2. El Surrealismo es un
movimiento
antiracionalista que surge
en torno a la figura de los
poetas Paul Éluard, Louis
Aragon y, especialmente,
André Breton, que fue el
líder del movimiento.
Herederos en parte de
Dada, consideraban que la
situación histórica del
mundo tras la Primera
Guerra Mundial exigía un
cuestionamiento profundo:
La razón y la ciencia no
eran suficientes para
comprender el mundo y
era preciso indagar en lo
más profundo del ser
humano para comprender
al hombre en su totalidad.
André Breton
3. André Breton había trabajado durante la guerra en hospitales psiquiátricos y había descubierto las
teorías psicoanalíticas de Freud y la existencia del mundo oculto del inconsciente, que afloraba a
través de los sueños y las patologías y que formaba parte esencial de la naturaleza humana, aunque
no se hubiera revelado hasta la aportación de Freud.
André Breton
en la Clínica
psiquiátrica de
St. Dizier, 1916
4. El descubrimiento del
inconsciente y de los
sueños, como expresión
del mismo, y las
posibilidades de este
campo para el arte
fascinaron a Breton:
La razón podía dar lugar
a la ciencia, pero solo el
inconsciente puede dar
lugar al arte, dejando
que este saque a la
superficie lo más
profundo, lo oculto, lo
censurado por la lógica
y la razón, de tal
manera que el artista se
convierta en un mero
espectador, que
presencia como se va
gestando su obra desde
su ser más profundo.
5. El surrealismo es, pues,
sociológicamente fruto
de:
• La crisis de conciencia
que provocó la guerra
en las conciencias
europeas, que llevó a
numerosos individuos
a cuestionarse la
realidad existente.
• Las teorías de Freud
sobre el subconsciente
y el psicoanálisis y su
relación con la
personalidad humana,
que dieron lugar a la
idea de Breton de que
el inconsciente, el
sueño y lo irracional
podían ser también
métodos de creación
estética. André Masson: Dibujo automático, 1924
6. En parte deriva de los principios
provocadores e iconoclastas de Dada,
movimiento al que habían
pertenecido algunos artistas del
grupo, retomando aspectos como el
azar, el caos, la rebeldía…
Sin embargo, frente a la negación y la
destrucción de Dada, el
Surrealismo tiene una visión
optimista, pues trata de construir una
nueva concepción del arte y de la
vida:
Al romper los límites entre el mundo
interior y el exterior y cambiar la
manera de percibir la realidad,
querían liberar el subconsciente,
reconciliarlo con la conciencia y
liberar a la humanidad de las cadenas
de la lógica y la razón, las cuales
habían llevado al mundo a la guerra,
la dominación y la explotación.
André Breton, René Hilsum, Louis Aragon y Paul Eluard en 1919
André Breton, Paul Eluard, Tristan Tzara y Benjamin Peret
7. No se trata solo de un movimiento
artístico y literario sino de una
actitud ante la vida, la sociedad, el
arte y el hombre:
Se opuso a los principios morales de
la sociedad establecida y quiso ser
un movimiento que promoviera la
liberación total del hombre, de sus
represiones personales y sociales.
No solo pretenden una ruptura de
la consciencia, sino también de las
convenciones humanas establecidas
por el control de la razón,
asumiendo la liberación de lo
irracional, de lo inconsciente en el
arte y en la vida.
Mantienen una actitud crítica, pero
también constructiva, pretendiendo
la libertad humana y el cambio
social por medio de la revolución.
8. De hecho, varios de los
integrantes del grupo, como
Breton, Aragon o Eluard,
militaron en el partido
comunista francés, aunque su
espíritu crítico casaba mal
con la disciplina de partido y
acabaron renunciado a la
participación política.
Otros surrealistas
mantuvieron por el contrario
posiciones conservadoras,
como Dalí, que se negó a
condenar el nazismo y se
integró en la dictadura
franquista.
El compromiso político
supuso importantes
enfrentamientos en el grupo
surrealista e incluso la
expulsión del grupo.
Andre Breton, Diego Rivera, Leon Trotsky
Dali y Franco
9. El término surrealismo fue
acuñado en 1917 por el poeta
Guillaume Apollinaire en un
programa para el ballet de
Satie, Parade y como subtítulo
de su obra Las Tetas de
Tiresias.
Procede del francés:
Surréalisme:
• Sur (sobre o por encima), y
• Réalisme (realismo).
En español debería traducirse
como super o sobre-realismo.
Posteriormente el término fue
retomado por Bretón en 1924,
cuando publica el Manifiesto
surrealista, que dará origen a
este movimiento.
Apollinaire:
Las Tetas de
Tiresias
10. En el Manifiesto Surrealista, Breton
emplea el término para aludir a una
sobre-realidad que supera la
realidad consciente y la conecta
con el inconsciente, con lo onírico:
“Creo en el encuentro futuro de
esos dos estados, en apariencia
contradictorios, como son el
sueño y la realidad en una
especie de realidad absoluta, de
sobre-realidad.”
André Breton: Manifiesto Surrealista, 1924
En el Manifiesto Surrealista expone
los principios claves del
movimiento:
11. Surrealismo:
"sustantivo,
masculino.
Automatismo
psíquico puro, por
cuyo medio se
intenta expresar,
verbalmente, por
escrito o de
cualquier otro
modo, el
funcionamiento real
del pensamiento. Es
un dictado del
pensamiento, sin la
intervención
reguladora de la
razón, ajeno a toda
preocupación
estética o moral."
André Breton: Manifiesto
Surrealista, 1924
Automatismo
psíquico puro…
para
expresar
…
sin la intervención
reguladora de la
razón, estética o
moral…
…el
funcionamiento
real del
pensamiento
12. Filosofía: "El surrealismo se
basa en la creencia de una
realidad superior de ciertas
formas de asociación
desdeñadas hasta la
aparición del mismo, y en el
libre ejercicio del
pensamiento. Tiende a
destruir definitivamente
todos los restantes
mecanismos psíquicos, y a
sustituirlos por la resolución
de los principales problemas
de la vida.”
André Breton: Manifiesto Surrealista,
1924
René
Magritte:
Golconda,
1953
13. Aunque en principio era un
movimiento literario, pronto se
vislumbraron las posibilidades que
tenía para la pintura y la escultura
o el cine y la fotografía y se
adhirieron al movimiento artistas
de otros campos, como:
• El cine (Luis Buñuel).
• La pintura (Max Ernst -antiguo
dadaísta-, Giorgio de Chirico,
Ives Tanguy, René Magritte,
Paul Delvaux, Salvador Dalí,
Joan Miró...).
• La escultura (Alberto
Giacometti, Jacques Hérold...).
Man Ray: Damero surrealista, Fotomontaje,
1934. De arriba abajo y de izquierda a
derecha: Breton, Ernst, Dalí, Arp, Tanguy, Char,
Crével, Éluard, Chirico, Giacometti, Tzara,
Picasso, Magritte, Brauner, Péret, Guy
Rosey, Miró, Mesens, Hugnet, Man Ray.
14. El grupo surrealista en 1930: Tristan Tzara, Paul Éluard, André Breton, Jean Arp, Salvador Dalí, Yves Tanguy, Max Ernst, René Crevel y Man Ray
15. Los surrealistas
estaban
convencidos de
que la razón no
era más que un
impedimento al
libre desarrollo
de la imaginación
y del
subconsciente,
que consideraban
como alternativa
a los falsos
valores
establecidos.
La única forma de
romper las
ataduras de la
razón era tener
acceso libre a lo
más profundo del
ser humano, al
subconsciente.
“Quizá haya llegado el momento en que la imaginación esté próxima a volver a
ejercer los derechos que le corresponden. Si las profundidades de nuestro
espíritu ocultan fuerzas extrañas capaces de aumentar aquellas que se han
advertido en la superficie o de luchar victoriosamente contra ellas; es del
mayor interés captar esas fuerzas, para someterlas al dominio de nuestra
razón si resulta procedente.” André Breton
Joan Miró: Nocturno, 1940
16. Propugnan la teoría de lo irracional en el arte y reivindican la autonomía de la imaginación
y el mundo de lo inconsciente.
Tratarán de plasmar, tanto por medio de formas abstractas como figurativas, las imágenes
de la realidad más profunda del ser humano, de su subconsciente y del mundo de los
sueños.
Max Ernst: Europa después de la lluvia,
17. Pretenden visualizar
el inconsciente en su
estado puro,
despojado de las
trabas que le impone
la razón y al margen
de los
convencionalismos
sociales y morales.
Una de las misiones
del surrealismo será,
pues, liberar el
inconsciente
reprimido y plasmar
en la pintura el
mundo interior más
escondido: los deseos,
los sentimientos, los
miedos, las fobias, las
obsesiones… que
anidan en lo profundo
de la mente humana.
Salvador Dalí: El juego
lúgubre, 1929
18. Breton, en El
surrealismo y la pintura
(1928), considera que el
inconsciente es la
región del intelecto
donde el ser humano
no objetiva la realidad
sino que forma un todo
con ella.
El arte, en esa esfera,
no es representación
sino comunicación vital
directa del individuo
con el todo y el
Surrealismo propone
trasladar esas imágenes
al mundo del arte por
medio de una
asociación mental libre,
sin la intromisión
censora de la
conciencia.
19. Como en la literatura, el
método fundamental para
acceder a ese mundo
subconsciente será el
automatismo:
Es la expresión directa,
automática, sin control
alguno por parte de la
razón, dejando correr la
mano o la mente de modo
inconsciente.
Se trata de dejar fluir
libremente el inconsciente,
de modo involuntario, sin
control alguno:
El el artista debe dejarse
llevar tan solo por sus
impulsos inconscientes
para lograr un arte
absolutamente libre.
Joan Miró: Pintura sobre fondo blanco, 1927
20. El surrealismo es
automatismo psíquico
puro, libre de
motivaciones racionales,
estéticas o morales.
Suelen reivindicar como
ejemplo de esa libre
asociación psíquica, no
sometida a control
racional alguno, la frase
del Conde de
Lautréamont en su obra
Los cantos de Maldoror:
“Bello como el
encuentro fortuito
sobre una mesa de
disección de una
máquina de coser y de
un paraguas”.
Óscar Domínguez: La máquina de coser electrosexual, 1934-35
21. Para explorar el mundo del
subconsciente, ese automatismo
psíquico, los surrealistas
experimentaban diferentes
técnicas, como la hipnosis, las
sustancias psicotrópicas, la
creación artística en estados de
extenuación…
También ensayaron juegos
creativos, como el “cadáver
exquisito” en el que cada
participante escribía en un papel
una palabra sin saber cual iba a
escribir el anterior o el posterior. El
juego se llamó así pues la primera
frase lograda decía “El cadáver
exquisito beberá el vino nuevo".
En pintura, varios artistas
dibujaban las distintas partes de
una figura o de un texto sin ver el
trabajo del anterior, logrando
imágenes interesantes e ilógicas
“Cadáver
exquisito”
realizado por
Yves Tanguy,
Joan Miró, Max
Morise y Man
Ray (1926-27)
22. También
experimentaron otras
técnicas basadas en el
automatismo y el azar,
que permitieran
realizar un proceso
creativo libre de
cualquier control
consciente:
El frottage o
frotamiento:
Frotar un lápiz sobre
papel colocado sobre
una superficie dura con
irregularidades) y a
partir de esas
impresiones aleatorias
elaborar la pintura,
sugerida por esas
imágenes aleatorias.
Max Ernst: The Entire City, 1934
Los patrones así obtenidos le
sugerían extrañas imágenes.
23. Grattage o raspado:
Raspar o rascar los
pigmentos de pintura ya
secos sobre la superficie
de madera o del lienzo,
creando una especie de
textura.
Max Ernst: Bosque y paloma, 1927
Los árboles parecen
haber sido creados
raspando la espina de
un pescado.
24. La decalcomanía:
Aplicar tinta sobre un
papel, sobre el que
luego se coloca otro y
se aplica presión,
separando las hojas
antes de que se
seque a tinta y
originando imágenes
aleatorias, de aspecto
orgánico (inventada
por el canario Óscar
Domínguez)
El ahumado o
fumage:
Técnica en donde las
impresiones son
hechas por humo
sobre el papel o
lienzo.
Óscar Domínguez: León-Bicicleta, 1937
Las imágenes han sido sugeridas por las
manchas de tinta entre dos papeles
25. De igual modo que para Freud, los Surrealistas también considerarán fundamental el mundo
de los sueños, como una vía para acceder a ese subconsciente oculto.
Los artistas tratarán de expresar libremente sus imágenes oníricas, muchas veces
inquietantes, extrañas, plenas de obsesiones, con una importante carga sexual…
Salvador Dalí: El sueño, 1931
26. Otro modo de reflejar el
mundo del
subconsciente y de los
sueños es la llamada
desorientación-
reflexiva:
Se plasman libremente
las imágenes surgidas
del subconsciente, en
espacios oníricos,
asociándose de modo
insólito imágenes y
objetos sin relación
aparente entre sí y que
carecen de su
significado
convencional,
incongruentes, pero
cuya coexistencia en ese
nuevo mundo les dota
de nuevos significados,
muchas veces
inquietantes.
Salvador Dalí: La persistencia de la memoria, 1931
27. Es una asociación libre y al azar, una sincronicidad y yuxtaposición de objetos sin aparente
relación o conexión alguna racional, de modo casual: Ante nuestros ojos aparecen objetos
y seres reales e imaginados, objetos imaginarios o deformados, tal y como ocurre en el
mundo de los sueños, donde los elementos más dispares se conectan por simbólicas
relaciones secretas.
Salvador Dalí: El
gran masturbador,
1929
28. Para mostrar esas imágenes
oníricas, esas asociaciones
libres, también será muy
habitual el empleo del
collage, el ensamblaje de
objetos incongruentes, como
en los objetos surrealistas
(también heredados del
Dadaísmo), el fotomontaje…
Salvador Dalí: Busto de mujer retrospectivo , 1933
Joan Miró: Sin título. Pintura-collage, 1934
29. Consideraban que –de este modo- las
imágenes que obtenían reflejaban el
verdadero ser interior del hombre, pues
surgen directamente de su inconsciente, sin
limitación o represión alguna por parte de la
razón consciente.
René Magritte: La violación, 1934Paul Delvaux: Mujer ante el espejo, 1936
30. De ahí que
mantuviesen una
actitud provocadora
contra cualquier
tradición y represión
moral o cultural
establecidas.
En sus temas se refleja
sin censura alguna el
interior más tenebroso
del ser humano, fruto
de su subconsciente:
Lo incongruente, lo
insólito, lo
contradictorio, lo
onírico, lo perverso, lo
absurdo, lo
inquietante, lo
grotesco, las fobias, las
obsesiones, los deseos,
las pulsiones, el sexo…
Hans Bellmer: La Muñeca, 1935-36
31. También se interesarán por otros materiales
relacionados directamente con el
subconsciente, como las visiones de los
dementes, las originadas bajo el efecto de
alcohol o drogas, el arte infantil, de los
pueblos primitivos…
32. En pintura, los surrealistas encontraron diferentes antecedentes de artistas que habían rechazado
el mundo de la lógica y la razón, y habían creado mundos imaginarios y fantásticos, donde las
imágenes parecían surgir de la exploración del mundo irracional de los sueños:
El Bosco Arcimboldo Füssli
William Blake Goya Rousseau el Aduanero
33. Su predecesor más inmediato será
Giorgio de Chirico y su llamada
Pintura Metafísica y las atmósferas
oníricas de sus obras.
Frente a las nuevas corrientes
vanguardia, recupera la figuración
y la perspectiva, pero tratada de
un modo nuevo, extraño,
inquietante.
Pinta amplias y profundas
perspectivas, plazas clásicas, de
aspecto renacentista, pero
prácticamente vacías, unos
escenarios deshumanizados y
solitarios en los que en vez de la
figura humana aparecen extrañas
asociaciones de objetos
descontextualizados, esculturas y
maniquíes.
Recrea ambientes visionarios que
parecen surgir del mundo de los
sueños.
Giorgio de Chirico: Las Musas inquietantes, 1916
34. El hombre siempre está ausente,
aunque hay elementos que indican
su huella.
Todo parece especialmente
estático, silencioso, misterioso en
unos mundos desolados en los que
el tiempo parece haberse
detenido.
Recrea ambientes que parecen
reales, basados en la ilusión de la
perspectiva tradicional, que hace
creíbles las insólitas
yuxtaposiciones de objetos que los
pueblan.
Los potentes juegos de luz y
sombra y el efectismo de sus
perspectivas exageradas tratan de
subrayar lo enigmático de las
visiones que se ofrecen, como
metáforas sobre lo oculto que se
esconde tras la apariencia de los
objetos simples y corrientes.
Giorgio de Chirico: Melancolía y misterio de una calle, 1914
35. Dados los inicios literarios del movimiento, no existe un código plástico uniforme para los
artistas surrealistas y cada uno explorará individualmente diferentes lenguajes: desde la
figuración hasta la abstracción.
Lo importante es explotar las posibilidades creativas del inconsciente y de los sueños, no los
medios empleados para ello.
René Magritte: El beso, 1928
Joan Miró: Interior holandés I,
1928
36. Tendencia objetiva o figurativista Tendencia antiobjetiva, poética o abstracta
Artistas figurativos, de apariencia incluso
academicista, que mantienen la perspectiva
tradicional, en espacios extraños y en los que
suelen incorporar engaños para la mente,
asociaciones libres y extrañas de objetos, en
ocasiones fragmentados, distorsionados o
metamorfoseados imágenes sorprendentes,
impactantes…
Desarrollan universos figurativos propios,
muchas veces basados en la pintura automática
y en la asociación de formas y colores de modo
espontáneo, imágenes que surgen de manera
rápida, espontánea, fluida, sin hacer caso para
nada de la coherencia y el sentido.
Salvador Dalí, René Magritte, Max Ernst
(temporalmente), Paul Delvaux…
Joan Miró, Andre Masson, Max Ernst
(temporalmente)
37. Numerosos de estos artistas llegarán a crear mundos oníricos propios, ni figurativos ni abstractos, regidos
tan solo por sus propias leyes y poblados de formas y seres imaginarios muy característicos.
Joan Míró: El bello pájaro descifrando lo desconocido a una
pareja de enamorados, 1941
Yves Tanguy: El mobiliario del tiempo, 1939
38. Max Ernst
Antiguo dadaísta,
experimentó numerosas
técnicas y procedimientos,
tratando de lograr una
pintura automática,
creando técnicas como el
frottage y el grattage y la
oscilación (dejar gotear la
pintura sobre el lienzo con
latas agujereadas,
antecendente el dripping de
Pollock), y empleando otras
como la decalcomania, el
collage.
Cualquier método y técnica
le resultaban útiles para
explorar los mundos del
inconsciente, moviéndose
tanto en el ámbito
abstracto como en el
figurativo.
Max Ernst: El bosque, 1927
39. Trata de extraer su material del
subconsciente, tanto de la
asociación libre de objetos,
como de sus recuerdos y
experiencias de la infancia, sus
obsesiones, temores….
En El elefante de las Célebes
(1921) traslada a la pintura los
principios del collage,
asociando y yuxtaponiendo
libremente objetos, que
desconciertan y crean una
nueva realidad en un espacio
semi-real.
Es el propio realismo de la
imagen es el que produce su
efecto alucinatorio.
“Eran elementos tan diferentes entre
sí que lo absurdo de su agrupación
introducía el desconcierto en la visión
y en el sentido, provocaba
alucinaciones y dotaba de
significaciones nuevas y rápidamente
crecientes a los objetos
representados.” Max Ernst
40. Reutiliza diferentes imágenes,
añadiendo o recortando elementos,
creando una nueva realidad
solamente existente en el propio
cuadro:
• La forma del elefante/máquina se
la tomó de un depósito sudanés de
maíz.
• Le añade una extraña
¿trompa/cola? semimetálica.
• La remata, con un collar metálico y
una especie de cabeza de toro.
• A la derecha, una figura
descabezada con un guante de
cirujano, que recuerda los
maniquíes de de Chirico.
• Un extraño árbol petrificado de
carácter fálico, que parece un
tótem.
• Todo en un ambiente extraño, con
un suelo firme, pero con peces
nadando en la parte superior
izquierda.
El título del cuadro lo sugirió una
canción obscena de su
adolescencia:
41. Joan Miró
Tras sus experiencias con el
novecentismo, el fauvismo , el
expresionismo y el cubismo en
una cierta clave naif, entra en
contacto con los surrealistas en
1924 y se interesa por descubrir
las posibilidades creativas del
automatismo, anulando el
control racional de la pintura y
dejando surgir los impulsos del
inconsciente.
Si bien siempre se mostrará
como un espíritu muy
independiente y libre de
cualquier sujeción estilística, en
esta época experimenta al
máximo con las posibilidades
del automatismo.
De hecho, Bretón señaló que “es
el más surrealista de todos
nosotros”.
Joan Miró: La Masía, 1922
Joan Miró: La
tierra labrada,
1923-24
42. Creará un universo propio, fantástico,
en el que convivirán todo tipo de
seres: objetos reconocibles, otros
deformados, signos, ideogramas,
signos caligráficos, objetos abstractos
o meras creaciones de su mente….
Muchas de sus imágenes son simples,
de carácter orgánico, de aspecto
infantil, plasmando a través de esas
formas abstractas o figurativas las
imágenes de la realidad más profunda
del ser humano, del subconsciente y
del mundo de los sueños.
En los cuados de Miró desaparecen las
imágenes reales y en su lugar surge un
colorido mundo sugerente de
apariencia biomórfica, con personajes
inventados, otros metamorfoseados,
con colores planos, intensos (puros,
blanco y negro), de formas estilizadas,
de vigorosos contornos y con un
encantador tono infantil y poético.
Joan Miró: Paisaje catalán o El cazador, 1924
Joan Miró: Siesta, 1925
43. En esa época pinta su famosa obra El carnaval de arlequín (1924-25).
44. “Intenté plasmar las alucinaciones que me producía el hambre que pasaba. No es que
pintara lo que veía en sueños, como decían entonces Breton y los suyos, sino que el
hambre me provocaba una manera de tránsito parecido al que experimentaban los
orientales. Aquel año traté con poetas, porque sentí que debía ir más allá de la 'chose
plastique' para llegar a la poesía” Joan Miró
Crea un mundo poético propio, un carnaval en el que conviven imágenes y personajes fantásticos,
metamorfosea las formas en clave lúdica, productos del inconsciente, de la libre imaginación
ajena a cualquier condicionante. Es una visión totalmente personal, ejemplo de la estética
surrealista, a la que Miró se acerca desde una mentalidad infantil, libre de cualquier prejuicio o
control racional.
Muy interesante
análisis de
Fernando Alvarez
Fernández
(diapositiva 49
hacia adelante)
45. Joan Miró: El carnaval de arlequín. 1924-25. Óleo. 66 x 93 cm. Afloran formas y figuras que sólo pertenecen a su mundo.
Arlequín con
sombrero,
barba y bigote,
pipa, como un
campesino
catalán, con un
agujero en la
tripa, ¿hambre?
una flauta y
una paleta
Estilizada figura de un
autómata con una
guitarra en la mano y
notas musicales
Escalera,
símbolo de
huida, de
elevación…
con una oreja
pegada y un
ojo arriba
Ventana a través de la que se
ve la Torre Eiffel
Esfera oscura
como
representación
del globo
terráqueo
Serpentinas
negra
(terminada en
una mano) y
blanca:
¿Símbolo de
la mujer?
Adaptado de https://es.slideshare.net/cherepaja/artes-
plsticas-en-la-primera-mitad-del-siglo-xx
Color en
tintas
planas
Gatos (uno
vestido de
arlequín)
jugando con
ovillo de lana
Pájaro/
libélula azul,
que surge de
un huevo
Insecto-mono que
sale de un dado
¿El juego?
Dos peces
voladores
Pájaro
esquematizado
El cuadro reproduce un universo nuevo, de seres
vivos y cosas maravillosas que flotan de forma casi
ingrávida, llenándolo todo de fantasía y color.
Composición
muy
estudiada y
equilibrada
46. Miró, fue un constante
experimentador.
Manifestó su deseo de
abandonar cualquier método
convencional de pintura (decía
que había que “matarlos,
asesinarlos o violarlos”),
buscando una forma de
expresión contemporánea
propia, sin someterse a
exigencia estética alguna, ni
siquiera comprometiéndose
con los surrealistas.
En la década de los años 30
producirá sus pinturas
salvajes, pesimistas,
angustiosas, expresionistas,
fruto de los tiempos
angustiosos en torno a la
Guerra Civil y la Guerra
Mundial: extraños monstruos,
colores ácidos, que contrastan
sobre profundos claroscuros.
Joan Miró:
Bodegón del
zapato viejo,
1937
Joan Miró:
Hombre y
mujer frente a
un montón de
excrementos,
1935
47. Con el tiempo, las formas y signos se
irán estilizando y simplificando, hasta
convertirse prácticamente en signos,
en auténticos ideogramas de un
universo particular, fácilmente
reconocible para el espectador.
Estas formas simplificadas y planas,
definidas tan solo mediante líneas y
manchas de color, se mueven
libremente en fondos indefinidos,
renunciando a cualquier ilusionismo y
a cualquier atisbo de la perspectiva
tradicional, en una pintura totalmente
plana.
Crea un microcosmos particular lleno
de figuras indefinibles, que correspon-
den a su mitología particular: luna, sol,
estrellas, pie, mujer, elementos fálicos
y femeninos, pájaros…
Joan Miró: Constelación, Despertando al amanecer, 1944
48. Mujéres y pájaros a la luz de la
luna (1949) es un ejemplo de
este lenguaje de formas simples
y colores planos y brillantes
típico del Miró de esta época,
lleno de significados simbólicos.
En este caso, las mujeres y las
aves del título son fácilmente
identificables bajo la luna y las
estrellas, que destacan sobre un
fondo plano irregular.
Aparecen los personajes típicos
del imaginario mironiano:
mujeres, pájaros, astros…
Esta imagen sugiere una relación
armoniosa y elemental entre el
hombre y la naturaleza, que el
artista sentía amenazada por la
civilización moderna.
49. Yves Tanguy pintó misteriosos paisajes oníricos, como de fondos marinos o de otro
planeta, poblados de objetos y formas extrañas, misteriosas y sensación de infinito,
de soledad, desolación, silencio…
Yves Tanguy: Estoy esperándote, 1934
50. Salvador Dalí
Se une al grupo surrealista en 1929,
tras haber asistido a la Real Academia
de Bellas Artes de San Fernando (de
la que es expulsado por negarse a ser
examinado al declarar incompetente
al Tribunal para juzgarlo) y haber
entablado amistad con García Lorca y
Buñuel, con quien colaboradó en la
película surrealista Un perro andaluz.
Tras un pasajero interés por el
futurismo, el cubismo y la pintura
metafísica, Miró le pone en contacto
con el grupo surrealista, que se
encontraba ya en una cierta crisis
creativa.
La llegada de este excéntrico artista
supondrá un nuevo momento de
esplendor para el grupo, tanto por
sus aportaciones pictóricas como
teóricas.
Salvador Dalí: La miel es más dulce que la sangre, 1927
51. Para plasmar su mundo inconsciente,
Dalí emplea lo que el llamará método
paranoico-crítico, que dará un nuevo
vigor al movimiento surrealista.
Él decía tener las mismas
alucinaciones, visiones y obsesiones
que los paranoicos, pero frente a
estos, que creen que sus fantasías
delirantes son reales, Dalí manifestaba
ser consciente de la diferencia entre el
mundo de las visiones y el mundo real.
Lo que hace es trasladar estas
fantasías, traumas, represiones y
obsesiones personales a sus cuadros y
materializarlas, convirtiéndolas en
obras de arte.
Él define su método como «un medio
espontáneo de conocimiento
irracional basado en la asociación
interpretativo-crítica de los
fenómenos delirantes.»
Salvador Dalí: El espectro del sex-appeal, 1934
52. El método paranoico-crítico
parte del psicoanálisis y permite
al cerebro percibir -como en los
sueños y en los delirios
paranoides- ocultos enlaces
entre objetos que racional o
aparentemente no están
conectados.
El artista debe colaborar en la
elaboración de las confusas
imágenes que surgen de sus
sueños y de su interior, rebuscar
conscientemente en los
elementos que conforman su
mundo interior, revelando
imágenes surreales que surgen
desde lo más profundo
Debe dejar surgir esas imágenes
y asociaciones delirantes y tratar
de establecer sus conexiones
más íntimas.
Salvador Dalí: El
juego lúgubre,
1929
53. La paranoia transmite
al cerebro la
habilidad para
percibir enlaces entre
objetos que racional
o aparentemente no
se hallan
conectados
asociaciones no
controladas e
inconscientes de
imágenes.
La actividad crítica
interviene únicamente
como líquido revelador
de las imágenes,
asociaciones,
coherencias, ya
existentes en el
momento en que se
produce la
instantaneidad
delirante analiza y
sintetiza las imágenes
procedentes de los
delirios paranoides
54. "La paranoia es mi misma persona, pero
dominada y exaltada a la vez por mi
consciencia de ser. Mi genio reside en
esta doble realidad de mi personalidad;
este maridaje al más alto nivel de la
inteligencia crítica y de su contrario
irracional y dinámico.
Según la opinión más corriente, el
término paranoia se relaciona con el
fenómeno del delirio, que se traduce por
una serie de asociaciones
interpretativas y sistemáticas.
Mi método consiste en explicar de
forma espontánea el conocimiento
irracional que nace de las asociaciones
delirantes, dando una interpretación
crítica del fenómeno. Sobre el plano
surrealista, la actividad paranoico-
crítica se traduce por la creación
del azar objetivo, que recrea el mundo,
y entonces el delirio se transforma
verdaderamente en realidad.“
Salvador Dalí
Salvador Dalí: El
hombre invisible,
1929-33
55. Así consigue -mediante una pintura figurativa- representar imágenes oníricas, traumas,
obsesiones y angustias interiores, que materializa en espacios inquietantes (en apariencia
reales, derivados de G. de Chirico), a través de asociaciones insólitas de objetos, muchas
veces deformados, putrefactos, deformados, formas blandas que contrastan con otras
duras… en composiciones insospechadas y sorprendentes.
Salvador
Dalí:
Afgano
invisible con
la aparición
en la playa
del rostro de
García Lorca
en forma de
un frutero
con tres
higos.
1938
56. Al seguir este método, Dalí
abordará temas poco o nada
tratados hasta ese momento
en la pintura: el pavor al
contacto físico con el sexo
contrario, a las enfermedades
venéreas, la obsesión por la
masturbación, el miedo a la
castración derivado del
complejo de Edipo, el temor
al padre, la obsesión
enfermiza por la impotencia,
la muerte y la putrefacción, el
hermano muerto, la fobia a
los insectos, los paisajes de
su infancia… Gala.
Exterioriza las obsesiones
ocasionadas por los traumas
de su infancia, sus miedos,
sus deseos más ocultos y
reprimidos, en una especie
de autoconfesión interior de
carácter psicoanalítico.
Salvador Dalí: El gran masturbador, 1929
57. Detalle de El
Jardín de las
Delicias, El Bosco
Rocas del Cabo de Creus
Rostro de Dalí en El gran masturbador,
“Soy el primero en ser sorprendido, y a menudo
aterrorizado, por las imágenes que veo aparecer en
mi lienzo. Registro con toda la exactitud posible los
dictados de mi inconsciente, mis sueños”
58. • El elemento central es
su autorretrato con
gran nariz, color
amarillento y cara
alargada. (1)
• El saltamontes (2), un
animal que le producía
pavor.
• Hormigas (3) que
simbolizan la muerte, la
descomposición ¿el
terror a la relación
sexual, las
enfermedades
venéreas?
• Un anzuelo (4) como
símbolo de la atadura a
la familia o a Gala?
• El león (5) como símbolo
del deseo sexual.
• Unas piedras (6) como
objetos de su pasado
infantil y juvenil.
• Las plumas (7) de
colores a modo de
pestañas, otra referencia
a los sueños infantiles.
1
2
3
4 5
6
7
59. • Una figura aislada
(8) como soledad... (¿la
ruptura con el padre?)
• El tema de
la masturbación aparece
en la mujer (9) que surge
de su retrato y cuyo rostro
se acerca a unos genitales
masculinos bajo unos
calzoncillos ceñidos, con
unas piernas heridas (10)
(símbolo del temor a la
unión sexual).
• Pegada a la mujer hay
una ¿Cala/Gala? (11), que
simboliza la pureza, una
enrevesada forma de
definir a la masturbación
como la relación sexual
más pura.
• Una pareja que está
abrazada (la mujer
parece una roca)
(12) debajo de la figura
principal ¿Símbolo de
su relación con Gala? ¿La
madre muerta?
8 9
10
11 12
61. El juego lúgubre (1929) refleja el mundo de las
obsesiones, deseos, represiones y fobias de Dalí:
1. La masturbación se refleja en la enorme mano y
el hombre que masturba una andrógina estatua
con un miembro fláccido(ambigüedad sexual,
impotencia…).
2. Debajo un león, símbolo aterrador del deseo
sexual.
3. La desaprobación por los familiares conduce a
la castración: un hombre sujeta un pañuelo
manchado de sangre con que contiene un
objeto(el temor al padre).
4. El miedo a la castración, a la relación sexual, al
conocimiento de la masturbación por la familia,
se representa como un hombre con los
calzoncillos manchados con sus propias heces.
5. El miedo a la relación sexual con la mujer,
representada por una espiral de formas que
remata una cabeza andrógina con un rostro que
recuerda a Dalí, con un saltamontes en su
boca angustia.
6. La escalera, símbolo freudiano del temor a la
relación sexual…
7. Imágenes eróticas en el torbellino superior, con
una especie conejo, en el que incluye una
vagina…
Salvador Dalí: El
juego lúgubre,
1929
1
2
3
4
5
6
7
62. Mediante este método, llegará a representar simultáneamente, y de modo engañoso,
imágenes dobles, otras realidades aparentemente ocultas, que subyacen –como en los
sueños- por debajo de las apariencias.
Salvador Dalí: Rostro paranoico, 1935
63. La técnica con que Dalí realiza
estas visiones oníricas se
caracteriza por un dibujo
meticuloso, con una
minuciosidad casi fotográfica en
los detalles, con un colorido muy
brillante y luminoso, luces claras
y transparentes (Dalí se interesó
mucho por la pintura de los
primitivos flamencos, Vermeer o
Velázquez).
Dalí se referirá a sus pinturas
como “fotografías pintadas a
mano.”
Formalmente parece una pintura
de aspecto académico, con
perspectivas y modelado
tradicionales, con las que recrea
atmósferas oníricas que parecen
tratar de dotar de realidad a las
delirantes asociaciones simbólicas
de objetos, paisajes…
Salvador Dalí: Osificación
prematura de una estación de
tren, 1930
64. Serán muy frecuentes las metamorfosis y distorsiones en las formas, recurriendo a la desmaterialización
de los objetos, a las deformaciones anatómicas, a los juegos y contrastes entre formas blandas y duras
(que asocia a lo paranoico y a lo crítico, lo orgánico y que se descompone lo estable e
impenetrable)…
Estos objetos surreales se asocian y pueblan libremente los amplios, desolados y silenciosos espacios
vacíos, que simulan ser escenarios reales, tan frecuentes en sus obras, que muchas veces recrean
paisajes de su infancia en profundas perspectivas ilusionistas.
Salvador Dalí:
La persistencia de la
memoria.
1931
Muy interesante
análisis de
Fernando Álvarez
Fernández
(diapositivas 30 a
78
65. • Cuadro muy pequeño (24 x 33 cm)
• Dibujo perfecto y preciso, detallista; luz clara.
• Asociaciones de objetos incongruentes
• Objetos deformados
Poderosos
contrastes
entre luces y
sombras
¿El paso del tiempo
sobre todo lo blando, lo
orgánico conduce a la
putrefacción?
¿Una metáfora sobre la
irrelevancia del tiempo?
Retrato blando de Dalí en
una forma
metamorfoseada,
¿durmiendo como una
imagen de Lorca?
¿Una reflexión sobre las nuevas dimensiones del tiempo
que abre la teoría de la Relatividad?
Según Dalí, fue
un queso
Camembert
derretido lo que
le inspiró los
“relojes
blandos”
Los elementos del
paisaje (costa de
Cadaqués) son
intemporales y,
por tanto, duros
Profunda perspectiva
tratada al modo tradicional
en un ambiente solitario,
onírico, en el que se
asocian incoherentemente
diferentes objetos
El árbol seco parce nacer
de una mesa de piedra
Reloj cerrado lleno de
hormigas (putrefacción)
Elementos
metamorfoseados
Contrastes duro (mesa)
/blando (relojes)
Mosca sobre un reloj
66. En 1936 pinta
Construcción blanda con
judías hervidas (que
luego subtitulará
Presagio de la guerra
civil) , en el que la
deformación y el horror
llegan al extremo en una
monstruosa criatura
parece desmembrarse,
autodestruirse a sí
misma.
Resultó una visión
premonitoria de la
catástrofe que viviría
España, inspirado –
parece ser- por la
impresión que le causó el
ambiente de
enfrentamiento y tensión
de la Barcelona previa a
la Guerra Civil, que había
visitado
67. Dalí será expulsado del grupo
surrealista y en 1940 marcha a
EEUU, donde obtiene enorme
éxito, llegando a colaborar con
Walt Disney.
Regresará a España y será muy
reconocido, incluso por la
Dictadura, con la que convivirá sin
crítica alguna hacia ella.
Su producción tenderá a lo
comercial, con un hiperrealismo
surrealista de carácter simbólico,
del que tanto él –con su
histriónica personalidad- como su
esposa Gala serán sus mejores
agentes de marketing. Dalí y su
obra se convertirán en un
personaje y símbolo de la cultura
de masas capitalista, despojado
de los aspectos más interesantes
de sus primeras y geniales
creaciones.
Salvador Dalí: Leda atómicca, 1949
68. El belga René Magritte realizará
pinturas de carácter figurativo, pero
no se centrará en el mundo de los
sueños o las obsesiones
inconscientes, sino en el lado más
misterioso de la realidad.
Si la perspectiva tradicional era un
engaño para el ojo, que le permitía
sugerir tridimensionalidad en una
superficie plana, sus pinturas son un
engaño para la mente, trampas de
la percepción, haciendo dudar al
espectador de los límites entre el
propio cuadro y de una realidad que
a menudo se presenta como
enigmática, que esconde
significados ocultos.
Explora lo que puede haber de
mágico, de enigmático, en lo
cotidiano (algunos han calificado su
pintura como realismo mágico).
René Magritte: El imperio de las luces, 1954
69. Pinta objetos cotidianos
fácilmente reconocibles, pero
suele haber algo que nos
llama la atención por su
incoherencia, por su
componente absurdo, algo
ambiguo que contiene una
especie de misterio mágico a
explorar.
Magritte manipula imágenes
cotidianas como un juego con
el que explorar los límites de
la percepción.
Es precisamente el tratamiento
naturalista de estas imágenes,
de estas asociaciones a veces
incoherentes de objetos o
situaciones, lo imposible, lo
que convierte sus pinturas en
una realidad inquietante, de
efecto perturbador.
“Mis pinturas son imágenes visibles que no ocultan nada; evocan
misterio y cuando uno ve alguna de mis obras se pregunta a si
mismo ¿Qué significa? No significa nada, porque el misterio no
significa nada, es inescrutable.” René Magritte
René Magritte: Reproducción prohibida, 1937
70. Con sus sorprendentes y misteriosas
imágenes nos hace cuestionarnos sobre
la percepción de la obra de arte y también
de la realidad.
En La llave de los campos (1937) vemos un
paisaje a través de una ventana, pero la
tranquilidad de esta visión estalla en los
pedazos de cristal roto de la ventana.
Algunos cristales prendidos al marco
siguen siendo transparentes, pero otros
siguen manteniendo las mismas imágenes
del paisaje de antes de romperse el cristal.
Magritte nos hace dudar de la identidad
del propio cuadro: el paisaje que creemos
ver tras la ventana no es más real que el
del cristal roto (es solo un conjunto de
manchas de pintura sobre un lienzo que
confundimos con un paisaje).
Nos hace preguntarnos si lo que vemos en
la realidad exterior existe realmente o es
sólo una mera ilusión de nuestro mundo
interior.
René Magritte: La llave de los campos, 1937
71. Sus obras se dirigen
fundamentalmente al
pensamiento y a la
reflexión sobre lo que
es la realidad,
traspasando los
límites entre realidad
y apariencia.
Magritte fue más allá
del surrealismo y se
convierte en un
precursor del arte
conceptual.
René Magritte: La traición de las imágenes, 1928-29
En algunas de sus obras se interesa por los problemas de la realidad y de la percepción,
de la representación de las imágenes y del lenguaje y sus límites para abarcar de modo
global la realidad.
Llega a poner en cuestión la relación entre un objeto pintado y la realidad, sobre las
propias convenciones de nuestros propios medios de expresión y del lenguaje,
vinculándose con el estructuralismo.
72. René Magritte: La llave de los sueños, 1928
René Magritte: La máscara vacía, 1928
73. Paul Delvaux
representa con un
realismo verista
mundos oníricos,
con seres aislados y
ensimismados, que
parecen
sonámbulos, cuyos
ojos no comunican
nada.
Los sitúa en
escenarios
nocturnos,
desolados, en los
que hombres
vestidos vagan
entre inquietantes
figuras femeninas,
muchas veces
desnudas, en un
extraño erotismo
frío y amenazador.
Paul Delvaux: La ciudad dormida, 1938