Delegación Episcopal para la Pastoral de la Familia y la Defensa de la Vida. Rosario por la Vida. 5 julio 2014. Diócesis de Cádiz y Ceuta. Manifiesto de la Asociación Pública de la Iglesia Católica "Spei Mater"
PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pdf
Manifiesto apoya a la mujer protege la vida. Spei Mater
1. Manifiesto “Apoya a la mujer, protege la vida”
Queridos amigos, cristianos y no cristianos, de todas
las opciones vitales y opiniones políticas:
Se acaba de anunciar la aprobación de la nueva ley del aborto por el
consejo de ministros. Cada uno hará su valoración de esto, pero el
problema no acaba aquí. Conocemos las difíciles situaciones que
inducen a abortar. Hemos hablado con mujeres embarazadas solas, sin
casa y sin trabajo, a veces despedidas de un empleo precario por su
estado. Hemos atendido a una joven expulsada de su familia por
quedarse embarazada y por no querer abortar, echada fuera del coche
de sus padres, abandonada en una acera a cientos de kilómetros de su
casa. Hemos conocido a mujeres a quienes un médico les había dicho
que no tenían más remedio que abortar por un riesgo de
malformaciones, que a veces resultó ser más supuesto que real.
Ante todo eso, vemos que es injusto dejar a las mujeres solas con
“su” problema. Pero la solución no puede ser añadir otro mal aún
mayor; la solución no puede ser acabar con un ser humano al que ni
siquiera se le da la oportunidad de nacer. Sabemos también que esa
falsa solución daña a la mujer, y a veces incluso al hombre. Hemos
conocido a mujeres con graves problemas psíquicos desencadenados
por el aborto. Hemos conocido a un chico que lloraba con su segunda
hija recién nacida en brazos, diciendo: “si yo hubiera sabido esto,
jamás habría hecho lo que hice” (refiriéndose a un primer hijo
abortado). Hemos conocido a chicas que, años después, aún lloraban
cada día por su hijo, por el aborto que se dejaron practicar.
Sí, hemos conocido a muchas mujeres arrepentidas de haber abortado,
pero jamás hemos conocido a ninguna, nunca, que se arrepintiera de
haber tenido a su hijo. Es más, habitualmente, cuando se abandona la
decisión de abortar y se toma la determinación de seguir adelante, es
como pasar de la oscuridad a la luz, tanto para la mujer como para su
entorno.
Por eso, experimentamos que defender la vida no es ir contra la
mujer, todo lo contrario. Es apoyar a la mujer, eliminar todo lo que
ahora le dice que es incapaz de salir adelante, y que lo mejor que
puede hacer es no molestar a nadie más y quitarnos a todos el
problema de encima, como si fuera una máquina a la que se le avería
una pieza.
2. Por eso también, creemos que el aborto es un gran fracaso social, y
que para evitarlo tenemos que esforzarnos y aportar otro tipo de
soluciones, verdaderamente humanas: ayudas a la maternidad en
dificultades, apoyo personal y social, becas, guardería, beneficios
laborales, vivienda, donaciones de pañales, cunas, cochecitos... y una
legislación que proteja la vida y la maternidad.
Como ciudadanos, exigimos de los gobernantes que se ocupen de este
problema como una necesidad prioritaria, pero sabemos que no
podemos esperara que se decidan: tenemos que empezar nosotros, a
través de la solidaridad.
Nosotros somos cristianos, y oramos al Señor, que nos impulsa a esta
labor. Pero no es cuestión de cristianos o no cristianos, de derechas o
de izquierdas, de hombres o de mujeres. Dejemos de una vez a un
lado los famosos “paquetitos”: ¿por qué, por ser uno de izquierdas, va
a tener que aceptar el aborto en el mismo paquete? ¿por qué, por
defender a la mujer, su igual dignidad y sus derechos, va a tener que
apoyarlo? Precisamente, todo lo contrario: No hay nadie más pobre e
indefenso que un niño o niña aún en el seno de su madre. No hay
nada más contrario a la auténtica dignidad de la mujer que un
aborto.
Finalmente, creemos que lo mejor para tomar conciencia de una
realidad es conocerla de cerca. Se habla mucho de supuestos
derechos de la mujer, pero raramente se escuchan los testimonios de
tantas mujeres que han pasado por un aborto y que han quedado
dañadas por él. Animamos a todos a escuchar su voz, porque es la voz
de la experiencia, no de la teoría.
Gracias por escucharnos, amigo o amiga, hermano o hermana.
Protejamos juntos la vida. Seas cristiano ode otra religión, seas
creyente, agnóstico o ateo, con todo respeto desde nuestra fe, pedimos
a Dios que te bendiga. Qué bien que hayas nacido.
-
Spei Mater, Cádiz, 7 de Julio de 2014