El documento describe la medicina tradicional de la Amazonía peruana, en particular el uso de la ayahuasca. Explica que las comunidades indígenas han mantenido el conocimiento ancestral del uso de plantas medicinales a pesar de los intentos de conquista. La ayahuasca, una bebida preparada con varias plantas como la liana Banisteriopsis caapi y la chacruna, se usa para curar enfermedades físicas y mentales siguiendo prácticas como las dietas y los cantos ikaros.
1. AYAHUASCA
Medicina Tradicional
Amazonía - Perú
El conocimiento ancestral del uso de plantas medicinales en las comunidades tribales de la
amazonía peruana permite, en la actualidad, el acceso a alternativas de curación nuevas para el
mundo moderno.
Desde el descubrimiento de América y el intento de conquistar sus pueblos; se iniciaba una
negación constante de los aportes culturales del Nuevo Mundo que podían ir en contra de las
creencias religiosas que centraban la mirada de la humanidad en ese entonces.
En el caso de la Amazonía Peruana, la dificultad del acceso y su geografía salvaje frustraron el
contacto de aquellos grupos con afán de conquista.
Si bien no se libraron del abuso y la explotación en un período de su historia; finalmente algunos
lograron disgregarse en grupos no muy numerosos dentro del espesor de la selva, con el fin de
dificultar a los foráneos el contacto no deseado.
Gracias al aislamiento del mundo moderno y en muchos casos a la indiferencia de los gobiernos,
la amazonía peruana ha logrado mantener la tradición del uso de sus recursos.
Actualmente el contacto se está dando con una visión más amplia.
Hoy, algunos estamos mirando hacia la Amazonía con el suficiente entendimiento para valorarla.
De repente interesados en saber porqué mediante la ingesta de una bebida preparada en medio
de la selva se puede curar una afección al organismo o por el simple hecho de mejorar nuestra
calidad de vida.
Debemos reconocer que el futuro de la humanidad está en gran parte en nuestras manos y en
este caso depende de cuanto tiempo conservemos la Amazonía en su estado original que
podamos acceder a ella.
La Amazonía es un emporio botánico donde existen un sin número de plantas medicinales que
posiblemente sean la cura para males o epidemias que todavía no hemos tenido que enfrentar y
que quizá, algún día, tengamos que hacerlo.
En la actualidad el Mundo puede acceder a la Medicina Tradicional Amazónica; método
adecuado para interpretar y utilizar ese enmarañado verde aparentemente caótico, pero que en
realidad funciona como un laboratorio natural sin margen de error.
La ayahuasca, Banisteriopsis caapi, es un bejuco o liana que los médicos vegetalistas con la
tradición de su uso lo definen como su planta maestra por excelencia.
La ayahuasca combinada con otra planta, la chacruna, Psychotria viridiris componen una bebida
o "chicha", como dicen los ayahuasqueros, que a su vez se llama ayahuasca.
Esta chicha funciona como un depurador físico, facilita la meditación, equilibra energías y
2. despierta la intuición.
Los "ese ejas", grupo étnico localizado en las márgenes del Tambopata, departamento de Madre
de Dios, utilizan la chicha para curar.
En el dialecto ese eja se le conoce a la liana como "jono pase" o "soga de la muerte". Lo que
traducido al idioma quechua, soga=huasca y muerte=aya, dio como resultado el nombre con que
tradicionalmente se le conoce: "ayahuasca".
La "madre de la soga" es la chacruna, un espíritu femenino que le muestra al vegetalista las
causas de las enfermedades y las plantas que debe usar para su curación.
Esto tiene interpretación científica:
Descubrimiento ancestral de los indígenas amazónicos, la mezcla demuestra un profundo
y fino conocimiento, pues la liana ayahuasca es rica en carbolinas (harmina, harmalina y
tetrahidroharmina) que inhiben la acción de la enzima monoamino oxidasa (MAO), que se
encuentra naturalmente en el tubo digestivo e hígado. Esta enzima destruye la dimetil
triptamina (DMT), sustancia contenida en la chacruna, que compite con la serotonina por
los receptores 5-HT1 y 2. Al ser bloqueada la MAO aumentan las catecolaminas
endógenas y los niveles de serotonina, al tiempo que la DMT, al no ser destruida, puede
llegar al cerebro, donde produce un efecto psicotrópico intenso. (Rosa Giove, La Liana de
los Muertos al Rescate de la Vida, 2002, 24-25).
La ayahuasca sin chacruna sólo tiene efectos purgativos. Sin embargo para los vegetalistas la
planta maestra por excelencia es la ayahuasca.
Cómo llegaron a esta conclusión sin los minuciosos estudios en laboratorio que para cualquier
científico hubieran sido indispensables, es la pregunta que nos quedamos sin responder por el
momento.
Las plantas maestras son las que dentro de la tradición amazónica ingeridas adecuadamente
generan conocimientos a través de sueños, visiones, percepciones e intuiciones sobre sus
propiedades curativas y las de otras plantas; así como, por sus propiedades enteógenas también
sirven para darnos una visión introspectiva sobre nosotros mismos y sobre la vida en general.
Ayudando así a interpretar los hechos o acontecimientos que han influenciado en el proceso de
nuestra vida.
Las sociedades tribales en muchas partes del mundo han accedido a estas plantas maestras
como fuentes de conocimiento y sabiduría. Así es el caso del norte de México, donde todavía
utilizan el peyote; los mochicas en el Perú el cactus llamado hoy "san pedro".
Parte importante del tratamiento del alma y el cuerpo con la ayahuasca, es la dieta. Dependiendo
de los niveles de purificación que se quieran alcanzar las dietas pueden variar desde las más
permisibles; donde se evita el consumo de algunos alimentos que no facilitan que la planta surta
efecto; a dietas que incluyen el ir de retiro a la selva e ingerir de la mano de un ayahuasquero
alguna planta maestra como el tabaco para una purga inicial, alimentación austera, sin sal ni
azúcar, sólo pudiendo comer plátanos verdes sancochados, avena o arroz. En este último caso
la persona que sigue la dieta se aísla de otras personas a excepción del curandero, chamán o
"ayahuasquero"; como de aquí en adelante nos vamos a referir a ese hombre que trata con
ayahuasca.
3. En la selva amazónica existe una tradición chamánica; mas no existen los chamanes.
Durante la dieta el aislamiento es de relaciones personales, no sensoriales; ya que en la selva la
naturaleza está presente; el canto de las aves, de los grillos, el brillo de las luciérnagas en la
noche, la vegetación, el sonido del río; ese mundo vivo que está presente en la amazonía.
La alimentación austera lleva a la meditación y es a través de esta meditación que los
ayahuasqueros aprenden como curar. Asimismo, la dieta del paciente facilita el contacto entre
éste y el ayahuasquero.
En esos niveles de meditación, el ayahuasquero logra escuchar sonidos emitidos por la
naturaleza. Estos sonidos son reproducidos por el ayahuasquero en las sesiones de toma de
ayahuasca. Son los llamados "ikaros", cantos melodiosos que a los participantes los llevan a un
estado de relajación absoluta.
El uso tradicional de la llamada dieta siempre ha sido para curar diversas enfermedades
físicas, como reumatismo, afecciones bronquiales y respiratorias, traumatismos óseos e
infecciones. Se ha comprobado también, en el trabajo empírico de los curanderos, la
eficacia de este tratamiento para enfermedades psicógenas, ya que favorecen la
rememoración de hechos o situaciones del pasado no metabolizados por la persona. Se
dedica un espacio sin tiempo ni preocupaciones a la introspección y se retoma el
contacto armónico con la naturaleza. (Jacques Mabit, Memoria del Segundo Foro
Interamericano Sobre Espiritualidad Indígena, 2001, 60).
Vale la pena mencionar que son varias las personas que han escrito acerca de la ayahuasca.
Una de las primeras lecturas que me hizo entender que el uso de la ayahuasca no es una
realidad exclusiva de los grupos étnicos originales del Amazonas fue la Serpiente Cósmica de
Jéremy Narbi. Ahí pude entender que el cemento es más ajeno a los seres humanos que el
bosque y que la ayahuasca existe para enseñar "a la humanidad".
Medicina tradicional peruana
Los sistemas de medicina que nos convocan resaltan el uso, casi corriente, de los llamados
"Despacho", "Alcanzo" o "Pago". La mayoría de los expertos hacen uso de ellos. Son una
especie de ofrenda a los espíritus de las grandes montañas, temidas y veneradas, a la propia
tierra, considerada como un ente consciente y vivo en el sentido de una existencia no limitada, a
la manera del filosofar occidental, como pura materia inerte, pues para los médicos autóctonos
no existe lo inerte, sino que responde y actúa a nuestro llamado con sus virtudes y radiaciones,
de acuerdo a nuestras necesidades y súplicas. Se establece una sintonía.
Los "Despachos" son incinerados a altas horas de la noche, en el ugar más alejado y
silencioso. Las cenizas no deben ser vistas por nadie, >orque el mal se transmite al que lo ve. Es
preciso cubrirlo bajo tierra ¡ntes de la aurora. Un tópico de sumo interés reviste los llamados
"Kutichi" o "Kutihiskka ", que es la reversión del mal al causante. Tiene lugar en los males ,
enfermedades por hechicería.
El baldamiento por hechicería, por ejemplo, necesita un "Kutihiskka "
Es hecho comprobado que la acción del mal revierte al causante, es decir a quien lo produce. En
esta materia urge un claro y atento sondeo Fin de dar pautas seguras, Al decir que el mal recae
4. en quien lo produce, no se refiere al brujo, sino a la persona por cuya orrlendirecta operó y actuó
el hechicero.
He dicho "precisa un claro y atento sondeo", porque un médico 'idal académico nunca cura un
maleficio. Pero el curandero nativo, aun 11 ser hechicero, sabe deshacer y anular dichas
acciones, cura a esta clase de pacientes. A veces juzgamos que un tullido se encuentra postrado
debido a una etiología particular, según el facultativo oficial. Pero esto no es cierto, sino que el
tullimiento fue causado por una brujería. Entonces necesita la intervención de un curandero.
En la medicina andina cabe considerar un nuevo aspecto, el sistema mado "Muda". El sistema
consiste en trasladar o cambiar el mal de un fermo a un cuerpo receptor apto. Sólo en
determinados casos se emla este sistema, aunque no precisamos cuáles son estos casos o en
qué se de enfermedades.
Los cuerpos aptos para la "Muda" (en quechua, Sokkma) preferennente son el conejo o cobaya
negro, el perro negro y, a veces, el blanLa paloma, el sapo o pachakuti, la culebra (Assiru), la
tórtola, el 6n campañol de cordillera, la lagartija. Así mismo, monedas de plata, 'luelo color rosa,
cereales, etc.
Cuando el mal pasó el término o plazo de ser tratado, que en que la llaman "chayaskkaña ", no
surte efecto dicho sistema.
Con uno de estos cuerpos aptos, segÚn de qué se trate, se le pasa al enuo y le saca o extrae el
mal. Cuando se procede con conejo, por ejemplo, luego que se le pasó con el animal por la zona
afectada, se le desuella, procediéndose a examinarlo, descubriéndose dónde está radicado el
mal. Por este examen se encuentra y lee, según los entendidos, con toda claridad, el grado de la
enfermedad, el órgano afectado y otros datos de importancia. Es una especie de radiografía
obtenida para el estudio y análisis y para ver qué es lo que conviene hacer.
Al anterior sistema hemos de agregar el llamado "Willka o Willkaskka". Es otra suerte de "Muda",
con la diferencia de que aun las personas sanas pueden ser tratadas con este sistema, para
preservarlas de enfermedades a las que el organismo puede estar predispuesto. Es una
especie de inmunización antelada. Con la aplicación del "Willkaskka" no se contraen fácilmente
enfermedades.
Sorprenden y maravillan todos estos conocimientos. Parecen exóti· cos, pero son positivos.
Conducen a pensar que existe una escala sin interrupciones entre el cielo y la tierra. Todo está
íntimamente ligado. Son como las cuerdas de un arpa estupenda que debe ejecutarse con
sapiencia, y no rasguear si se quiere ofrecer un concierto armonioso, algo que condice con la
paz del corazón y la alegría de vivir con salud cabal.
Una serie de nuevas recetas, consejos y otros datos incrementan este libro Medicina Andina,
Farmacopea y Rituales. La presente oportunidad la hago propicia para hacer un llamado
recomendando se realice, a nivel nacional, en este campo de la medicina popular campesina y
andina, una recopilación, si fuese posible exhaustiva, en el ámbito de todos los departamentos,
provincias, distritos, villorrios donde se encuentran, por felicidad, fases interesantísimas de la
medicina del portentoso Tawantinsuyu de nuestros mayores. Además, debería otorgarse
autorización estatal a nuestros curanderos y herbolarios para el ejercicio de su noble misión,
ya que éstos con un oportuno aliciente podrían superarse más, y así aflorarían valiosos secretos
mantenidos desconocidos a falta de inteligencia y comprensión.
5. Eso de perseguirlos y ponerlos en tela de juicio combatiéndolos está bueno para la época de los
Torquemada, que tenían sutil olfato para encontrar herejes aun en el vuelo de las moscas, sin
compenetrarse de la valía y el gran espíritu humano que acompaña y anima a la mayoría de los
naturistas, curanderos y herbolarios andinos, como pude comprobar con un poco de dulzura
evangélica para con ellos, y sin cuya colaboración este libro no se hubiese podido realizar.
Sugerimos que se incluyan en los programas educativos lecciones de medicina general en los
centros de enseñanza a nivel superior, a fin de impartir conocimientos básicos para conjurar los
males y enfermedades, y que se contrarreste la ausencia de médicos apóstoles dentro de su
profesión y la falta de drogas que hoy son un lujo prohibitivo para la anémica oconomía de
nuestro sufrido pueblo. Pudiendo recurrir al gran laboratorio de nuestra Selva, Sierra, valles y
collados, donde hay materia medien de sobra para todos nuestros males y dolencias, siendo
posible repetir las palabras bíblicas: "¿Acaso no hay bálsamo en Galad para curar nuestros
males?"
Es ineludible en esta ocasión referimos al "Hanpi Kkhátu", la farmacia popular por excelencia en.
cada pueblo, en donde la humanidad reunida por tantas dolencias, males y enfermedades halló y
puede hallar el remedio eficaz apropiado para recobrar la salud. Allí están los "remedios caseros"
para la "medicina casera". Allí están, llamativos, diversos animales disecados, plantas secas, sus
flores, sus hojas, sus frutos, sus raíces, su corteza, sus resinas, etc. Allí está la materia médica
mineral, los compuestos, las especias de toda clase y un sinfín insólito de cuanto nadie puede
imaginar existe y se encuentra en ese mercado sui generis. Un verdadero caleidoscopio
apropiado para un laboratorio de alta química, como ninguno en el haz de la tierra.
No podemos omitir dedicar especial mención a las vendedoras de yerbas medicinales, de
específicos y otros menjunjes que los indios viejos les traen, de cuando en cuando, de sus punas
y ayllus, de quebradas y valles, quienes sentadas y arrellenadas en sus amplias y mullidas
polleras, hacen de beneméritas farmacéuticas; las "Hanoi Kkhátu" cusqueñas, puneñas,
ayacllchanas,huancaínas, apurimeñas, año tras año, en sus puestos en el mercado de sus
pueblos ofrecen a los clientes todo aquello que el curandero y herbolario tradicionales necesitan
para confeccionar sus recetas. Las señoras de la urbe, los caballeros de alta alcurnia con sus
esposas o con sus hijas, a veces se detienen ante esos puestos, curiosean y ríen al mirarlas.
Ellas, las vendedoras "Hanpi Kkhatu" (mamita, le dicen los indios), tranquilas, calladas, para sus
adentros censuran la necedad de esos señores blancos, los mistis, cuando irónicamente las
miran y sonríen: "Upallay opa, ñawikipin k 'opa"; "Cállate necio, basuras tapan tus ojos".
¿Acaso no hay bálsamo en esos puestos para curar nuestros males? Al finalizar este preámbulo
expreso mi mayor reconocimiento a las personas que con noble desinterés me brindaron su
valiosa colaboración en la realización de este libro, particularmente a don Leónidas Arias, no-
table parasicólogo, cuyas intervenciones han sido positivas en casos sumamente difíciles, en
beneficio de quienes acudieron a sus vastos conocimientos que honran la medicina naturista
autóctona, mediante los sistemas tradicionales de la terapéutica andina o tawantinsuyana. Así
mismo, a la señora María JesÚs B. Vda. de Catalán, ya finada, excelente obstetriz, con
singulares conocimientos de ginecología y pediatría antiguas, aunque de ella sólo anoté lo
referente a los atavismos. De igual modo a la señora Matilde Bustamante Penna y Lillo; a la
notable Tomasa Challko, de Andahuayillas, especialista en traumatología, de quien lamentamos
su temprana desaparición.
En el Cusco, cabe asimismo destacar los nomhres de los señores Guillermo Elaez e hijo,
Jerónimo Elaez, autoridades sobresalientes en la especialidad de traumatología y cuyos
6. nombres son ampliamente conocidos en todo el sur del Perú. No olvidemos a Juan Kkollana,
destacado traumatólogo.
No se puede dejar de mencionar a don Jorge Delgado, de Curahuasi, Apurímac, eximio
esotérico con conocimientos extraordinarios en un plario nada común, conforme lo ratificó el
gobernador de aquella localidad, señor Oblitas, al tiempo de hospedarme en su casa durante
uno de mis viajes de trabajo por aquellos lugares. Además, Jorge Delgado es un parasicólogo de
primer orden, de invalorables logros y alcances.
En otras latitudes del país figuran los nombres del finado señor Pablo Villacorta, en Ancash y
Trujillo; en Chimbote, el señor Máximo Cam; en Huancayo, don Alberto López. Máximo Cam,
naturista, especializado en afecciones broncopulmonares, y Alberto López, mentalista, con sus
diagnósticos e intervenciones a distancia.
Tengo la certeza de que el presente libro será una nueva contribución al saber médico naturista
y un homenaje de justo reconocimiento él quienes se encuentran en el generoso empeño de
cumplir el deber de velar por la salud de nuestros hermanos. Espero que cuantos hagan uso de
este libro hallen en sus páginas algo que les sea útil en momentos apremiantes, y que también
contribuya a que los estudiosos vuelquen sus esfuerzos en la realización de nuevas
investigaciones en el hermoso campo de la medicina de nuestros Andes, donde floreció la
ciencia de la salud antes que en Grecia y donde primero tuvo vigencia la sentencia: Alma sana
en cuerpo sano.
Chamanes - Curanderos Medicina Tradicional en Perú
De generación en generación, una serie de conocimientos milenarios vienen siendo empleados
alternativamente en diversos lugares del territorio peruano para lograr la armonía del cuerpo y
del espíritu.
Los encargados de estas actividades son los chamanes o curanderos, quienes han heredado
una riquísima sabiduría que complementan con las energías elementales de la naturaleza y con
las fuerzas espirituales procedentes de los Apus o montañas tutelares.
Las sesiones de diagnóstico y curación se realizan en ritos especiales que incluyen, entre otros,
el uso del cactus san pedro (costa), de la hoja de coca (sierra) y de la liana ayahuasca (selva).
Estas plantas desintoxican y permiten al maestro espiritual ingresar en el mundo inconsciente de
sus pacientes para guiarlos en su autoconocimiento, librarlos de sus males, orientarlos por las
sendas de la salud y el bienestar y hacerles conocer el carácter sagrado y maravilloso de la
naturaleza.
Cada día son más los adeptos a terapias alternativas, pero las opciones que ofrecen los centros
de medicina alternativa peruana son totalmente inéditas para el mundo occidental y escapan a la
lógica tradicional.
Paralelamente, cobra fuerza la peregrinación a los principales centros energéticos. En estos
lugares tradicionales, como lagunas, cerros, sitios arqueológicos y parajes, es posible
recomponer las fuerzas físicas y emocionales.
Pero si se prefiere espacios terapéuticos con mayor posibilidad de relajamiento y accesibilidad,
los baños termales son los más indicados, en ellos encontrará las comodidades y servicios
7. necesarios para un rápido restablecimiento de algunas dolencias y del estrés causados por la
agitada vida moderna.
Presencias ancestrales
En los cerros llamados Apus y en las lagunas sagradas o cochas habitan las divinidades andinas
y amazónicas, como la pachamama o madre tierra, que rigen los principios generadores del
cosmos. En estos espacios energéticos, los chamanes son los intermediarios entre el mundo de
los espíritus y el de los humanos. La fe en las propiedades curativas de los rituales convoca a
creyentes y escépticos de todo el planeta.
El pago a la tierra
Los pagos son la forma más común de venerar a las divinidades. Consisten en ofrendas de
hojas de coca (mediadoras entre los mundos divino y humano), plata no trabajada, chicha, vino,
grasa de animales, dulces y huayruros (semillas rojinegras con poderes simbólicos y mágicos).
Las ofrendas se realizan durante las celebraciones andinas y también de manera personal,
dentro de un ritual que incorpora el fuego, cantos, rezos, danzas y silbidos. En la sierra hay
adivinos que leen las hojas de coca con la misma facilidad que sus pares occidentales lo hacen
con el tarot. Otra forma de ofrenda son las apachetas o montículos de piedra que dejan los
caminantes cerca de los Apus.
Leyendas y misterios
Según las tradiciones orales, muchos parajes del Perú son habitados por seres sobrenaturales,
como los "gentiles" o custodios de lugares antiguos. Manco Cápac y Mama Ocllo salieron del
lago Titicaca para fundar el Imperio Inca en el Cusco.
Las islas de Lurín son seres convertidos en roca por el dios Kon. Una serie de túneles uniría las
ciudades incas de Cusco y Cajamarca. El Chullachaqui, hermoso ser con piernas de delfín,
seduce a las doncellas del Amazonas.
En los solares coloniales vagan las ánimas con sus quebrantos y secretos de tesoros
escondidos. El Muki cobra tributo en sangre en las minas. Es decir, toda una infinidad de
historias por escuchar y sentir.
Balnearios termales
En el Perú hay más de 400 fuentes termales con temperaturas superiores a los 20°C (y
hasta89°C). Estas aguas bicarbonatadas, cloruradas y sulfatadas son indicadas para el
tratamiento de afecciones reumáticas, dermatológicas, respiratorias, renales y hepáticas. Las
terapias hidrotermales son antiestresantes y también mejoran la actividad circulatoria y muscular
del cuerpo humano.
Los Baños del Inca (Cajamarca), Monterrey (Ancash) y Churín (Lima), son los balnearios más
frecuentados, así como los de Aguas Calientes (Machu Picchu) y La Calera (Arequipa),
concurridos por los visitantes que concluyen sus viajes por el Camino Inca y el Cañón del Colca,
respectivamente.
8. Sesión Chamánica
Se inicia invocando a divinidades andinas y santos católicos. La ingesta de un brebaje de
sampedro (costa y sierra) o de ayahuasca (selva) prepara el cuerpo para el ritual. Para ser
"limpiado", cada paciente desfila ante el chamán, que ve los males que les aquejan.
En su "mesa" tiene espadas, varas, huacos, bronces, piedras, agua de lagunas y calaveras, que
emplea para hacer retornar las energías positivas al cuerpo y disolver los males.
Los principales centros de curanderismo son las lagunas Huaringas (Piura), Túcume y Salas
(Lambayeque), Pucallpa (Ucayali) y Centro de Medicina Tradicional Wanamey (Zona Cultural de
la Reserva de Biosgera del Manu-Cusco). Si busca hechicería, en Cachiche (Ica) aún existen
brujas que emplean sus conjuros.
Parajes Energéticos
Algunos lugares andinos están cargados de una energía cósmica que transmiten vitalidad hacia
aquellos que ingresan en sus territorios para buscar respuestas a las interrogantes de la vida.
Esta unión mística del hombre con la naturaleza se puede lograr en el milenario Templo de
Chavín (Ancash) habitado por sus dioses de piedra, en la célebre meseta de Marcahuasi (Lima),
comparada con el monolito australiano de Uluru; en los templos incas de Tipón y Raqchi (Cusco)
donde se rendía culto al sol y al agua; en los monolitos de Machu Picchu (Cusco) como el
Intihuatana o reloj solar; en el lago Titicaca o entre las extrañas formaciones rocosas del cañón
de Tinajani (Puno).
Plantas medicinales
En el Perú se han registrado más de 1400 plantas medicinales, y su uso se ha extendido del
campo a las grandes urbes, donde muchas han sido industrializadas con todas las exigencias
sanitarias. Una infusión de hojas de coca (erytraxilon coca), por ejemplo, es el mejor paliativo
contra el mal de altura o soroche.
Las semillas de achiote (bixa orellana) combaten el asma, la cefalea, la hipertensión y la
hepatitis. La uña de gato (uncariatomentosa) inhibe el crecimiento de células cancerosas. La
sangre de grado (croton lechleri) sirve como cicatrizante y contra las úlceras estomacales.
La caigua (cyclanthe rapedata) combate la diabetes. El boldo (peumus boldus) es un estimulante
biliar. La quinina extraída de la quina (cinchona officinalis) cura la malaria.
Los cálculos se pueden eliminar con infusiones de cola de caballo (andropogonbicornis) o de
chancapiedra (phyllanthus niruri).
Alimentos proteínicos
El gran banco genético del Perú, con más de 25 mil plantas, de las cuales 4000 son útiles para
diversos finos, y un conocimiento nativo asociado a su cultivo, avizora un cambio en los hábitos
mundiales de consumo.
9. Los componentes proteínicos de algunos cultivos, por ejemplo, son importantes en la dieta de
deportistas y astronautas de países industrializados. Las frutas son ricas en vitaminas, como la
lúcuma, que comienza a integrarse en el mercado internacional.
Entre los granos hay 55 variedades de maíz y entre las leguminosas son muy nutritivas y con
altísimos valores proteicos (entre 15% y 40%): la quinua, kiwicha, tarwi, frijol, pallar y cañihua.
Entre los tubérculos, ricos en carbohidratos, además de la papa (con más de 4000 variedades en
el Perú), destacan la oca, la mashua y el olluco.
Entre las raíces comestibles, la maca, la arracacha y el yacón son las más notables.