X. SANTO ROSARIO
XI. CORONILLA DIVINA MISERICORDIA
XII. EXAMEN DE CONCIENCIA
XIII. TELEFONOS DE INTERÉS
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Camino de Santiago 2014
Guía del peregrino
LA PALABRA
DEL SR. OBISPO
QUERIDOS PEREGRINOS,
El Camino de Santiago tiene duende. No os quepa duda. De no ser así no perviviría tantos
siglos. ¿Quién no ha oído hablar de sus beneficios, sus experiencias, sus encuentros? Pero no os
dejéis engañar por los que fabulan sobre fuerzas telúricas, lugares embrujados, fuerzas
naturales. Una sencilla palabra explica todo mejor: la peregrinación. Así de sencillo: es un
camino de peregrinación cristiana, es decir, el camino que han hecho muchos cristianos que
durante siglos han querido llegar ante el sepulcro del Apóstol Santiago, un gran amigo del
Señor, y le han presentado sus peticiones, pero sobre todo, sus vidas.
Unos lo hacían por devoción, otros como purificación y para encontrar el perdón de sus
pecados, otros como quien lee un libro abierto, en diálogo con el paisaje y las piedras, para
encontrar a los santos, a los mendigos, las ilusiones perdidas.
A quien sabe escuchar todo habla de la Iglesia, sus misterios, su misión, su caridad. Y también
hablamos nosotros cuando dejamos que nos llene la voz de Cristo y hacemos de altavoz.
Durante el Camino os acompaña una guía, una sencilla publicación que, de modo practico, os
orientará en lo material y, --¡como no!— en vuestro caminar del alma. En vuestro Vademecum
quisiera que mis palabras orientasen algo vuestros pasos, los interiores, que son los más
importantes.
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Camino de Santiago 2014
Guía del peregrino
El símbolo de la concha vieira con que volvían afortunados a sus casas los llegaban de Santiago
a se ha convertido en un logotipo que veréis por todas partes. Su forma, si observáis bien, se
confunde con una estrella, casi un cometa, que lleva al “campo de la estrella” o Compostela. En
la noche de cada época de la historia fue esta luz, el rastro de la fe, la linterna que guió los
pasos de los peregrinos hasta el Sepulcro del Apóstol, pero sobre todo después, al regreso a sus
casas, en su propia vida. Invito a cada uno a dejarse iluminar, a mirar al cielo para comprender
la tierra, a confiar para encontrar. Dios que dirige nuestros pasos, sabe que la intercesión del
Apóstol Santiago, que fue amigo íntimo del Señor, orienta nuestra vida si le dejamos entrar. Al
compartir, al rezar, al mirar, se purifican los criterios, lo cual os hermanará.
El camino ha generado siempre nuevos santos. Abrid los ojos para verlos y que otros los puedan
ver en vosotros. El amor de Dios se comprende cuando, junto a la inmensidad de Dios,
aceptamos nuestra pequeñez, que somos mendigos y necesitamos ayuda, pero que podemos
enriquecer a los demás; y cuando nos abrimos a la ternura de Dios que nos toma de la mano,
nos ayuda, acompaña y acaricia. Nos da seguridad pues no nos deja solos ni perdidos en el
camino. La Iglesia, que os acompaña y aúna, os acogerá paso a paso discretamente pero de
modo elocuente.
Sois, además, “familia”, la presencia viva de la iglesia del Señor, un lugar de amistad, un
sacramento de caridad. En este camino se fortalece la entrega, pues el amor que está más en el
dar que en el recibir. También esa entrega que hace crecer pues está más en las obras que en las
palabras.
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Camino de Santiago 2014
Guía del peregrino
Al final, con el abrazo tradicional de cada peregrino al Apóstol, llegaréis a término, y
escucharéis que os dice que aquel non plus ultra (“nada más allá” ) del fin de la tierra finis
terrae, debéis buscarlo al regreso, en vuestra tierra, en vuestros vecinos, en las periferias donde
debemos llegar para llevar el amor de Cristo. Si queréis, podéis quemar la ropa, como hacían
algunos, como signo de purificación, para que quede atrás la pereza y la mundanidad y
regreséis como hombres nuevos. La tumba del Apóstol guarda las reliquias de quien goza ya la
gloria de Dios, la que encontraréis en el pórtico de la Catedral. En realidad nos remite al
sepulcro vacío, el de Cristo, que ha abierto la puerta del cielo y en el corazón del hombre la
esperanza.
¡Feliz peregrinación!
+ Rafael Zornoza, Obispo de Cádiz y Ceuta
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Camino de Santiago 2014
Guía del peregrino
¡Ojalá todos los que llegamos a Compostela
podamos, por el sacramento de la Penitencia y la
celebración de la Eucaristía, regresar fortalecidos
en la Fe y dispuestos a ser como el Apóstol
“Amigos y Testigos del Señor”!
INTRODUCCIÓN
Realizar la peregrinación a la Tumba del Apóstol Santiago es un acontecimiento que ha llevado
a lo largo de los tiempos a acoger el don de la fe a quien no lo tiene, o a revitalizarlo a quien ya
lo tiene.
De ahí la importancia de preparar adecuadamente todo lo referente a esta peregrinación. Son sin
duda necesarios ciertos preparativos externos, pero sobre todo, hay que cuidar una preparación
espiritual para que pueda producir en los peregrinos los mejores frutos de vida cristiana.
A lo largo de este camino que emprendemos hoy vamos a reflexionar con el relato evangélico
de los discípulos de Emaús, y todas ellas giran sobre tres puntos básicos:
Primero: Los discípulos, que estaban en la comunidad, se alejan de ella llenos de dudas e
incertidumbres.
Segundo: Los discípulos, mientras realizan el camino, viven la experiencia del encuentro con
Jesús.
Tercero: Los discípulos, transformados, vuelven a la comunidad y dan testimonio de todo lo
sucedido.
En la experiencia de estos discípulos podremos encontrar valiosos elementos para iluminar
nuestra condición de peregrinos. Ojalá todos los peregrinos que lleguen a Compostela puedan,
por el sacramento de la Penitencia y la celebración de la Eucaristía, regresar fortalecidos en la
fe y dispuestos a ser como el Apóstol “Amigos y Testigos del Señor”.
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Camino de Santiago 2014
Guía del peregrino
VIDA DELAPOSTOL
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ELAPOSTO SANTIAGO: AMIGO Y TESTIGO DEL SEÑOR
Santiago era hijo de Zebedeo y de Salomé, hermano de Juan, el apóstol. Era pescador en las
riberas del Lago de Genesaret o Tiberíades. Cuando estaban en su trabajo, Jesús les llamó (Mt
4, 21). Ellos abandonaron todo y emprendieron la aventura de seguir al Maestro de Galilea.
Jesús tuvo especial relación con Pedro, Santiago y Juan, quienes formaban su grupo de
confianza y fueron testigos excepcionales en momentos decisivos tales como: la resurrección de
la hija de Jairo (Mc 5, 37), su propia transfiguración (Lc 9, 28) o durante su agonía en el Huerto
(Mt 26, 36). Después de la muerte de Jesús, está presente en los encuentros pascuales con los
Once. Santiago forma parte del grupo básico de la Iglesia Primitiva de Jerusalén con el grupo
de los Doce y en la cual desempeñó un papel importante.
Su predicación en España
Se estima que en los primeros años, del 30 al 32, pudo venir a la Península Ibérica
aprovechando el abundante tráfico marítimo existente entre Galicia y otros países costeros
occidentales. Aquí, cumpliendo el mandato de predicar la Buena Nueva hasta los confines del
orbe, predicó el evangelio de Jesús y formó las primeras comunidades de cristianos.
Su martirio y traslado a Compostela
La tradición jacobea refiere que, después de haber sido decapitado en Jerusalén por orden de
Herodes Agripa (Hch 12, 2) en el año 44, su cuerpo fue traído por sus discípulos desde
Jerusalén hasta el puerto de Padrón (Iria Flavia). Desde allí, por tierra, lo trajeron al montículo
del Libredón (Compostela) en cuyo lugar recibió sepultura.
El descubrimiento del Sepulcro
El descubrimiento data de principios del siglo IX (813-820). En la antigua diócesis de Iria
Flavia, un ermitaño de nombre Pelayo ve en la espesura del bosque unas “luminarias” y oye
“cánticos de ángeles”; de estos fenómenos participan también los feligreses de San Félix de
Solovio parroquia situada al pie del bosque. Esta noticia se pone en conocimiento del obispo
Teodomiro quien acude de inmediato al bosque y halla el edículo sepulcral identificándolo con
el túmulo del Apóstol Santiago. Teodomiro notifica el descubrimiento a Alfonso II el Casto
(791-842) quien acude acompañado de la familia real y se pone bajo la protección de Santiago
siguiendo una antigua tradición. Los descubridores del Santo Sepulcro interpretaron su hallazgo
como “una revelación divina” que les obligaba a restaurar el culto sepulcral a Santiago.
La peregrinación a Santiago
La peregrinación a Santiago atrae a multitud de devotos. El Sepulcro de Santiago llegó a ser
con Jerusalén (Sepulcro de Cristo) y Roma (tumbas de San Pedro y San Pablo) uno de los tres
principales lugares del mundo cristiano y centros de las llamadas “peregrinaciones mayores”.
Santiago se convierte en un referente importante donde el móvil principal que atrae a los
peregrinos es su devoción fervorosa a un Apóstol, Amigo y Testigo del Señor.
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Camino de Santiago 2014
Guía del peregrino
CONSEJOS PARA VIVIR LAFE
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DIEZ CONSEJO PARA VIVIR LA FE
1. VIVIR LA MISA: para vivir un encuentro personal con Dios, de modo inmediato, sobre todo
EL DOMINGO, día del Señor, refuerza fe: habla Dios en su Palabra, se reza el Credo, las
oraciones y la música sagrada, la homilía, orar con todos, recibir la Comunión formando parte
de una comunidad de fe.
2. CONFESARSE: El sacramento de la penitencia nos reconcilia con Olas, celebra su
misericordia, nos da luz para vivir como discípulo de Jesús, nos aparta del mal, nos devuelve la
gracia perdida. Nos llama a volver a Dios, a expresar el dolor por el mal que hemos hecho, y
abre nuestra vida a la fuerza de la gracia sanadora de Dios. Perdona las heridas del pasado y
fuerza para el futuro.
3. LEER LA BIBLIAA DIARIO: ofrece la Palabra de Dios que nos habla y narra la salvación
de los hombres. Lo más sencillo es empezar por los Evangelios del Nuevo Testamento,
escuchar a Jesús, conocerle mejor.
4. REZAR EL ROSARIO, para invocar y amar a la Virgen, nuestra madre, mediadora nuestra y
poderosa intercesora. Es la primera cristiana, espejo de las bienaventuranzas cumplidas y de la
vida evangélica, modelo y ejemplo para crecer en la humildad, la paciencia, la justicia, la
misericordia, la transparencia y la libertad. Estrella en la noche, regazo y hogar para vivir en el
gozo de la fe.
5. LEER EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA, que desde hace 20 años recoge en un
solo volumen los dogmas de fe, de la doctrina moral, de la oración y de los sacramentos de la
Iglesia Católica, y sirve como un verdadero recurso para crecer en la comprensión de la fe. Es
la síntesis ordenada y completa de la fe, para comprenderla, explicarla, orar, vivir mejor. Se
puede comenzar por el Compendio del Catecismo, más breve y conciso.
6. PARTICIPAR EN LOS GRUPOS DE ENCUENTRO Y RENOVACION DE LA FE,para
provocar la experiencia de encuentro personal con Dios y conocerle mejor, y para que nadie se
sienta un extraño dentro de la Iglesia. Es una gran experiencia, pero muy fácil de hacer. Pueden
tener lugar en casa particulares preferentemente, f en parroquias, colegios, hermandades,
movimientos, etc, No hace falta más que invitar a amigos y conocidos.
7. PARTICIPAR EN LA PARROQUIA, convivir con amigos cristianos en la Iglesia ayuda a
vivir la Fe, porque la Iglesia es comunidad donde se aporta y se recibe, se vive en relación para
orar juntos, para expresar ayuda y afecto, para construir unidos y dar ejemplo. La fe no puede
limitarse al estudio reflexión. En la vida parroquial descubrimos formas de servir a los demás,
de colaborar, de ayudar a los necesitados.
8. AYUDAR A LOS NECESITADOS, porque en el pobre, en el marginado, y en el vulnerable,
se encuentra Cristo personalmente. La caridad nos hace profundizar en la fe, nos hace transmitir
la esperanza, comprender la cruz y la salvación del Señor.
9. LEER LOS DOCUMENTOS DEL CONCILIO VATICANO II del que se celebra este año su
50 aniversario. Supone una gracia para la Iglesia para llevar adelante su trabajo de renovación
en las celebraciones litúrgicas, en el papel de los laicos, la presencia de los cristianos en el
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mundo, en el ecumenismo y en el diálogo interreligioso.
10. CONOCER A LOS SANTOS, para aprender de ellos y pedir su intercesión ante Dios. Leer
la Biblia de algunos, ayuda a ver que es posible ser amigo de Dios y vivir a su lado. Te dará
ideas para ser mejor y superar con fe las dificultades. Ejemplos validos de cómo vivir una vida
cristiana, a través de diferentes formas como la docencia, el trabajo misionero, la caridad, o la
oración, y tratando de agradecer a Dios e las acciones y decisiones de común de la vida
cotidiana.
+Rafael, Obispo de Cádiz y Ceuta
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Camino de Santiago 2014
Guía del peregrino
LITURGIA DE LAS HORAS
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8 de Agosto - Santo Domingo de Guzmán
Era todavía estudiante cuando se le nombró canónigo de la Catedral de Osma. El santo vivía en
comunidad, bajo la regla de San Agustín.
Cuando Diego de Acevedo fue elegido Obispo de Osma hacia el año 1201, le sucedió en el
cargo de prior del capítulo. El obispo y Domingo fueron a Roma a pedir a Inocencio III que los
enviase a predicar el Evangelio a los cumanos en Rusia. El Papa los exhortó para que
consagraran sus esfuerzos a luchar dentro de la cristiandad por desarraigar la herejía.
En 1206, el día de la fiesta de Santa María Magdalena, Domingo fundó en Prouille un convento
con nueve monjas a las que había convertido de la herejía. Hasta entonces había portado el
hábito de los Canónigos Regulares de San Agustín y observado su regla. Pero, deseaba reavivar
el espíritu apóstolico, para eso proyectaba fundar un grupo de religiosos, que no serían
necesariamente sacerdotes ni se dedicarían exclusivamente a la contemplación, como los
monjes, sino que unirían a la contemplación el estudio de las ciencias sagradas y la práctica de
los ministerios pastorales.
Pocos meses más tarde, Santo Domingo acompañó al obispo al cuarto Concilio de Letrán.
Hacia 1215, Inocencio III aprobó el convento de religiosas en Prouille y, verbalmente, la nueva
fundación. Finalmente la nueva comunidad y sus constituciones fue aprobada por Honorio III,
en el año de 1216. Gregorio IX firmó el decreto de canonización de su amigo, Santo Domingo
en 1234. Fue el fundador de la Congregación de los Dominicos.
Laudes
V/. -Señor, Ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
Ant: Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
13
Himno
Cristo, cabeza, rey de los pastores,
el pueblo entero, madrugando a fiesta,
canta a la gloria de tu sacerdote
himnos sagrados.
Con abundancia de sagrado crisma,
la unción profunda de tu Santo Espíritu
le armó guerrero y le nombró en la Iglesia
jefe del pueblo.
Él fue pastor y forma del rebaño,
luz para el ciego, báculo del pobre,
padre común, presencia providente,
todo de todos.
Tú que coronas sus merecimientos,
danos la gracia de imitar su vida,
y al fin, sumisos a su magisterio,
danos su gloria. Amén.
Salmo 50: Misericordia, Dios mío
Ant: Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
¡Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
14
Habacuc 3, 2-4.13a.15-19: Juicio de Dios
Ant: En tu juicio, Señor, acuérdate de la misericordia.
Señor, he oído tu fama,
me ha impresionado tu obra.
En medio de los años, realízala;
en medio de los años, manifiéstala;
en el terremoto, acuérdate de la misericordia.
El Señor viene de Temán;
el Santo, del monte Farán:
su resplandor eclipsa el cielo,
la tierra se llena de su alabanza;
su brillo es como el día,
su mano destella velando su poder.
Sales a salvar a tu pueblo,
a salvar a tu ungido;
pisas el mar con tus caballos,
revolviendo las aguas del océano.
Lo escuché y temblaron mis entrañas,
al oírlo se estremecieron mis labios;
me entró un escalofrío por los huesos,
vacilaban mis piernas al andar;
gimo ante el día de angustia
que sobreviene al pueblo que nos oprime.
Aunque la higuera no echa yemas
y las viñas no tienen fruto,
aunque el olivo olvida su aceituna
y los campos no dan cosechas,
aunque se acaben las ovejas del redil
y no quedan vacas en el establo,
yo exultaré con el Señor,
me gloriaré en Dios, mi salvador.
El Señor soberano es mi fuerza,
él me da piernas de gacela
y me hace caminar por las alturas.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 147: Acción de gracias por la restauración de Jerusalén
Ant: Glorifica al Señor, Jerusalén.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura (Hb 13,7-9a)
Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de
su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre. No os dejéis arrastrar por
doctrinas complicadas y extrañas.
15
V/. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
R/. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
V/. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor.
R/. He colocado centinelas.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas.
Cántico Ev.
Ant: No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros
enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre
Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Demos gracias a Cristo, el buen Pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle,
diciendo: Apacienta a tu pueblo, Señor
- Señor Jesucristo, que en los santos pastores nos has revelado tu misericordia y tu amor,
haz que por ellos continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.
- Señor Jesucristo, que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo,
no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.
- Señor Jesucristo, que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las
almas,haz que nunca falten a tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida
santa.
- Señor Jesucristo que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de los santos,
haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.
Ya que Dios nos ha adoptado como hijos, oremos al Padre como nos enseñó el Señor:
Padre nuestro que estás en el cielo...........
Final
Te pedimos, Señor, que santo Domingo de Guzmán, insigne predicador de tu palabra, ayude a
tu Iglesia con sus enseñanzas y sus méritos, e interceda también con bondad por nosotros. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos. Amén.
16
9 de Agosto - Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)
Edith Stein nació en Breslau, Alemania, (hoy Broklaw, Polonia) el 12 de octubre de 1891. Fue
la última de 11 hermanos de una familia judía devota. Fue una estudiante brillante. En 1916,
culminó su tesis y obtuvo el Doctorado en Filosofía con el grado de summa cum laude.
En la Primera Guerra Mundial, Edith se enroló de voluntaria para trabajar en hospitales
militares. Tras retornar de la experiencia de la guerra, retomó su vida de estudiante. La lectura
de la vida de Santa Teresa de Jesús, terminó completando la obra que Dios había iniciado en
ella: su conversión al catolicismo. El 1 de enero de 1922 recibió el bautismo.
Trabajó 8 años como profesora de alemán y dividía su día entre el trabajo y la oración. Edith
continuó sus escritos y traducciones de filosofía y asumió el compromiso de dar conferencias.
En el transcurso de sus conferencias, frecuentemente abordaba el papel y significado de la
mujer en la vida contemporánea. Una lectura de sus textos revela claramente su oposición
radical al feminismo y su fuerte compromiso al reconocimiento y desarrollo de la mujer, así
como al valor de la madurez de la vida cristiana en la mujer como una respuesta para el mundo.
En 1931, Edith deja la escuela para dedicarse a tiempo completo a la escritura y publicación de
sus trabajos. En 1932, aceptó la cátedra en la Universidad de Münster, pero un año después le
dijeron que debería dejar su puesto por su antecedente judío. El 14 de octubre de 1933, a la
edad de 42 años, Edith Stein ingresa al convento carmelita en Cologne tomando el nombre de
Teresa Benedicta. En el convento, Edith continuó sus estudios y escritos.
El domingo 2 de agosto de 1942, los oficiales de la S.S. fueron al convento y se la llevaron
junto con su hermana Rosa. En medio de la noche, del 7 de agosto de 1942, los prisioneros de
Westerbork, incluyendo a Edith Stein, fueron llevados a los trenes y deportados a Auschwitz.
Allí murió el 9 de Agosto de 1942.
Laudes
V/. -Señor, Ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
Ant: Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
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por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Himno
«Quien entrega su vida por amor,
la gana para siempre», dice el Señor.
Aquí el bautismo proclama
su voz de gloria y de muerte.
Aquí la unción se hace fuerte
contra el cuchillo y la llama.
Mirad cómo se derrama
mi sangre por cada herida.
Si Cristo fue mi comida,
dejadme ser pan y vino
en el lagar y en el molino
donde me arrancan la vida.
Salmo 62,2-9: El alma sedienta de Dios
Ant: Te alabarán mis labios, Señor, porque tu gracia vale más que la vida.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Daniel 3,57-88.56: Toda la creación alabe al Señor
Ant: Mártires del Señor, bendecid al Señor por los siglos.
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
18
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al
Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu
Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Salmo 149: Alegría de los santos
Ant: «Al vencedor lo pondré de columna en mi santuario», dice el Señor.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los
fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura (2 Corintios 1,3-5)
¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del
consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás
en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los
sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro
ánimo.
V/. El Señor es mi fuerza y mi energía.
R/. El Señor es mi fuerza y mi energía.
V/. Él es mi salvación.
R/. Y mi energía.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. El Señor es mi fuerza y mi energía.
19
Cántico Ev.
Ant: El que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros
enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre
Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Celebremos, amados hermanos, a nuestro Salvador, el testigo fiel, y, al recordar hoy a los santos
mártires que murieron a causa de la palabra de Dios, aclamémoslo, diciendo: Nos has
comprado, Señor, con tu sangre
- Por la intercesión de los santos mártires, que entregaron libremente su vida como testimonio
de la fe, concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu....
- Por la intercesión de los santos mártires, que proclamaron la fe hasta derramar su sangre,
concédenos, Señor, la integridad y la constancia de la fe....
- Por la intercesión de los santos mártires, que, soportando la cruz, siguieron tus pasos,
concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida....
- Por la intercesión de los santos mártires, que lavaron su manto en la sangre del Cordero,
concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne....
Con la confianza que nos da nuestra fe, acudamos ahora al Padre, diciendo, como nos enseñó
Cristo:
Padre nuestro que estás en el cielo....
Final
Dios de nuestros padres, que guiaste a tu mártir Santa Teresa Benedicta al conocimiento de tu
Hijo crucificado y a imitarle hasta la muerte, concédenos por su intercesión que todos los
hombres reconozcan en Cristo a su Salvador y puedan contemplarte para siempre por medio de
Él. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos. Amén.
20
10 de Agosto – San Lorenzo, diacono y Martir
San Lorenzo uno de los siete diáconos de la Iglesia de Roma, cargo de gran responsabilidad, ya
que consistía en el cuidado de los bienes de la Iglesia y la distribución de limosnas a los pobres.
El año 257, el emperador Valeriano publicó el edicto de persecución contra los cristianos y, al
año siguiente, fue arrestado y decapitado el Papa san Sixto II, San Lorenzo le siguió en el
martirio cuatro días después. Según las tradiciones cuando el Papa San Sixto se dirigía al sitio
de la ejecución, San Lorenzo iba junto a él y lloraba. "¿A dónde vas sin tu diácono, padre
mío?", le preguntaba. El Pontífice respondió: "No pienses que te abandono, hijo mío, pues
dentro de tres días me seguirás".
San Agustín dice que el gran deseo que tenía San Lorenzo de unirse a Cristo, le hizo olvidar las
exigencias de la tortura. También afirma que Dios obró muchos milagros en Roma por
intercesión de San Lorenzo. Este santo ha sido, desde el siglo IV, uno de los mártires más
venerados y su nombre aparece en el canon de la misa. Constantino erigió la primera capilla en
el sitio que ocupa actualmente la iglesia de San Lorenzo extra muros, que es la quinta basílica
patriarcal de Roma.
Laudes
V/. -Señor, Ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
Ant: Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva. Aleluya.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Himno
Cristo,
alegría del mundo,
resplandor de la gloria del Padre.
¡Bendita la mañana
que anuncia tu esplendor al universo!
En el día primero,
tu resurrección alegraba
el corazón del Padre.
21
En el día primero,
vio que todas las cosas eran buenas
porque participaban de tu gloria.
La mañana celebra
tu resurrección y se alegra
con claridad de Pascua.
Se levanta la tierra
como un joven discípulo en tu busca,
sabiendo que el sepulcro está vacío.
En la clara mañana,
tu sagrada luz se difunde
como una gracia nueva.
Que nosotros vivamos
como hijos de luz y no pequemos
contra la claridad de tu presencia.
Salmo 92: Gloria del Dios creador
Ant: El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Daniel 3,57-88.56: Toda la creación alabe al Señor
Ant: Eres alabado, Señor, y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
22
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al
Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu
Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Salmo 148: Alabanza del Dios creador
Ant: Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dió consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar,
rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes,
montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros,
fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños,
alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura (Ez 37,12b -14)
Así dice el Señor: «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros,
pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de
vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que yo soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis;
os colocaré en vuestra tierra, y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago». Oráculo del Señor.
23
V/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
V/. Tú que estás sentado a la derecha del Padre.
R/. Ten piedad de nosotros.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
Cántico Ev.
Ant: De madrugada, se acercó Jesús a los discípulos andando sobre el agua, y les dijo:
«¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!»
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros
enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre
Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Invoquemos a Dios Padre, que, por mediación de su Hijo, envió el Espíritu Santo, para que con
su luz santísima penetrara las almas de sus fieles, y digámosle: Ilumina, Señor, a tu pueblo.
- Te bendecimos, Señor, a ti que eres nuestra luz, y te pedimos que este domingo que ahora
comenzamos transcurra todo él consagrado a tu alabanza....
- Tú que, por la resurrección de tu Hijo, quisiste iluminar el mundo, haz que tu Iglesia difunda
entre todos los hombres la alegría pascual....
- Tú que por el Espíritu de la verdad, adoctrinaste a los discípulos de tu Hijo, envía este mismo
Espíritu a tu Iglesia para que permanezca siempre fiel a ti....
- Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven aún en las tinieblas y abre
los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios verdadero....
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro que estás en el cielo.....
Final
Dios todopoderoso y eterno, a quien podemos llamar Padre, aumenta en nuestros corazones el
espíritu filial, para que merezcamos alcanzar la herencia prometida. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos. Amén.
24
11 de Agosto - Santa Clara, Virgen Fundadora de las Clarisas
Cuando Clara tenía 18 años, San Francisco predicó en Asís los sermones cuaresmales en la
Iglesia de San Jorge. San Francisco la alentó en su deseo de dejarlo todo por Cristo. El día de
Ramos de 1212, Clara huyó de su casa y se dirigió al pueblo de Porciúncula, que distaba dos
kilómetros de donde vivía San Francisco con su comunidad.
Ahí cambió Clara sus finos vestidos por un hábito de penitente. San Francisco le cortó el
cabello, le consiguió alojamiento provisional para Clara en el claustro de las benedictinas de
San Pablo, cerca de Bastia. Los parientes de Clara ya habían planeado para ella un matrimonio
y en cuanto supieron lo que había pasado, decidieron sacarla del convento. Se cuenta que Clara
se aferró con tal fuerza al altar, que desgarró los manteles cuando la arrancaron de ahí. La joven
se descubrió la cabeza para que viesen sus cabellos cortados y dijo a sus amigos que Dios la
había llamado a su servicio y que ella estaba dispuesta a responder. Al poco tiempo, fue a
reunirse con Clara su hermana Inés, lo cual desencadenó una nueva persecución familiar. Más
tarde, San Francisco trasladó a Clara e Inés a una casa contigua a la iglesia de San Damián, en
las afueras de Asís, y nombró superiora a Clara.
Al cabo de algunos años, había ya varios conventos de las clarisas en Italia, Francia y
Alemania. La Beata Inés fundó una orden en Praga, donde tomó el hábito. Santa Clara y sus
religiosas no usaban calzado y dormían en el suelo, no comían carne nunca y sólo hablaban
cuando era necesario o por caridad. Santa Clara imitó a la perfección el espíritu de pobreza de
San Francisco. Gregorio IX acabó por conceder a las clarisas, en 1228, el "Privilegium
Paupertatis" para que nadie pudiese obligarlas a tener posesiones.
Además, Santa Clara como verdadera intérprete del espíritu y tradición franciscanos, redactó
por su cuenta una regla que los refleja con fidelidad y que prohíbe toda forma de propiedad
individual o común. Inocencio IV no aprobó esta regla sino dos días antes de la muerte de la
santa. Santa Clara murió el día de la fiesta de San Lorenzo, a los 60 años de edad.
Laudes
V/. -Señor, Ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
Ant: Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
25
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Himno
Nos apremia el amor, vírgenes santas;
vosotras, que seguisteis su camino,
guiadnos por las sendas de las almas
que hicieron de su amar amor divino.
Esperasteis en vela a vuestro Esposo
en la noche fugaz de vuestra vida,
cuando llamó a la puerta, vuestro gozo
fue contemplar su gloria sin medida.
Vuestra fe y vuestro amor fue fuego ardiente
que mantuvo la llama en la tardanza,
vuestra antorcha encendida fielmente
ha colmado de luz vuestra esperanza.
Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero
con la Iglesia de Dios ha celebrado,
no dejéis que se apague nuestro fuego
en la pereza y sueño del pecado.
Demos gracias a Dios y, humildemente,
pidamos al Señor que su llamada
nos encuentre en vigilia permanente,
despiertos en la fe y en veste blanca. Amén.
Salmo 83: Añoranza del templo
Ant: Dichosos los que viven en tu casa, Señor.
¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación:
Cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de baluarte en baluarte
hasta ver a Dios en Sión.
Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.
Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria;
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre
que confía en ti!
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
26
Isaías 2, 2-5: El monte de la casa del Señor en la cima de los montes
Ant: Venid, subamos al monte del Señor.
Al final de los días estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cima de los montes,
encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles,
caminarán pueblos numerosos.
Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob:
Él nos instruirá en sus caminos
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la ley,
de Jerusalén, la palabra del Señor».
Será el árbitro de las naciones,
el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven,
caminemos a la luz del Señor.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 95: El Señor, rey y juez del mundo
Ant: Cantad al Señor, bendecid su nombre.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de
alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «el Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente».
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura (Ct 8,7)
Las aguas torrenciales no podrán apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera
comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.
V/. Oigo en mi corazón: Buscad mi rostro.
R/. Oigo en mi corazón: Buscad mi rostro.
V/. Tu rostro buscaré, Señor.
R/. Buscad mi rostro.
27
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. Oigo en mi corazón: Buscad mi rostro.
Cántico Ev.
Ant: Ésta es la virgen prudente que, unida a Cristo, resplandece como el sol en el reino
celestial.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros
enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre
Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, y supliquémosle diciendo: Jesús,
corona de las vírgenes, escúchanos
- Oh Cristo, a quien las vírgenes amaron como a su único esposo, concédenos que nada nos
aparte de tu amor.
- Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes, concédenos, por su intercesión, servirte
siempre con pureza de corazón.
- Por intercesión de las santas vírgenes, que te sirvieron siempre con fidelidad, para alcanzar la
santidad de cuerpo y alma, ayúdanos, Señor, a que los bienes de este mundo que pasa no nos
separen de tu amor eterno.
- Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las vírgenes prudentes esperaban, concédenos
vivir en vela, esperando tu retorno glorioso.
- Por intercesión de Santa Clara, que fue virgen sensata y una de las prudentes, concédenos,
Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres.
Llenos de alegría por nuestra condición de hijos de Dios, digamos confiadamente:
Padre nuestro que estás en el cielo.....
Final
Oh Dios, que infundiste en santa Clara un profundo amor a la pobreza evangélica, concédenos,
por su intercesión, que, siguiendo a Cristo en la pobreza de espíritu, merezcamos llegar a
contemplarte en tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
28
12 de Agosto – Beato Karl Leisner
Nació en 1915, se crió en Kleve y de estudiante de bachillerato ingresó en el Movimiento
Juvenil Católico. En dicho Movimiento, además de disfrutar de la comunidad con los jóvenes y
de poder realizar largos viajes, adquiere conocimientos de las Sagradas Escrituras y sobre todo
de la Eucaristía. En su diario escribe: “Cristo, Tú eres mi pasión”.
En 1939 es ordenado diácono y en pocos meses debería recibir las sagradas órdenes, pero la
Divina Providencia designa otra cosa. Es detenido por la Gestapo e internado en el campo de
concentración de Dachau en el que con gran peligro para todos los participantes, el moribundo
diácono, Karl Leisner, es ordenado sacerdote por el obispo Gabriel Piguet, recluso francés. El
nuevo sacerdote celebra su primera y única Santa Misa el día de San Esteban, en el año 1944.
El 4 de mayo de 1945 es puesto en libertad y fallece el 12 de agosto. La última inscripción de
su diario reza: “Bendice, Oh Altísimo también a mis enemigos”.
Laudes
V/. -Señor, Ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
Ant: Venid, adoremos al Señor, Dios soberano.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Himno
Señor, el día empieza. Como siempre,
postrados a tus pies, la luz del día
queremos esperar.
Eres la fuerza
que tenemos los débiles, nosotros.
Padre nuestro,
que en los cielos estás, haz a los hombres
iguales: que ninguno se avergüence
de los demás; que todos al que gime
den consuelo; que todos, al que sufre
del hambre la tortura, le regalen
29
en rica mesa de manteles blancos
con blanco pan y generoso vino;
que no luchen jamás; que nunca emerjan,
entre las áureas mieses de la historia,
sangrientas amapolas, las batallas.
Luz, Señor, que ilumine las campiñas
y las ciudades; que a los hombres todos,
en sus destellos mágicos, envuelva
luz inmortal; Señor, luz de los cielos,
fuente de amor y causa de la vida.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Amén.
Salmo 84: Nuestra salvación está cerca
Ant: Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.
Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.
Restáuranos, Dios Salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?
¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia,
y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
La fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Isaías 26,1-4.7-9.12: Himno después de la victoria sobre el enemigo
Ant: Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.
Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes:
Abrid las puertas para que entre un pueblo
justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.
Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua.
La senda del justo es recta.
Tú allanas el sendero del justo;
en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,
ansiando tu nombre y tu recuerdo.
Mi alma te ansía de noche,
mi espíritu en mi interior madruga por ti,
porque tus juicios son luz de la tierra,
y aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor, tú nos darás la paz,
porque todas nuestras empresas
30
nos las realizas tú.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 66: Que todos los pueblos alaben al Señor
Ant: Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura (1Jn 4,14-15)
Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del
mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
V/. Dios mío, peña mía, refugio mío, Dios mío.
R/. Dios mío, peña mía, refugio mío, Dios mío.
V/. Mi alcázar, mi libertador.
R/. refugio mío, Dios mío.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. Dios mío, peña mía, refugio mío, Dios mío.
Cántico Ev.
Ant: El Señor nos suscitó una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus
profetas.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros
enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre
Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
31
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la nueva alianza, y digámosle
suplicantes: Acuérdate, Señor, de tu pueblo.
- Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el comienzo de este día,
y haz que no deje nunca de glorificar tu majestad.
- Que nunca, Señor, quedemos confundidos, los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra
esperanza.
- Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra, ya que sin ti no podemos hacer
nada.
- Acuérdate de los pobres y desvalidos, que el día que hoy empieza les traiga solaz y alegría.
Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que a
todos llegue el reino de su Hijo:
Padre nuestro que estás en el cielo.......
Final
Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo lo creado, haz que
comencemos este día con ánimo alegre y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a
ti y a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
32
13 de Agosto – San Estanislao de Kostka, Seminarista
Era hijo de un rico senador de Polonia, y nació en el año de 1550. A los 14 años, fue admitido
en un colegio jesuita, donde se educó. Durante esta misma época, su padre lo hospedó en la
casa de un calvinista protestante, el cual trataba mal a los católicos que eran fervorosos.
Ante la negativa de su padre de responder a la vocación de sacerdote, Estanislao decidió huir.
Quiso hacerse jesuita en su país, pero los padres de esa comunidad no lo aceptaron por no
ganarse de enemigo a su padre. Entonces emprendió una caminata de 500 kilómetros. Primero a
Alemania, donde fue recibido amablemente por el superior regional de los jesuitas, San Pedro
Canisio, y luego, hasta Roma, donde el superior general San Francisco de Borja lo recibió con
especial afecto.
Al principio, se dedicó a oficios humildes y domésticos, tarea que hizo con muy buena voluntad
y alegría a pesar de que, por venir de familia adinerada, no estaba habituado a este tipo de
trabajos. Fue admitido en el noviciado, donde pasó sólo nueve meses. Su amor a Jesús
Sacramentedo era tan fuerte, que cuando entraba al templo su rostro se enrojecía y
resplandecía.Y durante la misa o después de comulgar era frecuentemente arrebatado en éxtasis,
sin darse cuenta de lo sucedía a su alrededor.
El 15 de agosto de 1568, cuando sólo tenía 18 años, falleció. Por intercesión de San Estanislao
se obtuvieron numerosos milagros, y el Santo Padre lo canonizó y lo declaró patrono de los
novicios y de los que se preparan al sacerdocio.
Laudes
V/. -Señor, Ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
Ant: Adoremos al Señor, creador nuestro.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
33
Himno
Siempre es hora de la gracia,
¡despierte el alma dormida!
Los cangilones del sueño
van hurtando el agua viva
en la noria de las horas,
de las noches y los días.
Peldaños de eternidad
me ofrece el tiempo en su huida,
si, ascendiendo paso a paso,
lleno mis manos vacías.
Sólo el tiempo se redime,
quitándole su malicia.
Como una sombra se esfuman
del hombre vano los días,
pero uno solo ante Dios
cuenta mil años de espigas.
«Tus años no morirán»,
leo en la Sagrada Biblia:
lo bueno y noble perdura
eternizado en la dicha.
Sembraré, mientras es tiempo,
aunque me cueste fatigas.
Al Padre, al Hijo, al Espíritu
alabe toda mi vida:
el rosario de las horas,
de las noches y los días. Amén.
Salmo 85: Oración de un pobre ante las adversidades
Ant: Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
Inclina tu oído, Señor, escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo, que confía en ti.
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;
porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.
En el día del peligro te llamo,
y tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses, Señor,
ni hay obras como las tuyas.
Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios.»
Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.
Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu gran piedad para conmigo,
porque me salvaste del abismo profundo.
Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes atenta contra mi vida,
sin tenerte en cuenta a ti.
Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí.
Da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava;
dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
34
Isaías 33, 13-16: Dios juzgará con justicia
Ant: Dichoso el hombre que camina por sendas de justicia y habla con rectitud.
Los lejanos, escuchad lo que he hecho;
los cercanos, reconoced mi fuerza.
Temen en Sión los pecadores,
y un temblor agarra a los perversos:
"¿Quién de nosotros habitará un fuego
devorador,
quién de nosotros habitará una hoguera
perpetua?"
El que procede con justicia y habla con rectitud
y rehúsa el lucro de la opresión,
el que sacude la mano rechazando el soborno
y tapa su oído a propuestas sanguinarias,
el que cierra los ojos para no ver la maldad:
ése habitará en lo alto,
tendrá su alcázar en un picacho rocoso,
con abasto de pan y provisión de agua.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 97: El Señor, juez vencedor
Ant: Aclamad al Rey y Señor.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad:
tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor.
Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos, aclamen los montes
al Señor, que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura (Jb 1,21; 2,10b)
Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me
lo quitó, bendito sea el nombre del Señor. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar
los males?.
V/. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
R/. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
V/. Dame vida con tu palabra.
R/. mi corazón a tus preceptos.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
35
Cántico Ev.
Ant: Ten misericordia de nosotros, Señor, y recuerda tu santa alianza.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros
enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre
Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Invoquemos a Cristo, que se entregó a sí mismo por la Iglesia, y le da alimento y calor,
diciendo: Mira, Señor, a tu Iglesia.
- Bendito seas, Señor, Pastor de la Iglesia, que nos vuelves a dar hoy la luz y la vida; haz que
sepamos agradecerte este magnífico don.
- Mira con amor a tu grey, que has congregado en tu nombre; haz que no se pierda ni uno solo
de los que el Padre te ha dado.
- Guía a tu Iglesia por el camino de tus mandatos, y haz que el Espíritu Santo la conserve en la
fidelidad.
- Que tus fieles, Señor, cobren nueva vida, participando en la mesa de tu pan y de tu palabra,
para que, con la fuerza de este alimento, te sigan con alegría.
Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro:
Padre nuestro que estás en el cielo.........
Final
Señor Dios, infunde en nuestras almas la claridad de tu luz, y, pues con tu sabiduría nos has
creado y con tu providencia nos gobiernas, haz que nuestro vivir y nuestro obrar estén del todo
consagrados a ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
36
14 de Agosto - San Maximiliano Kolbe, presbítero y mártir
San Maximiliano María Kolbe fue hijo de María Dabrowska y de Julio Kolbe, pertenecientes a
la Tercera Orden Franciscana, y los cuales tenían en su casa un taller y un pequeño altar con la
imagen milagrosa de Nuestra Señora de Czestochowa. Nació en Polonia el 8 de enero de 1894.
Fue bautizado con el nombre de Raimundo en la iglesia parroquial.
Cursó estudios de filosofía en la Universidad Georgiana de Roma, por la que se graduó en
1915, y de teología en la Facultad de Teología de San Buenaventura de la misma ciudad, que
terminaría en 1919. Durante esa etapa de formación en la capital italiana creó, por sugerencia
del rector Esteban Igundi, la Milicia de la Inmaculada junto con otros de sus compañeros.
Fundada en 1917, la agrupación se extendería posteriormente por todo el mundo.
Regresó a Polonia en el año 1936, siendo director espiritual de Niepokalanów, y luego de 3
años, mientras se daba la Guerra Mundial, fue apresado junto a otros frailes y enviado a campos
de concentración en Alemania y Polonia. Poco tiempo después, el día de la Inmaculada
Concepción, es liberado.
En 1941 es nuevamente hecho prisionero y ésta vez es enviado a la prisión de Pawiak, y luego
llevado al campo de concentración de Auschwitz, donde prosiguió su ministerio a pesar de las
terribles condiciones de vida.
El 3 de agosto de 1941, un prisionero escapa; y en represalia, el comandante del campo ordena
escoger a 10 prisioneros para ser condenados a morir de hambre. Entre los hombres escogidos
estaba el sargento Franciszek Gajowniczek, polaco como San Maximiliano, casado y con hijos.
San Maximiliano, que no se encontraba dentro de los 10 prisioneros escogidos, se ofrece a
morir en su lugar. El comandante del campo acepta el cambio. Después de 10 días de condena
y al encontrarlo todavía con vida, los nazis le colocan una inyección letal el 14 de agosto de
1941.
Laudes
V/. -Señor, Ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
Ant: Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
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Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Himno
«Quien entrega su vida por amor,
la gana para siempre»,
dice el Señor.
Aquí el bautismo proclama
su voz de gloria y de muerte.
Aquí la unción se hace fuerte
contra el cuchillo y la llama.
Mirad cómo se derrama
mi sangre por cada herida.
Si Cristo fue mi comida,
dejadme ser pan y vino
en el lagar y en el molino
donde me arrancan la vida.
Salmo 86: Himno a Jerusalén, madre de todos los pueblos
Ant: ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí.»
Se dirá de Sión: «Uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado.»
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Este ha nacido allí.»
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.»
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Isaías 40, 10-17: El buen pastor es el Dios altísimo y sapientísimo
Ant: El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede.
Mirad, el Señor Dios llega con poder,
y su brazo manda.
Mirad, viene con él su salario,
y su recompensa lo precede.
Como un pastor que apacienta el rebaño,
su brazo lo reúne,
toma en brazos los corderos
y hace recostar a las madres.
¿Quién ha medido a puñados el mar
o mensurado a palmos el cielo,
o a cuartillos el polvo de la tierra?
¿Quién ha pesado en la balanza los montes
y en la báscula las colinas?
¿Quién ha medido el aliento del Señor?
¿Quién le ha sugerido su proyecto?
¿Con quién se aconsejó para entenderlo,
para que le enseñara el camino exacto,
para que le enseñara el saber
y le sugiriese el método inteligente?
Mirad, las naciones son gotas de un cubo
y valen lo que el polvillo de balanza.
38
Mirad, las islas pesan lo que un grano,
el Líbano no basta para leña,
sus fieras no bastan para el holocausto.
En su presencia, las naciones todas
como si no existieran,
valen para él nada y vacío.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 98: Santo es el Señor, nuestro Dios
Ant: Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies.
El Señor reina, tiemblen las naciones;
sentado sobre querubines, vacile la tierra.
El Señor es grande en Sión,
encumbrado sobre todos los pueblos.
Reconozcan tu nombre, grande y terrible:
Él es santo.
Reinas con poder y amas la justicia,
tú has establecido la rectitud;
tú administras la justicia y el derecho,
tú actúas en Jacob.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies:
Él es santo.
Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él respondía.
Dios les hablaba desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les dio.
Señor, Dios nuestro, tú les respondías,
tú eras para ellos un Dios de perdón,
y un Dios vengador de sus maldades.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante su monte santo:
Santo es el Señor, nuestro Dios.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura (2Co 1,3-5)
¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del
consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás
en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los
sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro
ánimo.
V/. El Señor es mi fuerza y mi energía.
R/. El Señor es mi fuerza y mi energía.
V/. Él es mi salvación.
R/. Y mi energía.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. El Señor es mi fuerza y mi energía.
Cántico Ev.
Ant: Cristo será glorificado en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte. Para mí la vida es
Cristo, y una ganancia el morir.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
39
Es la salvación que nos libra de nuestros
enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre
Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Celebremos, amados hermanos, a nuestro Salvador, el testigo fiel, y, al recordar hoy a los santos
mártires que murieron a causa de la palabra de Dios, aclamémoslo, diciendo:
Nos has comprado, Señor, con tu sangre
- Por la intercesión de los santos mártires, que entregaron libremente su vida como testimonio
de la fe, concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu.
- Por la intercesión de los santos mártires, que proclamaron la fe hasta derramar su sangre,
concédenos, Señor, la integridad y la constancia de la fe.
- Por la intercesión de los santos mártires, que, soportando la cruz, siguieron tus pasos,
concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida.
- Por la intercesión de los santos mártires, que lavaron su manto en la sangre del Cordero,
concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.
Acudamos ahora a nuestro Padre celestial, diciendo:
Padre nuestro que estás en el cielo......
Final
Oh Dios, que al mártir san Maximiliano María Kolbe, apóstol de la Inmaculada, le llenaste de
celo por las almas y de amor al prójimo, concédenos, por su intercesión, trabajar generosamente
por tu gloria en el servicio de los hombres y tener el valor de asemejarnos a tu Hijo, incluso
hasta en la muerte. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
40
15 de Agosto - La Asunción de la Virgen María, solemnidad
El dogma de la Asunción se refiere a que la Madre de Dios, después de su vida terrena fue
elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII,
el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus.
"La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección
de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos" (Catecismo #966).
La importancia de la Asunción para nosotros, hombres y mujeres de comienzos del Tercer
Milenio de la Era Cristiana, radica en la relación que hay entre la Resurrección de Cristo y la
nuestra. La presencia de María, mujer de nuestra raza, ser humano como nosotros, quien se
halla en cuerpo y alma ya glorificada en el Cielo, es eso: una anticipación de nuestra propia
resurrección.
El Papa Juan Pablo II, en una de sus Catequesis sobre la Asunción, explica esto mismo en los
siguientes términos: "El dogma de la Asunción afirma que el cuerpo de María fue glorificado
después de su muerte. En efecto, mientras para los demás hombres la resurrección de los
cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por
singular privilegio" (JP II, 2-julio-97).
"Contemplando el misterio de la Asunción de la Virgen, es posible comprender el plan de la
Providencia Divina con respecto a la humanidad: después de Cristo, Verbo encarnado, María es
la primera criatura humana que realiza el ideal escatológico, anticipando la plenitud de la
felicidad, prometida a los elegidos mediante la resurrección de los cuerpos" (JP II , Audiencia
General del 9-julio-97).
Laudes
V/. -Señor, Ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
Ant: Venid, adoremos al Rey de reyes, que hoy ha elevado a la Virgen Madre al cielo.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
41
Himno
Hoy sube al cielo María,
que Cristo, en honra del suelo,
traslada la casa al cielo,
donde en la tierra vivía.
Levantad al cielo el vuelo,
de Dios lo fuisteis, y Dios,
por no estar en él sin vos,
traslada la casa al cielo.
Amor con divino modo
os trasplanta, bella flor,
y, porque prendáis mejor,
os llevan con tierra y todo.
A su Hija abraza el Padre,
a su Madre, el Redentor,
y a su Esposa coronada
el Espíritu de Amor. Amén.
Salmo 62,2-9: El alma sedienta de Dios
Ant: Dichosa eres, María, porque de ti vino la salvación del mundo; ahora vives ya en la gloria
del Señor.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Daniel 3,57-88.56: Toda la creación alabe al Señor
Ant: La Virgen María ha sido glorificada sobre los coros de los ángeles; alégrense todos los
fieles y bendigan al Señor.
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
42
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al
Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu
Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Salmo 149: Alegría de los santos
Ant: El Señor ha glorificado tu nombre de tal modo, que tu alabanza está siempre en la boca
de todos.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los
fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura (Is 61,10 cfr.)
Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novia que se adorna con sus joyas.
V/. La Virgen Maria asciende hoy al cielo.
R/. La Virgen Maria asciende hoy al cielo.
V/. Y triunfa con Cristo para siempre.
R/. Asciende hoy al cielo.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. La Virgen Maria asciende hoy al cielo.
43
Cántico Ev.
Ant: Es bella y hermosa la hija de Jerusalén; subió al cielo resplandeciente, como la aurora
cuando amanece.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros
enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre
Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:
Que tu Madre, Señor, interceda por nosotros
- Verbo eterno del Padre, que elegiste a María como arca incorruptible de tu morada, líbranos de
la corrupción del pecado.
- Redentor nuestro, que hiciste de la Virgen María tabernáculo purísimo de tu presencia y
sagrario del Espíritu Santo, haz también de nosotros templos de tu Espíritu.
- Rey de reyes, que elevaste contigo al cielo en cuerpo y alma a tu Madre, haz que aspiremos
siempre a los bienes del cielo.
- Señor del cielo y de la tierra, que has colocado a tu derecha a María reina, danos un día el
gozo de tener parte en la gloria.
Llenos del Espíritu de Jesucristo, acudamos a nuestro Padre común, diciendo:
Padre nuestro que estás en el cielo..........
Final
Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y alma a los cielos a la inmaculada
Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, te rogamos, que, aspirando siempre a las
realidades divinas, lleguemos a participar con ella de su misma gloria en el cielo. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos. Amén.
44
15 de Agosto – Vísperas
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
Himno
Al cielo vais, Señora,
y allá os reciben con alegre canto.
¡Oh quién pudiera ahora
asirse a vuestro manto
para subir con vos al monte santo!
De ángeles sois llevada,
de quien servida sois desde la cuna,
de estrellas coronada:
¡Tal Reina habrá ninguna,
pues os calza los pies la blanca luna!
Volved los blancos ojos,
ave preciosa, sola humilde y nueva,
a este valle de abrojos,
que tales flores lleva,
do suspirando están los hijos de Eva.
Que, si con clara vista
miráis las tristes almas desde el suelo,
con propiedad no vista,
la subiréis de un vuelo,
como piedra de imán al cielo, al cielo.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo. Amén.
Salmo 121: La ciudad santa de Jerusalén
Ant: Maria ha sido llevada al Cielo y se alegran los ángeles, bendicen con alabanzas al Señor.
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios».
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 126: El esfuerzo humano es inútil sin Dios
Ant: La Virgen Maria ha sido elevada al cielo, donde el Rey de reyes tiene su trono de estrellas.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestros sudores:
45
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto del vientre:
son saetas en manos de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
No quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Efesios 1, 3-10: El Dios Salvador
Ant: Tú eres la Mujer a quien Dios ha bendecido, y por ti hemos recibido el fruto de la vida.
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y
celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante Él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura (1Co 15,22-23)
Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto:
primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo.
V/. La Virgen Maria ha sido ensalzada sobre los coros de los ángeles.
R/. La Virgen Maria ha sido ensalzada sobre los coros de los ángeles.
V/. Bendito el Señor que la ensalzó.
R/. Sobre los coros de los ángeles.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. La Virgen Maria ha sido ensalzada sobre los coros de los ángeles.
Cántico Ev.
Ant: Hoy La Virgen María sube a los cielos; alegraos, porque reina con Cristo para siempre.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por
mí:
46
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por
siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones
felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle, diciendo:
Que la llena de gracia interceda por nosotros
- Oh Dios, admirable siempre en tus obras, que has querido que la inmaculada Virgen María
participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo, haz que todos tus hijos deseen esta
misma gloria y caminen hacia ella.
- Tú que nos diste a María por madre, concede, por su mediación, salud a los enfermos,
consuelo a los tristes, perdón a los pecadores, y a todos abundancia de salud y de paz.
- Tú que hiciste de María la llena de gracia, concede la abundancia de tu gracia a todos los
hombres.
- Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, y que todos los
fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús.
- Tú que coronaste a María como reina del cielo, haz que los difuntos puedan alcanzar, con
todos los santos, la felicidad de tu reino.
Reconociendo que nuestra fuerza para no caer en la tentación se halla en Dios, digamos
confiadamente:
Padre nuestro que estás en el cielo...........
Final
Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y alma a los cielos a la inmaculada
Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, te rogamos, que, aspirando siempre a las
realidades divinas, lleguemos a participar con ella de su misma gloria en el cielo. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos. Amén.
47
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Guia del peregrino camino en familia rev 5

  • 1. GUÍA DEL PEREGRINO “El camino de Santiago siempre ha conducido a Cristo” (Juan Pablo II) 1
  • 2. Camino de Santiago 2014 Guía del peregrino INDICE I. LA PALABRA DEL SR. OBISPO II. INTRODUCCIÓN III. VIDA DEL APOSTOL IV. DIEZ CONSEJOS PARA VIVIR LA FÉ V. LITURGIA DE LAS HORAS VI. REFLEXIONA HOY VII. ITINERARIO DE LAS ETAPAS VIII. CONSEJOS PRACTICOS IX. DIRECCIONES DE LOS ALBERGUES X. SANTO ROSARIO XI. CORONILLA DIVINA MISERICORDIA XII. EXAMEN DE CONCIENCIA XIII. TELEFONOS DE INTERÉS 2
  • 3. Camino de Santiago 2014 Guía del peregrino LA PALABRA DEL SR. OBISPO QUERIDOS PEREGRINOS, El Camino de Santiago tiene duende. No os quepa duda. De no ser así no perviviría tantos siglos. ¿Quién no ha oído hablar de sus beneficios, sus experiencias, sus encuentros? Pero no os dejéis engañar por los que fabulan sobre fuerzas telúricas, lugares embrujados, fuerzas naturales. Una sencilla palabra explica todo mejor: la peregrinación. Así de sencillo: es un camino de peregrinación cristiana, es decir, el camino que han hecho muchos cristianos que durante siglos han querido llegar ante el sepulcro del Apóstol Santiago, un gran amigo del Señor, y le han presentado sus peticiones, pero sobre todo, sus vidas. Unos lo hacían por devoción, otros como purificación y para encontrar el perdón de sus pecados, otros como quien lee un libro abierto, en diálogo con el paisaje y las piedras, para encontrar a los santos, a los mendigos, las ilusiones perdidas. A quien sabe escuchar todo habla de la Iglesia, sus misterios, su misión, su caridad. Y también hablamos nosotros cuando dejamos que nos llene la voz de Cristo y hacemos de altavoz. Durante el Camino os acompaña una guía, una sencilla publicación que, de modo practico, os orientará en lo material y, --¡como no!— en vuestro caminar del alma. En vuestro Vademecum quisiera que mis palabras orientasen algo vuestros pasos, los interiores, que son los más importantes. 3
  • 4. Camino de Santiago 2014 Guía del peregrino El símbolo de la concha vieira con que volvían afortunados a sus casas los llegaban de Santiago a se ha convertido en un logotipo que veréis por todas partes. Su forma, si observáis bien, se confunde con una estrella, casi un cometa, que lleva al “campo de la estrella” o Compostela. En la noche de cada época de la historia fue esta luz, el rastro de la fe, la linterna que guió los pasos de los peregrinos hasta el Sepulcro del Apóstol, pero sobre todo después, al regreso a sus casas, en su propia vida. Invito a cada uno a dejarse iluminar, a mirar al cielo para comprender la tierra, a confiar para encontrar. Dios que dirige nuestros pasos, sabe que la intercesión del Apóstol Santiago, que fue amigo íntimo del Señor, orienta nuestra vida si le dejamos entrar. Al compartir, al rezar, al mirar, se purifican los criterios, lo cual os hermanará. El camino ha generado siempre nuevos santos. Abrid los ojos para verlos y que otros los puedan ver en vosotros. El amor de Dios se comprende cuando, junto a la inmensidad de Dios, aceptamos nuestra pequeñez, que somos mendigos y necesitamos ayuda, pero que podemos enriquecer a los demás; y cuando nos abrimos a la ternura de Dios que nos toma de la mano, nos ayuda, acompaña y acaricia. Nos da seguridad pues no nos deja solos ni perdidos en el camino. La Iglesia, que os acompaña y aúna, os acogerá paso a paso discretamente pero de modo elocuente. Sois, además, “familia”, la presencia viva de la iglesia del Señor, un lugar de amistad, un sacramento de caridad. En este camino se fortalece la entrega, pues el amor que está más en el dar que en el recibir. También esa entrega que hace crecer pues está más en las obras que en las palabras. 4
  • 5. Camino de Santiago 2014 Guía del peregrino Al final, con el abrazo tradicional de cada peregrino al Apóstol, llegaréis a término, y escucharéis que os dice que aquel non plus ultra (“nada más allá” ) del fin de la tierra finis terrae, debéis buscarlo al regreso, en vuestra tierra, en vuestros vecinos, en las periferias donde debemos llegar para llevar el amor de Cristo. Si queréis, podéis quemar la ropa, como hacían algunos, como signo de purificación, para que quede atrás la pereza y la mundanidad y regreséis como hombres nuevos. La tumba del Apóstol guarda las reliquias de quien goza ya la gloria de Dios, la que encontraréis en el pórtico de la Catedral. En realidad nos remite al sepulcro vacío, el de Cristo, que ha abierto la puerta del cielo y en el corazón del hombre la esperanza. ¡Feliz peregrinación! + Rafael Zornoza, Obispo de Cádiz y Ceuta 5
  • 6. Camino de Santiago 2014 Guía del peregrino ¡Ojalá todos los que llegamos a Compostela podamos, por el sacramento de la Penitencia y la celebración de la Eucaristía, regresar fortalecidos en la Fe y dispuestos a ser como el Apóstol “Amigos y Testigos del Señor”! INTRODUCCIÓN Realizar la peregrinación a la Tumba del Apóstol Santiago es un acontecimiento que ha llevado a lo largo de los tiempos a acoger el don de la fe a quien no lo tiene, o a revitalizarlo a quien ya lo tiene. De ahí la importancia de preparar adecuadamente todo lo referente a esta peregrinación. Son sin duda necesarios ciertos preparativos externos, pero sobre todo, hay que cuidar una preparación espiritual para que pueda producir en los peregrinos los mejores frutos de vida cristiana. A lo largo de este camino que emprendemos hoy vamos a reflexionar con el relato evangélico de los discípulos de Emaús, y todas ellas giran sobre tres puntos básicos: Primero: Los discípulos, que estaban en la comunidad, se alejan de ella llenos de dudas e incertidumbres. Segundo: Los discípulos, mientras realizan el camino, viven la experiencia del encuentro con Jesús. Tercero: Los discípulos, transformados, vuelven a la comunidad y dan testimonio de todo lo sucedido. En la experiencia de estos discípulos podremos encontrar valiosos elementos para iluminar nuestra condición de peregrinos. Ojalá todos los peregrinos que lleguen a Compostela puedan, por el sacramento de la Penitencia y la celebración de la Eucaristía, regresar fortalecidos en la fe y dispuestos a ser como el Apóstol “Amigos y Testigos del Señor”. 6
  • 7. Camino de Santiago 2014 Guía del peregrino VIDA DELAPOSTOL 7
  • 8. ELAPOSTO SANTIAGO: AMIGO Y TESTIGO DEL SEÑOR Santiago era hijo de Zebedeo y de Salomé, hermano de Juan, el apóstol. Era pescador en las riberas del Lago de Genesaret o Tiberíades. Cuando estaban en su trabajo, Jesús les llamó (Mt 4, 21). Ellos abandonaron todo y emprendieron la aventura de seguir al Maestro de Galilea. Jesús tuvo especial relación con Pedro, Santiago y Juan, quienes formaban su grupo de confianza y fueron testigos excepcionales en momentos decisivos tales como: la resurrección de la hija de Jairo (Mc 5, 37), su propia transfiguración (Lc 9, 28) o durante su agonía en el Huerto (Mt 26, 36). Después de la muerte de Jesús, está presente en los encuentros pascuales con los Once. Santiago forma parte del grupo básico de la Iglesia Primitiva de Jerusalén con el grupo de los Doce y en la cual desempeñó un papel importante. Su predicación en España Se estima que en los primeros años, del 30 al 32, pudo venir a la Península Ibérica aprovechando el abundante tráfico marítimo existente entre Galicia y otros países costeros occidentales. Aquí, cumpliendo el mandato de predicar la Buena Nueva hasta los confines del orbe, predicó el evangelio de Jesús y formó las primeras comunidades de cristianos. Su martirio y traslado a Compostela La tradición jacobea refiere que, después de haber sido decapitado en Jerusalén por orden de Herodes Agripa (Hch 12, 2) en el año 44, su cuerpo fue traído por sus discípulos desde Jerusalén hasta el puerto de Padrón (Iria Flavia). Desde allí, por tierra, lo trajeron al montículo del Libredón (Compostela) en cuyo lugar recibió sepultura. El descubrimiento del Sepulcro El descubrimiento data de principios del siglo IX (813-820). En la antigua diócesis de Iria Flavia, un ermitaño de nombre Pelayo ve en la espesura del bosque unas “luminarias” y oye “cánticos de ángeles”; de estos fenómenos participan también los feligreses de San Félix de Solovio parroquia situada al pie del bosque. Esta noticia se pone en conocimiento del obispo Teodomiro quien acude de inmediato al bosque y halla el edículo sepulcral identificándolo con el túmulo del Apóstol Santiago. Teodomiro notifica el descubrimiento a Alfonso II el Casto (791-842) quien acude acompañado de la familia real y se pone bajo la protección de Santiago siguiendo una antigua tradición. Los descubridores del Santo Sepulcro interpretaron su hallazgo como “una revelación divina” que les obligaba a restaurar el culto sepulcral a Santiago. La peregrinación a Santiago La peregrinación a Santiago atrae a multitud de devotos. El Sepulcro de Santiago llegó a ser con Jerusalén (Sepulcro de Cristo) y Roma (tumbas de San Pedro y San Pablo) uno de los tres principales lugares del mundo cristiano y centros de las llamadas “peregrinaciones mayores”. Santiago se convierte en un referente importante donde el móvil principal que atrae a los peregrinos es su devoción fervorosa a un Apóstol, Amigo y Testigo del Señor. 8
  • 9. Camino de Santiago 2014 Guía del peregrino CONSEJOS PARA VIVIR LAFE 9
  • 10. DIEZ CONSEJO PARA VIVIR LA FE 1. VIVIR LA MISA: para vivir un encuentro personal con Dios, de modo inmediato, sobre todo EL DOMINGO, día del Señor, refuerza fe: habla Dios en su Palabra, se reza el Credo, las oraciones y la música sagrada, la homilía, orar con todos, recibir la Comunión formando parte de una comunidad de fe. 2. CONFESARSE: El sacramento de la penitencia nos reconcilia con Olas, celebra su misericordia, nos da luz para vivir como discípulo de Jesús, nos aparta del mal, nos devuelve la gracia perdida. Nos llama a volver a Dios, a expresar el dolor por el mal que hemos hecho, y abre nuestra vida a la fuerza de la gracia sanadora de Dios. Perdona las heridas del pasado y fuerza para el futuro. 3. LEER LA BIBLIAA DIARIO: ofrece la Palabra de Dios que nos habla y narra la salvación de los hombres. Lo más sencillo es empezar por los Evangelios del Nuevo Testamento, escuchar a Jesús, conocerle mejor. 4. REZAR EL ROSARIO, para invocar y amar a la Virgen, nuestra madre, mediadora nuestra y poderosa intercesora. Es la primera cristiana, espejo de las bienaventuranzas cumplidas y de la vida evangélica, modelo y ejemplo para crecer en la humildad, la paciencia, la justicia, la misericordia, la transparencia y la libertad. Estrella en la noche, regazo y hogar para vivir en el gozo de la fe. 5. LEER EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA, que desde hace 20 años recoge en un solo volumen los dogmas de fe, de la doctrina moral, de la oración y de los sacramentos de la Iglesia Católica, y sirve como un verdadero recurso para crecer en la comprensión de la fe. Es la síntesis ordenada y completa de la fe, para comprenderla, explicarla, orar, vivir mejor. Se puede comenzar por el Compendio del Catecismo, más breve y conciso. 6. PARTICIPAR EN LOS GRUPOS DE ENCUENTRO Y RENOVACION DE LA FE,para provocar la experiencia de encuentro personal con Dios y conocerle mejor, y para que nadie se sienta un extraño dentro de la Iglesia. Es una gran experiencia, pero muy fácil de hacer. Pueden tener lugar en casa particulares preferentemente, f en parroquias, colegios, hermandades, movimientos, etc, No hace falta más que invitar a amigos y conocidos. 7. PARTICIPAR EN LA PARROQUIA, convivir con amigos cristianos en la Iglesia ayuda a vivir la Fe, porque la Iglesia es comunidad donde se aporta y se recibe, se vive en relación para orar juntos, para expresar ayuda y afecto, para construir unidos y dar ejemplo. La fe no puede limitarse al estudio reflexión. En la vida parroquial descubrimos formas de servir a los demás, de colaborar, de ayudar a los necesitados. 8. AYUDAR A LOS NECESITADOS, porque en el pobre, en el marginado, y en el vulnerable, se encuentra Cristo personalmente. La caridad nos hace profundizar en la fe, nos hace transmitir la esperanza, comprender la cruz y la salvación del Señor. 9. LEER LOS DOCUMENTOS DEL CONCILIO VATICANO II del que se celebra este año su 50 aniversario. Supone una gracia para la Iglesia para llevar adelante su trabajo de renovación en las celebraciones litúrgicas, en el papel de los laicos, la presencia de los cristianos en el 10
  • 11. mundo, en el ecumenismo y en el diálogo interreligioso. 10. CONOCER A LOS SANTOS, para aprender de ellos y pedir su intercesión ante Dios. Leer la Biblia de algunos, ayuda a ver que es posible ser amigo de Dios y vivir a su lado. Te dará ideas para ser mejor y superar con fe las dificultades. Ejemplos validos de cómo vivir una vida cristiana, a través de diferentes formas como la docencia, el trabajo misionero, la caridad, o la oración, y tratando de agradecer a Dios e las acciones y decisiones de común de la vida cotidiana. +Rafael, Obispo de Cádiz y Ceuta 11
  • 12. Camino de Santiago 2014 Guía del peregrino LITURGIA DE LAS HORAS 12
  • 13. 8 de Agosto - Santo Domingo de Guzmán Era todavía estudiante cuando se le nombró canónigo de la Catedral de Osma. El santo vivía en comunidad, bajo la regla de San Agustín. Cuando Diego de Acevedo fue elegido Obispo de Osma hacia el año 1201, le sucedió en el cargo de prior del capítulo. El obispo y Domingo fueron a Roma a pedir a Inocencio III que los enviase a predicar el Evangelio a los cumanos en Rusia. El Papa los exhortó para que consagraran sus esfuerzos a luchar dentro de la cristiandad por desarraigar la herejía. En 1206, el día de la fiesta de Santa María Magdalena, Domingo fundó en Prouille un convento con nueve monjas a las que había convertido de la herejía. Hasta entonces había portado el hábito de los Canónigos Regulares de San Agustín y observado su regla. Pero, deseaba reavivar el espíritu apóstolico, para eso proyectaba fundar un grupo de religiosos, que no serían necesariamente sacerdotes ni se dedicarían exclusivamente a la contemplación, como los monjes, sino que unirían a la contemplación el estudio de las ciencias sagradas y la práctica de los ministerios pastorales. Pocos meses más tarde, Santo Domingo acompañó al obispo al cuarto Concilio de Letrán. Hacia 1215, Inocencio III aprobó el convento de religiosas en Prouille y, verbalmente, la nueva fundación. Finalmente la nueva comunidad y sus constituciones fue aprobada por Honorio III, en el año de 1216. Gregorio IX firmó el decreto de canonización de su amigo, Santo Domingo en 1234. Fue el fundador de la Congregación de los Dominicos. Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. 13
  • 14. Himno Cristo, cabeza, rey de los pastores, el pueblo entero, madrugando a fiesta, canta a la gloria de tu sacerdote himnos sagrados. Con abundancia de sagrado crisma, la unción profunda de tu Santo Espíritu le armó guerrero y le nombró en la Iglesia jefe del pueblo. Él fue pastor y forma del rebaño, luz para el ciego, báculo del pobre, padre común, presencia providente, todo de todos. Tú que coronas sus merecimientos, danos la gracia de imitar su vida, y al fin, sumisos a su magisterio, danos su gloria. Amén. Salmo 50: Misericordia, Dios mío Ant: Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor. Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón, en el juicio resultarás inocente. Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría. Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. ¡Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios, Salvador mío!, y cantará mi lengua tu justicia. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. 14
  • 15. Habacuc 3, 2-4.13a.15-19: Juicio de Dios Ant: En tu juicio, Señor, acuérdate de la misericordia. Señor, he oído tu fama, me ha impresionado tu obra. En medio de los años, realízala; en medio de los años, manifiéstala; en el terremoto, acuérdate de la misericordia. El Señor viene de Temán; el Santo, del monte Farán: su resplandor eclipsa el cielo, la tierra se llena de su alabanza; su brillo es como el día, su mano destella velando su poder. Sales a salvar a tu pueblo, a salvar a tu ungido; pisas el mar con tus caballos, revolviendo las aguas del océano. Lo escuché y temblaron mis entrañas, al oírlo se estremecieron mis labios; me entró un escalofrío por los huesos, vacilaban mis piernas al andar; gimo ante el día de angustia que sobreviene al pueblo que nos oprime. Aunque la higuera no echa yemas y las viñas no tienen fruto, aunque el olivo olvida su aceituna y los campos no dan cosechas, aunque se acaben las ovejas del redil y no quedan vacas en el establo, yo exultaré con el Señor, me gloriaré en Dios, mi salvador. El Señor soberano es mi fuerza, él me da piernas de gacela y me hace caminar por las alturas. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 147: Acción de gracias por la restauración de Jerusalén Ant: Glorifica al Señor, Jerusalén. Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión: que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti; ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz; manda la nieve como lana, esparce la escarcha como ceniza; hace caer el hielo como migajas y con el frío congela las aguas; envía una orden, y se derriten; sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Lectura (Hb 13,7-9a) Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre. No os dejéis arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas. 15
  • 16. V/. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas. R/. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas. V/. Ni de día ni de noche dejarán de anunciar el nombre del Señor. R/. He colocado centinelas. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. Sobre tus murallas, Jerusalén, he colocado centinelas. Cántico Ev. Ant: No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Preces Demos gracias a Cristo, el buen Pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle, diciendo: Apacienta a tu pueblo, Señor - Señor Jesucristo, que en los santos pastores nos has revelado tu misericordia y tu amor, haz que por ellos continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa. - Señor Jesucristo, que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo, no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos. - Señor Jesucristo, que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas,haz que nunca falten a tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa. - Señor Jesucristo que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de los santos, haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad. Ya que Dios nos ha adoptado como hijos, oremos al Padre como nos enseñó el Señor: Padre nuestro que estás en el cielo........... Final Te pedimos, Señor, que santo Domingo de Guzmán, insigne predicador de tu palabra, ayude a tu Iglesia con sus enseñanzas y sus méritos, e interceda también con bondad por nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. 16
  • 17. 9 de Agosto - Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) Edith Stein nació en Breslau, Alemania, (hoy Broklaw, Polonia) el 12 de octubre de 1891. Fue la última de 11 hermanos de una familia judía devota. Fue una estudiante brillante. En 1916, culminó su tesis y obtuvo el Doctorado en Filosofía con el grado de summa cum laude. En la Primera Guerra Mundial, Edith se enroló de voluntaria para trabajar en hospitales militares. Tras retornar de la experiencia de la guerra, retomó su vida de estudiante. La lectura de la vida de Santa Teresa de Jesús, terminó completando la obra que Dios había iniciado en ella: su conversión al catolicismo. El 1 de enero de 1922 recibió el bautismo. Trabajó 8 años como profesora de alemán y dividía su día entre el trabajo y la oración. Edith continuó sus escritos y traducciones de filosofía y asumió el compromiso de dar conferencias. En el transcurso de sus conferencias, frecuentemente abordaba el papel y significado de la mujer en la vida contemporánea. Una lectura de sus textos revela claramente su oposición radical al feminismo y su fuerte compromiso al reconocimiento y desarrollo de la mujer, así como al valor de la madurez de la vida cristiana en la mujer como una respuesta para el mundo. En 1931, Edith deja la escuela para dedicarse a tiempo completo a la escritura y publicación de sus trabajos. En 1932, aceptó la cátedra en la Universidad de Münster, pero un año después le dijeron que debería dejar su puesto por su antecedente judío. El 14 de octubre de 1933, a la edad de 42 años, Edith Stein ingresa al convento carmelita en Cologne tomando el nombre de Teresa Benedicta. En el convento, Edith continuó sus estudios y escritos. El domingo 2 de agosto de 1942, los oficiales de la S.S. fueron al convento y se la llevaron junto con su hermana Rosa. En medio de la noche, del 7 de agosto de 1942, los prisioneros de Westerbork, incluyendo a Edith Stein, fueron llevados a los trenes y deportados a Auschwitz. Allí murió el 9 de Agosto de 1942. Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; 17
  • 18. por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno «Quien entrega su vida por amor, la gana para siempre», dice el Señor. Aquí el bautismo proclama su voz de gloria y de muerte. Aquí la unción se hace fuerte contra el cuchillo y la llama. Mirad cómo se derrama mi sangre por cada herida. Si Cristo fue mi comida, dejadme ser pan y vino en el lagar y en el molino donde me arrancan la vida. Salmo 62,2-9: El alma sedienta de Dios Ant: Te alabarán mis labios, Señor, porque tu gracia vale más que la vida. Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti, porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Daniel 3,57-88.56: Toda la creación alabe al Señor Ant: Mártires del Señor, bendecid al Señor por los siglos. Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid al Señor; cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor; ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor; astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor; vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor; fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor; témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor; noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor; rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor, ensálcelo con himnos por los siglos. 18
  • 19. Montes y cumbres, bendecid al Señor; cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor; mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor; aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor; siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor; santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo, alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. Salmo 149: Alegría de los santos Ant: «Al vencedor lo pondré de columna en mi santuario», dice el Señor. Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos y aplicar el castigo a las naciones, sujetando a los reyes con argollas, a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada es un honor para todos sus fieles. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Lectura (2 Corintios 1,3-5) ¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo. V/. El Señor es mi fuerza y mi energía. R/. El Señor es mi fuerza y mi energía. V/. Él es mi salvación. R/. Y mi energía. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. El Señor es mi fuerza y mi energía. 19
  • 20. Cántico Ev. Ant: El que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Preces Celebremos, amados hermanos, a nuestro Salvador, el testigo fiel, y, al recordar hoy a los santos mártires que murieron a causa de la palabra de Dios, aclamémoslo, diciendo: Nos has comprado, Señor, con tu sangre - Por la intercesión de los santos mártires, que entregaron libremente su vida como testimonio de la fe, concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu.... - Por la intercesión de los santos mártires, que proclamaron la fe hasta derramar su sangre, concédenos, Señor, la integridad y la constancia de la fe.... - Por la intercesión de los santos mártires, que, soportando la cruz, siguieron tus pasos, concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida.... - Por la intercesión de los santos mártires, que lavaron su manto en la sangre del Cordero, concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.... Con la confianza que nos da nuestra fe, acudamos ahora al Padre, diciendo, como nos enseñó Cristo: Padre nuestro que estás en el cielo.... Final Dios de nuestros padres, que guiaste a tu mártir Santa Teresa Benedicta al conocimiento de tu Hijo crucificado y a imitarle hasta la muerte, concédenos por su intercesión que todos los hombres reconozcan en Cristo a su Salvador y puedan contemplarte para siempre por medio de Él. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. 20
  • 21. 10 de Agosto – San Lorenzo, diacono y Martir San Lorenzo uno de los siete diáconos de la Iglesia de Roma, cargo de gran responsabilidad, ya que consistía en el cuidado de los bienes de la Iglesia y la distribución de limosnas a los pobres. El año 257, el emperador Valeriano publicó el edicto de persecución contra los cristianos y, al año siguiente, fue arrestado y decapitado el Papa san Sixto II, San Lorenzo le siguió en el martirio cuatro días después. Según las tradiciones cuando el Papa San Sixto se dirigía al sitio de la ejecución, San Lorenzo iba junto a él y lloraba. "¿A dónde vas sin tu diácono, padre mío?", le preguntaba. El Pontífice respondió: "No pienses que te abandono, hijo mío, pues dentro de tres días me seguirás". San Agustín dice que el gran deseo que tenía San Lorenzo de unirse a Cristo, le hizo olvidar las exigencias de la tortura. También afirma que Dios obró muchos milagros en Roma por intercesión de San Lorenzo. Este santo ha sido, desde el siglo IV, uno de los mártires más venerados y su nombre aparece en el canon de la misa. Constantino erigió la primera capilla en el sitio que ocupa actualmente la iglesia de San Lorenzo extra muros, que es la quinta basílica patriarcal de Roma. Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva. Aleluya. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno Cristo, alegría del mundo, resplandor de la gloria del Padre. ¡Bendita la mañana que anuncia tu esplendor al universo! En el día primero, tu resurrección alegraba el corazón del Padre. 21
  • 22. En el día primero, vio que todas las cosas eran buenas porque participaban de tu gloria. La mañana celebra tu resurrección y se alegra con claridad de Pascua. Se levanta la tierra como un joven discípulo en tu busca, sabiendo que el sepulcro está vacío. En la clara mañana, tu sagrada luz se difunde como una gracia nueva. Que nosotros vivamos como hijos de luz y no pequemos contra la claridad de tu presencia. Salmo 92: Gloria del Dios creador Ant: El Señor es admirable en el cielo. Aleluya. El Señor reina, vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de poder: así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno. Levantan los ríos, Señor, levantan los ríos su voz, levantan los ríos su fragor; pero más que la voz de aguas caudalosas, más potente que el oleaje del mar, más potente en el cielo es el Señor. Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Daniel 3,57-88.56: Toda la creación alabe al Señor Ant: Eres alabado, Señor, y ensalzado por los siglos. Aleluya. Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid al Señor; cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor; ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor; astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor; vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor; fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor; témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor; noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor; rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor, ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor; cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor; mares y ríos, bendecid al Señor. 22
  • 23. Cetáceos y peces, bendecid al Señor; aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor; siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor; santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo, alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. Salmo 148: Alabanza del Dios creador Ant: Alabad al Señor en el cielo. Aleluya. Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Alabadlo, todos sus ángeles; alabadlo, todos sus ejércitos. Alabadlo, sol y luna; alabadlo, estrellas lucientes. Alabadlo, espacios celestes y aguas que cuelgan en el cielo. Alaben el nombre del Señor, porque él lo mandó, y existieron. Les dió consistencia perpetua y una ley que no pasará. Alabad al Señor en la tierra, cetáceos y abismos del mar, rayos, granizo, nieve y bruma, viento huracanado que cumple sus órdenes, montes y todas las sierras, árboles frutales y cedros, fieras y animales domésticos, reptiles y pájaros que vuelan. Reyes y pueblos del orbe, príncipes y jefes del mundo, los jóvenes y también las doncellas, los viejos junto con los niños, alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra; él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo escogido. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Lectura (Ez 37,12b -14) Así dice el Señor: «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que yo soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra, y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago». Oráculo del Señor. 23
  • 24. V/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. V/. Tú que estás sentado a la derecha del Padre. R/. Ten piedad de nosotros. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Cántico Ev. Ant: De madrugada, se acercó Jesús a los discípulos andando sobre el agua, y les dijo: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!» Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Preces Invoquemos a Dios Padre, que, por mediación de su Hijo, envió el Espíritu Santo, para que con su luz santísima penetrara las almas de sus fieles, y digámosle: Ilumina, Señor, a tu pueblo. - Te bendecimos, Señor, a ti que eres nuestra luz, y te pedimos que este domingo que ahora comenzamos transcurra todo él consagrado a tu alabanza.... - Tú que, por la resurrección de tu Hijo, quisiste iluminar el mundo, haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual.... - Tú que por el Espíritu de la verdad, adoctrinaste a los discípulos de tu Hijo, envía este mismo Espíritu a tu Iglesia para que permanezca siempre fiel a ti.... - Tú que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven aún en las tinieblas y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a ti, único Dios verdadero.... Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto, nos atrevemos a decir: Padre nuestro que estás en el cielo..... Final Dios todopoderoso y eterno, a quien podemos llamar Padre, aumenta en nuestros corazones el espíritu filial, para que merezcamos alcanzar la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. 24
  • 25. 11 de Agosto - Santa Clara, Virgen Fundadora de las Clarisas Cuando Clara tenía 18 años, San Francisco predicó en Asís los sermones cuaresmales en la Iglesia de San Jorge. San Francisco la alentó en su deseo de dejarlo todo por Cristo. El día de Ramos de 1212, Clara huyó de su casa y se dirigió al pueblo de Porciúncula, que distaba dos kilómetros de donde vivía San Francisco con su comunidad. Ahí cambió Clara sus finos vestidos por un hábito de penitente. San Francisco le cortó el cabello, le consiguió alojamiento provisional para Clara en el claustro de las benedictinas de San Pablo, cerca de Bastia. Los parientes de Clara ya habían planeado para ella un matrimonio y en cuanto supieron lo que había pasado, decidieron sacarla del convento. Se cuenta que Clara se aferró con tal fuerza al altar, que desgarró los manteles cuando la arrancaron de ahí. La joven se descubrió la cabeza para que viesen sus cabellos cortados y dijo a sus amigos que Dios la había llamado a su servicio y que ella estaba dispuesta a responder. Al poco tiempo, fue a reunirse con Clara su hermana Inés, lo cual desencadenó una nueva persecución familiar. Más tarde, San Francisco trasladó a Clara e Inés a una casa contigua a la iglesia de San Damián, en las afueras de Asís, y nombró superiora a Clara. Al cabo de algunos años, había ya varios conventos de las clarisas en Italia, Francia y Alemania. La Beata Inés fundó una orden en Praga, donde tomó el hábito. Santa Clara y sus religiosas no usaban calzado y dormían en el suelo, no comían carne nunca y sólo hablaban cuando era necesario o por caridad. Santa Clara imitó a la perfección el espíritu de pobreza de San Francisco. Gregorio IX acabó por conceder a las clarisas, en 1228, el "Privilegium Paupertatis" para que nadie pudiese obligarlas a tener posesiones. Además, Santa Clara como verdadera intérprete del espíritu y tradición franciscanos, redactó por su cuenta una regla que los refleja con fidelidad y que prohíbe toda forma de propiedad individual o común. Inocencio IV no aprobó esta regla sino dos días antes de la muerte de la santa. Santa Clara murió el día de la fiesta de San Lorenzo, a los 60 años de edad. Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. 25
  • 26. Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno Nos apremia el amor, vírgenes santas; vosotras, que seguisteis su camino, guiadnos por las sendas de las almas que hicieron de su amar amor divino. Esperasteis en vela a vuestro Esposo en la noche fugaz de vuestra vida, cuando llamó a la puerta, vuestro gozo fue contemplar su gloria sin medida. Vuestra fe y vuestro amor fue fuego ardiente que mantuvo la llama en la tardanza, vuestra antorcha encendida fielmente ha colmado de luz vuestra esperanza. Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero con la Iglesia de Dios ha celebrado, no dejéis que se apague nuestro fuego en la pereza y sueño del pecado. Demos gracias a Dios y, humildemente, pidamos al Señor que su llamada nos encuentre en vigilia permanente, despiertos en la fe y en veste blanca. Amén. Salmo 83: Añoranza del templo Ant: Dichosos los que viven en tu casa, Señor. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos! Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichosos los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación: Cuando atraviesan áridos valles, los convierten en oasis, como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones; caminan de baluarte en baluarte hasta ver a Dios en Sión. Señor de los ejércitos, escucha mi súplica; atiéndeme, Dios de Jacob. Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo, mira el rostro de tu Ungido. Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados. Porque el Señor es sol y escudo, él da la gracia y la gloria; el Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable. ¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti! Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. 26
  • 27. Isaías 2, 2-5: El monte de la casa del Señor en la cima de los montes Ant: Venid, subamos al monte del Señor. Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor, en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor». Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 95: El Señor, rey y juez del mundo Ant: Cantad al Señor, bendecid su nombre. Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones; porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses. Pues los dioses de los gentiles son apariencia, mientras que el Señor ha hecho el cielo; honor y majestad lo preceden, fuerza y esplendor están en su templo. Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor, entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda; decid a los pueblos: «el Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente». Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Lectura (Ct 8,7) Las aguas torrenciales no podrán apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable. V/. Oigo en mi corazón: Buscad mi rostro. R/. Oigo en mi corazón: Buscad mi rostro. V/. Tu rostro buscaré, Señor. R/. Buscad mi rostro. 27
  • 28. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. Oigo en mi corazón: Buscad mi rostro. Cántico Ev. Ant: Ésta es la virgen prudente que, unida a Cristo, resplandece como el sol en el reino celestial. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Preces Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, y supliquémosle diciendo: Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos - Oh Cristo, a quien las vírgenes amaron como a su único esposo, concédenos que nada nos aparte de tu amor. - Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes, concédenos, por su intercesión, servirte siempre con pureza de corazón. - Por intercesión de las santas vírgenes, que te sirvieron siempre con fidelidad, para alcanzar la santidad de cuerpo y alma, ayúdanos, Señor, a que los bienes de este mundo que pasa no nos separen de tu amor eterno. - Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las vírgenes prudentes esperaban, concédenos vivir en vela, esperando tu retorno glorioso. - Por intercesión de Santa Clara, que fue virgen sensata y una de las prudentes, concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres. Llenos de alegría por nuestra condición de hijos de Dios, digamos confiadamente: Padre nuestro que estás en el cielo..... Final Oh Dios, que infundiste en santa Clara un profundo amor a la pobreza evangélica, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo a Cristo en la pobreza de espíritu, merezcamos llegar a contemplarte en tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. 28
  • 29. 12 de Agosto – Beato Karl Leisner Nació en 1915, se crió en Kleve y de estudiante de bachillerato ingresó en el Movimiento Juvenil Católico. En dicho Movimiento, además de disfrutar de la comunidad con los jóvenes y de poder realizar largos viajes, adquiere conocimientos de las Sagradas Escrituras y sobre todo de la Eucaristía. En su diario escribe: “Cristo, Tú eres mi pasión”. En 1939 es ordenado diácono y en pocos meses debería recibir las sagradas órdenes, pero la Divina Providencia designa otra cosa. Es detenido por la Gestapo e internado en el campo de concentración de Dachau en el que con gran peligro para todos los participantes, el moribundo diácono, Karl Leisner, es ordenado sacerdote por el obispo Gabriel Piguet, recluso francés. El nuevo sacerdote celebra su primera y única Santa Misa el día de San Esteban, en el año 1944. El 4 de mayo de 1945 es puesto en libertad y fallece el 12 de agosto. La última inscripción de su diario reza: “Bendice, Oh Altísimo también a mis enemigos”. Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Venid, adoremos al Señor, Dios soberano. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno Señor, el día empieza. Como siempre, postrados a tus pies, la luz del día queremos esperar. Eres la fuerza que tenemos los débiles, nosotros. Padre nuestro, que en los cielos estás, haz a los hombres iguales: que ninguno se avergüence de los demás; que todos al que gime den consuelo; que todos, al que sufre del hambre la tortura, le regalen 29
  • 30. en rica mesa de manteles blancos con blanco pan y generoso vino; que no luchen jamás; que nunca emerjan, entre las áureas mieses de la historia, sangrientas amapolas, las batallas. Luz, Señor, que ilumine las campiñas y las ciudades; que a los hombres todos, en sus destellos mágicos, envuelva luz inmortal; Señor, luz de los cielos, fuente de amor y causa de la vida. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Amén. Salmo 84: Nuestra salvación está cerca Ant: Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo. Señor, has sido bueno con tu tierra, has restaurado la suerte de Jacob, has perdonado la culpa de tu pueblo, has sepultado todos sus pecados, has reprimido tu cólera, has frenado el incendio de tu ira. Restáuranos, Dios Salvador nuestro; cesa en tu rencor contra nosotros. ¿Vas a estar siempre enojado, o a prolongar tu ira de edad en edad? ¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo se alegre contigo? Muéstranos, Señor, tu misericordia, y danos tu salvación. Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos y a los que se convierten de corazón.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra; la misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; La fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo; el Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Isaías 26,1-4.7-9.12: Himno después de la victoria sobre el enemigo Ant: Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti. Tenemos una ciudad fuerte, ha puesto para salvarla murallas y baluartes: Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que observa la lealtad; su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti. Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca perpetua. La senda del justo es recta. Tú allanas el sendero del justo; en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos, ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti, porque tus juicios son luz de la tierra, y aprenden justicia los habitantes del orbe. Señor, tú nos darás la paz, porque todas nuestras empresas 30
  • 31. nos las realizas tú. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 66: Que todos los pueblos alaben al Señor Ant: Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros. El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Lectura (1Jn 4,14-15) Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. V/. Dios mío, peña mía, refugio mío, Dios mío. R/. Dios mío, peña mía, refugio mío, Dios mío. V/. Mi alcázar, mi libertador. R/. refugio mío, Dios mío. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. Dios mío, peña mía, refugio mío, Dios mío. Cántico Ev. Ant: El Señor nos suscitó una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus profetas. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. 31
  • 32. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Preces Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la nueva alianza, y digámosle suplicantes: Acuérdate, Señor, de tu pueblo. - Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el comienzo de este día, y haz que no deje nunca de glorificar tu majestad. - Que nunca, Señor, quedemos confundidos, los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza. - Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra, ya que sin ti no podemos hacer nada. - Acuérdate de los pobres y desvalidos, que el día que hoy empieza les traiga solaz y alegría. Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que a todos llegue el reino de su Hijo: Padre nuestro que estás en el cielo....... Final Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo lo creado, haz que comencemos este día con ánimo alegre y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. 32
  • 33. 13 de Agosto – San Estanislao de Kostka, Seminarista Era hijo de un rico senador de Polonia, y nació en el año de 1550. A los 14 años, fue admitido en un colegio jesuita, donde se educó. Durante esta misma época, su padre lo hospedó en la casa de un calvinista protestante, el cual trataba mal a los católicos que eran fervorosos. Ante la negativa de su padre de responder a la vocación de sacerdote, Estanislao decidió huir. Quiso hacerse jesuita en su país, pero los padres de esa comunidad no lo aceptaron por no ganarse de enemigo a su padre. Entonces emprendió una caminata de 500 kilómetros. Primero a Alemania, donde fue recibido amablemente por el superior regional de los jesuitas, San Pedro Canisio, y luego, hasta Roma, donde el superior general San Francisco de Borja lo recibió con especial afecto. Al principio, se dedicó a oficios humildes y domésticos, tarea que hizo con muy buena voluntad y alegría a pesar de que, por venir de familia adinerada, no estaba habituado a este tipo de trabajos. Fue admitido en el noviciado, donde pasó sólo nueve meses. Su amor a Jesús Sacramentedo era tan fuerte, que cuando entraba al templo su rostro se enrojecía y resplandecía.Y durante la misa o después de comulgar era frecuentemente arrebatado en éxtasis, sin darse cuenta de lo sucedía a su alrededor. El 15 de agosto de 1568, cuando sólo tenía 18 años, falleció. Por intercesión de San Estanislao se obtuvieron numerosos milagros, y el Santo Padre lo canonizó y lo declaró patrono de los novicios y de los que se preparan al sacerdocio. Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Adoremos al Señor, creador nuestro. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. 33
  • 34. Himno Siempre es hora de la gracia, ¡despierte el alma dormida! Los cangilones del sueño van hurtando el agua viva en la noria de las horas, de las noches y los días. Peldaños de eternidad me ofrece el tiempo en su huida, si, ascendiendo paso a paso, lleno mis manos vacías. Sólo el tiempo se redime, quitándole su malicia. Como una sombra se esfuman del hombre vano los días, pero uno solo ante Dios cuenta mil años de espigas. «Tus años no morirán», leo en la Sagrada Biblia: lo bueno y noble perdura eternizado en la dicha. Sembraré, mientras es tiempo, aunque me cueste fatigas. Al Padre, al Hijo, al Espíritu alabe toda mi vida: el rosario de las horas, de las noches y los días. Amén. Salmo 85: Oración de un pobre ante las adversidades Ant: Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor. Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy un pobre desamparado; protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti. Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti; porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo, y tú me escuchas. No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios.» Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad; mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre. Te alabaré de todo corazón, Dios mío; daré gloria a tu nombre por siempre, por tu gran piedad para conmigo, porque me salvaste del abismo profundo. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí, una banda de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí. Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava; dame una señal propicia, que la vean mis adversarios y se avergüencen, porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. 34
  • 35. Isaías 33, 13-16: Dios juzgará con justicia Ant: Dichoso el hombre que camina por sendas de justicia y habla con rectitud. Los lejanos, escuchad lo que he hecho; los cercanos, reconoced mi fuerza. Temen en Sión los pecadores, y un temblor agarra a los perversos: "¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador, quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?" El que procede con justicia y habla con rectitud y rehúsa el lucro de la opresión, el que sacude la mano rechazando el soborno y tapa su oído a propuestas sanguinarias, el que cierra los ojos para no ver la maldad: ése habitará en lo alto, tendrá su alcázar en un picacho rocoso, con abasto de pan y provisión de agua. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 97: El Señor, juez vencedor Ant: Aclamad al Rey y Señor. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad: tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor. Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor, que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Lectura (Jb 1,21; 2,10b) Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?. V/. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. R/. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. V/. Dame vida con tu palabra. R/. mi corazón a tus preceptos. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. 35
  • 36. Cántico Ev. Ant: Ten misericordia de nosotros, Señor, y recuerda tu santa alianza. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Preces Invoquemos a Cristo, que se entregó a sí mismo por la Iglesia, y le da alimento y calor, diciendo: Mira, Señor, a tu Iglesia. - Bendito seas, Señor, Pastor de la Iglesia, que nos vuelves a dar hoy la luz y la vida; haz que sepamos agradecerte este magnífico don. - Mira con amor a tu grey, que has congregado en tu nombre; haz que no se pierda ni uno solo de los que el Padre te ha dado. - Guía a tu Iglesia por el camino de tus mandatos, y haz que el Espíritu Santo la conserve en la fidelidad. - Que tus fieles, Señor, cobren nueva vida, participando en la mesa de tu pan y de tu palabra, para que, con la fuerza de este alimento, te sigan con alegría. Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro: Padre nuestro que estás en el cielo......... Final Señor Dios, infunde en nuestras almas la claridad de tu luz, y, pues con tu sabiduría nos has creado y con tu providencia nos gobiernas, haz que nuestro vivir y nuestro obrar estén del todo consagrados a ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. 36
  • 37. 14 de Agosto - San Maximiliano Kolbe, presbítero y mártir San Maximiliano María Kolbe fue hijo de María Dabrowska y de Julio Kolbe, pertenecientes a la Tercera Orden Franciscana, y los cuales tenían en su casa un taller y un pequeño altar con la imagen milagrosa de Nuestra Señora de Czestochowa. Nació en Polonia el 8 de enero de 1894. Fue bautizado con el nombre de Raimundo en la iglesia parroquial. Cursó estudios de filosofía en la Universidad Georgiana de Roma, por la que se graduó en 1915, y de teología en la Facultad de Teología de San Buenaventura de la misma ciudad, que terminaría en 1919. Durante esa etapa de formación en la capital italiana creó, por sugerencia del rector Esteban Igundi, la Milicia de la Inmaculada junto con otros de sus compañeros. Fundada en 1917, la agrupación se extendería posteriormente por todo el mundo. Regresó a Polonia en el año 1936, siendo director espiritual de Niepokalanów, y luego de 3 años, mientras se daba la Guerra Mundial, fue apresado junto a otros frailes y enviado a campos de concentración en Alemania y Polonia. Poco tiempo después, el día de la Inmaculada Concepción, es liberado. En 1941 es nuevamente hecho prisionero y ésta vez es enviado a la prisión de Pawiak, y luego llevado al campo de concentración de Auschwitz, donde prosiguió su ministerio a pesar de las terribles condiciones de vida. El 3 de agosto de 1941, un prisionero escapa; y en represalia, el comandante del campo ordena escoger a 10 prisioneros para ser condenados a morir de hambre. Entre los hombres escogidos estaba el sargento Franciszek Gajowniczek, polaco como San Maximiliano, casado y con hijos. San Maximiliano, que no se encontraba dentro de los 10 prisioneros escogidos, se ofrece a morir en su lugar. El comandante del campo acepta el cambio. Después de 10 días de condena y al encontrarlo todavía con vida, los nazis le colocan una inyección letal el 14 de agosto de 1941. Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. 37
  • 38. Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno «Quien entrega su vida por amor, la gana para siempre», dice el Señor. Aquí el bautismo proclama su voz de gloria y de muerte. Aquí la unción se hace fuerte contra el cuchillo y la llama. Mirad cómo se derrama mi sangre por cada herida. Si Cristo fue mi comida, dejadme ser pan y vino en el lagar y en el molino donde me arrancan la vida. Salmo 86: Himno a Jerusalén, madre de todos los pueblos Ant: ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! Él la ha cimentado sobre el monte santo; y el Señor prefiere las puertas de Sión a todas las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios! «Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; filisteos, tirios y etíopes han nacido allí.» Se dirá de Sión: «Uno por uno todos han nacido en ella; el Altísimo en persona la ha fundado.» El Señor escribirá en el registro de los pueblos: «Este ha nacido allí.» Y cantarán mientras danzan: «Todas mis fuentes están en ti.» Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Isaías 40, 10-17: El buen pastor es el Dios altísimo y sapientísimo Ant: El Señor llega con poder, y su recompensa lo precede. Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres. ¿Quién ha medido a puñados el mar o mensurado a palmos el cielo, o a cuartillos el polvo de la tierra? ¿Quién ha pesado en la balanza los montes y en la báscula las colinas? ¿Quién ha medido el aliento del Señor? ¿Quién le ha sugerido su proyecto? ¿Con quién se aconsejó para entenderlo, para que le enseñara el camino exacto, para que le enseñara el saber y le sugiriese el método inteligente? Mirad, las naciones son gotas de un cubo y valen lo que el polvillo de balanza. 38
  • 39. Mirad, las islas pesan lo que un grano, el Líbano no basta para leña, sus fieras no bastan para el holocausto. En su presencia, las naciones todas como si no existieran, valen para él nada y vacío. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 98: Santo es el Señor, nuestro Dios Ant: Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies. El Señor reina, tiemblen las naciones; sentado sobre querubines, vacile la tierra. El Señor es grande en Sión, encumbrado sobre todos los pueblos. Reconozcan tu nombre, grande y terrible: Él es santo. Reinas con poder y amas la justicia, tú has establecido la rectitud; tú administras la justicia y el derecho, tú actúas en Jacob. Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies: Él es santo. Moisés y Aarón con sus sacerdotes, Samuel con los que invocan su nombre, invocaban al Señor, y él respondía. Dios les hablaba desde la columna de nube; oyeron sus mandatos y la ley que les dio. Señor, Dios nuestro, tú les respondías, tú eras para ellos un Dios de perdón, y un Dios vengador de sus maldades. Ensalzad al Señor, Dios nuestro; postraos ante su monte santo: Santo es el Señor, nuestro Dios. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Lectura (2Co 1,3-5) ¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo. V/. El Señor es mi fuerza y mi energía. R/. El Señor es mi fuerza y mi energía. V/. Él es mi salvación. R/. Y mi energía. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. El Señor es mi fuerza y mi energía. Cántico Ev. Ant: Cristo será glorificado en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. 39
  • 40. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Preces Celebremos, amados hermanos, a nuestro Salvador, el testigo fiel, y, al recordar hoy a los santos mártires que murieron a causa de la palabra de Dios, aclamémoslo, diciendo: Nos has comprado, Señor, con tu sangre - Por la intercesión de los santos mártires, que entregaron libremente su vida como testimonio de la fe, concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu. - Por la intercesión de los santos mártires, que proclamaron la fe hasta derramar su sangre, concédenos, Señor, la integridad y la constancia de la fe. - Por la intercesión de los santos mártires, que, soportando la cruz, siguieron tus pasos, concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida. - Por la intercesión de los santos mártires, que lavaron su manto en la sangre del Cordero, concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne. Acudamos ahora a nuestro Padre celestial, diciendo: Padre nuestro que estás en el cielo...... Final Oh Dios, que al mártir san Maximiliano María Kolbe, apóstol de la Inmaculada, le llenaste de celo por las almas y de amor al prójimo, concédenos, por su intercesión, trabajar generosamente por tu gloria en el servicio de los hombres y tener el valor de asemejarnos a tu Hijo, incluso hasta en la muerte. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. 40
  • 41. 15 de Agosto - La Asunción de la Virgen María, solemnidad El dogma de la Asunción se refiere a que la Madre de Dios, después de su vida terrena fue elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus. "La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos" (Catecismo #966). La importancia de la Asunción para nosotros, hombres y mujeres de comienzos del Tercer Milenio de la Era Cristiana, radica en la relación que hay entre la Resurrección de Cristo y la nuestra. La presencia de María, mujer de nuestra raza, ser humano como nosotros, quien se halla en cuerpo y alma ya glorificada en el Cielo, es eso: una anticipación de nuestra propia resurrección. El Papa Juan Pablo II, en una de sus Catequesis sobre la Asunción, explica esto mismo en los siguientes términos: "El dogma de la Asunción afirma que el cuerpo de María fue glorificado después de su muerte. En efecto, mientras para los demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por singular privilegio" (JP II, 2-julio-97). "Contemplando el misterio de la Asunción de la Virgen, es posible comprender el plan de la Providencia Divina con respecto a la humanidad: después de Cristo, Verbo encarnado, María es la primera criatura humana que realiza el ideal escatológico, anticipando la plenitud de la felicidad, prometida a los elegidos mediante la resurrección de los cuerpos" (JP II , Audiencia General del 9-julio-97). Laudes V/. -Señor, Ábreme los labios. R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza. Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant: Venid, adoremos al Rey de reyes, que hoy ha elevado a la Virgen Madre al cielo. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me asqueó, y dije: "Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso."» Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. 41
  • 42. Himno Hoy sube al cielo María, que Cristo, en honra del suelo, traslada la casa al cielo, donde en la tierra vivía. Levantad al cielo el vuelo, de Dios lo fuisteis, y Dios, por no estar en él sin vos, traslada la casa al cielo. Amor con divino modo os trasplanta, bella flor, y, porque prendáis mejor, os llevan con tierra y todo. A su Hija abraza el Padre, a su Madre, el Redentor, y a su Esposa coronada el Espíritu de Amor. Amén. Salmo 62,2-9: El alma sedienta de Dios Ant: Dichosa eres, María, porque de ti vino la salvación del mundo; ahora vives ya en la gloria del Señor. Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti, porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Daniel 3,57-88.56: Toda la creación alabe al Señor Ant: La Virgen María ha sido glorificada sobre los coros de los ángeles; alégrense todos los fieles y bendigan al Señor. Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid al Señor; cielos, bendecid al Señor. Aguas del espacio, bendecid al Señor; ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor; astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor; vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor; fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor; témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor; noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor; rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor, 42
  • 43. ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor; cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor; mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor; aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor; siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor; santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo, alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. Salmo 149: Alegría de los santos Ant: El Señor ha glorificado tu nombre de tal modo, que tu alabanza está siempre en la boca de todos. Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos y aplicar el castigo a las naciones, sujetando a los reyes con argollas, a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada es un honor para todos sus fieles. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Lectura (Is 61,10 cfr.) Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novia que se adorna con sus joyas. V/. La Virgen Maria asciende hoy al cielo. R/. La Virgen Maria asciende hoy al cielo. V/. Y triunfa con Cristo para siempre. R/. Asciende hoy al cielo. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. La Virgen Maria asciende hoy al cielo. 43
  • 44. Cántico Ev. Ant: Es bella y hermosa la hija de Jerusalén; subió al cielo resplandeciente, como la aurora cuando amanece. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo, por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Preces Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle: Que tu Madre, Señor, interceda por nosotros - Verbo eterno del Padre, que elegiste a María como arca incorruptible de tu morada, líbranos de la corrupción del pecado. - Redentor nuestro, que hiciste de la Virgen María tabernáculo purísimo de tu presencia y sagrario del Espíritu Santo, haz también de nosotros templos de tu Espíritu. - Rey de reyes, que elevaste contigo al cielo en cuerpo y alma a tu Madre, haz que aspiremos siempre a los bienes del cielo. - Señor del cielo y de la tierra, que has colocado a tu derecha a María reina, danos un día el gozo de tener parte en la gloria. Llenos del Espíritu de Jesucristo, acudamos a nuestro Padre común, diciendo: Padre nuestro que estás en el cielo.......... Final Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y alma a los cielos a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, te rogamos, que, aspirando siempre a las realidades divinas, lleguemos a participar con ella de su misma gloria en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. 44
  • 45. 15 de Agosto – Vísperas V/. -Dios mío, ven en mi auxilio. R/. -Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya Himno Al cielo vais, Señora, y allá os reciben con alegre canto. ¡Oh quién pudiera ahora asirse a vuestro manto para subir con vos al monte santo! De ángeles sois llevada, de quien servida sois desde la cuna, de estrellas coronada: ¡Tal Reina habrá ninguna, pues os calza los pies la blanca luna! Volved los blancos ojos, ave preciosa, sola humilde y nueva, a este valle de abrojos, que tales flores lleva, do suspirando están los hijos de Eva. Que, si con clara vista miráis las tristes almas desde el suelo, con propiedad no vista, la subiréis de un vuelo, como piedra de imán al cielo, al cielo. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén. Salmo 121: La ciudad santa de Jerusalén Ant: Maria ha sido llevada al Cielo y se alegran los ángeles, bendicen con alabanzas al Señor. ¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios». Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo». Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 126: El esfuerzo humano es inútil sin Dios Ant: La Virgen Maria ha sido elevada al cielo, donde el Rey de reyes tiene su trono de estrellas. Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas. Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de vuestros sudores: 45
  • 46. ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen! La herencia que da el Señor son los hijos; su salario, el fruto del vientre: son saetas en manos de un guerrero los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba: No quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 1, 3-10: El Dios Salvador Ant: Tú eres la Mujer a quien Dios ha bendecido, y por ti hemos recibido el fruto de la vida. Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Lectura (1Co 15,22-23) Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo. V/. La Virgen Maria ha sido ensalzada sobre los coros de los ángeles. R/. La Virgen Maria ha sido ensalzada sobre los coros de los ángeles. V/. Bendito el Señor que la ensalzó. R/. Sobre los coros de los ángeles. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo R/. La Virgen Maria ha sido ensalzada sobre los coros de los ángeles. Cántico Ev. Ant: Hoy La Virgen María sube a los cielos; alegraos, porque reina con Cristo para siempre. Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: 46
  • 47. su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Preces Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle, diciendo: Que la llena de gracia interceda por nosotros - Oh Dios, admirable siempre en tus obras, que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo, haz que todos tus hijos deseen esta misma gloria y caminen hacia ella. - Tú que nos diste a María por madre, concede, por su mediación, salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores, y a todos abundancia de salud y de paz. - Tú que hiciste de María la llena de gracia, concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres. - Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús. - Tú que coronaste a María como reina del cielo, haz que los difuntos puedan alcanzar, con todos los santos, la felicidad de tu reino. Reconociendo que nuestra fuerza para no caer en la tentación se halla en Dios, digamos confiadamente: Padre nuestro que estás en el cielo........... Final Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y alma a los cielos a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo, concédenos, te rogamos, que, aspirando siempre a las realidades divinas, lleguemos a participar con ella de su misma gloria en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. 47