Las caricaturas de ayer tenían mensajes positivos y no contenían tanta violencia como las caricaturas de hoy, las cuales a menudo se enfocan en la irrealidad, la violencia y el sexo. La educación en las caricaturas modernas es escasa, y los padres deben estar atentos a lo que ven sus hijos para evitar que aprendan comportamientos inadecuados.